ALDEA GLOBAL

El valor de la pesca sostenible

Un barco de pesca artesanal sostenible en Mangily (Madagascar) después de recoger las redes.

La sobrepesca no es un problema nuevo. La excesiva explotación de los caladeros se remonta a los tiempos en que las ballenas generaban leyendas como la de Moby Dick y el capitán Ahab. Hoy, estos grandes mamíferos marinos subsisten a duras penas: han desaparecido caladeros enteros de otras especies y las alertas de riesgo de extinción se multiplican. Mientras se mira de reojo a la cada vez más activa acuicultura, la FAO aboga por la Transformación Azul.
MELCHOR DEL VALLE

El último informe sobre El estado mundial de la pesca y la acuicultura (informe SOFIA), publicado por la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura, FAO, en junio de 2022 –con datos de 2020–, indica que la producción pesquera y acuícola total alcanzó un máximo histórico de 214 millones de toneladas, de las que 178 millones corresponden a animales acuáticos y 36 millones a algas. Los datos se refieren tanto a la producción oceánica como a la continental. Y los de pesca solo tienen en cuenta la legal desembarcada y no la accidental, lógicamente. Para darse una idea, dicho volumen de captura y cría es similar a la producción de carnes de ave y cerdo juntas en el mismo periodo.

 


SEGÚN LA FAO, LA PRODUCCIÓN PESQUERA Y ACUÍCOLA MUNDIAL ALCANZÓ UN MÁXIMO HISTÓRICO DE 214 MILLONES DE TONELADAS EN 2020


 

El 89 % se destinó al consumo humano directo; y aquí viene un dato del informe que puede ayudar a contextualizar uno de los grandes problemas de la sobrepesca: los alimentos acuáticos aportaron en torno al 17 % de las proteínas de origen animal consumidas y alcanzaron el 23 % en los países de ingresos medianos bajos y más del 50 % en lugares de Asia y África. En otras palabras, la esquilmación de los caladeros significa hambre para muchas personas de países en desarrollo.

Un poco de historia.

A principios del siglo XIX –de vuelta a los tiempos de la novela de Herman Melville– se pescaban ballenas para obtener, principalmente, grasa para las lámparas de aceite. El resultado fue que la población de varias especies de estos mamíferos marinos se redujo en más de un 90 % hasta mediados del siglo XX, cuando se implementaron diversos programas de protección. Pero la moratoria internacional sobre la caza comercial de ballenas no llegó hasta la década de los 80. Aun así, en 2023, se siguen capturando unas mil ballenas anualmente por parte de flotas de países (Islandia, Japón y Noruega) que no han suscrito la moratoria. Tampoco aquí se tiene en cuenta la caza ilegal y la pesca accidental.

Lo descrito en el párrafo anterior se puede aplicar a otras muchas especies, varios de cuyos caladeros han desaparecido materialmente a partir de mediados del siglo XX, sobre todo en zonas más próximas a las líneas costeras. Fue la consecuencia de que los países desarrollados incrementaran su capacidad pesquera, dando lugar a un notable crecimiento de la pesca industrial y orillando a los pescadores locales. La disminución de capturas por sobreexplotación, a partir de ahí, fue llevando a buscar bancos de especies comerciales en aguas cada vez más profundas y a utilizar métodos de localización y pesca más precisos y sofisticados. El incremento de la sobrepesca fue tal, que a principios del presente siglo se estimó que la pesca industrial era la razón por la que la población de grandes peces, con el atún a la cabeza, fuese tal sólo el 10 % de la existente cincuenta años antes.

Producción mundial.

Según el informe de la FAO, la pesca de captura llegó a los 90,3 millones de toneladas, lo que representa un descenso del 4 % respecto de la media registrada en el periodo 2017-2019. China siguió siendo en 2020 el principal productor pesquero, seguido de Indonesia, Perú, Rusia, EE. UU., India y Vietnam. Entre todos ellos alcanzan casi el 49 % de la producción de captura mundial. Las especies más pescadas, según datos de la FAO, son la anchoveta (4,9 millones de toneladas), el abadejo de Alaska (3,5 millones) y el atún listado (2,8 millones).

 


LOS PAÍSES DESARROLLADOS INCREMENTARON SU CAPACIDAD PESQUERA, HACIENDO CRECER LA PESCA INDUSTRIAL Y ORILLANDO A LOS PESCADORES LOCALES


 

La producción animal acuícola, por otro lado, llegó en 2020 a los 87,5 millones de toneladas. Asia ha dominado la producción mundial durante las últimas décadas, produciendo el 91,6 % de los animales acuáticos y las algas del mundo en 2020. La «locomotora» de esta situación también es China, que ha producido más animales acuáticos y algas cultivados que el resto de los países juntos. Por continentes, Egipto es el principal productor de África, Chile lo es de América y Noruega, de Europa.

Pesca sostenible.

Si queremos seguir contando con una fuente de proteína animal que no necesita suministro de agua dulce ni terreno de cultivo y que apenas genera gases de efecto invernadero –léase animales acuáticos– es imprescindible que los procesos de pesca respeten la vida de un número suficiente de individuos que permita a la especie reproducirse de forma adecuada. Esta es la esencia de lo que se considera pesca sostenible, que lleva añadido el respeto a la función y diversidad de los ecosistemas. Un aspecto, este último, en el que las flotas de arrastre reciben la mayoría de las críticas, porque su arte de pesca se lleva por delante todo lo que encuentra a su paso, dañando los ecosistemas y reduciendo su capacidad para mantener el ciclo vital de las especies comerciales. La UE, como ejemplo de preocupación por la sostenibilidad pesquera, ha hecho público un acuerdo del Parlamento (junio de 2023) para controlar más el exceso de pesca y que se cumplan las normas de la Política Pesquera Común.

