Actualidad de los Colegios Notariales – Madrid

COLEGIOS NOTARIALES

MADRID

José Carmelo Llopis durante su conferencia.

Academia Matritense del Notariado

La Academia Matritense del Notariado del Colegio Notarial de Madrid recibió en diciembre a José Carmelo Llopis, miembro de la junta directiva del Colegio Notarial de Valencia y delegado de nuevas tecnologías del Notariado español en el Consejo de los Notariados de la Unión Europea (CNUE), quien ofreció una conferencia sobre el desafío tecnológico (y jurídico) que supone la circulación de las copias electrónicas, tras la entrada en vigor de la Ley 11/2023, de digitalización de actuaciones notariales, y la creación del protocolo electrónico notarial.

En su ponencia, Llopis detalló cómo el Notariado se ha armado tecnológicamente para que no haya fugas en la seguridad jurídica del documento notarial y en la transmisión de las mencionadas copias; es decir, para que no sufra en ningún caso el tráfico jurídico, ya sea civil o mercantil, tal y como se conoce en sus principios de originalidad, autenticidad y seguridad.

Como elemento central de su argumentación, y en línea con lo que ya explicó el presidente del CGN y decano del Colegio Notarial de Madrid, José Ángel Martínez Sanchiz, en su ponencia sobre el protocolo electrónico con la que inauguró a finales de noviembre el curso 2023-2024 de la Academia, el ponente recalcó que es la matriz y no una copia de la escritura lo que sustenta el protocolo electrónico notarial.

Llopis insistió en la condición pública de la Sede Electrónica Notarial, acorde con la condición de funcionario público del notario, y subrayó que todo este procedimiento se ha puesto en marcha después de obtener el Esquema Nacional de Seguridad, nivel alto, del que sólo disponen contados organismos.

Cartel de la jornada.

Día Europeo de la Mediación

El Colegio Notarial de Madrid y la Fundación Notarial SIGNUM organizaron el 16 de enero un acto institucional y un coloquio en la sede del colegio madrileño para celebrar el Día Europeo de la Mediación 2024, que se conmemora el 21 de enero.

El encuentro contó con la presencia de la directora general de Seguridad Jurídica y Fe Pública, María Ester Pérez Jerez, y relevantes profesionales del Derecho y representantes del mundo de la Judicatura. Entre otros destacados expertos, asistieron al acto Juan Pedro Quintana, presidente de lo Contencioso-Administrativo del Tribunal Superior de Justicia de Madrid; Patricia Fresco, magistrada y jueza del Juzgado de lo Contencioso-Administrativo n.º 4 de Valladolid; Jesús Mozo, magistrado y secretario general del Ayuntamiento de Valladolid; Ignacio Gomá, notario de Madrid y mediador de la Fundación Notarial SIGNUM; y Amparo Quintana, abogada y mediadora.

Estos juristas participaron en una mesa redonda que profundizó en distintos aspectos de la mediación, a fin de extraer conclusiones que enriquezcan el trabajo compartido. Esta disciplina, como modelo de resolución extrajudicial de conflictos ágil, económico y eficiente, está llamada a ejercer un papel clave en el desarrollo de una justicia de calidad, contribuyendo a afianzar el principio de responsabilidad social que define a las sociedades avanzadas y a las empresas sostenibles.

Luis Gorrochategui en su intervención.

‘Madrid te asesora’

El segundo ciclo de Madrid te asesora, una alianza del Ayuntamiento de Madrid y el Colegio Notarial de Madrid, ha celebrado dos nuevas sesiones, tras su inauguración el pasado noviembre. El primero de los encuentros mensuales, organizados el tercer miércoles de cada mes, estuvo dedicado al acogimiento familiar y la guarda de menores, con la participación del notario Jorge Prades; y el segundo a explicar los instrumentos jurídicos que contribuyen a preservar la seguridad patrimonial en la vejez, impartido por la notaria Mercedes Pérez Hereza. Las sesiones del ciclo pueden visualizarse en el canal de YouTube del Colegio Notarial de Madrid.

Momento de la celebración.

Festividad patronal

En noviembre, los notarios de Madrid celebraron la festividad de Nuestra Señora del Buen Ruego, patrona del Notariado madrileño, bajo cuya histórica advocación se simboliza la labor intercesora de los notarios en la sociedad, así como su disponibilidad para con los ciudadanos y su compromiso con la verdad.

La jornada comenzó con una Eucaristía en la iglesia de Los Jerónimos, parroquia del Colegio Notarial de Madrid, que contó con la presencia de la Coral Fernandina; y, posteriormente, los notarios celebraron el tradicional almuerzo de fraternidad.

La Real Hermandad de los Notarios de Madrid se constituyó en 1653 bajo la advocación de Nuestra Señora del Ruego y Ánimas. Esta Hermandad sería el germen del Colegio de Escribanos Notarios de Reinos de Madrid, creado en 1776, y que con el tiempo se convertiría en el Ilustre Colegio Notarial de Madrid, conservando el patrocinio mariano.

Este patrocinio quedó representado en un cuadro, propiedad de la Hermandad, que fue pintado en 1653 por Luca Giordano y que desapareció en 1888 en un incendio. Antes de esa pérdida, el notario Vicente Castañeda encargó a Mariano Bellver, imaginero de la Escuela de Valencia, un grupo escultórico que recogiera la imaginería del cuadro. Esta pieza policromada se encuentra en depósito en la iglesia de Los Jerónimos, donde hoy puede contemplarse en una de las capillas de la nave central.

Luis Gorrochategui en su intervención.

Conferencia de Luis Gorrochategui

La Asociación Española de Derecho Marítimo celebró en el Colegio Notarial de Madrid su tradicional acto de Navidad el pasado 13 de diciembre. Una recepción que contó con la presencia del historiador Luis Gorrochategui, quien impartió la conferencia Contra Armada. La mayor victoria de España sobre Inglaterra, sobre uno de los episodios más desconocidos de la Historia de España.

‘Lunes de Actualidad’

El Colegio Notarial de Madrid celebró el 15 de enero un nuevo Lunes de Actualidad en el que se abordó el impacto de la inteligencia artificial en la creación y el lenguaje. Esta jornada profundizó en el lado más antropológico del cambio tecnológico y digital, analizando qué está pasando y qué va a pasar con la creación, el lenguaje y el pensamiento simbólico.

El encuentro, que puede verse en el perfil del colegio notarial en YouTube, consistió en una conversación entre el paleontólogo Ignacio Martínez Mendizábal, Premio Príncipe de Asturias por los descubrimientos de Atapuerca y catedrático del Área de Antropología Física en el Departamento de Ciencias de la Vida de la Universidad de Alcalá de Henares; y Julio Gonzalo, físico, experto en Inteligencia Artificial y catedrático del Área de Lenguajes y Sistemas Informáticos de la UNED.

Actualidad de los Colegios Notariales – Cataluña

COLEGIOS NOTARIALES

CATALUÑA

Premio Puig Salellas

María Eugenia Alegret (izda.) y Gemma Ubasart (dcha.).
Foto de grupo de la galardonada con los representantes institucionales y los miembros de la junta directiva del colegio.

