Cómo cerrar la brecha digital en la educación

[vc_row fullwidth=»has-fullwidth-column»][vc_column][vc_column_text]La pandemia del COVID-19 nos ha obligado a encontrar nuevas formas de trabajar, vivir y aprender. Solo en el ámbito educativo, el cierre de las clases ha afectado a cerca de 10 millones de estudiantes españoles, para quienes la educación a distancia se ha convertido en la única forma de continuar con su aprendizaje. Esta situación ha puesto de manifiesto la desventaja que para muchos alumnos supone no tener en su hogar acceso a internet, o el equipamiento adecuado para hacer sus deberes. En septiembre está prevista la vuelta a las clases presenciales, pero es necesario dar soluciones a la brecha digital ante un posible repunte de la epidemia.

Utilización de las nuevas tecnologías. El uso de las nuevas tecnologías entre los menores de 10 a 15 años está muy extendido en España. El 66% tienen teléfono móvil, el 89,7% utilizan el ordenador y el 92,9% usan internet, según los últimos datos publicados por el INE. Sin embargo, muchos de ellos solo pueden conectarse a internet desde su centro de estudios, algo que, con el cierre de las aulas como consecuencia del coronavirus, les ha dejado en una posición de inferioridad en su avance escolar. El informe Brecha digital y pobreza infantil, elaborado por el Alto Comisionado para la Lucha contra la Pobreza Infantil en marzo de 2020, destaca que en España hasta el 20% (unos 500.000) de los menores que viven en hogares con rentas bajas no tienen ordenador, frente al 0,9% de los pertenecen a hogares con mayores ingresos

Ámbito global. La brecha digital es un fenómeno mundial. Si miramos fuera de nuestras fronteras, comprobamos que estamos ante un desafío mundial sin precedentes para el sistema educativo porque el cierre de colegios y universidades por la pandemia ha llegado a afectar a 1.500 millones de estudiantes y a 63 millones de docentes de 191 países. Más de la mitad de esos alumnos–unos 826 millones según la Unesco– no tienen ordenador en casa, y el 43% no tienen internet.

Nuevo rol de los docentes. También los docentes han sufrido en los últimos meses las consecuencias de la brecha digital, incluso en los países dotados con medios tecnológicos de calidad y con una buena conectividad. El cierre repentino de las aulas les ha obligado a adaptarse a un escenario de enseñanza virtual que no habían podido planificar con antelación. Les faltaban medios materiales y formación para impartir con eficacia sus clases. Aunque en España existen iniciativas privadas como Educa Internet y Conecta Educación, que ayudan a los educadores en su proceso de digitalización, es necesario reforzar su capacitación en competencias digitales y dotarles de las herramientas educativas adecuadas.

Cerrar brechas. Una de las lecciones aprendidas en esta crisis sanitaria es que la digitalización de la educación es apremiante, con independencia de que puedan darse emergencias similares a la vivida desde el mes de marzo. Por este motivo, el Gobierno de España ha lanzado el programa Educa en Digital, que empezará a implantarse durante el primer trimestre del curso 2020-2021. El objetivo es cerrar las brechas de capacitación y acceso a la tecnología.

Soporte imprescindible. El COVID-19 ha reafirmado el papel esencial que las TIC tienen en nuestras vidas para trabajar y estudiar sin salir de casa o para mantener el contacto con la familia y amigos. No solo se ha incrementado aún más el uso de internet, sino que hemos incorporado a nuestra rutina diaria videollamadas, webinars, reuniones y clases online.

Las herramientas digitales son además fundamentales en la lucha contra el coronavirus, ya que permiten acelerar la búsqueda de terapias, monitorizar la propagación del virus y reaccionar en consecuencia. En definitiva, ahora más que nunca es indispensable estar conectados. Ante este desafío, la Comisión Europea ha anunciado que seguirá colaborando para que los Estados miembros de la UE refuercen la cobertura de las redes de alta capacidad, lancen servicios 5G, mejoren las competencias digitales de los ciudadanos y continúe la digitalización de las empresas y el sector público.

