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CLAVES DE LA OBRA

Autor: Luis Paret y Alcázar (1746-1799)
Fecha: 1784
Tamaño: 410 x 300 mm
Material: Pluma, pincel y aguada de colores sobre papel verjurado
Ubicación: Gabinete de Dibujos

‘La celestina y los enamorados’

Esta acuarela de Paret, realizada durante su exilio en Bilbao, está considerada la más bella del siglo XVIII español debido a su gran formato, a su carácter de obra autónoma acabada, a la destreza con que está elaborada y a su temática a caballo entre lo costumbrista, lo literario y lo bizarro.
JOSÉ MANUEL MATILLA,

jefe de la Colección de dibujos, estampas y fotografías

Paret describe con minuciosidad una escena de la vida cotidiana en un interior realista dotado de detalles moralizantes alusivos a las relaciones amorosas furtivas, al paso inequívoco del tiempo y al deseo del ser humano de controlar su destino a través de la creencia en lo sobrenatural.

Los objetos dispuestos en la vivienda ayudan a entender que nos encontramos en presencia de una alcahueta con supuestas dotes adivinatorias y de modificación de las voluntades amatorias.

Un autor de detalles

En primer término se ve una pila de lavar de madera sobre la que hay una pieza de tela y una gata. En un segundo plano, sobre la mesa cubierta con un tapete o alfombra raída se disponen una serie de objetos: una jarra blanca vidriada que refleja los colores de la gata; una copa dieciochesca de cristal, una caja de esencias de perfume y dos botes de farmacia. 

 


ESTA OBRA ANTICIPA ASUNTOS QUE INTERESARÁN A GOYA POCO DESPUÉS: LA SUPERSTICIÓN, EL ENGAÑO Y LA VEJEZ


 

La celestina, vestida con indumentaria anticuada sostiene un rosario con el que más que rezar parece contar el tiempo que pasarán los jóvenes en la habitación que les ha dejado. Si la indumentaria y los objetos son astrosos, no lo es menos la estancia, con el suelo de barro cocido desportillado y las paredes desconchadas. El techo deja ver la viguería de madera con telarañas y la rudimentaria forma de tabicar y cubrir con paja el reservado, en la que se aprecia una cama al fondo para el amor furtivo de la pareja. La joven se dispone a cerrar la puerta, mientras el varón, con tocado de plumas, apoya ansioso su mano sobre el hombro de la mujer y acerca la cabeza a su nuca, como en las composiciones galantes francesas contemporáneas.

En la ventana se aprecia una hoja de papel con un gozo, quizá dedicado a San Antonio de Padua, muy popular entonces y recurrente en las oraciones para la obtención de esposo.

Paret ha incluido en la vivienda de la hechicera una serie de elementos que denotan su profesión: un cráneo de asno, cuyos sesos se usaban para potenciar el poder genésico de los amantes; una ristra de ajos, utilizados por su poder de amarre; un cedazo, utilizado para adivinar el futuro; una devanadera con una vela, símbolo del conocimiento oculto; un murciélago disecado, con cuyos polvos se hacían conjuros a los enamorados; una rama de amapola, utilizada por su poder somnífero; un gallo muerto, con cuyo corazón se hacían pócimas; y los ovillos de hilo, símbolo de Cloto, una de las Parcas, que regía la vida de los hombres con su devanadera.

Esta obra anticipa asuntos que interesarán a Goya poco después: la superstición, el engaño y la vejez.