Autor: Alberto Durero Fecha de creación: hacia 1450. Técnica: Óleo sobre tabla Ubicación: Sala 55B del Museo del Prado Medidas: 209 x 81 cm
"ADÁN Y EVA" DE DURERO
En su Adán y Eva del Prado, Durero rompió con la tradición anterior, no al representar las figuras al desnudo, sino al representarlas a escala natural. Miden unos 179 cm. De hecho corresponden más o menos a las proporciones (ocho cabezas de altura) del Schmaler Mann u hombre esbelto, como el propio Durero las describe en un tratado que escribió más tarde sobre las proporciones.
ALEXANDER NAGEL,
catedrático en el Institute of Fine Arts de la Universidad de Nueva York.
En su vida, escrita por el pintor y teórico del arte Karel van Mander en 1604, sólo tenía dos cosas que decir sobre las tablas de Adán y Eva: que estaban fechados en 1507 y que eran tan grandes como la vida: groot als t’leven (Voorts Anno 1507 heeft hy ghedaen, also groot als t’leven, een Adam en Eva…» Carel van Mander, Het schilder-boeck, Haarlem: Wesbusch, 1604, v.2, fol. 209).
Según la interpretación pictórica de Durero, también eran de estatura equivalente, ya que la diferencia de estatura entre hombres y mujeres se había establecido, presumiblemente, después de La Caída. Una vez que uno se encuentra con ella, parece la solución obvia y evidente mostrar a Adán y Eva a escala natural.
Adán y Eva son los antepasados de todos nosotros. ¿No tiene sentido mostrarlos como nuestros prototipos físicos? Nos hemos alejado de su perfección. La mayoría somos más bajos y en nuestros tiempos las mujeres suelen ser más pequeñas que los hombres, pero, aun así, Adán y Eva son nuestros modelos. Nuestra semejanza con ellos, y nuestra imperfección en relación con ellos, nos da la medida de lo que La Caída ha hecho de nosotros. Las tablas cumplen su significado en nuestro estar frente a ellas y en nuestra comprensión de nosotros mismos en relación con ellas.
Experiencias italianas
El díptico está fechado en 1507, es decir, inmediatamente después del segundo viaje del artista alemán a Venecia, y puede ser que estas figuras responden a experiencias italianas. En esos años aún no era habitual pintar cuadros a escala del espectador, pero era bastante habitual hacer esculturas a escala natural. Sin embargo, no era nada habitual una estatua hecha de mármol al estilo antiguo y de una figura desnuda, tal como el Adán de Tullio Lombardo, que ahora se encuentra en Nueva York, pero que en aquella época se encontraba en la iglesia de los Servi de Venecia.
Empecé imaginando que esta escultura podría ser un buen punto de referencia, nada más, pero al poner estas imágenes una al lado de la otra me resultó clarísimo que Durero se había encontrado cara a cara con la estatua veneciana y que hasta hizo un dibujo de ella. La mano derecha del Adán de Durero preserva la posición de la mano del Adán de Tullio, donde agarra una rama; un medio para sostener un miembro extendido cuando se trabaja en el material altamente frágil del mármol.
El Adán y Eva de Tiziano, también en El Prado, es muy diferente como concepción pictórica, pero en su adhesión a la escala natural coincide con Durero plenamente. Tiziano llegó a la escala natural de forma independiente y temprana, más o menos al mismo tiempo que Durero y probablemente por influencia de Giorgione. Y, quién sabe, puede que Giorgione obtuviera la idea de Leonardo, que pasó por Venecia en 1500.
No me interesa mucho la búsqueda de primicias. Lo sorprendente es cuán repentina y ampliamente se impuso la idea de la escala natural en la pintura después de 1500. Confieso que el porqué de esta exitosa difusión sigue siendo un misterio para mí. Por ahora es necesario reconocer y entender algo del qué y el cómo del fenómeno en sí.
La literatura corre por las venas del notario navarro Francisco José Aranguren, una pasión que le ha llevado a publicar Y estrellas para presidir la noche, una primera novela sobre un opositor a notarías. Fue también uno de los impulsores de la ya extinta Ediciones El Desembarco. En la actualidad es delegado de Cultura del Colegio Notarial de Andalucía.
“La autoficción está de moda y ha recibido la consagración con el último premio Nobel”
Dice Francisco José Aranguren que Y estrellas para presidir la noche es la historia “de un proceso interior que lleva a ese opositor a notarías desde una fase de gran oscuridad a una especie de renacimiento”. Aunque el gran protagonista es la residencia sacerdotal donde los opositores estudian en régimen de pensión completa, conviviendo con los curas que allí viven al cuidado de unas monjitas. Papel importante tienen el peculiar preparador y los amores más o menos platónicos del personaje principal.
– ¿Qué le llevó a la novela?
– Creo que el azar o el destino son muy determinantes en la vida. En una tertulia sevillana conocí a Bernardo Víctor Carande —hijo del historiador y economista don Ramón Carande—, fotógrafo taurino, escritor, pintor, viajero, jugador de golf… y editor. Un día le pregunté por los costes de la edición de un libro. Al cabo de un tiempo, Bernardo me llamó por teléfono y me dijo que iba a publicar “mi libro” en la colección “Capela” junto con otros dos de juristas para presentarlos en Navidad. Daba por hecho que el libro estaba escrito. Fue cuando decidí que lo escribiría. Y lo hice en los pocos meses que faltaban para su “presentación”. Yo estaba en pleno duelo por la muerte de mi hija pequeña, Blanca, y quería plasmar lo que sentía, pero no podía escribir sobre ello de forma directa: estaban muy cercanos los hechos. Me di cuenta de que durante la oposición también había sentido la soledad y el abandono. De ahí surgió la idea. Mi intención fue escribir una historia divertida y optimista, que me ayudase a mí mismo y a otros a no perder la esperanza.
– No es habitual ver a un notario en una novela. ¿Es la de notario una profesión aún desconocida?
– Me lo comentó un editor. Lo sigue siendo, sí, aunque la relación con el notario se ha ido haciendo cada vez más cercana. Los expedientes matrimoniales o las actas notariales de transparencia y el trato con las personas con discapacidad van en esa línea personal e inmediata.
-¿Qué es lo que más le gusta de su profesión? ¿Y lo peor?
– Lo que más, la libertad. Ser tu propio jefe, organizar tu oficina, determinar dónde quieres trabajar y el tamaño de tu notaría, fijando el horario, siempre con atención al servicio. Lo esencial de esta profesión es la confianza que depositan en ti las personas y esa misión de ayuda a los que necesitan asesoramiento. Las cualidades humanas de discreción, veracidad, empatía, son también virtudes notariales. Lo peor quizás sea la aceleración del trabajo en estos tiempos en los que se quiere todo para ayer.
-¿Qué le llevó a ser notario?
– La decisión fue la de preparar oposiciones. No tenía antecedentes familiares en Derecho y decidirme por notarías fue algo casual. Una compañera me habló de un preparador en Zaragoza con un sistema con el que podías aprobar en dos años. Andalucía fue mi primer destino. Y fue, realmente, mi destino. Allí empecé una nueva vida. Mis años de estudiante en Pamplona estuvieron marcados por la polarización política y religiosa y la división social. En Andalucía no había nada de eso, se vivía de otra manera. Me enamoré de Priego de Córdoba, y me enamoré en Priego de Córdoba. Allí compré mi casa y allí tengo preparada mi sepultura. Pamplona es mi origen y me siento muy navarro, porque como dice Borges: sólo es nuestro lo que hemos perdido.
– ¿Ha novelado su experiencia como opositor?
