El peligroso mercado de las imitaciones

CONSUMO

El peligroso mercado de las imitaciones

Cuando consumimos imitaciones estamos contribuyendo a destruir la economía real y colaborando con organizaciones criminales.
El consumo de productos falsificados tiene efectos negativos sobre la economía, pero también puede tenerlos sobre la salud, la seguridad y el medio ambiente ya que muchos de los productos que circulan en ese mercado alternativo no cumplen las normas de calidad ni los controles exigidos al resto de fabricantes.
MARIÁN LEZAÚN

Cuando compramos una copia ilegal estamos, además, contribuyendo a la comisión de un delito contra la propiedad intelectual, lo que atenta contra la innovación y el desarrollo y, en consecuencia, contra la industria. Sin embargo, el fenómeno sigue creciendo y ha llevado a España al tercer puesto en el ranking europeo de consumo de productos falsificados.

Un problema global. El mercado de las imitaciones, réplicas y copias falsas de productos originales es un problema global de difícil solución. Actualmente, el país más afectado por la falsificación es Estados Unidos, puesto que un 24% del valor total de los productos incautados en las aduanas de todo el mundo corresponden a derechos de propiedad intelectual registrados en país, según explican Eduardo Valpuesta, catedrático de Derecho Mercantil de la Universidad de Navarra y Patrick O’Malley, profesor de Derecho Mercantil de la misma universidad. Le siguen Francia, con un 16,6%, e Italia con un 15,1%. Según explican estos expertos, “diversos estudios afirman que la tasa de mercado de las falsificaciones alcanza ya 6% del total (aunque la Oficina de Propiedad Intelectual de la Unión Europea la sitúa en un 2,5%), lo que supondría 700.000 millones de euros de ventas frustradas para los titulares legítimos; una pérdida de 2,5 millones de puestos de trabajo, y 125 millones de ingresos fiscales anuales menos. En el caso de España, las pérdidas provocadas por las ventas ilegales alcanzan los 6.700 millones de euros y suponen la destrucción de 54.000 puestos de trabajo. Una lacra que se extiende a todos nuestros socios comunitarios. “Solo la falsificación de prendas y artículos de moda han provocado en Italia la destrucción de 88.000 puestos de trabajo en los últimos años, lamenta O’Malley.

 


EL PAÍS MÁS AFECTADO POR LA FALSIFICACIÓN ES ESTADOS UNIDOS Y LE SIGUEN FRANCIA E ITALIA


 

Estos datos demuestran la gravedad de un problema que, sobre todo, es muy complicado de controlar. “Es necesaria una acción coordinada entre gobiernos, fuerzas de seguridad, marcas y consumidores, lo que complica sobremanera poder impactar en las sofisticadas organizaciones de redes de piratería y falsificación”, explica Paco Lorente, profesor en ESIC Business School y cofundador de la consultora Wannathink.

Concienciación. Acabar con el negocio de las falsificaciones no es fácil, pero sí se puede sensibilizar a la ciudadanía de que cuando consume imitaciones está contribuyendo a destruir la economía real; está colaborando con organizaciones criminales, y está poniendo en riesgo su salud. De hecho, el Ministerio de Industria lanza cada año una campaña para concienciar a los consumidores sobre este asunto. Según la Oficina Española de Patentes y Marcas, “el 45% de los jóvenes de entre 15 y 24 años adquirió el año pasado un producto falsificado online a propósito y el 25% de los mismos accedió conscientemente a contenido pirateado”. La misma entidad estima que cada español destina 133 euros anuales a la compra de productos falsos. Por eso, Eduardo Valpuesta insiste en que “al comprar falsificaciones se potencia una industria que además de infringir derechos, explota laboralmente a los trabajadores (con una inmensa localización en China). “El antisistema que al comprar estos productos cree que está protestando ante la industria es también la persona que ayuda a perpetuar esta economía sumergida y la explotación laboral”, explica Valpuesta, quien considera que la lucha contra este mercado no es fácil. “En el comercio mundial es muy difícil actuar contra los infractores de derechos de todo tipo. Supongamos que vemos una página web que vende falsificaciones: ¿cómo reclamamos?”, se pregunta. “Lo primero sería investigar quién es el titular de la página, lo que no siempre es fácil, ni veraz. Una vez que sabemos quién es el titular podemos reclamarle, pero, a menudo, son empresas radicadas en países con sistemas judiciales laxos o poco eficientes y una reclamación es complicadísima y de éxito difícil”, explica Valpuesta. Y, en el caso de que se lograra una condena judicial, ¿cómo se ejecuta contra la empresa y contra sus bienes? “Suelen ser empresas temporales, que cierran y se reconstituyen con otra denominación y forma, sin bienes conocidos, etc.”, añade Valpuesta.

 


EN ESPAÑA, LAS PÉRDIDAS PROVOCADAS POR LAS VENTAS ILEGALES ALCANZAN LOS 6.700 MILLONES DE EUROS Y SUPONEN LA DESTRUCCIÓN DE 54.000 PUESTOS DE TRABAJO


 

En la misma línea, Alejandro Ruelas, experto en estrategia, innovación empresarial y profesor de la Universidad de Navarra, advierte que cuando compramos algo barato debemos pararnos a pensar en las consecuencias. “Para poder vender barato tienes que producir barato y eso solo puede hacerse sin innovar, copiando y pagando poco a los trabajadores”, insiste. Por eso, para este experto no solo las falsificaciones lastran la economía sino también los productos low cost y las marcas blancas. “Estamos en un sistema muy laxo legalmente que termina con las empresas que generan valor y, a la larga, eso es muy peligroso”, explica Ruelas. Las pérdidas para las marcas originales son enormes y eso acaba lastrando el crecimiento: “Lo peor que le puede pasar a una economía desarrollada es que se reduzcan las marcas”.

Los productos más copiados. Pero, ¿qué clase de productos son los que se prestan más a las imitaciones. No hay estadísticas, pero lo más falsificado es la propiedad intelectual (música, películas y juegos electrónicos). Le siguen el calzado deportivo, la ropa, los artículos de cuero, informática, cosmética y productos de cuidado personal. Se estima que sólo en el negocio de la cosmética un 16% de las ventas son productos falsificados. También se copian medicamentos e incluso productos de alimentación, a pesar del esfuerzo que se hace para concienciar a la población y evitar, en la medida de lo posible, este tipo de prácticas. “El 80% de los productos falsificados se venden online”, explican Valpuesta y O’Malley. En cuanto a los países de procedencia se afirma que de Turquía vienen muchas prendas de vestir, de Hong Kong, la telefonía y la informática, y de Malasia, los productos cosméticos. “No obstante, alrededor del 75% de los productos falsos proviene de China”, reconocen los expertos.

Detectar un producto falso

Saber si estamos comprando un producto original no siempre es fácil, especialmente cuando acudimos a una plataforma online. Lo mejor es fiarse sólo de portales reputados y comprobar la titularidad de las páginas. Muchas webs de apariencia normal son empresas temporales que venden productos falsos. En la venta física, normalmente el lugar o forma de venta indica la procedencia de los productos y suele ser más sencillo identificar las imitaciones. “Cada vez son copias mejores elaboradas. Han evolucionado mucho en el cuidado de los detalles como logotipos, etiquetas o método de elaboración que antes revelaban su condición a primera vista”, explica Paco Lorente, profesor en ESIC Business School y cofundador de la consultora Wannathink. “Si la falsificación es buena cuesta más descubrirla. Hay que fijarse en el tipo de envase y packaging, en la etiqueta del fabricante, en los datos, etc. También, el precio es un indicador clave, los chollos y las gangas son difíciles de encontrar, por lo tanto, hay que desconfiar si proviene de una tienda informal, y en el caso de internet, debemos revisar siempre las páginas oficiales”, advierte.

LOS ESPAÑOLES GASTAMOS DE MEDIA 133 EUROS ANUALES EN PRODUCTOS FALSIFICADOS DE MANERA CONSCIENTE

El perfil del consumidor de imitaciones

El consumo de productos falsificados es un acto, en gran medida, consciente, aunque bien es cierto que muchas veces es difícil saber si estamos ante una réplica perfecta. La Euipo (Oficina de Propiedad Intelectual de la Unión Europea) los clasifica en tres comportamientos. En primer lugar, está el llamado antimarca que es aquel que compra falsificaciones como forma de protesta o crítica al capitalismo y a los altos precios de las marcas. En un segundo grupo está el narcisista, el que quiere ropa de marca o cuyo ámbito social le exige ropa de marca, pero no puede pagarla. Y, en tercer lugar, se encuentra el engañado, que es aquel que no sabe que compra falso. Paco Lorente, profesor en ESIC Business School y cofundador de la consultora Wannathink, añade que “el consumidor más joven de falsificaciones (16 y 24 años) ha crecido en los últimos tiempos. Según Lorente “la proliferación de webs donde poder adquirir productos falsificados ha crecido y es una manera fácil, cómoda y anónima de hacerte con ellos; de hecho, ya son casi la mitad de las compras en este tipo de productos. Algo mucho más silencioso que los manteros que vemos en calles o playas, pero que tiene un mayor impacto”. Alejandro Ruelas, profesor de estrategia e innovación empresarial en la Universidad de Navarra, define a este tipo de consumidores como una persona a la que le gusta aparentar, que recurre a las falsificaciones de manera aspiracional y que no respeta las reglas del mercado.

