Esos seres sintientes con los que convivimos

ALDEA GLOBAL

ESOS SERES SINTIENTES CON LOS QUE CONVIVIMOS

Los animales de compañía están más protegidos por la legislación en Reino Unido, Polonia, Austria, Suiza, Suecia, Malasia y México.

Melchor del Valle

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La entrada en vigor en España de la Ley sobre sobre el régimen jurídico de los animales, en diciembre de 2021, ha supuesto la consecución de varios de sus objetivos para organizaciones como el Observatorio Justicia y Defensa Animal, que los perseguían al grito de #AnimalesNOsonCosas desde 2015, y una concienciación general de que la ciencia, primero, y la legislación, después, reconocen que con los humanos conviven seres vivos dotados de sensibilidad.

Legislar sobre la convivencia del hombre con los animales no es algo nuevo. Ya el Derecho Romano incluía a estos últimos en su normativa, aunque los considerase «cosas». La realidad histórica es que ese régimen jurídico de los animales lleva más de dos mil años presente en el continente europeo y, por ende, en muchos países de todo el mundo.

Si nos quedamos en la Unión Europea, tenemos el Tratado de Ámsterdam de 1997, donde se encuentra el germen del artículo 13 del Tratado de Lisboa, firmado en 2007, que dio lugar Tratado de Funcionamiento de la Unión Europea. En él se reconoce la sensibilidad animal y exige a los Estados miembros que «tengan plenamente en cuenta los requisitos de bienestar de los animales» cuando apliquen las políticas de la UE relativas a agricultura, pesca, transporte, investigación y desarrollo tecnológico.

 


LA UE EXIGE A LOS ESTADOS MIEMBROS QUE «TENGAN PLENAMENTE EN CUENTA LOS REQUISITOS DE BIENESTAR DE LOS ANIMALES»

 

Pero esto de reconocer que los animales no son meros objetos, parece no ser suficiente. Austria, pionera en quitar a los animales la consideración de «cosas» (1988), lo cita explícitamente en su Código Civil: «Los animales no son cosas; están protegidos por leyes especiales». A parecidas soluciones llegaron Alemania y Suiza. Algo similar sucedió en Canadá, concretamente en la Asamblea Nacional de Quebec, cuando legislaron para reconocer que «los animales no son cosas, sino seres sintientes con necesidades biológicas», y en Nueva Zelanda.

 

La Declaración de Cambridge.

Un prestigioso grupo internacional de científicos especializados en neurociencia cognitiva, neurofarmacología, neurofisiología y neurociencia computacional, se reunieron en la Universidad de Cambridge (julio de 2012) para evaluar, a la luz de los conocimientos actuales, los sustratos neurobiológicos de la experiencia consciente y los comportamientos que tienen que ver con ella; y, aquí viene lo significativo, en humanos y no humanos.

Cuando se refieren a la consciencia, dejan lugar a pocas dudas: «Hay evidencias convergentes que indican que los animales no humanos poseen los sustratos neuroanatómicos, neuroquímicos y neurofisiológicos de los estados de consciencia, junto con la capacidad de mostrar comportamientos intencionales. En consecuencia, el peso de la evidencia indica que los humanos no somos los únicos en poseer la base neurológica que da lugar a la consciencia. Los animales no humanos, incluyendo a todos los mamíferos y aves, y otras muchas criaturas, entre las que se encuentran los pulpos, también poseen estos sustratos neurológicos». Es quizás por eso que las normativas de Francia (2015), Portugal (2017) y la recientemente aprobada en España (2021) «prefieren –como se indica en el preámbulo de nuestra Ley– una descripción “positiva” de la esencia de estos seres que los diferencia, por un lado, de las personas y, por otro, de las cosas y otras formas de vida, típicamente de las plantas». En esto consiste, básicamente, lo que hemos dado en llamar «descosificación».

 

Índice de protección animal.

