ESFERA CULTURAL


LUIS MORERA

Artista plural

“La canción que canté en el Concierto Solidario por La Palma se ha convertido en un himno a la naturaleza”

Embajador de Buena Voluntad de la Reserva de la Biosfera de La Palma, Hijo adoptivo de Gran Canaria, pero nacido en Santa Cruz de La Palma en 1946, Luis Morera tiene alma de artista del Renacimiento a quien ninguna disciplina le es ajena. Pero si alguna le ha hecho más popular es ser la voz, desde su creación, del grupo musical Taburiente, perfecta tribuna para cantar a su isla natal, reivindicando sus derechos y denunciando los atropellos de la contaminación y la especulación de su suelo.
JUAN ANTONIO LLORENTE

Dónde encontrarle

La extensa discografía con Taburiente y los CDs en solitario a la que pronto se unirán dos trabajos más (Identidad y Amor infinito) dan fe de la actividad musical de este creador palmero. Quedaría el pintor exponiendo su obra dentro y fuera de España o el escultor, presente en obras singulares de su isla, como El enano, Santa Cruz o San Miguel en Tazacorte.

Se cumplen 30 años de la muerte de su amigo César Manrique. ¿Lo recuerda como ejemplo a seguir?

Caminamos por las mismas veredas: de sentimientos, del amor a la vida, al paisanaje, al ADN de nuestra tierra, a la defensa del paisaje. En todo eso me identifico con él, sin ser una copia uno del otro. A mí la vida me ha dotado de voz para cantar. Él tuvo la suya para denunciar, con la valentía que le caracterizó. Yo me subo al escenario, y puedo decirlo con la misma fuerza apoyado en la poética de la música. O, sin hacer mítines, comentando lo que pienso, porque mi parte guerrera no la he perdido nunca.

Fue el creador en Santa Cruz de la Palma del primer grupo ecologista de la isla.

Lo llamamos La Quinta Verde, como el lugar que queríamos salvar. Logré que se incluya como Bien de Interés Cultural y no puedan edificar. Falta comprarlo y hacerlo público, pero a mis 75 años no sé si tendré la suerte de ver el sueño realizado, porque temo que los políticos de turno que anden por ahí puedan hacer cualquier barbaridad.

 


“MI MENTE ESTÁ LLENA DE IDEAS PARA LA PALMA, QUE SE QUEDAN EN CARPETAS, PORQUE NO HAY POR AQUÍ UN JOSÉ RAMÍREZ QUE ME ABRA LAS PUERTAS”


 

Ser embajador de Buena Voluntad de la Biosfera en La Palma, ¿a qué obliga?

La respuesta está en el nombre. Cosas para colgar en la pared. Tramas que se crean con la idea de que uno sea más sumiso. Alguien de buena voluntad es un buen tío, que no se mete con nadie. Lo premiamos y ahí está. Pero yo no soy de esa casta. César tuvo a su favor la amistad de José Ramírez que, cuando le hicieron presidente del Cabildo, le convenció para que volviese de Nueva York, donde estaba triunfando, para poner en pie aquello que habían soñado juntos desde la infancia. Mi mente está llena de ideas para La Palma, que se quedan en carpetas, porque no hay por aquí un José Ramírez que me abra las puertas.

Es hijo adoptivo de Gran Canaria…

¡Qué cosa tan increíble! En Gran Canaria me adoran y me nombran hijo adoptivo de la isla. Aquí no quiero que me nombren nada: lo que necesito es ejercer mi trabajo y dejar constancia de mi paso por la vida. El ser humano no puede pasar de largo sin dejar semilla: debe afirmar su huella, No sólo en el arte, sino en su buen hacer. Que le recuerden como ciudadano y no muera su nombre olvidado en el polvo.

¿Su evolución personal se reconoce más en la plástica o en la música?

La vida me ha dotado de esas cualidades, creo que por ser necesarias. Si me levanto y digo: “me apetece pintar”, me siento y lo hago; si tengo ganas de cantar, interpreto mis temas con la guitarra. Mi vida es toda creatividad. A veces me señalan como despistado, y no lo soy, aunque debo de estar en un vuelo galáctico diferente: no camino en la misma dirección. Mi mundo no es tan terrenal como el de los demás. Contemplo las cosas con un espíritu más crítico. Las calles, cuando veo las caras de la gente, con sus inquietudes, su amargura, no me provocan el mismo interés que cuando me meto en un barranco. Ahí está el ser que se encuentra con la Naturaleza.

¿Todo eso se refleja en su obra?

En los años setenta empecé a crear el boceto para el tríptico que estoy haciendo, Entonces lo utilizamos como portada de nuestro segundo LP, pero con el tiempo he ido desarrollándolo hasta el formato actual. Un cuadro con tanta información, que obliga a sentarse para visualizar todo lo que en él se expone: un Jardín de las Delicias, salvando las distancias, en el que reflejo toda la cultura de mi tierra.

Debía ir al Gobierno de Canarias, pero después de toda una vida yendo yo a la gente, en este momento necesito que la gente venga a mí. Que me valoren y me respeten. No que me halaguen, porque eso no me interesa para nada. Así es que el cuadro irá a mi museo, que albergará todos los cuadros que tengo en casa. No sé si lo llegaré a ver abierto, pero tengo la suerte de que Julia, mi hija, se encargará de llevarlo a cabo.

¿Qué recuerdos guarda de Taburiente?

¿Recuerdos? Taburiente está más fuerte y mejor cada día. La pena es carecer en Canarias de una política que nos lleve a recorrer mundo, demostrando que la música de hoy es la misma que hacíamos antes, con un interés adicional después de haber vivido aventuras de fusión, pasando por el jazz o el flamenco. Una de las cosas que le agradezco a la vida es que hoy tenga la voz como nunca. Por mi parte, no he parado de crear temas. Hoy son más poéticos que al principio, pero sin perder la parte guerrera, de denuncia.

También canta en solitario, como pudo verse este mismo año en el Concierto Solidario por La Palma, invitado por RTVE.

La canción que allí canté se ha convertido en cierta medida en un himno a la Naturaleza. Como la banda sonora de una generación, que al escucharlo lagrimea, porque lo que digo son cosas que salen del corazón.