El Colegio Notarial de Cataluña celebró en diciembre la ceremonia de entrega del XV Premio Puig Salellas, que ha sido para la jurista y magistrada María Eugenia Alegret i Burgués. Este galardón es el máximo reconocimiento otorgado por el colegio catalán anualmente a aquella persona o institución que, en Cataluña, haya demostrado una trayectoria notable en materia de estudio, investigación, creación, docencia o aplicación del Derecho.

El acto, coorganizado junto a la Academia de Jurisprudencia y Legislación de Cataluña, al que asistieron numerosas autoridades del ámbito jurídico, se desarrolló en la sede notarial de Barcelona y fue presidido por la consellera de Justicia de la Generalitat de Cataluña, Gemma Ubasart, acompañada por el decano del colegio, José Alberto Marín, y por el presidente de la Academia de Jurisprudencia y Legislación de Cataluña, Francesc Tusquets, quien fue el encargado de glosar la figura de la premiada.

El reconocimiento

En su intervención, la consejera de Justicia destacó que el Premio Puig Salellas “va más allá del entorno notarial y se trata de una cita imprescindible en el mundo jurídico catalán” y añadió que el Notariado es una “institución que acompaña a las personas a lo largo de su vida, en los momentos más importantes de su trayectoria vital; un valor que sitúa a los notarios en un lugar privilegiado de la vida cívica del país”.

Por su parte, la junta directiva del colegio catalán señaló que la concesión de este premio a María Eugenia Alegret es un reconocimiento “a su ejemplar y brillante trayectoria jurídica y a su contribución a la actualización jurisprudencial y doctrinal del derecho civil de Cataluña”, puesto que la galardonada cuenta con una amplia trayectoria en el ejercicio del derecho y destaca por haber sido la primera mujer presidenta de un Tribunal Superior de Justicia en España.

Intervención de los ponentes durante la sesión.

Mediación y empresa familiar

En noviembre se celebró la primera sesión del Ciclo Mediación y empresa familiar, en la sede de Barcelona del Colegio Notarial de Cataluña, bajo el título La mediación vs otras formas de resolución de conflictos. Esta iniciativa, compuesta de cuatro sesiones -dos teóricas y dos prácticas- y organizada por la Asociación de la Empresa Familiar, la Fundación FIDE y la Fundación Mediación Notarial del colegio notarial catalán, tiene como objetivo acercar la mediación a personas relacionadas con la empresa familiar, mostrar cómo se desarrolla y cómo funciona en la práctica y conocer sus ventajas e inconvenientes en relación a otras vías para la resolución de conflictos.

La sesión fue presentada y moderada por el notario y mediador Antoni Bosch y contó con las intervenciones de Manuel Díaz Baños, secretario general del Centro de Mediación FIDE y socio director de MDB Legal; y Emma Gumbert, abogada, mediadora y vicepresidenta de PIMEC (patronal de las micro, pequeñas y medianas empresas y autónomos de Cataluña).

Actualidad de los Colegios Notariales – País Vasco

COLEGIOS NOTARIALES

PAÍS VASCO

Foto de grupo de los ponentes.
Andrés Urrutia durante la inauguración de la jornada.

Jornadas de Derecho Privado

El 15 de noviembre se celebraron en la Sala Tomás Moro del Parlamento Vasco, en Vitoria, las II Jornadas de Derecho Privado, bajo el título El Derecho Civil y las competencias legislativas de los parlamentos territoriales. La presidenta del Parlamento, Bakartxo Tejeria; la consejera de Gobernanza Pública y Autogobierno, Olatz Garamendi; y el notario y presidente de la Academia Vasca de Derecho (AVD), Andrés Urrutia, fueron los encargados de inaugurarlas.

El encuentro, organizado por la Academia Vasca de Derecho -con motivo de su 20º aniversario-, el Parlamento Vasco y el Instituto Vasco de la Administración Pública (IVAP), con la colaboración del Colegio Notarial y del Colegio de Registradores autonómicos, y del Colegio de la Abogacía Alavesa, reunió a un gran número de juristas y profesionales del derecho.

Andoni Iturbe, letrado mayor del Parlamento Vasco, moderó el primer panel de la jornada, que contó con las intervenciones de Ignacio Durbán, doctor y profesor de Derecho Constitucional de la Universidad de Valencia, sobre el Tribunal Constitucional y los derechos civiles territoriales; Fernando García Vicente, presidente de la Comisión Aragonesa de Derecho Civil, sobre la labor que realiza esta institución; y Enric Brancós, notario de Girona, que ofreció una charla sobre La experiencia del derecho civil catalán en su desarrollo legislativo.

Maite Barruetabeña, directora del IVAP, moderó el segundo panel en el que conferenciaron Isabel Cañas, letrada del Parlamento de Navarra, sobre La experiencia del derecho civil navarro en su desarrollo legislativo; y Sabino Torre, viceconsejero de Régimen Jurídico, con una ponencia titulada Presente y futuro del derecho civil vasco.

La notaria de Vitoria, Concepción Granado, participó en la mesa redonda sobre La aplicación práctica de las instituciones civiles vascas: utilidad, praxis y desarrollo competencial, moderada por Susana Sucunza, del Colegio de la Abogacía Alavesa, en la que también intervinieron el registrador José-Blas Pau de Echave-Susaeta y el magistrado Jaime Tapia.

En la ceremonia de clausura, además de Susana Sucunza, participó la abogada y miembro de la junta directiva de la AVD, Alkain Oribe. Todos los vídeos de las intervenciones pueden verse en el canal de YouTube del Colegio Notarial del País Vasco.

De izda. a dcha.: Pablo Sánchez Lamelas, decano territorial del Colegio de Registradores de la Propiedad y Mercantiles; Gema Tomás, decana de la Facultad de Derecho de la Universidad de Deusto; Andrés Urrutia; Olatz Garamendi; Luis Ángel Garrido; Diego Granados; Reyes Goenaga, presidenta de la Audiencia Provincial de Bizkaia; y Fernando Rey.

Apertura del curso de la AVD

El pasado 21 de noviembre se celebró en la sede del Colegio Notarial del País Vasco en Bilbao el acto de apertura de curso de la Academia Vasca de Derecho (AVD). El acto contó con la presencia de la consejera de Gobernanza Pública y Autogobierno, Olatz Garamendi; el presidente de la Sala de lo Contencioso Administrativo, Luis Ángel Garrido; el decano del Colegio Notarial del País Vasco, Diego Granados; y el notario y presidente de la AVD, Andrés Urrutia, entre otras autoridades.

El catedrático de Derecho Constitucional de la Universidad de Valladolid, Fernando Rey, fue el encargado de impartir la lección inaugural del curso, bajo el título La igualdad jurídica: viejos problemas, nuevas soluciones. Al finalizar el encuentro se hizo entrega de los Premios Adrián Celaya a jóvenes juristas, que se otorgan a los trabajos sobre Derecho Privado y Derecho Público tanto en euskera como en castellano. En esta VIII edición se premió el trabajo de Carmen Abajo Areitio, titulado Alcance y límites de la utilización de videocámaras por la FCSE con especial referencia a las Bodycam en la Ertzaintza, en la categoría de Derecho Público en castellano.

