EN PLENO DEBATE

INTRUSISMO PROFESIONAL, MÁS GRAVE Y COMÚN DE LO QUE PARECE

En el ámbito de la medicina estética es donde más denuncias hay por mala praxis cometida por personas no cualificadas.

El ejercicio de una profesión exige unos conocimientos concretos, una titulación y en algunos casos, una colegiación obligatoria para poder desempeñarla. Ejercer una acti-vidad profesional sin tener la titulación, hacerse pasar por lo que no se es, está recogido en el Código Penal. El intrusismo profesional es un problema real más extendido de lo que parece y afecta a numerosas actividades.

MARTA RUIZ-CASTILLO,

 

Las profesiones con más intrusismo son las relacionadas con el ámbito sanitario. Actividades como fisioterapeuta, odontólogo, dietista y nutricionista o médico estético han vis-to cómo en los últimos años ha aumentado el número de casos de intrusismo.

En el ámbito de la medicina estética es donde más denuncias hay por mala praxis co-metida por personas no cualificadas, según la Sociedad Española de Cirugía Plástica Reparadora (SECPRE), la Sociedad Española de Láser Médico Quirúrgico (SELMQ) y la Sociedad Española de Medicina Estética (SEME), que recientemente han alertado del aumento de «intrusismo profesional».

Contra las prácticas irregulares.

En los últimos años han sido bastantes los colegios y asociaciones profesionales que se han unido tanto en el ámbito estatal como en el regional para luchar contra el intrusismo.

En la Comunidad de Madrid, los colegios profesionales de odontólogos y estomatólogos, médicos, farmacéuticos, fisioterapeutas y podólogos crearon en 2018 el Observatorio de la Profesión para defender a los pacientes de «las prácticas ilícitas en el ámbito sanitario».

Al año siguiente fueron los colegios de Ingenieros de Telecomunicación, Agrónomos, Navales, de Minas, de Caminos, Canales y Puertos y de Arquitectos de la Comunidad de Murcia quienes se unieron frente al «aumento del intrusismo» y reclamaron al Gobierno autonómico unificar criterios sobre la obligatoriedad de colegiación.

En el ámbito de la medicina estética, las asociaciones SECPRE, SELMQ y SEME alerta-ron el pasado mes de febrero de la realización de cursos de formación de tratamientos médicos, en particular, con aparatos láser. «En los últimos años son muchos los profesionales, sanitarios o no, que realizan cursos de formación en medicina estética. Todo ello, como ‘justificación’ para después llevar a cabo procedimientos médicos para los que no están cualificados», denunciaron.


Actividades como fisioterapeuta, odontólogo, dietista y nutricionista o médico estético han visto aumentar el número de casos de intrusismo


El Colegio Profesional de Fisioterapeutas de la Comunidad de Madrid tiene una sección de intrusismo profesional en su página web ante el aumento de supuestos profesionales. Entre las acciones más frecuentes que realiza este departamento están «la solicitud de una inspección sanitaria, la denuncia ante la Dirección General de Comercio y Con-sumo, o la información mediante carta certificada al presunto infractor de que en caso de que no retire su publicidad se emprenderán acciones legales».

En definitiva, en los últimos años, colegios y asociaciones profesionales han ido incluyendo en sus organigramas departamentos contra el intrusismo como herramienta para actuar y denunciar, si fuera necesario, este tipo de irregularidades. El Colegio Oficial de Psicología de Madrid tiene en su web la campaña No al intrusismo y a las malas prácticas con un buzón electrónico donde sus colegiados y cualquier ciudadano pueden denunciar las situaciones de intrusismo profesional de las que tengan conocimiento. «Con esta iniciativa se persigue, tanto la defensa de la psicología y los intereses profesionales de nuestros colegiados, como la protección de la sociedad frente a prácticas que pue-den atentar gravemente contra la salud de las personas».

Acabar con el intrusismo profesional es una tarea que requiere la participación de los profesionales mediante las asociaciones y colegios profesionales y de las administraciones públicas mediante la aplicación de mayores controles; también de los ciudadanos que, como aconsejan muchos colegios, deben informarse bien sobre los profesionales a los que acuden para asesorarse sobre un problema legal, hacer una reformar en casa, someterse a una cirugía estética o resolver un problema muscular.


