Premios «Cerca de los que están cerca 2023»

FUNDACIÓN NOTARIADO

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Premios Cerca de los que están cerca 2023

REDACCIÓN
Ganadores y organizadores posan con los Magos Solidarios.

La Fundación Abracadabra de Magos Solidarios y la Fundació TU i NOS han sido las instituciones ganadoras de la II edición de los premios Cerca de los que están cerca, promovidos por la Fundación Æquitas y la Fundación Notariado, con la colaboración de la Plataforma de Mayores y Pensionistas. Sus respectivos proyectos, Magia para la Tercera Edad, en la categoría de personas mayores, y Beyond the GuardianShip, en la de mayores con discapacidad, han sido elegidos entre las 28 candidaturas presentadas, más del doble que en la primera convocatoria. Cada ganador recibió un diploma acreditativo y un premio en metálico de 6.000€.

En el acto de entrega, el presidente de la Fundación Æquitas y de la Fundación Notariado, José Ángel Martínez Sanchiz, mostró su satisfacción por la calidad de los proyectos presentados -28 en esta edición- y reafirmó el compromiso de los notarios con los mayores y las personas con discapacidad: “Con estos premios queremos expresar la solidaridad y el compromiso que deben guiar nuestra actuación con las personas que atendemos, especialmente con los mayores, que tanto confían en nosotros”.

Por su parte el presidente de la Plataforma Mayores y Pensionistas, Lázaro González García, afirmó que “esta iniciativa del Notariado está dando un paso más para trabajar por la equidad y dar a cada persona según sus necesidades. Nos congratulamos de que estén trabajando con este horizonte de futuro”.

Al recibir el premio, Juan José García, presidente de la Fundación Abracadabra, declaró que “los ojos brillantes de los niños y los mayores son los mismos cuando son felices, y eso es lo que nos motiva a hacer magia para ellos”. Antoni Reverter, presidente de la Fundació TU i NOS, señaló que “estaríamos muy satisfechos de colaborar con los notarios en el acto previo de decisión para preparar los planes de apoyo personalizados y que en dicho documento se relacionen todos los deseos de la persona”.

 


JOSÉ ÁNGEL MARTÍNEZ SANCHIZ: “CON ESTOS PREMIOS QUEREMOS EXPRESAR LA SOLIDARIDAD Y EL COMPROMISO QUE DEBEN GUIAR NUESTRA ACTUACIÓN CON LAS PERSONAS QUE ATENDEMOS”


Con la cuantía del premio, la Fundación Abracadabra de Magos Solidarios pretende incrementar el número de actuaciones en los centros de mayores, continuando con la línea más asentada en hospitales y residencias. Como terapia ocupacional desarrolla la psicomotricidad ejercitando manos y mente, pero, especialmente, quieren mejorar la salud emocional de los mayores a través de la risa, la alegría y la ilusión, a las que consideran “medicinas” necesarias para afrontar la soledad y la enfermedad.

Innovación tecnológica

Por su parte, la categoría personas mayores con discapacidad ha sido concedida al proyecto Beyond the GuardiansShip: de una tutela completa y restrictiva a una tutela graduada con soportes, una plataforma digital desarrollada por la Fundación TU i NOS que analiza con minuciosidad distintos índices de la calidad de vida de una persona con discapacidad, valora la gestión realizada, identifica posibles variaciones en el grado de soporte que el individuo necesita, e incorpora Inteligencia Artificial, convirtiendo el Big Data en información útil y confiable para generar conocimiento y sustentar la toma de decisiones.

Por ámbito de actuación, encontramos candidaturas de acompañamiento intergeneracional, fomento de vida saludable y activa, de asesoramiento jurídico, y actividades culturales. Este año destacan especialmente dos aspectos: un incremento de los proyectos de alfabetización digital y la presencia de la lucha contra la soledad no deseada como estrategia transversal en la mayoría de los proyectos presentados, independientemente de su foco concreto de actuación.

Antoni Reverter Guimesó, Presidente de la Fundació TU i NOS. Candidatura Personas Mayores con Discapacidad

1. ¿Conocía nuestros Premios? Si es así, ¿cómo los conoció?

A menudo, consultamos vuestra web a la búsqueda de información que pueda servir a nuestras actividades, de ahí surgió la información.

2. ¿Pensaban que iban a ganar?

Si no te presentas no ganas. Solo nos presentamos a convocatorias que sean compatibles con nuestro fin social. Sí que teníamos esperanzas, por la coincidencia de nuestra propuesta y los intereses de las fundaciones convocantes.

3. ¿Cómo se sintió en el acto de entrega de premios?

Muy cómodo. Muy agradable. Todas las personas muy accesibles y muy bien informadas sobre del valor de ambos proyectos.

4. ¿Qué piensa de la otra candidatura ganadora?

Ya los conocíamos. Espectacular el trabajo que realizan. La diversión, la sorpresa, los actos que llevan a cabo, contribuyen a reducir la soledad no deseada y a mejorar la calidad de vida de las personas.

Juan José García García, Presidente de la Fundación Abracadabra de Magos Solidarios. Candidatura Personas Mayores

1. ¿Conocía nuestros Premios? Si es así, ¿cómo los conoció?

Sí, los conocíamos. Y en marzo de este año leímos en varias publicaciones jurídicas la noticia de la convocatoria de la II edición por lo que decidimos presentarnos. ¡Fue una gran decisión presentar nuestro proyecto!

2. ¿Pensaban que iban a ganar?

Cuando presentamos nuestros proyectos a cualquier convocatoria, ponemos toda nuestra ilusión y empeño en lograrlo, pero son muchas las ONG’s que suelen presentarse al mismo tiempo por lo que siempre supone una enorme alegría ser elegidos entre otros muchos.

3. ¿Cómo se sintió en el acto de entrega de premios?

Recibimos una cálida acogida por parte de todo el equipo y vivimos una ceremonia muy bien cuidada en la que me sentí orgulloso y emocionado. Además, todo el público asistente pudo comprobar de primera mano las fantásticas sensaciones de sorpresa y emoción que la magia produce en el espectador. Los magos Pablo Arranz y David Navares supieron conectar con el público con sus magias imposibles.

4. ¿Qué piensa de la otra candidatura ganadora?

Nos parece un proyecto realmente innovador y absolutamente necesario. El trabajo que hace la Fundació TU i NOS es fundamental en nuestra sociedad.

«El futuro de las legítimas», por José Alberto Marín Sánchez

ALDEA GLOBAL

JOSÉ ALBERTO MARÍN SÁNCHEZ,

decano del Colegio Notarial de Cataluña

“El reto del legislador es conseguir el equilibrio entre la legítima y la libertad de testar"

El futuro de las legítimas

Si existe una institución sucesoria popularmente conocida es la legítima, el mínimo que la ley garantiza a una persona en la sucesión de determinados familiares.

El debate sobre la conveniencia o no de la existencia de esta institución sigue abierto y cada vez son más los detractores de la misma partidarios de su supresión.

La legítima tenía sentido, dicen, en un momento histórico en el que la actividad económica de la familia era desarrollada por prácticamente todos sus miembros y la ley pretendía garantizar a todos ellos una participación en la sucesión del patrimonio familiar.

La realidad social y económica en la actualidad no casa con ese esquema histórico y la situación es la contraria. Los hijos, principales destinatarios de la legítima, no sólo no suelen colaborar en la generación de la riqueza familiar, sino que, al contrario, conviven en el hogar de los padres hasta una edad elevada.

Otro factor importante es la litigiosidad que provoca su propia existencia, especialmente en lo que se refiere a la valoración del patrimonio hereditario sobre el que ha de calcularse la legítima.

A pesar de ello prácticamente todas las legislaciones civiles europeas y las que coexisten en España siguen regulando la legítima con diferente extensión. En nuestro país tenemos un auténtico escaparate de normativa sobre legítima que oscila entre los dos tercios de derecho común y la legítima cero que cabe atribuir en Navarra. Las reformas legislativas más recientes han incidido en una “suavización” de la legítima para hacerla más acorde con la realidad social y las pretensiones de la ciudadanía en pro de una mayor libertad a la hora de testar.

Son muchos los elementos integradores de la legítima que pueden modificarse en las distintas normativas para “ajustar” su configuración a la sociedad más moderna en la que vivimos.