Actualidad de los Colegios Notariales – Extremadura | Galicia | Baleares

COLEGIOS NOTARIALES

EXTREMADURA | GALICIA | BALEARES

De izda. a dcha.: María Toscano, Miguel Ángel Morales e Ignacio Ferrer.

Convenio con la Diputación de Cáceres

El Colegio Notarial de Extremadura y la Diputación de Cáceres firmaron en noviembre un convenio de intercambio de información para facilitar a la ciudadanía y a los ayuntamientos la gestión de impuestos o tributos municipales como el Impuesto de Bienes Inmuebles (IBI) o las plusvalías.

En el acto de firma participaron el decano del colegio extremeño, Ignacio Ferrer; el presidente de la diputación provincial, Miguel Ángel Morales; y la diputada del Organismo Autónomo de Recaudación y Gestión Tributaria (OARGT), María Toscano.

Este acuerdo permitirá agilizar los trámites ciudadanos relativos a estos impuestos, ya que desde las notarías extremeñas se podrá facilitar información, por ejemplo, de la deuda que tiene un inmueble en concepto de IBI. Así, cuando el ciudadano tenga que realizar un acto de transmisión de propiedades, podrá disponer de una información que antes debía consultar acudiendo al OARGT o a los ayuntamientos.

También este convenio supone un avance en la administración electrónica, interconectando los sistemas informáticos del colegio notarial y el organismo autonómico para facilitar la prestación de servicios.

El acuerdo pretende perfeccionar el sistema de comunicación entre los notarios y notarias de la comunidad autónoma y las oficinas territoriales del catastro, dotándolo de la mayor calidad y eficiencia mediante mecanismos de interlocución, formación, asesoramiento y control de resultados. La aplicación del convenio permitirá a las gerencias agilizar al máximo las actuaciones de comunicaciones físicas y, si es necesario para la tramitación del expediente, la solicitud del documento público se realizará por el propio funcionario tramitador mediante el sistema de consulta actualmente en funcionamiento.

El documento prevé su implantación progresiva para estar plenamente consolidado en enero de 2024 y se actualizará de manera continua, recogiendo las mejoras derivadas de la experiencia y la resolución de las incidencias producidas, incorporando guías y aclaraciones técnicas mediante anexos al documento inicial.

De izda. a dcha.: Miguel Ángel Cabra, Alicia Calaza y Enrique García.

Alternativas para planificar la jubilación

La notaria y codirectora de la Academia Gallega de Opositores a Notarías, Alicia Calaza, participó el 19 de octubre en el diálogo organizado por la agencia de noticias Servimedia, en colaboración con la Plataforma de Mayores y Pensionistas (PMP), sobre las Alternativas para planificar la jubilación. Previsión social y nuevas formas de convivencia.

El director general de Servimedia, José Manuel González Huesa, moderó la conversación, en la que también intervinieron el secretario general de la PMP, Miguel Ángel Cabra de Luna; el portavoz de la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU), Enrique García López; y el expresidente del Banco Hipotecario, Julio Rodríguez.

En el encuentro, los ponentes hicieron hincapié en la necesidad de valorar las posibilidades para complementar la pensión con otros ingresos alternativos que permitan hacer frente a las gastos sociosanitarios y personales que se necesiten afrontar. La notaria Alicia Calaza subrayó la importancia de la planificación y del asesoramiento imparcial, como el que ofrecen los notarios, explicó que la vivienda es la herramienta básica de la que disponen las personas mayores para financiar su jubilación desde el sector privado y expuso algunas de las opciones existentes, como la hipoteca inversa, la vivienda inversa, el pacto de convivencia o el contrato vitalicio.

Nueva normativa sobre tributos

El 4 de diciembre, el notario Carlos Jiménez Gallego impartió un nuevo seminario en el Colegio Notarial de las Islas Baleares, en esta ocasión centrado en la nueva normativa autonómica sobre tributos cedidos, que afecta -en lo relativo a la actividad notarial- al Impuesto sobre Transmisiones Patrimoniales y Actos Jurídicos Documentados y, especialmente, al Impuesto sobre Sucesiones y Donaciones.

En el foro, que pudo seguirse de manera presencial y online, Jiménez Gallego también trató asuntos relativos a la ley balear de cooperativas, en vigor desde abril de 2023, que obliga a estas organizaciones a adaptar sus estatutos a la misma en un plazo máximo de dos años; y atendió cuestiones y consultas sobre los aspectos prácticos de la Ley 11/2023, de aplicación de medidas de digitalización notarial.

De izda. a dcha.: Bartolomé Bibiloni, Raimundo Fortuñy y María Antonia Paniza.

Presentación del libro de Bartolomé Bibiloni

El 13 de diciembre se presentó en la sede del Colegio Notarial de las Islas Baleares el libro Manual civil y fiscal de los pactos sucesorios en el Derecho civil de las Illes Balears, del notario Bartolomé Bibiloni, quien dirigió unas palabras a los asistentes e introdujo algunas notas sobre la obra.

El decano del colegio y vicepresidente del Consejo General del Notariado, Raimundo Fortuñy, realizó la apertura del acto y la presentación corrió a cargo de la magistrada y catedrática de derecho civil de la Universidad de las Islas Baleares, María Antonia Paniza.

CNUE

PANORAMA INTERNACIONAL

CNUE

Asamblea General del CNUE
De dcha. a izda.: José Carmelo Llopis, Isidoro Calvo, José Ángel Martínez Sanchiz y Álvaro Lucini, junto a la delegación lituana.
Marius Stračkaitis (izda.) y Martine Schaeffer (dcha.).

El Consejo de los Notariados de la Unión Europea (CNUE) celebró, en diciembre, su Asamblea General en Bruselas, en la que el presidente del Notariado lituano, Marius Stračkaitis, fue elegido nuevo presidente del organismo para 2024. También, la presidenta de la Cámara Notarial luxemburguesa, Martine Schaeffer, fue nombrada nueva vicepresidenta y se escogió a la Junta Directiva del CNUE para el año entrante.

Al encuentro asistió una amplia representación del Notariado español, encabezada por José Ángel Martínez Sanchiz, presidente del Consejo General del Notariado (CGN); Álvaro Lucini, delegado para el CNUE del CGN; Isidoro Calvo, delegado del Grupo de Trabajo de Derecho de Sucesiones; y José Carmelo Llopis, delegado del Grupo de Trabajo de Nuevas Tecnologías, así como el expresidente del organismo notarial europeo, José Manuel García Collantes.

En la Asamblea, el que fuera presidente del CNUE durante el año 2023, Peter Stelmaszczyk, hizo balance del año y presentó una primera evaluación de los resultados de su presidencia, destacando particularmente algunos hitos, como las conferencias sobre derecho de sociedades y digitalización y sobre la protección de adultos vulnerables, celebrada en el Parlamento Europeo. Stelmaszczyk también destacó el trabajo del CNUE en sus prioridades políticas: digitalización y derecho de sociedades, lucha contra el blanqueo de capitales y la financiación del terrorismo, y apoyo al Notariado ucraniano.

