ESFERA CULTURAL

LEER CUADROS

CONVENIO EL PRADO-FUNDACIÓN NOTARIADO

CLAVES DE LA OBRA

Autor: Alejo Fernández
Fecha de creación: 1500 – 1505
Material: Óleo sobre tabla
Ubicación: Expuesto en la sala 79B
Medidas: 48 cm x 35 cm

La flagelación

De manera especial frente al formato de estas colaboraciones, la imagen adjunta a estas palabras no es de una pintura sino de su reflectografía infrarroja. Desde 1980, la visión infrarroja aplicada al arte viene desvelando aquello que esconde una pintura detrás de las capas de color: el dibujo previo que hicieron los artistas antes de pintar, cambios de composición, repintes… La reflectografía infrarroja de La flagelación de Alejo Fernandez (¿Alemania?, h. 1470 – Sevilla, 1545) es particularmente interesante, como ahora veremos.

JAIME GARCÍA-MÁIQUEZ,

Gabinete Técnico. Área de Restauración

Alejo era un pintor de origen alemán, representante del primer renacimiento en Andalucía. Se le documenta por primera vez en Córdoba en 1496, donde se casa dos años después con la hija del pintor Pedro Fernández, de quien tomó el apellido. En 1508 se traslada a Sevilla para trabajar en la catedral, ciudad en la que recibe encargos importantes. Su estilo funde la tradición flamenca e italiana del quattrocento, con un cierto aire “alemán” en las composiciones, los rostros de los personajes, el gusto por el detalle, como se comprueba en la tabla que nos ocupa.

La Flagelación corresponde a la etapa cordobesa, donde a la deuda de los grabados de Schongauer o Durero en los personajes se une la contraída de la Incisión Prevedari de Bramante en la arquitectura. La inspiración de grabados del norte de Europa y renacentistas italianos ha producido una mezcla que no resulta del todo satisfactoria ni en escala ni en integración espacial, pero esa contradicción compositiva añade mucho más interés –y un encanto especial– a esta única pieza de Alejo que conserva el Museo del Prado.

 


ESTA PINTURA ES UN EJEMPLO DE CÓMO LA DOCUMENTACIÓN TÉCNICA PUEDE DESCUBRIR EL PROCESO CREATIVO EN LA MENTE DE UN ARTISTA, A LA VEZ QUE ENRIQUECER SU SIGNIFICADO


 

El estudio del dibujo oculto bajo el color que ha desvelado la reflectografía infrarroja muestra que la escena se traspasó por medio de la técnica del estarcido: sobre un dibujo en papel, se agujerearon con un punzón las líneas esenciales; posteriormente ese papel se colocó sobre la tabla de nogal ya preparada con yeso, y se esparció cuidadosamente carbón por encima para que se introdujera el pigmento sobre los huecos del punzón. Al retirar el papel, las líneas del dibujo quedarían indicadas por medio de la sucesión de unos puntos negros que se repasarían a pincel.

Es curioso que luego Alejo Fernández hizo cambios al repasar los puntos del estarcido a pincel. El más interesante es el que concierne a la imagen de Poncio Pilato: tiene dos rostros, el que ha descubierto la reflectografía infrarroja, donde interpela a los judíos de lo alto de la balaustrada que señalan a Cristo, y el que finalmente pintó, donde mira sin más cómo lo flagelan. El primero incidía sobre la responsabilidad y ceguera moral de la clase sacerdotal judía, mientras que el segundo y final evidencia la responsabilidad jurídica del poder político en la muerte de Jesús.