ESFERA CULTURAL

RAMÓN BETANCOR

Escritor, músico y periodista

«La música es mi verdadera pasión»

Bautizar a sus perros Rima y Lennon anuncia la personalidad de este agitador cultural palmero, que en diciembre celebra el medio siglo de vida. Nacido en Santa Cruz de La Palma en 1972 e instalado en Las Palmas como editor jefe en Televisión Canaria, donde además dirige su propio programa, tocó la gloria de las letras con la trilogía con rango de fenómeno El reino de los suelos. En la actualidad ultima Brocante, un ambicioso espectáculo que da rienda suelta a sus dos grandes destrezas: música y literatura.
JUAN ANTONIO LLORENTE

Hoy no tenemos nada que contarles: ¡disfruten!

Los informativos de los que usted es responsable de edición fueron reconocidos entre otros permios con el Ondas y el Nacional de Televisión por la cobertura a la erupción del volcán en 2021. En su larga trayectoria en el medio, ¿qué noticia le hubiera gustado dar y no ha dado?

Es algo en lo que he pensado a veces y no he pensado nunca. Esas cosas de las que no tienes una idea clara, pero -aunque lo que se me acaba de ocurrir sea la mayor tontería que he dicho en mi vida- podría consistir en contar un día que todo está tan bien, tan equilibrado, con tanta armonía en el mundo, que no hay noticias. Abriría diciendo “hoy no tenemos nada que contarles: ¡disfruten!”

– Escritor, músico y periodista. ¿En ese orden?

– Suelo decir que soy periodista para poder vivir, escritor para evitar la muerte y músico por defecto. El periodismo, en el que llevo ya 27 años, es como una rutina, que me permite desarrollar las otras pasiones. La de escritor es quizás, por decirlo de alguna manera, la faceta en la que más se me conoce al haber tenido más repercusión. Pero la música es mi verdadera pasión: como mi cigarrillo. No puedo estar dos días seguidos sin una guitarra para tocar algo o grabar.

– ¿Fue la primera en manifestarse?

– Si. Aunque en los noventa empecé a tocar en directo, subiéndome a un escenario y grabando, con trece años ya tocaba con amigos del instituto en bandas de rock. Toda una vida que, por distintas razones, interrumpí. Hasta llegué a vender mis guitarras. De hecho, hay un antes y un después cuando, trece años más tarde, la retomé con una pasión más frenética que la de entonces.


SOY PERIODISTA PARA PODER VIVIR, ESCRITOR PARA EVITAR LA MUERTE Y MÚSICO POR DEFECTO


– ¿Echamos la culpa a la literatura?

– Siempre había escrito, poesía y cosas así, para mis adentros y para mis afueras. Al contrario que con la música, no lo hacía para exponer, ni con idea de publicar. Pero en ese lapsus sin tocar fue cuando salieron todas las novelas. Dice un amigo que la creatividad tiene que explotar por algún lado, y lo hizo por la narrativa de modo completamente espontáneo.

– Y mira por donde, una crítica elogia Caídos del suelo como un “fenómeno literario emergido en Canarias”.

– La primera novela, que apareció en 2013, funcionó tan bien que acabó convirtiéndose en una trilogía con mucho seguimiento en redes, donde una legión de incondicionales, comentando lo que les iba pareciendo, creó una especie de familia. La segunda vio la luz en 2015 y la tercera en 2017. Hasta que, después de 1.500 páginas, de un montón de presentaciones y de estar siempre pendiente del feedback, necesitaba un periodo de desintoxicación. Al no haber formado parte nunca parte del ambiente literario, todo eso me agotó, hasta tal punto, que decidí no publicar más.

– Después de editar con una cadencia de dos años y de cinco en barbecho, ¿tiene alguna obra en gestación?

– Tengo una novela a medias que, de momento, voy a dejar en reposo. Pero como un día me di cuenta de que no me iba a dar tiempo a escribir todas las novelas que tengo en la cabeza, lo mejor es simplificar. Recopilando cosas escritas en todos estos años, para, con las que vayan surgiendo a día de hoy, publicar un libro de relatos donde un código QR escaneado con el móvil, dirige a Spotify para escuchar las canciones de un disco que estoy produciendo para editar simultáneamente con el libro. Quería fusionar en un mismo soporte el rock and roll y la literatura, dos cosas que hago todos los días.

– ¿Le han pedido otros sus músicas?

– Escribo para artistas locales, creo bandas sonoras para teatro y cosas de ese tipo, pero siempre en el ámbito insular. Es cierto que me encantaría ampliar el radio de acción, pero no tengo los contactos, ni me he molestado en buscarlos. Si pudiera dedicarme a escribir canciones para otros artistas, sería posiblemente la persona más feliz del mundo. Lo que más me gusta de la música es el proceso creativo en un pequeño estudio de casa, rodeado de teclados, batería… ¡hasta un violoncello!

– A ver si le abre esas puertas Brocante, donde tanto apuesta.

– Da la impresión de que vivo entre dos mundos: si me relaciono con músicos parece que solo lo hago con ellos; si es con escritores, se diría que mi único mundo es ese… Y en realidad son dos disciplinas que, en mi vida, van siempre juntas. Brocante, como en francés se llama al rastrillo de antigüedades, es el anagrama de mi apellido. Me pareció curioso bautizar así al espectáculo que estamos montando un grupo de músicos y dos narradores. La idea es resumir en hora y media todo lo que hago.