Para tener una idea de conjunto y por países de en qué situación se encuentran internacionalmente las leyes de protección a los animales y de traslación a la realidad de los distintos países de la Declaración Universal de los Derechos de los Animales (UNESCO, 1978, y ONU, posteriormente), conviene echar un vistazo al Índice de Protección Animal (API, por sus siglas en inglés de Animal Protection Index) que ofrece la organización internacional World Animal Protection, antes conocida como World Society for the Protection of Animals (WSPA). La segunda edición de este índice es la de 2020 (publicada en diciembre de ese año; la primera fue en 2014) y revisa la situación de cómo la legislación protege a los animales en 50 países de todos los continentes.

 


EL GRUPO DE ANIMALES QUE MAYOR ATENCIÓN RECIBEN, EN CUANTO A LA PRESENCIA EN LA LEGISLACIÓN DEL BIENESTAR ANIMAL, SON LOS DEDICADOS A LA INVESTIGACIÓN

 

El análisis del API se basa en cuatro pilares: reconocimiento de la sensibilidad animal y prohibición del sufrimiento animal, presencia de la legislación sobre bienestar animal, establecimiento de órganos gubernamentales de apoyo y apoyo a las normas internacionales de bienestar animal (la antes citada Declaración Universal y las normas de la Organización Mundial de Sanidad Animal). Los resultados se ofrecen online, abiertos a todos los usuarios, y se pueden ver en conjunto, país por país, según cada uno de los pilares e, incluso, comparando países. En el mapa global se observa que Irán y Azerbaiyán son los últimos de la clasificación general, mientras que Suecia, Dinamarca, Países Bajos, Austria, Suiza y Reino Unido son los que se encuentran a la cabeza. Todos de Europa, como puede apreciarse.

 

Sensibilidad animal.

Siendo importantes todos los pilares citados, los dos primeros están íntimamente ligados con el reconocimiento de #AnimalesNOsonCosas y su traslado a la correspondiente legislación. El reconocimiento de la sensibilidad animal está más arraigado en Colombia, seguido de Perú y Chile, en América; y de Austria, Francia, Países Bajos y Suecia, en Europa, zona en la que el país peor clasificado es Bielorrusia. Si hablamos de leyes contra el sufrimiento animal, Suiza, Dinamarca y Suecia son los más activos. En este capítulo es en el que se denota más actividad, ya que se unen al grupo de los «B» –segunda posición– países como Canadá, Rusia, India o Pakistán y Kenia, Nigeria y Malasia, por no dejar ninguna zona por mencionar.

 


EL ÍNDICE DE PROTECCIÓN ANIMAL MIDE LA TRASLACIÓN A LA REALIDAD DE LOS DISTINTOS PAÍSES DE LA DECLARACIÓN UNIVERSAL DE LOS DERECHOS DE LOS ANIMALES

 

La citada Kenia, pasando ya al pilar del traslado de los principios a la legislación, es el país más activo en la protección legal de animales salvajes, seguido de Brasil. El grupo de animales que mayor atención reciben, en cuanto a la presencia en la legislación del bienestar animal, son los dedicados a la investigación, con Francia, Alemania, Polonia, Austria, Suiza, Países Bajos, Suecia y Dinamarca como primeros valedores. El grupo de los dedicados a la agricultura solo se ve reconocido legalmente en Austria y Suecia. El parámetro en que mejor clasificada sale España es respecto al grupo de los animales en cautiverio, junto con Reino Unido, Suiza, Austria, Alemania, Países Bajos, Dinamarca y Suecia. Si señalamos a los animales de compañía, están más protegidos por la legislación en Reino Unido, Polonia, Austria, Suiza, Suecia, Malasia y México. En el último de los grupos, los animales de tiro y recreo –suponemos que se refiere básicamente a caballos–, solo Malasia y Suiza se salvan de la quema, pero con valores mucho más bajos que en las otras medidas.

 

Objetivos 14 y 15.

