De la Torre señaló la utilidad del congreso: «España es uno de los países con mayor esperanza de vida; debemos ser capaces de ofrecer actividades y vocaciones a las personas mayores, que en otras etapas no han podido desarrollar. Espero que este foro suponga un hito y estudiaremos sus reflexiones para aplicarlas al ámbito local».
Por su parte, Salado aseguró que los notarios «desempeñan un importante papel en la sociedad porque su trabajo está íntimamente ligado al de las personas. Además, realizan otras funciones como: termómetro de la sociedad, garantes de la legalidad y última línea de defensa de los mayores».
Previamente, en la conferencia inaugural, titulada Dignidad. La ley del más débil, Javier Gomá -filósofo y director de la Fundación Juan March- apuntó que «el concepto más revolucionario del siglo XX ha sido la dignidad. Ha aparecido en los principales tratados internacionales los debates éticos, y en su dimensión aplicable en la clínica, el debate sobre la vida, la manipulación genética, la clonación y los derechos humanos. También en la vejez, que es el ensayo de una ciudadanía emancipada de ser productiva y que concede una sabiduría exclusiva».
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Un reto global
A continuación tuvo lugar el primer panel de debate del congreso: Hacia un nuevo paradigma a la hora de enfocar el reto global del envejecimiento. En esa mesa redonda se abordaron los recientes cambios sociales y legislativos que obligan a un acelerado proceso de adaptación para atender a las nuevas necesidades.
Moderada por Patricia Rosety, periodista y presidenta de ACIJUR (Asociación de Comunicadores de Información Jurídica), contó con las intervenciones de Ángel Rodríguez Castedo, presidente de la Plataforma de Mayores y Pensionistas; Luis Cayo Pérez Bueno, presidente de CERMI; Rafael de Lorenzo, secretario general de ONCE; e Inmaculada Ruiz Martín, presidenta de UDP (Unión Democrática de Pensionistas).
Ruiz se mostró crítica con «la falta de respeto a los mayores de nuestra sociedad. La vulnerabilidad y la falta de accesibilidad -por ejemplo, tecnológica- nos llevan a ese ‘edadismo’, que hace que se nos trate como a niños. Desde UDP demandamos un mayor empoderamiento en materia de dignidad, conocimiento, protección de la salud y derecho a una vivienda digna».
«Los mayores son respetables como el que más, pero no son respetados. Se les cosifica, se les pone en situaciones de periferia y marginalidad», arguyó Pérez Bueno, quien indicó que «discapacidad y edad avanzada van de la mano: casi tres millones de personas con discapacidad son mayores».
De Lorenzo demandó «una Ley estatal integral de las personas mayores, y una convención internacional en este ámbito, en simetría con lo que ha hecho la discapacidad. En el Derecho apenas hay normas que mencionan la protección de los mayores, sólo la Ley de la Dependencia»».
La sostenibilidad de las pensiones fue el principal punto que abordó Castedo: «Distribuimos mal los ingresos; sólo un 12% del PIB se dedica al sistema de pensiones, menos que en Europa, a pesar de que España es la cuarta economía de la zona euro». Otro dato de relevancia que puso de manifiesto fue el paro, que repercute en la jubilación: «sólo trabajan 59 de cada 100 personas; mientras que en los países nórdicos se llega al 84. Un buen empleo genera buenas pensiones».
La información sobre las mesas de debate posteriores se encuentra en la sección ‘El Notariado Informa’ (en cuadernillo central de este mismo número de Escritura Pública).
Solidaridad
La clausura del congreso estuvo presidida por María Jesús Montero, ministra de Hacienda y Función Pública. El acto también contó con las intervenciones de Gina Magnolia Riaño, secretaria general de la Organización Iberoamericana de Seguridad Social; Cristina Armella, presidenta de la Unión Internacional del Notariado (UINL); José Ángel Martínez Sanchiz, presidente del Consejo General del Notariado (CGN); María Teresa Barea, decana del Colegio Notarial de Andalucía y Rodrigo Tena, coordinador general del Congreso.
«Tenemos que construir un modelo robusto de pensiones, basado en un empleo de calidad que pueda aportar los recursos necesarios para que los mayores puedan vivir de forma digna; para que la vejez no sea un modelo de pobreza, sino de solidaridad institucional», apuntó Montero.
La titular de Hacienda y Función Pública felicitó a los organizadores «por la temática escogida y su interesante formato, abierto a la participación social y con expertos que han tenido la oportunidad de compartir ideas sobre uno de los principales retos de las sociedades avanzadas. Una organización, como el Notariado, que plantea abrirse a la sociedad, demuestra una clara vocación de interés por la ciudadanía. Es una clara señal de la vitalidad de este colectivo y su capacidad de adaptación».