Así, el círculo de posibles beneficiarios es un aspecto fundamental; descendientes, ascendientes y cónyuge o pareja pueden ostentar (o no) esta condición. La determinación de los mismos es un buen mecanismo para dulcificar su contenido.

El reparto igualitario o no entre estos parientes permite establecer nuevos criterios. La cuantía es otro de los puntos en los que se puede incidir. Reparto libre a favor de uno o algunos de los legitimarios, reparto libre de una parte y no de otra ….

Además del círculo subjetivo es importante el objetivo: la cuantía a la que se refiera la herencia mediante la fijación de uno u otro porcentaje.

También las normas de computación (bienes y derechos que se incluyen para el cálculo de su cuantía) e imputación (disposiciones que se consideran pago de legítima, por ejemplo, donaciones hechas en vida, bienes que se reciben en la propia herencia) legitimaria pueden modular el contenido de la legítima.

La naturaleza jurídica que se atribuya al derecho de legitimario también tiene una enorme trascendencia, con especial repercusión en la intervención de los legitimarios en la partición de la herencia. La diferencia entre que se la considere como un derecho a parte de los bienes de la herencia a que se entienda que es un simple derecho de crédito, conlleva que, en el primer caso, el legitimario deba intervenir en la partición (y por tanto con posibilidad de bloquearla), mientras que, en el segundo supuesto, la partición se realiza sin él.

El plazo de prescripción, los casos en que se suspende este plazo, las acciones que asisten a los legitimarios y otros muchos aspectos menos relevantes son, junto con lo expuesto en los párrafos anteriores, unas piezas de un puzle que permite al legislador de cada territorio configurar la legítima en la forma que considere que es más útil para la economía social y familiar y para la mejor relación interna entre los vinculados por esos parentescos.

En las sesiones de la Academia Europea del Notariado (de las que se informa en este número de Escritura Pública) hubo consenso sobre el hecho de que no había un clamor en favor de la supresión de la legítima, pero sí la conveniencia de que en determinadas legislaciones se ajustara a estándares más modernos modificando los parámetros a que antes se ha hecho referencia.

En mi opinión, siendo cierto lo anterior, en la actualidad lo que la sociedad demanda con más intensidad no es tanto la revisión de la propia legítima sino las causas de privación de la misma: las causas de desheredación. Determinadas conductas que socialmente se consideran reprobables no están tipificadas como causas de privación de la legítima. Las causas clásicas que son comunes en prácticamente todos los ordenamientos (derivadas de comisión de delitos contra el causante o denegación de alimentos) son insuficientes para considerar al sistema como “justo”. Resulta paradójico que en supuestos en los que evidentemente el legitimario no da un trato adecuado al causante de la legítima pueda llegar a percibir este “premio”. El mal trato psicológico o la falta de trato familiar continuado por causa imputable al legitimario son dos ejemplos claros de lo que estamos expresando, siendo escasas las legislaciones que las recogen.

En definitiva, este es el reto del legislador: conseguir el equilibrio entre la legítima y la libertad de testar acompañando al sistema con una mejor regulación de las causas de privación de aquella. Si lo consigue la paz familiar resultará reforzada.

Planeta agua

ALDEA GLOBAL

Planeta agua

Naima Adén, de 14 años, en el pozo de Demissew Bizuwerk (Etiopíoa). Va todos los días a buscar agua lo más temprano posible para llegar a tiempo © UNICEF/UN0694032/Bizuwerk a la escuela.

Todos sabemos que, tras el aire para respirar, lo que necesitamos imperiosamente para seguir viviendo es el agua. Dependemos de ella, pero no somos capaces de «fabricarla»; así que estamos a merced de la que nos provee la naturaleza. Y, sin embargo, nos empeñamos en alterar el medio ambiente, en contaminar cauces y sobreexplotar acuíferos hasta, sí, quedarnos sin el líquido elemento para nuestras más elementales necesidades, incluido beber. Hoy, a poco más de dos años de haber consumido el primer cuarto del siglo XXI, mientras algunos aún abrimos un grifo despreocupadamente, casi una tercera parte de la población mundial no tiene acceso al agua potable. La situación del saneamiento es aún peor y el estrés hídrico crece con el cambio climático.
MELCHOR DEL VALLE

Uno de los diecisiete Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) de Naciones Unidas definido en la Agenda 2030, concretamente el número seis, es Agua limpia y saneamiento. La preocupación internacional es lógica, porque unimos a la sequía, con periodos cada vez más largos y estimulados por la crisis climática, una mayor demanda en todo el orbe. El resultado es que hay un creciente número de personas en países en vías de desarrollo, principalmente, que no tienen posibilidad de cubrir sus necesidades de agua. Se han definido indicadores para comprobar si en las distintas zonas geográficas se dan los pasos necesarios para lograr dicho ODS6, lo que nos permite saber que, de momento, la cosa no pinta muy bien. Por ejemplo, ya hay más personas a las que no llega el agua potable que en 2020.


SI UNA PERSONA ESTÁ A MENOS DE UN KILÓMETRO DE UNA FUENTE SEGURA O PUEDE DISPONER DE VEINTE LITROS AL DÍA, SE CONSIDERA QUE TIENE ACCESO AL AGUA POTABLE


El acceso.

Conviene empezar por tener en cuenta qué podemos entender por «acceso al agua potable» según los cánones internacionales. Si la fuente de esa agua de la que se sirve una persona está a menos de un kilómetro de su casa o si, al menos, puede disponer de veinte litros al día, se considera que dicha persona tiene acceso al agua potable. Para poner en contexto estos datos, cabe recordar que la mayoría de nosotros recorremos solo unos metros en nuestra casa o lugar de trabajo para obtener agua de boca. En cuanto a la disponibilidad, veinte litros pueden solucionar las necesidades de bebida (dos litros al día) y preparación de alimentos (cocer un kilo de patatas precisa unos cinco litros), lo que deja un escasísimo margen para las más imprescindibles necesidades de higiene personal.

Comparemos: según el XVII Estudio Nacional de Suministro de Agua Potable y Saneamiento (noviembre de 2022) en España, presentado por la Asociación Española de Abastecimientos de Agua y Saneamiento (AEAS y la Asociación Española de Empresas Gestoras de los Servicios de Agua Urbana, cada español consume diariamente 131 litros de agua. Esta cifra solo tiene en cuenta los hogares, no otros usos. Por si parece sorprendente el volumen, calcúlese que una ducha de cinco minutos consume unos 100 litros de agua, que una lavadora necesita unos 50 litros para hacer una colada normal o que un retrete usa unos 10 litros de media por descarga.

Las cifras de la escasez.

Volvamos a lo del kilómetro o los veinte litros. Con esta premisa, el 27 % de la población mundial (cerca de 2.200 millones de personas) no tenía en 2022 «agua potable gestionada de forma segura». Son las estimaciones del Programa Conjunto de Vigilancia del Abastecimiento de Agua, el Saneamiento y la Higiene (JMP) de la OMS y Unicef (actualización de julio de 2023). Obviamente, una persona puede estar cerca de un manantial de montaña cuya agua pudiera ser potable, pero no lo sabrá si no se analiza. De ahí el concepto «gestionada de forma segura» o, dicho de otra manera, hablamos de agua que llega a la ciudadanía sin riesgos para ella porque se controlan las fuentes o porque ha sido convenientemente tratada.


EL 27 % DE LA POBLACIÓN MUNDIAL (CERCA DE 2.200 MILLONES DE PERSONAS) NO TENÍA EN 2022 «AGUA POTABLE GESTIONADA DE FORMA SEGURA» (OMS Y UNICEF)


De los 142 países analizados (del resto no se han obtenido datos suficientes), varios africanos son los que están en peor situación, como Chad, R. D. del Congo, Uganda, Sudán de Sur, Tanzania o Madagascar, donde al menos la mitad de sus ciudadanos no tienen acceso al agua y en algunos de ellos la situación ha empeorado con los años, como en la R. D. del Congo, donde han pasado en las zonas rurales del 16 % en 2015 al 14 % en 2022. En la mayoría de los países europeos y Canadá el acceso supera el 99 % de la población. Países como Estados Unidos, Brasil o Rusia están en ese porcentaje, aunque sin superarlo.