Acabar con el intrusismo profesional requiere la participación de asociaciones y colegios profesionales, administraciones públicas y ciudadanos


Intrusismos menos conocidos

En otras profesiones, como arquitectura, el intrusismo es bastante desconocido entre los ciudadanos. ESCRITURA PÚBLICA ha hablado con Carlos Gil Nagel, socio fundador de Gilnagel Arquitectos, quien comenta que «es en las reformas de interior donde más se producen casos de intrusismo en arquitectura», mediante contrataciones privadas de empresas de diseño de interiores en las que, «como mucho, se cuenta con un diseñador que asume la responsabilidad última de la reforma incluso cuando se modifica en parte o en todo la estructura del piso o la casa, sustituyendo al arquitecto por otros profesionales como aparejadores o decoradores». Esto es así, en parte, porque la Ley 18/1999 abrió «la vía legal para que profesionales no arquitectos pudiesen redactar y dirigir proyectos de edificación que hasta entonces eran competencia exclusiva de los arquitectos», según denunció el Colegio Oficial de Arquitectos de Madrid (COAM) en 2018. En un comunicado, aseguraba que con dicha normativa se «está colando el intrusismo profesional». Si bien la ley indica que distintos profesionales – decoradores, ingenieros, aparejadores – pueden redactar elementos parciales de los proyectos de edificación (edificio administrativo, sanitario, religioso, residencial en todas sus formas, docente y cultural), el texto añade que esos trabajos deben estar «siempre coordinados por un arquitecto di-rector». Algo que, para el COAM, «no se cumple».

También es poco conocido el intrusismo en la abogacía. Una portavoz del Consejo General de la Abogacía explica que son los colegios profesionales de la Abogacía «los que monitorizan los casos, informan a la Fiscalía y piden la nulidad de las actuaciones, aun-que no siempre se consigue». Este es un tema que no es muy fácil de perseguir pero que «preocupa a la profesión». Tanto que se va a tratar en las Jornadas de Comisiones de Defensa de los Derechos e Intereses Profesionales de la Abogacía, que se celebrarán en Vigo en junio con la participación de todos los colegios de abogados».

Cuando peligra nuestra vida

Muchas de estas prácticas son denunciadas y acaban en los tribunales, sobre todo, cuando se producen lesiones irreversibles o la muerte de pacientes. El caso más recien-te que ha trascendido a los medios de comunicación es el de una mujer de 39 años que en diciembre de 2021 se sometió a una liposucción en una clínica privada de Cartagena tras contactar con un supuesto cirujano plástico que, en realidad no era tal sino cirujano cardiovascular y cuya titulación no estaba homologada en España. La paciente murió en enero. La Asociación Española de Cirugía Estética Plástica (AECEP) calificó lo ocurrido de «trágica noticia que nos afecta a todos nosotros, especialmente a los profesionales que nos dedicamos al sector de la cirugía estética plástica, y cuyo desenlace nunca de-bería de haber ocurrido».

Tipificado como delito
El capítulo V del Código Penal sobre usurpación de funciones públicas e intrusismo, en su artículo 403.1 establece “multas de 12 a 24 meses a quienes ejerzan actos propios de una profesión sin poseer el correspondiente título académico expedido o reconocido en España de acuerdo con la legislación vigente». El texto añade: «Si la actividad profesional desarrollada exigiere un título oficial que acredite la capacitación necesaria y habilite legalmente para su ejercicio, y no se es-tuviere en posesión de dicho título, se impondrá la pena de multa de seis a doce meses». En el punto 2 se prevén también penas de prisión de seis meses a dos años en el caso de que «el culpable, además, se atribuyese públicamente la cualidad de profesional am-parada por el título referido» y si «ejerciere los actos a los que se refiere el apartado ante-rior en un local o establecimiento abierto al público en el que se anunciare la prestación de servicios propios de aquella profesión». El Código Penal, al tipificar esta figura lo ha-ce para proteger a los profesionales, pero también los intereses generales cuando el ejercicio de una actividad por parte de una persona sin cualificación reconocida puede ocasionar graves riesgos para la sociedad.

OTROS ENFOQUES

Las Provincias: En este reportaje la Sociedad Valenciana de Cirugía Plástica, Reparadora y Estética denuncia el «vacío» legal» para luchar contra el intrusismo y asegura que «uno de cada tres médicos que ejercen en el sector carece de la especialidad».

ABC: El reportaje aborda la situación de la medicina deportiva tras conocerse el anuncio del Gobierno de impulsar una ley contra el intrusismo en el mundo del deporte.

Redacción Médica: Estudiantes de enfermería y el sindicato SATSE acusan al Ministerio de Educación de intentar «legalizar» el intrusismo.