Naciones Unidas, en su Agenda 2030 sobre desarrollo sostenible, incluyó la necesidad de conservar de manera sostenible los océanos y el uso de los ecosistemas terrestres. Hablan de protección de fauna y flora, claro, promoviendo las adecuaciones legislativas que ayuden a esa sostenibilidad. En mayo de 2022, va a tener lugar en Lyon (Francia) la 19ª Convención sobre el Comercio Internacional de Especies Amenazadas de Fauna y Flora Silvestres a la que asistirán, si nos guiamos por anteriores ediciones, más de 3 000 especialistas. Será un termómetro para conocer cómo estamos haciendo las cosas respecto a la legislación para la protección de esos seres vivos que están a nuestro lado…

La organización sin ánimo de lucro The Ocean Cleanup publicó en la revista Science (abril de 2021) un estudio que pone los pelos de punta y cuyos resultados resumen así: «1 000 ríos son responsables de casi el 80 % de las emisiones anuales mundiales de plástico fluvial, que oscilan entre 0,8 y 2,7 millones de toneladas métricas por año, con los pequeños ríos urbanos entre los más contaminantes. El 20 % restante de las emisiones de plástico se distribuyen en otros 30.000 ríos».

Cifras visibles. Para que podamos poner en valor el significado de todas las cifras que citaremos en estas líneas, hagamos un simple ejercicio numérico a modo de ejemplo. Tenemos que una bolsa de plástico tipo supermercado pesa unos 6 gr y una botella pequeña de agua sin gas, 8 gr. Ahora imaginemos una «sopa» de plástico de tan solo 20 Kg flotando en el mar (recuadro «Mapas interactivos», Sailing seas of plastic), en la que hay bolsas y botellas a partes iguales. Tendríamos en la mancha cerca de 3 000 piezas.

Si llevamos los materiales del ejemplo a lo que vierte el río más contaminante de los que da notica el estudio de The Ocean Cleanup, el Pásig, en Filipinas, sus 62,6 toneladas de plástico anuales significarían 9,4 millones de desechos entrando al mar por su desembocadura en Manila. Este país, en fin, tiene el doloroso récord de ser el que más tráfico fluvial de plásticos conduce al mar. En total, el país tagalo emite 360 000 toneladas de plástico al año mediante 4 820 de sus ríos.

Medallas de deshonor. Tras Filipinas, los siguientes países que más polímeros mueven en sus vías fluviales son, por este orden, India, Malasia, China, Indonesia, Birmania, Brasil, Vietnam, Bangladés y Tailandia, por solo citar los diez más contaminantes. Pero hay que marcar diferencias: el segundo (India), vierte justo la mitad de plástico (130 00 toneladas) que el primero; y el décimo (Tailandia) «solo» 23 000 toneladas. En el entorno del Mediterráneo más próximo, puede ser preocupantes las 14 000 toneladas de ríos turcos, sobre todo al Mar de Mármara, y las 5 800 toneladas de los argelinos dejadas casi a las puertas de las Islas Baleares.

 


EN 2025 HABRÁ DESECHOS PLÁSTICOS COMO PARA CUBRIR CADA METRO DE COSTA DE TODO EL MUNDO CON 100 BOLSAS

 

Asía, por tanto, es la zona donde el problema que venimos comentando alcanza mayor intensidad. En el entorno americano, Brasil es el primer emisor de plásticos, 38 000 toneladas, seguido de Guatemala, Haití, República Dominicana y Venezuela. En África, se lleva «la palma» Nigeria, con 19 000 toneladas, seguido de Camerún, con 11 000 toneladas, y el ya citado Argelia. En la Unión Europea, crucemos los dedos, solo el río Neretva (desemboca en Croacia, pero el 90,2 % de su curso transcurre por Bosnia-Herzegovina) vuelca volúmenes significativos (125,8 toneladas) al Adriático. A esta misma cuenca vierten los albaneses Ishën (algo más de quinientas toneladas) y Seman (235,5 toneladas), entre otros, demostrando que el cuidado medioambiental local puede servir de poco si los problemas no se acometen internacionalmente.

