Consumir con cabeza

CONSUMO

Consumir con cabeza

Los españoles tenemos la intención de cuidarnos más, de comer mejor, de hacer más ejercicio y estamos dispuestos a hacer muchos esfuerzos para conseguirlo. También económicos. Eso es, al menos, lo que recogen numerosos estudios sobre nuestros hábitos de consumo. 

MARIÁN LEZAUN

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@mlezaun

Así, una encuesta realizada por la aseguradora Aegon señala que cada vez son más los consumidores que consultan la etiqueta nutricional de los alimentos o los clientes que estarían dispuestos a pagar más por productos realmente saludables. En la misma línea, un 77 por ciento de los encuestados contempla cambiar sus hábitos de vida a corto plazo para sentirse mejor, según un estudio de Aral, la revista de las empresas de distribución.

La incertidumbre creada por el coronavirus ha servido para hacernos más conscientes de nuestro estado de salud. De hecho, durante estos meses, hemos tenido información suficiente para valorar nuestros hábitos de consumo y de vida, pensarlos e incluso cambiarlos para hacer frente a posibles nuevas enfermedades tanto físicas como mentales. La venta de productos deportivos se disparó en los primeros meses de la pandemia y aumentó con fuerza la de alimentos de proximidad y productos sostenibles.

Hábitos saludables. Según la Organización Mundial de la Salud (OMS) existen siete hábitos que, practicados a diario, cambiarían nuestra vida para bien facilitando un estado de completo bienestar físico, mental y social. Son sencillos y apelan al sentido común, pero no siempre es fácil ponerlos en marcha. Entre ellos, una dieta equilibrada, eliminar los productos tóxicos como el alcohol, las drogas y el tabaco, un poco de ejercicio, una higiene apropiada y cuidar nuestro estado emocional y nuestras relaciones sociales. Los fabricantes y las marcas saben que lograrlo es una gran preocupación para muchos consumidores y, por eso, aumentan las inversiones en investigación para crear productos y servicios que satisfagan esas necesidades. De hecho, en los últimos años hemos visto cómo crece la oferta de productos más saludables, más respetuosos con el medioambiente y con la salud y, sobre todo, cómo se ha creado un gran negocio alrededor de ellos que hace que cada vez seamos más exigentes a la hora de comprar. El problema es que producirlos resulta más caro y que, en ocasiones, no llegan al público general que también empieza a demandarlos. No obstante cada vez hay más marcas blancas o productores más pequeños que se han apuntado a la moda de esta nutrición adaptada a nuestras necesidades alimenticias. Alimentos que mejoran el sistema inmune, la flora intestinal, que aportan vitaminas extra o que ofrecen alternativas a la carne suponen ya una oferta importante en cualquier supermercado. Algo que hace apenas unos años solo podía encontrarse en tiendas especializadas. En Innofood señalan las tendencias del futuro de la alimentación: alimentos “cómodos” o fáciles de preparar, comidas que estén ligeramente procesadas, productos sabrosos, saludables y seguros, procesos de conservación más prolongada, alimentos lo más naturales posible y precios competitivos. Dicen los expertos que las empresas que sepan adaptarse serán las que ganarán la batalla en el complicado mercado de la distribución “porque las nuevas generaciones además de demandar comida más sana, quieren que sea fácil de preparar y que aporte nutrientes extra”.

Una encuesta realizada por la aseguradora Aegon señala que cada vez son más los consumidores que consultan la etiqueta nutricional de los alimentos.

El precio. El precio que, hasta ahora, había sido uno de los principales frenos al despegue de este negocio ya no lo es tanto porque el consumidor aprecia las condiciones en las que se han producido los alimentos y los compra convencido. Este el caso de los productos denominados bio o ecológicos que aunque pueden duplicar el precio de los productos convencionales, tienen un target definido para que esta variable no sea lo más importante en la decisión de compra. Además, los expertos aseguran que se puede comer bien sin gastar demasiado. Así, para Laura Arranz, farmacéutica, nutricionista y autora del blog dietalogica.com “no es cierto que comer más sano sea más caro hoy día si tenemos una buena organización de menús en casa y aprovechamos bien todo lo que compramos”. El problema es que “muchas personas se apuntan al cambio, compran verduras en exceso y luego se les estropean en la nevera, y entonces sí sale caro”. Pero si calculamos bien lo que vamos a consumir y lo hacemos no es un problema. “En este sentido la clave está también en consumir alimentos de temporada, tanto frutas y verduras como pescado, pues así reducimos mucho el coste de la cesta de la compra”, explica Arranz. Para esta experta el mercado nos ofrece un montón de productos saludables y con precios asequibles, por lo que se trata de planificar un poco mejor la cesta de la compra y buscar a esos proveedores que realmente sean de confianza. 