Saneamiento.

La cara B del acceso al agua potable es el saneamiento. Es decir: qué pasa con el agua que hemos utilizado y va a parar a las alcantarillas, a pozos negros o al mismísimo campo. Hablamos de un fluido mezclado con todo tipo de residuos, algunos de los cuales son contaminantes o, incluso, portadores de agentes infecciosos que pueden comprometer la salud de las personas. A nadie se le escapa que el cólera, y no es más que un ejemplo, es una dolencia causada por un bacilo, cuya propagación está estrechamente ligada a la falta de agua potable y saneamiento. Según la OMS (septiembre de 2023), en 2022 se notificaron a esta organización 472.697 casos de cólera y 2.349 muertes por su causa.

Volvemos a las estimaciones del JMP antes citado: en 2022, más 3.400 millones de personas seguían careciendo de saneamiento gestionado de forma segura. Esta cifra es la suma de los 1.900 millones con servicios básicos, los 570 millones con servicios limitados, los 545 millones con servicios no mejorados y los 419 millones de personas que hacen sus necesidades al aire libre. La buena noticia, aunque parezca poco importante, es que en el bienio 2020-2022 el porcentaje de aguas residuales tratadas a nivel mundial ha subido un dos por ciento.

Estrés hídrico.

Que no se renueven las fuentes de agua es lo que nos hace mirar al cielo «con ojo inquieto, si la lluvia tarda», como contaba Antonio Machado de su «hombre de casino provinciano» (Del pasado efímero, 1912). Muy resumidamente, se puede entender por estrés hídrico la situación que se produce cuando en una zona geográfica hay más demanda de agua de la que es posible obtener de lagos, ríos, embalses y aguas subterráneas de esa misma zona. Consumimos agua para usos agrícolas, que acaparan el 70 %, industriales (19 %) y domésticos (11 %). Otro importante «demandante» de agua es el aumento de la temperatura: por cada grado de incremento hay un 20 % menos de renovación en superficies y acuíferos.


EN 2022, MÁS 3.400 MILLONES DE PERSONAS SEGUÍAN CARECIENDO DE SANEAMIENTO GESTIONADO DE FORMA SEGURA


A la hora de clasificar la situación de mayor o menor estrés hídrico en el mundo, los distintos organismos que lo calculan se basan en criterios diferentes, por lo que no es posible dar una cifra en la que estén de acuerdo todos. Podemos centrarnos en las estimaciones del Banco Mundial, que permiten visualizar la situación. Según este organismo, hay países que superan la proporción del 1.000 % en la relación demanda-oferta. El caso extremo es Kuwait, donde dicha proporción es del 3.850 %; es decir: consumen casi cuarenta veces más agua de la que se genera naturalmente y tienen que recurrir a las desalinizadoras, lo que les hace gastar más de la mitad de su consumo nacional de energía en transformar el agua salada en potable. Emiratos Árabes Unidos, Arabia Saudí, Libia y Catar están en situaciones parecidas. En varios países de América, como Canadá y Brasil, y del norte de Europa, además de Australia o Rusia, entre otros, la renovación de agua es superior a la demanda. España, al igual que Estados Unidos, Alemania o Italia, está entre los países en los que el estrés hídrico se sitúa entre el 25 y el 50%.

Queda, en fin, recordar al biólogo marino Jacques-Yves Cousteau: «Olvidamos que el ciclo del agua y el ciclo de la vida son uno mismo». Podemos recordarlo a diario, cuando hacemos el simple ejercicio de abrir un grifo para beber agua.

Desigualdad

Uno de los elementos para tener en cuenta cuando hablamos de abastecimiento de agua es la mayor vulnerabilidad de la mujer. En el informe ONU-Unicef de julio de 2023 se analiza profundamente la desigualdad de género en torno al agua potable, el saneamiento y la higiene. Lo que se observa en todo el mundo es que son mayoritariamente las mujeres las que se encargan de ir a recoger agua para los hogares, aspecto que es más notorio en el caso de las niñas respecto los niños. Según Cecilia Sharp, directora del Departamento de Agua, Saneamiento e Higiene de Unicef, «Cada paso que dan las niñas para recoger agua es un paso que las aleja de la educación, el juego y la seguridad».

El caso extremo de estrés hídrico es Kuwait, donde consumen casi cuarenta veces más agua de la que se genera naturalmente.

Tratamiento de las aguas residuales domésticas

Según los datos de seguimiento del ODS6 (ONU-Agua), el tratamiento adecuado de las aguas residuales domésticas en España llega al 79,90 % del volumen total utilizado. Por compararlo con otros países desarrollados, la media en Europa es del 86,48 %, casi igual que en América del Norte. Por debajo de España está Italia, con un 70,22 %, aunque nuestros vecinos Francia y Portugal son más activos, tratando el 87,94 % y el 87,51, respectivamente. En el norte y centro Europa, la situación es aún mejor: Alemania, 98,96 %; Dinamarca, 98,79 %; Países Bajos, 99,79 %; Suecia, 96;98 %.

Para saber más

Portal de datos sobre el ODS 6.
ONU-Agua. Interactivo con datos de 2022.

Progress on household drinking water, sanitation and hygiene 2000-2022. Joint Monitoring Programme for water supply, sanitation and hygiene. OMS y UNICEF.

Global water, sanitation and hygiene.
OMS, informe anual 2022.

«Muertes por falta de agua, saneamiento e higiene», por María Neira

ALDEA GLOBAL

MARIA NEIRA,

directora del Departamento de Medio Ambiente, Cambio Climático y Salud de la OMS

“Las poblaciones más pobres son a menudo ignoradas y a veces enfrentan discriminación al intentar acceder a los servicios de agua y saneamiento"

Muertes por falta de agua, saneamiento e higiene

Cada año, al menos 1,4 millones de muertes son causadas por servicios inadecuados de agua, saneamiento e higiene (WASH, por sus siglas en inglés).

La diarrea representa la mayor parte de esta carga, con más de un millón de fallecimientos. Aunque las muertes por diarrea han disminuido en las últimas décadas, sigue siendo una de las diez principales causas a nivel mundial, y una de las cinco principales en países de bajos ingresos. Además, los brotes de enfermedades transmitidas por el agua, como el cólera, siguen siendo un importante desafío para la salud pública.

En los últimos años, el cólera se ha propagado a una velocidad alarmante: 30 países informaron casos y brotes en 2022, principalmente en África y a menudo en países con bajos niveles de acceso a servicios básicos de agua y saneamiento.

El segundo contribuyente más grande a la carga atribuible a WASH fueron las infecciones respiratorias agudas debidas a una higiene de manos inadecuada, lo que resulta en 356.000 muertes al año. Las infecciones respiratorias incluida la neumonía, son la cuarta causa de muerte a nivel mundial. Tres de cada diez personas en todo el mundo no tienen instalaciones básicas de lavado de manos en sus hogares, y la práctica regular de la higiene de manos sigue siendo un desafío en muchos países.

Sin sorpresa, estos fallecimientos ocurren entre las poblaciones más pobres y desfavorecidas. El acceso a los servicios de WASH suele ser menor entre las poblaciones rurales y los grupos socioeconómicos más bajos. Incluso en los países de altos ingresos, donde generalmente se tiene acceso a servicios de agua potable y saneamiento gestionados de manera segura, ciertas comunidades marginadas no reciben suficiente atención.

Esas comunidades pueden enfrentar mayores riesgos para la salud y, en algunos casos, pueden ser la fuente de importantes brotes de enfermedades.

Si bien muchos países han logrado avances rápidos en la mejora del acceso a WASH, el crecimiento demográfico, la urbanización y los conflictos armados obstaculizan el progreso.

Lo más alarmante es que el cambio climático afecta directamente a la provisión de servicios de agua y saneamiento.

El cambio climático puede afectar los servicios de WASH de muchas maneras, incluido el daño a la infraestructura de suministro de agua y alcantarillado; la degradación de las cuencas que afecta la calidad del agua; el vertido de desechos fecales al medio ambiente; la reducción de la disponibilidad de agua, y la contaminación de las fuentes.

Muchas enfermedades infecciosas, especialmente aquellas relacionadas con WASH, son sensibles al clima.