Para saber más

La Oficina Española de Patentes y Marcas ha lanzado una campaña institucional contras las falsificaciones y para concienciar a los consumidores del problema que representan.

La Oficina de la Propiedad Intelectual en Europea ha publicado un informe en el que analiza el impacto de la propiedad intelectual en la economía europea y la conducta de los consumidores ante las falsificaciones.

El Instituto vasco de consumo dispone en su web de una guía para detectar productos falsos y evitar su consumo.

«Lo barato sale caro», por José Ramón Lozano Petit

CONSUMO

JOSÉ RAMÓN LOZANO PETIT,
Presidente de la Federación UNAE

"Adquiriendo estos productos se contribuye a la destrucción de empresas legales y a la consiguiente pérdida de puestos de trabajo"

Lo barato sale caro

Artículos de moda, ropa o bolsos de marca, prendas deportivas, productos informáticos o electrónicos, instrumentos musicales, relojes, joyas, gafas, etc. Internet se ha convertido, desgraciadamente, en el paraíso de las falsificaciones.

En la red es posible encontrar todo tipo de productos falsos a través de sitios web fraudulentos, aplicaciones para móviles, redes sociales e incluso infiltrados en tiendas online legales que atraen a los consumidores con productos más baratos y de menor calidad que los originales; todo un mercado fraudulento que mueve miles de millones de euros al año gracias al anonimato y la accesibilidad casi universal de la red.

En general aún existe cierto desconocimiento entre los consumidores, ya que términos como “imitación” o “réplica” inducen a confusión a muchos compradores. Un producto falsificado implica el uso no autorizado de la propiedad intelectual del propietario de una marca para engañar a los consumidores, que creen que compran el producto auténtico, mientras que las imitaciones se parecen a los productos de marca verdaderos, pero no suelen ser idénticos.

El término réplica, adoptado del inglés, se empezó a utilizar en el coleccionismo de armas de época, para referirse a reproducciones fieles de ejemplares antiguos con un aspecto y características similares, pero que advertían expresamente que no eran originales. Sin embargo, en la actualidad se utiliza esta expresión para intentar convencer a los usuarios de que no se trata de productos falsos.

Así, en muchas ocasiones, los compradores confían en lo que ven en internet o en el prestigio de la empresa vendedora y adquieren productos sin darse cuenta de que no son auténticos. Para evitarlo es necesario comprobar la identidad del vendedor; buscar las opiniones de otros usuarios, desconfiando si son demasiado positivas; comparar el precio y las características en otras páginas, incluida la del fabricante; comprobar los derechos que reconoce el vendedor a los consumidores y la política de devoluciones; y que la página web sea segura y disponga de un sello de confianza para resolver las posibles incidencias o reclamaciones.

Pero algunos consumidores adquieren conscientemente productos que utilizan las marcas o logotipos de empresas legales por su bajo coste, situación que se agrava en épocas de crisis económica, sin ser conscientes de los problemas económicos y sociales que éstos producen, ni de los riesgos que suponen, ya que los productos falsificados presentan numerosos problemas.

En primer lugar, hay que mencionar los relacionados con la seguridad, ya que los medicamentos falsificados y otros productos relacionados con la salud carecen de control y de garantías sanitarias, y otros como material eléctrico, juguetes o pequeños electrodomésticos suelen ser de baja calidad e incumplen la normativa europea sobre seguridad. Incluso se falsifica habitualmente el marcado CE.

Por otra parte, comprar productos falsos implica renunciar a nuestros derechos como consumidores, como los de información, de garantía o de devolución del importe en caso de falta de conformidad del producto, es decir, que no se ajuste a las características esperadas; o de desistimiento en las compras fuera de establecimiento en el plazo de 14 días naturales desde la entrega sin necesidad de alegar causa.

Además, desde el punto de vista económico y social, adquiriendo estos productos se contribuye a la destrucción de empresas legales y a la consiguiente pérdida de puestos de trabajo e incluso de la creatividad, la innovación tecnológica y la cultura, ya que afectan a los derechos de propiedad industrial, intelectual y artística. También se fomentan actividades delictivas, pues estos negocios suelen estar controlados por redes ilícitas internacionales, y la explotación ilegal de trabajadores en países del tercer mundo, incluso de niños, ya que carecen de los mínimos derechos laborales, y trabajan muchas horas diarias por salarios ínfimos. Finalmente, en muchas ocasiones, la fabricación de productos falsos también supone el deterioro del medio ambiente.

Sin embargo, una controvertida sentencia del Tribunal de Justicia de la Unión Europea de 2022 exime de responsabilidad a Amazon sobre las falsificaciones de terceros vendidas en su tienda online, argumentando que es un mero intermediario y que no puede considerarse directamente responsable de las infracciones cometidas en su plataforma mediante ofertas de terceros, salvo que tuviera conocimiento de la ilicitud de los productos que aloje y no actúe con prontitud para retirarlos, por lo que le atribuye una importante y activa obligación de control.

Por eso es necesario que empresas, administraciones y asociaciones de consumidores sigan incidiendo en la formación e información de los ciudadanos para evitar el consumo de productos falsos, tanto de forma consciente como inconsciente. Por ejemplo, el pasado 8 de junio, con motivo del Día Mundial contra la Falsificación y la Piratería, la Oficina Española de Patentes y Marcas publicó un folleto para concienciar a la sociedad sobre los riesgos y perjuicios que conllevan las falsificaciones, que incluye un decálogo antipiratería con consejos prácticos para identificarlos.

En definitiva, como suele decirse, lo barato sale caro y, además, los productos falsificados pueden ser muy peligrosos.

Cómo elegir el mejor préstamo

PROTECCIÓN AL CONSUMIDOR

CÓMO ELEGIR EL MEJOR PRÉSTAMO

Antes de solicitar dinero al banco, hay algunas cuestiones que debemos tener en cuenta para evitar sorpresas futuras. Además del tipo de interés es necesario conocer otras cuestiones como los gastos de apertura y cancelación, la tabla de amortización, o las obligaciones contractuales. También existen diferentes préstamos según el sistema de amortización que se utilice.
MARIÁN LEZAÚN
Los préstamos más habituales son los llamados «al consumo» que se destinan a financiar compras domésticas.

La concesión de préstamos personales aumentó un 3,4% en 2022, según datos del Banco de España. Detrás de este incremento se encuentra la necesidad de saldar deudas, de financiar proyectos personales, de hacer frente a imprevistos y de guardar los ahorros a la espera de una mejora de la inflación. Según recoge el V Barómetro de Préstamos al Consumo de la Asociación de Usuarios Financieros (Asufin), “los principales motivos que impulsan a los consumidores a contratar estos préstamos son obtener liquidez y refinanciar las deudas, la compra de vehículos, las reformas del hogar, los viajes y las vacaciones”. Este aumento llama la atención debido al encarecimiento de este tipo de productos (algunos intereses superan ya el 13%), que no desanima a los consumidores a seguir contratándolos. A cierre del reportaje, el tipo de interés medio de los préstamos personales se situaba en un 7,86%, mientras que la TAE media llegaba al 8,96%. Por eso, los expertos recomiendan saber cómo funcionan y cuáles van a ser las obligaciones para hacerles frente, evitar la morosidad y los posibles problemas de solvencia porque no parece que los precios vayan a bajar a medio plazo.

Diferentes tipos. Para pedir uno de estos productos a una entidad financiera lo primero que debemos saber es qué es realmente un préstamo y diferenciarlo de otros productos financieros. Un préstamo es una cantidad de dinero determinada que una entidad financiera nos presta de una sola vez y para la que se establecen unas condiciones de tiempo y gastos de devolución. A diferencia de este producto, un crédito es también una cantidad de dinero que el banco nos presta, pero que se puede usar en función de las necesidades o incluso no utilizar si no es necesario. Es muy importante también conocer cuál es nuestra capacidad de endeudamiento. Si vamos a contraer una deuda, debemos tener los recursos necesarios para hacerle frente, y “nunca destinar más del 35% de nuestros ingresos mensuales a su devolución”, explican en Helpmycash. Para poder solicitar un préstamo hay que ser mayor de edad (pueden darse algunas excepciones) y menor de 75 años; demostrar cierta solvencia; disponer de ingresos estables; tener propiedades libres de cargas (en el caso de los préstamos hipotecarios), y no aparecer en las listas de morosos. Después, solo hay que ver la cantidad de dinero que se necesita, las condiciones en las que se quiere devolver y conocer la oferta disponible. Para ello, existen online diferentes calculadoras, comparadores y simuladores que hacen la tarea más llevadera.