Qué hay de nuevo. Los ríos, nos cuenta la historia, nos vienen sirviendo para abastecernos de agua, disponer de terrenos fértiles para los cultivos o pastos y deshacernos de los residuos. Para esto último hemos involucionado, porque el incremento de producción y uso de plásticos ha hecho de los ríos autopistas de evacuación de productos que no se degradan fácilmente. Cuando hablamos del «uso de plásticos», nos estamos refiriendo a los más de 8.500 millones de toneladas fabricadas desde que se empezó la producción masiva en 1950. Y creciendo.

 


SE CALCULA QUE LA «ISLA DE PLÁSTICO» DEL PACÍFICO NORTE PUEDE ALCANZAR UNA EXTENSIÓN SIMILAR A ESTADOS UNIDOS

 

Un informe de Naciones Unidas calcula que, de seguir así, en 2025 habrá plástico como para cubrir cada metro de costa de todo el mundo con 100 bolsas tipo supermercado. Cabe recordar que los polímeros tardan entre 55 y 1 000 años en degradarse (depende del compuesto y el grosor). Y un dato más: las mascarillas y guantes desechables tardan en desintegrarse entre uno y cinco años.

De los ríos al mar. Mares y océanos son los depositarios de todos estos desechos que pueden a pasar a la cadena alimenticia, los famosos microplásticos, a precipitarse a los fondos marinos o a mantenerse a flote formando las conocidas como «islas de plástico». De las muchas que hay ya, la más impresionante es la del Pacífico Norte. Diversas estimaciones calculan que puede llegar a medir más que EE. El Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA), calcula que esta isla de basura crece al ritmo de una tonelada de desechos al día. Hay más: según investigaciones recientes, en torno a un 70 % de los componentes de estas islas se hunden; calculen la dimensión del problema si eso que es visible y más o menos cuantificable es solo el 30 % de lo que depositamos en el mar.

Las cifras son abrumadoras, ciertamente, e interesarse por ellas nos debería alejar de la indiferencia, huir de la comodidad de comprar productos frescos envasados en barquetas de poliestireno y envueltos con cubierta transparente o de aceptar sin rechistar la bolsa de plástico para llevar nuestra compra. Un estudio de Naciones Unidas, SINGLE-USE PLASTICS: A Roadmap for Sustainability (2018), puso de manifiesto que en el mundo consumimos casi 10 millones de bolsas por minuto. No, no ha leído mal: 10 millones por minuto. La receta, dicen desde hace tiempo quienes más padecen los excesos de plásticos en nuestras aguas, está en las tres «R»: reducir, reusar y reciclar. Fácil, ¿no?

El régimen jurídico de los animales en España

Cuando, dentro de algún tiempo, se actualice el Índice de Protección Animal, España escalará algunos puestos en las clasificaciones merced a la reciente entrada en vigor de la Ley 17/2021, de 15 de diciembre, de modificación del Código Civil, la Ley Hipotecaria y la Ley de Enjuiciamiento Civil, sobre el régimen jurídico de los animales.

Esta norma modifica otras tres, como deja claro el nombre de la ley, sobre todo respecto al Código Civil.

Para saber más

Animal Protection Index.
World Animal Protection. Mapa multicapa interactivo (2020).

Objetivos de Desarrollo Sostenible 2030.
Naciones Unidas (2015)

La descosificación de los animales.
Marita Giménez-Candela. Revista Eletrônica do Curso de Direito da UFSM (2017).

El impulso de una economía social y solidaria en la Unión Europea, por Jaume Duch Guillot

ÁMBITO EUROPEO

Jaume Duch Guillot

Director General de Comunicación y Portavoz del Parlamento Europeo

 

El impulso de una economía social y solidaria en la Unión Europea

Promoting a social and solidarity economy in the European Union

Hace tiempo que la Unión Europea dejó de ser una comunidad meramente económica para ser también una entidad política y humana de primer orden, en la que la economía no es el fin, sino solo un medio. En este sentido, la economía social de mercado ejemplifica a la perfección la ambición del proyecto europeo subrayando los valores consagrados en el Tratado de la Unión Europea: respeto a la dignidad humana, libertad, democracia e igualdad y solidaridad entre otros.

