ALDEA GLOBAL
IV REVOLUCIÓN INDUSTRIAL: EL PODER DE LA IA
MELCHOR DEL VALLE
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Fue Klaus Schwab, fundador y presidente ejecutivo del Foro Económico Mundial, quien acuñó en 2016 el término IV Revolución Industrial. Cabe añadir que fue bastante discutido, porque, al fin y al cabo, hacía relativamente poco que había empezado la ‘tercera’ (años ochenta) y en ella se incluía la plena implementación de las tecnologías de la información y la comunicación (TIC). Es probable que hoy, a punto de finalizar el primer cuarto del siglo XXI, la rápida evolución de la IA generativa haga ociosas aquellas discusiones, porque ya no estamos solo ante un ordenador personal y unas altas capacidades de conexión a la red, sino que corresponde hablar de una forma de poder.
ESTADOS Y ECONOMÍAS COMPITEN DESDE HACE AÑOS POR TENER LA ÚLTIMA PALABRA EN TODOS O ALGUNOS DE LOS ESCENARIOS EN TORNO A LA IA
Modelos
Se puede recordar, muy escuetamente, que la IA depende de datos; y que cuando hablamos de entrenarla, nos estamos refiriendo a decidir qué datos se facilitan, y de qué fuentes, a los correspondientes programas. Internet viene siendo la más importante vía de suministro de datos. La anterior afirmación parece ociosa, pero se trata de recordar que muchos millones de usuarios en todo el orbe aportamos, gratia et amore habitualmente, una torrentera de datos a las grandes tecnológicas de capital estadounidense, como Meta, Google o Microsoft. Del lado chino y sus monopolios estatales, la recopilación se basa en una población de setecientos millones de usuarios de las redes y bastante entusiastas de la tecnología.
La Unión Europea, Rusia, Japón, Corea del Sur y, sobre todo, India, son otros actores que no han de perderse de vista en la carrera para liderar la implantación de la IA. Algunos con más peso ético o conceptual y otros con el potencial de sus desarrollos tecnológicos y la experiencia que dan los muchos años de haber hecho el trabajo duro para las empresas que externalizan producción y servicios. Son, unos y otros, Estados y economías que ya compiten desde hace años por tener la última palabra en todos o algunos de los escenarios en torno a la IA, probablemente convencidos del impacto de esta tecnología en el equilibrio del orden mundial, en el que se mueven intereses económicos, industriales, militares, políticos, de seguridad o geoestratégicos.
Inteligencia Artificial y ciudadanos
Durante el último año (encuesta internacional de Ipsos), la proporción de quienes piensan que la IA afectará mucho a sus vidas en los próximos tres a cinco años ha aumentado del 60% al 66%. Por otro lado, el 52% expresa nerviosismo hacia los productos y servicios de IA, lo que marca un aumento de 13 puntos porcentuales con respecto a 2022.
OPINIÓN GLOBAL SOBRE PRODUCTOS Y SERVICIOS QUE UTILIZAN INTELIGENCIA ARTIFICIAL
Inversiones
Si hay una prueba palpable de que algo está en todos los focos y llama la atención de los poderes económicos y políticos, esa es el capítulo de inversiones. Xinhua News Agency (agencia oficial de noticias del gobierno de la República Popular China) publicó hace menos de un año que “la inversión de China en inteligencia artificial (IA) puede alcanzar los 38.100 millones de dólares en 2027, lo que representa cerca del 9% del total mundial”. Es decir: establecen en unos 400.000 millones de euros la inversión global, cifra que coincide con las estimaciones del sector. Si hablamos de inversión privada, según el Artificial Intelligence Index 2024 (Stanford University), “en 2023, las inversiones en IA en Estados Unidos alcanzaron los 67.200 millones de dólares, casi 8,7 veces más que China, el siguiente mayor inversor”. Y añade que mientras que la inversión privada en IA en China y la suma de la UE y Reino Unido disminuyó un 44,2% y un 14,1%, respectivamente, respecto a 2022, EE.UU. experimentó un aumento del 22,1% en el mismo período.
Otra prueba del interés que antes citábamos está en los procedimientos legislativos de los distintos países. Según el mismo índice de Stanford, las menciones a la IA en dichos procedimientos en todo el mundo pasaron de 1.247 en 2022 a 2.175 en 2023, lo que supone un incremento de casi el 75%. Añade el informe que “la IA se mencionó en los procedimientos legislativos de 49 países en 2023. Además, al menos un país de cada continente discutió la IA en el mismo año, subrayando el alcance verdaderamente global del discurso político sobre IA”.
