Gabo, siempre presente

ESFERA CULTURAL

GABO,

SIEMPRE PRESENTE

El décimo aniversario del fallecimiento de Gabriel García Márquez no sólo traerá eventos a ambos lados del Atlántico, sino la publicación de En agosto nos vemos.

Según Carlos Fuentes Cien Años de Soledad es la obra germen del realismo mágico.
JULIÁN DÍEZ

Las flores amarillas, que siempre acompañaban a Gabriel García Márquez por cábala y estética, volverán a lucir en su recuerdo por distintos rincones de América y España en los próximos meses. Se cumple el décimo aniversario del fallecimiento del premio Nobel colombiano, el 17 de abril de 2014, y además de los eventos de conmemoración habrá otro de relevancia actual: la publicación de su última novela (inédita): titulada En agosto nos vemos.

 


LA FERIA DEL LIBRO DE MADRID ACOGERÁ ESTA PRIMAVERA ACTOS ESPECIALES SOBRE EL AUTOR


 

Su última obra

Presentada por la editorial Random House como el gran hito literario de este ejercicio, se trata de una obra que se conservaba en los archivos personales del autor, y en la que trabajó no menos de diez años. En 2004, por ejemplo, la citó de pasada en una entrevista con el diario El País, asegurando que no se sentía “totalmente satisfecho, aunque sí bastante”, con la forma en que la había terminado. De hecho, algunos capítulos ya fueron publicados como cuentos previamente, en 1999.

Sin embargo, las continuas revisiones a las que el autor era tan aficionado no dieron con una versión definitiva, y las 150 páginas del manuscrito completo fueron recientemente reevaluadas por sus hijos, Rodrigo y Gonzalo García Barcha. Según hicieron público al anunciar la aparición del libro, descubrieron que “el texto tenía muchísimos y muy disfrutables méritos y nada que impida gozar de lo más sobresaliente de la obra de Gabo: su capacidad de invención, la poesía del lenguaje, la narrativa cautivadora, su entendimiento del ser humano y su cariño por sus vivencias y sus desventuras, sobre todo en el amor, posiblemente el tema principal de su obra”.

Por lo que se sabe de En agosto nos vemos, cada capítulo se corresponde con la visita anual de la protagonista, Ana Magdalena Bach, a la isla del Caribe en la que está enterrada su madre. Sin embargo, cada uno de esos viajes supone una ruptura absoluta en su feliz vida de casada, una aventura siempre similar y siempre distinta.

 


GARCÍA MÁRQUEZ TERMINÓ DIEZ AÑOS ANTES DE SU MUERTE LA NOVELA ‘EN AGOSTO NOS VEMOS’


 

Actos conmemorativos

Por otra parte, este décimo aniversario supondrá recuerdos del autor en lugares como las ferias del libro de Bogotá, Nueva York o Madrid, o el “Ransom Center” de la Universidad de Texas, donde se encuentran las veinte cajas de archivos del autor que esa entidad adquirió por dos millones de dólares tras su muerte.

 


EL FESTIVAL «GABO» CONFIRMA SU TRASLADO DEFINITIVO DE MEDELLÍN A BOGOTÁ


 

En particular, como es natural, será Colombia, la tierra natal e inspiración continua del escritor (aunque residiera buena parte de su vida fuera), la que acogerá el mayor número de eventos. Para encabezarlos se encuentra la Fundación Gabo, creada por el propio autor en 1995, entonces con el nombre de Fundación para el Nuevo Periodismo Iberoamericano. El objetivo original era el de mejorar el nivel del periodismo de su entorno, aunque luego haya expandido sus actividades a la promoción de distintas facetas del arte, la cultura y la ciencia.

Conviene recordar que García Márquez tuvo el periodismo como su primera profesión, si bien el esfuerzo de casi dos años en la creación de Cien años de soledad (1965-66) y su posterior éxito, le hicieron centrarse en la literatura. Muy pronto esa obra se consagró, en palabras de su amigo el escritor mexicano Carlos Fuentes, como “la biblia latinoamericana” y germen del “realismo mágico” que ha sido uno de los más productivos caudales de la literatura en español desde entonces.

La Fundación Gabo ha firmado un convenio con el Ministerio de Cultura de Colombia para las conmemoraciones, en el que también participará la acción exterior del Ministerio de Cultura de España. Según el actual director de la Fundación, Jaime Abelló, “queremos ver cómo su pensamiento -que tiene que ver con la transformación social que siempre añoró para Colombia- también inspira a otros para crear en los diferentes formatos del arte”.

Una nota singular se vivirá en torno al Festival “Gabo”, que, tras celebrarse varios años en Medellín, ha recalado en Bogotá con el compromiso de que permanezca en la capital colombiana a lo largo de varias ediciones. Este año, la undécima edición se desarrollará entre el cinco y el siete de julio.

La deuda del premio Nobel con el español

El idioma español es el cuarto con mayor número de premios Nobel de Literatura, con once galardones. Sin embargo, en todo el siglo XXI sólo ha cosechado uno, el de Mario Vargas Llosa (2010). De hecho, desde el reconocimiento de 1982 a García Márquez sólo se cuenta otro, el de Camilo José Cela en 1989: dos reconocimientos en 41 años para el segundo idioma más hablado del mundo. Ello invita inevitablemente a la especulación: ¿tardará en llegar el siguiente? ¿En quién podría recaer? Durante algún tiempo se citó con frecuencia en las quinielas a Javier Marías, pero falleció en 2012 a los 70 años. Una buena pista sería mirar otros reconocimientos similares, de los que en España se entregan dos: el Premio Cervantes y el Princesa de Asturias. Sin embargo, no hay ningún autor con vida que haya recibido ambos. Si se amplía la búsqueda a otros galardones que suelen augurar el Nobel, sí encontramos un nombre repetido: el de Antonio Muñoz Molina, ganador del Príncipe de Asturias en 2013, el “Jerusalem Prize” y el “Medicis Étranger”. La mexicana Elena Poniatowska y el argentino César Aira (a causa de la deuda contraída por este premio con su país, jamás galardonado pese a las candidaturas repetidas de genios como Jorge Luis Borges o Julio Cortázar) son otros autores mencionados con frecuencia.

La fructífera relación con España

A diferencia de algunas tendencias actuales que parecen abrir brecha entre los países hispanoparlantes a ambos lados del Atlántico, García Márquez siempre guardó un lugar especial en su corazón para España. Y es que nunca olvidó los períodos en que vivió aquí, el más extenso entre 1967 y 1975 en Barcelona. Fueron los años de su salto a la fama internacional tras la publicación de Cien años de soledad, de la escritura de El otoño del patriarca y de la consolidación, a la sombra de la agente Carmen Balcells, del “boom” de la literatura latinoamericana. Por entonces fue cuando le dijo a Carlos Fuentes que “todos estamos escribiendo la misma novelota latinoamericana con un capítulo colombiano mío, un capítulo mexicano tuyo, el argentino de Julio Cortázar, el chileno de Pepe Donoso, el cubano de Alejo Carpentier…”. Aunque luego fijó su domicilio definitivo en Ciudad de México, García Márquez mantuvo un hogar en Barcelona, que visitaba con regularidad hasta su fallecimiento, y reconoció una y otra vez su deuda con la gran tradición de la literatura española.

La novela En agosto nos vemos narra la visita anual de la protagonista a la isla en la que está enterrada su madre.

OTRAS FUENTES

La página web de la Fundación Gabo da cuenta de las últimas novedades, no sólo de su propia actividad, sino también de otros eventos relacionados con la memoria del autor colombiano. Fundaciongabo.org

La escritura de Cien años de soledad tiene una cautivadora historia en sí misma.

Un relato detallado de los años de García Márquez en Barcelona.

Entrevista a Ángeles Blancas Gulín, soprano

ESFERA CULTURAL

ÁNGELES BLANCAS GULÍN,

SOPRANO

JUAN ANTONIO LLORENTE

“El diálogo con el director debe ser constante, si no la creatividad está muerta”

Hija de dos voces insignes de la lírica: el barítono Antonio Blancas y la soprano Ángeles Gulín, después de una larga ausencia ha vuelto al Teatro Real, deslumbrando en su nuevo registro con el papel de Goneril en la producción de Lear firmada por Calixto Bieito. Ángeles Blancas Gulín ha sido reconocida por Ópera XXI como Mejor Cantante del año por su interpretación del rol de Kostelnička en la ópera Jenůfa, de Leoš Janáček, en el Maestranza de Sevilla en 2023.

A la hora de decidir el futuro, llevar en vena la música: ¿animaba o disuadía?

Más bien disuadía. No por la profesión, que es maravillosa -la música, el teatro, todo-, pero la carrera es muy complicada. Mis padres, a pesar de todo su talento y su voz, lo pasaron tan mal que yo quería abrirme y hacer otras cosas. Pero al final, aquí estoy.

Tomando nota de sus experiencias para evitar sinsabores, ¿qué aprendió y qué evitó?