Por ejemplo, el aumento de la propagación de enfermedades transmitidas por vectores en los últimos años se ha relacionado con el cambio climático, así como con la urbanización rápida, la alteración del uso de la tierra y las prácticas inseguras de gestión del agua y la agricultura. La malaria y el dengue, transmitidos por los mosquitos Anopheles y Aedes respectivamente, son enfermedades transmitidas por vectores que con el cambio climático adquieren aún más importancia a nivel mundial.

La incidencia del dengue ha aumentado exponencialmente en las últimas décadas, y se estima que la mitad de la población mundial está en riesgo. A pesar de una disminución en los casos y muertes por malaria, la propagación de mosquitos invasores del género Anopheles a varios países africanos, incluidos entornos urbanos donde las tasas de malaria suelen ser bajas, plantea desafíos significativos para los esfuerzos de control de la malaria en la región.

Muchos de estos vectores prosperan en áreas urbanas donde el suministro de agua y el saneamiento son inadecuados, así como la mala gestión de aguas residuales y de desechos sólidos, proporcionan condiciones favorables para la reproducción.

Las medidas de control ambiental, incluido el acceso mejorado a suministros de agua potable para reducir la necesidad de sistemas de almacenamiento de agua, prácticas adecuadas de gestión del agua y gestión de desechos sólidos para reducir la presencia de recipientes favorables para la reproducción, desempeñan un papel importante en limitar la propagación de estas enfermedades.

Por lo tanto, todos los servicios de WASH deben ser gestionados de manera segura y sostenible, y también deben ser resilientes al cambio climático para marcar una diferencia duradera en el bienestar de las poblaciones.

Conviene no olvidar que el acceso al agua y el saneamiento son reconocidos por las Naciones Unidas como derechos humanos fundamentales para la salud, dignidad y prosperidad de todos. Sin embargo, miles de millones de personas aún viven sin agua y saneamiento gestionados de manera segura.

Las poblaciones más pobres son a menudo ignoradas y a veces enfrentan discriminación al intentar acceder a los servicios de agua y saneamiento que necesitan.

Los gobiernos deben adoptar un enfoque basado en los derechos humanos para mejorar el agua y el saneamiento, para que nadie quede rezagado.

Es triste reconocerlo, pero aún hoy hay que luchar para que el derecho al acceso a los mismos sea considerado un derecho humano básico para todos.

«Pensiones, una reforma necesaria», por Antonio Garamendi

EN ESTE PAÍS

ANTONIO GARAMENDI,
presidente de CEOE

“El sistema necesita, también, medidas que impulsen la previsión social complementaria, como ya sucede en los países más avanzados de Europa”

Pensiones, una reforma necesaria

Las crisis provocadas por la irrupción del COVID-19 y por la invasión de Ucrania por parte de Rusia han configurado un nuevo escenario geopolítico y un nuevo marco económico y social complejos y marcados por la incertidumbre y la volatilidad. Pero, también, han puesto de manifiesto la urgencia de encontrar soluciones a desafíos que ya estaban ahí antes pero que ahora son aún más evidentes.

Entre estos retos están los relativos al envejecimiento de la población, la calidad de vida de las personas de más edad y la necesidad de adaptar el Estado de Bienestar y nuestro sistema de protección a una sociedad que, cada vez, va a ser más longeva.

Se trata de un asunto fundamental para el futuro de España y sobre el que estamos obligados a reflexionar para poder ofrecer soluciones realistas y viables.

España es uno de los países que está sufriendo un proceso de envejecimiento más intenso. Las proyecciones demográficas apuntan a que, en los próximos 30 años, la esperanza de vida de los españoles aumentará hasta en tres años y que, para 2050, uno de cada tres ciudadanos tendrá 65 años o más.

Esta tendencia impactará negativamente en la relación entre el número de pensiones y el número de personas en edad de trabajar, casi duplicándola. La previsión es que, para ese año, por cada mayor sólo haya 1,7 personas con edades entre 16 y 64 años, frente a las 3 personas que hay en la actualidad.

Una transformación de la pirámide demográfica que supone un reto por sus implicaciones en el crecimiento de la economía o en áreas como la sanidad, la educación, la dependencia y, por supuesto, el sistema de pensiones. Según las últimas estimaciones de organismos como la AIREF, el gasto público en pensiones puede alcanzar a mitad de siglo hasta el 16,3% del PIB, frente al 13,6% actual. A día de hoy, esto supondría unos 35.000 millones de euros más de gasto.

Con este escenario, y por responsabilidad, estamos obligados a afrontar el debate sobre el futuro de las pensiones en España con cierta urgencia y tomando decisiones de fondo. Con medidas que se alejen del cortoplacismo y garanticen, realmente, un sistema que sea sostenible y suficiente y en el que la equidad intergeneracional esté asegurada. Una reforma necesaria y de calado que debe adoptarse en diálogo con los agentes sociales y en el marco del Pacto de Toledo.

Sin embargo, lamentablemente, las últimas decisiones adoptadas por el Gobierno no han ido en este sentido. Desde CEOE, así como también desde CEPYME y ATA, hemos expresado públicamente, ya el pasado mes de marzo, nuestro rechazo a la última reforma impulsada por el Ejecutivo.

Una reforma que ahonda en los desequilibrios que padece el sistema, que daña la competitividad de las empresas, reduce la renta disponible de las familias y, en definitiva, pone un freno a la actividad y a la creación de empleo.

Porque el sostenimiento del sistema se hace recaer en los trabajadores y las empresas optando por una subida generalizada de cotizaciones que va a suponer una merma de los salarios de todos los trabajadores y que incrementa los costes laborales para el tejido empresarial.

La reforma es, también, regresiva en toda su extensión porque implica más años de trabajo, más esfuerzo contributivo y menos pensión para quienes, en la actualidad, están en el mercado laboral.

Los cambios aprobados, además, van a incrementar el desequilibrio financiero del sistema, en una cifra que será equivalente al 1,1% del PIB en 2050. Y, en conjunto, pueden situar el déficit de las cuentas públicas en el entorno del 8% del PIB y elevar la deuda hasta el 150%.

En suma, se trata de una reforma que no afronta el verdadero problema de nuestro sistema: el desequilibrio entre crecimiento de población activa, crecimiento de pensionistas, esperanza de vida y tasa de reemplazo de las pensiones.

Es por ese camino por el que tendrán que ir las medidas que, necesariamente, habrá que adoptar para garantizar el futuro del sistema de pensiones. Un futuro que pasa por repartir la carga de las pensiones en los tres pilares de nuestro modelo: pensiones públicas, ahorro colectivo y ahorro individual. Porque el sistema necesita, también, medidas que impulsen la previsión social complementaria, como ya sucede en los países más avanzados de Europa.

Y esto tiene que incluir los planes de pensiones individuales, muy afectados por la reducción de desgravaciones acometida por el Gobierno en los últimos años. Es un error promover la previsión social colectiva a costa de los planes individuales porque ambas patas son fundamentales y necesitan incentivos suficientemente atractivos.

En lugar de una reforma que resta competitividad a nuestra economía, que aumenta las cotizaciones de quienes ya trabajan, perjudica el crecimiento y la creación de empleo y que dificulta la retención del talento, se debería impulsar un entorno propicio para el desarrollo de la actividad de las empresas.

Un entorno con capacidad para atraer inversiones, que favorezca la llegada y la creación de empresas y, de este modo, la creación de más empleo. Porque apostar por la creación de empleo, apostar por las empresas, es una vía que permite aumentar la recaudación por cotizaciones sin perjudicar ni el crecimiento ni la competitividad de nuestra economía y que contribuirá, sin duda, a impulsar la necesaria sostenibilidad de nuestro sistema.

Cátedra del Prado

FUNDACIÓN NOTARIADO

www.fundacionnotariado.org

CÁTEDRA DEL PRADO

REDACCIÓN
Nos encaminamos a una nueva edición de la Cátedra del Prado que patrocina la Fundación Notariado desde 2019. La de este año estará dirigida por el catedrático de Bellas Artes, Alexander Nigel y dará comienzo en noviembre. En las cuatro conferencias y cuatro seminarios que la conforman se estudiarán los cambios de paradigma en las relaciones de escala en la pintura europea de la Edad Moderna.
Página web del Museo del Prado.

