La mascarilla: una gran aliada

PROTECCIÓN AL CONSUMIDOR

La mascarilla: una gran aliada

En apenas un año las mascarillas han dejado de ser un sistema de protección individual casi minoritario, reservado para determinadas actividades profesionales, a formar parte de nuestra vida cotidiana. Desde el pasado mes de mayo, la obligatoriedad de uso se ha ido imponiendo en todos los ámbitos de nuestra vida y, según reconocen los expertos, pasará mucho tiempo hasta que consigamos desprendernos de ella.

MARIÁN LEZAUN

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@mlezaun

Mientras la vacuna para combatir la Covid-19 llega al mercado, la mascarilla será nuestra mejor aliada. Sin embargo, utilizarla de manera adecuada y saber cuál necesitamos en cada ocasión sigue planteando numerosas incógnitas. Para aprovechar mejor la protección que ofrece cada una y elegir la más segura conviene conocer la opinión de los expertos del sector.

“La mascarilla no protege completamente de la transmisión de la Covid-19 y debe usarse como medida adicional junto a la distancia social, la llamada etiqueta respiratoria (cubrir la nariz y la boca con un pañuelo desechable al toser y evitar tocarse los ojos, la nariz y la boca), y el correcto lavado de manos”, explica contundente Irene Suárez Antuña, del Área de Información del Medicamento de la Dirección de Servicios Técnicos del Consejo General de Colegios Oficiales de Farmacéuticos. Dicho esto, por ahora, es una de las mejores barreras que tenemos para evitar el contagio. Si bien es cierto que, en un primer momento, las autoridades sanitarias desaconsejaron su uso generalizado, a favor de los guantes y el hidrogel, el tiempo ha demostrado que no hay que bajar la guardia y que cualquier protección es poca. De hecho, en algunas comunidades como el País Vasco o Andalucía, las mascarillas serán también obligatorias para practicar deporte en espacios urbanos y en los lugares de trabajo, aunque se pueda mantener la distancia de seguridad. Se trata de normalizar su uso y de que, mientras dure la pandemia, exista una concienciación mayor sobre la necesidad de protección.

¿Cuál elegir? Pero para muchos consumidores, comprar una mascarilla puede ser una odisea si no cuentan con la información adecuada. Los expertos recomiendan, en primer lugar, analizar las necesidades que tiene cada uno, ver el entorno personal y profesional en el que se va a mover y, en función de ello, decidirse por el uso de una u otra mascarilla. En la farmacia y en el centro de salud te pueden aconsejar y siempre es mejor pedir ayuda profesional que dejarse llevar por el boca a boca. Si no hay una exposición directa al virus, la mascarilla higiénica sería suficiente. “No es necesario utilizar una mascarilla autofiltrante para realizar actividades cotidianas”, reconoce Luis Gil, secretario de Asepal, la Asociación de Empresas de Equipos de Protección Individual. Aunque, también hay que tener en cuenta la situación personal de cada uno y su estado de salud.

En el punto de mira se encuentran las mascarillas de tela o las caseras, ya que, si bien se han convertido en un producto de moda, los expertos advierten de que no se ha evaluado correctamente su efectividad. Las mascarillas de tela funcionan como las higiénicas y, aunque utilicen tejidos que permitan la respiración y la filtración de partículas, su eficacia depende de cómo estén realizadas y si cumplen con la norma UNE 0065-2020, que es la que establece los requisitos mínimos que deben cumplir las mascarillas higiénicas reutilizables para niños y adultos. Por eso es mejor comprarlas siempre en un establecimiento de confianza y que cuente con las garantías necesarias.