En esta especie de revolución alimentaria, los más jóvenes son los que lideran el cambio hacia una dieta más respetuosa con el cuerpo y el planeta. “Casi el 80% de la población entre 25 y 34 años y el 73% de entre 18 y 24 años afirman haberse vuelto más conscientes de su alimentación”, según un estudio de Upfield, el fabricante holandés de margarinas. No obstante, durante la cuarentena se ha incrementado la ingesta de fruta en un 66%, la de vegetales en un 59%, los productos frescos en un 49% y los alimentos ricos en Omega3 en un 24%. De igual manera, ha disminuido el consumo de bollería y el de carne por encima de un 30%, según Upfield. 

Ojo con las modas. Sin embargo, los expertos advierten de que el peligro está en dejarse llevar por las modas y no por criterios científicos. Según un estudio de la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU), “la mitad de los encuestados cree que los productos orgánicos son más sanos que los no orgánicos, cuando esta afirmación no tiene ningún claro respaldo científico”. Según un estudio elaborado por la compañía de energía fotovoltaica SotySolar, hasta el 80% de los españoles considera que existen marcas que se aprovechan de lo ecológico y sostenible para aumentar el precio, haciendo que optar por este tipo de productos sea solo accesible para unos pocos. No obstante, el 18% de los encuestados considera que el precio de este tipo de productos se adecua a lo que se ofrece, mientras que solo un 2% afirma que no son más caros. En este sentido, el bioquímico y divulgador José Antonio Mulet, se ha encargado de desmentir ciertos tópicos respecto a los productos naturales. Mulet defiende que el avance tecnológico no ha supuesto un retroceso en la calidad de los alimentos y que llevar una alimentación poco saludable es solo un problema de actitud. 

Así, para Arranz, aquellas empresas que sepan aunar los nuevos valores serán las que se lleven el gato al agua. “Creo que este tipo de productores serán los que triunfarán y más después de esta crisis sanitaria que estamos viviendo que nos ha hecho valorar mucho más la salud. La mayoría de los consumidores escogerá la opción saludable en igualdad de precio y aunque una parte estarán dispuestos a pagar un poco más, las empresas también están por la labor de hacer que sus opciones más sanas sean también asequibles al bolsillo”. Eso lo estamos viendo ya en los lineales, así que quizás la clave está solamente en mejorar nuestras decisiones.

Hacia una alimentación más inteligente

El proveedor de tecnologías microbianas ADM ha identificado seis diferencias en el comportamiento de los consumidores desde el comienzo del COVID-19. Son hábitos emergentes que impulsarán la innovación y el crecimiento en los próximos meses, según recoge la revista de distribución ARAL. ADM ha detectado las grandes preocupaciones de los consumidores y qué es lo que piden ahora a los proveedores de alimentos. En primer lugar, según esta empresa, los consumidores buscan alimentos que refuercen su sistema inmunitario, que ayuden a mantener las funciones metabólicas y el peso, que se adapten a las necesidades nutricionales de cada uno y que favorezcan el equilibrio y el bienestar. Al mismo tiempo se ha registrado un aumento de la demanda de proteínas vegetales como alternativa al consumo de carne. Según explica la vicepresidenta de marketing de ADM, Ana Farrel, en la revista, los productores que sepan atender a estos nuevos valores serán los que triunfen en la estantería del supermercado.

Cada vez hay más marcas blancas o productores más pequeños que se han apuntado a esta moda de una nutrición adaptada a nuestras necesidades

Para saber más

Más nutrientes: La Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación ha publicado un estudio en el que recoge cuáles son los alimentos con más nutrientes y beneficios para nuestro organismo, Powerhouse Fruits and Vegetables. Este reportaje de La Vanguardia recoge sus claves.

Calcula tu menú: En la web de la Fundación Española de Nutrición puedes calcular la cantidad de calorías que necesitas consumir para mejorar tus condiciones físicas. También encontrarás consejos sobre alimentación saludable y tendencias de consumo.

