PROTECCIÓN AL CONSUMIDOR
“La prohibición de fumar es beneficiosa para los negocios, pero la industria tabacalera intenta hacer creer lo contrario”
El fumador pasivo también muere a causa del tabaco
El consumo de tabaco mata a más de ocho millones de personas cada año y continúa representando graves riesgos para la salud de 1,25 mil millones de usuarios en el mundo. Un gran número de aquellos que mueren prematuramente son fumadores pasivos, alcanzando los 1,3 millones. Muchos de ellos sufren accidentes cerebrovasculares, enfermedades coronarias, cáncer, enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC) e infecciones respiratorias. En el caso de los niños, la exposición les provoca asma, infecciones respiratorias y de oído y síndrome de muerte súbita del lactante. Por lo tanto, los entornos libres de humo desempeñan un papel crucial en la protección de la salud de la población.
El humo de segunda mano está formado por 7.000 compuestos y al menos 69 de estos pueden causar cáncer. Comúnmente se cree que designar una sala para fumar o abrir las ventanas puede ser útil, pero no es así pues se propaga por el edificio, independientemente de si las puertas están cerradas o las ventanas abiertas.
Los ciudadanos deben ser protegidos con políticas efectivas de espacios libres de humo. Cuando estas se aplican se observan mejoras significativas en la salud respiratoria de la ciudadanía.
En uno de los primeros estudios, realizado a trabajadores de bares en Escocia, después de la prohibición de fumar se observó una disminución del 26% en sus síntomas respiratorios, y que los trabajadores asmáticos lograron una reducción de la inflamación de las vías respiratorias en tres meses.
Las leyes de espacios libres de humo derivan en una reducción, por un lado, de los ingresos hospitalarios por síndrome coronario agudo y, por otro, de la mortalidad. También reducen la incidencia de ataques cardíacos entre la población general, así como la mortalidad neonatal e infantil.
La prohibición de fumar es beneficiosa para los negocios, pero la industria tabacalera intenta hacer creer lo contrario pues argumenta que reduce los ingresos económicos de los restaurantes y bares, ya que, en caso de llevarse a cabo, los fumadores acudirán con menos frecuencia o por períodos más cortos. Actualmente hay evidencia global que desmiente esta teoría y demuestra que las políticas de espacios libres de humo no tienen consecuencias económicas adversas para los negocios, incluidos los bares y restaurantes. De hecho, a menudo tienen un impacto económico positivo en los negocios y tanto el público en general como los empleados suelen apoyar estas medidas cuando se adoptan.
Todas las personas tienen el derecho fundamental de respirar aire limpio y la Declaración Universal de Derechos Humanos deja claro que los gobiernos están obligados a proteger la salud de todos como un derecho humano fundamental. El aire libre de humo también es una cuestión de derechos infantiles. A diferencia de los adultos, los niños se ven obligados a vivir en el entorno que se les proporciona. Ellos merecen y necesitan entornos limpios y seguros incluso desde antes del nacimiento. Dado que los niños dependen de las decisiones tomadas por los adultos sobre el consumo de tabaco, las políticas informativas sobre los peligros de fumar en entornos con menores son críticas.
España es firmante del Convenio Marco de la OMS para el Control del Tabaco (CMCT-OMS), en el que su artículo 8 señala que todos los lugares de trabajo interiores, lugares y transportes públicos, así como «otros lugares públicos según corresponda», deber estar libres de humo.
La OMS elogia a España por ampliar estas áreas a las de juego para niños, los centros educativos y las instalaciones de atención médica, así como por fortalecer la aplicación de las leyes relacionadas.
También se puede legislar sobre espacios privados: fumar en el coche, por ejemplo, conduce a niveles especialmente altos de exposición para los pasajeros menores de edad y algunos países han tomado medidas para prohibir fumar cuando haya un pasajero de esta edad.
La industria del tabaco comercializa nuevos y emergentes productos como alternativas que pueden ser utilizados en áreas públicas interiores, incluso en las que existe la prohibición de fumar. Estos productos incluyen cigarrillos electrónicos, shishas, pipa, etc. Sus tácticas de marketing señalan explícita o implícitamente que las emisiones que resultan del uso de estos productos son inofensivas para quienes están expuestos, pero no es así y la exposición es dañina. Además, es preocupante que estos productos emergentes normalicen el hábito de fumar.
El tabaco contamina el planeta. Todo su ciclo de vida (desde el cultivo a la fabricación y el consumo) envenena nuestras aguas, playas, suelos y calles con productos químicos, colillas de cigarrillos, así como con microplásticos y desechos de cigarrillos electrónicos. Los gobiernos deben apoyar a los agricultores de tabaco para que cambien su negocio a medios de vida alternativos más sostenibles para reducir el impacto ambiental y también implementar medidas de control del tabaco. El plan de acción integral de España sobre el control del tabaco 2024-2027 tiene como objetivo hacer precisamente eso.