Es innegable que la pandemia de la COVID-19 nos ha obligado a reflexionar sobre muchas cosas y entre ellas, los peligros de una brecha social en aumento. Europa ha respondido con firmeza a esta emergencia con un ingente esfuerzo financiero y esta vez no ha olvidado que la política social tiene que ocupar una plaza de relieve en el esfuerzo por la recuperación, gracias en particular, al trabajo realizado por el equipo negociador del Parlamento Europeo. En efecto, el Plan Europeo de Recuperación contiene, junto a la dimensión ambiental y la digital, una dimensión social indispensable, ya que el cambio climático y la modernización de la economía no pueden disociarse de la justicia social y de la lucha contra las desigualdades.

Este Plan Europeo de Recuperación -sin parangón ni por su cuantía ni por su estructura fiscal- es un ejemplo de como la protección y el fomento de una economía social es clave a la hora de diseñar cualquier proyecto europeo. Pero hay muchos más, como la componente que acompaña el Pacto Verde europeo, encabezada por el Fondo Climático Social, cuya propuesta están discutiendo las comisiones de Empleo y Medio Ambiente del Parlamento Europeo, para asegurar que nadie se queda atrás en la llamada transición verde.

Estas medidas no nacen de manera aislada, sino en un marco predeterminado. Cualquier acción que decida poner en marcha la Unión Europea ha de tener cabida en su presupuesto ordinario, el llamado marco financiero plurianual 2021-2027 o en el plan de recuperación de 750.000 millones de euros creado para luchar contra las consecuencias de la pandemia. El componente social del segundo sigue en realidad la pauta del primero, en el cual ya se aumentaron de forma sustancial las partidas destinadas al fomento de una economía social. Un incremento logrado gracias a la determinación del equipo negociador del Parlamento Europeo que no cesó de defender la importancia de poner a las personas en el centro hasta conseguir un acuerdo con el Consejo.

Hasta 15.000 millones de euros suplementarios consiguió el equipo negociador del Parlamento para partidas clave a través de programas como Erasmus Plus, EU4Health, Horizon Europe, Invest EU o Creative Europe, entre otros.

Gracias a los recursos que proporciona el marco plurianual 2021-2027, la Comisión Europea presentó en diciembre el Plan de Acción para la Economía Social que el Parlamento Europeo está actualmente examinando en su comisión de Empleo. El ponente del informe, Jordi Cañas, ya ha manifestado la voluntad del Parlamento de otorgar a la economía social la visibilidad que merece, exprimiendo su potencial para contribuir a los objetivos de mayor bienestar, prosperidad, justicia, inclusión y respeto al medioambiente.

La propuesta se centra en la creación de un entorno para que la economía social prospere, con marcos jurídicos y políticas adecuadas, así como un conjunto de recomendaciones sobre los marcos fiscales, facilitación del acceso a las ayudas y buenas prácticas en materia de contratación pública socialmente responsable. Este apoyo al desarrollo debe ayudar a que las entidades inicien su actividad y se expandan. Por eso, en términos de financiación, la propuesta plantea aumentar la ayuda a estos agentes económicos, superando los 2.500 millones de euros asignados en el periodo anterior (2014-2020).

El desarrollo de la economía social debe producirse desde la inclusión plena de los agentes sociales y de los ciudadanos. Con esta perspectiva, la comisión de Empleo del Parlamento Europeo lleva a cabo audiciones con entidades sociales y académicos expertos, un diálogo útil a la hora de elaborar sus propias recomendaciones.

Cómo evolucionará este sector en los próximos años podría depender también de las conclusiones a las que llegue la Conferencia sobre el Futuro de Europa. Uno de los paneles en los que participan dos centenares de ciudadanos discute propuestas y recomendaciones en relación con el futuro de la economía y del empleo, prestando atención a la justicia social. Todavía no sabemos a ciencia cierta en qué manera las instituciones europeas transformarán esas recomendaciones en propuestas oficiales de la Conferencia, pero en todo caso el Parlamento ha sido claro desde el inicio en su voluntad de integrar sus conclusiones en el trabajo legislativo de la institución.

