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En 2017 se diagnosticaron en España 247.771 casos de cáncer, según los últimos datos publicados por la Sociedad Española de Oncología Médica (SEOM). Se calcula que en 2035 habrá 315.413 nuevos diagnósticos, de los que el 63% corresponderán a varones. Este aumento se deberá fundamentalmente al crecimiento demográfico y al envejecimiento de la población, ya que con la edad aumenta el riesgo de desarrollar un tumor. Además, se estima que uno de cada dos hombres y casi una de cada tres mujeres tendrá cáncer a lo largo de su vida.

El cáncer, con todo el temor que despierta, será una enfermedad habitual en nuestras vidas, pero también cabe esperar que causará menos muertes. Las estadísticas confirman una evolución muy positiva en la supervivencia de los pacientes.

Tratamiento. Hay razones para el optimismo, pero la lucha contra el cáncer es muy compleja. El doctor Miguel Ángel Seguí, miembro de la Junta Directiva de SEOM y oncólogo médico de la Corporación Sanitaria Parc Taulì de Sabadell (Barcelona) explica que “de igual manera que el ‘cáncer’ son muchas enfermedades diferentes, los avances en oncología vienen por múltiples campos”. En su opinión, probablemente lo más exitoso sea la prevención.

Innovación constante. Gracias a los nuevos tratamientos, Farmaindustria afirma que la esperanza de vida de los pacientes con cáncer ha aumentado un 83% desde 1980. A la vez, se van afianzando terapias que pueden dar resultados muy satisfactorios.

Recientes averiguaciones. Al mismo tiempo, el esfuerzo investigador está aportando descubrimientos muy interesantes, como el que recientemente ha tenido lugar en España de la mano del equipo liderado por el doctor Héctor G. Palmer, investigador principal del Grupo de Células Madre y Cáncer del Vall d’Hebron Instituto de Oncología (VHIO). Después de diez años de trabajo, estos investigadores han averiguado cómo eliminar las células tumorales durmientes. En este proceso han descubierto que la eliminación artificial de TET2 sirve para matar a todas las células tumorales durmientes, lo que sería un gran paso para muchos pacientes. Este trabajo de investigación también ha servido para definir un nuevo biomarcador que ayuda a predecir si un paciente desarrollará resistencia o si recaerá más pronto. Ahora queda un largo, pero esperanzador proceso para poder crear nuevos medicamentos que mejoren el tratamiento del cáncer y eliminen la posibilidad de recaídas.

Recientemente se ha sabido también que un grupo de investigadores del Centro Nacional de Investigaciones Oncológicas (CNIO) han hecho pública una clasificación exitosa de pacientes de cáncer de mama triple negativo, que por primera vez discrimina a las que se curan de las que podrían recaer. También identifica nuevas dianas farmacológicas, y apunta a que en pacientes con estas dianas podrían ser efectivos tratamientos combinados con fármacos ya existentes.

Por Elvira Arroyo

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