La elección del nuevo presidente y la vicepresidenta del organismo, que se realizó por unanimidad, y de su junta directiva, completaron el orden del día del encuentro. En su discurso inaugural, Marius Stračkaitis esbozó las prioridades del Notariado europeo para este nuevo curso, en particular con vistas a las elecciones europeas que se celebrarán en junio de 2024: el fortalecimiento de la profesión notarial, la digitalización de los servicios notariales y el apoyo a Ucrania.

30º aniversario del CNUE
José Ángel Martínez Sanchiz (dcha.) y José Manuel García Collantes (izda.).
José Ángel Martínez Sanchiz (dcha.) y Álvaro Lucini (centro).

El CNUE celebró su 30º aniversario el pasado 7 de diciembre, con una gala en Bruselas que incluyó también una sesión formal en la que ponentes de reconocido prestigio abordaron algunos de los asuntos de mayor interés y actualidad para el Notariado europeo.

El presidente del Consejo General del Notariado (CGN), José Ángel Martínez Sanchiz, asistió al evento acompañado por el expresidente del CGN y el CNUE, José Manuel García Collantes; el delegado para el CNUE, Álvaro Lucini; y los delegados de los Grupos de Trabajo de Derecho de Sucesiones y Nuevas Tecnologías, Isidoro Calvo y José Carmelo Llopis, respectivamente.

En su discurso de apertura, el presidente del CNUE, Peter Stelmaszczyk, destacó la fructífera y estrecha relación entre el Notariado y las instituciones europeas y agradeció sus mensajes de felicitación a la presidenta del Parlamento Europeo, Roberta Metsola, y al comisario europeo de Justicia, Didier Reynders. También expresaron sus felicitaciones la vicepresidenta del Parlamento Europeo, Pina Picierno, y el presidente de la Unión Internacional del Notariado (UINL), Lionel Galliez.

En un primer coloquio, la directora general de Justicia y Consumidores, Ana Gallego, abordó los principales paquetes legislativos de la Comisión Europea en el contexto de la digitalización, el Derecho de sociedades y la protección de los adultos. En una segunda charla, el diputado Michael Gahler, ponente del Parlamento Europeo sobre el Mecanismo para Ucrania, y el presidente de la Cámara Federal de Notarios de Alemania, Jens Bormann, debatieron sobre la adhesión de Ucrania a la UE y su reconstrucción tras la guerra.

Foros y reuniones

PANORAMA INTERNACIONAL

FOROS Y REUNIONES

Imagen de la jornada.
Jornada de debate en Florencia

En noviembre, la sociedad informática del Notariado italiano (Notartel), a través de la Fundación Italiana del Notariado, organizó una jornada de debate sobre la innovación y digitalización en la función notarial, en el contexto de la nueva normativa europea de aplicación, a la que asistió como ponente el presidente del Consejo General del Notariado (CGN), José Ángel Martínez Sanchiz.

Cerca de 40 notarios y prestigiosos juristas europeos se dieron cita en la ciudad de Florencia para analizar el impacto de esta regulación sobre la profesión notarial y las aportaciones que el Notariado puede llevar a cabo para el desarrollo y fomento de la digitalización.

En la sesión inaugural de la jornada, celebrada bajo el título Garantías y confianza en la sociedad digital, intervinieron el presidente de la Región Toscana, Eugenio Giani; el presidente del Consejo Italiano del Notariado, Giulio Biino; el presidente del CNUE, Peter Stelmaszczyk; el presidente de la Fundación Notarial Italiana, Antonio Areniello; y el presidente del Consejo de Notarios de Florencia; Massimo Palazzo.

En las numerosas mesas redondas y ponencias se abordaron temas como la inteligencia artificial y sus aplicaciones a la profesión notarial, las condiciones socioculturales del notariado entre las tradiciones de derecho civil y las experiencias de derecho común, y las diferentes experiencias en los países europeos.

Por su parte, el presidente del CGN, José Ángel Martínez Sanchiz, intervino como panelista para explicar las particularidades de la Ley 11/2023, de transposición de directivas y digitalización de actuaciones notariales, y las medidas que ha implementado el Notariado español para posibilitar la prestación de servicios notariales online. Martínez Sanchiz estuvo acompañado en la mesa por Francesco Gerbo, miembro del Notariado italiano; y el coordinador de la sesión fue el expresidente italiano del CNUE, Giampaolo Marcoz.

Reunión con el Notariado alemán
De izda. a dcha.: Álvaro Lucini, Jens Bormann, José Carmelo Llopis y Max Wosgien.

La sede del Colegio Notarial de Valencia acogió el día 21 de noviembre la reunión bilateral entre el Notariado español y el alemán sobre la plataforma EUDoc, que permite el intercambio de copias notariales electrónicas de forma rápida y segura dentro de la UE.

A la reunión asistieron el delegado del Consejo General del Notariado para el CNUE, Álvaro Lucini; el delegado de Nuevas Tecnologías del CGN, José Carmelo Llopis; y por parte del Notariado alemán, el presidente de la Cámara Federal de Notarios de Alemania (Bundesnotarkammer), Jens Bormann; y su director de la Oficina de Bruselas, Max Wosgien.

Foro de futurología en Bruselas

El 11 de diciembre tuvo lugar en las oficinas del CNUE, en Bruselas, la XII edición del Foro de Futurología del Notariado, un espacio que tiene por objetivo debatir sobre los aspectos más importantes para el futuro de la profesión notarial. En representación del Notariado español participó por vía telemática el delegado del Grupo de Trabajo de Nuevas Tecnologías, José Carmelo Llopis.

Las palabras de bienvenida corrieron a cargo de Tomás Parti, presidente del Foro, y Peter Stelmaszcyk, presidente del CNUE. La sesión estuvo centrada en las aplicaciones de la inteligencia artificial y las profesiones jurídicas, con las ponencias de los profesores Jan de Bruyne, de la Universidad de Gante (Bélgica), y Martin Ebers, de la Universidad de Tartu (Estonia); el doctor Žiga Škorjanc, de la Universidad de Viena; y la jueza del Tribunal de Distrito de Essen (Alemania).

En la sesión de tarde los delegados de los diferentes notariados europeos presentaron algunos casos de buenas prácticas en la mesa redonda sobre Retos y oportunidades de la IA en los notariados, moderada por el periodista Frédéric Simon.

«Una vida de repuesto», por Eduardo Torres-Dulce

ÁGORA CULTURAL Y JURÍDICA

Una vida de repuesto

por Eduardo Torres-Dulce Lifante,

Of counsel de Garrigues. Miembro de la Real Academia de Jurisprudencia y Legislación. Entre 2012 y 2014 fue fiscal General del Estado. El derecho penal económico está en el centro de su labor académica y divulgativa.

Expertos en diferentes aéreas del Derecho se dan cita en nuestra revista para ofrecernos su visión de lo acontecido en el mundo de la Literatura, las Artes, la Justicia y, por qué no, en la vida misma. En este primer número nos acompañan: Eduardo Torres-Dulce Lifante. Fiscal y profesor de Derecho Penal. Fue Fiscal General del Estado. Antonio Jiménez-Blanco Carrillo de Albornoz. Catedrático de Derecho administrativo y Letrado de las Cortes Generales en excedencia. Consuelo Madrigal Martínez-Pereda. Fiscal. Fue Fiscal General del Estado.

