LA @

DESCONEXIÓN, DULCE DESCONEXIÓN

Vivimos en una sociedad muy individual, basada en el consumo, que la aleja del compromiso.

Mírese al espejo. Tiene algo especial. Quizá sea ese brillo en la mirada. ¿Tal vez una piel más tersa? O esa sonrisa de oreja a oreja… Se siente más feliz en medio de una amenazante hiperconectividad que genera una “sociedad ligera”, como señalan los expertos. Se ha puesto el producto que no es tendencia: ha dado al OFF. 

GABRIEL CRUZ,

No hemos querido hacer un anuncio de un producto cosmético pero viendo los beneficios que se le dan a la desconexión digital parece como si lo vendieran en farmacias. Un estudio de mayo de este año de la universidad de Bath (ver recuadro) asegura que una semana sin utilizar redes sociales como Facebook, Twitter, Instagram y TikTok, mejora el bienestar de las personas y reduce trastornos de la salud mental como la depresión y la ansiedad. Es decir, los mismos efectos que una desintoxicación. Las redes sociales nos hacen creer que tenemos un mundo ante nosotros y que al desconectarnos nos perdemos muchas cosas y esto genera ansiedad.

En España, al modo del experimento de Bath se hizo otro, aunque de forma mucho más modesta. Diecinueve alumnos de cuarto de la ESO del instituto de secundaria Usandizaga de San Sebastián entregaron voluntariamente sus teléfonos en dirección. Para evitar que hicieran trampas contaron con la complicidad de los padres para que no usasen el ordenador para conectarse en redes sociales. El resultado según el profesor que lo realizó, Telmo Lazcano, es que los tres primeros días los alumnos sufrieron pequeños ataques de ansiedad, nerviosismo, insomnio, comieron más de lo normal… Sin embargo, el cuarto día comenzaron a mejorar notablemente.

En España casi 41 millones de personas usan redes sociales, con Whatsapp y Facebook a la cabeza, según un estudio de Hootsuite y la agencia We Are Social. La cifra ha aumentado en 3,3 millones frente a las de 2021. De media, los usuarios españoles dedican 1 hora y 53 minutos al día a estas plataformas.

Como una droga

Muchos autores han descrito que el abuso de las redes sociales tiene algunos efectos iguales a las adicciones de sustancias tóxicas.

Un buen ejemplo son la tolerancia (cada vez pasan mayor tiempo conectados) o el síndrome de abstinencia (malestar cuando no lo están). Quizá piense que se exagera al compararlo con un cocainómano, pero si lo visualiza como un fumador empedernido, seguro que le encaja mejor. Los mecanismos mentales son, en ambos casos, los mismos.

 


EN ESPAÑA CASI 41 MILLONES DE PERSONAS USAN REDES SOCIALES, CON WHATSAPP Y FACEBOOK A LA CABEZA


 

El problema es incluso mayor, como señala Rebeca Cordero, profesora titular de sociología aplicada de la Universidad Europea: “Sin ninguna duda esta forma de comunicación genera mucha adicción. Ahora bien, a un adicto al hachís se le retira por completo la sustancia y puede tener una vida normal sin problemas. Pero con un individuo adicto a las redes no puedes hacer un desconexión completa porque la vida actual está toda conectada… ¿Qué haces? ¿Le quitas el teletrabajo? No puedes. La única forma es la reeducación, que las use sin quedar absorbido por ellas”.

De hecho, esta profesora realiza una investigación denominada A.I. Driana en la que analiza el uso de las redes sociales que hacen 10 jóvenes entre 14 y 16 años junto a sus padres. Algunas de sus conclusiones son la falta de pensamiento crítico que hace que se propague la desinformación porque no hay madurez para ponerla en duda y también “nos hemos encontrado que los chavales jóvenes no salen tanto como antes , prefieren conocerse en línea para estar con sus amigos”.