MUCHOS MILLONES DE USUARIOS EN TODO EL ORBE APORTAMOS UNA TORRENTERA DE DATOS A LAS GRANDES TECNOLÓGICAS
Detalles
Vueltos a los aspectos económicos, quizá sorprenda que, con los datos de 2022 en la mesa, EE. UU. cuadruplicara la inversión china en inteligencia artificial; sin embargo, el número de patentes de IA del país asiático fue de un 61,13% del total, frente al 20,9% de los americanos (a años luz nos quedamos la suma de la UE y RU: un 2%). La explicación es que aquí entra en juego el mundo académico. En 2020, según información recopilada por The Center for Security and Emerging Technology (Georgetown University), los graduados STEM (ciencias, tecnología, ingeniería y matemáticas) en China fueron casi 3,6 millones, frente a los 820.000 de EE.UU. Aunque las proporciones no sean idénticas, la relación entre titulados y patentes guarda aquí más lógica que la que hay entre estas e inversiones. También en porcentaje sobre el total de graduados, por completar la foto, los STEM chinos (41%) superan a los norteamericanos (20%).
Hay otro actor, que es India. Ha generado en 2022 un muy pequeño porcentaje de patentes sobre IA, solo un 0,23%, pero sus STEM superaron los dos millones y medio en 2020 y son el 30% de todos los graduados, por usar cifras comparables con las del párrafo anterior. Pero su mayor reto aún es la obtención de suficientes datos homogéneos para los modelos fundamentales (hay 22 lenguas oficiales). Téngase en cuenta que un país con un papel destacado en la industria de externalización de tecnologías de la información, como es el caso, necesita personas preparadas, de ahí el número de graduados STEM. Por tanto, si la decisión política india, como señalan sus dirigentes, es superar los problemas de lenguaje y pisar el acelerador en materia de IA, disponer de personal con alta cualificación técnica es ya un objetivo cumplido.
Poder
Si levantase la cabeza Montesquieu diría que esto de la IA es un poder en toda regla. El control de los datos es la razón por la que EE.UU. prohibió las inversiones en entidades chinas que participen en los sectores de semiconductores y microelectrónica, tecnologías de información cuántica e inteligencia artificial. Es también la explicación de por qué el mercado chino está cerrado a muchas plataformas estadounidenses. Como es de rigor, cada cual protesta de las medidas que toma el otro.
En el lado americano, la excusa es el absoluto control estatal de la industria y la tecnología china. Hace ya algunos años, la teniente general de la Fuerza Aérea de Estados Unidos VeraLinn Jamieson reconoció que entre los militares estadounidenses inquieta la posibilidad de no estar a la altura en la guerra digital. “China tiene los medios para llevar a cabo ambiciosos experimentos en materia de IA. Los datos son un arma y debemos comenzar a tratarlos como tal”, aseguró. En el lado chino, ponen sobre el tapete que en EE.UU. es el sector privado el que da la cara, pero que es enorme el número e importancia de los proyectos de investigación favorecidos por DARPA (Defense Advanced Research Projects Agency), la agencia del Departamento de Defensa de Estados Unidos responsable del desarrollo de nuevas tecnologías para uso militar.
EN 2023, LAS INVERSIONES EN IA EN EE.UU. FUERON DE 67.200 MILLONES DE DÓLARES, CASI 8,7 VECES MÁS QUE CHINA, EL SIGUIENTE MAYOR INVERSOR
Control
Su necesidad, más bien. Y aquí se adelantó la UE en marzo de 2024. “La Ley de IA –explica la Comisión Europea– es el primer marco jurídico integral sobre IA en todo el mundo. El objetivo de las nuevas normas es fomentar una IA fiable en Europa y fuera de ella, garantizando que los sistemas de IA respeten los derechos fundamentales, la seguridad y los principios éticos y abordando los riesgos de modelos de IA muy potentes e impactantes”.
La pregunta es si ese valor ético promovido para y desde Europa, y quizás su mejor carta en el tablero de juego de esta IV Revolución Industrial, tiene peso suficiente para controlar el poder de los gigantes tecnológicos.
Para saber más
AI Index report 2024.
Stanford Institute for Human-Centered Artificial Intelligence.
Stanford University, 2024.
La economía mundial transformada por la inteligencia artificial ha de beneficiar a la humanidad.
Kristalina Georgieva, directora gerente. Fondo Monetario Internacional, 2024.
Big ideas 2024.
ARK Investment Management, 2024.