Las conferencias son gratuitas para estudiantes, profesionales y público en general previa inscripción; los seminarios están dirigidos a jóvenes profesionales.

La Fundación Notariado, con motivo del convenio firmado con el Museo del Prado para el patrocinio de la cátedra, otorgará 20 becas para jóvenes que no superen los 35 años y posean una titulación superior relacionada con los contenidos de los seminarios. La selección de estudiantes se realizará por el Museo Nacional del Prado tras analizar su expediente académico, perfil formativo e interés por el seminario elegido, que deberán demostrar mediante la presentación de un breve texto a modo de carta de motivación. Los seminarios tendrán lugar los viernes posteriores a la celebración de las conferencias y profundizarán en los contenidos analizados en ellas.

Alexander Nagel es catedrático en el Institute of Fine Arts de la Universidad de Nueva York. Experto en el arte europeo tardo-medieval y moderno temprano, y estudioso de los tamaños y perspectivas de las figuras representadas en los cuadros. Desde 2022 es editor jefe de la revista I Tatti Studies, publicada por el centro de Estudios del renacimiento Italiano de la Universidad de Harvard en Villa I Tatti.

Cuatro años de colaboración. Hasta el momento la Fundación Notariado ha patrocinado cuatro cátedras. Cuatro miradas académicas para un mayor conocimiento de las obras de una de las grandes pinacotecas del mundo.

2019: Rondas del Prado: En el jardín de las imágenes. Dirigida por Antonio Muñoz Molina, escritor y académico de la Real Academia Española. Como si fuera una crónica o un cuaderno de notas, Muñoz Molina ofreció la mirada de un visitante que se fija en cosas distintas, que encuentra matices nuevos, que deambula por diferentes épocas… A lo largo de sus conferencias propuso una secuencia de rondas o aproximaciones al Museo del Prado. Una contemplación estética, centrada en valores puramente visuales tanto del relato central como de lo que sucede en los márgenes, en los segundos planos; lo visible y lo invisible. En la última ronda se acercó a la materialidad de la obra y al oficio del pintor.


LAS CONFERENCIAS SON GRATUITAS PARA ESTUDIANTES, PROFESIONALES Y PÚBLICO EN GENERAL PREVIA INSCRIPCIÓN


2020: Seminario online Imágenes de la otra Edad Media. Dirigido por Joan Molina, jefe de departamento de Pintura gótica Española del Museo Nacional del Prado y profesor titular de Historia del Arte de la Universitat de Girona. El incendio de la catedral de Notre-Dame de París y la conmoción que supuso en medio mundo puso de relieve, según Joan Molina, hasta qué punto somos hijos de la Edad Media, una época que no fue tan oscura ni tenebrosa. En sus conferencias se refirió a la auténtica y variada explosión de imágenes que tuvo lugar en la época de las catedrales: desde poderosos iconos sagrados hasta ejércitos de divertidas criaturas fantásticas, como dragones o unicornios, pasando por centenares de representaciones de santos y pecadores, de damas y caballeros, de ángeles y demonios.

2021: Arte medieval. Encuentros entre museos e iglesias. Dirigida por Justin Kroesen, catedrático de Historia cultural en la Universidad de Bergen, comenzó su reflexión sobre los dos marcos diferentes, aunque paralelos de las obras: los museos y las iglesias, sus dos canteras históricas. ¿cómo tender un puente entre ambos y entender las piezas en su contexto original, que en muchos casos no se conserva? Analizó el altar como escenario para el arte de la Edad Media: la decoración de la mesa, como el foco central de cada templo, y el retablo, una de las más importantes piezas de las artes del altar.

2022: Representar edificios, construir cuadros. La arquitectura en la pintura. Juan Calatrava, catedrático de Historia de la Arquitectura de la Universidad de Granada, reflexionó sobre la ciudad como instrumento de poder, como objeto de estrategia militar, como elemento propagandístico y como muestra de nuevos modos de vida. Las pinturas nos enseñan espacios austeros o lujosos de santos y padres de la Iglesia; los estragos del tiempo en los edificios, y las transiciones entre interior y exterior, privado o público, casa y calle, por poner algunos ejemplos.

Página web del Museo del Prado.

Cátedra 2023

La cátedra 2023 sobre los Cambios de paradigma en las relaciones de escala en la pintura europea de la Edad Moderna ofrecerá las siguientes conferencias y posteriores seminarios:

2 de noviembre. Reinvenciones de la escala en la pintura europea temprana.

16 de noviembre. La revolución de la obra a escala natural en la pintura europea.

23 de noviembre. Dioses y hombres, Dios hecho hombre.

30 de noviembre. Gigantes y gente pequeña.

Para apuntarse habrá que rellenar el formulario que estará disponible en la página web del Museo Nacional del prado del 2 al 24 de octubre. Las plazas se otorgarán por riguroso orden de inscripción. Al finalizar el curso se entregará un certificado de asistencia a quienes hayan atendido a las cuatro conferencias.

MÁS INFORMACIÓN

«Acertar con el modelo adecuado», por José Ramón Patterson

ALDEA GLOBAL

JOSÉ RAMÓN PATTERSON

periodista

“España, que preside este semestre el Consejo de la Unión, aspira a poner de acuerdo a los 27, pero no lo tiene fácil"

Acertar con el modelo adecuado

Cualquier organización que se precie exige a sus miembros que cumplan una serie de requisitos, más o menos severos en función de la implicación que se espera de ellos. Para ser miembro de la OTAN, por ejemplo, los países candidatos deben ser democracias con economías de mercado. A cambio, se comprometen a defender a los demás cuando son atacados. Por eso Ucrania no entrará en la Alianza hasta que acabe la guerra con Rusia, ya que pondría en un aprieto a los 31 socios actuales (32 cuando se incorpore Suecia).

Con la Unión Europea ocurre algo similar: los aspirantes deben reunir un cúmulo de condiciones y asumir obligaciones como son el contenido de los tratados, la jurisprudencia del Tribunal de Justicia, los acuerdos y resoluciones que se adopten, etc. Es lo que en la jerga de Bruselas se llama acervo, plasmado en miles de páginas que deben seguir al dedillo a riesgo de que un inesperado traspié acabe en un correctivo, lo cual es poco habitual porque casi siempre basta la simple amenaza.

Son muchos los requisitos políticos, económicos y administrativos que debe cumplir un país para adherirse a la UE y el proceso es largo. “Es uno de los nuestros y lo queremos dentro”, dijo la presidenta de la Comisión, Ursula von der Leyen, días después de que las tropas rusas entrasen en Ucrania. Sus palabras, nada realistas, sólo fueron un pronunciamiento retórico para mostrar el apoyo de la Unión, ya que acelerar el proceso para acogerlo degradaría los rígidos criterios de ampliación.

La Unión Europea, o, mejor dicho, los Estados que la integran, deberían aprender de la equivocación que supuso la precipitada incorporación en bloque -en 2004 y 2007- de los países de la Europa Central y Oriental. Algunos, especialmente Hungría y Polonia, han demostrado que no comparten los valores de la Unión y que son un obstáculo permanente para el desarrollo de las políticas comunitarias. El error de la UE fue tratar de aprovechar la caída del Muro de Berlín y la implosión de la URSS para reunificar el continente por la vía rápida.

El Pacto de Estabilidad y Crecimiento (PEC), la biblia fiscal de la UE, es uno de esos compromisos que se adquieren al entrar en ella. Su objetivo es evitar que los países gasten más allá de sus posibilidades, y para ello deben contener el déficit en el 3% del Producto Interior Bruto y la deuda por debajo del 60%. Si lo incumplen durante tres años seguidos son multados con el 0,5% del PIB, algo que nunca ha sucedido porque todo el mundo entiende que es incongruente sacudirle a un indigente los bolsillos cuando están vacíos.

En realidad, el PEC fue una imposición de los opulentos del norte a los menesterosos del sur, esto es, de los llamados frugales o halcones a los más pobres, entre ellos España, a los que consideran unos derrochones. “Uno no puede gastarse todo el dinero en copas y mujeres y luego pedir ayuda”, advirtió el holandés Jeroen Dijsselbloem en 2017, meses antes de perder su trabajo como ministro de Finanzas y, de rebote, la presidencia del Eurogrupo. El caso es que tenía algo de razón, aunque la forma fuese inapropiada.