Hay cosas que no se pueden evitar. Lo único que puedes es aprender a ir por otros caminos, no sufrir, obviar situaciones y aprender. Por mi parte, me encaramé al mundo teatral y, en fin, de ellos aprendí todo el trabajo técnico, vocal y musical. Me decían: “Lo que estudies, lo que aprendas hasta que tu inquietud sea más superlativa, serán tus armas, porque esta carrera es muy difícil”. Y tenían toda la razón del mundo.

Dice que se encaramó al teatro.

Sí. Trabajando, haciendo cursos, sumergiéndome en el mundo de la prosa, del texto, para saber cómo analizarlos. Cómo entrar en una ópera, sea del compositor que sea. Eso me ha ido caracterizando y es algo que está ahí. Porque siempre hay que aprender. Constantemente. Se supone que quieres una carrera larga y nunca sabes hacia dónde pueden ir tu voz y el resto de las cosas. Hay que saber adaptarse a los cambios. Eso en nuestra familia estaba a la orden del día. No sólo por la profesión; por la vida en sí.

 


LA TÉCNICA QUE FUI ADQUIRIENDO LA HE APLICADO A TODA LA MÚSICA DEL SIGLO XX


 

Dejó el Teatro Real siendo la dulce Mimí y dieciocho años más tarde regresó como la malvada Goneril. ¿Con un propósito de enmienda para que en el futuro no sean tan largas las ausencias?

(Tras un silencio meditativo). ¿Propósito de enmienda? No lo sé. En lo que a mí respecta ya hice mi trabajo. He vuelto con mi repertorio, que ahora es este. Y mi voz es la que se ha escuchado en el Lear. Pero hay más. Detrás del Lear, donde Goneril es como una metralleta, una kalashnikov; están Wagner, Strauss, Janáček… Un repertorio increíblemente vasto, donde las posibilidades vocales se demuestran mucho más.

Siempre que dé con un director “meticuloso y exigente”. Explíquese…

Meticulosa y exigente ya lo soy yo. Lo que exijo es una situación de empatía, una capacidad psicológica en la que traspase incluso su frontera inicial de cómo desarrollar un personaje. Que conozca bien la partitura y el texto y sea ante todo sincero. Como sucede trabajando con Calixto Bieito. Para la obra Lear estuvimos una semana con él. Un pequeño reencuentro para comprobar su talento. Él parte de un esquema hecho, de una idea. Pero después tiene muy en cuenta al artista que está frente a él. No es todo lo de muévete aquí y ponte allá. Lo que me gusta de un director de escena es el diálogo. Yo me pongo completamente a disposición, pero él debe de estarlo también. Pero los hay muy rígidos.

Lo mismo diría del señor de la batuta.

El señor de la batuta tiene una orquesta delante y hay una partitura y un montón de cosas ahí en las que también el diálogo debe ser constante. No puede ser una imposición. Si no, la creatividad está muerta. Es cierto que hay cantantes a los que les gusta que les digan todo, pero hay otros que no, como es mi caso. Y no soy la única que reacciona así. Hay mucha gente con inquietud y con una capacidad teatral muy grandes. Si no hay diálogo, no hay arte, ni creatividad. Porque cada noche es un experimento, una experiencia. Cae el telón, y ya está: no hay nada más.

El repertorio. ¿Lo decide usted o su voz?

Ambas. Yo la escucho y le doy la capacidad y el apoyo técnico para desarrollar lo que me dice, indicando hacia dónde ir. Soy muy instintiva en esto.

¿Ante qué retrocede?

Para mí el miedo es la ignorancia; una ilusión mental. Lo preocupante son la crueldad, la violencia; la agresividad. Eso sí. Me producen rechazo; pero el miedo no. Si no puedo ir hacia un punto, lo acepto y voy hacia otro.

Ya que ha vuelto al Teatro Real, le tocaría hacer lo propio en el Teatro de la Zarzuela, con su nueva directora, que tan bien le conoce desde el Teatro Villamarta, en el que tantas veces cantó.

Isamay Benavente es amiga de muchos de nosotros. En Jerez siempre abrió las puertas a los artistas españoles, y la queremos todos, por ser un rayo de luz para nosotros.

Ópera XXI le ha distinguido como mejor cantante de 2023. En este momento de su carrera. ¿Cómo encaja los trofeos?

No lo sé. Cuando me lo comunicaron, me tuve que sentar diciendo: “¡Que me han dado un premio!”. Era el primero que me daban…

Para los oficiales, costará trabajo encajarla: madrileña, gallega nacida en Munich…

Es que no soy de ningún lugar. Nací en Alemania, mi madre es gallega, mi padre madrileño. Este premio ha sido un regalo. Cuando me llamaron del Maestranza para sustituir a la soprano programada inicialmente, no lo pensé ni un segundo. Fue el cuatro de enero y para mí fue como un regalo de Reyes. Sólo pensaba en Janáček y en que era una oportunidad. Por fin me iban a escuchar en un papel en el que sabía que podía dar algo especial. Y así fue. Con el público todas las noches en pie. ¡Fue toda una experiencia! El personaje de Kostelnička es maravilloso.

 


DE MIS PADRES APRENDÍ TODO EL TRABAJO TÉCNICO, VOCAL Y MUSICAL


 

Curiosa evolución en el repertorio, para alguien que, como su madre, empezó cantando la reina de la noche de La Flauta Mágica mozartiana.

Todos me dicen eso, aunque nuestras voces eran completamente distintas. Aquella Flauta Mágica de mi madre fue algo muy anecdótico. La cantó en Montevideo, cuando ya estaba claro que su voz, desde el origen, derivaba rápidamente hacia el mundo verdiano más denso, más potente. En mi caso fue distinto, porque mi voz encajaba mucho más para Mozart, Rossini; mucho más Bellini, bel canto, los primeros de Verdi… Gracias a eso, la técnica que fui adquiriendo la he ido aplicando con el tiempo a toda la música del siglo XX. Sin cambiar ni un ápice. Naturalmente, la voz es otra, hay una columna vocal distinta. Pero se trata de seguir cantando. Arrastro quince, veinte años de todo ese repertorio que me ha dado una capacidad técnica única.

Por ahí circula una grabación suya cantando el Vorrei spiegarvi oh Dio, de Mozart…

Cómo eran esas arias, a las que, a lo mejor, me gustaría algún día regresar en concierto. No ya con esas alturas cromáticas, con los superagudos, pero hay algunas más centrales que me encantaría poder hacer alguna vez porque creo que son únicas.

¿Desterraría algún papel de su carrera?

El de La fanciulla del West, que canté en México en 2017, el año del terremoto. Para mí fue una experiencia horrible porque cada noche teníamos temblores. Hicimos una función y punto. Como digo yo, se me cerraron todos los chacras. Y el repertorio del siglo XX fue entrando paulatinamente. Poco a poco, porque por medio estuvieron las óperas Adriana Lecouvreur en el Covent Garden y Aida en Basilea, en una producción de Bieito. Hay un momento en que las cosas se mezclaron, hasta que todo se fue reorientando hacia la música del siglo XX.

Su madre cantó en el Museo Metropolitano de Arte, en Nueva York.

Mi madre, pobrecita mía, cantó en el MET el año en que cayó enferma. Tenía cuarenta y dos años. Era su debut en aquel teatro y yo estaba con ella. Había llegado el momento en que por fin un agente, Michael Klotz, le ponía por delante el mundo, diciendo que su voz era universal de verdad. La voz de mi madre era impresionante. Y no sólo por el volumen; también por su voz mediterránea. No era oscura, como las de esas cantantes eslavas que inmediatamente identificas con determinado repertorio. La voz de mi madre era latina, brillante y con un squillo que le permitió cantar a Donizetti o Bellini y que claramente iba apuntando hacia el camino wagneriano. Pero llega la vida y te da uno de esos golpes que te dejan tumbado en el momento en que realmente eres cantante de verdad.

¿Le gustaría algún día seguir sus pasos en aquel teatro?

Claro que me gustaría.

¿Con qué papel?

No tengo ni idea. No me obsesiono con lo que puede llegar. Hay también que jugar con la magia. Podría ser un título contemporáneo: un Lear, o cualquier ópera de Leoš Janáček. Hay que ser inteligentes también a la hora de elegir. Esa es la clave.

¿Dónde encontrarla?

  • En una temporada llena de novedades, desde el inmediato Ángel de Fuego de Prokofiev, en Bari, donde volverá a ser Renata, la mejor forma de seguir sus pasos es recurriendo a su propia página web o al conocido buscador Operabase 

Leer un cuadro: ‘La restauración de ‘David vencedor de Goliat’’, de Caravaggio

ESFERA CULTURAL

LEER CUADROS

CONVENIO EL PRADO-FUNDACIÓN NOTARIADO

CLAVES DE LA OBRA

Autor: Caravaggio, Michelangelo Merisi
Fecha de creación: Hacia 1600
Técnica: Óleo sobre lienzo
Ubicación: sala 7
Tamaño: 110x 91 cm.

