ALDEA GLOBAL

Los países en desarrollo –resalta el informe de UNCTAD– no deben verse obligados a elegir entre el pago de su deuda o servir a su población. FOTO WEB ONU

LA CRISIS DE LA DEUDA

Con los ecos resonando aún de la IV Conferencia sobre Financiación para el Desarrollo de Naciones Unidas (FFD4), celebrada en Sevilla a principios de julio de 2025, la pregunta sigue siendo si estas cumbres, complicadas y costosas de llevar a cabo, sirven para algo. La ONU y su Pacto Mundial creen que sí. Las ONG que trabajan con ciudadanos de países en vías de desarrollo, aunque con luces y sombras, también. Veamos compromisos, cifras y las necesidades que determinan la crisis de la deuda.
MELCHOR DEL VALLE

Hablamos, sí, de países en vías de desarrollo y de su deuda: esa obligación que les estrangula y les hace que, como resumía en la FFD4 Jason Braganza, del Foro Africano y Red sobre Deuda y Desarrollo, “en lugar de invertir en salud, educación y agua potable, están pagando a sus acreedores”.

 


CERCA DE 3.400 MILLONES DE PERSONAS VIVEN EN PAÍSES QUE GASTAN MÁS EN PAGO DE INTERESES QUE EN SANIDAD O ENSEÑANZA


 

Las cifras. Según el informe Un mundo endeudado, de ONU Comercio y Desarrollo (UNCTAD), se resume la situación con los siguientes datos: la deuda pública de los países en desarrollo (2024) se situó en los 31 billones de dólares (26,6 billones de euros); el pago neto de los intereses por la deuda de dichos países alcanzó 921.000 millones de dólares (casi 791.000 millones de euros), y la transferencia neta negativa, cuando se paga más a los proveedores externos de lo que se recibe en nuevos desembolsos, supuso 25.000 millones de dólares (21.471 millones de euros). Si quieren releer las cifras, que merecen una reflexión, permítanos decir que hemos hecho la conversión a la nomenclatura continental europea. Es decir: cada billón de dólares lo hemos transcrito como mil millones de dólares para hacer más sencilla su equivalencia en euros.

Otra lectura de esas magnitudes es que 61 países en desarrollo gastan más del 10% de los ingresos estatales en pagos netos de intereses y que 46 de ellos gastan más en pagos de intereses que en sanidad o enseñanza o, dicho de otra manera, casi 3.400 millones de personas viven en países que gastan más en pago de intereses, nos repetimos, que en sanidad o enseñanza. Hablamos del 41,5% de la población mundial. “Los países en desarrollo –resalta el informe de UNCTAD– no deben verse obligados a elegir entre el servicio de su deuda o servir a su población. Es urgente reformar la arquitectura financiera internacional”.

Los deberes. Esa frase final, combinada con el retraso que registra la consecución de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) 2030, era el punto de partida de la FFD4 de Sevilla. La cumbre planteó tres líneas principales de acción: financiación para los ODS, cerrando la brecha financiera y ampliando la capacidad para préstamos de los bancos de desarrollo; alivio de la deuda, canjeando, por ejemplo, deuda externa por inversiones al desarrollo, entre otras cosas; y justicia fiscal global, con idea de lograr lo previsto en la Convención Fiscal de la ONU, pero también incrementando los impuestos a las grandes fortunas, incluyendo el uso de aviones privados y beneficios empresariales.

Entre los compromisos, se puede citar a Italia, que convertirá 230 millones de euros de deuda africana en inversiones para el desarrollo, o la llamada Alianza por la Cláusula de Pausa de Deuda, consistente en promover la suspensión de pagos durante situaciones de crisis. Cara a movilizar inversión, la plataforma SCALED ampliará la financiación mixta con apoyo público y privado, mientras que FX EDGE y Delta impulsarán préstamos en moneda local mediante herramientas de gestión de riesgos. Y respecto a la idea de justicia fiscal, Impuestos de Solidaridad Global aplicará tasas a vuelos privados y de lujo para recaudar fondos para el clima y los ODS.

 


LA IV CONFERENCIA SOBRE LA FINANCIACIÓN PARA EL DESARROLLO (FFD4) DE SEVILLA HA MARCADO UN PUNTO DE INFLEXIÓN EN LA ARQUITECTURA FINANCIERA GLOBAL


 

Las críticas. Las movilizaciones de protesta promovidas por distintas ONG internacionales durante la IV Conferencia nos pueden dar una idea de lo poco conforme que está lo que la ONU llama la sociedad civil. En un comunicado (julio de 2025), la Coordinadora de Organizaciones para el Desarrollo se queja de que las negociaciones previas a la cumbre de Sevilla fueron debilitando las, en principio, ambiciosas propuestas “debido a la imposición de las prioridades de los países del norte global”. Como cabía esperar, muestran su disgusto por la ausencia de Estados Unidos en la cumbre, pero también dan un tirón de orejas a los países europeos por haber “frenado las reformas más ambiciosas para democratizar la arquitectura financiera y cancelar las deudas del sur global”.

