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Una nube de datos

Si está leyendo este reportaje en formato digital, ya está en la nube. Si lo lee en papel y le envía un mensaje a un amigo diciéndole lo interesante que es, también ha pasado por ella. Si cierra la revista, también. Porque su historial médico, sus impuestos, sus cuentas bancarias, etc. están dentro de la nube. Admítalo: está rodeado. Por eso, qué menos que entender dónde está metido.

GABRIEL CRUZ
Una de las cosas que más llama la atención en un centro de datos es el ruido constante de los ventiladores para enfriar los procesadores.

“Meterse” de verdad dentro de una nube se tarda en gestionar unas tres semanas. Hay que firmar al menos dos escritos de confidencialidad. Aparte de pasar por varios controles de seguridad, etc. Estuvimos en un centro de datos de Alcobendas en Madrid perteneciente a una multinacional española de las comunicaciones. De hecho, hay centros que directamente no admiten la visita de periodistas, como el más grande de España, situado en Alcalá de Henares, Madrid. Las dificultades se deben a que los centros de datos son una instalación estratégica y crítica. Lo primero porque su funcionamiento es indispensable para los intereses nacionales y lo segundo porque si falla tendría graves consecuencias para el país. ¿Se imagina que Hacienda pierda sus datos?

 


SI QUIERE SABER SI UNA INFORMACIÓN ESTÁ
EN ‘LA NUBE’ ES SENCILLO: SI PUEDE ACCEDER A ELLA DESDE DIFERENTES TERMINALES CONECTADOS A INTERNET ES QUE ESTÁ DENTRO


 

Instalaciones estratégicas

Dentro de estos edificios lo que se ve son pasillos con muebles metálicos negros denominados racks en los que hay ordenadores, unos encima de otros, que no paran de mover información a tenor de las lucecitas que parpadean. Lo que hacen es guardar la información de empresas y organismos públicos; también son proveedores de correo electrónico. Es decir, es como un hotel en el que las habitaciones son ordenadores y los huéspedes son datos de las empresas. Si quiere saber si una información está en la nube es sencillo: si puede acceder a ella desde diferentes terminales conectados a internet es que está dentro.

La gran ventaja para una empresa es que su centro de datos es escalable. Es decir, si necesita más espacio puede alquilarlo y si no, lo libera. Además, es accesible a través de internet, ahorra costes (actualizaciones, mantenimiento…) se hacen copias de seguridad y poseen una ciberseguridad más sólida. Además, si hay cortes de luz cuentan con generadores de barcos para dar continuidad al suministro eléctrico. Es como si tiene su dinero (su información) en el colchón de su casa (disco de su ordenador) o en el banco (centro de datos).

Calor de los datos

Jorge García Díez, técnico en sistemas, señala que uno de los desafíos más importantes de los centros de datos es la ciberseguridad: “Además está la integración de diferentes sistemas multinube, (distintos tipos de centros de datos) y otro reto la migración de los sistemas que están alojados en la red privada de las empresas a centro de datos más grandes. Es decir, pasar la información de los discos duros de un sitio a otro”.

Una de las cosas que más llama la atención en un centro de datos es el ruido constante de los ventiladores para enfriar los procesadores. Hay pasillos fríos por donde entra el aire de los ventiladores que refrigera y el pasillo caliente por donde sale el de los procesadores. De hecho, como señala Félix Villar, ingeniero informático y empresario en transformación digital, “el gran consumo energético de los centros de datos no es por el trabajo de computación que realizan los ordenadores sino por la refrigeración que necesitan”. Así, según afirma la Asociación Española de Data Center, los centros de datos ya consumen el 3% de la electricidad mundial.

Los procesadores de un centro de datos deben trabajar a unos 21 grados; sin embargo, el calor que producen puede llegar a los 30 grados. Hay que bajarlo si no queremos que se resienta su funcionamiento. Incluso en 2022 se quemó un centro de datos en Estrasburgo, pero el secretismo de estas compañías impidió saber cómo ocurrió. Así pues, como Señala Villar: “grandes proveedores de servicios en la nube como Google están construyendo en EE. UU reactores nucleares pequeños, que producen un tercio de energía más que los tradicionales, para enfriar sus centros de datos. Incluso cada vez más se habla de la huella medioambiental que cada uno de nosotros producimos”. De hecho, la Unión Europea quiere reducir el uso de los «gases fluorados» que usan como refrigerantes los centros de datos.

 


‘LA NUBE’ ES ACCESIBLE A TRAVÉS DE INTERNET, AHORRA COSTES, SE HACEN COPIAS DE SEGURIDAD Y POSEE UNA ‘CIBERSEGURIDAD’ MÁS SÓLIDA


 

Por eso, como señala Villar, “se estudia llevar centro de datos al espacio donde la temperatura es de muchos grados bajo cero. De hecho, creo que esta opción tiene más posibilidades que la meterlos bajo el mar y enfriarlos con su agua. En el espacio la energía la tienes del sol y en el futuro intercambiarías datos comprimidos a velocidades mucho más altas que el 5G a estaciones terrestres que los distribuirían al resto de la tierra. Además, con la privatización de los viajes espaciales, como los de SpaceX de Elon Musk, todo eso será mucho más fácil”.

¿Pero tan importante es la computación en la nube para llegar a esos extremos?

¿El nuevo patrón oro?

Félix Villar lo tiene muy claro: “El país o empresa que tenga más capacidad de computación será más rico y poderoso”. Gracias al desarrollo de la IA podrá crear desde mejores sistemas armamentísticos hasta saber cómo influir en el voto de cualquier ciudadano de cualquier país. Piense que un centro de datos de tamaño medio puede almacenar varios megabytes. Es decir, caben todos los documentos que se han producido a lo largo de la historia de la humanidad.

 


ESPAÑA SE HA CONVERTIDO EN UN ACTOR ESTRATÉGICO POR SU SITUACIÓN GEOGRÁFICA Y SU CONEXIÓN DE CABLES SUBMARINOS QUE NOS CONECTAN CON EL RESTO DEL MUNDO


 

Los datos refuerzan la tesis de Félix. Las grandes tecnológicas como Amazon, Google, Meta, Microsoft… aumentan todos los años su inversión en estos centros. De hecho, si bien las cifras de diferentes auditores varían ligeramente, todas son mareantes. Así en 2025 el tamaño del mercado de la computación tendrá un valor de 452.000 millones de dólares, pero en 2029 alcanzará los 624.000 millones de dólares.

España se ha convertido en un actor estratégico por su situación geográfica y su conexión de cables submarinos que nos conectan con el resto del mundo. Dentro de nuestro país, Madrid aglutina el 80% de centros de datos de toda España. Porque, la nube, cuanto más cerca mejor.

QUÉ LEER

Muchos libros que aún se siguen vendiendo sobre los data center están desactualizados. Abundan los trabajos de fin de grado que acaban en el mundo de autoedición. Nos ha llamado la atención Una introducción a Cloud Computing del holandés Huibert-Aalbers educado en España y residente en México. Sobre todo, porque explica de manera sencilla cómo evolucionó la computación en la nube. El libro es gratis a través de este enlace.

A QUIÉN SEGUIR

Revista Cloud Computing

@revistacloud
Es una publicación con noticias de la Nube o Cloud Computing, Big Data, Blockchain, Fintech, Inteligencia Artifical, Móvil, Inversión, Soluciones y Tecnología.

Asociación @aslan

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Asociación de proveedores de redes, internet y telecomunicaciones con especial interés en centros de datos.

MAM – Social Media

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