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‘ANDA, PONME UNA RESEÑA’

Las reseñas sirven para simplificarte la búsqueda, por ejemplo, marcando productos con cinco estrellas.

Las piden en bares, en hoteles, pero ¿hasta en una clínica? Aumentan las «notas» en buscadores como Google y plataformas de venta. Pero, ¿hasta qué punto son fiables? ¿Se pueden comprar? Nosotros lo hemos comprobado. Y esto acaba de empezar; con las vacaciones de verano, su influencia se dispara.
GABRIEL CRUZ

EL DENTISTA HABÍA sido bueno aunque me dejó un dolor punzante que me perseguiría durante varias horas. Tras pagar en recepción, en la segunda planta, la joven que atendía me dijo:
–«¿Le importa ponernos una reseña positiva en Google?»
–«Cuando llegue a casa lo haré», dije balbuceando. «Quería marcharme cuando antes».
–«Solo va a ser un momento», insistió.
–«En casa, gracias».
–«Yo le explico cómo hacerlo. Déjeme el teléfono y lo hacemos juntos», dijo extendiendo su mano a mi móvil.

Parecía la emboscada de un vendedor de telefonía en un centro comercial y mi salida de la clínica adquiría visos de fuga que, afortunadamente, logré sin pagar el chantaje de escribir una reseña. La clínica es grande, con decenas de gabinetes, ubicada en la zona de negocios de Nuevos Ministerios, en Madrid. No necesita de un empujón para darse a conocer. Pero, ¿tan importante se han vuelto las reseñas incluso para las grandes compañías? Llamamos a Alex Romero, experto en marketing digital, que nos devuelve la respuesta con otra pregunta: «¿Qué es lo que primero que miras cuando quieres comprar algo por internet? Las reseñas. Sirven para simplificarte la búsqueda, por ejemplo, seleccionando productos con cinco estrellas. Para dar el paso de compra, el consumidor exige la ‘prueba social’ (social proof): las opiniones de otros consumidores que nos dan más confianza».

Varios estudios realizados este año en EE.UU. y Gran Bretaña sobre marketing digital (como el de BrightLocal, por ejemplo) señalan que el 85% de los consumidores confían en las opiniones en línea; se ven diez reseñas de media antes de comprar en un negocio, o que se gasta un 30% más en una empresa que tiene buenas referencias. Es un mecanismo psicológico que ya conocía la publicidad desde hace tiempo. ¿Se acuerdan de los anuncios de detergentes en los que unas compradoras decían lo blanca que dejaba la colada? El problema es que el consumidor era consciente de que era publicidad y era más difícil de creer. Con las reseñas, las personas piensan que se les dice siempre la verdad. Algo fundamental para vender cuando la competencia es global.

 


EL 85% DE LOS CONSUMIDORES CONFÍAN EN LAS OPINIONES EN LÍNEA Y SE VEN DIEZ RESEÑAS DE MEDIA ANTES DE COMPRAR EN UN NEGOCIO


 

Comprar reseñas.

Imagine que tiene un negocio y quiere hacerlo más cool. Puede comprar reseñas. Salen centenares de anuncios en Google del tipo «compra reseñas fácilmente» o «las reseñas más baratas», incluso puede comprar lotes. Detrás hay empresas de marketing digital que las insertan, o bien con bots (programas informáticos que hacen tareas reiterativas) o de forma manual, con opinadores que son personas reales. Como señala Alex Romero, «tienen bajo sueldo a diferentes usuarios de Google, con perfiles diferentes, distintas IP (identificador de computador), diferentes fotos reales, etc.».

 


SALEN CENTENARES DE ANUNCIOS EN GOOGLE DEL TIPO ‘COMPRA RESEÑAS FÁCILMENTE’ O ‘LAS RESEÑAS MÁS BARATAS’, INCLUSO PUEDE COMPRAR LOTES


 

¿Quiere ganarse un dinero extra pero éticamente discutible? En una sencilla búsqueda en Google encontrará que puede escribir reseñas falsas sin moverse, haciendo corta y pega del mensaje que le envían, por un euro cada reseña. Incluso, en la indagación de este reportaje, comprobamos cómo una compañía nos paga 15 euros en un cheque de Amazon por una reseña de unos cascos inalámbricos.