Al final, se trata de hacer el mejor uso posible de ellas y evitar problemas añadidos que puedan darse. Porque, ¿pueden provocar algún problema respiratorio o infeccioso si se usan de manera continuada o de manera errónea? “Las mascarillas tienen una vida útil limitada. Si alargamos su uso por encima del tiempo recomendado, podría disminuir su capacidad de filtración y acumularse partículas, virus o bacterias sobre su superficie, lo que podría favorecer la aparición de infecciones del tracto respiratorio, o alteraciones de la piel como eritema, acné o sequedad”, señala Suárez. Para minimizar la aparición de problemas derivados del uso de la mascarilla, es imprescindible hacer un uso correcto de la misma y mantener una buena higiene. “En primer lugar, debemos tener las manos limpias siempre que manipulemos la mascarilla, tanto para ponerla como para quitarla, evitando tocar las mucosas y los ojos”, dice esta experta.

Tiempo de uso. Respecto al tiempo de uso, las recomendaciones generales son de cuatro horas para mascarillas higiénicas y quirúrgicas, y de ocho horas para mascarillas autofiltrantes. En el caso de que se humedezca o deteriore la mascarilla, debemos remplazarla automáticamente. Si retiramos la mascarilla temporalmente, por ejemplo para comer o beber, debemos guardarla en una bolsa limpia y no dejarla sobre superficies, con el objetivo de evitar la contaminación, así como la transferencia de posibles virus desde la mascarilla.

Y en el caso de los más pequeños, ¿deben usarla? En el Real Decreto-Ley 21/2020, de 9 de junio, que profundiza en las medidas instauradas por la Orden SND/422/2020, de 19 de mayo, se establece el uso obligatorio de mascarillas, preferentemente higiénicas o quirúrgicas, en aquellas personas mayores de seis años, en la vía pública, en espacios al aire libre y en cualquier espacio cerrado de uso público o que se encuentre abierto al público, siempre que no sea posible mantener una distancia de seguridad interpersonal de al menos 1,5 metros. Su uso es recomendable en la población infantil de entre tres y cinco años. Mientras no se diga lo contrario, no se ha aconsejado el uso de mascarillas por niños menores de 3 años, ante el riesgo de ahogamiento, así como de mala utilización de la misma.

¿Y qué consecuencias tiene el no utilizar la mascarilla? Además de que el riesgo de contagio es mucho mayor, no ponerse la mascarilla tiene multa. En España, las sanciones van de los cien a los trescientos euros, aunque la cifra puede dispararse hasta los 30.000 euros si se es reincidente o si el demandado se niega a utilizarla. En el resto de los países europeos las multan son dispares: desde los 25 euros de Dublín y Luxemburgo, a los 400 euros de Roma hay grandes diferencias.

¿Hasta cuándo tendremos que usarla? Luis Gil cree que, tendremos mascarilla para rato. “Después de comprobar su efectividad, las mascarillas serán parte de nuestra vida cotidiana, como ocurre en los países asiáticos. Mucha gente recurrirá a su uso cuando ya no sea obligatorio como una medida para evitar propagar virus o protegerse en determinados espacios públicos”.

Así las cosas, más vale que nos vayamos acostumbrando a su uso y que estemos atentos a cualquier cambio que las autoridades vayan aportando para, entre todos, parar el contagio de la mejor manera posible: siendo responsables.

Por si las dudas

Ministerio de Consumo: En su página web, el Ministerio de Consumo dispone de una guía útil para saber qué mascarilla necesitamos comprar en cada caso.

Asepal: La Asociación de Empresas de Equipos de Protección Individual informa en su página web de todas las novedades respecto al uso de las mascarillas.

El Instituto valenciano de Seguridad y Salud en el Trabajo: El organismo, dependiente de la Generalitat Valenciana, ha elaborado un informe en el que actualiza toda la información existente respecto a la oferta de mascarillas en el mercado y explica cuáles cumplen la normativa y cuáles no.