La restauración de 'David vencedor de Goliat', de Caravaggio
El motivo por el que se decidió restaurar esta obra fue el aspecto apagado y oscuro que presentaba y que hacía muy difícil la comprensión del lugar donde vemos a David junto al gigante Goliat, que yace a sus pies.
ALMUDENA SÁNCHEZ MARTÍN,
Área de Restauración

Esto era consecuencia de la oxidación de los barnices que cubrían la superficie, cuya tonalidad amarillenta transformaba el colorido original de Caravaggio. A su vez, la opacidad del viejo barniz anulaba el espacio y la profundidad de la composición al tiempo que impedía la percepción de los delicados matices y veladuras con los que el artista elabora las anatomías, los pliegues de las telas o con los que crea las transiciones de las luces a las sombras. Todo ello contribuyó a la alteración del claroscuro original de Caravaggio dejando la figura de David recortada sobre un fondo oscuro y la composición reducida a un solo plano.

Para devolverle a la obra su aspecto original era necesario eliminar de la superficie pictórica el barniz amarillo y opaco. Esta operación ha dejado al descubierto elementos de la composición que antes de la limpieza no podían adivinarse, pero que pudimos ver previamente en la reflectografía infrarroja, uno de los estudios técnicos que, junto con la radiografía, nos muestra el estado de conservación de la pintura y el proceso creativo del artista, así como la posible existencia de cambios de composición, como el que ha revelado la radiografía en el rostro de Goliat mostrándonos la primera idea de Caravaggio al realizarlo aún vivo en un terrorífico gesto de horror.

 


LA RESTAURACIÓN HA DEJADO AL DESCUBIERTO ELEMENTOS QUE ANTES NO PODÍAN ADIVINARSE


 

Un hito

Uno de los elementos más impactantes desvelados con la limpieza fue el cuerpo en escorzo de Goliat, una imagen que muestra el momento clave de la narración bíblica, al presentarnos el cuerpo derrotado del gigante tras ser alcanzado por la honda del joven pastor. Ahora en la pintura limpia podemos entender exactamente la compleja postura de David sobre el gigantesco cuerpo de su adversario, donde el artista juega con arriesgados escorzos que resuelve magistralmente, como podemos ver en la rodilla de David, el puño de Goliat o su propio rostro, colocados en un primerísimo plano y convirtiéndolos todos ellos en elementos tridimensionales que trascienden el plano de la pintura, aproximándose al espectador.

Al examinar la radiografía antes de la restauración pudimos percibir la existencia de dos daños muy concretos que debieron producirse de forma accidental. El de mayor importancia se encuentra en la manga de David y el otro en su rodilla continuando por el hombro de Goliat. Los dos estaban ocultos por repintes de óleo muy antiguos que invadían pintura original, la cual ha sido recuperada en la actual intervención con la retirada de los viejos repintes. Ambas pérdidas de pintura se han ajustado cromáticamente hasta integrarlas en el conjunto pictórico.

La excelente conservación de la pintura refleja el buen estado de las veladuras y medios tonos, capas sutiles y frágiles que encierran una gran información sobre el proceso creativo y la técnica del gran maestro.

La restauración ha devuelto a la obra los enormes valores artísticos y estéticos que permanecían ocultos y que ahora han salido a la luz aproximándonos a la imagen original de esta obra maestra, tal y como fue concebida por el gran genio del naturalismo.

Las cicatrices culturales del horror bélico

ESFERA CULTURAL

LAS CICATRICES CULTURALES DEL HORROR BÉLICO

El conflicto de Ucrania y los que siguen su curso en Siria o Iraq dejan un importante saldo en daños al patrimonio común de la humanidad.
JULIÁN DÍEZ

"LA UNESCO ESTIMÓ A FINES DE 2022 EN 231 LOS «OBJETOS SIGNIFICATIVOS» DAÑADOS EN UCRANIA, INCLUYENDO MUSEOS, IGLESIAS O BIBLIOTECAS"

La Convención para la Protección de los Bienes Culturales en caso de Conflicto Armado firmada en La Haya en 1954 considera este tipo de actuaciones como «crimen de guerra».

Iglesias destruidas, restos del pasado vandalizados, bombas sobre lugares venerados por la cultura del enemigo… No es una situación nueva (capitales de imperios como Cartago o Persépolis fueron destruidas hasta los cimientos por romanos o griegos con sus incalculables riquezas artísticas), pero la progresiva sensibilización de la sociedad moderna con los conflictos bélicos ha puesto también su mirada en los daños culturales.

“Genocidio” cultural

El concepto de «culturicidio» o «genocidio cultural» fue por primera vez propuesto por el abogado judío polaco Raphael Lemkov en 1944. No es un término aceptado de manera unánime, pero sí abrió la puerta a iniciativas como la Convención para la Protección de los Bienes Culturales en caso de Conflicto Armado firmada en La Haya en 1954, y suscrita hasta ahora por 126 países, que considera este tipo de actuaciones como «crimen de guerra».

Incluso se han producido ya juicios en el Tribunal Penal Internacional por la destrucción de monumentos culturales. El primero de ellos en 2016 por los daños sufridos por distintos templos de la histórica ciudad medieval africana de Tombuctú, que terminó con una pena de cárcel de nueve años para el líder del grupo yihadista responsable.

La situación se está repitiendo en Ucrania de forma preocupante, pese a que ambos países en conflicto han suscrito esa Convención de La Haya. Iglesias de madera del siglo XIX quemadas hasta los cimientos, bibliotecas destruidas, museos enteros como el de Ivankiv reducidos a ruinas o desperfectos graves en monumentos como la catedral de Kiev se cuentan entre los daños sufridos, así como el saqueo de numerosos objetos arqueológicos por parte de las tropas rusas, por ejemplo, durante el periodo en que fue tomada la ciudad de Mariupol.

En total, la UNESCO informó a finales de 2022 que, pese a sus intentos de proteger el patrimonio ucraniano, se habían causado daños, de los que existían pruebas contrastadas, a 231 objetos significativos, incluyendo iglesias, museos y lugares de interés artístico. El ministerio de Cultura ucraniano elevaba esa cifra por encima del millar.

Con ser importantes, las cifras palidecen en comparación con otros conflictos actualmente en curso y que no ocupan ya tanto espacio en los medios informativos. Seguramente el más relevante es el daño al rico patrimonio de Siria, un territorio en el que la civilización se ha desarrollado durante milenios y donde el conflicto civil sigue su curso. Allí, por ejemplo, los restos de la antigua ciudad de Palmira, una de las grandes capitales del mundo a comienzos de la Era Cristiana, han sido espantosamente vandalizados. Otros lugares con el distintivo de Patrimonio de la Humanidad de la UNESCO, caso de la Gran Mezquita y la Ciudadela de Alepo, resultaron prácticamente destruidos. El conocido como Crac de los Caballeros, antiguo castillo de la Orden Hospitalaria de enorme relevancia durante las Cruzadas, fue dañado por bombardeos cuando fue usado por distintos bandos como fortaleza.

La intermitente violencia en Iraq se ha cobrado víctimas como la histórica torre Malwlya de la Gran Mezquita de Samarra, la Gran Mezquita de Al-Nuri en Mosul, o distintos restos de la antigua capital del Imperio Asirio, Nínive, como sus estatuas de toros alados, las puertas monumentales o la tumba donde según la tradición descansaban los restos del profeta Jonás, todos ellos víctimas de campañas para terminar con restos del pasado que grupos como ISIS consideran como heréticos.

Ruinas milenarias

También en radicalismo islámico se cobró en Afganistán víctimas tan dolorosas como los Budas de Bamiyán, que se contaban entre los mayores del mundo. Eran de los monumentos budistas más relevantes del occidente, y fueron demolidos por los talibanes en 2001.

En cuanto a la guerra de Libia, existen informaciones contradictorias acerca de los daños sufridos por los restos de la antigua ciudad de Cirene, fundada en el siglo VII a. de C. y que llegó a ser capital de provincia romana. Otra guerra un tanto olvidada, la de Yemen, se ha cobrado buena parte de la ciudad vieja de Sana, otro lugar considerado Patrimonio de la Humanidad.

Quizá lo más preocupante de todas estas pérdidas es que, a diferencia de muchas otras del pasado, su reconstrucción es compleja o directamente imposible cuando hablamos de ruinas milenarias. Aunque existen algunos esfuerzos como los de instituciones japonesas para la reconstrucción de los budas de Bamiyán.

En comparación, los estragos causados por las dos guerras mundiales en Europa o los distintos conflictos vividos por los Balcanes a finales del siglo XX han sido paliados con el paso de los años y el esfuerzo de las autoridades locales. Así, el puente de la ciudad de Mostar que fue símbolo de la barbarie de la guerra en la antigua Yugoslavia, hoy está reconstruido, así como la catedral ortodoxa de la ciudad.