En esta especie de revolución alimentaria, los más jóvenes son los que lideran el cambio hacia una dieta más respetuosa con el cuerpo y el planeta

Las pymes tiran de la innovación alimentaria

Según datos del Informe Económico 2019 de la Federación de la Industria Alimentaria y las Bebidas, la incorporación de empresas alimentarias a actividades I+D sigue aumentando. Así, la industria de alimentación y bebidas ha elevado la cifra de empresas que han realizado actividades de I+D, que ya superan las 700 compañías, de las que un 84 por ciento son pymes. Desde Food For Life-Spain, la plataforma tecnológica de la Federación, se han promovido 600 proyectos por valor de unos 1.100 millones de euros, relacionados con la innovación alimentaria.

Hacia un consumo más responsable y cercano

CONSUMO

Hacia un consumo más responsable y cercano

El coronavirus ha cambiado nuestras vidas en muchos aspectos. Después de varios meses de crisis humana, social y económica, toca hacer balance de las consecuencias que ha dejado esta pandemia. Ya nada será igual, no solo para las miles de personas que han perdido a sus seres queridos, sus trabajos o la salud, sino para todos los que vivimos con la incertidumbre de un posible contagio o un rebrote que nos vuelva a confinar sin previo aviso. Si hace apenas unos meses salir de compras, tomar el aperitivo o visitar a la familia eran actos cotidianos, parece que ahora todo necesita una mayor planificación y la toma de precauciones sanitarias.

 

MARIÁN LEZAUN

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Los protocolos de seguridad y las nuevas normas que rigen en tiendas y supermercados suponen, en muchos casos, un freno para los consumidores.

UNO DE LOS grandes afectados por el virus ha sido el consumo, que ha vivido su propia revolución. Una vez superada la histeria inicial que nos llevó a llenar las despensas de productos no perecederos, de material deportivo, de herramientas de bricolaje o de diferentes entretenimientos (productos electrónicos, juguetes, etc.) durante los primeros días del confinamiento, llegó la calma. Tanta, que ha provocado las mayores caí-das en los niveles de consumo desde que existen datos, hasta un 49%, según un estudio de BBVA Research. Mayores incluso que las que nos dejó la crisis económica y financiera hace diez años.

No hay más que dar un paseo por las calles comerciales de las ciudades para ver que los protocolos de seguridad y las nuevas normas que rigen en tiendas y supermercados suponen, en muchos casos, un freno para los consumidores. Límites en el número de prendas que se pueden llevar al probador y límites en el número de veces que se puede entrar, límites de aforo, distancias mínimas y geles por todos los rincones pueden disuadir a más de un cliente que, además, se ha vuelto más previsor. Un informe de la firma Cap Gemini, señala que “el consumidor español se muestra más exigente con respecto a la media global en los aspectos de seguridad en tienda, reparto a domicilio y de concienciación social de las marcas”. Los expertos destacan otras tendencias, además de esa contención que ha llevado a reducir el consumo semanal hasta un 60%, según BBVA.


El 40% de los hogares españoles han reducido su nivel de gasto durante la pandemia


¿Qué compramos? Así, durante el confinamiento los hogares han gastado un 26% más en productos de gran consumo, pero han reducido mucho el gasto en ocio y restauración y en prendas de vestir. Desde entonces, las visitas al supermercado se han distanciado, aunque la cesta de la compra ha aumentado de media un 37%, según datos ofrecidos por la consultora Kantar. Además, por comodidad, necesidad o por miedo al contagio, el consumidor se ha familiarizado en mayor medida con el comercio electrónico, que ha sido el gran beneficiado de la pandemia, así como las grandes marcas y los productos de calidad. “Lo cierto es que no sabemos con certeza qué ocurrirá en los próximos meses, pero hay indicadores que nos llevan a pensar que las decisiones de compra serán algo más sosegadas y que las marcas pesarán algo más en ese sentido. Aún así el panorama aún es muy inestable y chocan corrientes opuestas”, explica David González Natal, socio y director senior de la consultora Llorente y Cuenca que ha analizado cómo se está comportando el con-sumo en estos tiempos de cambio. González añade que incluso el componente de sostenibilidad que se ha valorado tanto en los últimos años, podría remitir a favor de otros elementos como es, simple-mente, el cuidado de uno mismo. No se trata de algo casual, sino que el tiempo que hemos pasado en casa nos ha llevado a una mayor preocupación por nosotros, por nuestros hábitos de alimentación, de higiene personal y ahora las ventas se centran en ese tipo de productos. Ahí entran los productos sostenibles, respetuosos con el medio ambiente, pero también que tengan beneficios directos en el consumidor, sobre su salud, sus preferencias y gustos y sobre su economía. “Evidentemente el lujo ha sufrido mucho. También la cosmética porque el concepto de bienestar ha evolucionado hacia un concepto mucho más holístico de wellbeing (bienestar) en el que la apariencia física no es lo prioritario”, explica González, que señala también las pérdidas que han sufrido y sufrirán sectores como el turismo o la hostelería a la cabeza, que han visto su actividad reducida o incluso desaparecida.