Sin embargo, la coordinadora “reconoce el valor del consenso alcanzado en el actual contexto global”. Les hubiera gustado, claro, que el Compromiso de Sevilla recogiese todos los cambios urgentes que, en su opinión, el mundo necesita, no solo algunos. Al fin y al cabo, recuerdan en el comunicado, “lo que recoge no es de obligado cumplimiento, como no lo es lo de ninguna de estas conferencias”. “Existen algunas luces –concluyen– que deben marcar el camino. Se vislumbran algunas oportunidades para avanzar en la agenda global de cooperación, fiscalidad y cuidados, que deben ser fortalecidas y traducidas en compromisos vinculantes y mecanismos de financiación sostenibles”.

 


LA CUMBRE PLANTEÓ TRES LÍNEAS PRINCIPALES DE ACCIÓN: FINANCIACIÓN, ALIVIO DE LA DEUDA Y JUSTICIA FISCAL GLOBAL


 

Las falsas soluciones. Diversas organizaciones internacionales, como el ya citado Foro Africano y Red sobre Deuda y Desarrollo o la Red Europea sobre Deuda y Desarrollo, alertan sobre lo que han definido como “falsas soluciones”, que son los llamados “canjes de deuda por acción climática”. Muy escuetamente, consisten en que los acreedores ofrezcan alivio de la deuda a cambio de que el gobierno del país deudor se comprometa a, por ejemplo, descarbonizar la economía o proteger la biodiversidad de los bosques o los arrecifes. El propio Fondo Monetario Internacional admite que no es probable que los citados canjes aporten una solución universal para todos los países con problemas de deuda.

Para entender algo mejor la idea de “falsa solución”, recurrimos al informe Canjes de deuda por clima: ¿pueden alinearse con un enfoque justo de resolución de la deuda y acción climática? publicado por la Red Latinoamericana y del Caribe por Justicia Económica, social y climática (LATINDADD). Sus reticencias se basan en tres críticas: la capacidad de estos canjes de deuda de aliviar a los países del Sur de la carga del servicio de la deuda externa es habitualmente exagerada y tergiversada; son en su mayoría procesos dirigidos por los acreedores e implican poco sacrificio de su parte; y amenazan la gobernabilidad democrática y pueden perpetuar formas de dominación en los países del Sur por parte de organizaciones extranjeras que no rinden cuentas o que no están sujetas a instancias de supervisión.

La esperanza. “Estamos en Sevilla para cambiar el rumbo”, dijo Antonio Guterres, secretario general de la ONU. Y es verdad que solo un significativo cambio de rumbo puede aliviar la situación de ese 41,5% de la población mundial que describimos líneas más arriba. Así que nos quedamos, como expone la Red España del Pacto Mundial de Naciones Unidas, con que “La IV Conferencia sobre la Financiación para el Desarrollo (FFD4) de Sevilla ha marcado un punto de inflexión en la arquitectura financiera global. Con la presencia de más de 50 líderes mundiales, centenares de delegaciones y representantes civiles y empresariales, la cumbre se erigió como un espacio decisivo para reorientar los flujos de capital hacia un futuro justo, verde e inclusivo”.

La deuda pública en el mundo

Según cálculos de ONU Comercio y Desarrollo (UNCTAD), basados en Perspectivas de la economía mundial del FMI (abril de 2025), la deuda pública mundial en 2024 llegó a cerca de los 103.000 millones de dólares (en nomenclatura continental europea), equivalentes a 88.230 millones de euros: un máximo histórico. Un 68,9% de dicha deuda corresponde a países desarrollados, pero es el resto, ese 31,1% que afecta a los países incluidos en tres regiones, África, América Latina y el Caribe y Asia y Oceanía, el que determina la crisis de deuda que intenta paliar el Compromiso de Sevilla.

La asfixia de los intereses

Número de personas que viven en países en desarrollo en los que el pago de intereses supera al gasto en sanidad o enseñanza (cifras en millones de personas).

 

Fuente: ONU Comercio y Desarrollo (UNCTAD).

PARA SABER MÁS

Compromiso de Sevilla.
Cuarta Conferencia Internacional sobre la Financiación para el Desarrollo.
Naciones Unidas (2025).

A world of debt. Report 2024.
ONU Comercio y Desarrollo (UNCTAD)
Dirigido por Rebeca Grynspan y coordinado por Carlos Razo.

Canjes de deuda por clima: ¿pueden alinearse con un enfoque justo de resolución de la deuda y acción climática?
Daniel Ortega y Andre Standing
Red Latinoamericana y del Caribe por Justicia Económica, social y climática, LATINDADD (2023).

Reloj de la deuda mundial.
Commodity.com (actualización permanente cada cinco segundos).