 


SI PEDIMOS UN PRÉSTAMO PERSONAL LA ENTIDAD FINANCIERA NOS DARÁ DE UNA SOLA VEZ LA CANTIDAD PACTADA CON UNAS CONDICIONES DE TIEMPO Y GASTOS DE DEVOLUCIÓN


 

En el mercado existen distintos tipos de préstamo según los sistemas de amortización, las cantidades solicitadas y su finalidad. Los más habituales son los llamados “al consumo” que se destinan a financiar compras domésticas como coches, equipamientos del hogar, reformas, etc. La cantidad puede oscilar desde los 200 euros a los 75.000 euros. Los créditos rápidos suelen tener una finalidad similar, pero la cantidad no suele superar los 30.000 euros y los intereses son mayores porque se otorgan de manera rápida y con mayores facilidades de devolución. Cuando la persona apenas dispone de recursos y su solvencia es limitada puede solicitar los llamados microcréditos cuyo destino suele ser la puesta en marcha de un pequeño negocio o la inversión en un proyecto. En este caso las cantidades son pequeñas y no se requieren avales. En el mercado existen también los llamados préstamos subvencionados que están sujetos a las condiciones establecidas por la entidad pública que los canaliza.

Modelos de amortización. Además de por la finalidad, también existen diferentes préstamos según el sistema de amortización que se utilice. El más habitual es el sistema francés o de cuotas constantes. Es decir, si tenemos un préstamo concedido con estas características, la cuota mensual será la misma desde inicio hasta el fin del periodo establecido. En este caso hay que tener en cuenta que como la cuota está compuesta de diferentes elementos al comienzo del préstamo pesará más la parte de los intereses que se pagan y menos la del capital amortizado. Y a medida que avance el tiempo, sucederá todo lo contrario, aunque la cuota no varíe. La ventaja está en que siempre sabemos cuánto hay que pagar y que en el caso de hacer amortizaciones anticipadas se puede reducir la carga de intereses ya que al ser menor la cantidad financiada también disminuyen los intereses.

 


EL MÁS HABITUAL ES EL PRÉSTAMO QUE SIGUE EL SISTEMA FRANCÉS O DE CUOTAS CONSTANTES: LA CUOTA MENSUAL SERÁ LA MISMA DESDE INICIO HASTA EL FIN


 

Además del modelo francés existe el sistema alemán. En este sistema, las cuotas no son iguales y van decreciendo con el paso del tiempo. Con el sistema alemán la proporción de capital que se amortiza en la cuota es siempre el mismo y los intereses descienden con el tiempo según lo va haciendo el capital adeudado. Con este sistema el esfuerzo mayor se realiza al principio y poco a poco los pagos se reducen. Existe también el llamado modelo americano, aunque mucho menos usado por los clientes particulares. Al principio solo se pagan intereses y la amortización se produce al final. Generalmente, las cuotas del sistema de amortización americano son anuales. Es decir, a final de año se pagan los intereses de ese periodo. En la última cuota, al capital total se le suman también los intereses de ese año. Como con este sistema no se amortiza nada durante la vida de la financiación, la amortización americana es la que conlleva más intereses.

La labor del notario

Dentro de las funciones encomendadas al notario en la Ley 5/2019, de 15 de marzo, reguladora de los contratos de crédito inmobiliario, está el verificar la documentación acreditativa del cumplimiento de los requisitos previstos en dicha norma. En caso de que queden acreditados hará constar en un acta notarial, que no generará coste arancelario alguno y será previa a la formalización del préstamo hipotecario.

El notario deberá informar individualizadamente al deudor, haciéndolo constar en el acta, que ha prestado asesoramiento relativo a las cláusulas específicas recogidas en la Ficha Europea de Información Normalizada (FEIN) y en la Ficha de Advertencias Estandarizadas (FIAE).

Igualmente, y en presencia del notario, el prestatario responderá a un test que tendrá por objeto concretar la documentación entregada y la información suministrada. En ese test, una de las preguntas dirigidas a comprobar si el prestatario tiene cabal conocimiento de las condiciones financieras es: ¿Conoce que cada una de las cuotas comprende una parte de capital y otra parte de intereses?

No es misión del notario asesorar sobre cuál de los sistemas de amortización es el más apropiado a los intereses del deudor; eso es labor de los asesores financieros, pero sí es función del notario explicarle los documentos incorporados al acta y entre ellos cómo funciona el sistema de amortización elegido, si el cliente se lo demanda.

No dude en solicitar de su notario las explicaciones que necesite sobre los documentos entregados por el banco y no tema preguntar lo que considere conveniente. La llamada acta de transparencia se ha convertido en el centro de gravedad del negocio hipotecario, acercando al deudor a la comprensión eficaz y directa del clausulado otrora difícilmente entendible para el ciudadano de a pie.

José Luis Lledó, notario

¿Servicios financieros o banca tradicional?

La concesión de préstamos no es una actividad reservada en España, lo que quiere decir que cualquiera puede ser prestamista particular. Sin embargo, las empresas que se dedican a prestar dinero como actividad principal están reguladas por el Banco de España. Por eso, desde la institución señalan que muchas de las empresas que conceden créditos casi sin papeleo, a plazos muy cortos y con costes elevados, ya sea debido a un alto tipo de interés o a las comisiones; no están supervisadas por la autoridad bancaria. Desde el banco recomiendan comprobar siempre que la entidad está registrada y cumple con la supervisión. Antes de contratar cualquier producto debemos contar con todas las garantías y con el mejor servicio.
En algunos casos el tipo de interés de los préstamos personales supera ya el 13%.

Para saber más:

Banco de España: La web del cliente bancario del Banco de España dispone de una guía detallada sobre todos los conceptos que atañen a los préstamos personales.

Helpmycash: El comprador de productos financieros te explica todos los tipos de préstamos y créditos que existen en el mercado. Además, disponen de calculadoras online que te permiten simular tus pagos durante el plazo establecido.

«Hablando de financiación bancaria», por José Luis Martínez Campuzano

PROTECCIÓN AL CONSUMIDOR

JOSÉ LUIS MARTÍNEZ CAMPUZANO,
portavoz de la Asociación Española de Banca (AEB)

"Para la amortización del importe prestado (principal), en España se utiliza de forma generalizada el método francés o de anualidad constante"

Hablando de financiación bancaria

Con un saldo de crédito de 1,7 billones de euros y un crecimiento del 7,1%, los bancos de la AEB alcanzaron un máximo histórico en 2022 y se consolidan como elemento clave para impulsar el crecimiento económico y la prosperidad de aquellos países en los que desarrollan su actividad y predomina la financiación bancaria entre las familias y las empresas, como España.

En el conjunto de los bancos que operan en España, el 60 % de su financiación se destina a las familias; un 44% a través de préstamos hipotecarios. España es uno de los países en Europa con mayor porcentaje de vivienda en propiedad gracias al buen funcionamiento del mercado hipotecario. El 40% del resto de la financiación de los bancos se destina a las empresas. En el caso de las pymes, que conforman la mayoría del tejido empresarial en nuestro país, son su principal fuente de financiación externa.

En su papel de transmisores de la política monetaria que determina el Banco Central Europeo (BCE), los bancos fijan las condiciones de financiación sobre la referencia de los tipos de interés oficiales y en un contexto de elevada competencia. Desde el inicio de la fuerte subida de tipos de interés aplicada por el BCE para combatir la inflación, el aumento de los tipos de interés en los préstamos hipotecarios ha sido similar al observado en Europa y más moderado en el caso de los préstamos a pymes.

Con carácter general, el sistema de amortización de préstamos en España es el de intereses pospagables periódicamente. Esto significa que en cada fecha de pago (que puede ser anual, trimestral o mensual) se liquidan los intereses devengados sobre la cantidad pendiente de pago al inicio del periodo de liquidación, al tipo de interés nominal pactado y por el tiempo transcurrido desde la anterior liquidación.

Para la amortización del importe prestado (principal), en España, y también en la mayoría de los países europeos, se utiliza de forma generalizada el método francés o de anualidad constante. Aunque se habla de anualidad, se trata de pagos periódicos que también pueden ser mensuales y trimestrales, e incluyen dos partes: una destinada a la devolución de la cuota del capital prestado y otra al pago de los intereses adeudados.

El método francés bajo un tipo de interés fijo da lugar a pagos periódicos iguales durante toda la vida del préstamo. En la composición de los pagos, la parte destinada a la amortización del principal es creciente y la parte dedicada al pago de los intereses es decreciente. Esto es así porque a medida que se va devolviendo el principal se generan menos intereses.

Cuando el tipo de interés es variable, la anualidad es constante durante el periodo de tiempo en que esté vigente el tipo de interés de referencia. Si cambia en la siguiente fecha fijada como referencia, también cambiará la anualidad, que volverá a ser constante durante el tiempo de vigencia del nuevo tipo de interés.

También se utilizan en España otras modalidades de amortización de préstamo a largo plazo, aunque de forma más marginal. Quizás el más destacado es el conocido como el método alemán, también de anualidades fijas, pero donde los intereses son prepagables, pagándose al inicio de cada periodo y no al final como sería en el método francés.

Existe una modalidad complementaria a la financiación bancaria que es la que proporcionan los intermediarios financieros no bancarios (IFNB). Ese crédito no bancario ha tenido en la última década un crecimiento digno de ser reconocido, hasta representar el 50% de los activos financieros a nivel mundial. Detrás de este crecimiento está una mayor regulación y estricta supervisión a los bancos frente a estos intermediarios, en un contexto caracterizado por unas condiciones monetarias muy expansivas de los bancos centrales.