Las lecciones aprendidas de la crisis económica de 2010 y de la pandemia de COVID-19, la segunda mucho mejor resuelta que la primera, son en todo caso un potente acicate para el desarrollo de esa economía social que está presente en la concepción inicial del proyecto europeo.

The European Union has long since moved on from being a purely economic community, becoming also a leading political and human entity, for which the economy is not the end, but only a means. In this regard, the social market economy perfectly exemplifies the ambition of the European project by emphasising the values enshrined in the Treaty on European Union: respect for human dignity, freedom, democracy, equality and solidarity, among others.

It is undeniable that the COVID-19 pandemic has forced us to reflect on many things, including the dangers of a growing social divide. Europe has responded robustly to this emergency with a huge financial effort, this time without neglecting the fact that social policy must play a prominent role in the recovery effort, thanks in particular to the efforts of the European Parliament’s negotiating team. Alongside environmental and digital dimensions, the European Recovery Plan contains an indispensable social dimension, since climate change and the modernisation of the economy cannot be separated from social justice and the fight against inequalities.

This European Recovery Plan -unprecedented in terms of both scale and fiscal structure- is an example of how the protection and promotion of a social economy is vital to the design of any European project. But there are many more aspects, such as the component accompanying the European Green Deal, spearheaded by the Social Climate Fund, the proposal for which is being discussed by the European Parliament’s Committees on Employment and the Environment, to ensure that no one is left behind in the so-called green transition.

These measures are not created in isolation, but within a predetermined framework. Any action that the European Union chooses to take must be accommodated by its regular budget, known as the Multiannual Financial Framework 2021-2027, or by the €750 billion recovery plan created to combat the consequences of the pandemic. The social component of the latter in fact follows the pattern of the former, in which the budgetary allocations to promote a social economy have already been substantially expanded. An increase achieved thanks to the determination of the European Parliament’s negotiating team, which constantly argued for the importance of placing people centre-stage, until an agreement was reached with the Council.

Up to an additional €15 billion was secured by Parliament’s negotiating team for key items through programmes such as Erasmus Plus, EU4Health, Horizon Europe, Invest EU and Creative Europe.

Thanks to the resources provided by the multiannual framework 2021-2027, in December the European Commission presented the Action Plan for the Social Economy, currently being examined by the European Parliament’s Committee on Employment. The rapporteur for the report, Jordi Cañas, has already expressed Parliament’s willingness to give the social economy the visibility it deserves, making the very most of its potential to contribute to the goals of greater well-being, prosperity, justice, inclusion and respect for the environment.

The proposal focuses on creating an environment for the social economy to thrive, with appropriate legal and policy frameworks, as well as a set of recommendations on fiscal frameworks, facilitating access to grants and good practices in socially responsible public procurement. This development support should help institutions to begin and expand their operations. In terms of funding, then, the proposal plans to increase support for these economic operators, surpassing the €2.5 billion allocated in the previous period (2014-2020).

The development of the social economy must take place by fully including social agents and citizens. With this in mind, the European Parliament’s Committee on Employment conducts hearings with expert social and academic bodies, serving as a useful dialogue when drawing up its own recommendations.

How this sector develops in the coming years could also depend on the conclusions reached by the Conference on the Future of Europe. One panel involving two hundred citizens is discussing proposals and recommendations regarding the future of the economy and employment, and addressing social justice. We do not yet know for sure how the European institutions will turn these recommendations into official proposals of the Conference, but Parliament has in any event been quite clear from the outset as to its wish to integrate its conclusions into the institution’s legislative efforts.

The lessons learned from the 2010 economic crisis and the Covid-19 pandemic, the second much better resolved than the first, are in any case a powerful incentive for the development of the social economy contained within the initial conception of the European project.

