EN EL ESCAPARATE

¿Cómo de saludable es nuestra economía?
GABRIEL CRUZ
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Al pintar el cuadro de la economía española tenemos una paleta con algunos colores muy alegres, como el de la OCDE (La Organización para la Cooperación y Desarrollo Económico, con sede en París) que en su última revisión nos coloca entre las economías más avanzadas y que más crecerán este año. El FMI (Fondo Monetario Internacional), en la misma línea, nos otorga un aumento del IPC del 2,5% para este ejercicio y del 1,8% en 2026. ¡Muy cerca de la media del G20 y muy por encima de la media europea! Sin embargo, la misma OCDE nos oscurece el panorama, porque somos el país desarrollado en el que más ha aumentado la deuda. Y ya sabe, toda deuda, tarde o temprano, hay que pagarla. De hecho, el FMI nos insta a mejorar la eficiencia en el gasto público para reducirla.
AL PINTAR EL CUADRO DE LA ECONOMÍA ESPAÑOLA TENEMOS UNA PALETA CON COLORES ALEGRES, COMO EL DE LA OCDE QUE NOS COLOCA ENTRE LAS ECONOMÍAS MÁS AVANZADAS
Así nos ven en el exterior. A pesar de todo, nuestros vecinos nos ven con buenos ojos. La prestigiosa revista The Economist dice que España es la economía que mejor se comportó en 2024. Ahora bien, unas pinceladas de gris: ¿Qué pasará cuando se acaben en 2026 las ayudas europeas que recibimos? ¿O si se desinfla el motor del PIB que es el gasto público? Este se alimenta de los impuestos de una economía basada en un sector tan volátil como el turismo. Y sabemos que es lo primero que se recorta en una crisis, aunque hay excepciones como la “diverflación” (divertirse y no ahorrar). No ayuda que tengamos una producción industrial que según el INE (Instituto Nacional de Estadística) ha caído un 1,9%. Menos mal que el déficit público lleva cuatro años a la baja, porque aún queda otro color gris que añadir en la paleta: la política arancelaria de Estados Unidos.
La Autoridad Independiente de Responsabilidad Fiscal (Airef) advierte de que los aranceles de Trump podrían restar hasta 8.000 millones de euros al PIB español en 2025. En este sentido, José Manuel Maneiro, profesor de Economía en la Universidad CEU, señala que nos afecta en “temas agrícolas y componentes de automóviles, pero mucho menos que a los países de nuestro entorno. Ahora bien, si a los turistas de esos países les va mal, dejarán de venir de vacaciones aquí”. Parecida opinión tiene el profesor José María Labeaga, catedrático de Economía en la Universidad a Distancia (UNED). Así podemos seguir todo el reportaje, dando pinceladas claras y oscuras sobre la economía, para que al final nos quede un cuadro abstracto y que cada uno interpreta de forma diferente. Se denomina ‘la Gran Divergencia’: por un lado, está lo que dicen los indicadores económicos; por otro, la percepción ciudadana. Según un informe de Funcas (centro de análisis económico), apenas el 20% de los encuestados evalúa positivamente la situación económica del país. El resto cree que España va mal. Sin embargo, cuando se le pregunta por su situación personal, paradójicamente, el 51% de los encuestados afirma que les va bien. Este contraste subraya la existencia de «un divorcio» como nunca entre la realidad objetiva y la percepción colectiva, y tiene que ver con la ideología.
Cuidado con los datos. La deuda pública es lo que debe un Estado. Junto con los impuestos es la forma de conseguir dinero para pagar al sector público (funcionarios, hospitales, escuelas…). Pues bien, la deuda de España en 2024 superaba levemente a todo lo que produce el país en un año: un 101,8% del PIB; en euros, 1,62 billones. Si vemos las cifras de 10 años atrás (2014) debíamos 1,09 billones, es decir 530.000 millones de euros menos. A simple vista, antes estábamos mejor. Sin embargo, el porcentaje de deuda respecto al PIB era del 104,4%, mientras que en 2024 es el 101,8%. Es decir, en 2014 el déficit (diferencia entre ingreso y gasto) era mayor en un 2,6%. Como señala Maneiro, “este es el dato clave. Lo que nos importa es la deuda en relación a lo que producimos. Si alguien debe 5 y gana 10 tendrá un mayor problema que otro que debe el doble, 10, pero gana 30. Pagará más el último, pero irá más desahogado y reducirá antes la deuda. Si la economía crece más que el déficit, la deuda se irá reduciendo. Lo importante es que la deuda esté bien estructurada, y que no se concentren sus pagos en un solo momento. Por eso no veo la deuda como un problema tal y como vamos creciendo”. De hecho, como apunta Labeaga: “Los mercados de deuda no nos están penalizando” porque ven que podemos pagar, ya que nuestro déficit se va aminorando. De hecho, señala el catedrático de la UNED: “El crecimiento del PIB en España será de los más altos del mundo aparte de China, India y algún país del Sudeste asiático”.
