EN EL ESCAPARATE

LA TIRANÍA DEL EDADISMO

Pensar que las personas mayores no pueden aportar nada o considerar a alguien demasiado mayor o joven para un trabajo son formas habituales de edadismo, una discriminación tan generalizada que Naciones Unidas la considera un problema mundial. El edadismo, que afecta sobre todo a las personas de más edad, conduce a una salud más pobre, al aislamiento social y tiene un alto coste económico. Es necesario sensibilizar a la población sobre sus consecuencias y actuar con rapidez para combatirlo.
ELVIRA ARROYO

La edad, una de las primeras características que observamos en los demás, está relacionada con procesos biológicos, pero también se configura socialmente, al asociarse con conceptos que son a menudo discriminatorios. Hablamos de edadismo cuando la edad lleva a categorizar a las personas por atributos que ocasionan daño o desventaja. Se manifiesta en forma de prejuicios, exclusión y políticas institucionales que perpetúan ciertas creencias estereotipadas.

Se calcula que la mitad de la población mundial tiene actitudes edadistas. Según la Encuesta Social Europea, uno de cada tres mayores europeos ha sufrido las consecuencias del edadismo. Naciones Unidas advierte que esto afecta a millones de personas y constituye un problema grave de derechos humanos. Así lo recoge el Informe mundial sobre el edadismo, publicado por la Organización Mundial de la Salud (OMS), en el que se analiza su alcance y se identifican las estrategias para hacerle frente.

Una cuestión global

A diferencia de otros “ismos”, como el racismo o el sexismo, el edadismo tiende a ser más aceptado y está más extendido. Afecta a personas de cualquier edad, aunque los jóvenes y los mayores suelen ser los más desfavorecidos. En los jóvenes se refleja en dificultades para acceder al empleo, la vivienda y la política, donde sus voces suelen ignorarse o rechazarse.

En las personas mayores, el edadismo se asocia con una peor salud física y mental, un mayor aislamiento social, inseguridad financiera, una menor calidad de vida y unas mayores tasas de muertes prematuras. Los adultos mayores con actitudes negativas sobre el envejecimiento pueden vivir 7,5 años menos que los que tienen actitudes positivas. Además, se estima que 6,3 millones de casos de depresión en todo el mundo son atribuibles al edadismo.

 


NACIONES UNIDAS ADVIERTE QUE EL EDADISMO AFECTA A MILLONES DE PERSONAS Y CONSTITUYE UN PROBLEMA GRAVE DE DERECHOS HUMANOS


 

En algunas sociedades, los sistemas sanitarios reducen los cuidados a largo plazo reduciendo los recursos destinados a la patología crónica o excluyendo a los adultos mayores de ciertos tratamientos. A esto se suman otras desventajas como la dificultad para acceder a servicios en los que la transformación tecnológica impone elementos comunicativos que suponen una brecha digital, así como prejuicios relacionados con el sexo, la raza y la discapacidad.

Una idea bastante común es que las culturas orientales (China, India, Japón, Filipinas, Vietnam…) muestran hacia los mayores un respeto superior que en las culturas anglófonas (Australia, Canadá, Nueva Zelanda, Reino Unido y Estados Unidos) y en Europa. Concretamente, Japón, conocido por celebrar el Día del Respeto a los Ancianos y por la longevidad de su población, es uno de los países donde los mayores son más valorados. No obstante, un análisis realizado por la OMS en 57 países encontró que las culturas anglófonas y Europa mostraban un mayor aprecio por las personas mayores. Aun así, la propia OMS advierte que, cuando se habla de edadismo, no conviene hacer generalizaciones geográficas.

Concepto social

La consideración de persona joven o mayor depende en gran medida del contexto y el entorno cultural. Una persona de 18 años puede ser demasiado mayor para aprender a ser gimnasta de competición y, a la vez, demasiado joven para ocupar un puesto político de gran responsabilidad. Las distintas culturas difieren también entre sí en lo que respecta a lo que se considera vejez, edad mediana y juventud. Hace un siglo, en Europa occidental y América del Norte, la vejez comenzaba mucho antes que hoy, mientras que sigue abierto el debate sobre la necesidad de fijar el umbral de la tercera edad más allá de los 65 años, porque esta edad biológica ya no se corresponde con la imagen real del envejecimiento.

