ENTRE MAGNITUDES
GERARDO CUERVA,
presidente de CEPYME
"Es urgente homogeneizar las normas contra la morosidad en el ámbito europeo para garantizar que todas las empresas cuentan con las mismas reglas"
Hacia una regulación europea de la morosidad
La morosidad en las operaciones comerciales es un problema generalizado en Europa, que tiene graves efectos negativos sobre la liquidez de las empresas y afecta de manera especial a las pymes, por sus menores recursos y capacidad de negociación con los proveedores y clientes, y mayor debilidad para afrontar el retraso de pagos. La morosidad supone un incremento de los gastos de financiación de las empresas, que deben asumir periodos elevados de demora en los pagos, ocasionando costes muy altos, a veces inasumibles, y limitando su capacidad de competir y reinvertir.
Por ello, desde hace más de 10 años, la lucha contra la morosidad en las operaciones comerciales ocupa un lugar prioritario en la estrategia de CEPYME. Desde el convencimiento de que es urgente un cambio cultural, que promueva el pago de las facturas en plazos asumibles, hemos venido participando, a través de nuestro Observatorio de la Morosidad, en la regulación europea impulsada por la Comisión Europea, que actualmente se encuentra en la fase final para la aprobación del reglamento. Como hemos señalado en foros europeos y españoles, esta regulación es decisiva, por cuanto establece una legislación común para toda Europa en un tema que es especialmente sensible para las pequeñas y medianas empresas.
Para CEPYME es urgente homogeneizar las normas contra la morosidad en el ámbito europeo para garantizar que todas las empresas cuentan con las mismas reglas y preservar la libre competencia; por ello, instamos a los miembros del Parlamento Europeo a que aborden con prontitud esta cuestión, antes de que finalice el actual período legislativo europeo.
Sin duda, la morosidad, altamente nociva para el tejido productivo, es un problema generalizado en toda Europa, pero no tiene la misma incidencia en todos los países de la UE, lo que provoca diferencias sustanciales en términos de competitividad. Tomando los extremos, y según la Encuesta de Pagos D&B recogida en la documentación con la que trabaja la Comisión Europea, los pagos que se efectúan después de la fecha de vencimiento oscilan entre el 10% de Dinamarca y el 86% de Rumania. En España, los pagos atendidos fuera de plazo alcanzan el 56%, en línea con nuestro vecino Francia (58%), Bélgica (56%) y por debajo de Italia (62%), pero lejos de Alemania (35%). De esta forma, nuestro país se encuentra entre los Estados europeos con plazos de pago más amplios.
Según los datos del Observatorio de la Morosidad de CEPYME correspondiente al tercer trimestre de 2023, la morosidad elevó a 2.700 millones de euros el gasto financiero de la deuda comercial de las pymes, duplicando la cifra registrada solo un año antes. El Periodo Medio de Pago se situó en 82 días, frente a los 60 que establece la ley.
Es imprescindible que esta regulación tenga en cuenta la realidad de la empresa, especialmente de las pequeñas y medianas, y las condiciones especiales de los sectores económicos y que su aplicación tenga resultados eficientes en la práctica.
El nuevo reglamento europeo pondría el objetivo en el cumplimiento de los plazos legales, objetivo que comparte CEPYME, que considera que es preciso tener en cuenta la realidad de las pymes y los sectores concretos, para garantizar su cumplimiento y la eficacia de la norma.
Es imprescindible que esta regulación tenga en cuenta la realidad de la empresa, especialmente de las pequeñas y medianas, y las condiciones especiales de los sectores económicos y que su aplicación tenga resultados eficientes en la práctica, reduciendo los plazos medios de pago, que ocasionan graves problemas de liquidez y de financiación a las pymes.