A vueltas con el precio

El Gobierno acaba de anunciar que dejará de aplicar un IVA del 21% sobre las mascarillas, cuyo gravamen pasará a ser del 4%. El precio de las mascarillas quirúrgicas desechables en España ha estado regulado durante varios meses: 0,96 euros. La decisión se tomó, según las autoridades, cuando el abastecimiento del conjunto de población no estaba garantizado y los precios se habían disparado sin control en muchos casos. Sin embargo, la situación ha cambiado y el Gobierno ha dado marcha atrás en esta decisión que suponía un agravio respecto al resto de los países europeos. En Portugal el IVA para estos productos es del 6%; en Francia el 5,5%; en Alemania el 5%, y en países como Italia, Bélgica o Países Bajos están exentas de impuestos. Si bien es cierto que la normativa europea establece el tipo máximo para estos productos, Bruselas ya ha anunciado que no impondrá ningún tipo de sanción a los países que bajen el IVA.

Una mascarilla para cada ocasión
Según la capacidad para proteger al usuario y a terceros, podemos diferenciar principalmente tres tipos de mascarillas.
  • Las mascarillas higiénicas: se ha recomendado su uso para reducir el riesgo de transmisión comunitaria durante la pandemia, ya que protegen más al resto de las personas que a uno mismo.
  • Las mascarillas quirúrgicas: están recomendadas para personas sintomáticas o asintomáticas positivas. Su objetivo es evitar que el personal sanitario o los pacientes infectados transmitan agentes infecciosos a los demás, ya que actúan de barrera.
  • Las mascarillas filtrantes: cuyo uso está recomendado para personas que se encuentren en contacto estrecho con personas infectadas y en grupos especialmente vulnerables. Estas mascarillas son Equipos de Protección Individual (EPI) y tiene como objetivo filtrar el aire inhalado evitando la entrada de partículas y así minimizar un riesgo potencial para el usuario que la lleva puesta. Protege tanto al que la lleva como a terceros.
Además, existen otras mascarillas como las caseras o de tela, cuya eficacia para filtrar no ha sido evaluada de manera segura.

¿Debo vacunarme de la gripe?

EN PLENO DEBATE

¿Debo vacunarme de la gripe?

Cada año, en los meses de otoño e invierno, las enfermedades respiratorias hacen acto de presencia, con especial incidencia en el caso de la gripe estacional, «una infección vírica aguda cuyos virus, del tipo A y B, circulan por todo el mundo», como recuerda la Organización Mundial de la Salud (OMS). Este año, la gripe coincide en el tiempo con el virus SARS Cov-2 que causa la enfermedad Covid-19, un coronavirus zoonótico con sintomatología similar a la gripe estacional pero que nada tiene que ver con ésta, y que se ha extendido por todo el mundo.

MARTA RUIZ-CASTILLO CALLEJA

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La gripe causa cada año en todo el planeta de 3 a 5 millones de casos graves y entre 290.000 y 650.000 muertes. La vacunación es la forma más eficaz para prevenir esta enfermedad, que se propaga fácilmente con la llegada del frío.

#YoMeVacuno.
En este marco de incertidumbre, de crisis sanitaria, causada por el coronavirus, y en plena segunda ola de contagios, los expertos han dado la voz de alarma ante los terribles efectos que puede tener para la población la coincidencia de ambos virus, el de la gripe y el SARS Cov-2.

«La vacunación es la medida más eficaz para prevenir la gripe y sus complicaciones», aseguran las autoridades sanitarias. En la temporada 2019-2020 la vacunación evitó en España el 26% de las hospitalizaciones, el 40% de los ingresos en UCI y el 37% de las defunciones atribuibles a la gripe en las personas mayores de 65 años, según datos del Ministerio de Sanidad que, a través de la campaña de #YoMeVacuno y la adquisición de un mayor número de dosis, espera llegar este año a un mayor porcentaje de población que en los anteriores.

La vacuna de la gripe «no es la mejor del mundo, pero aun así tiene un porcentaje de efectividad, de tal modo que todos los vacunados tienen un riesgo menor de contraer la gripe y de las posibles consecuencias de tener gripe, que pueden llegar incluso al fallecimiento, en algunos casos», explica a Escritura Pública Adolfo García-Sastre, director del Instituto de Salud Global y Patógenos Emergentes en la Escuela de Medicina Icahn Mount Sinai en Nueva York, donde es profesor en los Departamentos de Microbiología y Medicina.