Nuestra vitamina. El Banco de España en su último informe de proyecciones macroeconómicas afirma que el gasto público supuso en 2024 el 27% del crecimiento del PIB; en 2023 llegó hasta el 39%. En los países europeos el gasto público ha sido importante, pero no tanto.
Sin embargo, la inversión empresarial en nuestro país sigue en niveles prepandemia, una anomalía respecto a Europa. Que las empresas no inviertan significa que tienen dudas sobre el futuro. En el otro lado, como explicábamos antes, en 2024 volvimos a batir el récord en gasto público: 722.846 millones, un 7,3% más que el año anterior . ¿Y esto es positivo? Pues depende. Es lo que los economistas como Labeaga llaman el efecto “el multiplicador”. Depende de cuánta riqueza genera el euro que se gasta. Por ejemplo, hacer carreteras facilita que se muevan productos. Incluso la sanidad permite que el que conduce el camión no caiga enfermo y siga transportando. Maneiro señala que “el gasto público es productivo. Porque esa inversión retornará en unos años. Por ejemplo, con la transición energética hacia fuentes amigables con el medio ambiente, tendremos una ventaja competitiva con países como Alemania, que dependen del gas ruso. España no tiene petróleo, con lo cual esa inversión ya no sólo es una cuestión ambiental, sino estratégica. Lo importante es que haya un plan de país a largo plazo, pero con la polarización política de ahora es difícil. Taiwán lo hizo y se convirtió en el mayor productor de chips del mundo”.
El caso es que ese gasto tiene un efecto en la recaudación en impuestos. Desde 2018 ha aumentado un 43%, mientras que el PIB solo ha subido un 22% y el empleo un 9%. En otras palabras: se recauda mucho más sin que la economía crezca en la misma medida . Por ponerlo en cifras concretas, cada ciudadano paga hoy, de media, 2.627 euros más al año en impuestos que en 2018.
LA MISMA OCDE OSCURECE EL PANORAMA PORQUE SOMOS EL PAÍS DESARROLLADO EN EL QUE MÁS HA AUMENTADO LA DEUDA
De lo macro a lo micro. Aunque la macroeconomía va bien, la desigualdad también. El último informe de 2024 de convergencia social de la Comisión Europea (Country analysis on social convergence) señala que España es de los países más desiguales de Europa. Pese a ser la cuarta economía de la Unión Europea y la que más crece, es el quinto país con más desigualdad en renta disponible (la que queda para consumo y ahorro tras pagar impuestos) tras Bulgaria, Letonia, Lituania y Rumanía. El 20% más rico de la población tiene unos ingresos 5,5 veces superiores a los del 20% más pobre, según los últimos datos de 2023.
El catedrático de economía Labeaga señala que “buena parte del crecimiento se ha ido a beneficios de la empresa”. De hecho, según la Comisión Nacional del Mercado de Valores, las compañías que cotizan en bolsa ganaron un 20,8% más que el año pasado (73.112 millones). El informe del BBVA ¿Cómo nos ha hecho más pobres la inflación? señala que, desde inicios de 2020, la pérdida de poder adquisitivo, medida por el aumento en el Índice de Precios al Consumo (IPC), ha sido de casi un 20%. Es decir, la subida de salarios no ha compensado la de los alimentos, que ha crecido un 35,5% en los últimos tres años según un informe de la OCU (Organización de Consumidores y Usuarios). Así lo resume Labeaga: “Se ha perdido poder adquisitivo por la subida de los precios de la comida y la vivienda. Eso ha sido terrible para los hogares pobres”.