Por Elvira Arroyo

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Hacia un consumo más responsable y cercano

[vc_row fullwidth=»has-fullwidth-column»][vc_column][vc_column_text]El coronavirus ha cambiado nuestras vidas en muchos aspectos. Después de varios meses de crisis humana, social y económica, toca hacer balance de las consecuencias que ha dejado esta pandemia. Ya nada será igual, no solo para las miles de personas que han perdido a sus seres queridos, sus trabajos o la salud, sino para todos los que vivimos con la incertidumbre de un posible contagio o un rebrote que nos vuelva a confinar sin previo aviso. Si hace apenas unos meses salir de compras, tomar el aperitivo o visitar a la familia eran actos cotidianos, parece que ahora todo necesita una mayor planificación y la toma de precauciones sanitarias.

El consumo, el gran perjudicado. Uno de los grandes afectados por el virus ha sido el consumo, que ha vivido su propia revolución. Una vez superada la histeria inicial que nos llevó a llenar las despensas de productos no perecederos, de material deportivo, de herramientas de bricolaje o de diferentes entretenimientos (productos electrónicos, juguetes, etc.) durante los primeros días del confinamiento, llegó la calma. Tanta, que ha provocado las mayores caídas en los niveles de consumo desde que existen datos, hasta un 49%, según un estudio de BBVA Research. Mayores incluso que las que nos dejó la crisis económica y financiera hace diez años.

El canal online se queda. Mientras el comercio tradicional fue uno de los grandes perjudicados durante el estado de alarma debido al cierre precipitado de la mayoría de establecimientos, los negocios online han disparado su actividad y han crecido por encima del 50%, según datos de UNO, la patronal de las empresas de logística en España. “Pese a que el consumidor es el mismo que hace tres meses, ahora sabe que tiene más opciones y que puede comprar casi cualquier cosa en internet”, dice Franc Carreras, profesor de marketing digital de la escuela de negocios Esade.

A partir de ahora, el negocio tradicional y el online van a estar mucho más relacionados. De hecho, los pequeños comercios buscan nuevas estrategias para poder seguir vendiendo y satisfacer esta demanda que ya es multicanal. Desde UNO aseguran que, aunque el crecimiento de estos meses permitirá asentar la venta telemática, en el caso de la alimentación, por ejemplo, no será un crecimiento estructural porque muchos consumidores españoles prefieren ver el género en el establecimiento. La consultora Cap Gemini espera que la penetración de este canal representará el 37% de las ventas totales, frente al 25% anterior a la crisis.

Más ahorro ante la incertidumbre. En tiempos de incertidumbre muchas de nuestras decisiones de compra quedan aplazadas y el ahorro se convierte en una máxima. Durante estos meses, muchas familias españolas han tenido que tirar de sus ahorros para poder hacer frente a los ERTE (Expedientes de Regulación de Empleo Temporal), el desempleo o las excedencias laborales. Así, no es de extrañar que el 40% de los hogares españoles redujera su nivel de consumo durante los meses más duros de la pandemia, como muestra la encuesta europea elaborada por el banco ING

¿Cómo compramos? Los expertos coinciden en que ahora compramos mejor. Es decir, la compra por impulso ha perdido espacio y, desde la ropa a la alimentación, todo está más planificado. De hecho, grandes cadenas de distribución de moda han registrado beneficios negativos por primera vez en su historia, porque esas compras a pie de calle ya no son lo que eran. Sin embargo, el comercio será más cercano y los clientes van a primar la proximidad. Eso señala un estudio de Aecocc (la asociación de fabricantes y distribuidores) que asegura que el 63% de los consumidores van a dar mayor importancia a este valor. También han cambiado los métodos de pago. Según un estudio de Mastercard, durante el confinamiento, los pagos contactless se convirtieron en el método preferido para el 66% de los españoles.

Por Marián Lezaun

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Plan de contingencia para las pymes

[vc_row fullwidth=»has-fullwidth-column»][vc_column][vc_column_text]El coronavirus está suponiendo un auténtico tsunami en materia sanitaria y empresarial. A sus devastadoras consecuencias en términos de decesos y afectados se empieza ahora a vislumbrar un oscuro panorama económico. Al riesgo del rebrote, se une la incertidumbre en que se ha sumido la continuidad de cientos de miles de puestos de trabajo.