En el mundo, la vacuna contra la gripe evita cada año entre 2 y 3 millones de fallecimientos, informa la Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios (AEMPS).

¿Por qué es importante?
«Es particularmente importante disminuir en lo posible los casos de gripe ya que, por un lado, se confunden en sintomatología con los de Covid-19, lo cual hace aún mas difícil el distinguir rápidamente a pacientes con Covid-19; y por otro, el estrés hospitalario se acrecienta al sumar los casos de hospitalizaciones por Covid-19 a los casos de hospitalizaciones por gripe», explica García-Sastre, experto en virología, cuyas investigaciones reconocidas por la comunidad internacional se han centrado en la Biología Molecular del virus de la gripe y de otros virus de RNA.

En 2019-2020, la gripe provocó en España 28.000 hospitalizaciones, 1.800 admisiones en UCI y 3.900 defunciones atribuibles al virus estacional, según el Ministerio de Sanidad. El 85% de los casos graves hospitalizados y el 97% de las muertes ocurrieron en personas con algún factor de riesgo de complicaciones. Por eso, las autoridades sanitarias aconsejan vacunarse a las personas con alto riesgo de sufrir complicaciones y a las personas que están en contacto con ellas, ya que pueden transmitirles la gripe. «Este año, más que nunca, es importante la vacunación de la gripe», coinciden expertos, autoridades sanitarias y entidades internacionales como la OMS y la UE, con llamamientos para que los gobiernos intensifiquen las campañas de vacunación de la gripe. Hay un temor real a que esta segunda ola de la pandemia, que ya está afectando particularmente a Europa con un aumento diario de contagios de Covid-19 y de ingresos hospitalarios, se complique aún más cuando se produzca el pico de casos de gripe, entre diciembre y febrero. Hay que evitar, insisten, sobrecargar los hospitales y centros de salud. «Si tienes 65 años o más, estás embarazada, tienes alguna dolencia crónica, eres personal sanitario o de otro colectivo esencial, vacúnate frente a la gripe», recomienda la campaña de Sanidad.

La vacuna es segura, no causa la gripe, las reacciones adversas suelen ser leves y duran menos de 48 horas; el efecto secundario más frecuente es escozor o dolor en la zona del pinchazo y, lo que es más importante, «no hay un mayor riesgo de padecer Covid-19 por haberse vacunado contra la gripe», informa la AEMPS.

Gripe y Covid-19
En el hemisferio sur, durante los meses de invierno, se ha descrito una actividad baja del virus de la gripe. «Ha habido menos contagios por gripe porque las mismas medidas que se toman para evitar los contagios por Covid-19 contribuyen también a reducirlos en el caso de la gripe», explica García-Sastre, refiriéndose a los confinamientos, el cierre de escuelas, el uso de mascarillas en la calle, una mayor higiene de las manos y la distancia física, medidas todas ellas impuestas durante la pandemia en todo el mundo, y que no se habían llevado a cabo en años anteriores.

A pesar de la menor incidencia de la gripe estacional este año en los países del hemisferio sur, las autoridades sanitarias admiten no saber cuál puede ser el comportamiento de ambos virus a la vez en el hemisferio norte. Para el virólogo García-Sastre «lo mala que sea la situación de este invierno no solo depende de la temporada, sino de que se haga el suficiente diagnóstico, traceo, aislamientos y distanciamiento social, incluido uso de mascarillas, para que los casos de contagio no aumenten». El problema, añade, es que «una vez que los casos de contagio son muy grandes, es muy difícil contenerlos solo con esas medidas, y entonces es cuando se necesita, por desgracia, aplicar medidas adicionales, como pueden ser toques de queda, cierre de establecimientos de ocio, etc.». Eso es algo que ya está ocurriendo en muchos países de Europa, incluida España, a causa de la segunda ola de la pandemia.