Los mercados financieros -acostumbrados a tipos de interés históricamente bajos y hasta negativos, como ocurrió en Europa durante la última década- se ajustan ahora a una vuelta a la normalidad de la política monetaria y a la desaceleración de la economía mundial.

Los bancos son la principal fuente de financiación de las empresas en Europa. Representan más del 70% de la financiación recibida. Aunque este porcentaje es mucho mayor en el caso de las empresas pequeñas, algo que no sucede en otros países como Estados Unidos o el Reino Unido, donde hay más dependencia de la financiación de los mercados. La diversificación en las fuentes de financiación siempre es deseable, pero en momentos de inestabilidad e iliquidez en los mercados financieros es la financiación bancaria la que asume -en coordinación con las autoridades- la responsabilidad de mantener la financiación del gasto e inversión en la economía. Por eso es fundamental tener un sector bancario sano y resistente, para que pueda cumplir siempre con su labor de dar crédito al sector privado, especialmente en situaciones difíciles.

La prioridad para los bancos son sus clientes, centrando en este objetivo su estrategia de desarrollo. Si la innovación y la adaptación están en el ADN de los bancos, ambas características se traducen en una mejora constante del servicio y acompañamiento al cliente. Lo vimos durante la crisis sanitaria en el apoyo prestado a las familias y empresas, y lo estamos viendo en los últimos meses con las medidas implementadas para ayudar a las familias más afectadas por la rápida subida de los tipos de interés oficiales decidida por el Banco Central Europeo.

El auge de los trasteros

CONSUMO

EL AUGE DE LOS TRASTEROS

Con un estilo de vida que nos obliga a guardar montones de cosas, disponer de un trastero es la mejor solución.
La falta de espacio en muchos hogares ha impulsado un negocio que, en otros países como Estados Unidos y Reino Unido, funciona desde hace tiempo. Se trata del alquiler y compra de trasteros. Según datos del sector, apenas un 33% de las viviendas nuevas que se construyen en España cuentan con un espacio de almacenaje y en el mercado de segunda mano, encontrar viviendas con trastero es aún más complicado.
MARIÁN LEZAÚN

Que a muchos de nosotros nos gusta guardar trastos es un hecho. Entre esos trastos se incluyen montones de libros que nunca volveremos a leer, ropa que nunca más usaremos, muebles que quitamos porque ya no nos gustan, pero a los que tenemos cariño, juguetes, recuerdos de viajes y cientos de cosas más. Prueba de esa costumbre tan humana son las numerosas soluciones de almacenaje y los cientos de páginas con consejos para ordenar nuestras casas que inundan las redes sociales. Si a eso unimos que en España predominan las viviendas pequeñas, con una media de espacio por persona de 42,75 metros cuadrados, según recoge Brainsre News (publicación especializada en el sector inmobiliario), la necesidad de alquilar un trastero sigue en aumento. “De hecho, se prevé que las necesidades de almacenamiento se dupliquen en los dos próximos años”, añaden en la Asociación Española de Self Storage (AESS). Según la firma de investigación ReportLinker, el mercado crecerá un 4% en los próximos años hasta alcanzar los 3.800 millones de euros en 2026. Por eso, hoy ya encontramos en España trasteros para todos los gustos: grandes, pequeños, con más o menos servicios y en diferentes ubicaciones. Lo importante es elegir bien y disponer de la información necesaria para hacerlo porque no es lo mismo guardar muebles que ropa, material deportivo o documentación empresarial.

Ojo con la normativa.

La asociación acoge en la actualidad a sesenta operadores y a otros 318 centros de almacenaje que cumplen con la normativa vigente. Sin embargo, en el sector operan otras firmas, particulares y empresas que no siempre cumplen con los requisitos necesarios, por lo que, si está pensando en alquilar un espacio, lo primero que debe hacer es comprobar que cumple con toda la normativa. “Tenemos conocimiento de que existen más del doble de centros de los que pertenecen a la asociación operando en España. Algunos de ellos no cuentan con las licencias que les permiten ser socios de AESS”, advierte Sole Martínez, la gerente de esta asociación. “De hecho, el sector en España está muy atomizado, encontrándonos con operadores que cuentan con más de 100 centros operando, con garantía de calidad AESS, y otros pequeños operadores que cuentan con tan sólo un centro, incluso con un tamaño inferior a los 300 m² alquilables frente a otros que tienen más de 5.000 m²”, señala.

 


LOS PRECIOS MEDIOS VARÍAN MUCHO EN RELACIÓN CON LA UBICACIÓN ESPECÍFICA DE CADA CENTRO Y LA DISPONIBILIDAD QUE HAY EN EL MERCADO


 

Bluespace es la empresa líder del sector en España. Su estrategia consiste en adquirir edificios céntricos ocupados antiguamente por fábricas y convertirlos en espacios para alquilar y en los que los clientes pueden entrar a cualquier hora, los 365 días del año, mediante un código de acceso. Pero no es la única; existen otras grandes firmas como Cabe o Homebox y muchos desarrollos particulares que están aprovechando los locales céntricos disponibles que hasta ahora se han utilizado para negocios como la restauración, el comercio o la banca.

Consumidores y precios.

Entre los clientes encontramos dos tipos fundamentalmente, ya que un 80% de los alquileres los realizan particulares y apenas un 20% está destinado a empresas. “Entre el público final podemos encontrar clientes que necesiten un armario extra para cambio de temporada o bien para guardar las herramientas necesarias para desarrollar sus aficiones”, explica Martínez. También existe el caso de las personas que están haciendo una obra puntual o incluso mudándose y necesitan un espacio extra durante un corto periodo de tiempo, extranjeros que pasan temporadas en España para lo que alquilan una casa y al volver a sus países durante el verano deben desalojar el apartamento, estudiantes que vuelven a casa en vacaciones y deben dejar libres sus cuartos, viajeros frecuentes que prefieren dejar sus pertenencias más seguras durante el tiempo que están fuera o coleccionistas que valoran la seguridad que les ofrece un centro vigilado las veinticuatro horas, siete días a la semana. “Por otro lado, en el caso de las empresas, puede haber también muchos usos en los que el self storage puede darnos un servicio que antes hubiera sido un gasto fijo y convertirlo en variable sólo cuando lo necesitemos. Podemos hablar de almacenamiento seguro de inventario, archivo y documentación, pequeños centros logísticos con recepción de mercancía veinticuatro horas al día, almacenamiento de equipos y herramientas, almacenamiento de archivos digitales e informáticos, o incluso zona de espacio de trabajo adicional para momentos puntuales”, subraya Martínez.

 


SI ESTÁ PENSANDO EN ALQUILAR UN ESPACIO, LO PRIMERO QUE DEBE HACER ES COMPROBAR QUE CUMPLE CON TODA LA NORMATIVA


 

Respecto al precio existen grandes diferencias regionales. “Los precios medios varían mucho en relación con la ubicación específica de cada centro y la disponibilidad que hay en el mercado, en el área alrededor de cada centro”, advierten en la asociación. Sin embargo, reconocen que en Madrid podemos encontrar espacios de 2m² entre 40 y 100 euros al mes y del doble por 70 o 100 euros. En el caso de Barcelona, el precio podría bajar hasta 10 euros para almacenes similares.

¿Una inversión interesante?

Invertir en trasteros es hoy una opción al alza. Al igual que ocurre con las plazas de garaje, los trasteros suponen una oportunidad de inversión accesible y, al mismo tiempo, una garantía de rentabilidad. Para el pequeño ahorrador, los trasteros son una vía de acceso a la inversión inmobiliaria, dado que requiere un capital inicial mucho menor que alternativas como la vivienda. Sin embargo, “a diferencia de las noticias sensacionalistas que aparecen en la prensa local o nacional, la Asociación Española de Self Storage es muy cautelosa con la definición de buen negocio, explica su gerente Sole Martínez. “El espacio de almacenaje es una necesidad creciente que requiere una fuerte inversión inicial por lo que el retorno es a medio y largo plazo”, añade. No obstante, según datos del sector, la rentabilidad media anual no baja del 5%, un dato a tener en cuenta por aquellos inversores más cautelosos y que apuestan por valores estables. Además, en algunas ciudades la demanda es tan importante que hasta existen listas de espera.

Consultar con el notario

Tomada la decisión por un propietario de destinar un inmueble o parte del mismo a espacios para almacenamiento, trasteros o bodegas, la fórmula jurídica a utilizar para reflejar el nuevo uso dependerá, en buena medida, de que su voluntad sea desprenderse del espacio transmitiéndolo a quien le interese adquirirlo o prefiera destinarlo a arrendamiento.

En cualquier caso, es importante un análisis pormenorizado de las circunstancias concurrentes a fin de encontrar la solución más idónea: es necesario combinar el análisis de disposiciones urbanísticas, de propiedad horizontal y tributarias.