El problema que surge es claro: si es tan fácil mentir en las reseñas, nuestra confianza decae y eso es lo último que quieren Google y Amazon. No tendría sentido que usted para informarse leyese un periódico de fake news. De hecho, como nos señala Alex Romero, ellos tienen robots de inteligencia artificial para detectar reseñas falsas. Detectan, por ejemplo, si lo que se pone es «copia y pega» de otra reseña. «Un truco: nadie gasta media hora de su tiempo y se pone a describir con fotos y todo lujo de detalles con 40 líneas un producto. Lo más probable es que se lo hayan regalado». De hecho, Google penaliza las reseñas falsas. Pero entonces, ¿por qué es tan fácil conseguir dentro del mismo buscador páginas que las venden? Según Alex Romero es porque, al parecer, el anuncio patrocinado se puede lanzar en un corto espacio de tiempo antes de desaparecer. Es el tiempo suficiente para captar clientes sin que a Google le dé tiempo a reaccionar. Además, Google gana dinero con cada clic en ese anuncio patrocinado para obtener reseñas. A quien seguro que castigará será a la empresa que compra los comentarios falsos. Si el algoritmo lo descubre, bajará su lugar en las búsquedas o, incluso, quitará el perfil de Google business.

 


EL PROBLEMA QUE SURGE ES CLARO: SI ES TAN FÁCIL MENTIR EN LAS RESEÑAS, NUESTRA CONFIANZA DECAE Y ESO ES LOS ÚLTIMO QUE QUIEREN GOOGLE Y AMAZON


 

En la Unión Europa, EE.UU., y algún otro país se multan las reseñas falsas. Lo dice la directiva (UE) 2019/2161, que fue traspuesta en nuestra Ley de Consumo en noviembre de 2021. Se multará a los que compren reseñas y a los que incluyan en su propia web comentarios sin hacer la comprobación de que realmente sus autores han adquirido el bien o servicio. La cantidad puede llegar a ser ocho veces el beneficio que se considera que se ha obtenido.

De momento, no hemos encontrado empresas en España multadas por este motivo. Sí en Francia, que fue una las primeras en trasponer la normativa europea a la empresa Concileo. Un tribunal de París la condenó a 50.000 euros.

Y EN TWITTER QUÉ OPINAN
Twitter en inglés significa trinar, como hacen las aves. Nombre muy apropiado en el tema de las reseñas porque lo que nos encontramos en esta red social parece la película Los pájaros, de Alfred Hitchcock. Abundan los mensajes de ataques como «vamos a bombardear con opiniones negativas» tal negocio. Por ejemplo, un anarquista de Cartagena solicita reseñas contra una empresa de muebles; otro de Hellín (Albacete), contra un negocio de plásticos por despedir a un compañero. El caso es que cuando contrastamos en Google, efectivamente surten efecto y su calificación ha bajado. Otras veces se da el efecto contrario, descubrimos el stalkea, acoso en términos cibernéticos, del propietario de un negocio a los que han opinado en contra de él. Luego están los autores pedigüeños de opiniones favorables a sus libros. Para aclarar conceptos, le recomendamos seguir a: @alexromero_es. experto en marketing digital. @eccspain. Centro Europeo del Consumidor. Proporciona información y asistencia gratuita a los consumidores en reclamaciones de compras transfronterizas, tan frecuentes en internet. @consumogob. Perfil oficial del Ministerio de Consumo. Con bastantes campañas de información. @FTC. agencia de protección al consumidor de EE.UU., donde residen las mayores tecnológicas del mundo, como Google. Tiene versión en lengua española y persigue con gran intensidad las reseñas falsas. Así que, si Google no le hace caso en España, quizá pueda recurrir aquí. Su web.
Normativa española

En el enlace pueden ver en su integridad la Ley General para la defensa de los consumidores y usuarios, con las últimas actualizaciones y la trasposición de la directiva en la que, entre otros muchos aspectos, se abordan brevemente las reseñas falsas. Lo menciona en el apartado 4 del artículo 20: Información necesaria en la oferta comercial de bienes y servicios.

La normativa anterior es la trasposición de la directiva 2019/2161 del Parlamento Europeo.

¿Y cómo limpio todo esto?

Tiene un negocio y se encuentra que las opiniones en Google le han bajado a una estrella. ¿Qué lejía se usa en internet? Para empezar, ninguna plataforma eliminará comentarios negativos contra su empresa a no ser que usen un lenguaje soez o insultante. Si lo hacen es fácil, porque la inteligencia artificial de Google no lo soporta. En ese caso debe entrar en su ficha personal de «Google My Business» pinchar en la reseña que cree inadecuada y le aparecerá un menú para que Google actúe. También tiene la opción más recomendable: señalar que «Esta reseña no es de este sitio». Aunque lo mejor es convertirse en «Local Guide» de Google, un título de cualificado reseñador (no ponga esa cara, la palabra está en la RAE) que se consigue escribiendo ¡muchas reseñas! Y es que, si un Local Guide pide eliminar una reseña, es más fácil que Google le haga caso, incluso más que al propio dueño del negocio. Aun así, todos los expertos señalan que lo mejor es contestar todas las opiniones. Si es mala, pidiendo disculpas y explicando el porqué; y si es falsa, rebatiéndola claramente. Si son buenas, lo tiene más fácil: dé las gracias.

Con las reseñas las personas piensan que se les dice siempre la verdad.