– Escribir una novela es como hacer un Frankenstein: siempre sacas todo de ti, pero son trozos, retazos de vida. Luego los manipulas, los unes, formas algo distinto con vida propia. Mi periodo de oposición fue duro. Era la primera vez que vivía fuera de Pamplona y lo llevé muy mal. Eran muchas horas en un lugar claustrofóbico, un antiguo seminario, lleno de cuadros de demonios y condenados en llamas. Comíamos en el refectorio, a toque de campana, con los sacerdotes: una comida de ancianos. Al cabo de los meses empecé a pagar las consecuencias. Se resintió mi salud y mi estabilidad emocional, tuve problemas con otros opositores, neuras… Pero también hubo buenos momentos entre los compañeros. Éramos muy jóvenes.
– Hace unos años fundó Ediciones El Desembarco…
– Siempre he escrito y lo sigo haciendo. La editorial surgió, inicialmente, por mi deseo de editar un único libro: mi amigo Bernardo escribía la columna El sesmo de la vida en el diario Hoy de Badajoz. Él y yo nos escribíamos (cosa hoy olvidada). A veces me enviaba postales de donde estaba o alguna de sus columnas. Una de ellas me emocionó especialmente y pensé que era una pena que se perdiera aquella escritura efímera. Entonces le propuse hacer un libro con una selección de sus columnas. Mi amigo José Manuel Sánchez del Águila, abogado y escritor, había dirigido una editorial (Geribel). Los tres nos reunimos en un restaurante llamado “El Desembarco”, en Los Palacios y Villafranca, donde yo era notario. Allí surgió todo.
– En la actualidad es delegado de Cultura del Colegio Notarial de Andalucía…
– He formado parte de juntas directivas durante doce o catorce años, como vocal, secretario, tesorero… He disfrutado y aprendido mucho, he conocido a compañeros estupendos. Al acabar esa etapa, me nombraron delegado de Cultura y Universidades en Andalucía Occidental. Ya llevaba organizando por mi cuenta actividades culturales en el colegio, siguiendo el planteamiento de la junta directiva de relacionarnos con la sociedad de la que formamos parte y abrir las puertas del colegio. Como delegado, llevamos una agenda cultural en la que se han incluido presentaciones de libros, conferencias sobre temas históricos o literarios. Este mismo año una conferencia sobre la Semana Santa y otra sobre los toros como reto cultural. Actividades con mucho éxito. Han intervenido el filósofo Javier Gomá, el polígrafo Antonio Pau, el poeta Jesús García Calderón… Hemos dedicado ciclos a José Saramago o a las relaciones entre Derecho y Literatura. En otoño tenemos prevista la presentación del nuevo libro de relatos del notario de Sevilla José María Sánchez Ros y una conferencia sobre Picasso y la música.
“ESCRIBIR UNA NOVELA ES COMO HACER UN FRANKENSTEIN: SIEMPRE SACAS TODO DE TI, PERO SON TROZOS, RETAZOS DE VIDA”
-¿Tiene pensado volver a la novela?
– Durante esta entrevista me he dado cuenta de que la historia de la editorial puede ser un buen tema: nuestras andanzas, la relación con los autores (esos seres extraños), lo que hay detrás de cada libro. Cuando publiqué mi novela me decían una y otra vez: “¿Esto que cuentas es verdad?”. También: “La primera novela es siempre autobiográfica”. Y te lo decían como quitándole valor. Hoy, la autoficción es un género respetable, está de moda y ha recibido la consagración con el último premio Nobel a la francesa Annie Ernaux. Uno de mis autores favoritos, Emmanuel Carrèrre, también novela su vida. El otro, Enrique Vila-Matas, utiliza un yo difícil de distinguir del verdadero. Yo, que novelé mis tiempos de opositor, con los años he sido miembro de dos tribunales de oposiciones, y en el último actué como presidente. Sirva esta entrevista como recuerdo al que fue presidente en mi tribunal, Emilio Garrido Cerdá, que también aparece novelado en mi libro.
La iniciativa, según explican en la página web que el Prado ha abierto al respecto, “se desarrollará en colaboración con las más de 270 instituciones en las que hay depósitos del Museo Nacional del Prado”. Explican que “busca fortalecer las relaciones con las instituciones museísticas, colaborando con la cesión de colecciones en la construcción de sus discursos expositivos, la definición de sus entidades museísticas y la formación y capacitación de los profesionales del Patrimonio Cultural que integran sus plantillas de trabajo”.
Se seguirán criterios científicos y técnicos para conectar las colecciones del museo con los centros que las conservan, lo que permitirá “establecer múltiples narraciones e interpretaciones en base a la autoría de las obras, su iconografía y su simbología, sus lugares de producción o de procedencia, sus contextos culturales o estilos artísticos, sus técnicas y sus materiales o sus similitudes y diferencias”.
Nuevas subsedes
El Museo del Prado tiene 27.509 objetos en su inventario; 7.825 de ellos son las pinturas que le han dado fama mundial. Pero en sus sedes oficiales del Palacio de Villanueva y el Casón del Buen Retiro sólo se exponen 800 obras, mientras se guardan 3.500 en sus almacenes y el resto se encuentran diseminadas por otros lugares.
La idea de repartir parte de esos bienes entre varias nuevas sedes, lo que hoy se conoce como El Prado Extendido nació al tiempo en otros museos internacionales de relieve, en particular el Louvre de París y el Hermitage de San Petersburgo, que decidieron abrir subsedes en otros países.
YA SE HA CULMINADO LA RESTAURACIÓN DEL EDIFICIO QUE ESTÁ PREVISTO COMO UBICACIÓN EN ÁVILA: EL PALACIO DE LOS ÁGUILA
La historia de este proyecto se inició hace ahora 25 años, cuando la por entonces ministra de Cultura, Esperanza Aguirre, y el presidente de la Junta de Castilla y León, Juan José Lucas, firmaron un acuerdo para abrir una subsede del Prado en Ávila.
Los avances se han concretado en los últimos meses. Ya se ha culminado la restauración del edificio que está previsto como ubicación: el Palacio de los Águila (del siglo XVI), junto al que se ha construido un edificio que, dentro de un diseño moderno, armoniza con el entorno arquitectónico intramuros de la ciudad castellana.
En abril el Ministerio de Cultura hizo públicas por primera vez las fotos del interior de las obras, en las que se ve el edificio anexo completo y la restauración del palacio muy avanzada. Además, se especificaba la organización del lugar: el antiguo palacio servirá como sede del Museo de Ávila (ahora repartido en varias localizaciones) y el edificio nuevo, al que se llegará a través de un jardín abierto, recibirá obras del Prado Extendido.
ALGUNOS MUSEOS QUE YA CUENTAN CON PRÉSTAMOS DEL PRADO SON EL BELLAS ARTES GRAVINA DE ALICANTE Y EL DE OVIEDO
Según fuentes de la Junta de Castilla y León, el proyecto de Ávila está destinado a ser una subsede estable y no una galería que acoja temporalmente obras del Prado, como otras a lo largo del territorio español.
Por su parte, la propia pinacoteca abrió en los últimos meses un espacio en su web en el que informa de que el Prado Extendido supondrá el reconocimiento y el estrechamiento de «la colaboración con las más de 270 instituciones en las que hay depósitos del Museo Nacional del Prado, y busca fortalecer las relaciones con las instituciones museísticas». En total, son 3.446 las obras que el Prado tiene en préstamo en la actualidad, conocidas hasta ahora de forma genérica como el Prado Disperso y a las que no se había intentado dar una utilidad aglutinadora.
Además de Ávila, la nueva sede de la que se ha informado que puede sumarse a los museos que ya cuentan con préstamos del Prado (como el Museo de Bellas Artes Gravina de Alicante, el Museo de Oviedo o una veintena de embajadas en Europa y América) estaría en Guadalajara.
EL MUSEO TIENE EN PRÉSTAMO 3.446 OBRAS CONOCIDAS DE FORMA GENÉRICA COMO EL PRADO DISPERSO
El ministro de Cultura, Miquel Iceta, el director del museo del Prado, Miguel Falomir, y el presidente de la Junta de Castilla-La Mancha, Emiliano García-Page, anunciaron en un acto conjunto en enero que el Palacio del Infantado de la capital alcarreña acogerá obras del Prado Extendido y concretaron este concepto: «Una relación continuada con distintos museos e instituciones del país para que puedan beneficiarse de la excelencia del Prado», dijo Falomir, a lo que Iceta añadió que «si el Prado lleva la etiqueta de nacional, su vocación debe ser llegar a todos los rincones de España».