Baja cilindrada, gran potencia. Como en toda crisis, los eslabones más débiles de la cadena son siempre los más propensos a romperse. En el caso del mundo corporativo, este colectivo lo encarnan las pymes, que constituyen la amplia mayoría del tejido empresarial en nuestro país, así como los 3,2 millones de autónomos. Las pymes suponen más del 99% del tejido empresarial, el 65% del producto interior bruto y nada menos que tres cuartas partes del empleo total en España. Con esas credenciales, estas empresas modestas en tamaño, pero no en empuje e innovación, constituyen un entramado de pequeños gigantes de no más de 250 empleados y 50 millones de euros de facturación, que están soportando un auténtico calvario en términos de caída de ingresos.

Minimizar el impacto en las pymes. La inseguridad con relación a la duración de la crisis, unida a la efectividad de las medidas tomadas para tratar de paliarla, está generando un mayor grado de incertidumbre que debe ser atenuado, ahora más que nunca, con la puesta en marcha de un adecuado plan de contingencia. Lo que se pretende conseguir es compensar la inevitable falta de control en una situación como la actual, minimizar el impacto en la cuenta de resultados en el medio y largo plazo y, de esta manera, mitigar los aspectos negativos que toda crisis lleva aparejada.

Plan de contingencia. La fiabilidad de un plan de contingencia se basa en la realización previa de un exhaustivo y riguroso análisis de riesgos. Para ello, indagar en una serie de cuestiones, como los objetivos a alcanzar, la afectación en el negocio, actual y futura, o en cómo está impactando esta situación a clientes y proveedores, debe constituir el punto de partida para trazar una oportuna hoja de ruta. El siguiente paso sería establecer las premisas que ayuden a amortiguar los efectos nocivos de la situación, al sincronizar la cadencia en la toma de decisiones para acompasarla con la rapidez en que toda crisis se propaga e incluso muta. Cuatro puntos se antojan básicos en este sentido: realizar una radiografía que nos aporte una imagen real de la situación de nuestra empresa, interpretar con la cabeza fría esa información de manera adecuada, establecer un plan de acción y evaluarlo de forma periódica para proceder a su adecuada actualización.

Mejor si estaba previsto. La prueba del nueve para comprobar que el plan de contingencia camina por el sendero adecuado se lleva a cabo cuando este es capaz de aportar información sobre aspectos como la rentabilidad de las líneas de negocio, la tesorería, la proyección de cierre de año, la cartera de clientes, el estudio de mercado y la asignación de objetivos y tareas por empleado. Además, debe comportarse de manera coherente bajo diferentes escenarios de estrés, de más a menos pesimista, y de simulaciones, siempre realistas, enmarcadas durante y después de la crisis. No en vano, con el plan de contingencia las pymes consiguen compensar la pérdida de control que toda crisis lleva aparejada. Para ello es fundamental mantener las emociones fuera de la ecuación de la toma de decisiones. En caso contrario, es sumamente complicado comprobar la idoneidad de estas y, sobre todo, actuar de forma rápida en las desviaciones que se produzcan.

Por consiguiente, la obtención de información veraz, su impávido análisis y el permanente reajuste para conformar una estrategia a la medida de nuestras necesidades serían la trinidad sobre la que fundamentar un efectivo plan de contingencia para aprovechar también las oportunidades que toda crisis conlleva.

Por Fernando Geijo

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La protección social, económica y jurídica del menor

[vc_row fullwidth=»has-fullwidth-column»][vc_column][vc_column_text el_id=»https://www.notariado.org/portal/documents/176535/0/Espacio+Aequitas+Proteccion+del+menor.pdf/35da976a-6e00-8673-590c-af3301023b2f?version=1.0&t=1585828085723″]

La sede del Consejo General del Notariado (CGN) en Madrid acogió en febrero la jornada sobre La protección, social, económica y jurídica del menor. Este foro –organizado por la Fundación AEquitas- fue inaugurado por Sofía Puente, directora general de Seguridad Jurídica y Fe Pública, y José Ángel Martínez Sanchiz, presidente del CGN y la Fundación AEquitas. Ana Sastre, directora general de Infancia, Familia y Natalidad, clausuró las jornadas. Notarios, catedráticos, magistrados, fiscales, abogados, juristas representantes de la Administración y del movimiento asociativo participaron en este encuentro, que cerró un ciclo de sesiones sobre infancia y función notarial que tendrá continuidad  en próximo foros.