“Una vida de repuesto”. Así de lapidariamente es como suele describir su experiencia en el cine, mi amigo José Luis Garci. Y ciertamente lo es, al menos para cuantos el cine ha invadido nuestra existencia, no los meros aficionados o frecuentadores de las salas de cine, plataformas, dvds o blu ray, por los que siento el máximo respeto, sino los que desde lejanos tiempos, los años 50 del pasado siglo, en el que unos jóvenes turcos airados, tutelados por André Bazin, un intelectual francés, católico y de izquierdas, agrupados en una revista no menos joven, Cahiers du Cinéma, alzaron la bandera pirata negra de la rebeldía contra el ostracismo del cine americano clásico de Hollywood.

La cinefilia

Nacía la cinefilia. Eric Rohmer, François Truffaut, Jean-Luc Godard, Jacques Rivette, Claude Chabrol, devoraban películas, las analizaban con tanto rigor como apasionamiento e inventaban un sistema crítico, la politique des auteurs, en la que el concepto de autor, claramente extraído de similares sistemas críticos literarios, sostenía que un cineasta era, fueran cuales fueran las condiciones de producción de una película, un autor cuando su estilo de puesta en escena, otro concepto novedoso, y su temática, revelaran sus temas, sus obsesiones, su mirada sobre el mundo y sus circunstancias. No había ni cineastas comerciales ni menores, ni géneros cinematográficos deleznables, cuando en las películas se descubría la firma del autor. Hawks, Hitchcock, Minnelli, Orson Welles y tantos otros acapararon su interés, analizándolos con lenguaje tan provocativo como novedoso. Sus gustos no se limitaban exclusivamente al cine norteamericano, porque esos jóvenes críticos adoraban y se entusiasmaban con las películas del neorrealismo italiano, singularmente las de Roberto Rossellini, las del sueco Ingmar Bergman, el japonés Mizogouchi Kenji o el hindú Satvajyt Ray. Sus entrevistas con esos cineastas permitían a los lectores-espectadores adentrarse en el universo creador, en la técnica, en los temas, en sus opiniones, de todos ellos, muy en paralelo con lo que la revista The Paris Review venía haciendo con los escritores y artistas. En Francia, siempre en Francia, otro intelectual vanguardista, Henri Langlois, se inventó algo tan importante o más que lo de los Cahiers, con los que mantenía relaciones confluyentes. Se inventó, en 1948, aprovechándose de una institución que languidecía desde su creación en 1936, un Museo del Cine, de las películas. Un lugar para almacenar, restaurar y proyectar todas las películas que pudiera encontrar, sin distinciones de calidad, nacionalidad ni metraje. La Cinemathèque de la Avenue de Messine se convirtió en un ejemplo a imitar, en un templo al que peregrinar con fervor desde cualquier lugar del mundo. Incluso el MOMA neoyorquino se apuntó a esa idea (una idea que ignora el Museo del Prado y no digamos el Reina Sofía).

Cahieristas sin ambages

La llama pirata de los Cahiers se extendió rápidamente por todo el mundo, incluso en la desdeñosa crítica norteamericana, emergiendo profetas de la nueva religión como Andrew Sarris y Peter Bogdanovich o intelectuales como Manny Farber. En España, revistas como Film Ideal, Griffith, bajo la inspiración del maestro Juan Cobos, se mostraban cahieristas sin ambages, en tanto que otras, sin abandonar esa orientación, añadían matices, como Cinestudio, cercana al humanismo cristiano, o Nuestro Cine, de bandera del compromiso militante izquierdista.

Esa posición de Cahiers era tan apasionada que ignoraba la labor colectiva que implica concebir y rodar una película, especialmente en la elaboración del guion o el montaje, amén de que excluía a autores muy respetables, como Wyler o Wilder, pero en aquello años no se hacían prisioneros y lo mejor es que ese reguero de pólvora acabó creando una fraternidad universal de cinéfilos, devotos de las salas de cine, los debates sobre las películas y coleccionistas de libros y revistas. El cine era más importante que la vida, y esta se nutría notablemente del cine. Muchos de nosotros soñábamos con escribir y/o dirigir películas siguiendo el camino, nuevamente desbrozado por Truffaut and Co, que revolucionaron el cine en los años 60 con la nouvelle vague. Algunos, Garci, Bogdanovich, Erice, Robert Benton, Tavernier, Wim Wenders, Trueba, Spielberg, Scorsese, lo lograron de manera brillante y los demás, algunos ni lo intentamos, seguimos infectados por la cinefilia.

“En una sala de cine no te podía pasar nada malo”, Garci dixit again. Era, es, por completo cierto. En la moderna caverna de Platón, con el mundo exterior, la verdadera ficción posee un humus inextinguible de realidad; viajábamos como el califa de Bagdad hechizado por Scherezade por un mundo narrativo en imágenes imbatible. Recibíamos, reciclada, la vida, proyectábamos la nuestra, y no sólo nuestros sueños, y regresábamos a la calle vacunados contra la mediocridad, ejerciendo valores como la amistad, la lealtad, la decencia, el coraje de vivir, el riesgo, la aventura, explorando el amor y el desamor, la venganza y la piedad, la ira y la justicia, la indignación por las injusticias y la esperanza, incluso fordianamente hablando, de la gloria en la derrota.

El cine de valores

No rendirse jamás, como proclamaba Churchill en las horas más oscuras de la 2ª Guerra Mundial. El cine de valores, personajes y narración, suponía una suerte de autodidacta educación sentimental, de esas que te dura toda la vida y de la que no te curas jamás. En una época sin videos, ni plataformas, en la que los permisos de importación y exhibición de películas duraban cinco años, cuando te incorporabas a la legión cinéfila, no te quedaba más remedio que perseguir obsesiva y afanosamente las películas que te habías perdido, de manera que muchos de nosotros conocemos la geografía urbana de las ciudades por la remota ubicación de salas de cine, de condiciones higiénicas y de proyección dudosas. Pescábamos, en sesiones dobles, las joyas de cine que otros colegas nos habían recomendado con entusiasmo.

El cine no era sólo cine. Era vida, pujante, rebelde, propia. En interminables sesiones de cineclubs y cinefórums el pase de El acorazado Potemkin, provocaba una manifestación, pero lo mismo sucedía con Cantando bajo la lluvia, que producía una exaltación existencial inimaginable. Como le había ocurrido a Truffaut, el cine nos descubría a Balzac, a Cole Porter, Mozart, y a tantos otros, completando la colección de tebeos, cromos de futbolistas y libros ilustrados que nos precipitaban en los mundos de Holmes, Salgari, Zane Grey, los mosqueteros de Dumas, Guillermo Brown y los Proscritos, Sam Spade y Philip Marlowe, mundos perdidos con dinosaurios, islas del tesoro y piratas irredentos. El joven Hawkins y el fascinante Long John Silver. El maestro Fernando Savater certificó en La infancia recuperada (Taurus) todo ello en nuestra Biblia, camarote nada secreto de nuestras vidas.

Como rememoraba Antonio Drove, magnífico y malogrado cineasta, en la película de Fernando Méndez-Leite, otro capitán de nuestra tribu, “tuvimos la mejor mujer y el mejor caballo, y los perdimos en una partida de póker en el Mississippí”.