El uso de las tecnologías genera altos niveles de frustración y estados muy ansiosos que tienen ver con la educación: lanzo un mensaje y quiero la respuesta. Ahora. Si usted no es nativo digital, ¿se acuerda eso de escribir cartas en la adolescencia y esperar pacientemente la respuesta al cabo de una semana, como mínimo? Inconcebible hoy en día. Como señala Rebeca: “Cuánto más jóvenes, más pegados al móvil porque es una herramienta para estar con amigos. De hecho, uno de los ciberbulling más duros es que el administrador de un grupo les expulse y se queden desconectados. Es decir, el acoso no se acaba al salir de clase: te persigue a tu casa porque “tus compañeros están en tu teléfono”.

Aparte de estos nativos digitales, también se han encontrado “con gente mayor que nunca han estado conectados pero lo hacen para seguir unidos a sus nietos.”
Por otro lado, se ha visto que los jóvenes que se mantienen al margen de las redes lo consiguen porque tienen comportamientos muy maduros con gran diversidad de aficiones, desde el deporte hasta la lectura.

Afecta a todos

El problema individual termina por afectar a toda la sociedad. La profesora Cordero nos recuerda al filósofo francés Gilles Lipovetsky que defiende que la hiperconectividad está enfocada al consumo y, de ahí, se pasa al hiperhedonismo. Cuando se piensa en poseer la última tendencia para mostrárselo a los demás o se busca que los mensajes tengan el mayor número de “me gusta” . El caso es que al fijarnos sólo en nosotros falta la empatía con el otro, es lo que este filósofo denomina “sociedad ligera”. Se ve claramente cuando en una red social se tienen miles de “amigos” con los que en realidad no hay ningún vínculo. En una línea parecida está el profesor de sociología Zygmunt Bauman cuando bautiza nuestra sociedad como “modernidad líquida”. Se trata de una sociedad muy individual basada en el consumo que la aleja del compromiso y que se asienta en ideas superficiales. No se profundiza, de ahí el mensaje corto de las redes sociales.

 


MUCHOS AUTORES HAN DESCRITO QUE EL ABUSO DE LAS REDES SOCIALES TIENE ALGUNOS EFECTOS IGUALES A LAS ADICCIONES DE SUSTANCIAS TÓXICAS


 

Consumo y compromiso pueden ir muy unidos. Como señala la profesora Cordero: “Si le coges cariño al abrigo de tu abuela es más difícil que te compres otro y que por tanto consumas más”. O , por ejemplo: ¿renunciaría al coche (comodidad individual) para luchar contra el cambio climático (bien colectivo)? Como concluye Cordero, la hiperconectividad es un problema porque nos aleja del colectivo cuando realmente somos seres sociales por naturaleza. Un ejemplo son los actos violentos en plena calle que se graban sin que nadie actúe. Seguro que recordarán el caso del prestigioso fotógrafo René Robert de 84 años que murió congelado en la acera su barrio de París tras sufrir un mareo en una noche de enero. Permaneció nueve horas en la acera sin que nadie le prestara ayuda. Solo lo hizo un “sin techo” que llamó a emergencias. El resto iban a “lo suyo”. Asi que ya sabe: tómese una dosis de desconexión. Es buena para usted… y para la sociedad.

Los jóvenes que se mantienen al margen de las redes lo consiguen porque tiene comportamientos muy maduros.
ESTUDIO DE LA UNIVERSIDAD DE BATH

La investigación de la universidad de Bath sobre los beneficios de dejar las redes sociales se publicó en la revista ‘Cyberpsychology, Behavior and Social Networking’. Puede descargársela con este código QR. Antes que ésta hubo otra investigación parecida pero no incluía a tantas redes sociales. En el estudio tampoco incorporó a Whatsapp que puede entenderse como un servicio de mensajería, aunque cuando en ella se crean grupos funciona como una red social. La investigación se desarrolló sobre 154 personas de entre 18 a 72 años.

PANTALLAS AMIGAS
Es una organización que elabora campañas de sensibilización para el uso responsable de las tecnologías de la información. Funciona desde 2004 y la dirige el licenciado en informática Jorge Flores. En esta web vienen videos y otros recursos didácticos para los niños y adolescentes. Por ejemplo, una de ellas es “practicaelmodoavion.com” una serie de dibujos de 10 episodios. También permite bajarse posters divulgativos para colgar en clase.