La práctica totalidad de los monumentos destruidos en Alemania por los bombardeos en la Segunda Guerra Mundial han sido reconstruidos, en particular en la zona de la antigua RDA y alrededores de Berlín a partir de la reunificación. Con algunas excepciones, como la Iglesia Memorial del Káiser Guillermo, cuya torre superviviente es una de las siluetas icónicas del Berlín Occidental, en las inmediaciones de Kurfurstendamm.

 


LA INTERMITENTE VIOLENCIA EN IRAQ SE HA COBRADO VÍCTIMAS COMO LA HISTÓRICA TORRE MALWLYA DE LA GRAN MEZQUITA DE SAMARRA O LA GRAN MEZQUITA DE AL-NURI EN MOSUL

 

Un caso similar es el de la catedral de Coventry, quizá el principal monumento inglés destruido por el llamado «blitz» de 1942. Hoy existe otra construida cerca, pero los restos de la original se mantienen como recuerdo del terrible coste de los bombardeos alemanes y la resistencia del pueblo británico.

El castigo de las bibliotecas

Mención aparte entre las víctimas culturales de las guerras merece el sufrimiento de las bibliotecas. La Biblioteca de Alejandría original, con sus colecciones que se estimaban únicas de grandes clásicos griegos y romanos, resultó destruida en las sucesivas tomas de la ciudad durante los conflictos que Roma mantuvo con la emergente ciudad de Palmira (cuyos restos, por cierto, fueron arrasados recientemente en la guerra de Siria). Además de numerosas quemas de bibliotecas sufridas durante las guerras de religión europeas, puede citarse como una pérdida singular la del manuscrito original iluminado del Hortus Deliciarium (Jardín de las delicias), considerada una de las primeras obras en las que se recogía un sistema de notación musical polifónico, y que ardió en el bombardeo de la ciudad de Estrasburgo en la guerra francoprusiana (1870). Un caso singular fue el de la biblioteca de la universidad de Lovaina (Bélgica), que cuando ardió en la I Guerra Mundial perdió un millar de incunables entre sus 250.000 volúmenes. Reconstruida en la posguerra, su siguiente encarnación perdió un millón de ejemplares en la II Guerra Mundial. Las grandes bibliotecas nacionales de Sarajevo y Belgrado estuvieron entre los principales lugares destruidos en las sucesivas guerras en los Balcanes.

La gran mezquita de Al-Nuri, en Mosul, antes y después de la destrucción. Estados Unidos e ISIS culpan al otro S bando de su pérdida.
Monumentos nunca recuperados en España
La lista de grandes monumentos desaparecidos en España de los que los propios españoles no somos muy conscientes es enorme. Debido a que en algunos casos fueron destruidos antes de que existiera la fotografía, o incluso de que se hicieran tasaciones artísticas con criterios contemporáneos, el valor de muchos de ellos resulta incierto. La lista es larga, pero estos serían algunos de los más destacados: el castillo de Burgos (quedan restos, destruido en las guerras napoleónicas); el Palacio original y la Fábrica de Porcelana del Buen Retiro en Madrid (guerras napoleónicas); el Alcázar de los Califas de Córdoba (su estructura principal sucumbió en la reconquista de la ciudad en el siglo XIV); la Torre de la Parada herreriana de Madrid (guerra de Sucesión); o el castillo del Patriarca de Tarragona (donde Carlos I mantuvo prisionero al rey de Francia Francisco I, guerras napoleónicas). La mayor parte de los monumentos relevantes que sufrieron daños en la guerra civil fueron en cambio reconstruidos después; un caso curioso sería el del Palacio de la Moncloa.

Otras fuentes

Entrevista a Isamay Benavente, directora artística del Teatro de la Zarzuela

ESFERA CULTURAL

Isamay Benavente,

directora artística del Teatro de la Zarzuela

Licenciada en Derecho por la Universidad de Sevilla, Isabel María (Isamay) Benavente llega al frente del Teatro de la Zarzuela de Madrid, precedida de un fructífero rodaje en el Villamarta de Jerez con hitos como el Centro Lírico del Sur o el Festival de Jerez, centrado en baile flamenco y danza española. En la actualidad es presidenta de la Asociación de Teatros y Temporadas Líricas de España, Ópera XXI.
JUAN ANTONIO LLORENTE

“En las crisis, o te mueres o aprendes”

Que los artistas, en especial los cantantes, cierren sus agendas con tanta antelación, hace que desembarque asumiendo compromisos de su predecesor.

Me parece lo normal. Pasa en todos los teatros europeos. Antes de nombrar al nuevo director, el que se despide deja en marcha lo inmediato, porque si no…

¿Hasta cuándo tiene acuerdos cerrados?

Daniel (Bianco) lo expuso en la presentación de su última temporada. Aparte de la presente, deja un encargo de composición sobre Las Trece Rosas, y un compromiso con Christof Loy para una producción de El gato montés en 2026.

 


«EN ZARZUELA, TENER UNA MENTALIDAD MÁS
COMPRENSIVA Y APERTURISTA, NOS VA A AYUDAR»


 

Encomiendas que respetará.

¡Si son un regalo! Que Loy haga un Gato montés, cuadra a la perfección en mi proyecto de internacionalizar la zarzuela.

A veces las apuestas por grandes nombres naufragan, como la de Graham Vick con ese título.

Siempre puede pasar con los repertorios que vienen de una tradición y arrastran una manera de hacer. Es sorprendente la similitud de lo que pasa entre el flamenco, que tanto he hecho, y la zarzuela. Toda una generación de artistas, críticos y entendidos del flamenco, piensan que hay cosas que se están haciendo y no se debería, porque no corresponden. Otros dicen que, tratándose de un género vivo, respetando determinados parámetros, se tiene todo el derecho a experimentar, innovar… En resumen, a evolucionar. En zarzuela, tener una mentalidad más comprensiva y aperturista, nos va a ayudar. Con el tiempo nos iremos acostumbrando a que propuestas muy tradicionales, coexistan con miradas de alguien de afuera, que no ha convivido con el género. Más interesante aún si se trata de grandes creadores como el citado Graham Vick, Christof Loy o el propio Giancarlo del Monaco, que no vienen de nuestra tradición. Si queremos que la zarzuela sea universal y se haga en todos los sitios, tenemos que abrirnos a que nos miren igual que nosotros a los españoles que dirigen La Flauta mágica o La Bohème. De aplicar el mismo criterio, sólo podrían hacerlo los austriacos o los italianos.

Primera mujer que se pone al frente del Teatro en 167 años de vida.

Tal vez no, si se considera que, durante la Guerra Civil, María Teresa León, la mujer de Alberti, estuvo en el teatro con su compañía. Pero como directora oficial, soy la primera.

La gestión va dejando de ser masculina. La cuarta parte de las candidaturas que aspiraban a su puesto eran de mujeres. ¿Cuál es el perfil de un gestor?

El perfil de un gestor para un teatro de lírica en general, no sólo de zarzuela, tiene que ser muy diverso. Necesita una mirada amplia frente a un equipo humano muy diferente, donde no tiene nada que ver el departamento de comunicación, con el técnico, el administrativo o el económico. Además, pensando que trabajamos con artistas, una actitud sensible y abierta, con muchas dotes diplomáticas. Y claro, es fundamental una visión precisa de hacia dónde tiene que ir la casa que dirige.

¿Cuántos años se anotó en el Villamarta?

Casi veintiséis. Me autodenomino directora de la crisis. Entré como directora de producción artística, y me nombraron directora gerente a la vez que se cayó Lehman Brothers. Llegué con muchas ideas y de repente vi que no podía poner en marcha casi ninguna, para centrarme en la relación con los patrocinadores que se me iban; en ver cómo rescatábamos la taquilla; en el público, que estaba asustado… Fue un gran reto, pero en las crisis, o te mueres o aprendes. Y aprendí muchísimo, porque en el Villamarta vivimos muchas (risas).

Quien le antecedió en el puesto madrileño apostaba en su candidatura por la captación de público joven. ¿Qué aportaba la suya?

Había dos cosas. En primer lugar, mantener y respetar el proyecto de Daniel, que me parece muy exitoso en muchas cosas, una de ellas el proyecto Zarza. En ese punto digo que el mío es continuista, porque creo en la continuidad de los proyectos culturales. Quien llega a un puesto y se carga todo, empezando por la imagen corporativa, me produce desconfianza. La otra parte de mi apuesta es difundir la zarzuela. Al venir de la periferia, soy consciente de que, aparte de hacerla aquí, que es su templo, tenemos la responsabilidad de llevarla más allá de las paredes de este teatro. No sólo producciones grandes, como hemos hecho en Sevilla, Valencia, Oviedo…, sino contar con otro tipo de montajes que puedan llegar a todos los puntos de España y la zarzuela esté más presente en sus programaciones.

Por experiencia sabe que no es lo mismo un festival que una temporada a la hora de programar.

