EN PLENO DEBATE

EL FRIO INVIERNO EUROPEO

La llegada del invierno este año viene acompañada por una grave crisis energética a la que la Unión Europea busca dar salida con medidas urgentes y excepcionales. Acabar con la dependencia energética rusa se ha convertido en uno de los caballos de batalla de los 27, sobre todo desde que Vladimir Putin invadió Ucrania en febrero de 2022. Adoptar medidas para frenar el incremento del precio del gas y la electricidad es el otro gran reto al que se enfrenta Europa en estos momentos. 

MARTA RUIZ-CASTILLO,

A esto se suman sucesos como los ocurridos a finales de septiembre en los gasoductos rusos 1 y 2 del Nord Stream, que han provocado fugas en las aguas internacionales del mar Báltico y que, según la UE, han sido «ataques deliberados». Estos gasoductos conectan directamente Rusia con Alemania. «Son tiempos difíciles, y no acabarán pronto», ha admitido la presidenta de la Comisión Europea, Ursula Von der Layen. «Pero estoy profundamente convencida de que, con nuestra unidad, nuestra determinación y nuestra solidaridad, prevaleceremos».

Medidas excepcionales

Ante esta situación, los ministros de Energía de la UE, reunidos con carácter extraordinario el 30 de septiembre, llegaron a un acuerdo político sobre la propuesta de Reglamento presentada días antes por la Comisión para hacer frente a los altos precios de la energía. Los ministros acordaron una reducción global voluntaria del 10% del consumo bruto de electricidad y una reducción obligatoria del 5% del consumo de electricidad en las horas punta. También acordaron limitar los ingresos del mercado a 180 euros/MWh para los generadores de electricidad, incluidos los intermediarios, que utilizan las llamadas «tecnologías inframarginales» para producir electricidad, como las renovables, la nuclear y el lignito. Estos operadores, indicaron los ministros, «han logrado ganancias financieras inesperadamente grandes en los últimos meses, sin que aumenten sus costos operativos. Esto se debe al papel del carbón y el gas como fuentes marginales de fijación de precios que actualmente inflan el precio final de la electricidad». La idea de poner un tope al precio del gas del mercado mayorista está pensada para preservar la rentabilidad de los operadores y evitar entorpecer las inversiones en energías renovables, algo que ya se aplica en España y Portugal desde junio en el marco de la llamada «exención ibérica».

Respecto a la propuesta de la Comisión de «recaudar los ingresos obtenidos de excedentes de la producción de electricidad y una contribución solidaria de los beneficios excedentes del sector de los combustibles fósiles, que se utilizará para aliviar el impacto de los altos precios en los clientes finales y aumentar la protección a los clientes minoristas de electricidad», los ministros acordaron utilizar las medidas necesarias, en función de las circunstancias nacionales, «para recaudar y redirigir los ingresos excedentes hacia el apoyo y la protección de los consumidores, clientes finales de electricidad».


ANTES DE QUE PUTIN INVADIERA UCRANIA, LA CRISIS ENERGÉTICA YA HABÍA DADO SUS PRIMERAS SEÑALES


Contribución solidaria

También acordaron establecer una tasa de solidaridad para el sector de los combustibles fósiles. Se trataría de una contribución solidaria con carácter temporal y obligatorio a aplicar sobre las ganancias de las empresas en los sectores del petróleo crudo, el gas natural, el carbón y las refinerías a aquellas que se sitúen por encima del 20% del incremento de la media anual, teniendo en cuenta como referencia el año fiscal de 2018. Los Estados miembros también podrán establecer temporalmente un precio para el suministro de electricidad para las pequeñas y medianas empresas y ayudarlas así a contrarrestar los altos precios de la energía, y de forma excepcional y temporalmente, podrán fijar un precio por el suministro de electricidad que esté por debajo del costo. «El acuerdo alcanzado hoy supondrá un alivio para los ciudadanos y para las empresas europeas. Los Estados miembros allanarán la curva de demanda de electricidad durante las horas pico, lo que tendrá un efecto positivo directo en los precios y redistribuirán los beneficios excedentes del sector energético entre aquellos que tienen dificultades para pagar sus facturas», dijo Jozef Síkela, ministro checo de Industria y Comercio tras la reunión.

Las medidas aprobadas tienen carácter temporal y extraordinario. Los objetivos de reducción del consumo de energía se aplicarán hasta el 31 de marzo de 2023. El límite máximo obligatorio de los ingresos del mercado se aplicará hasta el 30 de junio de 2023.


LOS MINISTROS DE ENERGÍA DE LA UE HAN ACORDADO UNA REDUCCIÓN DEL CONSUMO DE GAS Y LIMITAR LOS INGRESOS DE LOS GENERADORES DE ELECTRICIDAD


La crisis, paso a paso.

Antes de que Putin invadiera Ucrania, la crisis energética ya había dado sus primeras señales con un aumento paulatino de los precios de los productos energéticos, destacando los de la electricidad y el gas. Desde septiembre de 2021 el precio de la energía es un tema recurrente en las reuniones de los jefes de estado y de gobierno de la UE y del Consejo Europeo. Así se refleja, por ejemplo, en la reunión informal del Consejo de Energía y Transporte del 22 de septiembre, cuando algunos Estados miembros expresaron su preocupación por el aumento de los precios de la energía y pidieron a la Comisión que investigara las causas de la importante subida de precios del gas y la electricidad. La comisaria de Energía, Kadri Simson, se comprometió a ofrecer una «caja de herramientas» energética con posibles medidas para la UE. Un par de semanas después, en el Consejo de Medio Ambiente celebrado el 6 de octubre, los ministros subrayaron la necesidad de emprender una acción urgente para proteger a los hogares vulnerables, y pidieron un enfoque coordinado de la UE.