En una pista sobre cómo se desarrollará este proyecto, se destacó que el Palacio del Infantado recibirá obras del periodo renacentista, es decir, de la época en que el ilustre edificio fue construido y que por tanto conformen con él un espacio armónico.
El proyecto
El Prado Extendido “nace con el objetivo de proyectar la colección del Museo en el contexto nacional apostando por una innovadora gestión de sus depósitos que fomenta la presencia, visibilidad y acceso de la colección en todo el territorio español para favorecer su conocimiento y difusión”.
La creación de subsedes del museo Guggenheim, con el reparto de la descomunal colección familiar entre Venecia (1979), Bilbao (1997) y Berlín (1997) disparó una fiebre de «museos satélites» que fue después seguida sobre todo por el Louvre parisino y el Hermitage ruso. Estos proyectos han tenido sus altibajos (cerró el Guggenheim de Berlín y nunca abrió el Hermitage de Barcelona, por ejemplo, mientras que en cambio el Guggenheim Bilbao va a ampliarse a Urdaibai), pero sirvieron en su momento para espolear la necesidad de llevar El Prado a más sedes, aunque con un criterio distinto. El ejemplo máximo de la relevancia que pueden alcanzar estos museos satélites estuvo en la inauguración en 2017 del Museo del Louvre de Abu-Dhabi. El gobierno emiratí pagó 525 millones de dólares por usar el nombre, y 747 más por un contrato en el que se garantizaban préstamos y asesoramiento por treinta años. A esos desembolsos sumaron adquisiciones nuevas como la del Salvatore Mundi de Leonardo por 450 millones. Abu-Dhabi acogerá también un nuevo Guggenheim, previsto para 2025, que será el de mayor tamaño de todos los ubicados fuera de Nueva York.
La Galería de las Colecciones Reales
Patrimonio Nacional culminó este mes de junio el mayor proyecto museístico español en lo que va de este siglo con la apertura de la Galería de las Colecciones Reales. Su acceso más habitual está en la explanada en la que se encuentran las entradas al Palacio Real y a la Catedral de la Almudena, pero también cuenta con acceso desde los Jardines del Campo del Moro, ya que el proyecto del estudio Mansilla y Tuñón se acopla a la orografía de la zona de forma discreta. Este nuevo espacio de 40.000 metros cuadrados expone 650 piezas procedentes de distintas instalaciones de Patrimonio (institución que desde la Segunda República gestiona las antiguas colecciones artísticas de la monarquía española), con obras de figuras como Goya, Velázquez, Caravaggio o Durero, además de rotar parte de lo presentado de forma habitual en otros recintos de la institución. El nuevo espacio expositivo tardó menos de dos meses en alcanzar el número de 100.000 visitantes.
La información oficial sobre el estado del proyecto del Palacio de los Águila abulense puede encontrarse en la página del Ministerio de Cultura y Deporte
Los «museos satélite» de varias de las principales pinacotecas mundiales son descritos en un reportaje del diario El Mundo.
La Revista Muy Interesante ofrece un resumen del material que el Prado mantiene sin exponer y según qué criterios se ha organizado hasta ahora su colección.
DIRECTORA DEL INSTITUTO CERVANTES
DE ATENAS. ESCRITORA
Su impecable trayectoria profesional, basada en un inagotable tesón, han convertido a Pilar Tena en la gran conseguidora; desde su actividad fundamental en la creación del Instituto Elcano, a la coordinación del Año Lorca. Solo un año al frente del Instituto Cervantes de Atenas y ya se la ha visto obrando algún “milagro”, como la exitosa muestra Joan Miró ofrecida recientemente.
“Los sentimientos y los recuerdos hay que dejarlos macerar antes de ponerse a escribir sobre ellos”
-Idea, gestación y “parto” serían las cualidades de un escritor y de un gestor. ¿En qué puntos coinciden en su caso?
Para mí el buen gestor tiene que ser muy proactivo y estar lleno de ideas. Es muy importante que sepa claramente qué quiere hacer. Que al llegar dedique un tiempo a ver qué está pasando para, seguidamente, desarrollar una estrategia, que no es sino la planificación de cómo llevar a cabo una idea. Gestar bien lo que quieres hacer y, finalmente, el parto, el delivery, tiene que ser también brillante. En literatura es muy parecido. No puedes sentarte a escribir una novela sin una idea bastante clara de qué quieres decir. Aunque luego, dependiendo del escritor, se pueda improvisar más o menos. Tienes que saber escribir muy bien, buscando el tono que le quieres dar, cómo la quieres contar, con qué estructura…
-…ahí estaría la gestación.
Ahora se habla mucho de los argumentos y muy poco de la forma. La crítica cada vez se aligera más en cuanto a la calidad literaria. Me extraña cuando voy a presentaciones o leo reseñas que lo único que te cuentan es de qué va la novela, pero no cómo está escrita, qué estilo tiene… Así que, también en literatura, una vez que lo has gestado, lo “pares” y sale una novela que tienes que promocionar, y saber presentarla para que se mueva. Y sí, en el fondo el proceso es muy parecido.
-En la novela, queda convencer al lector. En la gestión, ¿a quién?
Primero, al equipo con el que vas a contar. Hacerle sentir parte esencial del proyecto. Cuando se tiene una cierta responsabilidad es fundamental saberle convencer. Solo no vas a poder hacer nada, por muy inteligente, lanzado y trabajador que seas, Es algo de lo que hasta que no gestionas equipos no te das cuenta. Ni de la cantidad de tiempo, delicadeza, cuidado y atención que requiere convencer de que el objetivo tiene sentido y que todos ellos juntos son una pieza importante para lograrlo.
-En su agenda, ¿ganan los colegas de la cultura o los de la empresa?
(Risas). Los de la cultura, claramente. Conozco a muchísima gente del mundo de la empresa, porque también trabajé en Madrid durante algún tiempo para el Círculo de Empresarios. Pero mi día a día, mi entorno, mis redes sociales, están llenas de escritores, editores, traductores, periodistas culturales…
-Gestión versus literatura. ¿Qué actividad le roba más tiempo a la otra?
¡Ahí está el punto flaco! En estos momentos estoy mucho más absorbida por mi actividad profesional. Es mi manera de ser. Tendría que volver a nacer para hacerlo de manera distinta. Si hay cosas que hacer, las hago sin ponerme límites: no tengo horarios, ni fines de semana… En un centro como el de Atenas en el que hay tantas oportunidades de realizar cosas bonitas, mi tendencia es a complicarme la vida y hacerlas, porque pienso que es mi deber.
“ESTOY ESCRIBIENDO MI NOVELA NEOYORKINA. TRANSCURRE EN LA ÉPOCA DEL V CENTENARIO”
-Más aún si cosecha resultados.
Eso es. Recientemente hicimos la muestra Miró, con una excelente acogida, y estuvimos en el festival LEA, que también recibió elogios impresionantes. Pero me he matado. Así llegamos al momento actual, muy complicado para mí en lo que supone escribir. Y lo estoy pasando mal. Estoy en medio de una novela pensando que me falta tiempo para terminarla. A veces me digo que vendrán momentos más tranquilos y ya lo haré, pero… es muy complicado. Así que a la pregunta de quién roba tiempo a qué, últimamente la vida de gestión en mi trabajo me absorbe prácticamente al cien por cien.
-Existe una evidente relación en su literatura con los países en los que ha trabajado. Un perpetuum mobile, que se traduce en obras muy movidas.