Lo que quiso decir Dijsselbloem -y expresó mal- es que los países cumplidores estaban un poco hartos de acudir al rescate de los recalcitrantes que malbarataban sus caudales y después acudían llorando a Bruselas. Grecia, sin ir más lejos. Entró en el euro en 2001 exhibiendo unas estadísticas hechas de aquella manera y después de un primer rescate tras las turbulencias de 2009 -que amenazaron con arrastrar a Irlanda, España, Italia y Portugal- seguía prejubilando a locutores de radio, peluqueros y músicos a los cincuenta y cinco años (ellas a los cincuenta) por ejercer “profesiones de riesgo”.

La principal crítica al PEC es que establece unas reglas rígidas cuya única intención es embridar a los débiles, mientras países como Francia, que ha superado el límite del déficit varias veces, se han escapado del ojo vigilante de Bruselas. “Francia es Francia”, aseguró cínicamente el entonces presidente de la Comisión, Jean-Claude Juncker. También hay coincidencia en que, en determinadas circunstancias, el Pacto es un corsé que no ayuda a reconducir la precaria situación económica de un país y, paradójicamente, la agrava.

La pandemia y la guerra de Ucrania han obligado a suspender temporalmente las reglas del PEC. La deuda y el déficit se han disparado y ahora toca retomar la senda del rigor. Todos están abiertos a reformularlas -ya lo estaban antes-, unos, como España y Francia, para hacerlas más flexibles; otros, los frugales virtuosos, con una posición más dura contra el despilfarro. España, que preside este semestre el Consejo de la Unión, aspira a poner de acuerdo a los 27, pero no lo tiene fácil.

La economía europea ya había perdido fuelle antes de la pandemia. Y estaba claro que las reglas no funcionaban: los recortes durante la Gran Recesión complicaron claramente la salida de la crisis. La cuestión es acertar con el punto exacto, de manera que la funesta austeridad no sea el modus operandi del nuevo régimen, pero tampoco se ponga en peligro la sostenibilidad fiscal de los Estados miembros, la Eurozona y la Unión en su conjunto. O sea, unas reglas sencillas y flexibles pero efectivas para lograr unos objetivos de déficit y deuda creíbles.

Empleo e Inteligencia Artificial

ALDEA GLOBAL

Empleo e Inteligencia Artificial

En nuestro día a día interactuamos con IA con las búsquedas en internet, los traductores o nuestras amigas Siri, Alexa o Cortana.

Si al leer el titular se ha puesto en lo peor y le ha recordado los augurios que pronostican una destrucción casi apocalíptica de puestos de puestos de trabajo a causa de la Inteligencia Artificial, solo tiene razón en parte, porque el mercado laboral también se va a beneficiar de lo que aporte esta etapa de la revolución digital.
MELCHOR DEL VALLE

La Inteligencia Artificial, AI (o IA, si lo traemos de sus siglas inglesas), no es ni más ni menos que la facultad de sistemas o equipos de emular la capacidad cognitiva del ser humano o, si lo prefieren, la capacidad de aprender y resolver problemas o crear cosas nuevas con lo aprendido. Y no es nada nuevo, a pesar de que muchos de nosotros nos hayamos visto sorprendidos en los últimos años por aplicaciones de escritura o de creación de imágenes. Baste recordar que el llamado «padre de la computación», Alain Turing, desarrolló en 1950 el no menos famoso Test de Turing para comprobar que las máquinas no se hacían pasar por humanos. Por cierto, ya hay programas de IA que son capaces de superar dicha prueba, como hizo, por primera vez en la historia, el programa Eugene (2014) haciéndose pasar por un adolescente de 13 años.


«UNA CUARTA PARTE DE LAS TAREAS LABORALES ACTUALES PODRÍAN AUTOMATIZARSE MEDIANTE IA EN LOS ESTADOS UNIDOS Y EN EUROPA»

(GOLDMAN SACHS)


Usamos IA a diario. Se puede decir, por lo tanto, que el desarrollo de la IA es paralelo al de los ordenadores. Y, si apuramos el concepto, ¿qué es un ordenador sino una máquina capaz de hacer las mismas cosas que los humanos hacemos con nuestro intelecto, pero más rápido y con menos errores? La diferencia con los equipos que incorporan IA es la capacidad de aprender por sí solos, como sucedió ya en 1979, cuando se registró el primer éxito de un coche con función autónoma, o como cuando en 1996 Deep Blue consiguió ganar al ajedrez al entonces campeón del mundo Gary Kasparov.

Todas estas experiencias han venido sirviendo para que la IA se incorpore poco a poco a nuestras vidas en sectores como la salud, analizando miles de datos que permiten mejores diagnósticos y remedios, tal cual sucedió, por ejemplo, durante la pandemia del Covid-19; como el medio ambiente, la agricultura y la ganadería, ayudando a mitigar el calentamiento global y el uso excesivo del agua o a optimizar los recursos naturales para generar alimentos; también en transportes, ciberseguridad, fabricación de cantidad de productos… O, por ir un poco más cerca de cada cual, con las búsquedas en internet, los traductores, la gestión de los navegadores o nuestras amigas Siri, Alexa o Cortana…

¿La IA nos va a dejar sin trabajo? Esta es la pregunta del millón para todos aquellos cuya actividad laboral no está casi exclusivamente relacionada con el trabajo físico e incluso para muchos de los que este se enfoca hacia la fabricación, como cadenas de montaje, por ejemplo. Probablemente la respuesta debería ser «no», porque los puestos de trabajo que puedan ser sustituidos no lo serán de la noche a la mañana y porque su relevo por máquinas dará lugar a otras especialidades. El problema podría estar en la velocidad a la que se produjeran esos cambios y en que no diesen tregua al cambio generacional en el conjunto de la fuerza laboral.

Si miramos el análisis publicado por Goldman Sachs recién entrada la primavera de 2023 (The Potentially Large Effects of Artificial Intelligence on Economic Growth), nos puede entrar un poco de congoja: su informe dice que «una cuarta parte de las tareas laborales actuales podrían automatizarse mediante IA en los Estados Unidos, con exposiciones particularmente altas en profesiones administrativas (46%) y legales (44%) y bajas exposiciones en profesiones físicamente intensivas, como la construcción (6%) y el mantenimiento (4%)». Sus estimaciones para Europa arrojan cifras similares, aunque ligeramente más bajas: 45% respecto a las labores administrativas y 34% de las profesionales y, por abajo, el 7% para los operadores de maquinaria y el 4% para los trabajos manuales.


«SERÁ UNA NUEVA DIMENSIÓN DE COLABORACIÓN ENTRE LAS PERSONAS Y LA IA EN LA QUE LA MAYORÍA DE LOS TRABAJADORES TENDRÁN UN “COPILOTO”» (ACCENTURE)


La clave: IA generativa. Cuando decimos «generativa» hablamos de la capacidad de la IA para generar textos o imágenes. Uno de sus tipos más utilizados es el de los grandes modelos de lenguaje (LLM, por sus siglas en inglés) y es lo que más nos ha llamado la atención últimamente, con aplicaciones como ChatGPT o programas capaces de crear una imagen que nos hacen dudar de su veracidad. Y esta es la base del informe del banco americano antes citado, que pone como premisa condicional «que si la IA [generativa] cumple con sus capacidades prometidas, tiene el potencial de perturbar significativamente los mercados laborales», pero también «estimular el crecimiento de la productividad global en las próximas décadas». De ahí que las labores, digámoslo así, «de despacho» se puedan considerar las más afectadas. Goldman Sachs hace también una estimación, teniendo en cuenta las diferencias industriales entre EE. UU. y Europa y 26 países más del mundo, llegando a la conclusión de que el impacto llegaría al 18 % del conjunto mundial, con India como el menos afectado (poco menos del 12%) y Hong Kong el que más, con un 29 %.