2024 tuvo una tasa de riesgo de pobreza del 19,7%, según el Instituto Nacional de Estadística. Aunque es la más baja desde que se empezó a recopilar la información, no deja de asombrar que, en España, 9.495.000 ciudadanos sufrieran riesgo de pobreza en el último año. Todas estas cifras vistas en papel quizá no le digan nada. Así que nos ponemos en contacto con Begoña Fernández, coordinadora de solidaridad del comedor social de San Juan de Dios de Ciempozuelos (Madrid). Nos presenta a Fatin, madre soltera de un hijo adolescente. La acompañamos a su piso, que está pintado por trozos porque “no tengo dinero para pagar toda la pintura a la vez”. Emocionada, nos confiesa que se le ha roto la vitrocerámica y “no puedo comprarme una. Gano 1.080 euros netos al mes (el bruto del salario mínimo son 1.184 euros) como moza de almacén. Esta casa de dos habitaciones me cuesta 600 euros de alquiler. Así que me quedan 480 euros. Entre gastos fijos: abono transporte, luz, agua, teléfono, etc. me quedan unos 150 euros para el resto del mes”. Por eso, confiesa que necesita de la ayuda de San Juan de Dios para material escolar, de limpieza o incluso comida. “Hace años que no salgo fuera a tomar un café”, asegura con voz temblorosa. Su dictamen es tajante: “Trabajo, pero soy pobre, sobrevivo”. El ejemplo de Fatin pone cara a un problema estructural de nuestra sociedad: el coste de la vivienda, que se lleva más de la mitad de sus ingresos.
Amenazas. Así que, pese al aumento del gasto público, hay problemas que amenazan el futuro, como la vivienda. Sin ella no se forman familias que tengan hijos y que paguen las pensiones futuras. Porque uno de los mitos más falsos y extendidos es el de que el pensionista de ahora cobra el dinero que dio en cotizaciones mientras trabajaba. Lo explica Ángel de la Fuente, director del centro de la Fundación de Estudios de Economía Aplicada (Fedea): “No existe producto financiero que aportando el dinero que se daba mientras trabajabas, te devuelva tal beneficio como el de la pensión”. La jubilación es una solidaridad intergeneracional. Y tanto, según últimos datos de la Seguridad Social, los nuevos jubilados tienen una pensión media (1.761 euros) más alta que los salarios medios de los menores de 34 años (1.672 euros). Sí, el pago de pensiones es la partida más grande de los presupuestos generales del Estado. Como señala Ángel de la Fuente, “si esa partida sube cada vez más, es dinero que se detrae de otras partidas”. Ningún partido se atreve a reformar el sistema de un gasto público que representa el 42% de todo el Estado. Y subiendo.
Así que, aunque sea por puro interés económico, necesitamos casas para formar familias. Pero como señala Labeaga: “España tiene poca vivienda pública en comparación con Francia o Gran Bretaña. El caso es que nuestro modelo productivo basado en el turismo deriva esas viviendas al alquiler residencial”. De hecho, un estudio de la Universidad de Málaga señala que el turismo aumenta en un 33% el precio de un alquiler de larga temporada. Sin embargo, el turismo es el principal motor del PIB de nuestro país, representa el 13%. Así que, como señala José Manuel Maneiro “hay que hacer una transición hacia otro tipo de actividades. Porque el turismo barato genera sueldos baratos”. Y así nos encontramos con camareros que no pueden vivir en los centros de las ciudades en las que trabajan, como Málaga o Ibiza. El turismo es el sector que más empleo genera, el 12,7% de todos los afiliados. Es decir, 2,68 millones de trabajadores . Sin embargo, la gran mayoría son de baja cualificación, como los camareros. Por otro lado, según el FMI, España es la economía “avanzada” en la que más han crecido las vacantes en trabajos digitales desde 2019. El 57% de los puestos de este sector no se cubren. Así que, ¿qué pasará cuando llegue definitivamente el invierno demográfico, sin nuevo modelo productivo que aporte más valor al sol y playa? Eso es otro cuadro para otro reportaje. Pero los primeros trazos ya se los hemos mostrado.