LOS PONENTES DEMANDARON UNA LEY ESTATAL INTEGRAL DE LAS PERSONAS MAYORES Y UNA CONVENCIÓN INTERNACIONAL EN ESTE ÁMBITO, SIMILARES A LAS EXISTENTES SOBRE DISCAPACIDAD
«El envejecimiento está a punto de convertirse en uno de los principales retos de nuestra sociedad -señaló Montero-. En España hay 9 millones de personas mayores de 65 años; y otro millón más que supera los 85. Somos uno de los países más longevos del planeta, junto a Corea y Japón. Son magnitudes que ponen de manifiesto que las personas mayores ya no son un colectivo, sino un segmento diverso de población, con circunstancias muy diferentes. Cualquier propuesta para afrontar este desafío necesita una visión plural, como la de este congreso».
La ministra puso de manifiesto las diferentes circunstancias por las que atraviesa el fenómeno del envejecimiento en la actualidad: «La ciencia nos puede conducir a un escenario donde las personas centenarias dejarán de ser una excepción. El avance del estado del bienestar, la sanidad universal o el blindaje de las pensiones han sido determinantes para que nuestro país ocupe -a pesar de la pandemia- una de las posiciones más altas en el ranking de longevidad».
Entre las medidas puestas en marcha desde el Ejecutivo destacó que «se ha aprobado una ley garantista que permitirá tener acceso, con la asistencia debida, al testamento vital o la muerte digna. Otro aspecto que quiero poner de manifiesto es la estrategia de vacunación a las personas mayores, con un cien por cien de los mayores de ochenta años que han recibido la pauta completa».
Asimismo, señaló que “las Administraciones Públicas no pueden quedarse atrás en materia de accesibilidad. Hay un camino que recorrer en la sensibilidad de los trámites administrativos por lo que vamos a aprovechar los recursos del plan de recuperación para una Administración más accesible. Asimismo, queremos invertir en la estrategia de los cuidados de larga duración. La institucionalización de los mayores no es la adecuada, a veces, como hemos visto en la pandemia. Existe un compromiso del gobierno para que las personas puedan permanecer en sus hogares con calidad de vida».
Gina Magnolia Riaño relató la problemática situación de los mayores en Sudamérica, que tratan paliar desde su institución: «Intentamos garantizar la atención a la dependencia en la Región más desigual del planeta y la más afectada por la pandemia. En nuestro continente, sólo cuatro de cada diez personas está afiliada a un sistema de seguridad social. El 60% de los trabajadores se encuentra en la ‘informalidad’ y no cotiza, por lo que los sistemas de pensiones que garanticen una renta universal, son escasos».
Cristina Armella destacó que «los Estados deben garantizar el acceso a la justicia preventiva a los mayores. En este ámbito trabajamos los 91 Notariados. Nuestra vocación nos impulsa a dar un trato personalizado y a constituir un apoyo a las personas con discapacidad o con avanzada edad. Nuestro código expresa la imparcialidad que debemos mostrar ante las partes, evitando las asimetrías informativas, dedicando especial atención al más necesitado, como pueden ser las personas de avanzada edad». Para la notaria argentina: «El Notariado español es un ejemplo en el mundo y un referente en la región iberoamericana».
Por su parte, J. A. Martínez Sanchiz señaló que «con este congreso hemos querido transmitir nuestra entrega para abordar los problemas de las personas mayores y poder encontrarles solución; pero debe enfocarse dentro de una acción colectiva de toda la sociedad civil. Esta cita ha abierto un diálogo y el principio de un camino».
«En una de las ponencias se habló de la dura soledad que padecen nuestros ancianos; y no sólo en pequeños pueblos, también en las ciudades. Con este congreso hemos querido acompañarles, hacerles sentir que siguen siendo necesarios, les debemos gratitud y respeto», expuso el presidente del Notariado.
María Teresa Barea reconoció el trabajo de todos los ponentes que han aportado «ideas útiles para hacer frente a los desafíos del envejecimiento. El fruto de este congreso va más allá de una serie de propuestas certeras; es un acercamiento al fenómeno poliédrico del envejecimiento, que exige una visión interdisciplinar y un enfoque moral». También puso en valor la función notarial en defensa de la protección jurídica de los mayores: «Los notarios estamos llamados a jugar un papel importante en este reto. Esta función de catalizador de soluciones no nos es desconocida: al trabajar tan pegados a la sociedad, podemos realizar un diagnóstico de las necesidades de estas personas y su solución práctica.
Rodrigo Tena aseguró que «el congreso es el principio de un trabajo que debe continuar en el tiempo. Intentaremos aplicar sus reflexiones a nuestra vida, difundirlas a la sociedad y trasladarlas a las autoridades». Así, los debates y reflexiones de este congreso se recogerán en un libro blanco que será hecho público.