EN PLENO DEBATE

¿Vamos a vivir para siempre?

No hay acuerdo respecto a si el envejecimiento es una enfermedad y, por tanto, podría tener «cura» o es un proceso natural irreversible.

Una de cada seis personas en el mundo tendrá 60 años o más en 2030. Este grupo de población habrá pasado de los 1.000 millones en 2020 a 1.400 millones en sólo diez años. En 2050, la población mundial en esa franja de edad alcanzará los 2.100 millones, según la Organización Mundial de la Salud (OMS). En el caso de la población mayor de 80 años, este organismo prevé que se triplique hasta los 426 millones entre 2020 y 2050. ¿Estamos cerca de frenar el envejecimiento y los daños que conlleva?

MARTA RUIZ-CASTILLO

En España, el 20% de la población es mayor de 65 años y, de acuerdo con las previsiones del Instituto Nacional de Estadística, en 2050 este grupo podría suponer más del 30% de la población. Conclusión: vivimos más años, pero ¿vivimos mejor? Lo cierto es que, en general, no envejecemos con muy buena salud. Prevenir las enfermedades asociadas al envejecimiento (Alzheimer, fibrosis, algunos cánceres, entre otras) a través de mecanismos que actúen sobre éste, se ha convertido en todo un reto para la comunidad científica y médica. Hacia esa dirección se centran los trabajos que, desde hace tiempo, se llevan a cabo en laboratorios de medio mundo.

 


EN ESPAÑA, EL 20% DE LA POBLACIÓN ES MAYOR DE 65

 

Células senescentes

Uno de esos trabajos es el que lidera Salvador Macip, médico investigador en la Universidad Oberta de Catalunya (UOC) y en la Universidad británica de Leicester, especializado en envejecimiento y cáncer. Junto a su equipo ha desarrollado un nuevo método para prevenir las enfermedades asociadas al envejecimiento que «abre la puerta a frenar el propio envejecimiento», explica a ESCRITURA PÚBLICA en conversación telefónica.

Sus trabajos se han basado en conocimientos anteriores según los cuales hay unos factores que influyen en el envejecimiento, elementos moleculares y químicos, que «cada vez conocemos mejor». Uno de ellos se conoce como «senescencia» que, básicamente, son células viejas que aumentan con la edad. «Lo que se ha visto en los últimos años es que, si eliminas las células senescentes, mejora en general todo el envejecimiento y las enfermedades relacionadas con éste». La cuestión es cómo conseguir eliminar esas células. Varias investigaciones anteriores «descubrieron unos fármacos con sustancias químicas llamados senolíticos que matan las células senescentes». Las pruebas hechas con ratones demostraron que el fármaco mataba las células viejas y los ratones vivían más tiempo y mejor; el problema de los senolíticos es que al no ser específicos tienen muchos efectos secundarios. Ahí es donde el equipo de Macip interviene con la creación de una segunda generación de fármacos que han denominado «bombas inteligentes» porque destruyen las células viejas de forma selectiva sin que afecte a células sanas. «Lo que hicimos básicamente fue copiar una idea de las terapias del cáncer que se realizan ya con anticuerpos. En nuestro caso, preparas el fármaco para que reconozca la célula veja que te interesa destruir». En cáncer ya se están dando fármacos de este tipo «pero en el envejecimiento no se había probado nunca». Este nuevo método está funcionando muy bien en células de cultivo del laboratorio; falta probarlo en animales y ver qué efectos tendrá sobre el envejecimiento y las enfermedades.

Actuar sobre los telómeros

Otros trabajos se centran en los telómeros (extremos de los cromosomas), como el que dirige Shai Efrati, profesor de la Facultad de Medicina y de la Escuela de Neurociencia Sagol de la Universidad de Tel Aviv. En un artículo publicado en la revista Aging en noviembre de 2020, aseguraba haber encontrado una terapia a través de oxígeno hiperbárico (absorción de oxígeno puro en una cámara presurizada) que alarga los telómeros y, por tanto, frena el envejecimiento.

 


VIVIMOS MÁS AÑOS, PERO ¿VIVIMOS MEJOR? LO CIERTO ES QUE, EN GENERAL, NO ENVEJECEMOS CON MUY BUENA SALUD

 

Para el doctor Salvador Macip los telómeros, efectivamente, afectan al envejecimiento y cuando se acortan provocan que las células envejezcan más rápidamente, pero «hay ocho factores más y casi todos convergen en uno, que es el aumento de las células senescentes». Según Macip, las investigaciones acaban, al final, en el mismo sitio: «Para evitar que se formen células senescentes puedes evitar que se recorten los telómeros o matar las células viejas una vez que se han formado». El problema, en su opinión, es que todos los experimentos con telómeros son complicados «porque el hecho de que existan los telómeros y el acortamiento de éstos envejezca las células es un mecanismo de seguridad contra el cáncer». Esto es así porque la células cancerosas «lo primero que hacen, o una de la cosas que hacen rápidamente, es alargar los telómeros». Por eso, añade, «dar telomerasa, la enzima que ayuda a tener telómeros más largos, conlleva el riesgo de que la célula pueda convertirse en cancerosa y, en mi opinión, creo que es más fácil esperar a que se acorten los telómeros y jubilar la célula, y una vez que está jubilada, eliminarla».