Buen comportamiento económico
Según el gráfico anual publicado en diciembre de 2024 por la prestigiosa revista inglesa The Economist. España encabeza el listado de las economías que mejor se comportaron en 2024. Se tuvieron en cuenta cinco indicadores económicos y financieros: el PIB, el desempeño del mercado de valores, la inflación básica, el desempleo y el déficit público de 37 países. Es importante señalar que el gráfico no dice cuál es la mejor economía de 2024, sino la que mejor se ha comportado ese año. Por ejemplo, Colombia ha tenido un buen comportamiento; sin embargo, es de los más pobres de la OCDE, con una tasa de pobreza infantil del 35%.
¿Cómo será el futuro?
La OCDE prevé que la economía española continúe con un crecimiento sólido en 2025 y 2026, con aumentos del Producto Interior Bruto (PIB) del 2,6% y el 2,1%, respectivamente, cifras que nos acercan a las del G20. Superamos las proyecciones para la eurozona, que crecerá un 1% para 2025 y un modesto 1,2% en 2026.La diverflación
¿Crisis? ¡Qué Crisis! Si las terrazas están llenas: La diverflación.
Lo que ha pensado muchas veces cuando ha pasado por las terrazas y estaban llenas, o lo qué piensa cuando ve los aviones llenos. Esa exclamación suya de: “¡Pues no lo entiendo!” Sepa que esta realidad tiene un nombre científico que recogen centros de estudios económicos tan serios como el Banco de España, la Caixa o Fundación Cajasol: es la diverflación. Consiste en que una gran parte de la población prioriza experiencias gratificantes frente a la adquisición de bienes o servicios duraderos. Es disfrutar del presente ya que el futuro por mucho que ahorre se hace inalcanzable. Eso no significa que se gaste más, sino más veces, pero menos. Es decir, en lugar de comprar un coche que tardaría muchos años en adquirir se prefiere ir de viaje y continuar con el coche viejo.
Si usted es de los que quiere ir a las fuentes primarias, que es de las que se nutren los economistas, aquí van algunas webs de centros económicos independientes.
- Centro de estadísticas del Banco de España
- FEDEA (Fundación de Estudios de Economía Aplicada)
Este es uno de los centros de estudios más importantes de nuestro país. Los estudios que realizan su grupo de investigadores van desde ¿Quién debe gestionar los tributos en España? a Inmigración: el motor invisible detrás de la recuperación laboral española, etc. - AIReF (La Autoridad Independiente de Responsabilidad Fiscal)
Se encargan de asegurarse de que las cuentas públicas estén bien cuidadas. Vela por que las Administraciones Públicas cumplan con el principio de estabilidad presupuestaria que marca la Constitución, evaluando continuamente el ciclo presupuestario, el endeudamiento y las previsiones económicas del país. Tiene estudios muy interesantes. Por ejemplo, el gasto en pensiones, sostenibilidad de Administraciones públicas - Funcas
Funcas es un centro de análisis, o como le llaman ahora un think tank, dedicado a la investigación económica y social y a su divulgación.
Por una reforma de las pensiones
Autores: Pedro Muñoz Luna, Diego Navarro Sánchez, José Pedreira Gutiérrez
Editorial Deusto (2024)
El pago de las pensiones es uno de los mayores problemas a los que se enfrenta la economía española. El 42% de los presupuestos generales se lo llevan ellas. Los autores, los tres jubilados, lo resumen como una bola de nieve que cada vez coge más velocidad. Lo escriben por sus hijos y nietos.
Cómo mentir con estadísticas
Autor: Darrel Huff
Editorial Crítica (2011)
Por aquello de la fe ciega en las estadísticas aquí van dos libros de cómo se pueden usar para engañarnos. Cómo mentir con estadísticas es un clásico de 1954 que no ha parado de reeditarse.
El arte de la estadística
Autor:David Spiegelhalter
Editorial: Capitán Swing (2023)
No solo de la economía vive la estadística. El primer ejemplo que cuenta este libro habla de los asesinatos que pudo cometer un criminal gracias a la estadística. Se basa en sucesos reales para introducir cuestiones complejas. Por ejemplo, nos muestra cómo la estadística puede ayudarnos a determinar cuál fue el pasajero más afortunado del Titanic.