EN SOCIEDAD
ADELA MUÑOZ,
catedrática de Química inorgánica en la Universidad de Sevilla
MARGARITA DEL VAL,
química, inmunóloga y viróloga en el CSIC“No podemos permitir que las mujeres queden atrás en el ámbito científico. Es esencial para ellas, para nuestra sociedad y para nuestro futuro."
Yo también quiero ser científica
Soy Adela Muñoz. Procedo de un pequeño pueblo de Jaén y fui la primera mujer de mi familia en estudiar en la universidad. Estudié bachillerato en Écija, Sevilla, donde mi interés por la ciencia surgió gracias a mi profesor de química. Esto me llevó a estudiar química y luego a dedicarme a la investigación y la docencia universitaria. La ciencia ha sido no solo mi profesión, sino también el entorno en el que he construido amistades, he viajado y conocido otras culturas. Ha influido en mi forma de vida y en la educación de mis hijos. Ahora me dedico a comunicar mi pasión por la ciencia fuera del ámbito académico.
Soy Margarita del Val. Dirijo mi grupo de investigación y coordino una gran Plataforma de Salud Global. Crecí en una familia de químicos y me incliné hacia la bioquímica, los virus y las vacunas, rodeada de mujeres profesionales o científicas que fueron mis referentes. Investigué durante cinco años en Alemania, donde la escasez de científicas líderes referentes me hizo volver a España para iniciar mi carrera científica independiente, contra viento y marea. Me apasiona aprender y considero que lo mejor de mi vida son mis hijos y mi familia.
¿Hay muchas como nosotras? Según el informe U-Ranking de la Fundación BBVA, las carreras más demandadas son ingenierías y ciencias, especialmente física y matemáticas. Sin embargo, las chicas parecen evitar estas disciplinas.
Para entender esta situación, veamos primero cómo es el sistema de ciencia y tecnología en España. Este sistema arrancó justo cuando nosotras terminábamos nuestras licenciaturas y ha evolucionado rápidamente, aunque sufrió un retroceso tras la crisis de 2008 y se ha recuperado parcialmente en la última década, con una inversión muy inferior a la europea. España ocupa el lugar 11 mundial en número de publicaciones, pero solo el 25 en inversión en ciencia.
¿Qué papel han tenido las mujeres científicas en España? La incorporación de las mujeres al sistema científico en España ha sido espectacular, con un 42% de científicas, superior a la media europea del 33%. Según el informe Datos y Cifras del sistema universitario español, aunque más mujeres se matriculan en la universidad (56% en 2021/2022) y tienen mayor tasa de éxito (60% de los egresados son mujeres), la presencia femenina disminuye en puestos de toma de decisiones. Así, se observa un marcado efecto tijera: de más del 50% de mujeres matriculadas en enseñanza superior, el porcentaje va cayendo cuando la carrera científica va progresando, y se llega a solo el 20-25% de mujeres en los niveles superiores del escalafón científico, los de catedráticas (en Universidades) y profesoras de investigación (en el Consejo Superior de Investigaciones Científicas).
Hay grandes diferencias según las especialidades. El mismo informe revela que menos del 30% de los estudiantes en ingeniería son mujeres, mientras que en ciencias el porcentaje es alrededor del 50%. Sin embargo, el dato global de las ciencias es engañoso, porque en biología hay muchas mujeres, en químicas se alcanza el equilibrio, lo que compensa su menor presencia en física (menos del 25%) y matemáticas. Es llamativo el caso de las matemáticas, que en la década de 1990 tenía más de la mitad de mujeres matriculadas, mientras que hoy son solo un tercio.
En esta sociedad cada vez más tecnificada, la demanda de profesionales en ingenierías, matemáticas y física supera la oferta, y el número de estudiantes en estas disciplinas no crece lo suficiente. Es particularmente llamativo el déficit de mujeres. Las causas son múltiples, por lo que las acciones para revertir la tendencia de las chicas a evitar algunas carreras de ciencias e ingenierías deben ser también diversas. Exponemos a continuación algunas de ellas.
Nuestra experiencia como investigadoras senior nos lleva a pensar que es fundamental que las científicas cercanas de referencia sean más visibles, como hizo una de nosotras durante la pandemia o la matemática, Clara Grima, en medios de comunicación. La presencia continua de diversas científicas en medios y redes es fundamental para apoyar las carreras científicas de las mujeres, pero también para que las niñas no se retraigan y para que sus familias valoren, comprendan y apoyen las vocaciones científicas desde temprana edad.
También es importante acercar la ciencia a los colegios de la mano de científicas, especialmente a niñas menores de 10 años, para contrarrestar la idea que muy temprano se va arraigando en ellas de que no son aptas para la ciencia. El 11 de febrero, Día de la Mujer y la Niña en la Ciencia, celebrado desde 2016, ha promovido muchos eventos de divulgación científica que creemos tienen un impacto positivo, aunque es precisa su cuantificación. Otro ejemplo son los experimentos sencillos realizados en colegios por científicas, como las iniciativas de la Asociación de Mujeres Investigadoras y Tecnólogas, AMIT, en Aragón, Andalucía y Madrid.
En una sociedad que depende cada vez más de soluciones tecnológicas para afrontar grandes retos, no podemos permitir que las mujeres queden atrás en el ámbito científico. Es esencial para ellas, para nuestra sociedad y para nuestro futuro.