Diferenciar gripe de Covid-19

Es muy importante para los médicos, pero también para la población en general, saber distinguir los síntomas de estas dos enfermedades que se contagian fundamentalmente por vía aérea, a través de gotitas respiratorias producidas por una persona infectada al hablar, toser o estornudar. Ambas son afecciones respiratorias contagiosas y, aunque están provocadas por virus diferentes, tienen «presentaciones clínicas muy parecidas», por lo que es importante diferenciarlas.

Covid-19: los síntomas más frecuentes son fiebre, tos seca y dificultad respiratoria. Otros síntomas incluyen disminución del olfato y del gusto, diarrea, y de forma ocasional, escalofríos, dolor de garganta, dolores musculares, dolor de cabeza, debilidad general, vómitos. El periodo de incubación oscila entre 1 y 14 días y los síntomas se presentan de forma progresiva. Su duración aproximada es variable.

Gripe: los síntomas más frecuentes son fiebre, dolor de garganta, tos seca, cefalea, dolor muscular; en menor medida puede presentarse mucosidad nasal, aunque esto es más propio del resfriado común, cuyos síntomas incluyen también tos productiva y dolor de garganta. El periodo de incubación de la gripe está entre 1 y 3 días, y el inicio de los síntomas es repentino. La gripe dura aproximada-mente entre 1 y 2 semanas.

La esperada vacuna contra la Covid-19

Desde que estalló la pandemia en el primer trimestre de 2020, y ante el elevado número de contagios y fallecidos, la comunidad científica trabaja ininterrumpidamente para lograr, cuanto antes, una vacuna contra este nuevo coronavirus.

En esta carrera por lograr una vacuna, la farmacéutica Pfizer y Biontech, anunció en noviembre que su candidata a vacuna contra el SARS-Cov-2 “ha demostrado evidencia de eficacia contra la COVId-2 en participantes sin evidencia prevista de infección por SARS-CoV-2, según el primer análisis de eficacia provisional realizado el 8 de noviembre de 2020 por un Comité de Seguimiento de Datos externo e independiente del estudio clínico en Fase 3”. 

La noticia supone un soplo de esperanza, recibida con cautela por la comunidad científica, pese a que Pfizer y Biontech aseguran que la vacuna tiene una eficacia del 80%.

A la espera de que se confirme la viabilidad de esta u otras vacunas, todo apunta a que, cuando salgan al mercado, ocurra como con los virus de la gripe y, aún así, tengamos que convivir con el SARS-Cov2.

Para saber más

-Ministerio de Sanidad: vacunas y programas de vacunación.

Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC): diferencias entre la gripe y la Covid-19.

Organización Mundial de la Salud (OMS): recomendación de vacunarse.

Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios: última información acerca del Covid-19.

Consumir con cabeza

CONSUMO

Consumir con cabeza

Los españoles tenemos la intención de cuidarnos más, de comer mejor, de hacer más ejercicio y estamos dispuestos a hacer muchos esfuerzos para conseguirlo. También económicos. Eso es, al menos, lo que recogen numerosos estudios sobre nuestros hábitos de consumo. 

MARIÁN LEZAUN

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@mlezaun

Así, una encuesta realizada por la aseguradora Aegon señala que cada vez son más los consumidores que consultan la etiqueta nutricional de los alimentos o los clientes que estarían dispuestos a pagar más por productos realmente saludables. En la misma línea, un 77 por ciento de los encuestados contempla cambiar sus hábitos de vida a corto plazo para sentirse mejor, según un estudio de Aral, la revista de las empresas de distribución.

La incertidumbre creada por el coronavirus ha servido para hacernos más conscientes de nuestro estado de salud. De hecho, durante estos meses, hemos tenido información suficiente para valorar nuestros hábitos de consumo y de vida, pensarlos e incluso cambiarlos para hacer frente a posibles nuevas enfermedades tanto físicas como mentales. La venta de productos deportivos se disparó en los primeros meses de la pandemia y aumentó con fuerza la de alimentos de proximidad y productos sostenibles.