Totalmente de acuerdo. He vivido en muchos países y a cada una de mis obras las llamo así: mi novela india, mi novela irlandesa, mi novela inglesa, según el lugar en que se desarrolla. Por casualidad me han salido unas estructuras narrativas parecidas, que se corresponden con dos ámbitos geográficos y dos momentos cronológicos: un relativo al pasado y otro más o menos a la actualidad. Además, las tengo que escribir bastante tiempo después. El otro día alguien me preguntaba: “¿Estás escribiendo sobre Grecia?”. Mi respuesta fue: “No, sobre Grecia escribiré dentro de diez años en mi casa de campo cuando esté jubilada”. La de la India la escribí veintitantos años después de vivir allí. Creo que las cosas, los sentimientos, los recuerdos, hay que dejarlos macerar antes de ponerse a escribir sobre ellos.
“LO ESTOY PASANDO MAL. ESTOY EN MEDIO DE UNA NOVELA PENSANDO QUE ME FALTA TIEMPO PARA TERMINARLA”
– ¿Autobiógrafa o cronista?
Un poco de las dos cosas, porque siempre hay algo de mi vida en las novelas. Escribo sobre la vida; sobre lugares que conozco, sin esquivar momentos más sentimentales, intimistas, de los que hay muchos en mis libros. Y también en la mayoría de ellos hay una crónica casi política, social, del momento, entrelazada con la historia que cuento. En los años que pasé en la India acababan de asesinar a Indira Gandhi. Como fue un momento muy especial, reflejo el ambiente que se vivía en Nueva Delhi y en la India en general. La historia irlandesa, exactamente lo mismo: se habla en la primera parte de una Irlanda en los años sesenta, de una serie de temas políticos y sociales, intentando dibujar una crónica de cómo era el Dublín de los 60, cuando yo era muy pequeña. En este caso, más que recuerdos son cosas que me han contado, y que comparo con el Dublín de años más tarde. Con Inglaterra, ocurre lo mismo: viví allí la época de Margaret Thatcher, en un Londres muy peculiar, muy especial.
-El título que cuesta encajar como autobiográfico para alguien tan activo es Cómo sobrevivir a un despido.
Pues no. No es ficción. Es absolutamente autobiográfico. Me echaron de un trabajo, y lo escribí. Ariel, cuando lo publicó, al no ser un manual de autoayuda, lo denominó Libro técnico para ayudar a la gente a buscar empleo.
– ¿Cuántos libros lleva publicados?
Siete.
-Habida cuenta de que la cadencia en su aparición es de dos años, el que viene, tocaría…
-(Risas). Mira cómo te has dado cuenta… Exactamente cada dos años, por lo que, en efecto, me encantaría publicar otro antes de que termine 2024. Estoy escribiendo mi novela neoyorkina. Transcurre en la época del V Centenario. Una novela en la que hay muchísimo de la realidad de los Estados Unidos en esa época. Empieza con la nominación de Bill Clinton y Al Gore en el Madison Square Garden donde, por casualidad yo estaba. Como viví aquel momento, me pareció una manera bonita de empezar la novela, porque fue una noche muy impresionante. Pero son también los años del SIDA en Estados Unidos… Un periodo muy intenso y apasionante además para la Administración española. Con todo el tema del 92 hubo una serie de experiencias y entornos muy interesantes, unidos al aparato público de esa España de Felipe González, que organizó los eventos. Una operación extraordinaria de diplomacia pública de la que luego se ha hablado tanto. La gran operación de imagen fue la que entonces se propuso: mostrar al mundo la nueva España, surgida tras la Transición y las elecciones democráticas, que empezaba a consolidarse en un momento económico positivo y que Felipe González decidió, con una estrategia extraordinariamente trazada, que iba a aprovechar para lanzar al mundo esa nueva España del 92: Olimpiadas, Expo de Sevilla, Quinto Centenario, creación del Instituto Cervantes y de tantas otras instituciones de las que la gente no se da cuenta. Como las “casas”: de Asia, de América… Se lanzó un mensaje al mundo que todos los que estábamos fuera y trabajábamos en este proyecto cumplíamos a rajatabla. Loa mensajes se positivizaban. Por ejemplo: no hablábamos nunca del Descubrimiento de América, sino del Encuentro de los Mundos. No nos referíamos a la expulsión de los judíos, sino a la Herencia de Sefaradí.
-Toda una apuesta semántica.
Absolutamente, pero muy bien diseñada, y todos teníamos instrucciones muy claras de cómo había que presentar aquello. Y esa coherencia, digamos, esa cohesión entre los que trabajábamos en eso hizo que el proyecto fuera muy exitoso. Ese es el escenario de fondo de mi nueva novela, con una subtrama que recuerda a La embajadora, mi libro indio, porque tiene un poquito de intriga, Ahí sitúo la historia. Creo que puede ser divertida. Vamos a ver cómo me sale. Tengo ya ciento y pico páginas escritas. Pero ya digo, mi gran problema es que tengo muy poco tiempo. Necesitaría encerrarme en un sitio con dos semanas por delante para volverme a poner en marcha.
-Su paso por el Cervantes, ¿dará para un libro o para una saga?
Ja ja… Para una saga.
-Familiarizada con tantos géneros, ¿en cuál la incluiría?
Autor: Gueret Frères Fecha de creación: 1876 Material: Madera de boj Ubicación: Expuesto en la sala 62B Medidas: 334 x 202 cm
UN MARCO SINGULAR
Cuando miramos una pintura en una sala de un museo, o en una colección particular, atendemos a su condición de obra de arte de manera casi automática, sin concesiones, a la vez que la desprotegemos y aislamos de todo aquello que la rodea, o incluso guarnece. Es, por tanto, que en muchas ocasiones olvidamos la importancia que tiene su marco, a veces tanto o igual que la pintura que ciñe.
GEMMA GARCÍA TORRES,
restauradora del Taller de Restauración de Marcos
Este es el caso del marco original del fabuloso retrato de doña Josefa Manzanedo e Intentas de Mitjans, II marquesa de Manzanedo, pintado por Raimundo de Madrazo en 1875. Representa a la marquesa de cuerpo entero, posando en un espacio completamente desprovisto de mobiliario, tan sólo con un gran cortinaje azul adamascado de fondo, sobre el que destaca su figura estilizada y ricamente ataviada. Madrazo decide dotarle de un marco de espectacular técnica y calidad artística, pensando probablemente en la relación del mismo con la composición y temática de la pintura, pues marco y obra van al unísono.
Se trata de una pieza singular realizada ex profeso en el prestigioso taller parisino de enmarcación, Guéret Frères, fundado hacia 1852 en el número 7 de la calle Buffault de París, y cuya firma podemos ver incisa en sendos laterales del marco.
Una fuerte presencia
Ensamblado y tallado en madera de boj con latón dorado. Se inspira en los modelos de marcos trofeo de finales del siglo anterior: cimera con carcaj de flechas, guirnalda de flores y un gran cortinaje de latón dorado, que le confieren una fuerte presencia. Los acantos se retuercen en roleos vegetales dando dinamismo a todo su perímetro, mientras que las cuatro esquinas se cubren con metopas de voluminosa talla vegetal. Junto a ellas, el cabio en antipendio equilibra el conjunto. El virtuosismo de su talla es extremo; destacan las flores representadas, lilas y rosas, que a su vez acompañan a las de la propia pintura, rosas ceñidas en el pañuelo de su pecho. Igualmente, se puede relacionar el cortinaje de latón con el raso de su vestido.
SE TRATA DE UNA PIEZA SINGULAR REALIZADA EX PROFESO EN EL PRESTIGIOSO TALLER PARISINO DE ENMARCACIÓN, GUÉRET FRÈRES, FUNDADO HACIA 1852
La moderación ornamental del retrato, centrada en el vestuario y, fundamentalmente, en el cortinaje de fondo azul, articula el espacio de manera abstracta, aislando la figura femenina. Esto contrasta con la exuberante riqueza del marco. El resultado es una simbiosis perfecta entre ambos. La moldura funciona estructurando la pieza, pero además aportando fuerza expresiva al conjunto, donde se realza la belleza de la representada, al igual que la del propio marco, como si ambos fueran uno reflejo de la otra y viceversa.