Absolutamente. Me molesta que ahora se le llame festival a todo. Un festival es algo muy determinado: un ciclo con una periodicidad -anual, bianual, etc.- y unas fechas estables. Y, sobre todo, un proyecto que atraiga gente no habitual al teatro. Público de fuera. Si va destinado al tuyo, no es sino una temporada; una programación estable o un ciclo dentro de la misma. El festival es otra película, otra historia. Si me pidieran programar un festival aquí, diría que, en mi opinión, no se puede hacer.

¿Lo más apasionante para un programador?

¿Hablamos de este momento? Con tantos retos por delante, tantas cosas por acometer, no sabría priorizar. Así que contar con cinco años para poderlas materializar me ilusiona muchísimo. Es apasionante poner en marcha un proyecto. En ese punto, retomo la idea de tener claro hacia dónde queremos ir. Además, me toca -o creo que me va a tocar- una etapa ilusionante si, como parece, pudiera ver reconocida en ese tiempo la zarzuela como Patrimonio Inmaterial. ¡Difundir un género tan maravilloso! ¡Tener la responsabilidad de atender a este patrimonio! Muchas veces llego a casa y me digo: ¡Frena, frena! ¡Vayamos paso a paso, que estamos empezando!

Todo no consistirá en generar. También le llegarán ofertas sorpresivas.

Desde mi llegada empecé a recibir a mucha gente. Al principio todo el mundo quiere conocerte para saber qué vas a hacer y qué posibilidades de trabajo tienen aquí. Vine con la idea de hacer encargos musicales, de obras, y ¡me he dedicado a recibir a tantos compositores! Algunos con mucho nombre; con premios nacionales incluso. Y lo que más me ha sorprendido: con obras bajo el brazo ya escritas, que no han realizado. Propuestas algunas muy interesantes, que ni se me habrían ocurrido. Un par de ellas me parecen muy abordables y me gustaría hacerlas. Quiero ver con José Miguel Pérez Sierra, cuando se incorpore como director musical, qué somos capaces de incluir en estos cinco años. También te sorprende que alguien como Loy, que piensas que te va a pedir hacer algo muy moderno, de repente me llame para decir “no, porque, si bien últimamente se hacía así, la tradición anterior…”. Me ha pillado tan de sorpresa que he pensado: “O sea, él está velando por el pasado, empapándose en cómo se hacían las cosas. Está enloquecido con la zarzuela. Enamorado. Quiere hacer algún título allí donde va”. El otro día en no sé qué teatro empezó a vender nuestra producción de Las Golondrinas. La acababa de ver y estaba fascinado. Sin pretenderlo, se ha convertido en un grandísimo embajador del género.

 


«QUIEN LLEGA A UN PUESTO Y SE CARGA TODO, EMPEZANDO POR LA IMAGEN CORPORATIVA, ME PRODUCE DESCONFIANZA»


 

¿Insistirá en recuperaciones?

A ver cómo abordamos este tema, que estoy cuestionándome. No sé si con lo que quiero hacer tendré la posibilidad de incluir un título del repertorio cada año, porque tengo como objetivo seguir con la recuperación. He tenido largas conversaciones con Emilio Casares, que ha insistido muchísimo en que no puedo olvidarme de eso, porque queda mucho por hacer todavía. Me gustaría hacer cosas del repertorio olvidado escenificadas, y eso implica otro esfuerzo para el teatro. Porque sólo en concierto me parece que no funcionan tanto; que no se quedan tanto en el imaginario. Así que combinaremos ambas cosas.

¿Dónde encontrarla?

Al pie del cañón en todos sus trabajos, a esta gaditana de La Línea la encontraremos abonada a su teatro, defendiendo la programación día a día.

Desde el despacho, planificando con y sobre artistas, o en el vestíbulo, intentando captar la valoración de los asistentes a sus propuestas.

Leer un cuadro: ‘La adoración de los pastores’, de Mengs

ESFERA CULTURAL

LEER CUADROS

CONVENIO EL PRADO-FUNDACIÓN NOTARIADO

CLAVES DE LA OBRA

Autor: Anton Rafael Mengs
Fecha de creación: 1770
Material: Óleo sobre tabla de madera de roble
Ubicación: Expuesto en la sala 89
Medidas: 256 x 190 cm

La Adoración de los pastores
Anton Rafael Mengs no es uno de los pintores favoritos de los visitantes del Museo del Prado, los cuales mayoritariamente conciben las salas donde se exponen sus pinturas, como lugares de tránsito hacia otras que prometen la presencia de los más célebres. Y, a pesar de todo, es uno de mis preferidos.
ANDRÉS ÚBEDA DE LOS COBOS,
Director Adjunto de conservación e investigación.

Y lo es, porque corresponde con un modelo de pintor complejo en lo personal, que ocupa un lugar impropio en la historia de la pintura occidental, muy por debajo del que merece y porque, sin duda, se trata de un magnífico artista. Prueba de ello es su Adoración de los pastores (cat. núm. 2204, expuesto en la sala 89).

Comienzo con una breve semblanza biográfica, imprescindible para aquellos que no estén familiarizados con este personaje. Anton Rafael Mengs (1728-1779) fue un pintor de ámbito alemán cuya vida discurrió entre Dresde, Roma y Madrid, donde trabajó al servicio de Carlos III. Su destino quedó sellado por la rígida educación impuesta por su padre, quien impuso a su hijo los nombres de sus dos grandes mitos de la historia de la pintura: Anton, por Antonio Allegri, el Correggio, y Rafael, por Rafael Sanzio. Su aprendizaje artístico se llevó a cabo en Dresde, donde llegó a ser pintor de corte del elector de Sajonia y en Roma, donde, además de los magníficos estímulos que le proporcionaba la tradición clásica y los grandes maestros del Renacimiento y del Barroco (en su versión más clasicista), tuvo la posibilidad de insertarse en ambientes intelectuales que condicionaron decisivamente su concepción del arte de la pintura. Su amistad con Johann Joachim Winckelmann le abrió los ojos sobre los fundamentos de la belleza clásica y sobre la necesidad de asentar la práctica de la pintura en la especulación teórica. Fruto de todo ello fue su aprecio por la escultura antigua presente en Roma (que él creía erróneamente griega) y su vocación especulativa, que le llevó a escribir obras sobre teoría del arte que fueron muy celebradas por sus contemporáneos.

 


UN ARTISTA SINGULAR, DE ENORME TRASCENDENCIA EN LA DEFINICIÓN DEL NEOCLASICISMO, Y CUYA PRESENCIA PASA A MENUDO INADVERTIDA


 

Inconfundible estilo

Su Adoración de los pastores del Prado, pintada sobre tabla, permite acercarnos a buena parte de las características que definen su inconfundible estilo. Se trató sin duda de una obra de empeño donde el artista procuró dar lo mejor de sí mismo, asunto que se advierte en su tamaño, el soporte, o el uso de materiales caros como el azul ultramarino. Además, el carácter claramente correggiesco de los ángeles que sobrevuelan la escena, nos recuerdan sus filias artísticas. Su factura pulida, en la que no se perciben las pinceladas, con rostros como el de la Virgen, de aspecto nacarado, casi robado de una estatua, constituyen todos ellos elementos que también definen su pintura. En sus retratos, como el célebre de Carlos III, el visitante del Museo podrá confirmar estas características, que allí completa con una reproducción obsesiva de la realidad hasta sus más mínimos detalles.

Quizás estas líneas sirvan para que, en su próxima visita al Prado, el lector de estas líneas, de camino a sus pinturas y autores favoritos, repare en la presencia de un artista singular, de enorme trascendencia en la definición del Neoclasicismo, y cuya presencia pasa a menudo inadvertida.

Música en vivo

ESFERA CULTURAL

MÚSICA EN VIVO

Si hubo un sector que sufrió como ninguno el proceso de digitalización dentro de la industria cultural fue el de la música. Las ventas millonarias de discos se desvanecieron. Si un Disco de Oro se otorgaba por 80.000 copias vendidas, hoy ya se da con 20.000.
JULIÁN DÍEZ,
LOS FESTIVALES BATEN RÉCORDS EN ESPAÑA, REFUERZAN LA INDUSTRIA MUSICAL Y SE CONVIERTEN EN POLO DE ATRACCIÓN TURÍSTICA

Sin embargo, en esa crisis la música se ha reencontrado progresivamente con sus orígenes: la interpretación en directo. La plasmación definitiva de ese proceso ha sido el récord de asistentes a eventos musicales e ingresos del ejercicio 2022 en España.

Protagonismo veraniego

Los macrofestivales veraniegos son, por puro peso numérico, el principal eje de esas cifras. Según los datos hechos públicos para el ejercicio 2022 por la Asociación de Festivales de Música, la industria de la música en directo vendió entradas por valor de 459,2 millones de euros. Los macrofestivales supusieron una porción muy notable de ese total, ya que sólo los diez con mayor asistencia vendieron 2,25 millones de localidades. Y todo hace indicar que esas cifras conjuntas de la música en directo se pueden superar en 2023, ya que el verano mejoró el anterior y aún faltan los datos de diciembre, que en el caso de conciertos en interior suele ser de los mejores meses del ejercicio.

