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Una reforma tiene que estar planificada y organizada. Desde el presupuesto, hasta el contrato con los gremios, pasando por la documentación necesaria para ponerla en marcha. Todo debe quedar bien atado. Según los expertos, los problemas llegan cuando comenzamos una obra sin contar con los permisos exigidos por las autoridades municipales y esto puede acarrearnos problemas. No obstante, ni todas las obras son iguales ni todas requieren los mismos trámites legales o de otra índole. Aunque se trata de una decisión personal, en una reforma, por pequeña que sea, entran en juego numerosos factores: vecinos, ayuntamientos, gremios de profesionales, etc.