El 31 de mayo 1927, según Testamentaría de la Scma. Sra. Marquesa de Manzanedo, la obra es legada al Museo del Prado. Dieciocho días después entra en la institución. Desde entonces, es pieza fundamental de la Colección del siglo XIX, no sólo por su pintura, sino también por su marco.
Actualmente, cuelga en la sala dedicada al pintor, junto con otras enmarcaciones de gran calidad, como es el caso de las procedentes del legado Errazu. Entre otras a destacar, la de la reina María Cristina de Habsburgo-Lorena en bronce dorado, o la del propio Ramón de Errazu, en madera de palosanto.
Del 14 al 17 de junio se celebró en Bilbao el primer Campeonato del Mundo de Fútbol para notarios. Tras 36 campeonatos europeos y 2 sudamericanos, quince selecciones se midieron entre sí con el propósito de estrechar lazos entre colegas y disfrutar de su común pasión por el deporte.
Todo ello tuvo lugar en un entorno único, como el Museo Guggenheim, donde se celebró el acto de bienvenida -presidido por el alcalde de Bilbao, Juan María Aburto-, acompañado de la vicedecana del Colegio Notarial del País Vasco, Carmen Velasco, o las instalaciones del Athletic Club de Bilbao, que este año celebra el 125º aniversario de su fundación. La fase previa se jugó en la ciudad deportiva de Lezama; las finales, en el estadio de San Mamés, ‘la Catedral’. Los vencedores recibieron un trofeo, obra del diseñador Luis Moreno, en una entrega de premios organizada en el Palacio Euskalduna.
Durante el evento —que reunió en la capital vizcaína a 400 notarios con sus acompañantes, así como a diversos representantes del Notariado, como el presidente del Consejo General, José Ángel Martínez Sanchiz, y varios decanos de colegios notariales, junto a la directora general de Seguridad Jurídica y Fe Pública, Sofía Puente— tuvieron lugar varias iniciativas solidarias. En colaboración con una ONG se realizó una recogida de ropa deportiva para entregar a unos colegios en Gambia. Asimismo, los capitanes de las diferentes selecciones recaudaron fondos para el Notariado de Ucrania.
En la ceremonia de apertura, que congregó a numerosos aficionados, el portero internacional del Athletic Club, José Ángel Iribar, dio la bienvenida a todos los participantes. A continuación, tomó la palabra Oleg Bobeliak, capitán de la selección ucraniana, quien agradeció a la organización la campaña de ayuda puesta en marcha entre las quince selecciones mundialistas para contribuir con apoyo económico a la Cámara Notarial de Ucrania.
LA SQUADRA AZZURRA ITALIANA SE IMPUSO EN LA FINAL A AUSTRIA, LA SORPRESA DEL TORNEO. ‘LA ROJA’ ESPAÑOLA OBTUVO UN HONROSO TERCER PUESTO ANTE FRANCIA
El capitán de la selección española de fútbol, que en su última edición levantó el trofeo de campeona de Europa, es el notario bilbaíno Mikel Martínez Urroz. El líder de ‘la roja’ explica el germen del evento: «El año pasado se celebró en la localidad polaca de Poznan el 36º campeonato europeo de fútbol notarial, con la participación de ocho selecciones, un torneo que acabamos ganando. La organización de estos eventos es rotatoria. Nos tocaba a España organizar el próximo y, tras comentarlo con compañeros sudamericanos y europeos, decidimos organizar el primer campeonato mundial».
Sobre la convocatoria, Martínez Urroz manifiesta que el equipo estuvo muy compensado en todas las líneas: «Contamos con 33 jugadores. Todos hemos jugado al fútbol en diferentes niveles. Yo, por ejemplo, jugué en Tercera muchos años; pero otros lo han hecho en Primera División —como es el caso de Borja Criado, con el Valencia—; en Segunda B; Preferente… La media de edad ronda los 35 años. Yo soy el mayor, con 51. Pero tenemos notarios de 28 años, recién aprobados, que aún practican fútbol federado».
Además de la competición ‘oficial’, San Mamés acogió un partido entre notarios veteranos que enfrentó a España contra una selección de colegas del ‘resto del mundo’; y otro encuentro de ‘leyendas’ notariales contra los veteranos del Athletic de Bilbao.
Un libro sobre la selección
En paralelo al campeonato también tuvo lugar la presentación de un libro sobre la trayectoria de la selección española de fútbol notarial desde sus orígenes, titulado Historia de ENEF con imágenes de sus casi cuarenta años de vida. La obra ha sido coordinada por los notarios Tomás Feliú y Joaquín Calvo (este último, entrenador y seleccionador del combinado).
EL CAPITÁN DE LA SELECCIÓN UCRANIANA AGRADECIÓ LA CAMPAÑA SOLIDARIA PUESTA EN MARCHA POR TODOS LOS PARTICIPANTES EN AYUDA A LA CÁMARA DE NOTARIOS DE SU PAÍS
El equipo nacional español de fútbol se fundó en 1986, fecha de su primer partido amistoso en Verona. La selección tiene siete títulos de campeona de Europa, conseguidos en Viena, Rímini, Amberes, Praga, Lieja, Viena y Poznan. Además, cuenta en sus vitrinas con un trofeo internacional disputado en 2019 en Buenos Aires.
A lo largo de cuatrocientas páginas, los autores han recogido crónicas, fotos y artículos de las diferentes competiciones en las que han participado. Con colaboraciones de numerosos jugadores que han defendido el escudo español, como Fernando Gomá, Miguel Mestanza, Valero Soler, Mikel Martínez, Borja Criado, y un largo etcétera.
En la obra se realiza un emotivo recuerdo a los ‘insignes fundadores del equipo’, los valientes ‘originals’ que disputaron el primer partido en Verona: José Angel Martínez Sanchiz, Pepe Madridejos, Vicente Arenal, Marín Martín, Diego Dueñas, Joaquín Viola, Pedro Romero, Ignacio Díaz de Aguilar, Juan Ignacio Gomeza, Paco Romera, Enrique García Jalón, Francisco Pizarro, Jaime Recarte, Leopoldo Martínez de Salinas y Miguel Tarragona.
Resultados deportivos
Las quince selecciones que participaron fueron: España, Holanda, México, Francia, Rumanía, Perú, Italia, Austria, Eslovaquia, Argentina, Polonia, República Checa, Bélgica, Uruguay, y Alemania. En lo deportivo, la squadra azzurra italiana se impuso en la final en una agónica tanda de penaltis a Austria, la sorpresa del Torneo; mientras que ‘la roja’ española obtuvo un honroso tercer puesto, goleando a Francia por 5-0. Cabe destacar que Rafa Bescansa, portero de España, fue elegido mejor guardameta del torneo.
Paralelamente al evento deportivo se organizó una jornada de la Unión internacional de Notariado (UINL). Este encuentro, abierto a todos los participantes del campeonato y a otros notarios, se celebró en el hotel Carlton y llevó por título El notariado en el mundo. Reflexiones sobre la función notarial.
Presentado por José Marqueño, presidente honorario de la UINL y de su comisión consultiva, este foro contó con la participación de Juan Ignacio Gomeza, consejero honorario de la UINL (Deontología y Notariado); José Ángel Martínez Sanchiz, presidente del Consejo General Notariado (La función notarial); Jens Bormann, vicepresidente para Europa de la UINL (El Notariado y los organismos internacionales); Thierry Vachon, secretario de la UINL (La Formación y el Notariado); y Pedro Carrión, consejero de dirección de la UINL (La UINL: Objetivos y funcionamiento).