 


ESPAÑA ES EL PRIMER DESTINO TURÍSTICO MUNDIAL DE FESTIVALES, CUYO IMPACTO ECONÓMICO DUPLICA EL DE LA VENTA DE ENTRADAS


 

Quizá el aspecto que puede arrojar más luz sobre la importancia de estas cifras es que el impacto económico asociado a estos eventos siempre viene a duplicar el de la venta de entradas. Hablamos de alojamiento, hostelería, venta de recuerdos, puestos de trabajo adicionales, etcétera.

La práctica totalidad de las ciudades de mediano tamaño a las que ha llegado un festival (desde Burriana hasta Aranda de Duero, pasando por Villarrobledo o Viveiro) han terminado por volcarse en facilidades por parte de la Administración por la elocuencia de ese tipo de cifras, pese a las quejas de los vecinos en ocasiones por los inconvenientes (ruidos, exceso de visitantes, limpieza etc.).

El gasto estimado por asistente a uno de estos eventos está en una media de 300 euros. «El número de turistas atraídos por los macro conciertos ha crecido un 70% en los tres últimos años y España es el primer destino del mundo en turismo de festivales», afirmó en declaraciones a la Agencia EFE la integrante de la Asociación de Mujeres e Impacto Musical Paula Simó, que por otra parte también señalaba una cierta saturación que se irá dejando notar en los próximos años tras el entusiasmo postpandémico.

El atractivo español

Los motivos por los que este tipo de eventos han florecido en España van aparejados con las razones que impulsan la industria turística: buen clima, infraestructuras, apuesta institucional… Aunque hay otros intrínsecos de sector. España no está en muchas ocasiones en las giras internacionales de los principales artistas, ya que el desplazamiento a la península es más caro que enlazar ruta en ciudades centroeuropeas. Para los propios seguidores de la música en España, por tanto, los festivales veraniegos pueden ser la mejor ocasión del año.

El Primavera Sound de Barcelona (que ya ha extendido sus redes a Oporto y ciudades latinoamericanas) fue el macrofestival con más asistentes; medio millón repartidos a lo largo de once días. En años sucesivos también tendrá presencia en Madrid, que no sólo cuenta con el segundo festival con más asistentes (Mad Cool, 310.000 en seis días) sino que se dispone a inaugurar para estos fines la Ciudad de la Música de Villaverde, de 850.000 metros cuadrados.

En cuanto a quiénes han sido los artistas con más espectadores en sus conciertos, en 2022 el mayor número absoluto correspondió a Fito y Fitipaldis, con 330.000 en 27 citas. Les siguen Alejandro Sanz, Manuel Carrasco y Joan Manuel Serrat. Sin embargo, hay que mencionar que los artistas que vendieron más entradas por concierto fueron figuras internacionales que llenaron estadios, como los Rolling Stones en su única presencia en España (Wanda Metropolitano de Madrid, 51.000 personas) y los Red Hot Chili Peppers (98.500 personas entre Sevilla y Barcelona).

 


UN CONCIERTO DE TAYLOR SWIFT HA SIDO LA PELÍCULA MÁS TAQUILLERA ESTE OTOÑO EN TODO EL MUNDO


 

El último e interesante síntoma del interés del público por la música en vivo ha estado, curiosamente, en el éxito de una grabación. Porque la película más taquillera de este otoño a nivel mundial ha sido «The Eras Tour», que recoge la última gira de Taylor Swift, recaudando más de 130 millones de dólares y batiendo el récord previo de una proyección de este tipo (de Justin Bieber). Beyoncé anunció incluso antes del estreno que también su último ciclo de conciertos, «Renaissance», llegaría a la gran pantalla, y la tendencia parece haber llegado para quedarse.

 


MADRID ABRIRÁ LA NUEVA CIUDAD DE LA MÚSICA PARA ACOGER CONCIERTOS: 850.000 METROS CUADRADOS EN VILLAVERDE


 

Clave del éxito

El estereotipo del macrofestival rockero o indie no se corresponde con la realidad de la amplia oferta existente en el panorama español. Sin buscar alternativas muy minoritarias, puede mencionarse que el quinto con más asistentes el pasado año, el Rototom Sunsplash de Benicasim con 210.000 personas, está consagrado a la música reggae. Nacido en Italia en 1994, se trasladó a la Comunidad Valenciana en 2010 para aprovechar las instalaciones donde se celebra desde años antes el FIB de música independiente, al que ha superado. Si Benicasim puede parecer un lugar a priori poco relacionado con la música jamaicana, qué decir del nexo de la localidad segoviana de Riaza y la música country. Sin embargo, los aficionados a este estilo originario del Midwest estadounidense se reúnen allí desde hace años bajo el patrocinio de una empresa de productos agrícolas, Huercasa. En 2023 fueron más de 12.000 personas. Más peculiar es la propuesta gallega de Sinsal Son, que desde hace veinte años se celebra en una isla deshabitada (San Simón) y para la que se compran las entradas sin conocer quién actuará. Por las propuestas de años previos se puede adivinar que siempre predominará la música de países alejados de los circuitos habituales y habría presencia de distintos géneros. Las 800 localidades diarias a la venta se agotan sistemáticamente.

El repunte de las grabaciones

La Confederación Internacional de Sociedades de Autores y Compositores presentó el pasado octubre su informe anual. Su resultado contraviene todas las tendencias consolidadas en la década anterior: los derechos de autor de la música alcanzaron su récord histórico, 12.100 millones de euros, en 2022. El rebote tras la crisis pandémica y el afianzamiento del hábito de pagar por la música entre los consumidores, sea directamente o más frecuentemente con la suscripción a servicios de streaming, hicieron posible esta cifra nunca antes alcanzada, con un crecimiento de un 26% respecto al año anterior. Los canales digitales ya suponen la porción mayoritaria: un 35% de esos ingresos.

La música se ha reencontrado progresivamente con sus orígenes: la interpretación en directo.

Otras fuentes

Entrevista a Jesús Marchamalo, Premio Nacional de Periodismo Cultural 2023

ESFERA CULTURAL

JESÚS MARCHAMALO,

Premio Nacional de Periodismo Cultural 2023

Su amplia trayectoria profesional y su aportación al enriquecimiento de la cultura española han sido su gran aval para recibir la distinción del Ministerio de Cultura y Deporte. Galardonado a lo largo de su carrera con el Premio Miguel Delibes, ÍCARO y Radio Montecarlo -entre otros-, hace ya más de 40 años de su primer contrato en Radio 3, con el que pudo independizarse y alquilar una vieja portería como vivienda, algo que vislumbra difícil para las nuevas generaciones de periodistas.
ALEJANDRO MOYA BLAY,

“La idea de que la cultura debe ser gratuita puede acabar con la misma cultura”

Autor de más de una veintena de libros dedicados al ensayo literario y biográfico, se confiesa un escritor “sin imaginación” y como periodista dice sentirse más cómodo detrás del micrófono que delante de las cámaras. A nuestra cita en la Biblioteca Nacional de España acude directo del homenaje a Manuel Longares; bajo el brazo varios libros, entre ellos un ejemplar de Los muebles del mundo, de Ricardo Menéndez Salmón, que presenta en pocos días en un coloquio con el autor.

¿Cómo recibe este premio?
Es un premio precioso. Recibir la llamada del Ministerio fue una maravillosa sorpresa. Me puse nervioso, me emocioné y me acordé de toda la gente con la que he trabajado; también de mis hijos y de mi madre, que murió hace unos años, y a la que le habría encantado. Es un premio fantástico que avala toda una trayectoria y que agradezco muchísimo.

¿Le ha acompañado desde niño esa pasión por la literatura?
Siempre me recuerdo entre libros, desde muy joven. Recuerdo las lecturas de infancia y la colección Clásicos de Bruguera. Recuerdo cuando estaba enfermo y me regalaban un libro. Recuerdo cómo la literatura siempre ha sido ese lugar al que escapaba a diario. Para mí leer siempre ha sido una fortuna y siempre voy a la calle con un libro porque nunca sabes en qué momento lo vas a necesitar.

Ha dedicado su trabajo plenamente al ámbito cultural…
No es algo, creo, que en ningún momento de mi vida decidiera, pero era un lugar donde más tarde o más temprano tenía que acabar. La cultura resume la mayor parte de mis intereses. Es ese legado generacional que vamos a dejar como humanidad a nuestros descendientes, aquello que nos va a sobrevivir. No he necesitado ningún esfuerzo para dedicarme al periodismo cultural y, específicamente, a ese periodismo que tiene que ver con la literatura. Es un lugar donde me encuentro muy a gusto.