 


LOS ADULTOS MAYORES CON ACTITUDES NEGATIVAS SOBRE EL ENVEJECIMIENTO PUEDEN VIVIR 7,5 AÑOS MENOS QUE LOS QUE TIENEN ACTITUDES POSITIVAS


 

De forma inconsciente, los pensamientos relacionados con la edad, incluidos los edadistas, se asimilan desde la primera infancia. El informe de la OMS destaca que, a partir de los 4 años, los niños perciben los estereotipos existentes en su cultura respecto a la edad mediante las señales que captan de las personas que tienen a su alrededor. Curiosamente, se hizo un experimento que consistía en enseñar a niños de infantil y primaria dibujos que representaban a un hombre en cuatro etapas de la vida, y dos tercios del alumnado consideraron al hombre de mayor edad indefenso, incapaz de cuidar de sí mismo y pasivo.

Cómo se manifiesta

El edadismo se expresa en tres niveles que se potencian mutuamente: institucional, interpersonal y autoinfligido.

El edadismo institucional se refiere a las leyes, regulaciones, normas sociales y políticas que limitan injustamente las oportunidades en función de la edad. También incluye ideologías que las instituciones fomentan para justificar su edadismo. Es probable que la ciudadanía no perciba este edadismo porque esas reglas llevan mucho tiempo vigentes y se consideran normales. Son un ejemplo de ello las políticas en el sector de la salud que permiten limitar la atención sanitaria en función de la edad, las prácticas de contratación discriminatorias, o las edades de jubilación obligatorias en el sector laboral.

El edadismo interpersonal tiene lugar durante las interacciones entre dos o más personas. Aquí destacan la falta de respeto, tratar con superioridad a las personas mayores o jóvenes, no tener en cuenta sus puntos de vista en la toma de decisiones, o utilizar un vocabulario demasiado sencillo al interactuar (infantilismo) pensando que tienen menos capacidades.

El edadismo autoinflingido es el que una persona se aplica a sí misma cuando interioriza los sesgos basados en la edad que se dan en su cultura. Es el caso de las personas veinteañeras que piensan que son demasiado jóvenes para un determinado puesto de trabajo y por ello no lo solicitan. También están en esta categoría las personas mayores que no ven posible aprender nuevas competencias en una fase avanzada de la vida y descartan matricularse en la universidad o en otro tipo de formación; o aquellos que consideran sus capacidades mermadas por haber cumplido una determinada edad.

Este tipo de pensamientos tienen consecuencias. Diversos estudios demuestran que las personas con una idea negativa sobre su edad obtienen un peor rendimiento en pruebas de memoria o físicas que quienes tienen un estereotipo de edad neutral o positivo. De manera similar, se ha detectado que cuando las personas mayores son expuestas a una discriminación por edad en forma de discurso condescendiente, sus resultados cognitivos son peores.

 


UN EJEMPLO DE EDADISMO SON LAS POLÍTICAS EN EL SECTOR DE LA SALUD QUE PERMITEN LIMITAR LA ATENCIÓN SANITARIA EN FUNCIÓN DE LA EDAD


 

Elevado coste

Se sabe que el edadismo tiene además un alto coste económico para la sociedad, aunque son pocos los países en los que se ha valorado este impacto. El primer estudio sobre la carga económica que supone se publicó en Estados Unidos en 2020. Una de las conclusiones fue que, en una empresa con 10.000 empleados, la desafección del personal a causa de la discriminación por la edad llevó a aproximadamente 5.000 días de absentismo laboral no justificado y a una pérdida salarial de unos 600.000 dólares. También se calculó el coste anual del edadismo en Estados Unidos en los ocho trastornos de salud más costosos para las personas de más de 60 años. Estos trastornos son: enfermedades cardiovasculares, enfermedades respiratorias crónicas, trastornos osteomusculares, traumatismos y lesiones, diabetes mellitus, enfermedades relacionadas con el consumo de tabaco, trastornos mentales y enfermedades no transmisibles. El estudio indicó que la percepción negativa del envejecimiento por parte de las propias personas mayores conlleva un gasto anual de 33.700 millones de dólares; mientras que los estereotipos negativos respecto a la edad cuestan 28.500 millones de dólares al año.