El notario, en su función de asesoramiento y control de la legalidad, ponderará tales extremos: informará sobre la posibilidad y requisitos, en su caso, para que pueda tener lugar el cambio de uso; analizará los estatutos de la propiedad horizontal, para determinar la posibilidad de tomar la decisión sin necesidad de autorización de la comunidad o, por el contrario, qué consentimientos y mayorías son necesarias para la adopción del correspondiente acuerdo; y teniendo en cuenta la solución adoptada, informará de los gastos y el coste fiscal que puede implicar la operación.

Para saber más

AESS: En la web de la patronal española de empresas de almacenaje podemos encontrar información sobre el sector y sobre los principales operadores del negocio

Cabe: Este operador dispone de información práctica en su web para elegir el espacio que más nos conviene en función de cada necesidad

Ejeprime: La publicación sobre el sector inmobiliario realizó el año pasado un informe sobre el sector del almacenaje y sus desafíos

«¿Va a alquilar un trastero? Conozca sus derechos», por Miguel Crespo

CONSUMO

MIGUEL CRESPO,

Abogado, miembro del área jurídica de CECU (Confederación de Consumidores y Usuarios)

"Siempre hay que pedir información previa y lo más completa posible, así como copia del contrato para estudiarlo detenidamente"

¿Va a alquilar un trastero? Conozca sus derechos

El alto precio de la vivienda, tanto en régimen de compra como de alquiler, está motivando que muchas personas no tengan otra opción que compartir piso arrendando habitaciones. Asimismo, es habitual desde hace años que algunos propietarios de pisos en grandes ciudades los dividan en varios, sacando así más viviendas al mercado, pero con menores dimensiones. Consecuencia de todo ello: cada vez vivimos en espacios más pequeños.

Por otro lado, el actual modelo de consumo, y el auge de la compra online, sobre todo a raíz de la pandemia del COVID 19 y el confinamiento, ha hecho que acaparemos muchos productos que en ocasiones apenas utilizamos.

Así, tenemos cada vez más objetos y apenas disponemos de espacio en la vivienda donde colocarlos, lo que ha conllevado al auge del mercado del alquiler de trasteros. En este sentido, desde el año 2022 se han creado 450 empresas dedicadas a esta labor¹ y los particulares, llamados por altas rentabilidades por el alquiler de estos locales², también han visto una oportunidad de negocio.

¿Cuáles son los derechos que asisten a aquellas personas que estén interesadas en alquilar un trastero?

En primer lugar, debemos diferenciar dos tipos de alquiler de trasteros, puesto que como veremos el régimen legal aplicable a unos y otros es totalmente diferente: el alquiler a un particular de un trastero ubicado en un edificio de viviendas y el alquiler a una empresa de un trastero generalmente en una nave dedicada a este negocio.

Comenzaremos por analizar el caso en el que decidamos alquilar el trastero situado en un edificio de viviendas a uno de sus vecinos, ya sea porque este no lo usa, porque cuando se construyeron se adjudicó más de uno, o por cualquier otro motivo.

En este supuesto, lo más importante es verificar en el registro de la propiedad, mediante la petición de una nota simple, que quien alquila el trastero es su verdadero titular y que este local se encuentra segregado de la vivienda. Estas precauciones evitarán problemas que podrían surgir si quien alquila no es el legítimo propietario o si el trastero no está segregado y se vende la casa a la que está unido, puesto que esto derivaría en un litigio o en una pérdida económica para el arrendatario.

Por otro lado, debemos destacar que en estos supuestos se alquila únicamente un espacio físico, no se contrata ningún servicio adicional, como sucede en el caso que expondremos más adelante. Por ello, no podremos responsabilizar al propietario del robo de objetos, siendo conveniente por tanto informarnos previamente de las medidas de seguridad existentes en el edificio o si el contenido del trastero está cubierto por algún seguro.

Tal y como hemos referido, este contrato se realiza entre particulares y la ley les deja libertad para fijar las condiciones que consideren oportunas. Suele darse la negociación de las cláusulas en lo que son sus elementos principales, como la duración del contrato y la renta a satisfacer. En este sentido, conviene que la persona interesada en alquilar tenga clara la necesidad de espacio que precisa; el precio que está dispuesto a abonar; así como el tiempo durante el que le interesa obligarse y las consecuencias en caso de incumplimiento. Si en la negociación con el propietario no se satisfacen sus necesidades, deberá seguir buscando.

Finalmente hay que indicar que existen unas cuestiones fijadas legalmente y que no cabe que pacten las partes. Así, en ningún caso podrán realizarse actividades insalubres, no se podrán almacenar sustancias peligrosas, y no se podrá usar el local como vivienda.

En el caso del alquiler a una empresa de un trastero generalmente en una nave dedicada a este negocio, lo común es hacer una contratación mixta. Por un lado, se alquila un espacio físico para guardar nuestras cosas y por el otro se contrata un servicio de vigilancia sobre las mismas. Debemos leer con detenimiento la letra pequeña puesto que la responsabilidad de la empresa siempre es limitada. Hay que conocer la cobertura en caso de robo para no guardar objetos por un valor superior a aquella, puesto que, si se produce la sustracción, no podremos reclamar que se nos reintegre la totalidad del valor.

En estos contratos, a diferencia del primer supuesto, no se negocian las cláusulas del contrato que van a unir a las partes, sino que la empresa impone al consumidor un contrato tipo. Para evitar el abuso de poder de la empresa como parte teóricamente más fuerte, la legislación de protección a la persona consumidora ha establecido ciertos derechos a favor de esta:

  • Derecho a recibir una información clara y comprensible de las características del contrato por parte del empresario antes de la contratación, de modo que permitan entender lo que se firma.
  • Derecho al acceso y lectura del contrato antes de su firma.
  • En caso de duda sobre el sentido de alguna cláusula, siempre se interpretará de la manera más favorable al consumidor.

Aunque la operación de alquilar un trastero no es económicamente tan relevante como la de alquilar una vivienda, si no actuamos con una mínima precaución podemos llevarnos sorpresas desagradables. Para evitarlo, siempre hay que pedir información previa y lo más completa posible, así como copia del contrato para estudiarlo detenidamente. Nunca, por mucho que pueda presionarse, se debe firmar un contrato sin conocer al detalle las obligaciones que asume cada parte.

¿Tiene un plan para su jubilación?

PROTECCIÓN AL CONSUMIDOR

¿TIENE UN PLAN PARA SU JUBILACIÓN?

Tengamos la edad que tengamos deberíamos estar preparados para responder a la pregunta del título. Porque la jubilación siempre llega y, en ocasiones, puede hacerlo cargada de imprevistos. Hay que prepararse con antelación, de manera consciente y, sobre todo, disponer de los recursos necesarios, tanto financieros como prácticos y emocionales, para que se convierta en un gran momento.
MARIÁN LEZAÚN
Hay que simular el estilo de vida que se quiere llevar durante la jubilación para así disponer de una referencia de los gastos asociados.

Acabar la vida profesional supone también dejar de recibir un salario. Y aunque en España existe un buen sistema de pensiones públicas, contributivas y de reparto, debemos tener en cuenta que nuestros ingresos mensuales se reducirán y nuestros gastos, por el contrario, pueden aumentar. Los ingresos se ven reducidos porque la pensión nunca equivale al salario que se recibe cuando se está en activo (consultar el simulador de la seguridad social) y eso es lo primero que hay que tener en cuenta cuando se está trabajando. Por eso, los expertos recomiendan planificar el futuro lo antes posible y, sobre todo, ver cuáles serán nuestros recursos financieros en el momento de terminar la vida laboral. De hecho, se estima que para mantener el nivel de vida es necesario tener hasta un 80% de los ingresos previos a esa jubilación.

 


LOS SISTEMAS DE PENSIONES EN EUROPA AVANZAN HACIA MODELOS MIXTOS MÁS SOSTENIBLES ENTRE LO PÚBLICO Y LO PRIVADO


 

Estilo de vida

Desde Bankinter explican a Escritura Pública que el primer paso es calcular cuál será la pensión pública a percibir en cada caso particular, pero también estimar cuáles serán los recursos financieros con los que cada persona contará durante la jubilación: rentas derivadas del ahorro acumulado, rentas provenientes del alquiler de inmuebles, productos financieros, etc… Por otro lado, hay que simular el estilo de vida que se quiere llevar durante la jubilación para así disponer de una referencia de los gastos asociados al mismo. “Ambas ecuaciones permitirán hacerse una idea del ahorro que es necesario acumular para ese momento y que permitirá a las personas complementar la pensión de jubilación, sin olvidar que la tendencia demográfica indica pasar muchos más años durante el periodo de jubilación, lo que exigiría acumular un mayor ahorro si se desea complementar la pensión de jubilación durante más tiempo”, explican fuentes del banco. El problema, señalan, es que para la gente más joven esta necesidad de ahorrar a largo plazo, ser precavido o planificar, les resulta lejana, pero cuanto antes se empiece, mejor.