«HA LLEGADO EL MOMENTO DE IMPULSAR EL DOCUMENTO PÚBLICO NOTARIAL ENTRE LOS PAÍSES QUE NO LO CONOCEN”, ASEGURÓ JOSÉ ÁNGEL MARTÍNEZ SANCHIZ
Carrión apuntó las líneas maestras de la Unión que «pretende promover, coordinar y desarrollar la función notarial en el mundo entero. Persigue resultados concretos, tales como incorporar nuevos notariados, asumir nuevas competencias, y tener representación frente a los organismos internacionales».
Por su parte, Gomeza, promotor del Código deontológico de la UINL, señaló «la diversidad de realidades sobre las que desarrollar unos valores éticos propios de la institución del Notariado que permiten ser útiles a la sociedad».
Thierry señaló que «la formación es esencial para los notarios. La UINL ofrece preparación en torno a dos ejes principales: uno inicial a los recién ingresados, y otro, permanente. Ambos modelos nos permiten seguir siendo buenos notarios y mantener una calificación jurídica elevada».
Jens Bormann analizó las relaciones del Notariado con la OCDE y el Banco Mundial, haciendo hincapié en los nuevos estudios que estas instituciones están realizando sobre diferentes profesiones, «como el B-Ready Project».
José Ángel Martínez Sanchiz recordó su pasado futbolístico como uno de los componentes de la selección española que jugó el primer partido oficial, en Verona, hace 36 años: «Los notarios ejercemos nuestra profesión con plena fraternidad entre los diferentes países, como ocurre también en el fútbol». El presidente de los notarios españoles expuso algunas de las perspectivas de futuro para la profesión a nivel global: «A través de la UINL, que acoge a cerca de cien países, el Notariado presta su ejercicio en muchos sitios. Es una función universal, con su aspecto cautelar de justicia preventiva en la determinación negocial del Derecho frente a la conflictual». Por lo que se refiere a la función autenticadora, Martínez Sanchiz recordó que «con el notario nace el instrumento público, con un fondo de autenticidad formal y sustancial».
«Nuestra profesión exige una adaptación a los tiempos, como ha ocurrido en materias como la prevención del blanqueo de capitales. Es imprescindible no relajarse en el ejercicio de nuestra función, que toma como centro la atención a la persona. Nuestra credibilidad depende de nuestra formación», recalcó.
Martínez Sanchiz concluyó con una demanda: «Ha llegado el momento de impulsar el documento público notarial entre los países que no lo conocen, frente al colonialismo jurídico anglosajón. Los notarios debemos incrementar nuestra unión. Cabe soñar en un Notariado mundial interconectado telemáticamente que permitiría incrementar nuestra función como máximo exponente de la seguridad jurídica preventiva. Esa es nuestra esperanza y nuestro futuro».
Reunión plenaria en Bilbao
El Pleno del Consejo General del Notariado, integrado por los decanos de los 17 Colegios Notariales, celebró su sesión mensual en Bilbao, en la sede del Colegio Notarial del País Vasco, para así poder acompañar a los equipos en la final y participar con ellos y sus acompañantes en los diversos actos programados.
Enrique Ferrer ejemplifica el modelo de cantante lírico que ha mantenido el barniz de su voz cuidando el repertorio y respetando la orientación de sus maestros dentro y fuera de España. Aunque ha visto brillar su nombre en carteles luminosos de musicales como El Fantasma de la Ópera, reconoce su mundo en el género lírico, en el que se ha comprometido. .
TRABAJAR LA OBRA
CON EL LIBRETISTA
Y EL COMPOSITOR
TE DA UNA DIMENSIÓN
COMPLETAMENTE
DISTINTA
«Mi mayor ilusión sería hacer zarzuela con
una dirección escénica comprometida»
Treinta años después de su debut profesional en un montaje de La alegría de la huerta, está en el mejor momento para encarar papeles de enjundia dramática, con los que realmente disfruta. Como ese Otello al que le apetece regresar.
-Roman Polanski, cuando dirigió en Viena Bella y la Bestia dijo: “El musical es la ópera de nuestros días». ¿Lo suscribe?
No estoy tan de acuerdo. creo que es otro lenguaje: otra forma; otra estructura, sin decir con esto que la ópera sea mejor o peor, porque hay grandes títulos del musical. Algo similar ocurre con la zarzuela, cuyos personajes proceden en muchos casos de la commedia dell´arte, con esa aportación latina nuestra…
-Usted no ha puesto reparo a ninguno de los géneros, saltando libremente de uno a otro como en una exhibición de trapecio. ¿Sin riesgos para la voz?
Me gusta el teatro. Al mundo musical llegué por esa vía, de ahí que despierte mi interés cualquier manifestación encima de un escenario. Mi primer contacto con la escena lo viví en una compañía amateur de teatro en Getafe. El mayor problema que existe en nuestro país es que te catalogan. En el momento en que haces musical se diría que pierdes galones con respecto al intérprete de ópera. Sin embargo, Plácido Domingo se metió en el mundo del musical y no por ello dejó la lírica. Pero el público en España, o algunos directores artísticos -y aquí puedo estar tirando piedras sobre mi tejado- no entienden que el artista en un momento dado investigue en otros ámbitos musicales, y eso sí puede ser peligroso de cara a desarrollar una carrera. Siendo estudiante en Estados Unidos me sorprendió una Manon, de Massenet, con el recientemente fallecido Marcelo Giordani y Renée Fleming, que luego ha hecho discos de musical. Ahí están Bryn Terfel, Thomas Hampson, Samuel Ramey… grandes intérpretes de ópera que hacen musical sin ningún problema. Es el concepto de artista integral, que utiliza la ópera un poco como herramienta. Esa es mi mayor envidia a los profesionales del mundo sajón.
-En grandes espacios, como la Arena de Verona o el Teatro de Aspendos, en Turquía, ¿cómo se siente?
Tuve la gran suerte de debutar en la Arena con Nabucco, y al tiempo ser cover en Bohème de un Marcelo Álvarez en plenitud de facultades. Me quedaba con la boca abierta escuchándole. Me ayudó mucho este tenor argentino. A veces, como buen cordobés, me decía “Chicho, ¿cómo andás?”. Luego preguntaba “¿Querés cantar el tercer acto? Prepárate, que me voy a poner malo”. Así me daba la posibilidad de medirme en la Arena, con la orquesta. Al ver que me agobiaba en aquel lugar tan enorme, me dijo algo que no se me olvidará nunca, y que pongo en práctica en esas circunstancias. “En espacios enormes, canta aquí (pone la mano a una cuarta de su boca), sin pensar en la distancia”. Para las 13.000 personas que acuden cada noche, tu intuición te lleva a pensar que debes cantar más fuerte, y ese es el gran error.
“EN EL MOMENTO EN QUE HACES MUSICAL SE DIRÍA QUE PIERDES GALONES CON RESPECTO AL INTÉRPRETE DE ÓPERA”
-¿Se ha quedado con ganas de algún papel?
A raíz de una producción de Los amores de la Inés, la única zarzuela de Falla, tengo muy buena relación con José Carlos Plaza. Quería beber el código del director del teatro de texto y aprendí el suyo. Con él debuté Otello en la Ópera de Sabadell. Después de un eterno trabajo de mesa sentados frente a frente, comprendí que una obra te puede llevar meses sólo para el análisis del contenido. Ese trabajo me fascina. Me apetece tanto trabajar así los personajes, que tengo ganas de meterme otra vez con el Otello haciendo una nueva lectura.
-Recientemente vivía la experiencia del estreno absoluto de la zarzuela Trato de favor. ¿Le apetecería repetirla con una ópera contemporánea?
Mucho. Estrenar siempre gusta, por la capacidad que tienes de crear; de aportar. Aunque sean pequeñas cosas. Trabajar la obra con el libretista y el compositor te da una dimensión completamente distinta.
-¿Algún proyecto le apetecería especialmente acometer?