 


“ME PREOCUPA QUE LOS JÓVENES PERIODISTAS NO PUEDAN VIVIR DIGNAMENTE DE SU TRABAJO”


 

¿Está más cerca su obra de la pedagogía o de la narrativa biográfica?
Hay fronteras a veces un poco escurridizas. Hay algo en mi asunto con los libros que tiene que ver con el testimonio, ser testigo de escritores, literatos, artistas… Siempre me ha dado mucho respeto la ficción: soy un escritor sin imaginación, necesito tener algo de lo que hablar. No sé si lo que hago es divulgativo o pedagógico, pero aunque no desprecio esa parte didáctica que pueda tener, no es algo que me plantee hacer.

Uno de sus mayores proyectos es la documentación de bibliotecas de grandes escritores…
Las bibliotecas esconden buena parte de eso que tiene que ver con nuestro mundo literario y me parecía un reto trazar retratos de autores mediante su relación con los libros. He visitado la biblioteca de Javier Marías, Pérez Reverte, Vargas Llosa… Hoy llevo más de 60 bibliotecas y he publicado dos libros en la certeza de que nuestra biblioteca habla mucho de nosotros mismos.

¿Y su biblioteca?
Es una calamidad -y también un reflejo fidedigno de mí mismo-. Tengo una biblioteca no solo fatalmente desordenada, sino -por momentos- muy ajena. Hacer reseñas y hablar de libros te lleva a recibir una infinidad de ejemplares que no has pedido, de modo que hay una parte de impostura involuntaria en mi biblioteca.

¿Esconde algún tesoro?
Nunca he entendido los libros como un tesoro, pero si me pides que elija uno que salvaría de un incendio sería una edición firmada por Antonio Machado de Nuevas canciones (Mundo Latino, 1924), encuadernación plena piel color burdeos, con nervios y tejuelos -me encanta el lenguaje de los encuadernadores-. Es muy emocionante sacarlo de vez en cuando y tener las manos sobre aquel ejemplar que Machado firmó en la portadilla.

Hoy, esta entrevista, desde la Biblioteca Nacional…
La Biblioteca Nacional es una fortuna, un lugar lleno de recovecos y espacios maravillosos. A veces necesito sentirme escritor, y en esos momentos vengo al salón de lectura de la BNE. Desde hace más de 10 años dono mis papeles a esta casa y es un honor saber que mis manuscritos, notas y cuadernos están en la Biblioteca Nacional. Dejar testimonio de mi actividad como escritor en un sitio como este tiene algo de esa no buscada posteridad. No imagino un mejor sitio para depositarlos.

Es un gran amante del papel, como cuenta en Tocar los libros
Hace veinte años se nos explicaba que leer en papel era algo decimonónico; habíamos llegado al futuro y teníamos que aprender a leer en pantalla. Una parte significativa de lectores nos dimos cuenta de la importancia que tenía para nosotros la manera táctil de relacionarnos con los libros: tocar las páginas, doblar las esquinas… Ahí nació Tocar los libros, uno de mis libros más mágicos.

¿Cree que la lectura en papel tiene fecha de caducidad?
No solo no creo que la tenga, sino que es maravilloso que podamos elegir. A veces te plantean una disyuntiva en la que tienes que renunciar a una de las partes y eso no es razonable. Por supuesto que leer en una pantalla es leer, pero también ver una serie de televisión es un tipo de lectura. Me pregunto: ¿el teatro es leer? ¿El audiolibro es leer? Creo que los jóvenes leen muchísimo, pero de manera distinta a la idea que nosotros tenemos de la lectura.

¿Cómo vislumbra el futuro del periodismo?
Me preocupa que los jóvenes periodistas no puedan vivir dignamente de su trabajo. Siempre ha sido un empleo precario este nuestro, pero está llegando a unos niveles que hacen que peligre el propio periodismo. Yo no entiendo la gratuidad. No puedo entender que haya medios que no pagan a sus colaboradores. Debemos ser conscientes de que el buen periodismo tiene un coste y hay que estar dispuesto a pagarlo. La gratuidad conlleva falta de calidad y la idea de que la cultura debe ser gratuita puede acabar con la misma cultura.

 


“NO TENGO NINGÚN MIEDO A LA INTELIGENCIA ARTIFICIAL. ¿EN QUÉ NOS PUEDE AYUDAR? A MÍ ABSOLUTAMENTE EN NADA”


 

Le tengo que preguntar sobre el impacto de las redes sociales en el modelo de periodismo tradicional.
A mí me encantan las redes sociales, hasta cierto punto. No es que para ser periodista necesites unas dotes especiales, pero sí tienes que tener un compromiso con la verdad; un compromiso que educas, prácticas y te impones a ti mismo, y que puede desaparecer cuando cualquiera puede contar cualquier cosa con un teléfono móvil. Por eso los usuarios debemos aprender a ser cautelosos con lo que consumimos y seleccionar aquellos medios que sean fiables en la transmisión de la información.

 


“VER UNA SERIE DE TELEVISIÓN TAMBIÉN ES UN TIPO DE LECTURA”


 

¿Y sobre la irrupción de la Inteligencia Artificial?
Miramos con mucho recelo a la inteligencia artificial. ¿Es peligrosa? Claro que lo es. Que una IA pueda escribir una novela o crear una película deja en una situación de precariedad a guionistas, escritores, actores… pero creo que la literatura acaba sobreviviendo -también el arte o la música-. Hay una parte en la creación que tiene que ver con el compromiso, con una manera concreta de ver el mundo, que no va a acabar con la tecnología. Yo no tengo ningún miedo a la inteligencia artificial -de momento- y espero que ella tampoco me tenga ningún miedo. ¿En qué nos puede ayudar? A mí absolutamente en nada.

Por último, sobre dos autores protagonistas en su literatura. Si tuviera que elegir: ¿Delibes o Cortázar?
¿Por qué no los dos? La grandeza de la cultura de la que empezábamos hablando es que no hay por qué elegir, ¿no?

¿Dónde encontrarle?

Con sendos perfiles activos en redes sociales, podemos leer y ver a Jesús Marchamalo en:

Para escucharle basta con sintonizar El ojo crítico o No es un día cualquiera en Radio Nacional de España.

Leer un cuadro: ‘Adán y Eva’ de Durero

ESFERA CULTURAL

LEER CUADROS

CONVENIO EL PRADO-FUNDACIÓN NOTARIADO

CLAVES DE LA OBRA

Autor: Alberto Durero
Fecha de creación: hacia 1450.
Técnica: Óleo sobre tabla
Ubicación: Sala 55B del Museo del Prado
Medidas: 209 x 81 cm

"ADÁN Y EVA" DE DURERO

En su Adán y Eva del Prado, Durero rompió con la tradición anterior, no al representar las figuras al desnudo, sino al representarlas a escala natural. Miden unos 179 cm. De hecho corresponden más o menos a las proporciones (ocho cabezas de altura) del Schmaler Mann u hombre esbelto, como el propio Durero las describe en un tratado que escribió más tarde sobre las proporciones.

ALEXANDER NAGEL,

catedrático en el Institute of Fine Arts de la Universidad de Nueva York.

En su vida, escrita por el pintor y teórico del arte Karel van Mander en 1604, sólo tenía dos cosas que decir sobre las tablas de Adán y Eva: que estaban fechados en 1507 y que eran tan grandes como la vida: groot als t’leven (Voorts Anno 1507 heeft hy ghedaen, also groot als t’leven, een Adam en Eva…» Carel van Mander, Het schilder-boeck, Haarlem: Wesbusch, 1604, v.2, fol. 209).

Según la interpretación pictórica de Durero, también eran de estatura equivalente, ya que la diferencia de estatura entre hombres y mujeres se había establecido, presumiblemente, después de La Caída. Una vez que uno se encuentra con ella, parece la solución obvia y evidente mostrar a Adán y Eva a escala natural.

Adán y Eva son los antepasados de todos nosotros. ¿No tiene sentido mostrarlos como nuestros prototipos físicos? Nos hemos alejado de su perfección. La mayoría somos más bajos y en nuestros tiempos las mujeres suelen ser más pequeñas que los hombres, pero, aun así, Adán y Eva son nuestros modelos. Nuestra semejanza con ellos, y nuestra imperfección en relación con ellos, nos da la medida de lo que La Caída ha hecho de nosotros. Las tablas cumplen su significado en nuestro estar frente a ellas y en nuestra comprensión de nosotros mismos en relación con ellas.

Experiencias italianas

El díptico está fechado en 1507, es decir, inmediatamente después del segundo viaje del artista alemán a Venecia, y puede ser que estas figuras responden a experiencias italianas. En esos años aún no era habitual pintar cuadros a escala del espectador, pero era bastante habitual hacer esculturas a escala natural. Sin embargo, no era nada habitual una estatua hecha de mármol al estilo antiguo y de una figura desnuda, tal como el Adán de Tullio Lombardo, que ahora se encuentra en Nueva York, pero que en aquella época se encontraba en la iglesia de los Servi de Venecia.