Esa planificación se hace especialmente necesaria, además, en un momento en el que las dudas sobre el mantenimiento del actual sistema de pensiones son constantes. Llevamos años escuchando que el sistema tal y cómo está concebido tiene los días contados y, vistas las medidas adoptadas en países vecinos como Francia o los países del norte de Europa, deberíamos empezar a tomarlo más en serio. En primer lugar, porque mientras el número de pensionistas aumenta, los trabajadores que pagan las cotizaciones necesarias para mantener el sistema disminuyen. Además, en muchos casos, los salarios de las personas en activo son menores que el dinero que reciben los jubilados y esto, a efectos sociales, puede tener un impacto enorme.

Un modelo sostenible

Por eso, sobre la mesa está ya el debate de buscar otros modelos más sostenibles a largo plazo, que tengan en cuenta ese envejecimiento de la población y esa caída de los salarios. El futuro mira así al modelo desarrollado por otros estados europeos como los nórdicos o más recientemente en los Países Bajos, donde triunfa un sistema mixto en el que las aportaciones del Estado se complementan con los planes de pensiones empresariales. En la gran mayoría de países, los planes de pensiones de empleo son obligatorios, algo que no ocurre en España donde, según publicaba El Economista hace unas semanas “solo un 28,4% de las empresas realiza aportaciones para sus trabajadores. Las aportaciones medias del 3,8% del salario se traducen en un ahorro complementario para la jubilación de hasta el 10,6% del último salario, cuando en los Países Bajos los planes de pensiones se llevan el grueso de la prestación”. Los activos que suman en pensiones privadas los españoles alcanzan el 14,3% del Producto Interior Bruto (PIB), siete veces menos que la media de la OCDE, que supera el 105% del PIB.

 


SE ESTIMA QUE PARA MANTENER EL NIVEL DE VIDA ES NECESARIO TENER HASTA UN 80% DE LOS INGRESOS PREVIOS A LA JUBILACIÓN


 

Así las cosas, para ahorrar para la jubilación, o cuando el ahorro es a muy largo plazo, además de la rentabilidad esperada del producto y de que este se adecúe al perfil de riesgo en cada caso, lo recomendable es optar por productos de ahorro que disfruten de un tratamiento fiscal ventajoso. “Como estamos hablando de un ahorro a lo largo de muchos años, el impacto positivo de la tributación mejora la rentabilidad financiero-fiscal de los productos. En concreto, para ahorrar para la jubilación, los planes de pensiones siguen siendo una opción muy válida con una fiscalidad muy positiva y, de igual forma, los seguros de ahorro, como, por ejemplo, los PIAS (Planes Individuales de Ahorro Sistemático) son otra opción a tener en cuenta para conseguir un complemento adecuado a las pensiones públicas de jubilación”, explican desde Bankinter. Así, cada persona debe analizar su capacidad de ahorro, sus necesidades y sus metas. Los planes de pensiones ofrecen un ahorro fiscal mientras se ahorra, que bien utilizado permite acumular una cantidad mayor, y solo tienen liquidez bajo ciertas contingencias, mientras que los PIAS son un seguro de ahorro que ofrece la posible ventaja fiscal al rescatarlo y sin embargo es líquido. Pero existen también productos sencillos y flexibles como los fondos indexados que te permiten obtener rentabilidades buenas y, sobre todo, sistematizar ese ahorro.

Cómo empezar a ahorrar

Lo más complicado es dar el primer paso: tomar la decisión de comenzar a ahorrar. Porque ahorrar supone cambiar de hábitos, renunciar a cosas y, sobre todo, planificar. Para ello puede consultar a un asesor, pero también utilizar las calculadoras que los bancos ponen a disposición de los clientes para determinar el ahorro en función del complemento que deseemos a la pensión de jubilación y a la edad en cada caso. Y, por último, realizar ese ahorro de forma sistemática vía aportaciones mensuales, que se pueden revisar todos los años al alza, en función de nuevos ingresos, del IPC, de un cierto porcentaje que fije el ahorrador, etc. Como dice Luis Pita, divulgador en temas de ahorro y autor del libro Ten un coche más barato que tu vecino, “el error que comete la mayoría de la gente al ahorrar es dejarlo para final de mes. Típicamente cobran su salario y empiezan a gastar. Primero el alquiler, la luz, el móvil y después salir a cenar, la compra, ocio… Al final de mes lo normal es que no quede nada o casi nada”.

Por eso ya no hay que hablar del ahorro, sino del preahorro. Es decir, separar a principio de mes un porcentaje de tu salario y ajustar la economía al resto que ha quedado disponible. Si aun así no lo consigues, también puedes probar con los diferentes métodos que existen para dejar de gastar: desde los básicos sobres que te ayudan a organizar el presupuesto doméstico, hasta otros más desarrollados como el método Kakebo o el método Harv Eker, que establecen metas y objetivos en diferentes plazos. No obstante, “lo más conveniente para los que no tienen muchos conocimientos financieros es contratar un fondo indexado”, recomienda Natalia de Santiago, divulgadora financiera y experta en ahorro. Los hay para todos los perfiles, desde los más conservadores a los más arriesgados, nacionales, internacionales y también sectoriales. La principal ventaja de estos fondos es que te permiten beneficiarte del interés compuesto. Es decir, el capital inicial y las aportaciones van creciendo con los intereses que se van generando.

Los gastos que aumentan

Una vez en la jubilación, con el paso de los años, las necesidades irán cambiando. Por un lado, irán aumentando los gastos asociados con la salud o con cuestiones propias de la edad (gastos médicos, de cuidados, servicios domésticos, etc.). Por otro, aquellas personas que se encuentren en buen estado de salud puede que aumenten sus gastos en ocio: viajes, restauración y formación. Cada vez son más los jubilados que se animan a seguir estudiando y formándose. Por el contrario, habrá también una serie de gastos que se verán reducidos, como pueden ser todos aquellos relacionados con la actividad laboral: desplazamientos a la oficina (coche, gasolina, etc.), comidas fuera de casa, vestimenta para el trabajo, por ejemplo. Asimismo, y a medida que los hijos cumplan años y se emancipen, habrá menos gastos relacionados con su manutención. La realidad es que cada persona debe saber qué espera de esa etapa y ponerse a trabajar ya para conseguirlo.

En la gran mayoría de países, los planes de pensiones de empleo son obligatorios, algo que no ocurre en España.

POR SI LAS DUDAS

Seguridad social: En la página web de la Seguridad Social se pueden consultar todos los requisitos necesarios para tramitar la pensión, así como las últimas novedades y acuerdos sobre la jubilación

BBVA: En la web del banco se ofrecen consejos e información para conseguir un ahorro efectivo.

Indeed: El portal de empleo publica en su web cuáles son los pasos que hay que seguir para jubilarse de la mejor manera posible.

Aprende a ahorrar: En la web de la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) se pueden consultar varias guías para adentrarte en el mundo de las finanzas. Entre las publicaciones que forman parte de la iniciativa Finanzas para todos, desarrollada en colaboración con el Banco de España, cuentan con una guía dedicada al ahorro y sus objetivos.

«Prepararse para la jubilación», por Gustavo Samayoa

PROTECCIÓN AL CONSUMIDOR

GUSTAVO SAMAYOA,

secretario general de la Federación de Usuarios Consumidores Independientes (FUCI)

"El caso de los viudos o viudas es sumamente importante, dada la situación financiera en la que se encuentran cuando tienen que heredar la pensión del cónyuge"

Prepararse para la jubilación

El índice de vida de las personas ha aumentado espectacularmente. Indudablemente los sesenta y siete años de ahora no son los sesenta y siete de hace veinte años, por lo que dejar las ocupaciones laborales en una etapa de vida que aún se tienen capacidades para seguir haciéndolas, a veces tanto laborales como de ocio, pueden convertir a algunos jubilados en personas con el llamado ¨síndrome del jubilado¨ que no es más que la dificultad de adaptación ante el cese de la actividad laboral. Esto supone un gran reto. En algunas personas puede generar sensaciones de vacío, pérdida de intereses, o ausencia de algunos objetivos, todo lo cual se viene a agravar con la pérdida del poder adquisitivo que, para algunas personas, supone la jubilación.

Si bien en general la sensación de pérdida de poder adquisitivo no se corresponde totalmente con la realidad, pues también hay gastos que se dejan de hacer, como el transporte, comidas fuera de casa y demás, el crearse nuevas obligaciones lúdicas puede suponer unos gastos extras que, si bien son optativos, son necesarios para esa nueva vida que se emprende.

Una de las partes positivas de la jubilación es que esa nueva vida ya no se asocia con vejez o tercera edad, pues para muchas personas se abren nuevas posibilidades de disfrutar, de conocer una vida mas saludable, realizando ejercicios físicos, una alimentación sana y sostenible e incluso, en muchos casos, dedicarse a ayudar a los demás a través de organizaciones no gubernamentales.

Evidentemente, este sector de la población cambia sus parámetros en cuanto a las preocupaciones cotidianas. Ya no se preocupan del acceso a la vivienda, los impuestos y demás, sino que su preocupación está centrada en esa nueva vida. Más que preocuparse por sus actividades futuras, que también, tienen la inquietud de quién va a pagar su jubilación, en un país envejecido, en donde la natalidad está a la baja y en donde las jubilaciones se pagan con las cotizaciones públicas de quienes trabajan.