En Australia, se calcula que, si un 5% más de personas mayores de 54 años tuviera trabajo, se generarían cada año 48.000 millones en la economía del país.

 


CUANDO LAS PERSONAS MAYORES SON EXPUESTAS
A UNA DISCRIMINACIÓN POR EDAD EN FORMA
DE DISCURSO CONDESCENDIENTE, SUS RESULTADOS COGNITIVOS SON PEORES


 

Qué hacer

La lucha contra el edadismo significa cambiar la forma en la que pensamos y actuamos en relación con la edad propia y de los demás. Una de las prioridades de la Década del Envejecimiento Saludable 2021-2030 es combatir el edadismo. Por ello, Naciones Unidas instó a la OMS a elaborar, en colaboración con otros asociados, una campaña mundial de lucha contra el edadismo que se lanzó en 2021. Esta iniciativa cuenta con el apoyo de los 194 Estados miembros de la OMS y tiene como objetivo cambiar la narrativa en torno a la edad y el envejecimiento, así como ayudar a crear un mundo para todas las edades.

Se recomienda poner en marcha tres estrategias cuya eficacia está demostrada:

  • Políticas y legislación que aborden la discriminación y la desigualdad por motivos de edad, así como la legislación relativa a los derechos humanos.
  • Intervenciones educativas en todos los niveles y tipos de educación. Las actividades formativas ayudan a mejorar la empatía, a disipar las ideas erróneas sobre los distintos grupos de edad, y a reducir los prejuicios al proporcionar información precisa y ejemplos para contrarrestar los estereotipos.
  • Favorecer el contacto intergeneracional para acabar con los estereotipos entre grupos de cualquier edad.

En España se están promoviendo cada vez más campañas desde el ámbito público y privado para que calen en la sociedad los mensajes contra el edadismo en los medios de comunicación y redes sociales, entre otros canales.

En lo que respecta a los mayores, el Ministerio de Sanidad recuerda la importancia de comprender que el envejecimiento es una etapa más de la vida y que los cambios de edad deben ser siempre respetados. También aboga por la participación informada de las personas mayores en la toma de decisiones, especialmente en aquellas en las que están implicadas.

Al mismo tiempo, es fundamental aprender a utilizar el lenguaje de forma cuidadosa para no transmitir ideas o sensaciones incómodas. Algunas palabras como “anciano” o “viejo” suelen asociarse con estereotipos que hacen ver a las personas mayores frágiles y dependientes. Del mismo modo, la palabra “infantil” se asocia a menudo con la idea de que las personas jóvenes son inmaduras.

Otro gran reto es acabar con el elderspeak o habla para personas mayores, muy frecuente no solo en la familia, sino también entre los cuidadores. Al hacerse mayores, las personas notan cómo se les empieza a hablar de forma diferente, como si no comprendieran lo que se les está diciendo. Observan que los demás elevan su tono de voz, les hablan más despacio o les dicen frases más cortas. Mención aparte merecen las conversaciones en tono infantil (“hola Luisita, ¿qué tal estás, bonita?”, “vamos a darte una duchita antes de salir a la calle”). La solución es tan sencilla como tratarlos de igual a igual.

 


EN AUSTRALIA, SE CALCULA QUE SI UN CINCO POR CIENTO MÁS DE PERSONAS MAYORES DE 54 AÑOS TUVIERA TRABAJO, SE GENERARÍAN CADA AÑO 48.000 MILLONES EN LA ECONOMÍA DEL PAÍS


 

Por otro lado, se va imponiendo en la publicidad, el cine y las redes sociales la presencia de modelos, actrices, actores e influencers mayores, sobre todo mujeres, a quienes la edad dejaba fuera de escena hace unos años. Numerosas voces de Hollywood y, por supuesto, del cine español, luchan para acabar con la invisibilidad a partir de cierta edad. Mujeres que lucen orgullosas sus canas y muestran con naturalidad el paso del tiempo son hoy modelos habituales en marcas de cosmética y moda, rompiendo así con estereotipos frustrantes e irreales. Igualmente, en las redes sociales gozan de gran aceptación mujeres que demuestran cómo se puede ser un referente de estilo a cualquier edad.