Hábitos saludables. Según la Organización Mundial de la Salud (OMS) existen siete hábitos que, practicados a diario, cambiarían nuestra vida para bien facilitando un estado de completo bienestar físico, mental y social. Son sencillos y apelan al sentido común, pero no siempre es fácil ponerlos en marcha. Entre ellos, una dieta equilibrada, eliminar los productos tóxicos como el alcohol, las drogas y el tabaco, un poco de ejercicio, una higiene apropiada y cuidar nuestro estado emocional y nuestras relaciones sociales. Los fabricantes y las marcas saben que lograrlo es una gran preocupación para muchos consumidores y, por eso, aumentan las inversiones en investigación para crear productos y servicios que satisfagan esas necesidades. De hecho, en los últimos años hemos visto cómo crece la oferta de productos más saludables, más respetuosos con el medioambiente y con la salud y, sobre todo, cómo se ha creado un gran negocio alrededor de ellos que hace que cada vez seamos más exigentes a la hora de comprar. El problema es que producirlos resulta más caro y que, en ocasiones, no llegan al público general que también empieza a demandarlos. No obstante cada vez hay más marcas blancas o productores más pequeños que se han apuntado a la moda de esta nutrición adaptada a nuestras necesidades alimenticias. Alimentos que mejoran el sistema inmune, la flora intestinal, que aportan vitaminas extra o que ofrecen alternativas a la carne suponen ya una oferta importante en cualquier supermercado. Algo que hace apenas unos años solo podía encontrarse en tiendas especializadas. En Innofood señalan las tendencias del futuro de la alimentación: alimentos “cómodos” o fáciles de preparar, comidas que estén ligeramente procesadas, productos sabrosos, saludables y seguros, procesos de conservación más prolongada, alimentos lo más naturales posible y precios competitivos. Dicen los expertos que las empresas que sepan adaptarse serán las que ganarán la batalla en el complicado mercado de la distribución “porque las nuevas generaciones además de demandar comida más sana, quieren que sea fácil de preparar y que aporte nutrientes extra”.

Una encuesta realizada por la aseguradora Aegon señala que cada vez son más los consumidores que consultan la etiqueta nutricional de los alimentos.

El precio. El precio que, hasta ahora, había sido uno de los principales frenos al despegue de este negocio ya no lo es tanto porque el consumidor aprecia las condiciones en las que se han producido los alimentos y los compra convencido. Este el caso de los productos denominados bio o ecológicos que aunque pueden duplicar el precio de los productos convencionales, tienen un target definido para que esta variable no sea lo más importante en la decisión de compra. Además, los expertos aseguran que se puede comer bien sin gastar demasiado. Así, para Laura Arranz, farmacéutica, nutricionista y autora del blog dietalogica.com “no es cierto que comer más sano sea más caro hoy día si tenemos una buena organización de menús en casa y aprovechamos bien todo lo que compramos”. El problema es que “muchas personas se apuntan al cambio, compran verduras en exceso y luego se les estropean en la nevera, y entonces sí sale caro”. Pero si calculamos bien lo que vamos a consumir y lo hacemos no es un problema. “En este sentido la clave está también en consumir alimentos de temporada, tanto frutas y verduras como pescado, pues así reducimos mucho el coste de la cesta de la compra”, explica Arranz. Para esta experta el mercado nos ofrece un montón de productos saludables y con precios asequibles, por lo que se trata de planificar un poco mejor la cesta de la compra y buscar a esos proveedores que realmente sean de confianza. 

En esta especie de revolución alimentaria, los más jóvenes son los que lideran el cambio hacia una dieta más respetuosa con el cuerpo y el planeta. “Casi el 80% de la población entre 25 y 34 años y el 73% de entre 18 y 24 años afirman haberse vuelto más conscientes de su alimentación”, según un estudio de Upfield, el fabricante holandés de margarinas. No obstante, durante la cuarentena se ha incrementado la ingesta de fruta en un 66%, la de vegetales en un 59%, los productos frescos en un 49% y los alimentos ricos en Omega3 en un 24%. De igual manera, ha disminuido el consumo de bollería y el de carne por encima de un 30%, según Upfield. 