Empecé imaginando que esta escultura podría ser un buen punto de referencia, nada más, pero al poner estas imágenes una al lado de la otra me resultó clarísimo que Durero se había encontrado cara a cara con la estatua veneciana y que hasta hizo un dibujo de ella. La mano derecha del Adán de Durero preserva la posición de la mano del Adán de Tullio, donde agarra una rama; un medio para sostener un miembro extendido cuando se trabaja en el material altamente frágil del mármol.

El Adán y Eva de Tiziano, también en El Prado, es muy diferente como concepción pictórica, pero en su adhesión a la escala natural coincide con Durero plenamente. Tiziano llegó a la escala natural de forma independiente y temprana, más o menos al mismo tiempo que Durero y probablemente por influencia de Giorgione. Y, quién sabe, puede que Giorgione obtuviera la idea de Leonardo, que pasó por Venecia en 1500.

No me interesa mucho la búsqueda de primicias. Lo sorprendente es cuán repentina y ampliamente se impuso la idea de la escala natural en la pintura después de 1500. Confieso que el porqué de esta exitosa difusión sigue siendo un misterio para mí. Por ahora es necesario reconocer y entender algo del qué y el cómo del fenómeno en sí.

Entrevista a Francisco José Aranguren, notario y escritor novel

ESFERA CULTURAL

FRANCISCO JOSÉ ARANGUREN URRIZA,

notario y escritor novel

La literatura corre por las venas del notario navarro Francisco José Aranguren, una pasión que le ha llevado a publicar Y estrellas para presidir la noche, una primera novela sobre un opositor a notarías. Fue también uno de los impulsores de la ya extinta Ediciones El Desembarco. En la actualidad es delegado de Cultura del Colegio Notarial de Andalucía.
ÁLEX OVIEDO,

“La autoficción está de moda y ha recibido la consagración con el último premio Nobel”

Dice Francisco José Aranguren que Y estrellas para presidir la noche es la historia “de un proceso interior que lleva a ese opositor a notarías desde una fase de gran oscuridad a una especie de renacimiento”. Aunque el gran protagonista es la residencia sacerdotal donde los opositores estudian en régimen de pensión completa, conviviendo con los curas que allí viven al cuidado de unas monjitas. Papel importante tienen el peculiar preparador y los amores más o menos platónicos del personaje principal.

– ¿Qué le llevó a la novela?

– Creo que el azar o el destino son muy determinantes en la vida. En una tertulia sevillana conocí a Bernardo Víctor Carande —hijo del historiador y economista don Ramón Carande—, fotógrafo taurino, escritor, pintor, viajero, jugador de golf… y editor. Un día le pregunté por los costes de la edición de un libro. Al cabo de un tiempo, Bernardo me llamó por teléfono y me dijo que iba a publicar “mi libro” en la colección “Capela” junto con otros dos de juristas para presentarlos en Navidad. Daba por hecho que el libro estaba escrito. Fue cuando decidí que lo escribiría. Y lo hice en los pocos meses que faltaban para su “presentación”. Yo estaba en pleno duelo por la muerte de mi hija pequeña, Blanca, y quería plasmar lo que sentía, pero no podía escribir sobre ello de forma directa: estaban muy cercanos los hechos. Me di cuenta de que durante la oposición también había sentido la soledad y el abandono. De ahí surgió la idea. Mi intención fue escribir una historia divertida y optimista, que me ayudase a mí mismo y a otros a no perder la esperanza.

– No es habitual ver a un notario en una novela. ¿Es la de notario una profesión aún desconocida?

– Me lo comentó un editor. Lo sigue siendo, sí, aunque la relación con el notario se ha ido haciendo cada vez más cercana. Los expedientes matrimoniales o las actas notariales de transparencia y el trato con las personas con discapacidad van en esa línea personal e inmediata.

-¿Qué es lo que más le gusta de su profesión? ¿Y lo peor?

– Lo que más, la libertad. Ser tu propio jefe, organizar tu oficina, determinar dónde quieres trabajar y el tamaño de tu notaría, fijando el horario, siempre con atención al servicio. Lo esencial de esta profesión es la confianza que depositan en ti las personas y esa misión de ayuda a los que necesitan asesoramiento. Las cualidades humanas de discreción, veracidad, empatía, son también virtudes notariales. Lo peor quizás sea la aceleración del trabajo en estos tiempos en los que se quiere todo para ayer.

-¿Qué le llevó a ser notario?

– La decisión fue la de preparar oposiciones. No tenía antecedentes familiares en Derecho y decidirme por notarías fue algo casual. Una compañera me habló de un preparador en Zaragoza con un sistema con el que podías aprobar en dos años. Andalucía fue mi primer destino. Y fue, realmente, mi destino. Allí empecé una nueva vida. Mis años de estudiante en Pamplona estuvieron marcados por la polarización política y religiosa y la división social. En Andalucía no había nada de eso, se vivía de otra manera. Me enamoré de Priego de Córdoba, y me enamoré en Priego de Córdoba. Allí compré mi casa y allí tengo preparada mi sepultura. Pamplona es mi origen y me siento muy navarro, porque como dice Borges: sólo es nuestro lo que hemos perdido.

– ¿Ha novelado su experiencia como opositor?

– Escribir una novela es como hacer un Frankenstein: siempre sacas todo de ti, pero son trozos, retazos de vida. Luego los manipulas, los unes, formas algo distinto con vida propia. Mi periodo de oposición fue duro. Era la primera vez que vivía fuera de Pamplona y lo llevé muy mal. Eran muchas horas en un lugar claustrofóbico, un antiguo seminario, lleno de cuadros de demonios y condenados en llamas. Comíamos en el refectorio, a toque de campana, con los sacerdotes: una comida de ancianos. Al cabo de los meses empecé a pagar las consecuencias. Se resintió mi salud y mi estabilidad emocional, tuve problemas con otros opositores, neuras… Pero también hubo buenos momentos entre los compañeros. Éramos muy jóvenes.

– Hace unos años fundó Ediciones El Desembarco…

– Siempre he escrito y lo sigo haciendo. La editorial surgió, inicialmente, por mi deseo de editar un único libro: mi amigo Bernardo escribía la columna El sesmo de la vida en el diario Hoy de Badajoz. Él y yo nos escribíamos (cosa hoy olvidada). A veces me enviaba postales de donde estaba o alguna de sus columnas. Una de ellas me emocionó especialmente y pensé que era una pena que se perdiera aquella escritura efímera. Entonces le propuse hacer un libro con una selección de sus columnas. Mi amigo José Manuel Sánchez del Águila, abogado y escritor, había dirigido una editorial (Geribel). Los tres nos reunimos en un restaurante llamado “El Desembarco”, en Los Palacios y Villafranca, donde yo era notario. Allí surgió todo.

– En la actualidad es delegado de Cultura del Colegio Notarial de Andalucía…

– He formado parte de juntas directivas durante doce o catorce años, como vocal, secretario, tesorero… He disfrutado y aprendido mucho, he conocido a compañeros estupendos. Al acabar esa etapa, me nombraron delegado de Cultura y Universidades en Andalucía Occidental. Ya llevaba organizando por mi cuenta actividades culturales en el colegio, siguiendo el planteamiento de la junta directiva de relacionarnos con la sociedad de la que formamos parte y abrir las puertas del colegio. Como delegado, llevamos una agenda cultural en la que se han incluido presentaciones de libros, conferencias sobre temas históricos o literarios. Este mismo año una conferencia sobre la Semana Santa y otra sobre los toros como reto cultural. Actividades con mucho éxito. Han intervenido el filósofo Javier Gomá, el polígrafo Antonio Pau, el poeta Jesús García Calderón… Hemos dedicado ciclos a José Saramago o a las relaciones entre Derecho y Literatura. En otoño tenemos prevista la presentación del nuevo libro de relatos del notario de Sevilla José María Sánchez Ros y una conferencia sobre Picasso y la música.

 


“ESCRIBIR UNA NOVELA ES COMO HACER UN FRANKENSTEIN: SIEMPRE SACAS TODO DE TI, PERO SON TROZOS, RETAZOS DE VIDA”


 

-¿Tiene pensado volver a la novela?

– Durante esta entrevista me he dado cuenta de que la historia de la editorial puede ser un buen tema: nuestras andanzas, la relación con los autores (esos seres extraños), lo que hay detrás de cada libro. Cuando publiqué mi novela me decían una y otra vez: “¿Esto que cuentas es verdad?”. También: “La primera novela es siempre autobiográfica”. Y te lo decían como quitándole valor. Hoy, la autoficción es un género respetable, está de moda y ha recibido la consagración con el último premio Nobel a la francesa Annie Ernaux. Uno de mis autores favoritos, Emmanuel Carrèrre, también novela su vida. El otro, Enrique Vila-Matas, utiliza un yo difícil de distinguir del verdadero. Yo, que novelé mis tiempos de opositor, con los años he sido miembro de dos tribunales de oposiciones, y en el último actué como presidente. Sirva esta entrevista como recuerdo al que fue presidente en mi tribunal, Emilio Garrido Cerdá, que también aparece novelado en mi libro.