El 24 de febrero de 2022 Rusia invade Ucrania. El Consejo Europeo celebró una reunión extraordinaria para abordar la situación y cuatro días después, los ministros de Energía de la UE presentaron sus puntos de vista sobre la situación y el estado de los suministros, existencias y flujos de energía en sus respectivos países. Pese a que, según dijeron, la UE no corría un riesgo inmediato de desabastecimiento de gas, incluso en el caso de una interrupción del suministro por parte de Rusia, sí plantearon la necesidad de adoptar medidas de contingencia, incluida la seguridad del suministro, la gestión optimizada de existencias y una mejor coordinación entre los socios para limitar el impacto de los precios de la energía en los hogares y las industrias.

En la reunión informal celebrada los días 11 y 12 de marzo de este año, los líderes europeos acordaron eliminar gradualmente la dependencia de la UE de los combustibles fósiles rusos e instaron a la Comisión a proponer un plan REPowerEU y pidieron otro para garantizar la seguridad del suministro y unos precios de la energía asequibles.

El 2 de mayo, los ministros de Energía abordaron el problema del suministro de gas tras la suspensión por parte de Gazprom, la empresa rusa de gas, a algunos Estados de la UE. En este encuentro analizaron el nivel de preparación de la UE en caso de una crisis de suministro y posibles medidas de emergencia y solidaridad. Ese mes, el 19, el Consejo Europeo y el Parlamento Europeo alcanzaron un acuerdo provisional sobre nuevas normas para el almacenamiento de gas a través de un reglamento cuyo objetivo es garantizar que las capacidades de almacenamiento en la UE se llenen antes de la llegada del invierno y puedan compartirse entre los países miembros «en un espíritu de solidaridad». Los legisladores aprobaron que el almacenamiento subterráneo de gas en el territorio de la UE debe llenarse al menos al 80% de su capacidad antes del invierno de 2022-2023 y al 90% antes de los siguientes períodos invernales.

Los 27 alcanzaron en la reunión del Consejo Europeo celebrado el 20 de octubre en Bruselas un «importantísimo acuerdo» en materia energética para poner en marcha las medidas propuestas por la Comisión, informó el presidente del Consejo, Charles Michel. «Hemos acordado actuar juntos, como europeos, para conseguir tres objetivos: precios más bajos, garantizar la seguridad del suministro y seguir trabajando para reducir la demanda».

A grandes males…

Teniendo en cuenta las diferentes combinaciones energéticas, condiciones y circunstancias de los Estados miembros, los líderes europeos han revisado en los últimos meses el progreso en la eliminación gradual de las importaciones rusas de gas, petróleo y carbón. Además, han pedido al Consejo diversificar más las fuentes y rutas de suministro energético, acelerar el despliegue de las energías renovables, seguir mejorando la eficiencia energética, y la interconexión de las redes europeas de gas y electricidad mediante la inversión en infraestructura. Todo ello encaminado a evitar o reducir al máximo el impacto sobre los ciudadanos.

Postura española

España, si bien parte de una mejor posición que otros países de la UE porque no depende tanto del gas ruso y cuenta con un tercio de la capacidad de regasificación del conjunto de la UE, ha fijado también un objetivo de reducción de consumo de gas del 7%. El 1 de agosto, el Consejo de Ministros aprobó un Real Decreto-ley de medidas de ahorro, eficiencia energética y reducción de la dependencia energética del gas natural. Incluye diversas actuaciones, como fomentar el uso del transporte público reduciendo total o parcialmente el coste de los títulos de trenes, autobuses o metro durante los meses de septiembre a diciembre para «contribuir a disminuir nuestra dependencia energética y nuestra huella de carbono». El decreto-ley establece un «Plan de choque de ahorro y gestión energética en climatización para reducir rápidamente el consumo de energía en edificios administrativos, comerciales y de pública concurrencia, así como facilitar el cumplimiento de los compromisos europeos derivados del conflicto en Ucrania». El documento impulsa también la electrificación de la economía y promueve la sustitución de gas natural por gases renovables. Según el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, entre agosto y septiembre estas medidas habían permitido «reducir el consumo energético en más de un 4,6%». En el Consejo de Ministros del 20 de septiembre, el Gobierno aprobó otro Real Decreto-ley con nuevas medidas de ámbito energético, como «la rebaja del IVA desde el 21% hasta el 5% en los suministros del gas natural, pellets, briquetas y leña, con un ahorro para los consumidores de unos 210 millones de euros».

España, según el Gobierno, está desempeñando un «papel de vanguardia» en la propuesta de la Comisión Europea de desarrollar un banco para el hidrógeno movilizando 3.000 millones de euros y mantiene su compromiso de realizar una «transición energética justa y razonable», ya que es uno de los países más expuestos a las consecuencias de la emergencia climática. El Ejecutivo cuenta también con una ‘Estrategia de Descarbonización a Largo Plazo’ para reducir la dependencia de los combustibles fósiles, con un ahorro potencial superior a los 330.000 millones de euros.

Se establecerá una tasa de solidaridad para el sector de los combustibles fósiles.

OTROS ENFOQUES

EL PAÍS: Informa sobre las medidas adoptadas por los distintos países europeos para combatir la crisis energética.

EXPANSIÓN: En su blog, el director general de Renta 4, Jesús Sánchez-Quiñones, denuncia la falta de previsión de la UE en relación con la crisis energética.

ETHIC: Raquel C. Pico aborda la importancia de la electrificación como medida de transformación hacia un consumo energético sostenible.