CONSUMO

En busca de la alimentación perfecta

Una buena alimentación es, según la Organización Mundial de la Salud (OMS), la mejor baza para prevenir numerosas enfermedades. Basándose en evidencias científicas, los expertos de este organismo nos recuerdan que “una dieta saludable ayuda a protegernos de la malnutrición, en todas sus variables, y de dolencias como la diabetes, las cardiopatías, los accidentes cerebrovasculares y el cáncer”.
MARIÁN LEZAÚN

Alimentarse de forma adecuada requiere conocer cuáles son los alimentos que se adaptan mejor al ritmo metabólico de cada persona. Pero los nutricionistas no se ponen de acuerdo: están los que defienden las cinco ingestas diarias, los que avalan dietas restrictivas, los que proponen la alimentación intuitiva o los que promueven el ayuno intermitente. En lo que sí coinciden estos expertos es en reconocer que la mejor alimentación es aquella que nos hace sentir bien.

La alimentación humana está llena de mitos, creencias, costumbres, tradiciones, desigualdades y dudas. Por eso, comer cinco veces al día, ponerse a dieta, practicar el veganismo, el vegetarianismo, la alimentación cetogénica, eliminar productos determinados o hacer ayuno intermitente depende de las necesidades de cada persona y también del entorno en el que se encuentre. En cualquier caso, son los nutricionistas los que pueden darnos las pautas para alimentarnos de la mejor manera posible, teniendo en cuenta factores como nuestro estado de salud, nuestra edad, sexo, profesión y hábitos de vida. Sin embargo, hacerlo bien solo depende de nosotros mismos.

Ojo con las modas

Así, partiendo de esa premisa, también es cierto que en los últimos años vemos cómo numerosos actores, deportistas, personajes famosos y hasta empresarios como Elon Musk, el fundador de Tesla, publicitan las ventajas del ayuno intermitente como uno de los grandes remedios para perder peso y recuperar la salud. Sus defensores argumentan que cualquier persona sana puede practicar esta forma de alimentarse porque se trata solamente de un cambio de hábitos y no de una dieta exigente o restrictiva como pudiera parecer. Quizá esta es una de las razones que le han llevado a ganar adeptos y que hace que los llamados comedores intuitivos, es decir, los que se guían por la sensación de hambre, sean cada vez más numerosos. Pero, como dice Néstor Sánchez, experto en psiconeuroinmunología de la Clínica Regenera, su práctica requiere un plan y unas pautas para hacerlo de manera correcta. “El ayuno necesita supervisión, entrenamiento y buenos hábitos nutricionales para ser realmente efectivo. No se trata solo de dejar de comer durante la noche, sino que se trata de comer bien y saber qué es lo que nuestro cuerpo necesita en cada momento”.

 


ALIMENTARSE DE FORMA ADECUADA REQUIERE CONOCER CUÁLES SON LOS ALIMENTOS QUE SE ADAPTAN MEJOR AL RITMO METABÓLICO DE CADA PERSONA


 

Para Sánchez, que también es autor, junto a Carlos Pérez, del libro Ayuno Intermitente, uno de los grandes retos en el tema de la alimentación es acabar con la costumbre de comer sin hambre. “Esto provoca que, por lo general, nuestro cuerpo se inflame, que se confunda, que comamos nutrientes de escasa calidad y que perdamos salud”, apunta. Para él, el ayuno es un tema tan fisiológico que lo único que requiere es atención y saber qué es lo que nuestro cuerpo espera en cada momento: movimiento, descanso y una alimentación saludable. De la misma opinión es Karen de Isidro, nutricionista y miembro de Doctoralia: “si no te apetece desayunar, porque tu organismo necesita un descanso, no hay que hacerlo porque nos han enseñado desde pequeños que la primera comida del día es la más importante. Debemos personalizar la alimentación a las demandas de nuestro metabolismo particular”.

¿Comer cinco veces?

De hecho, Aitor Sánchez, nutricionista y responsable del blog midietacojea.com, reconocía en una entrevista en el diario La Vanguardia, que “nunca ha habido justificación científica para decir que hay que hacer cinco comidas al día. Es una recomendación que se popularizó (en los años setenta) para evitar que hubiera muchos picos de azúcar durante el día y que no tuviéramos tanta hambre (al llegar a las comidas principales). Pero la aplicación práctica es que la gente se ha puesto a comer entre horas cosas superfluas”. Y así es imposible que la dieta sea sana. Para este experto, no pasa nada por llegar con hambre a la cena si lo que se cena son nutrientes de calidad. Como recuerda Rubén Bravo, portavoz del Instituto Médico Europeo de la Obesidad, “en general, comemos tres veces más de lo que necesitamos, según datos de la OMS y ya hay un 64% de españoles que considera importante rebajar la cantidad de alimentos que suele comer cada día”. “Es cierto que, para muchas personas, no es necesario hacer cinco ingestas y menos si no se eligen los alimentos adecuados”, aclara Bravo. Además, hay que tener en cuenta que no todas las personas hacen dieta con el mismo objetivo: unos buscan perder peso, otros ganar masa muscular y otros, simplemente, sentirse mejor y tener más energía. De todos modos, Bravo, recomienda huir de las modas y seguir las recomendaciones. “Hay dietas, como la cetogénica, en la que las personas entran en cetosis (producir la energía a partir de la grasa cuando no hay glucosa disponible) y esto debe estar vigilado por un especialista”, apunta Bravo. También dejar de comer durante muchas horas puede provocar este efecto.