De ahí que su preocupación se centre, en su mayoría, en el tema económico, por lo que se hace necesario instrumentar una vía de financiación que venga a dar complemento a lo que le corresponda legalmente de jubilación. Indudablemente esta previsión financiera, -planes de pensiones privados-, cuanto más temprano se haga, más beneficios se obtendrán, de ahí la necesidad de formación financiera, para que todo el mundo sepa lo que más se ajusta a sus necesidades futuras.

Actualmente existen muchas vías de financiación además de los planes de pensiones privados o de los seguros de vida (pensando en los herederos). El caso de los viudos o viudas es sumamente importante, dada la situación financiera en la que se encuentran cuando tienen que heredar la pensión del cónyuge porque indefectiblemente pierden poder adquisitivo. También la utilización de la vivienda, sí se tiene en propiedad, permite recibir una renta sin tener que venderla. Estas son algunas de las vías existentes, que requieren de una información adecuada sobre ventajas, desventajas, costes añadidos; en definitiva, actuar con un criterio informado.

El ahorro tradicional también juega un papel importante; ahorro que también hay que invertir de forma adecuada. De todos es sabido los grandes fraudes económicos en los que se han visto inmersas muchas personas mayores que, en muchos casos han perdido los ahorros de su vida, Fórum y Afinsa, las preferentes y alguna estafa piramidal más. La información profesional es siempre importante. También están los ahorros inmovilizados con poco rendimiento bancario que, a la larga, pierden su valor económico, con las consecuencias que pueden suponer para alguien que les fía su futuro.

No todas las personas que se jubilan cuentan con el mismo poder adquisitivo, por lo que las administraciones públicas se ocupan de fomentar, de forma gratuita o semi gratuita, actividades de ocio, como talleres para jubilados, viajes dentro y fuera de España con considerables descuentos, clases formativas en diferentes materias…, todo ello ofrecido a través de las juntas municipales de distrito. También desde las administraciones autonómicas se ofrecen transportes gratuitos, o con considerables descuentos a partir de los 55 años, entradas a museos, teatros, cines, hoteles o diferentes actividades de ocio.

La salud es algo que preocupa a quienes se van a jubilar o ya están en esta situación. Por ello es recomendable la contratación de seguros de salud, aunque el servicio público de salud funciona bien, pero hay situaciones que no tienen cobertura en este, como el dental. Es importante saber que en las coberturas privadas de salud con el paso de la edad se van incrementando las primas. Los usuarios de este tipo de seguros tienen la posibilidad de reclamar cuando se intenten rescindir unilateralmente por parte de la compañía.

Otro de los temas recurrentes es el de las residencias de mayores, que no siempre son residencias para dependientes, sino lugares en donde se ofrece a las personas una calidad de vida que, a lo mejor, supera las condiciones de sus propias viviendas. En este sentido, además de existir las residencias estrictamente privadas, también las hay con ayuda pública, en las que la persona aporta, con el dinero de su pensión, una parte del gasto y lo demás lo asumen las Administraciones.

Visto todo esto, podemos concluir que jubilarse no debería ser el fin de una vida, sino el comienzo de una situación distinta, con una edad en la que aún quedan muchos objetivos por cumplir; que existen ayudas públicas para todos aquellos que lo necesiten, y para los demás las mismas posibilidades de cultura, nutrición, mantenimiento físico y una variedad de ocio que les permitirá continuar con una calidad de vida una vez que cese su actividad laboral.

Por lo tanto, está claro que hay que prepararse para una jubilación digna, en la que las condiciones de vida sean las mismas para todos.

En busca del coche perfecto

CONSUMO

EN BUSCA DEL COCHE PERFECTO

Los coches de combustión comienzan a escasear, lo que se traduce en un aumento de precios hasta en los vehículos de segunda mano.
Comprar un coche es hoy una decisión difícil. Los cambios que afectan al sector de la automoción y su futuro provocan numerosas dudas en los consumidores en el momento de decidirse por una opción u otra. Cuando la compra es obligada, los expertos recomiendan reflexionar sobre el uso que se va a dar al vehículo, las necesidades personales y también el presupuesto disponible.
MARIÁN LEZAÚN

Hasta hace poco cambiar de coche era una cuestión más o menos sencilla: el precio y los gustos personales eran los ejes de esta decisión. El cliente apenas debía elegir el modelo que mejor se ajustaba a sus gustos y necesidades y ver qué tipo de combustible era más rentable, según el estilo de conducción y el uso del vehículo. Sin embargo, comprar un coche hoy es un tema complicado que requiere, además, tiempo, para analizar todas las opciones disponibles, y también una mayor cantidad de dinero. No es que los coches sean hoy más caros que hace unos años, sino que los cambios en la industria han provocado algunas distorsiones en los precios de los automóviles que los consumidores deben asumir. La guerra de Ucrania y el encarecimiento de las materias primas, debido a la coyuntura económica, mantienen al sector en vilo y eso hace que la oferta haya descendido. Además, los grandes fabricantes se encuentran en plena adaptación de sus plantas a los nuevos vehículos y la transición no está resultando fácil. La industria de la automoción depende, en gran parte, de China, donde se encuentran sus proveedores y esta situación está lastrando el desarrollo de los fabricantes en Europa.

Aumento de precios.

Así, los coches de combustión comienzan a escasear (problemas con el abastecimiento de piezas durante su fabricación, materiales más caros, etc.) lo que se traduce en un aumento de precios hasta en los vehículos de segunda mano. Mientras, los nuevos motores (eléctricos, híbridos, híbridos enchufables, con hidrógeno) siguen siendo caros para los consumidores medios como reflejan las ventas. De hecho, aunque los datos del Gobierno y de la patronal del sector, Anfac, vaticinaban unas ventas superiores a los 122.000 coches eléctricos para el cierre de 2022, la realidad ha arrojado ventas por debajo de las 80.000 unidades, la mitad de ellos híbridos enchufables. Lejos quedan así las necesidades del Plan Nacional Integrado de Energía y Clima que estiman un total de cinco millones de vehículos eléctricos (de todo tipo, no solo turismos) circulando en España para el año 2030.

 


LOS NUEVOS MOTORES (ELÉCTRICOS, HÍBRIDOS, HÍBRIDOS ENCHUFABLES O CON HIDRÓGENO) SIGUEN SIENDO CAROS PARA LOS CONSUMIDORES MEDIOS


 

Entonces, ¿cuál es el origen de esta ralentización? Los consumidores reconocen que, en muchos casos, el principal hándicap es el precio, aunque en el mercado pueden encontrarse modelos desde los 10.000 euros. Sin embargo, esos coches eléctricos más asumibles no cumplen con las prestaciones y las necesidades a las que estaban acostumbrados los conductores españoles y el resto sigue resultando caro para la gran mayoría: los modelos con buenas prestaciones superan los 40.000 euros. Ni siquiera las ayudas oficiales animan a la compra porque, según fuentes del sector, son insuficientes y no se ajustan a la realidad de los clientes. No obstante, fabricantes y vendedores apuestan por este modelo que, poco a poco, gana adeptos, pese a la desventaja que representa su precio. “Una cosa es el precio de adquisición del vehículo y otra el coste del uso por kilómetro. Es cierto que el precio de un coche eléctrico es superior al de uno con motor de combustión, pero recargar un vehículo eléctrico sigue siendo muy competitivo respecto a un modelo de combustión”, aclara Jaime Barea, director corporativo de la Asociación Nacional de Vendedores y Reparadores de Vehículos (Ganvam).

Además, los consumidores se muestran cautelosos debido a los cambios legislativos que afectan al sector y las expectativas futuras sobre la movilidad, especialmente en las grandes ciudades. Puede que, en un corto periodo de tiempo, el acceso en coche al centro de las ciudades esté reservado para unos pocos o que veamos vehículos sin conductor o nuevos modelos de transporte antes de lo que imaginamos. Pero habrá que esperar y ver cómo el sector evoluciona realmente. El momento clave será el año 2035, anunciado por Europa como el fin de la fabricación de los coches con motores de combustión.

 


HASTA HACE POCO CAMBIAR DE COCHE ERA UNA CUESTIÓN MÁS O MENOS SENCILLA: EL PRECIO Y LOS GUSTOS PERSONALES ERAN LOS EJES DE ESTA DECISIÓN


 

Puntos de recarga.

Tampoco ayuda la falta de puntos de recarga. A cierre de 2022, en España había 16.565 puntos de recarga públicos para coches eléctricos, según el barómetro de electromovilidad de Anfac. De estos, el 81,5% son de baja potencia, lo que significa que tienen tiempos de carga de entre tres y 19 horas. Solo había a cierre del año pasado, 412 puntos que permitían recargar el vehículo en menos de media hora. “Es cierto que queda mucho trabajo por hacer en lo que se refiere a la recarga vinculada, pero si contamos con que hay unos 24 millones de turismos en España y de estos, un 30 por ciento sí dispone de parking en propiedad, estamos hablando de que se pueden alcanzar más de 7 millones de puntos de recarga vinculada cuando el objetivo del Gobierno es que para 2030 haya 5 millones de vehículos eléctricos de toda tipología en circulación”, explica Barea.

