ÁGORA CULTURAL Y JURÍDICA

Bruma Negra y la actualidad del noir en Euskadi, por Almudena Fernández Ostolaza,

Notaria y escritora.

Expertos en diferentes áreas del Derecho se dan cita en nuestra revista para ofrecernos su visión de lo acontecido en el mundo de la Literatura, las Artes, la Justicia y, por qué no, en la vida misma. En este número nos acompañan: Antonio Jiménez-Blanco Carrillo de Albornoz, Catedrático de Derecho administrativo. Letrado de las Cortes Generales. Autor de publicaciones en diversas materias de Derecho público; y Almudena Fernández Ostolaza, Notaria y escritora.

Los aficionados al género habréis observado cómo en los últimos años han florecido festivales de novela negra y policiaca en muchos pueblos y ciudades. Me gustaría presentaros mi favorito: Bruma Negra, que viene celebrándose en la maravillosa villa de Plentzia desde 1992. Uno de los más antiguos.

¿Qué tiene de especial? Su mérito es una doble apuesta: acercar al público novelistas consagrados de la talla de Vázquez Montalbán, Juan Madrid, Alexis Ravelo, Rosa Ribas, Tony Hill… y, además, brindar a jóvenes escritores la oportunidad de darse a conocer intercalados con los veteranos. Los organizadores sonríen con complicidad cuando se les llama “la aldea gala”, porque saben que tienen el honor de no haberse rendido ante lo comercial. Y he usado la palabra intercalar a propósito porque en Bruma Negra hay un verdadero encuentro entre novelistas, famosos o desconocidos, auténtico y entrañable.

No sé si tener cerca ‘Bruma Negra’ ha influido o no, pero lo cierto es que el panorama del noir vasco en estos momentos es espléndido. Junto a los nombres consagrados, Dolores Redondo, Mikel Santiago, Ibon Martín, Eva Sáenz de Urturi… ha surgido toda una generación de autores y autoras dignos de atención.

De la tinta al metraje

El polifacético y brillante Jon Arretxe —escritor, cantante de ópera, profesor de deporte y trotamundos— acaba de dar el salto a la pantalla con la serie Detective Touré. Se basa en el personaje desarrollado a lo largo de diez novelas, desde su debut con 19 Cámaras hasta la más reciente Mañas de Lagarto. Un divertido “pobre diablo” afincado en el céntrico pero conflictivo barrio bilbaino de San Francisco (que ya empieza a conocerse como el barrio de Touré). Espero que la serie tenga tanto éxito como los libros.

Noelia Lorenzo Pino, irunesa, es considerada la más nórdica de los txapel noir —apelativo cariñoso acuñado en la Semana Negra de Gijón para nombrar a los escritores vascos que cada año desembarcaban en grupo—. Sus novelas desbordan sensibilidad, una prosa preciosa y una conmovedora preocupación por los más vulnerables. Sus tramas son duras, sin contemplaciones. Después de cinco novelas de los investigadores Eider Chassereau y Jon Ander Macua, en Blanco Inmaculado comienza la serie de las ertzainas Lur y Madi con el trasfondo de una secta dedicada a las manufacturas textiles. Una peculiar pareja que repite protagonismo en Pura sangre.

Juan Infante es un penalista con una dilatada carrera que se inició en la escritura con una de espías, Werther en Beirut. Varias novelas después creó un personaje emblemático: “El gángster de Olabeaga”. Tomás Garrincha es un gánster retirado que no sabe permanecer quieto. La vida “legal” le aburre y acaba siempre metido en las más insólitas aventuras. Poca gente puede sostener con solvencia un protagonista del bando de “los malos” y Juan Infante lo hace a la perfección. Garrincha conoce igual de bien los bajos fondos que el alma humana, experto analista de lo que se dice y lo que se calla, por eso quien lo lee, repite. También conoce los mejores bares y restaurantes de Bilbao, y también por eso merece la pena.

Un retrato local de puro suspense

El amor de Laura Balagué por San Sebastián se refleja en sus novelas. Se estrenó con Las pequeñas mentiras, premio La Trama en Aragón Negro, y ha continuado la saga de la oficial Carmen Arregui. Si en la primera reflejaba el mundo del lujo donostiarra, Muerte entre las estrellas cuenta los entresijos del festival de cine con el homicidio de una jurado —actriz porno, para más señas—. En Una investigación laica, Carmen y su equipo, aislados por una nevada en la comarca de Las Merindades, resuelven un peculiar caso que les toca muy de cerca. ¿En quién se inspira el personaje de Carmen? Laura dice que en “sus veinte mejores amigas”: resuelve asesinatos, se ocupa de la compra, de sus hijos, de una madre mayor…, en fin, como cualquier mujer “normal”.