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La Directiva europea sobre herramientas y procesos digitales

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La Directiva europea de digitalización tiene como objetivo establecer en toda la Unión Europea procedimientos íntegramente digitales para la constitución o posterior modificación de las sociedades de capital y sus sucursales, entre otras medidas tendentes a la simplificación y reducción de costes para las empresas, en especial las pymes. La Directiva tiene como principios fundamentales la prevención del fraude y el respeto a la diversidad de tradiciones y sistemas jurídicos dentro de la UE.

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Los notarios en las juntas generales de accionistas

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En la actual situación de estado de alarma, el artículo 40 del RD-Ley 8/2020 permite excepcionalmente a los notarios levantar acta de una junta general de accionistas mediante videoconferencia, siempre que se asegure de la autenticidad y la conexión bilateral o plurilateral y con imágenes de los asistentes en remoto. Su presencia, también por videoconferencia, otorga fe pública a las actividades mercantiles que se desarrollan en los órganos societarios, con el fin de garantizar la imparcialidad de los actos que se adopten y ofreciendo la tranquilidad a los asistentes que la actuación de un fedatario público otorga.

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Precaución con los créditos fáciles y rápidos

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Internet está lleno de anuncios de empresas y de entidades financieras que ofrecen dinero de manera inmediata, sin preguntas, sin avales y sin apenas documentación. Un mercado que crece a la sombra de la banca tradicional. Se trata de una vía directa al crédito muy peligrosa porque permite endeudarse de manera rápida y, a veces, sin control. En estos casos, el consumidor se compromete a devolver el dinero en un plazo limitado, generalmente pequeño, y los intereses se aplican sobre el total del importe. La cantidad mínima solicitada en el caso de los préstamos personales ronda los 1.000 euros y puede llegar hasta los 50.000 euros. En el sector online, el máximo suele ser de 5.000 euros, según las ofertas analizadas.

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El nuevo derecho de la discapacidad

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El Centro de Formación de la Cooperación Española en la localidad colombiana de Cartagena de Indias acogió en octubre el seminario El nuevo Derecho de la Discapacidad a la luz de la Convención de la ONU: buenas prácticas y reformas necesarias para garantizar el acceso a la justicia en condiciones de igualdad. Este foro, organizado por la Agencia Española de Cooperación Internacional para el Desarrollo (AECID) y la Fundación Æquitas del Consejo General del Notariado, contó con la participación de jueces, fiscales, notarios, abogados y juristas de doce países iberoamericanos.

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Los notarios y los empresarios

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El notario es un apoyo importante para el empresario, que le asiste en diversos actos relacionados con la evolución de la empresa, desde su constitución, crecimiento y desarrollo, hasta la disolución. Los notarios, además de autentificar los documentos y controlar su legalidad, prestan un servicio de asesoramiento jurídico previo, gratuito y de calidad a los empresarios. Más de 1.000.000 de empresarios acudieron al notario en 2018 para realizar unos 700.000 actos relacionados con el mundo empresarial y los distintos momentos de la vida de una empresa. En el primer semestre de 2019 fueron 523.466 los empresarios y más de 344.000 los actos.

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Cómo comprar una vivienda sobre plano de manera segura

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La compra de vivienda sobre plano vuelve con fuerza tras años en los que apenas se ha construido obra nueva en España. En 2019 se levantaron más de 130.000 nuevos hogares, un 29% más que el año anterior, aunque todavía lejos de las cifras registradas antes de la crisis y que giraban en torno a las 800.000 viviendas por año. Para evitar problemas, los expertos recomiendan leer bien la letra pequeña, pedir asesoramiento y no firmar ningún contrato hasta tenerlo todo claro.

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