Los trabajadores de los países menos industrializados, como resumen, tendrán menos motivos para preocuparse si se cumplen las expectativas de desarrollo de la IA generativa. Claro que la Universidad de Pensilvania, en la misma fecha que el banco, publicó GPTs are GPTs: An Early Look at the Labor Market Impact Potential of Large Language Models, que concluye: «Nuestros hallazgos revelan que alrededor del 80% de la fuerza laboral de los Estados Unidos podría tener al menos el 10% de sus tareas laborales afectadas por la introducción de los LLM (large language models), mientras que aproximadamente el 19% de los trabajadores pueden ver al menos el 50% de sus tareas afectadas» o favorecidas, permítasenos añadir. También señalan que «alrededor del 15% de todas las tareas de los trabajadores en EE. UU. podrían completarse significativamente más rápido con el mismo grado de calidad».


«LA INTUICIÓN Y LA CREATIVIDAD SON SOLO ALGUNAS DE LAS HABILIDADES HUMANAS QUE QUEDAN FUERA DE LAS MÚLTIPLES POSIBILIDADES DE LA IA» (GRUPO SYNERGIE)


Nada nuevo. Quizás convenga decir aquí y en este punto aquello de «que no cunda el pánico». El propio análisis de Goldman Sachs reconoce que cuando los avances destruyen empleo, lo compensan con la generación de nuevos puestos de trabajo. Otro estudio, en este caso publicado por el Instituto de Tecnología de Massachusetts (MIT) (New Frontiers: The Origins and Content of New Work, 1940–2018, julio de 2021), en su primera conclusión, y siempre referido a EE. UU, dice que «la mayoría del empleo actual se encuentra en nuevas especialidades de trabajo introducidas después de 1940».


LA IA SE USA EN SECTORES COMO LA SALUD, EL MEDIO AMBIENTE, LA AGRICULTURA Y LA GANADERÍA, ENTRE OTROS.


El futuro laboral de una gran mayoría de personas, pues, no es que la sustitución del trabajador por un «robot», simplificando, le deje en el paro: los generadores de empleo necesitarán sacar partido a sus inversiones en IA y buscarán personas que les ayuden a rentabilizarlo. Como explica un informe de 2023 de la consultora Accenture, «La IA generativa cambiará el trabajo tal como lo conocemos hoy en día, introduciendo una nueva dimensión de colaboración entre las personas y la IA en la que la mayoría de los trabajadores tendrán un “copiloto”, cambiando radicalmente la forma en la que trabajamos y el tipo de trabajo que se lleva a cabo».

Según explican en el Grupo Synergie, una multinacional de soluciones de Recursos Humanos que supera los 5.000 empleados y que cuenta con más de 800 oficinas distribuidas en 17 países, «La inteligencia artificial es buena procesando ingentes cantidades de información a velocidades sorprendentes, pero no supera al cerebro humano en muchos otros ámbitos y quizá no lo haga nunca. […] La intuición y la creatividad son solo algunas de las habilidades humanas que quedan fuera de sus múltiples posibilidades». Se trata de entender que la IA está al servicio de los humanos y no tiene más remedio que seguir estándolo. Si la aplicación se usa para optimizar técnicas de mercado es porque una empresa productora intenta convencer a personas, no a máquinas, de que compren determinados productos; si se utiliza para mejorar la eficacia de los tratamientos médicos, es porque hay seres humanos que los necesitan.

Puestos de trabajo en el mundo

Según el Fondo Monetario Internacional, en su informe Future of Jobs Report (mayo de 2023), se identifican una serie de trabajos que destacan por su crecimiento o decrecimiento, tanto en rapidez como en volumen.

LOS QUE MÁS CRECEN

  • 1 Operadores de equipamiento agrícola.
  • 2 Conductores de camiones y autobuses pesados.
  • 3 Maestros y profesores vocacionales.
  • 4 Mecánicos y reparadores de maquinaria.
  • 5 Profesionales del desarrollo de negocios.

LOS QUE MÁS DECRECEN

  • 1 Grabadores de datos.
  • 2 Auxiliares administrativos y secretarias.
  • 3 Empleados de contabilidad y gestión de salarios.
  • 4 Guardias de seguridad.
  • 5 Conserjes y amas de llaves.
La Inteligencia Artificial es la facultad de sistemas o equipos de emular la capacidad cognitiva del ser humano.

Para saber más

The Potentially Large Effects of Artificial Intelligence on Economic Growth.
Goldman Sachs. Marzo de 2023.

GPTs are GPTs: An Early Look at the Labor Market Impact Potential of Large Language Models.
Tyna Eloundou, Sam Manning, Pamela Mishkin y Daniel Rock.
OpenAI, OpenResearch y University of Pennsylvania. Marzo de 2023.

New Frontiers: The Origins and Content of New Work, 1940–2018.
David Autor, Anna Salomons y Bryan Seegmiller
MIT y Utrecht University. Julio de 2021.

Una nueva era de IA generativa para todos.
Paul Daugherty, Bhaskar Ghosh, Karthik Narain, Lan Guan y Jim Wilson.
Accenture, 2023.

Future of Jobs Report 2023.
Foro Económico Mundial. Mayo de 2023.

«Instruir al mayordomo sobre la IA», por Javier Gomá

ALDEA GLOBAL

JAVIER GOMÁ LANZÓN,
filósofo, escritor y director de la Fundación Juan March

“Ciencia y tecnología son los mayordomos que, cuando están bien entrenados, hacen más bella la vida de su señor"

Instruir al mayordomo sobre la IA

El cambio, cuando es favorable, nos alegra con la expectativa de nuevas posibilidades existenciales, pero al mismo tiempo no deja de provocar en nosotros una sensación de incertidumbre ante lo desconocido, que a veces llega a la angustia colectiva.

Últimamente he sido testigo de dos de esas angustias sociales. Me desconcertó que una parte de la población de los países occidentales, por razones ideológicas, fueran objetores a pincharse una vacuna en su piel para combatir una pandemia mundial. No era conocedor del movimiento anti-vacunas y la sorpresa que me dio enterarme de su existencia —y de que fuera tan numeroso, global, activo, organizado— se parece a la que me hubiera producido la noticia de un comando clandestino anti-morcilla de Burgos o la de una célula de resistentes al uso doméstico del aspirador. No me lo esperaba. La otra angustia reciente tiene que ver con el generalizado recelo, incluso entre los inteligentes, ante los avances de la Inteligencia Artificial (IA). Recuerda uno de esos placeres culpables del que disfrutamos con mala conciencia y nos hace imaginar catástrofes mundiales que podrían acabar con el mundo tal como lo conocemos y acaso con la humanidad.

En los últimos cinco años ha tenido lugar un salto en el desarrollo tecno-científico. El origen está en la digitalización masiva de datos del lenguaje natural y en los algoritmos de aprendizaje automático, que, mediante modelos lingüísticos, procesan esos datos a una escala gigantesca sin necesidad de etiquetarlos, los asocian, combinan y establecen correlaciones entre ellos e infieren probabilidades, con el resultado práctico de generar resúmenes, traducir idiomas con extraordinaria precisión y competencia y mantener conversaciones de apariencia humana. Cuando estas nuevas habilidades tecnológicas, antes reservadas a los informáticos, se han puesto al servicio del internauta común, que usa agradecido el traductor Deepl o se maravilla conversando con un chatbot, se ha levantado por el mundo —como siempre que sobreviene un cambio brusco— una ola de admiración y terror partes iguales.

No hace falta insistir en que en esta vida todo puede ocurrir, incluida una catástrofe de dimensiones planetarias a consecuencia de un uso perverso de las nuevas herramientas. No excluyo totalmente una guerra nuclear, un virus letal generado por el hombre, un cataclismo natural inducido por el cambio climático, una alteración de la naturaleza humana a manos de la manipulación genética o la invención de robots humanoides que se revuelven contra sus creadores. Pero, sin excluir estas hipótesis, las considero poco probables. Ese conatus que el filósofo Spinoza atribuía al hombre individual —apetito primario por vivir y conservarse— es predicable también de la humanidad en su conjunto: aunque a veces se ponga a sí misma al borde del precipicio, al final, por instinto, evita tirarse al vacío. En cuanto al uso que de esos progresos podrían hacer una elite de poderosos sedientos de dominación, no dudo de que lo intentarán, pero pronostico que fracasarán. Las sociedades abiertas son indominables, como demuestran los resultados de las elecciones generales, tantas veces contrarios a los intereses de esas elites. Además, el poder es por esencia chapucero, como mostré en otro lugar (véase mi artículo “La chapuza creadora”), y se traba antes de alcanzar sus torvos propósitos. Por último, precisamente por la sobreabundancia del miedo, próximo al histerismo, nunca en la historia ha existido mayor conciencia cívica sobre la necesidad de vigilar al poder, exigirle transparencia, o condenar sus abusos. La suspicacia ante el poderoso es el estado de ánimo general de las democracias contemporáneas.