Mi mayor ilusión sería hacer zarzuela con una dirección escénica comprometida. Encontrar gente como el desaparecido José Luis Alonso o Christoph Loy, que parece que tiene un título pendiente en Madrid. Poder trabajar codo a codo con ellos. Aprender de los grandes. Y por encima de todo, quiero estar en el repertorio lírico spinto, pleno… Me encantaría cantar la ópera Sansón y Dalila, y volver a abordar Otello, La forza del destino y todos esos personajes del Novecento italiano, que me fascinan.
-La Zarzuela no le falla, y usted cumple con el Teatro cada temporada…
Me llaman de forma regular. Con Daniel Bianco llevo colaborando muchísimos años, contando conmigo de forma continuada. Espero que todo siga así tras su salida. Le agradezco mucho la confianza que ha puesto en mí en lo vocal y lo actoral. El año que viene vuelvo con un proyecto curioso en una Doña Francisquita, donde siempre he hecho Fernando, y esta vez seré Cardona, un papel muy difícil. Tengo ganas de que el Teatro de la Zarzuela me ofrezca un rol de tenor importante. Al ser hombre de escena me gusta llegar, remangarme y ponerme a hacer teatro.
-¿Hay algo que eche en falta?
Quizás, lo reconozco, estar posicionado un poquito mejor dentro del circuito español como intérprete: como producto de España. Creo que los teatros nacionales no cuidan el desarrollo de sus cantantes. Lo hablaba con Teresa Berganza. Que llegues a un teatro y hagas un partiquino, y el día de mañana…
-Quiere decir que falta una escudería en los grandes teatros…
En teatro no puedes ser regidor si no has pasado antes por maestro de luces… En nuestro caso es distinto. ¿Qué pasa con los cantantes? Ganas el primer premio de un concurso de referencia y de buenas a primeras te hacen debutar Rigoletto en el Teatro Real, aunque a lo mejor no estás preparado. Luego vienen los grandes fiascos. De ahí que vea dos caras a los concursos, que son maravillosos para el desarrollo artístico, pero a su vez pueden ser el gran engaño si falta el seguimiento. En ese punto es donde creo que los intérpretes estamos huérfanos. Porque, en alguna medida, en los teatros nacionales falta esa confianza que necesitarían tener en sus artistas. Yo tuve la suerte de contar, no voy a decir que, como un padre, pero al menos como un tío, con Pedro Lavirgen, que nos acaba de dejar. Me emociono pensando en él, porque su apoyo fue fundamental en tiempos muy puntuales de mi vida. Como cuando decidí tirar la toalla y aposté por la hostelería convirtiéndome en uno de los socios fundadores de El pimiento verde.
-Menudo cambio…
En aquella etapa, fue él quien me decía: “Quique, tienes que seguir. Esto es una carrera de fondo. Confía en tí: coloca tus sí bemol, preocúpate del fraseo, de que la voz esté en su sitio”. Me contó que, cuando él cantaba en el coro del Teatro de la Zarzuela, un señor que le escuchó consiguió que le hiciesen una audición. Aquel hombre decidió jugarse su prestigio porque esa persona, que era Pedro, pudiera cantar. Esa figura ha desaparecido. Hoy en día los directores artísticos no apuestan tan fuerte. Si fulanito debuta en La Scala y tiene éxito, lo compro, porque ya ha demostrado lo que tenía que demostrar. Ese es el gran problema que hemos venido arrastrando los últimos cincuenta años.
-Usted sigue audicionando para grandes teatros, como el San Carlo de Nápoles, donde acaba de medirse.
Otra opción, al margen de los concursos, son las audiciones internacionales, porque si te llaman de fuera, te van a llamar los de casa. En el caso del San Carlo, se había interesado por mí el director artístico para escucharme Puccini, Zandonai y algunos compositores italianos de ese entorno, en el que estoy muy centrado. En este momento de calma chicha, por recurrir al lenguaje marinero, cuando tengo por delante 15 años para cantar ese tipo de repertorio, estoy preparando dos o tres audiciones potentes. Esa es mi apuesta, después de haberme presentado en coliseos de gran aforo, como el Teatro Argentino de La Plata, de 3.800 butacas, donde, después de Pepita Jiménez, con una orquestación muy potente de Albéniz, canté la Francesca de Rimini de Zandonai, que me permitió debutar en el Bellini de Catania La leggenda di Sakùntala, una ópera rarísima y maravillosa de Alfano. Es por ahí por donde voy, porque mi voz aguanta muy bien esos retos.
“GANAS EL PRIMER PREMIO DE UN CONCURSO DE REFERENCIA Y TE HACEN DEBUTAR RIGOLETTO EN EL TEATRO REAL, AUNQUE A LO MEJOR NO ESTÁS PREPARADO”
-Después de haber tenido su residencia en Verona, esa calma chicha ha llevado a un nómada como usted a instalarse en Almansa.
Por circunstancias familiares. Mi mujer, Belén López, para criar a nuestros niños dejó su profesión de soprano. Se quedaba sola con ellos. Ahora, poco a poco está volviendo a cantar. Se marchó a Alemania dos meses para una producción de Tosca y si ella también está actuando, tenemos quien los cuide. Yo he vuelto a la bici; cuando puedo, me hago cien kilómetros por allí. A mis hijos les estoy dando vida de pueblo, y estoy encantado. Y también ellos, más asilvestrados que las amapolas.
DÓNDE ENCONTRARLE
La agenda de Enrique Ferrer incita a un paseo por España de la mano de Puccini, compositor que marca su actualidad. Si estos días podemos escucharle en Palma de Mallorca en una producción de Tosca, en octubre, la Temporada Lírica de Oviedo le convoca para Gianni Schicchi, reservando febrero para la gira catalana de Manon Lescaut. Su otra pasión, la zarzuela, se centra en Doña Francisquita, de Vives, con la que, tras el nuevo periplo por Cataluña, cierra temporada en el coliseo madrileño que lleva el nombre del género.
Autor: Alejo Fernández Fecha de creación: 1500 – 1505 Material: Óleo sobre tabla Ubicación: Expuesto en la sala 79B Medidas: 48 cm x 35 cm
La flagelación
De manera especial frente al formato de estas colaboraciones, la imagen adjunta a estas palabras no es de una pintura sino de su reflectografía infrarroja. Desde 1980, la visión infrarroja aplicada al arte viene desvelando aquello que esconde una pintura detrás de las capas de color: el dibujo previo que hicieron los artistas antes de pintar, cambios de composición, repintes… La reflectografía infrarroja de La flagelación de Alejo Fernandez (¿Alemania?, h. 1470 – Sevilla, 1545) es particularmente interesante, como ahora veremos.
JAIME GARCÍA-MÁIQUEZ,
Gabinete Técnico. Área de Restauración
Alejo era un pintor de origen alemán, representante del primer renacimiento en Andalucía. Se le documenta por primera vez en Córdoba en 1496, donde se casa dos años después con la hija del pintor Pedro Fernández, de quien tomó el apellido. En 1508 se traslada a Sevilla para trabajar en la catedral, ciudad en la que recibe encargos importantes. Su estilo funde la tradición flamenca e italiana del quattrocento, con un cierto aire “alemán” en las composiciones, los rostros de los personajes, el gusto por el detalle, como se comprueba en la tabla que nos ocupa.
La Flagelación corresponde a la etapa cordobesa, donde a la deuda de los grabados de Schongauer o Durero en los personajes se une la contraída de la Incisión Prevedari de Bramante en la arquitectura. La inspiración de grabados del norte de Europa y renacentistas italianos ha producido una mezcla que no resulta del todo satisfactoria ni en escala ni en integración espacial, pero esa contradicción compositiva añade mucho más interés –y un encanto especial– a esta única pieza de Alejo que conserva el Museo del Prado.