Javier Sagastiberri apuesta por la elegancia y el realismo. Tras una primera saga de cuatro títulos que comenzó con El asesino de reinas, durante la pandemia decidió cambiar de protagonistas y creó a las ertzainas Ana Larburu e Idoia Sagarduy. Sus años de inspector de la Hacienda Foral le llevan a preferir las conversaciones con los sospechosos a cualquier otra vía de investigación y a perfilar investigadoras mujeres “porque es lo que he conocido en mi trabajo, siempre he colaborado con mujeres policías y juezas”, reconoce. Su exitosa novela Muerte en el Carlton se ha comparado con un Agatha Christie clásico. En la última, Muerte en la ría, aborda el problema de la violencia de género. Como curiosidad para este foro, su novela Perversidad incluye una pequeña trama inspirada en el derecho foral vizcaino.

Si Sagastiberri es la elegancia, otro Javier, Díaz Carmona, es la acción y el suspense, lo que se suele llamar thriller trepidante. Su obra más reciente es la trilogía Justicia, Solas y Venganza. El protagonista es el carismático Osmany Arechabalaga, un exmilitar cubano que aterriza en Bilbao para esclarecer la desaparición de su hijo y una de esas personas que, siendo buena gente, se ve mezclada en crímenes y secuestros. En sus novelas trasciende su preocupación por la violencia contra las mujeres, las penurias de los inmigrantes, la esclavitud sexual, la corrupción en los cuerpos policiales, etc.

Maria Eugenia Salaverri escribe novela, relato, teatro y letras de canciones, es guionista y productora cinematográfica. En su última novela, finalista del premio Nadal, Llegó con la tormenta, nos brinda un thriller psicológico. El drama de un hombre que intenta borrar su pasado y partir de cero en el pueblo francés de Arcachon, y ve cómo toda su vida se tambalea el día que descubre a un joven que lo observa y supone que ha venido a matarlo. La descripción de la realidad a medida que se transforma a los ojos del protagonista es fascinante.

Espacio para el humor y la historia

José Francisco Alonso es el exponente del noir más divertido. Pisto a la bilbaina, Milhojas de jamón y Café cortado componen la trilogía de Loizaga, un profesor de filosofía —como el autor— que por diversos motivos tiene que esclarecer casos criminales que acontecen en Bilbao. Su ayudante principal es su madre, ama Loizaga, experta en disfrazarse y pasar desapercibida. Y es genial la aportación de los alumnos, a quienes el protagonista consulta si la duda es importante. “Son una especie de coro griego, la voz del pueblo”, explica el autor.

En el polo opuesto del humor se sitúa Óscar Beltrán de Otálora, veterano periodista experto en terrorismo. Su novela Tierra de furtivos se desarrolla en las inmediaciones del pantano alavés de Ullibarri, el favorito del autor para practicar remo. Trata temas diversos: el tráfico de cannabis, la reubicación laboral de los antiguos escoltas tras la desaparición de ETA o la vulnerabilidad los menores en centros de acogida. De los tres protagonistas mi favorita es Tatiana, alguien que ha sufrido casi todas las discriminaciones posibles: inmigrante, mujer, negra y pobre y, aun así, es poderosa, muy poderosa. Es de esos libros que no solo te enganchan, además aprendes un montón de cosas.

Elena Fernández también destaca por sus historias negras, decantándose en la última, Las olas también mueren, por el género histórico. Una preciosa historia ambientada en Lequeitio de mujeres que se mueven en los estrechos límites que la sociedad les marca… y un misterioso manuscrito. También es policiaca histórica El valle de Hierro de Ane Odriozola, que tras la trilogía de Gibola, ambientada en Legazpia, escribió esta novela que se desarrolla en la misma zona, pero en el siglo XVI. Arranca con las desapariciones de un niño y un carbonero. Asencia, su mujer, no descansará hasta averiguar qué pasó. Histórica también Lo que dejan ver las sombras de Iñaki Martinez, una apasionante trama de espías y mafiosos en la Cuba de Batista. Álex Oviedo, opta por una novela negra realista ambientada en Bilbao en Ausentes del cielo, con un original enfoque y una profunda carga psicológica. El abogado Javier Bolado en Tratado sobre la extinción nos lleva de viaje por todo el planeta con una trama en apariencia futurista, pero sorprendentemente certera. Peru Cámara apuesta por una estructura más próxima al thriller en sus dos apasionantes novelas que transcurren en Guipuzcoa: Galerna y Cordelia.

Aunque resuma cada vez más, sé que me dejo nombres. Pero no quiero terminar sin una referencia a quien en los círculos bilbainos se considera maestro y mentor: Javier Abásolo, fallecido en 2022. Él escribió novela negra local cuando no estaba de moda, y ayudó y aconsejó a los que vinieron detrás. Si su obra literaria es un magnífico legado, no lo es menos el excelente espíritu de camaradería que “instauró” en el noir vasco. Os recomiendo leer las historias de su inspirador detective Goico. No os dejarán indiferentes.