 


LOS PAÍSES QUE MÁS PESCAN, CON CHINA A LA CABEZA, LLEGAN AL 49 % DE LA PRODUCCIÓN DE CAPTURA MUNDIAL


 

La necesidad de pesca sostenible también debe implicar a la acuicultura. Su actual realidad es que se capturan pequeños peces para alimentar a las especies más grandes cultivadas, con lo que se están restando recursos a los peces salvajes, que no podrán reproducirse por falta de comida. Esto es, al menos, lo que mantienen algunas organizaciones ecologistas. Sostenible, en el caso de la acuicultura, añaden, podría ser limitar las capturas a especies herbívoras, aunque esto es algo que se considera complicado en el sector. También cabe buscar métodos de alimentación que permitan el correcto desarrollo de los animales acuáticos de cría, a lo que hay que añadir una correcta gestión para mantener la calidad de los productos y evitar la contaminación, por exceso de individuos, en los criaderos.

‘Transformación Azul’.

Esta estrategia promovida por la FAO, que los propios autores califican de «visionaria», busca el equilibrio entre seguridad alimentaria y la sostenibilidad ambiental, pero mira con «ojo inquieto», como el «hombre de casino provinciano» que cantó Machado, al cambio climático y sus efectos sobre el medio ambiente. Según Manuel Barange, director de la División de Pesca y Acuicultura de la organización, «La transformación azul es un proceso basado en resultados mediante el cual los miembros y asociados de la FAO pueden aumentar al máximo la contribución de los sistemas alimentarios acuáticos para mejorar la seguridad alimentaria, la nutrición y las dietas saludables asequibles, permaneciendo dentro de los límites ecológicos».

 


ASIA DOMINA LA ACUICULTURA MUNDIAL, ALCANZANDO EL 91,6 % DE LA PRODUCCIÓN DE LOS ANIMALES ACUÁTICOS Y LAS ALGAS DEL MUNDO


 

Hay razones para el optimismo, ya que las pesquerías explotadas de manera sostenible supusieron el 82,5 % del volumen de los desembarques de 2019, porcentaje 3,8 % superior al registrado desde 2017. Pero lo evidente es que la puesta en marcha de medidas contundentes desde los poderes políticos internacionales es ya urgente, porque según los últimos datos obtenidos por la FAO, «unos 58,5 millones de personas trabajaban en el sector; de ellas, aproximadamente el 21 % eran mujeres. Se estima que las vidas y el sustento de alrededor de 600 millones de personas dependen, de alguna manera, de la pesca y la acuicultura».

Pesca sostenible frente al hambre

Hoy hay cerca de ochocientos millones de seres humanos en el mundo que tienen escasez de alimentos. Para 250 millones, la situación es de hambre aguda o, directamente, inanición, según la ONU. Añadido el crecimiento de población previsto, un incremento de dos mil millones de personas para 2050, el planeta tendría que producir un 70 % más de alimentos para satisfacer las necesidades de la población, según cálculos de la FAO.

La ‘Transformación Azul’ que promueve la FAO tiene como primer objetivo la intensificación y expansión sostenible de la acuicultura, con la mirada puesta en aumentar la producción acuícola mundial de entre el 35 y el 40 por ciento para 2030. Se prevé, además, dice la agencia de Naciones Unidas para la alimentación, «que la producción de alimentos acuáticos aumente en un 15% adicional para 2030». Y, añade, que el crecimiento debe ser social y económicamente sostenible, además de minimizar las consecuencias del cambio climático.

Acuicultura: nada nuevo bajo el agua

La idea, y necesidad, de criar animales acuáticos tiene varios milenos. Se sabe que los chinos ya criaban carpas en el año 2000 antes de nuestra Era. Los antiguos griegos, según contaba Aristóteles, cultivaban ostras. Y de los romanos sabemos que usaban piscinas para la cría y engorde de peces o para mantenerlos vivos tras la captura y que llegasen así frescos a las mesas.

España es el primer productor acuícola de la Unión Europea. Hay más de 5 000 piscifactorías o granjas que producen en torno al 25% de los animales acuáticos que se consumen en el país. Una gran parte de esa producción procede de los cultivos de mejillón en las bateas de las que cuelgan las maromas donde se adhiere el molusco. España es el segundo productor mundial de mejillón, tras China. Este país es también uno de los principales destinos de las exportaciones españolas de pescado y preparaciones de la pesca.

Canales de cría del esturión naccarii en Riofrío (Granada).

Para saber más

El estado mundial de la pesca y la acuicultura: hacia la transformación azul. Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (2022).

Living Blue Planet Report: Species, habitats and human well-being. WWF y Zoological Society of London (2015).

Sea Around Us: fisheries, ecosystems and biodiversity. U. de Columbia Británica y U. de Australia Occidental. Editores: Pauly D., Zeller D., Palomares M.L.D. Mapa interactivo. Datos 2020.