CONSUMO
CERCO A LOS MALOS HUMOS
MARIÁN LEZAÚN
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El Plan Integral de Prevención y Control de Tabaquismo echa a andar con un objetivo muy claro: reducir la mortalidad y la enfermedad, pero también poner trabas a los fumadores para que tomen conciencia del riesgo que supone tener un cigarrillo en la boca. Lleva más de cuatro años sobre la mesa, pero fue el pasado mes de abril cuando el Gobierno dio luz verde a su puesta en marcha.
Consecuencias y causas
Ahora la urgencia es tal que muchas de las reformas legislativas que propone podrían estar aprobadas antes de que termine el año. No obstante, se trata de un plan de emergencia que busca acabar con el grave problema de salud pública que supone el consumo de tabaco. Porque, aunque fumar sea una decisión personal, sus efectos nos salpican a todos. Según la Sociedad Española de Neumología y Cirugía Torácica, el tabaquismo es una enfermedad crónica que afecta a alrededor del 25% de la población española mayor de 15 años de edad, y es el causante de un gran número de dolencias, muchas de ellas graves (140 muertes diarias por causas relacionadas con el tabaco).
EL 32% DE LA POBLACIÓN RECONOCE FUMAR A DIARIO Y HASTA UN 36% DICE QUE LO HACE ESPORÁDICAMENTE
Los expertos consideran que contar con una legislación más dura, precios más altos e incluso barreras para su consumo en el ámbito público y privado, pueden disuadir a más de uno a caer en el consumo de un producto que crea una gran adicción, de la cual es difícil escapar. Señalan también que entender esa dependencia supone tener en cuenta las diversas razones que llevan a empezar a fumar. Desde la situación personal, el entorno e incluso ese halo de romanticismo que nos ha dejado el cine, la publicidad o la literatura sobre el humo del tabaco, los motivos son diversos. “La influencia social, la curiosidad y la experimentación, el estrés y el manejo de las emociones son algunos de los motivos del consumo de tabaco, pese a que se conocen todos los riesgos que conlleva”, explica Estefanía Tosar, psicóloga general sanitaria de Centro Albea.
Por eso resulta complicado erradicar esta insana costumbre que afecta a millones de personas en el mundo. Sólo en España, el 32% reconoce fumar a diario y hasta un 36% dice que lo hace esporádicamente. De hecho, con este plan el Ejecutivo da cumplimiento a uno de los 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible que busca disminuir la mortalidad por enfermedades no trasmisibles mediante la prevención. El texto también responde al Plan Europeo de Lucha contra el Cáncer que persigue que menos del 5% de la población consuma tabaco de aquí a 2040, frente al 25% de media actual en Europa. Como objetivo intermedio, España se plantea reducir la prevalencia al 18,3% para el próximo año.
EL PLAN EUROPEO DE LUCHA CONTRA EL CÁNCER PERSIGUE QUE MENOS DEL 5% DE LA POBLACIÓN CONSUMA TABACO DE AQUÍ A 2040
El coste
Así, la llegada de este plan supone un paso más en la lucha contra el tabaquismo que el Gobierno ya endureció en los momentos previos a la pandemia. De hecho, se configura como una propuesta de actualización y endurecimiento de la Ley 42/2010, más conocida como Ley antitabaco, la cual modificaba a su vez la norma anterior, de 2005. Sin embargo, del texto previo, se ha eliminado una de las medidas que suscitaba más polémica como era la subida del precio en un 10%. Según publicaba La Vanguardia recientemente, la ministra de Hacienda, María Jesús Montero, señaló que la subida de los impuestos especiales nunca se anuncia porque de esa manera podría aumentar el mercado negro del producto al producirse un acaparamiento previo, es decir, la posibilidad de que tanto empresas como particulares hagan acopio para obtener beneficios extra cuando suba el precio.
Y es que, mientras que la venta de cigarrillos es un gran negocio para Hacienda, es un gran problema para Sanidad, que debe hacer frente a un gasto de hasta 8.000 millones de euros anuales derivados de la atención a las enfermedades relacionadas con el tabaco (epoc, asma, enfermedades coronarias, cáncer, etc.).
Medidas más importantes
Por otro lado, el plan mantiene sus grandes objetivos: evitar que los jóvenes empiecen a fumar, ayudar a los fumadores que quieran abandonar el hábito y cuidar la calidad del aire. Para ello, el primer paso será equiparar la regulación de los cigarrillos electrónicos y los productos relacionados del tabaco (con y sin nicotina) a la normativa del tabaco tradicional. Hasta ahora no era así. También, el texto propone aumentar los espacios libres de humo para proteger el derecho a respirar. Se prohibiría así fumar en las terrazas de bares y restaurantes, algo que ya ha puesto a la hostelería en contra. Según fuentes del sector, la caída de los clientes podría ser de hasta un 40% debido a que actualmente es el único espacio en el que se permite fumar. Los hosteleros se quejan también de que en pocos países hay una normativa tan estricta. Desde Sanidad señalan que “cuanto más espacio libre de humo, menos espacio a las enfermedades asociadas al tabaquismo”.
EL PLAN INTEGRAL CONTRA EL TABAQUISMO QUIERE ERRADICAR EL CONSUMO EN EL ÁMBITO PÚBLICO Y REDUCIRLO AL MÍNIMO EN EL PRIVADO
Asimismo, el plan prohibirá los dispositivos de un solo uso relacionados con el tabaco, impulsará la investigación y el impacto del consumo en la salud, y colaborará con los ayuntamientos para que se prohíba arrojar colillas en vías públicas y en los espacios naturales.
Cómo dejar de fumar
Abandonar una adicción como el tabaco no es fácil pero hoy existen muchos recursos para hacerlo. El éxito depende de cada persona, pero hay datos que demuestran que si existe una determinación puede lograrse. Estefanía Tosar, psicóloga general sanitaria de Centro Albea explica, además, que los métodos existentes se pueden combinar entre sí por lo que resulta más fácil comprometerse con el objetivo. Entre los más utilizados, Tosar señala “las terapias de reemplazo de la nicotina (parches, chicles, inhaladores, pastillas, etc.), ciertos medicamentos que ayudan a reducir el antojo y mejorar el síndrome de abstinencia, las terapias conductuales, aplicaciones móviles, grupos de apoyo, y cientos de recursos educativos”. Tosar señala que el riesgo de recaída siempre va a estar ahí, pero que dependede de la persona y de su entorno. A mayor dependencia psicológica y fisiológica, mayor riesgo. El estrés y la ansiedad también lo aumentan y, sin embargo, “la mayor disponibilidad de recursos para hacer frente a la adicción, reduce el riesgo de recaída”, explica esta experta.
Crea empleo
Desde el siglo XVI el tabaco es un sector muy importante para la economía española. Desde el cultivo a la distribución, miles de personas viven en España gracias a este producto. El sector genera 3.200 millones de euros al año y emplea a más de 50.000 personas, según un estudio realizado por AFI (Analistas Financieros Internacionales). La alternativa para ellos no es fácil.
PARA SABER MÁS
Moncloa. En la web del Gobierno se puede consultar el texto íntegro del plan y todas las medidas que afectan tanto al ámbito público como privado.
American Cancer Society. Desde la web de la Asociación Estadounidense contra el Cáncer proponen un plan para dejar de fumar desde el compromiso individual y asumiendo las dificultades que aparecerán por el camino.