En el mundo de la política, candidatos octogenarios conviven con otros muy jóvenes, pero los prejuicios edadistas siguen muy arraigados. En Estados Unidos la edad ha obligado al presidente Biden (80 años) a dar explicaciones sobre el estado de su memoria por presentarse a la reelección. La edad también ha hecho que su oponente Donald Trump (76 años) sea objeto de críticas. Un aspecto positivo es que, a pesar de todo, siguen adelante con sus candidaturas, algo que años atrás era casi impensable. Basta recordar que, Eisenhower, que llegó a la Casa Blanca con 62 años, admitió en sus memorias que dudó sobre presentarse a la reelección con 66 años por temor a ser demasiado mayor.

Un concepto relativamente nuevo

El término inglés ageism (edadismo) fue acuñado en 1969 por Robert Butler, gerontólogo estadounidense y primer director del Instituto Nacional del Envejecimiento en Estados Unidos.

Aunque el edadismo ha existido siempre en diferentes países y culturas, el concepto es reciente y no existe todavía en todos los idiomas. El Informe mundial sobre el edadismo subraya que la identificación de una palabra específica en todos los idiomas sería una manera de comenzar a generar conciencia y cambio en todo el mundo.

En España la RAE incorporó la palabra “edadismo” al Diccionario de la lengua española en diciembre de 2022, definiéndola como “discriminación por razón de edad, especialmente de las personas mayores o ancianas”.

La lucha contra el edadismo significa cambiar la forma en la que pensamos y actuamos en relación con la edad propia y de los demás.
Es fundamental favorecer el contacto intergeneracional para acabar con los estereotipos entre grupos de cualquier edad.
Estereotipos negativos asociados con la edad
Fuente: Informe mundial sobre el edadismo.
Microedadismos

La discriminación por edad suele pasar desapercibida o se acepta mediante lo que se conoce como microedadismos. Como explica la Guía para una Comunicación Libre de Edadismo hacia las Personas Mayores (Fundación HelpAge International España), se trata de comportamientos automatizados, como hablar de forma distinta a las personas mayores, en un tono más alto, con diminutivos (“abuelito”, “viejecita”) o utilizando frases hechas como: “Ya no aguantas nada, te estás haciendo mayor”, “te quejas de todo, pareces un viejo cascarrabias”, “eso es muy boomer”, “sois como niños”,… Estas expresiones tan normalizadas en la sociedad perpetúan los prejuicios contra los grupos de edad más avanzada.

Otro gran reto es acabar con el elderspeak o habla para personas mayores, muy frecuente no sólo en la familia sino también entre los cuidadores.
Para saber más

Campaña mundial contra el edadismo. Iniciativa respaldada por los 194 Estados miembros de la Organización Mundial de la Salud. Recursos para aprender sobre el edadismo, organizar eventos para concienciar a la población o difundir mensajes a través de las redes sociales.

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Glosario sobre edadismo. Fundación La Caixa. Recopilación de palabras y expresiones edadistas gracias a la participación y al valor de las personas mayores.

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Observatorio del Edadismo. Fundación HelpAge International España.

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Plataforma Cívica contra la Discriminación por Edad. Coalición de organizaciones para acabar con la discriminación por edad en todos los ámbitos.

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¿Demasiado mayor para trabajar? Informe que recoge los resultados de un experimento basado en el envío de dos currículos, uno vinculado a una persona de 35 años y otro de 49 años, a diversas vacantes para cuantificar la presencia de discriminación. Autoría: Sara de la Rica, Odra Quesada, David Martínez de Lafuente. Fundación Iseak.

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