La vida de repuesto, el cine en la caverna de Platón, la vida imitando al cine, aún nos dura; siempre nos queda París. Hay centauros en el desierto; pelirrojas en las nieblas irlandesas; un actor demediado recita a Shakespeare en un saloon en Tombstone; un velero navegando en un agitado mar azul en Technicolor significa que tenemos el mundo en nuestras manos, y Manhattan es en blanco y negro al son de la Rhapsody in Blue, de George Gershwin. Y, ¿saben lo mejor?: que la legión invencible de la cinefilia se renueva año a año, día a día, minuto a minuto. Bendita epidemia. Les dejo con el conjuro de esa legión en hermosos versos que lo dicen todo.

 

“Cuéntamelo otra vez, es tan hermoso
que no me canso nunca de escucharlo.
Repíteme otra vez que la pareja
del cuento fue feliz hasta la muerte,
que ella no le fue infiel, que a él ni siquiera
se le ocurrió engañarla. Y no te olvides
de que, a pesar del tiempo y los problemas,
se seguían besando cada noche.
Cuéntamelo mil veces, por favor:
es la historia más bella que conozco.”

Amalia Bautista

«Las cosas de los genios», por Antonio Jiménez-Blanco

ÁGORA CULTURAL Y JURÍDICA

Las cosas de los genios

por Antonio Jiménez-Blanco Carrillo de Albornoz,

Catedrático de Derecho administrativo. Letrado de las Cortes Generales. Autor de publicaciones en diversas materias de Derecho público. Experto en Derecho administrativo, económico y de la competencia.

Expertos en diferentes aéreas del Derecho se dan cita en nuestra revista para ofrecernos su visión de lo acontecido en el mundo de la Literatura, las Artes, la Justicia y, por qué no, en la vida misma. En este primer número nos acompañan: Eduardo Torres-Dulce Lifante. Fiscal y profesor de Derecho Penal. Fue Fiscal General del Estado. Antonio Jiménez-Blanco Carrillo de Albornoz. Catedrático de Derecho administrativo y Letrado de las Cortes Generales en excedencia. Consuelo Madrigal Martínez-Pereda. Fiscal. Fue Fiscal General del Estado.

¿Picasso, un traidor, y no sólo desde una perspectiva, sino de tres? Parece que sí.

Excelente el libro de José María Beneyto, Las traiciones de Picasso, de Turner, 2022. Merece una glosa.

Henriette Theodora Markovitch (Paris, 1907-París, 1997) fue una mujer de vida larga (casi 90 años) y, desde todos los puntos de vista, interesa. Primero, por lo movido geográficamente de su existencia: hija de un arquitecto croata -Joseph Marcovitch: en el idioma de su tierra, Josip Marković- que encontró trabajo en el Buenos Aires de comienzos del siglo XX y se llevó allí a su familia. De hecho, la niña pasó en Argentina desde los tres años a los veintitrés (o sea, hasta 1930) y eso le permitió hacerse con la lengua de Cervantes. Dialecto, eso sí, lumfardo, como el de Alfredo Di Stéfano.

Luego, por sus dotes artísticas, sobre todo -aparte de la pintura- en la fotografía: a la altura de un Henri Cartier-Bresson, con el que, ya ella de vuelta en París, coincidió en la Academie Lothe, que entonces, junto con la École de Photographie de la Ville de Paris, era el no va más del oficio. Sus photo-collages siguen siendo aún hoy toda una referencia.

Pero tercero y, sobre todo, porque, para decirlo con un eufemismo, la estabilidad emocional no formaba parte de sus atributos y de hecho tuvo que ser tratada por el doctor Jacques Lacan, el más famoso psicoanalista francés, en el hospital de Sainte-Anne.

Se trata -a estas alturas no hará falta decirlo- de Dora Maar, conocida sobre todo por su relación amorosa -es un decir- con Picasso, que se extendió durante casi diez años, entre 1936 y 1945, o sea, el periodo de la guerra civil española, incluyendo el episodio del cuadro Guernica, sobre el bombardeo de 26 de abril de 1937, y la ocupación alemana de París. Dora Maar estuvo, sí, entre las mujeres que se arrimaron al genio y -dicho sea, sin ofender a las víctimas- le consintieron -a lo largo del tiempo, no sólo cuando al hombre le entraba un arrebato momentáneo- toda suerte de barbaridades, psicológicas y aun físicas. Se conoce que el hombre tenía un especial atractivo para quienes, expuesto con palabras castizas, les va la marcha.

Habla Dora Maar

En el libro, de 42 capítulos, divididos en cuatro partes más un final, hay varios de aquellos en los que se da a Dora Maar el papel de la primera persona. Por ejemplo, el 7 (llamado precisamente Habla Dora Maar: páginas 43 a 48) y el 42 y último (Luz, páginas 257-265), donde relata sus tratamientos hospitalarios y lo que ella llama “el día de mi verdadera liberación”, muchos años después de haber roto con el ogro. Ella afirma que: “No le guardo rencor. Al contrario, dejé de tenerle odio cuando me convertí en otra”. Pero hasta la última línea se le percibe el rencor: “El gran genio del siglo… ¡Pobre siglo!”. Lo que se dice despacharse a gusto contra aquello -o aquel- al que, pese a todo, no se le ha podido aplicar la que sin duda es la mayor de las venganzas: el olvido.

La segunda perspectiva desde la que se analiza al pintor malagueño -desde la que se le despelleja hasta la carne viva- es, por supuesto, la de su militancia servil en el movimiento comunista a partir de 1945 (después de haber colaborado con los ocupantes de París, al menos pasivamente, en el periodo 1940-1944; lo que se dice adaptarse al medio). Aun siendo notorio que no fue el único dentro de la intelectualidad que entró -libremente y con entusiasmo- en tan siniestro ejército, los supuestamente antifascistas y contrarios al imperialismo: de las odas a Stalin entre los poetas de lengua castellana, incluyendo alguno que en 1983 mereció el Premio Cervantes, que se dice pronto, no hará falta acordarse ahora. De ello habla el libro sobre todo en los capítulos 34 (Al fin un hogar, páginas 199-208) y siguientes. Y del grupo de Cambridge, con Anthony Blunt y compañía, sencillamente mejor no hablar. Pero la película no se entiende sin el relato previo de lo sucedido en los años treinta: la eficacísima labor propagandística de un Willy Münzenberg -hasta su muerte en 1940 cerca de Grenoble, coincidiendo con el inicio de la ocupación: los autores de las purgas se mostraban así de implacables- y un Ilya Ehrenburg, con cuyo apellido se encabeza incluso un capítulo: el 14 (páginas 83-87).

Al Picasso de la postguerra mundial se le somete a ese foco y el resultado es -sólo podía ser- una caricatura, vistas las cosas con ojos de hoy. En el bien entendido de que, aun así, el hombre se ocupó en todo momento de nadar y guardar la ropa, porque era ante todo un marchand y los más poderosos de sus clientes se encontraban en Estados Unidos. Poderoso caballero es quien ya sabemos.