Los pagos contactless se convirtieron en el método preferido para el 66% de los españoles.

¿Cómo compramos? Los expertos coinciden en que ahora compramos mejor. Es decir, la compra por impulso ha perdido espacio y, desde la ropa a la alimentación, todo está más planificado. De hecho, grandes cadenas de distribución de moda han registrado beneficios negativos por primera vez en su historia, porque esas compras a pie de calle ya no son lo que eran. Sin embargo, el comercio será más cercano y los clientes van a primar la proximidad. Eso señala un estudio de Aecocc (la asociación de fabricantes y distribuidores) que asegura que el 63% de los consumidores van a dar mayor importancia a este valor. También han cambiado los métodos de pago. Según un estudio de Mastercard, durante el confinamiento, los pagos contactless se convirtieron en el método preferido para el 66% de los españoles. El estudio reconoce que el pago sin contacto se quedará para siempre, ya que el 75% de los encuestados tiene intención de continuar utilizando este método cuando pase la pandemia y que el dinero en efectivo se utilizará mucho menos. No obstante, el Gobierno prepara una normativa para restringir su uso y no solo por razones de seguridad sanitaria.

El canal online se queda

MIENTRAS el comercio tradicional ha sido uno de los grandes perjudicados durante el estado de alarma debido al cierre precipitado de la mayoría de establecimientos, los negocios online han disparado su actividad y han crecido por encima del 50%, según datos de UNO, la patronal de las empresas de logística en España. “Pese a que el consumidor es el mismo que hace tres meses, ahora sabe que tiene más opciones y que puede comprar casi cualquier cosa en internet”, dice Franc Carreras, profesor de marketing digital de la escuela de negocios Esade. A partir de ahora, el negocio tradicional y el online van a estar mucho más relacionados. De hecho, los pequeños comercios buscan nuevas estrategias para poder seguir vendiendo y satisfacer esta demanda que ya es multicanal. Esto no quiere decir que el negocio tradicional vaya a desaparecer “porque tiene unos valores de inmediatez, confianza y de acompañamiento muy importantes”, apunta Carreras. Desde UNO aseguran que, aunque el crecimiento de estos meses permitirá asentar la venta online, en el caso de la alimentación, por ejemplo, no será un crecimiento estructural porque muchos consumidores españoles prefieren ver el género en el establecimiento”. La consultora Cap Gemini espera que la penetración de este canal representará el 37% de las ventas totales, frente al 25% anterior a la crisis.

Más ahorro ante la incertidumbre

EN tiempos de incertidumbre muchas de nuestras decisiones de compra quedan aplazadas y el ahorro se convierte en una máxima. Durante estos meses, muchas familias españolas han tenido que tirar de sus ahorros para poder hacer frente a los ERTES (Expedientes de Regulación de Empleo Temporal), el desempleo o las excedencias laborales. Así, no es de extrañar que el 40%de los hogares españoles redujera su nivel de consumo durante los meses más duros de la pandemia, como muestra la encuesta europea elaborada por el banco ING. Las familias recortaron drásticamente el gasto y han provocado la mayor caída del consumo que ha vivido España desde que existen datos registrados. Según la encuesta de ING, el 67% de las familias en España considera que necesita más ahorro del que tiene actualmente para alcanzar una situación financiera cómoda. Eso significa que durante estas semanas de incertidumbre económica, el ahorro de los hogares seguirá aumentando hasta marcar un nuevo récord histórico.

Para saber más

El sentimiento del consumidor.
La consultora Cap Gemini ha estudiado cuáles han sido los hábitos del consumidor minorista durante la pandemia y cómo se va a comportar en los próximos meses.

ESCRITURA PÚBLICA.

El consumo online ha vivido su propia revolución. Cada vez más consumidores se decantan por esta opción que ha llevado a la transformación de los negocios de barrio y los comercios más modestos. Lo contamos en el número anterior de la revista.

Consumidores y marcas.

La consultora Llorente y Cuenca ha elaborado un estudio sobre las tendencias de consumo y el comportamiento de las grandes marcas tras la crisis. El informe recoge cómo será el comportamiento de los consumidores en los próximos meses.