Ojo con las modas. Sin embargo, los expertos advierten de que el peligro está en dejarse llevar por las modas y no por criterios científicos. Según un estudio de la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU), “la mitad de los encuestados cree que los productos orgánicos son más sanos que los no orgánicos, cuando esta afirmación no tiene ningún claro respaldo científico”. Según un estudio elaborado por la compañía de energía fotovoltaica SotySolar, hasta el 80% de los españoles considera que existen marcas que se aprovechan de lo ecológico y sostenible para aumentar el precio, haciendo que optar por este tipo de productos sea solo accesible para unos pocos. No obstante, el 18% de los encuestados considera que el precio de este tipo de productos se adecua a lo que se ofrece, mientras que solo un 2% afirma que no son más caros. En este sentido, el bioquímico y divulgador José Antonio Mulet, se ha encargado de desmentir ciertos tópicos respecto a los productos naturales. Mulet defiende que el avance tecnológico no ha supuesto un retroceso en la calidad de los alimentos y que llevar una alimentación poco saludable es solo un problema de actitud. 

Así, para Arranz, aquellas empresas que sepan aunar los nuevos valores serán las que se lleven el gato al agua. “Creo que este tipo de productores serán los que triunfarán y más después de esta crisis sanitaria que estamos viviendo que nos ha hecho valorar mucho más la salud. La mayoría de los consumidores escogerá la opción saludable en igualdad de precio y aunque una parte estarán dispuestos a pagar un poco más, las empresas también están por la labor de hacer que sus opciones más sanas sean también asequibles al bolsillo”. Eso lo estamos viendo ya en los lineales, así que quizás la clave está solamente en mejorar nuestras decisiones.

Hacia una alimentación más inteligente

El proveedor de tecnologías microbianas ADM ha identificado seis diferencias en el comportamiento de los consumidores desde el comienzo del COVID-19. Son hábitos emergentes que impulsarán la innovación y el crecimiento en los próximos meses, según recoge la revista de distribución ARAL. ADM ha detectado las grandes preocupaciones de los consumidores y qué es lo que piden ahora a los proveedores de alimentos. En primer lugar, según esta empresa, los consumidores buscan alimentos que refuercen su sistema inmunitario, que ayuden a mantener las funciones metabólicas y el peso, que se adapten a las necesidades nutricionales de cada uno y que favorezcan el equilibrio y el bienestar. Al mismo tiempo se ha registrado un aumento de la demanda de proteínas vegetales como alternativa al consumo de carne. Según explica la vicepresidenta de marketing de ADM, Ana Farrel, en la revista, los productores que sepan atender a estos nuevos valores serán los que triunfen en la estantería del supermercado.

Cada vez hay más marcas blancas o productores más pequeños que se han apuntado a esta moda de una nutrición adaptada a nuestras necesidades

Para saber más

Más nutrientes: La Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación ha publicado un estudio en el que recoge cuáles son los alimentos con más nutrientes y beneficios para nuestro organismo, Powerhouse Fruits and Vegetables. Este reportaje de La Vanguardia recoge sus claves.

Calcula tu menú: En la web de la Fundación Española de Nutrición puedes calcular la cantidad de calorías que necesitas consumir para mejorar tus condiciones físicas. También encontrarás consejos sobre alimentación saludable y tendencias de consumo.

En esta especie de revolución alimentaria, los más jóvenes son los que lideran el cambio hacia una dieta más respetuosa con el cuerpo y el planeta

Las pymes tiran de la innovación alimentaria

Según datos del Informe Económico 2019 de la Federación de la Industria Alimentaria y las Bebidas, la incorporación de empresas alimentarias a actividades I+D sigue aumentando. Así, la industria de alimentación y bebidas ha elevado la cifra de empresas que han realizado actividades de I+D, que ya superan las 700 compañías, de las que un 84 por ciento son pymes. Desde Food For Life-Spain, la plataforma tecnológica de la Federación, se han promovido 600 proyectos por valor de unos 1.100 millones de euros, relacionados con la innovación alimentaria.