El último ángulo desde el que el autor somete a Picasso al tercer grado -la otra de las traiciones- es el estrictamente artístico. Es donde, hechas las sumas y las restas, el balance, aun mostrando igualmente números rojos, no lo hace -era de esperar- con un saldo tan negativo. Aunque, una vez más, poniendo toda suerte de peros y matices. Es el propio José María Beneyto el que así se expresa en la página 32: “Jamás negaré que su capacidad de reinventar la pintura y reinventarse como artista es absolutamente única, y no negaré su genialidad. Sin duda hay un antes y un después de Picasso; nadie como él transformó y quizás encarne también el siglo XX”. Pero en seguida viene la de arena: “(…) se ha convertido en un fetiche, como si todo lo que tocara estuviera necesariamente sacralizado, elevado a una dimensión superior e inaccesible (…). Es una vaca sagrada, y algunos de sus cuadros, como el Guernica, o de sus símbolos, como las palomas, son adorados y venerados beatamente por multitudes de todos los países, en Occidente y en Oriente. La cultura de masas y Picasso son una y la misma cosa”. Al cabo, y pese a sus méritos, el balance resulta también negativo: “Eso ha hecho mucho daño al arte”.

También ahí sale el malagueño escurrido, dicho sea de nuevo en términos coloquiales. Puesto a parir.

Veredicto inclemente

Un veredicto particularmente inclemente es el que se expresa en la página 38, donde se habla de “sus celos y su odio a los grandes de la historia del arte. Y sobre todo frente a los dos que consideraba de su raza, sus precursores, y con los que estuvo midiéndose desde que tuvo conciencia de su grandeza, de su genialidad: Velázquez y Goya”.

Hay conmemoraciones -aniversarios, para decirlo con una palabra más neutral- que nunca habrían debido llegar, porque lo que se presentaba como una celebración termina teniendo el efecto de que, de algo o alguien que arrastraba buena fama, acaba saliendo a la luz todo lo negativo y odioso que hasta entonces había permanecido oculto o al menos no se aireaba. Le sucedió en Francia en 1989 a la Revolución y en España en 1992 al descubrimiento de América. En 2023, al cumplirse cincuenta años de la muerte del malagueño más universal, estamos en plena explosión del movimiento Me Too (y de la cultura de la cancelación) y, como era de esperar, la memoria del personaje ha dado lugar a más vapuleos que aplausos. Conmemorar significa fatalmente cancelar: lo aquí sucedido se veía venir.

En el libro aparecen, como es obvio, otros muchos personajes por así decir secundarios, y no sólo las demás mujeres que tuvieron la suerte (?) de cruzar su vida con este hombre en algún momento de su existencia. Y también bastantes de los nombres de la rive gauche -no hace falta decir de qué ciudad estamos hablando- de la época, desde un Max Jacob a un Paul Eluard o, si continuamos en el periodo de ocupación, un Ernst Jünger.

El relato se presenta formalmente como un diálogo entre el autor -el fiscal, vamos a llamarle así- y una periodista madrileña que juega el papel de defensora angelical, aunque poco a poco va cediendo todas las trincheras. Es una historia -esa conversación- que transcurre en este preciso tiempo, aunque se superpone a todos los anteriores. No, por cierto, el único elemento novelesco del conjunto.

El autor del libro es persona de formación germánica y alguno de sus trabajos anteriores –Los elementos del mundo, de 2009 y El espía que engañó al mundo, de 2016- respondían mayormente a ese perfil. Ahora ha sabido poner el foco en Francia, en concreto la Francia intelectual de la postguerra, que, vista desde España, tanta admiración y envidia despertó. El resultado es espléndido, resulta tópico decirlo, pero a ver si a fuerza de repetirlo alguien lo escucha algún día: debieran leerlo sobre todo los jóvenes. Aprenderían muchas cosas. Y más aún si son de los que están, como suele decirse, ideologizados, sea a babor o a estribor. Caerse del guindo, aun de manera estrepitosa, puede ser -aparte de muy útil: sin escepticismo no se puede ir por la vida con un mínimo de dignidad- no sólo saludable sino incluso extraordinariamente placentero.

«Verdad (denigrada) y democracia (menguante)», por Consuelo Madrigal

ÁGORA CULTURAL Y JURÍDICA

Verdad (denigrada) y democracia (menguante)

por Consuelo Madrigal Martínez-Pereda,

Fiscal de Sala del Tribunal Supremo. Académica de número de la Real Academia de Jurisprudencia y Legislación de España. Desde enero de 2015 hasta noviembre de 2016 ejerció el cargo de fiscal general del Estado.

Expertos en diferentes aéreas del Derecho se dan cita en nuestra revista para ofrecernos su visión de lo acontecido en el mundo de la Literatura, las Artes, la Justicia y, por qué no, en la vida misma. En este primer número nos acompañan: Eduardo Torres-Dulce Lifante. Fiscal y profesor de Derecho Penal. Fue Fiscal General del Estado. Antonio Jiménez-Blanco Carrillo de Albornoz. Catedrático de Derecho administrativo y Letrado de las Cortes Generales en excedencia. Consuelo Madrigal Martínez-Pereda. Fiscal. Fue Fiscal General del Estado.

Para Aristóteles la verdad es el objetivo de toda investigación teórica: un proceso en el que, progresivamente, sustituimos formas de justificación racional por otras más adecuadas para decir cómo y qué es una cosa y no solo cómo o qué parece ser desde una concreta perspectiva. Aproximarse a la verdad implica trascender los condicionantes del perspectivismo. Y trascender límites, derribar barreras, habla de libertad.

La principal tradición de pensamiento occidental ha mantenido los valores de rigor matemático enunciados por Platón para comprender cómo opera nuestra mente y el grado de correspondencia de sus operaciones con la realidad. Tanto en el terreno abstracto y desinteresado del arte o las humanidades como en el empírico de la ciencia y la tecnología, de Montaigne a Condorcet o Stuart Mill, de las clasificaciones de Linneo a la enciclopedia británica, la excelencia y el progreso humano se vincularon a la búsqueda racional de la verdad. Este postulado tuvo consecuencias políticas: fraguó la democracia liberal.

Demasiada negatividad

Pero no todo ha sido así. La historia del pensamiento y la lucha violenta por la verdad tienen demasiada negatividad. El escepticismo griego y la retórica pregunta de Pilatos siguieron presionando. Tienen desarrollos recientes en la teoría social de la Escuela de Frankfurt y la crítica a la Ilustración de Adorno y Horkheimer para quienes la objetividad, los conceptos de verdad y falsedad, no son neutrales: expresan la visión del mundo, los objetivos económicos y las estructuras de poder de las élites dominantes.

De Humboldt y Schleiermacher a Heidegger y Gadamer, el giro lingüístico de la filosofía ha seguido distintos desarrollos con Frege y su progenie analítica o con Heidegger y la hermenéutica, centrados en el lenguaje como representación del mundo, hasta negar cualquier verdad absoluta y admitir solo un acontecer de la verdad que se da en la historicidad y la temporalidad, en la relación del hombre con el mundo en diversos escenarios históricos o culturales de interpretación. Aunque la postura de Wittgenstein fuera mucho más compleja al situar la verdad en un contexto de experiencia dentro de un juego de lenguaje específico, incluido en una “forma de vida”, sus primeros desarrollos animaron a relativistas de todo cuño a combatir cualquier concepción sustantiva de la verdad. Algunas corrientes posmodernas sólo ven en la verdad un constructo humano (Rorty), contingente.