¿Enfermedad o proceso natural?

No hay acuerdo respecto a si el envejecimiento es una enfermedad y, por tanto, podría tener «cura», o es un proceso natural irreversible. Para Efrati está claro: «Tratamos de abordar el envejecimiento con ejercicio físico y cambios en la dieta, pero esto solo ralentiza el declive». En declaraciones a The Times of Israel, aseguró en 2020 que «estamos demostrando que en realidad podemos retroceder el reloj biológico y mejorar la calidad de las células sanguíneas. Esto significa que podemos empezar a considerar el envejecimiento como una enfermedad reversible». Una opinión compartida por otros científicos como el biólogo y genetista David Sinclair, o el investigador español, Juan Carlos Izpisúa, que han publicado estudios para frenar e incluso «revertir» el paso de la edad.

Lo importante es que ha habido un cambio de perspectiva respecto al envejecimiento. A medida que se va conociendo más sobre éste y sus mecanismos, se ha pasado a considerarlo menos como algo inevitable y más como una enfermedad.  Este cambio de concepto abre interesantes perspectivas sobre cómo podemos vivir más y mejor mediante la búsqueda de tratamientos para prevenir enfermedades asociadas a la edad. El fármaco que ha desarrollado Macip junto a su equipo en el laboratorio tiene esa finalidad. «Primero lo probaríamos en enfermedades, pero, a la larga, este fármaco o alguno con un concepto parecido de terapias dirigidas, que ya se están estudiando también, tiene el potencial de reducir todo lo que sean los efectos del envejecimiento en general; aparte de las enfermedades también tendría efectos sobre las personas que envejecen mal». Macip es optimista y cree que en menos de 10 años habrá un fármaco que se podrá usar en enfermedades asociadas a la vejez o en casos de envejecimiento extremo.

En busca de la inmortalidad

Frente a los que creen que no se puede hacer mucho para frenar el envejecimiento están los que aseguran que, no sólo es factible frenarlo, sino también revertirlo y que la inmortalidad es posible. Hay quienes se sitúan en un punto intermedio, como el doctor Macip. «Sí creo que el envejecimiento se puede modular, sin duda ¿Hasta qué punto? ¿Qué quiere decir modular? ¿Podemos hablar de revertir? Quizá en un futuro, pero estamos un poco lejos de esto». En su opinión, para llegar a ese punto haría falta pasar por dos procesos previos: primero, frenar el envejecimiento, y segundo, rejuvenecer, para lo cual sería necesario «un control de la regeneración de tejidos que aún no entendemos tanto cómo funciona». Esto no quiere decir, añade, «que no sea posible, pero creo que será más factible antes enlentecer, hacer que vaya más lento el envejecimiento, que frenarlo; eso me parece lo más asequible, lo que veremos en breve».

Década del Envejecimiento Saludable

La Asamblea General de Naciones Unidas ha declarado el periodo 2021-2030 como la Década del Envejecimiento Saludable. Un proyecto mundial para promover «vidas más largas y saludables» a través de una «acción concertada» durante los próximos 10 años de gobiernos, sociedad civil, organismos internacionales, empresas públicas y privadas, profesionales, académicos, científicos y medios de comunicación.

El objetivo es «reducir las desigualdades en materia de salud y mejorar la vida de las personas mayores, sus familias y sus comunidades». Eso implica cambiar la forma de pensar, sentir y actuar en relación con la edad; fomentar las capacidades de las personas mayores; prestar servicios de atención integrada y atención primaria de salud centrados en la persona, que respondan a las necesidades de los mayores; proporcionar acceso a la asistencia a largo plazo a las personas mayores que lo requieran.

OTROS ENFOQUES

Diario de Sevilla: Analiza dos enfoques: curar el envejecimiento y volcar la conciencia a una inteligencia artificial.

Ethic: Aborda los avances médicos y científicos centrados en dar respuesta a los distintos factores de origen del envejecimiento y la posibilidad de vivir más de 120 años.

The Conversation: La doctora Maria Fiorella Sarubbo escribe sobre los efectos de la pandemia y el confinamiento en el envejecimiento.