Desde Gavam apuntan que hay margen suficiente para que se sumen a la movilidad eléctrica aquellos usuarios que dispongan de capacidad de recarga vinculada. “Además, el despliegue de infraestructura de recarga pública debe desarrollarse con mayor velocidad, eliminando todas las barreras aún existentes y la incertidumbre que el cliente pueda tener”, añade Barea.

Por eso, ante las dudas los expertos recomiendan más que nunca pedir asesoramiento. “Con el mercado actual hay que dejarse asesorar por un vendedor profesional. En función del presupuesto, le recomendará la solución de movilidad que mejor se adapte a lo que necesita. Además, si el comprador se decanta finalmente por un vehículo usado, tendrá certeza de que es una operación fiable, con contrato, garantía e historial de mantenimiento certificado”, explica Barea. En internet existen, no obstante, cientos de páginas en las que buscar y comparar las mejores opciones disponibles en cada momento.

Ventajas o desventajas del coche eléctrico

La apuesta oficial por el coche eléctrico mantiene al mercado dividido, especialmente a los conductores que se han visto en la obligación de cambiar de vehículo. La primera ventaja del coche eléctrico es, efectivamente, su reducido impacto medioambiental. A diferencia de los vehículos de combustión interna, el coche eléctrico no emite ningún gas de efecto invernadero mientras circula, aunque tiene otro impacto que hay que considerar. Los nuevos componentes necesarios para el vehículo eléctrico y conectado, como las baterías y los microchips necesitan materias primas minerales no empleadas en automóviles convencionales. Se trata de grandes cantidades de litio, cuya extracción no siempre es muy respetuosa con el medioambiente. Asimismo, el reciclaje de las baterías, cuya vida útil es de unos 10 años, implica también un problema medioambiental de gran envergadura.

Modelos para todos los gustos

En el mercado del automóvil conviven actualmente diferentes modelos de turismos, según la alimentación del motor. En un primer grupo se encuentran los vehículos de combustión térmica (gasolina o diesel) que, según las previsiones, desaparecerán en menos de treinta años. En un segundo grupo se encuentran los motores más avanzados que corresponden a los coches eléctricos y los híbridos (combinan la combustión y la electricidad). Dentro de estos últimos los hay enchufables (requieren carga externa) y otros que se recargan solos. Para hacerse con uno de estos modelos, los compradores cuentan con importantes ventajas ya que, además de la ayuda del Gobierno, recogida en el Plan Moves III, los coches eléctricos ofrecen otras ventajas en función de la Comunidad en la que circulen: exenciones de pago en zonas de aparcamiento reguladas, puntos de recarga gratis, etc. En el mercado existen también los vehículos alimentados por hidrógeno, mucho más sostenibles que los eléctricos, pero cuyo desarrollo es menor. Por último, los compradores pueden optar por el mercado de segunda mano, que se encuentra más activo que nunca y que responde de manera rápida a las necesidades de los clientes.

Por si las dudas

Ministerio de Industria: En su página web se pueden consultar todas las ayudas disponibles para la compra de vehículos eléctricos, así como la normativa sobre el sector de la automoción.

Anfac: La patronal del sector del automóvil publica datos oficiales sobre ventas en España, así como tendencias y cambios en el mercado.

Faconauto: La federación de asociaciones de concesionarios publica estadísticas de ventas, noticias del sector y, también los últimos avances en movilidad sostenible.

Ganvam: La organización de distribución y reparación de vehículos en España recoge en su página toda la información relativa al comercio del sector. Incluye estadísticas, perspectivas y tendencias.

«Movilidad sostenible y vehículos eléctricos», por Olga Ruiz Legido

CONSUMO

OLGA RUIZ LEGIDO,

presidenta de Facua

"El futuro de la movilidad no puede descansar en la sustitución sin más del vehículo de combustión por el eléctrico"

Movilidad sostenible y vehículos eléctricos

¿Es el vehículo eléctrico la solución para conseguir una movilidad más sostenible?
Para responder esta pregunta desde una óptica consumista y comprometida con los objetivos de desarrollo sostenible, es preciso contextualizar esta opción de movilidad y analizar las implicaciones que tiene, hoy por hoy, el coche eléctrico.

El transporte es responsable de una cuarta parte de las emisiones de CO2 en la Unión Europea (UE) que, mayoritariamente, provienen del transporte por carretera, según un informe de la Agencia Europea del Medio Ambiente (EEA): coches, furgonetas, camiones y autobuses producen más del 70% de las emisiones totales de gases de efecto invernadero.

Reducir los efectos adversos del transporte es uno de los principales objetivos políticos de la UE. Según determina la EEA, las líneas fundamentales de actuación consisten en desplazar el transporte hacia modalidades menos contaminantes y más eficientes; hacer uso de tecnologías avanzadas de transporte; implementar combustibles e infraestructuras más sostenibles, y garantizar que los precios del transporte reflejen plenamente los efectos adversos en el medio ambiente y en la salud. La descarbonización del transporte centra una de las líneas estratégicas de las políticas europeas.

Entre los objetivos de desarrollo sostenible y de lucha contra el cambio climático de la UE se sitúa el de alcanzar la neutralidad climática. Para ello, el reto fijado es una disminución del 90% de las emisiones de gases invernadero generadas por el transporte para 2050, respecto de los niveles de 1990.

Así lo estableció la Comisión Europea en el Pacto Verde Europeo en diciembre de 2019, donde recogió el compromiso de una Europa climáticamente neutra para 2050, compromiso político que devino en obligación legal tras aprobarse la Ley Europea del Clima en 2021.

Para la consecución de los objetivos de sostenibilidad y neutralidad climática aprobados por la Comisión y el Parlamento Europeo, el desarrollo de modelos de transportes sostenibles es crucial, pero, además, debe ir de la mano de otros atributos que permitan garantizar la movilidad como un derecho de todos y todas. En este sentido, la movilidad debe ser sostenible pero también segura, asequible y accesible para el conjunto de la población.

La Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible de Naciones Unidas y sus objetivos de desarrollo sostenible expresamente reconoce el derecho de todas las personas a tener acceso a sistemas de transporte seguros, asequibles, accesibles y sostenibles.

En España, la Ley 7/2021, de 20 de mayo, de cambio climático y transición energética, recoge esos objetivos y la implantación de formas de desplazamientos alternativas y más sostenibles, entre las cuales hace una apuesta por el vehículo eléctrico, pero también prioriza la necesaria reducción del transporte individual en beneficio de los sistemas colectivos y de otros modos no motorizados de transporte (pie y bicicleta), desarrollando aquellos que hagan compatibles crecimiento económico, cohesión social, seguridad vial y defensa del medio ambiente.

En este contexto político y legislativo se está desarrollando una intensa campaña de promoción del coche eléctrico. Se habla de objetivos a medio y largo plazo de sustitución del parque de coches de combustión por coches eléctricos. Sin embargo, debemos preguntarnos si en el vehículo eléctrico está la solución para una movilidad sostenible y si esta estrategia de gobiernos e industria ayuda realmente a un cambio de modelo que atienda las necesidades de todos y también del planeta.

El vehículo eléctrico se presenta como la alternativa más limpia, pero es preciso tener en consideración determinados condicionantes que se dan en la actualidad: no solo deben ser tenidas en cuenta las emisiones de CO2 que produce un coche durante su uso; también las que se causan durante su producción y en la gestión de sus desechos tras su vida útil. La producción y eliminación de un coche eléctrico tiene un impacto medioambiental significativo y mayor que un vehículo de combustión. Las baterías y motores suponen, hoy por hoy, un importante problema medioambiental al necesitar recursos escasos y materiales contaminantes en su fabricación.

El origen de la energía eléctrica necesaria para su utilización también es un factor determinante en la reducción de las emisiones de CO2, debiendo ir vinculado a un crecimiento exponencial de su origen renovable. El coche eléctrico es más limpio a medida que la proporción de electricidad proveniente de fuentes renovables aumente y se avance en baterías más sostenibles.

Las poco desarrolladas infraestructuras de recargas en España y el precio de venta y mantenimiento del vehículo eléctrico también representan claras desventajas que impiden que pueda ser una alternativa accesible y asequible para la mayoría de la población y marca claras diferencias sociales.

De otra parte, debe tenerse en consideración el impacto del vehículo privado en las ciudades (ya sea combustión o eléctrico) y los problemas que genera en cuanto a desplazamientos y ocupación del espacio público y cómo condiciona el propio modelo urbanístico.

El futuro de la movilidad no puede descansar en la sustitución sin más del vehículo de combustión por el eléctrico. Un cambio hacia una movilidad sostenible no representa solo un cambio de tecnología; ha de tener en consideración la necesidad de decrecimiento. Necesitamos también menos coches.

El coche eléctrico es una pieza en la movilidad sostenible pero no debe ser la única, ni ha de ser el objetivo central de la misma. Es preciso revertir el patrón de crecimiento continuo de vehículos privados e impulsar fórmulas colectivas y otras alternativas para los desplazamientos.