Pero la especulación deconstructiva o relativista, por cualificada que sea, no aclara si la indagación sobre nuestro intelecto y sus operaciones presupone ya un-orden-de-las-cosas que es justamente el objeto de indagación. Tampoco explica nuestra “voluntad de verdad”. Parece ignorar que la mayoría de las personas no son lingüistas o filósofos ni se dedican a indagaciones complejas, pero sí buscan significado y comprensión y que sus usos lingüísticos corresponden a la convicción funcional de que la verdad reside en la realidad y ha de obtenerse de ella.

La noción común de verdad sigue el criterio de la adecuación entre nuestro pensamiento sobre las cosas y la realidad de las cosas. Y aún hay algo más que guarda relación con la fe. Aceptamos las proposiciones, juicios o informaciones que afirmamos verdaderas y rechazamos lo que afirmamos falso “confiando” en la racionalidad de nuestros juicios. Esa relación de confianza es normativa: dicta lo que “debe” ser buscado y “creído” por verdadero y lo que “no debe” ser creído por ser “falso”. Una normatividad eminentemente racional pero también ética en cuanto parte, no tanto de la bondad de la verdad, como de una adecuada comprensión de lo que está mal en la falsedad.

Por relativo que pueda considerarse, el bien de la verdad no solo guarda relación con el mal de la mentira. El poder liberador de la verdad (Jn 8, 31-32) se revela en la cualificación de las decisiones y acciones que la verdad motiva. Por contra, la falsedad tergiversa la realidad; se interpone entre el individuo que afirma y las realidades afirmadas; entorpece el juicio y disminuye la libertad y las posibilidades vitales.

Como bien absoluto, identificada con la belleza y la libertad, la verdad ha estado siempre sometida a una revisión que va más allá de la negación radical. El detective protagonista de El nombre de la Rosa, dice: “La única verdad se llama: aprender a liberarse de la morbosa pasión por la verdad”.

Poder público y verdad

La Ilustración, para mantener el conocimiento al margen de la religión, separó el discurso sobre la verdad de la acción política dirigida a establecer el bien. Según Condorcet, corresponde a los poderes públicos defender a los ciudadanos del error mediante una adecuada instrucción pública. Pero no les compete decidir dónde reside la verdad. La autonomía del discurso ilustrado sobre la verdad protege al individuo frente al poder. Pero incluso Rousseau rechazó que la acumulación de conocimiento conduzca al perfeccionamiento político y moral: “podemos ser hombres sin ser sabios”.

La diferencia entre ambas esferas sigue siendo pertinente. Como anticipara Orwell, el control sobre el relato de la historia y el discurso de la verdad, la “abrogación de la propia idea de verdad”, incluso en el terreno científico, que caracteriza los regímenes totalitarios, amenaza hoy nuestra democracia menguante.
Las teorías liberales sobre la Justicia, de Kant a Rawls, pretenden borrar del discurso público toda controversia sobre la verdad. Llegan a postular una política de verdades insípidas, que no ambicione a dar sentido a la existencia, sino permitir a cada ciudadano buscar su verdad sin el pathos de una filosofía de la historia ni el fervor de una visión del mundo.

Ese principio básico de la democracia que niega el derecho del poder público a la determinación de la verdad, contribuye indirectamente a la irrelevancia de las evidencias y la notoriedad de ciertas falsedades. La verdad cede el protagonismo a la libertad y se sustituye por versiones descafeinadas: transparencia, veracidad, tolerancia, …

Hace pocos años Derrida dudaba si aún existe un estatus de la verdad. Por un lado, la rentabilidad inmediata de ciertas falsedades y mentiras nos hace cuestionarnos la utilidad y el poder liberador de la verdad. Por otro, la ciencia y la tecnología permiten vislumbrar escenarios distópicos ante los que Safranski, parafraseando a Tolstoi, se pregunta cuánta verdad necesita el hombre, y todos, resignados a lo inevitable, nos planteamos si la verdad es en todo caso un bien, si no deberían permanecer cerrados ciertos umbrales de deep learning algorítmico o de indagación biotecnológica que podrían llevarnos, más allá de nuestras limitadas reservas morales, a un vacío de posibilidades humanas.

La política de “verdades insípidas”, aunque abre la puerta a la irrelevancia de la verdad, no es su única causa. Son determinantes el relativismo, la inmediatez de la comunicación y la acumulación tecnológica de información/desinformación que produce un doble efecto de banalización y oscurecimiento del magma indeterminado de lo comunicado.

Por paradójico que resulte, el estatus público de la verdad guarda relación directa con la calidad de la democracia. Se observa cuando políticos y personajes públicos mienten sin sufrir consecuencia alguna, e incluso reconocen su recurso pragmático a la mentira para justificar pactos descartados en los programas electorales previos, recomendaciones sanitarias contraproducentes o cualquier decisión controvertida.

Imponer un relato oficial

Lo vemos también en la pretensión de controlar o imponer un relato oficial, sea retirando del debate determinadas hipótesis para articular un credo de obligada asunción general, sea imponiendo leyes ideológicas o de memoria histórica y disfraz democrático, sea sancionando determinados discursos o eliminándolos bajo la coerción de una corrección política que somete los criterios de verdad a la presión de mayorías parlamentarias o sociales.

Los sistemas democráticos son vulnerables. La acción comunicativa y política de la ciudadanía depende de los medios de comunicación y puede manipularse con éxito mediante procesos de desinformación dirigidos con mecanismos de inteligencia artificial a sujetos “datificados”.

En uno u otro caso, el desprecio a la verdad degrada la democracia. Como dijo Todorov, “si tocamos el estatus de la verdad, ya no vivimos en una democracia liberal”.

No solo los políticos son responsables. La indiferencia hacia la verdad y lo que es peor, hacia las mentiras, entronca directamente con la pérdida de confianza en los medios y soportes tradicionales de la comunicación y los profundos cambios que la tecnología y la robótica han introducido en nuestras vidas. Las instituciones que posibilitan la justificación racional compartida: familia, escuela, universidades y medios de comunicación han cedido el terreno de la imaginación y la creatividad ante la disrupción tecnológica y los cambios inesperados.

Pero la realidad, las verdades y los argumentos mejores existen al margen de nosotros. Nuestras dificultades para acceder a su completa complejidad no significan que la filosofía y cada uno de nosotros debamos renunciar a la búsqueda de su conocimiento y comprensión. Al contrario, debemos renovarla con nuevos ingredientes para iluminar cómo somos y nuestra compleja relación con la realidad; para explicar los distintos usos de “verdadero” y “falso”, para aclarar nuestro interés por la verdad y nuestro rechazo de lo falso. En definitiva, asumiendo la provisionalidad de nuestras verdades, debemos persistir en la búsqueda de la verdad, preferirla a nuestras pasadas aprehensiones de la verdad, aceptarla venga de donde venga y acomodar nuestra acción al resultado de esta pesquisa. En ello radica la esperanza del progreso humano.