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Teléfonos más inteligentes.
GABRIEL CRUZ
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Con este tipo de temas, el lector tiene la sospecha de que al redactor que habla tanto y tan bien de las novedades de móviles sin poner un miserable “pero”, es porque le han regalado uno. Hace bien en sospechar; a veces sucede. A mí nunca me ha pasado y, en este reportaje, tampoco.
Cada marca se trata de arrogar un avance “revolucionario” en el uso de la inteligencia artificial (IA). Algunas aseguran llevar al usuario al “más allá” de lo que ha visto hasta ahora. Samsung, por ejemplo, afirma que ha sido pionera en el uso de la IA en móviles con el lanzamiento en enero de este año de los modelos S. Para Apple, sus IPhone 15 pro y 15 pro max, son el top del mercado. Después aparece Google con su Pixel 8a que ofrece IA pero a la mitad de precio… A estas fanfarrias se unen una legión de influenciadores que amplifican el mensaje.
Ese impacto de novedad lo rebaja Félix Villar, ingeniero informático, empresario en transformación digital y miembro del consejo asesor de IA+Igual. Villar señala que “hace unos cinco años que la IA se lleva usando en teléfonos. Por ejemplo, en las cámaras de fotos. Cuando aplicas el zoom de la cámara y la imagen se hace más nítida. También con el reconocimiento facial, etc.”.
CON LA IA SE PUEDEN BORRAR O CAMBIAR DE LUGARI OBJETOS O PERSONAS SIN QUE SE NOTE, SIMPLEMENTE RODEÁNDOLOS EN LA IMAGEN CON SU DEDO
Imágenes trucadas
Lo que sucede ahora es que las posibilidades de los móviles con IA crecen exponencialmente. Por ejemplo, grabar una reunión y que te haga un resumen. Hacer una traducción simultánea perfecta de un interlocutor cuyo idioma detectará automáticamente el móvil y que, además, transcribirá. Vamos, como si llevase un intérprete a su lado. Puede irse a Kenia y tener una conversación en suajili tranquilamente o resolver un negocio con un proveedor de China. De hecho, según el último informe de la Universidad de Stanford sobre IA, esta ya supera a los humanos en comprensión de idiomas También elimina cualquier ruido de fondo de una conversación haciéndola más nítida.
Una de las funciones más promocionadas es la de la imagen. Advierto de problemas legales para saber con certeza si lo que plasma la foto ocurrió verdaderamente. Es decir, los “deepfake” serán cotidianos. Porque con la IA se puede borrar o cambiar de lugar objetos o personas sin que se note. Simplemente rodeándolos en la imagen con su dedo. Pero hay más. Por ejemplo, si tira varias fotos con amigos, siempre hay alguno que tiene los ojos cerrados o no sonríe. Lo que hacen estos teléfonos con IA es seleccionar la cara más favorecedora de cada uno y unirlas en una sola fotografía que saque lo mejor de todos. Además, podrá mapear entornos y reconocer objetos, es decir, que usted vea el nuevo bolso de su amiga, haga una foto y lo identifique y la IA le dirá dónde comprarlo al mejor precio. Nuevamente, según el informe de Stanford, la IA supera al humano en comprensión de imagen.
Asistentes para todo
Además de su uso en teléfonos, la IA se extiende a elementos periféricos como anillos (caso de Samsung) que controlan las constantes vitales 24h: desde el sueño a la tensión arterial. Lo mismo que hacían las pulseras, pero de forma más fiable.
DA IGUAL SER MAYOR O NATIVO DIGITAL; LA LÍNEA PRINCIPAL DE LA IA ES LA GENERACIÓN DE ASISTENTES PERSONALES
Da igual ser mayor o nativo digital; la línea principal de la IA es la nueva generación de asistentes personales: su objetivo es ayudar en lo que sea de forma mucho más fácil. Ahora los asistentes como Alexa, Google Assistant, Siri y Cortana apenas son útiles salvo para que sintonicen una emisora de radio, pedirles una canción o que enciendan la luz. Los nuevos asistentes en móviles con IA prometen serlo de verdad. Es decir, se les puede pedir que nos compren el primer billete de tren que salga para Palencia o el de un avión para Paris. Incluso puede solicitarle “búscame en mi álbum mis mejores fotos para un currículo” y que se las incluya en su CV. Si le consiguiera el trabajo sería el “no va más” pero, de momento, a eso no llegará por mucho que promocionen “revolucionarias” novedades en su móvil. Y es que, en esto de la IA, también hay mucho humo.