 


UNA DIETA QUE NO ESTÁ SUPERVISADA POR UN PROFESIONAL PUEDE LLEVAR A MÁS TRASTORNOS ALIMENTICIOS Y PROBLEMAS METABÓLICOS


 

Por eso, el ayuno, tan viral en estos momentos, “ni es bueno para todo el mundo, ni ha demostrado beneficios a largo plazo, ni existen resultados sobre mortalidad o situaciones de salud importantes como las que se le atribuyen (enfermedades cardiovasculares, diabetes, enfermedades neurodegenerativas, etc.)”, apunta Francisco Botella, coordinador del área de nutrición de la Sociedad Española de Endocrinología y Nutrición. No obstante, los informes que existen en la actualidad son todavía insuficientes. “A pesar de que el ayuno se practica desde los orígenes de la civilización, no fue hasta el siglo XX cuando empezaron a realizarse investigaciones más profundas”, señala De Isidro. Una recopilación de análisis sobre este método, publicado en la revista Annual Review of Nutrition en 2017, encontró que once de los ensayos clínicos que pusieron a prueba el método reportaron cierta pérdida de peso, pero también apuntaron algunas pegas como hambre intenso o malas prácticas. “Además, en la práctica clínica se observa que no todas las personas tienen un buen resultado”, explica Laura Isabel Arranz, nutricionista y promotora de la llamada dieta lógica. “Existen estudios como el de New England Journal of Medicine, que indican que no se debe practicar como una estrategia para pérdida de peso ya que no aporta tantos beneficios en este caso”, advierte De Isidro. Para esta nutricionista una dieta que no está supervisada puede llevar a más trastornos alimenticios y problemas metabólicos. Además, si se ayuna, pero después se ingieren alimentos altos en grasas y calorías vacías al final el resultado es igual de perjudicial.

Y es que hay que tener en cuenta que comer sin saber realmente qué necesitamos también tiene sus riesgos. En opinión de los expertos, el mayor riesgo es comenzar una dieta sin el control de un dietista-nutricionista y sin seguir una pauta saludable.

Elegir la dieta adecuada

Un estudio de la Universidad de Harvard sobre las dietas más eficaces concluía que cualquier dieta puede funcionar en unas personas y en otras no, debido, fundamentalmente, a las diferencias genéticas y al estilo de vida de cada una. Según la institución parece que no existen las recetas milagrosas sino la buena costumbre de comprar alimentos de calidad y comer de manera sencilla. De la misma opinión son todos los expertos consultados por Escritura Pública y que aseguran que la alimentación depende de muchos factores y que si lo que se quiere es perder peso y mejorar la salud el primer paso es contar con el asesoramiento adecuado. La recomendación actual pasa porque el plan alimentario se adapte a nuestros horarios, nuestros gustos, nuestro apetito y los alimentos naturales y propios del entorno en el que vivimos.
En general, comemos tres veces más de lo que necesitamos, según datos de la OMS.

Cuidado con el ayuno

“El ayuno intermitente no soluciona los problemas de una mala alimentación si no cambiamos de hábitos”, advierte la nutricionista Laura Isabel Arranz. Incluso puede provocar algunos efectos secundarios un tanto desagradables, pero que desaparecen con el tiempo. Además de hambre, los expertos señalan cansancio, insomnio, náuseas y dolores de cabeza. De esta manera, existen casos en los que se desaconseja el ayuno por diversos motivos. Según Arranz, no deberían practicarlo las mujeres embarazadas ni lactantes, los menores de doce años, los trabajadores a turnos, las personas con un historial de trastornos alimenticios o las personas que tengan un índice de grasa corporal muy bajo. Tampoco aquellas personas que deben combinar medicación con alimentos en las horas dedicadas al ayuno. Néstor Sánchez, experto en psiconeuroinmunología de la Clínica Regenera, añade a “aquellas personas que tienen alguna enfermedad crónica o que padecen hipotiroidismo”.

Francisco Botella, coordinador del área de nutrición de la Sociedad Española de Endocrinología y Nutrición, considera que “estar muchas horas sin tomar alimentos puede ocasionar nerviosismo, cefalea, dificultades para dormir o de concentración que pueden ser relevantes en determinadas situaciones. Asimismo, puede dificultar bastante las relaciones sociales o la dinámica de la vida familiar; según los casos”.

Para saber más

OMS: En la página de la Organización Mundial de la Salud (OMS) nos dan las pautas para seguir una alimentación saludable en las diferentes etapas de la vida. También se incluye información sobre cómo promover esa alimentación en la sociedad.

SEEN: La Sociedad Española de Endocrinología y Nutrición dispone en su página web de numerosos estudios sobre nutrición y de artículos y publicaciones de actualidad.