Algunos presentan la IA como el último y quizá definitivo jaque mate de la tecnología a lo humano. Pasmados por sus maravillosas habilidades, que se asemejan tanto a las nuestras, temen que acabe sustituyendo al hombre y lo haga prescindible. Para salvaguardar la identidad de lo humano, acumulan argumentos contra la IA destacando sus insuficiencias. No participo de ese miedo, pero tampoco ignoro esas carencias. No dudo de que la IA puede hacer cosas que superan al hombre —como ya hacen los aviones—, pero es cierto que esas inteligencias prodigiosas carecen de individualidad, de vivencias, de aspiraciones, de esa experiencia no verbal que no se deja conceptualizar. La IA carece de yo, carece de un cuerpo con su percepción sensorial, carece, en fin, de mortalidad, de cuya conciencia —de la de ser de corta vida— nacen todos los bienes que hacen la vida digna de ser vivida: amor, amistad, ternura, compasión, benevolencia, justicia, incluso la técnica misma. La IA es lenguaje abstracto mientras que el lenguaje humano descansa sobre un lecho de sentimientos y recuerdos que hacen de nosotros el ente narrativo que somos, una historia personal, más allá del dato, el concepto o el argumento bien construido.

El ser humano posee dignidad y la dignidad es aquella excelencia que no puede ser sustituida por algo equivalente, a diferencia de las cosas sin dignidad, que sí pueden ser sustituidas. Mi confianza en la excelencia distintiva y única de la condición humana es absoluta y no tiene nada que temer del bendito progreso. Cierto que ciencia y técnica progresan cuando tratan al hombre como si fuera una cosa y, dados sus prodigiosos hallazgos, a veces suscitan el malentendido de hacernos parecer sustituibles. Pero no: nuestra dignidad es un diamante que no envejece. Ahí están para recordárnoslo las obras de la cultura humanística —literatura, filosofía, arte, historia, música— que, por la exhibición de la belleza de la dignidad y su constante lucha, nos enseñan a amarla y a sentirla.

No necesito demonizar los avances tecnológicos. Al contrario, bienvenidos sean: a la larga, nos liberarán de penosas servidumbres y nos darán tiempo para poseernos a nosotros mismos, donde encontraremos la joya que el progreso científico no puede darnos.

Ciencia y tecnología son los mayordomos que, cuando están bien entrenados, hacen más bella la vida de su señor.

«Bares, ¡qué lugares!», por Carmelo Encinas

EN ESTE PAÍS

CARMELO ENCINAS,

periodista. Asesor editorial de 20 minutos

“En el ámbito rural, los bares cumplen una función pública indispensable al actuar como centro social de encuentro y convivencia entre la gente del municipio”

Bares, ¡qué lugares!

Nadie beatificó tanto el papel de los bares en nuestras vidas como Gabinete Caligari. En uno de sus más exitosos temas, aquel grupo rockero de los 80 aseguraba que «no hay como el calor del amor en un bar». El amor, siempre motivo de inspiración para poetas y cancioneros, encontró en esta tonada que cantaba Jaime Urrutia guitarra en mano su mejor acomodo en la atmósfera de las tabernas de aquel Madrid de la movida que le puso música a la banda sonora de tres generaciones de españoles marchosos. Los bares en España no son un negocio más en la economía del país. El nuestro es el lugar con más tabernas por habitante de todo el planeta. Ningún lugar del mundo se acerca, ni de lejos, a la densidad tabernaria que aquí tenemos, hasta el extremo de que un solo distrito de la capital tiene más bares que toda Noruega y Finlandia juntos.

Cierto es que el concepto bar es demasiado genérico para hacer comparaciones porque los establecimientos que proliferan en España tienen características propias que les distinguen de los países de nuestro entorno. Aquí, los bares combinan con naturalidad la mesa y la barra, la tapa con vino o cerveza con el café con churros, el bollo o la tostada. Son locales de amplio espectro que se adaptan a cualquier tipo de consumo y clientela. En esa adaptabilidad y variedad de la oferta reside, en gran medida, el protagonismo que el bar tiene en la vida de los españoles, tanto como para ser usado como arma electoral como así aconteció durante la pandemia. Si eso ocurrió en una gran ciudad como Madrid, con miles de establecimientos para elegir, qué decir de aquellos pueblos en los que los bares son bastante más que un establecimiento donde tomarse una caña o un cortado.

En el ámbito rural, los bares cumplen una función pública indispensable al actuar como centro social de encuentro y convivencia entre la gente del municipio. Son espacios de relación entre generaciones que suplen de forma efectiva la carencia de otros servicios de ocio, cultura o restauración. Por las tabernas de pueblo pasan todos y pasa de todo. Allí se bebe, se come, se habla y se echa la partida. Es el lugar de reunión donde fluyen los problemas, las preocupaciones y las ilusiones de la gente; donde se comenta y se discute lo que allí pasa o deja de pasar. Se explica, en consecuencia, que de alguna forma la vitalidad de un municipio rural se mida por el número de bares que tiene abiertos y que el cierre de uno de estos locales sea percibido por los lugareños como una pésima noticia para el pueblo.

La importancia de los bares es aún mayor cuanto más pequeño es el municipio, hasta el punto de constituirse en pieza clave de su supervivencia. Pueblos donde hay un solo bar que, además de ser el único espacio público de relación social para sus vecinos, suele cumplir otras funciones como la venta de pan, de productos básicos o la recogida de paquetes. Esos locales se han convertido en el último bastión de resistencia de la España vaciada; un elemento clave en la desigual batalla contra lo despoblación. Así lo entendió con acierto la plataforma Teruel Existe que viene defendiendo los intereses de aquellos pueblos pequeños cuya viabilidad económica se tambalea. Esta formación sacó adelante en el Congreso esta primavera la tramitación de una proposición de ley que considera entidades de economía social a los bares, restaurantes y pequeños comercios que prestan sus servicios en municipios de menos de 200 habitantes. La idea es equiparar estos establecimientos con cooperativas, mutualidades, fundaciones, sociedades laborales, empresas de inserción, etcétera con el objeto de considerarles como entidades de economía social y que puedan así beneficiarse de los incentivos y ayudas que tienen reconocidos este tipo de organizaciones. La inclusión en ese grupo les proporcionaría facilidades como la simplificación en los trámites administrativos relacionados con su actividad y ventajas como bonificaciones en las cuotas de la Seguridad Social si contratan personas desempleadas. Incentivos en definitiva para mantenerse abiertos y no sucumbir a la tentación de echar el cierre al ver comprometida su rentabilidad.

En España hay casi 150.000 personas que viven en municipios sin un bar, lo que les convierte en pueblos fantasma. Suelen ser poblaciones de menos de cien habitantes y en algunas de ellas sus regidores ofrecen locales gratis o a un precio simbólico con tal de que alguien abra un establecimiento donde puedan juntarse los vecinos de todas las edades para socializar y sentirse miembros de una misma comunidad. El bar en estos pueblos es tan esencial para su viabilidad como el transporte, la proximidad a un centro médico, a la escuela o el acceso a internet. Los bancos ya recibieron en su día la consiguiente llamada de atención ante el abandono al que sometían a los pueblos menores cuyos vecinos no podían sacar dinero ni cobrar sus nóminas o pensiones. La solución más práctica fue el envío de oficinas móviles. Con esa misma idea de movilidad, la propuesta del Parlamento incluyó el apoyo a los puestos de venta ambulante que atiendan con regularidad las necesidades de estos municipios pequeños.

Pueblos inclusivos en lo social y sostenibles en lo ecológico que constituyen por ello un bien escaso a proteger. Y sus bares, esos «lugares tan gratos para conversar», que cantaba Urrutia, se sitúan ahora en la primera línea de defensa.