LA INTELIGENCIA ARTIFICIAL GENERATIVA CREA CONTENIDO ORIGINAL: TEXTOS, VIDEOS… PARA HACERLO, HA “APRENDIDO” PROCESANDO MILLONES Y MILLONES DE DATOS
La cara oscura
El Parlamento Europeo señala que “la Inteligencia Artificial es la habilidad de una máquina de hacer el razonamiento humano”. Así que, de la misma forma que usted reconoce una cara amiga, la IA es capaz de desbloquearle el teléfono o seleccionar las fotos en las que aparecen sus hijos. Ahora existe una IA más avanzada: la Inteligencia Artificial Generativa (IAG) que crea contenido original: textos, videos… Para hacerlo, ha “aprendido” procesando millones y millones de datos para encontrar patrones comunes. Lo consigue gracias al trabajo de miles de personas marcando durante horas, por ejemplo, en una foto, donde hay un gato. A estos trabajadores, generalmente de países en vías de desarrollo y con sueldos ajustados, se les denomina etiquetadores de datos (data labelers en inglés). Clasifican textos, sonidos o imágenes para ayudar a que la IA sepa distinguirlos.
Con razón, Villar señala que “la Inteligencia Artificial tiene mucho de marketing porque es mucha potencia, pero no tanta inteligencia” en el sentido de los millones y millones de datos que necesita para buscar patrones comunes. A un humano le resulta mucho más fácil. De hecho, el informe de la Universidad de Stanford sobre IA estima que el coste de entrenar el GPT-4, de OpenAI, fue de 71 millones de euros mientras que el de Gemini Ultra, de Google, alcanzó los 174.
El problema es que, como señala Villar, todos los servicios de IA que ofrecen los teléfonos no están en su almacenamiento interno, sino fuera de él, en grandes servidores externos, la denominada nube. El motivo es que el hardware del móvil es y será insuficiente para almacenar todas estas capacidades de las que estamos hablando. Villar resume el problema así: “En la fiebre del oro quien se hizo rico de verdad fue el que vendió los picos y las palas. Aquí con la explosión de la IA los grandes fondos de inversión están comprando CPD (Centros de Procesamiento de Datos)”. Es decir, cambiamos picos por esos grandes centros de almacenamiento masivo de información. Por ejemplo, un tipo medio de un CPD de 10 petabytes equivaldría a 5 billones de páginas de texto. Usted no necesita tanto, ¿verdad? pero la IA sí. Son procesadores que consumen ingentes cantidades de energía para refrigerarlos y que contienen la información de la nube. De hecho, su tamaño es por la energía que consumen: el más grande del mundo está en el Norte de Virginia con 2552 megavatios, el primero español ocupa el puesto 33 mundial y consume 120 megavatios.
Como señala Villar: “La IA necesita muchos CPD, ahí es donde está el negocio. Cualquier teléfono que ofrezca IA tendrá que contratar esos centros de datos para que su terminal responda instantáneamente a las demandas de los millones de usuarios repartidos por todo el mundo. Porque la respuesta a lo que usted le pide a su teléfono no vendrá desde dentro del terminal, sino desde un CPD que puede estar en la otra punta del mundo. Multiplíquelo por millones de usuarios”. Es igual que las redes sociales: todas las historias que usted ve, no están en su teléfono, están en un CPD que sin internet no se pueden ver. Pues la IA en los móviles será igual, pero de una forma exagerada.
Así que cuando algunas marcas anuncien que su teléfono de IA es “verde” porque parte de él, ni siquiera todo, está fabricado con cobalto, acero y tierras raras recicladas, pregunte mejor cuánta energía consumen sus “fabulosas” funciones y la contaminación que generarán. Ya se lo dije al comienzo: no creo que me regalen un móvil de última generación.
Ayuda a los mayores
Los avances de la IA no solo sirven para los que buscan mejores prestaciones, sino también para aquellos a los que los móviles se les hacen complicados, como les pasa a muchos mayores. Nos lo explica Jorge Terreu, director del proyecto Maximiliana: “Tenemos que darnos cuenta de que, por ejemplo, hay ancianos que al ver un asistente virtual en la pantalla que dice: ¿En qué puedo ayudarte? creen que es una persona real y no un programa. Eso les infunde temor. En “Maximiliana” configuran el móvil para hacerlo más accesible a personas mayores. Por ejemplo, que las llamadas con el “nieto” sean más sencillas pinchando en su foto. Terreu señala que implantaron en sus terminales “un sistema entrenado con IA con movimientos característicos de personas mayores cuando cogían un teléfono”. Así tienen el ademán de colgar o descolgar.Y en X, ¿qué opinan?
Hay infinidad de cuentas que hablan de novedades de mercado. Cada vez se hace más difícil distinguir la línea entre lo que es publicidad o información. A ver qué les parecen estas.
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PARA SABER MÁS
Si no le basta con las páginas de este artículo, aquí tiene las 502 del último informe sobre inteligencia artificial de la Universidad de Stanford.
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