ESTA PINTURA ES UN EJEMPLO DE CÓMO LA DOCUMENTACIÓN TÉCNICA PUEDE DESCUBRIR EL PROCESO CREATIVO EN LA MENTE DE UN ARTISTA, A LA VEZ QUE ENRIQUECER SU SIGNIFICADO
El estudio del dibujo oculto bajo el color que ha desvelado la reflectografía infrarroja muestra que la escena se traspasó por medio de la técnica del estarcido: sobre un dibujo en papel, se agujerearon con un punzón las líneas esenciales; posteriormente ese papel se colocó sobre la tabla de nogal ya preparada con yeso, y se esparció cuidadosamente carbón por encima para que se introdujera el pigmento sobre los huecos del punzón. Al retirar el papel, las líneas del dibujo quedarían indicadas por medio de la sucesión de unos puntos negros que se repasarían a pincel.
Es curioso que luego Alejo Fernández hizo cambios al repasar los puntos del estarcido a pincel. El más interesante es el que concierne a la imagen de Poncio Pilato: tiene dos rostros, el que ha descubierto la reflectografía infrarroja, donde interpela a los judíos de lo alto de la balaustrada que señalan a Cristo, y el que finalmente pintó, donde mira sin más cómo lo flagelan. El primero incidía sobre la responsabilidad y ceguera moral de la clase sacerdotal judía, mientras que el segundo y final evidencia la responsabilidad jurídica del poder político en la muerte de Jesús.
«Escribir es una labor muy
gratificante y divertida»
Almudena Fernández Ostolaza estudió Derecho en la Universidad Complutense. Posteriormente obtuvo el título de notaria por oposición, profesión que le ha llevado a recalar en varias localidades españolas hasta acabar en Bilbao. En 2019 publicó su primera novela, Primera instancia. Este año verá la luz Segundas intenciones, su nueva incursión en lo policíaco.
Su vocación como escritora comenzó tarde. “Tendría más de cuarenta años y fue a raíz de que mi cuñada, Laura Balagué, también escritora, y mi hermana Patricia, comenzaron unos cursos de escritura creativa. Les gustó tanto que escribieron sus primeras novelas y, de alguna forma, me arrastraron a mí”. A Almudena Fernández Ostolaza le gustaba mucho leer por lo que era fácil que le entrara el gusanillo de la escritura, “a la que suele llegarse si lees mucho. Es entonces cuando puedes sentir esa necesidad de escribir”.
¿Qué le aportan la literatura y la escritura?
-Con la lectura descubro a grandes escritores, historias muy buenas, gente que sabe decir las cosas muy bien. Y te sumerges en un mundo de sentimientos. En cuanto a la escritura, se trata de una afición y soy consciente de mi nivel. Estoy aprendiendo y mejorando cada día. Escribir es muy gratificante, divertido, engancha. Cuando escribo me meto en un mundo con mis propios personajes, un planeta inventado en el que me encanta estar, en el que me recreo.
¿Y cómo llega a los temas que plasma en sus novelas?
–Primera instancia está vagamente inspirada en un crimen real. Pero no quería que se reconociera, así que fui suprimiendo los elementos que lo recordaran. Al final no tiene absolutamente nada que ver: quedó ese recuerdo de un caso que había ido viviendo en la distancia, las sensaciones que me produjo. La segunda novela, que publicaré a finales de año, es una continuación de la primera porque la historia se me quedó en la cabeza y faltaban cosas por contar. Se trata de un caso distinto, en el mismo pueblo, con personajes que se repiten.
En ambas la protagonista es una juez, Inmaculada Alday…
-Al escribir una novela se te plantea el dilema: quién es el investigador. Yo me ponía en la piel de un policía, pero no en su cabeza. En cambio, me sentía un poco identificada con la juez. Imaginaba que podría hacer cosas más parecidas a las que yo hago, aunque la labor de una juez y una notaria sea distinta. Pero sí tiene que ver con documentos, procedimientos, etc. De hecho, el personaje fue creciendo, porque al principio no la quería como protagonista. Se fue haciendo con las riendas. Es lo que me encanta de la escritura, que surgen cosas que tú no has pensado. Creo que nuestro cerebro es más listo que nosotros, que en realidad lo que ves es sólo una parte de lo que recuerdas o lo que sabes. Al escribir surgen historias que no recordabas haber vivido. No es que sea magia, pero consigue sacar de ti aspectos que tenías dormidos.
¿Por qué llevar la historia a un pueblo pequeño?
-En parte por el crimen que la inspiró, pero, sobre todo, porque me puse en el estado de ánimo de un primer trabajo en un sitio desconocido, una mujer sola que ha de tirar hacia adelante. Y lo identificaba con mi primera notaría en un pueblo de Córdoba: llegas con todo el conocimiento teórico sobre tu profesión, pero sin el conocimiento práctico. No le quito importancia a la dureza de la oposición, pero no es lo mismo enfrentarse directamente a tus clientes, hablar de sus vidas, sus problemas. Aquí tienes ya una responsabilidad más personal.
Con un trabajo como el notarial, ¿cuándo saca tiempo para escribir?
-Soy bastante hogareña, me parece un planazo quedarse en casa leyendo, por ejemplo. Y pasé mucho tiempo criando a mis hijos, lo que me permitía escribir. De todos modos, tengo la suerte de que me concentro en cualquier parte, bajo cualquier circunstancia. Somos muchos hermanos y nos gustaba estudiar juntos, en una mesa en el comedor, con la televisión encendida. Aprendimos así a concentrarnos en cualquier espacio. Una suerte porque no necesito una rutina o un horario, me basta con un rato para escribir. Antes de llegar a la notaría de Bilbao, para ir al trabajo hacía muchos trayectos en transporte público, y aprovechaba para leer, corregir lo que había escrito. El manuscrito, el rotulador y el autobús.
A finales de año su nueva novela.
-Para después del verano. Se titula Segundas intenciones, con una juez más madura, que no está tan desbordada como en la primera novela. Desaparece la turista que protagonizó Primera instancia, pero aparece un segundo punto de vista, el del secretario del juzgado, como llamaban en 2007 a los letrados de la Administración de Justicia. Lo publica Cosecha Negra, editorial en la que han publicado Juan Infante o Laura Balagué.
¿Hay tercera novela en ciernes?
-Sí, se titula provisionalmente Tercera edad, en principio también con la juez, pero no estoy del todo convencida. Escribir de esa jueza en ese pueblo me retrotrae a un momento feliz que me gusta recordar. Y la segunda la escribí casi por necesidad. Pero ahora me da la sensación de que aquello está ya muy lejos, que es necesario un cambio. Llevo ya alrededor de cincuenta páginas, por lo que está aún muy al principio y me va a permitir cambiar o empezar en otro escenario.
“EN ALGUNA OCASIÓN HE AÑADIDO TEMAS RELACIONADOS CON EL DERECHO Y QUE CONOZCO A TRAVÉS DE LA NOTARÍA”
Sus novelas están cercanas al género negro…
-Si nos ponemos estrictos son policíacas, porque no hay esa denuncia social de la novela negra. Dentro de lo policíaco hay escritores que muestran lo que ocurre en los juzgados, con abogados, fiscales, como Scott Turow. El alemán Ferdinand von Schirach me encanta. Yo intento seguir este camino, aunque me falte la práctica procesal. Es decir, soy notaria, no abogada penalista ni tengo esa experiencia en los tribunales. Como lectora disfruto de las novelas negras, policíacas, aunque lea de todo. Siempre me han gustado escritores como Mankel o Fred Vargas, no porque sean historias policíacas sino porque escriben bien. Y me gusta la novela de espías, Le Carré, Cumming… Si empecé a escribir policíaco fue porque me gustaba el género como lectora y porque ofrece una estructura, un esquema al que te puedes agarrar. Tienes un crimen, un investigador, varios sospechosos… Pero no descarto en el futuro escribir algo que no tenga nada que ver.
¿De su trabajo como notaria?
-Lo he pensado. En alguna ocasión he añadido temas relacionados con el Derecho y que conozco a través de la notaría. Leí hace poco una novela de Javier Sagastiberri, Perversidad, en la que mete un caso de troncalidad. Me encantó y así se lo dije. Me gustaría hacer algo parecido, pero aún no me sale.