La economía social como pilar de la recuperación europea

ÁMBITO EUROPEO

Entre 2014 y 2020 la Comisión estima que se movilizaron 2.500 millones de euros del presupuesto comunitario para apoyar a la economía social.

Between 2014 and 2020, the Commission estimates that 2.500 billion euros from the European budget were mobilized to support the social economy.

La economía social como pilar de la recuperación europea

Europe looks at social economy to push for an inclusive recovery

JÚLIA MANRESA NOGUERAS

La Unión Europea está convencida que cooperativas, mutuas, fundaciones sin ánimo de lucro o las llamadas empresas sociales deben tener un papel central en la reconstrucción pospandemia. Constituyen la llamada economía social y llegan a generar hasta un 8% del Producto Interior Bruto (PIB) de la UE, dando empleo a más de 13 millones de personas a través de más de 2,8 millones de empresas y entidades.

European Union aims mutuals, non-profit foundations or socalled social enterprises to have a central role during the economic recovery after the Covid pandemic. They constitute the so-called social economy and generate up to 8% of the European Union’s Gross Domestic Product (GDP). They also mploy more than 13 million people through more than 2.8 million companies and entities.

 

Para hacernos una idea de la magnitud, la economía española aportó un 8,4% del PIB europeo en 2020, según Eurostat. Ahora que las autoridades europeas están volcadas en la reconstrucción de la economía pos-covid, la Comisión Europea ha impulsado un plan de acción para que la economía social encuentre un camino más fértil para crecer y juegue un así un papel clave en una recuperación más inclusiva y justa.

La oportunidad

Por economía social debemos entender todo ese tejido económico que antes que el beneficio pecuniario prioriza el bien social y medioambiental (people and planet first, en su lema en inglés). Mayoritariamente estas entidades reinvierten sus beneficios en la organización o en su propia causa social y acostumbran a organizarse de una manera participativa o más ‘democrática’ que una empresa tradicional. Algunos sectores donde típicamente encontramos estas entidades son los cuidados, servicios sociales, energías renovables, economía circular… pero también el sector cultural y creativo o la agricultura.

Con el parón económico que supuso la pandemia de coronavirus, las autoridades europeas diseñaron un plan de recuperación sin precedentes, dotado con hasta 800.000 millones de euros, que tiene como uno de sus pilares una reconstrucción más social, justa e inclusiva, que tenga las personas, el clima y la digitalización en el centro. Y es aquí donde entra el Plan de Acción de la Economía Social impulsado por la Comisión Europea.

“El Fondo de Recuperación y Resiliencia ofrece a los Estados miembro oportunidades significativas para implementar reformas e inversiones a través del emprendimiento social e inclusivo”, dice textualmente el documento del plan del ejecutivo comunitario. “Una economía que funcione para la gente” es, de hecho, el lema que aglutina estas iniciativas y el simbólico nombre de la poderosa cartera económica del vicepresidente Valdis Dombrovskis.

Sin embargo, el mismo ejecutivo con sede en Bruselas reconoce que todas las potencialidades asociadas a estos modelos de economía social están muy lejos de ser explotados al máximo. “Muchos consumidores quieren comprar de manera responsable, pero no necesariamente saben cómo hacerlo”, sostiene la Comisión, que también admite que el capital necesario para los proyectos no siempre está disponible o que las autoridades públicas no ponen a disposición las herramientas necesarias para el sector en términos de inversión, concursos públicos o proyectos. Continúa siendo un reto.


LA COMISIÓN EUROPEA LANZA UN PLAN DE ACCIÓN PARA IMPULSAR UN SECTOR QUE APORTA EL 8% DEL PIB EUROPEO

Así pues, es necesario hacer más para que la economía social encuentre las condiciones óptimas para crecer. Por ejemplo, el marco fiscal es importante. Como recuerda el texto de la Comisión, algunos países europeos han desarrollado un marco fiscal específico para este sector, con exenciones en los beneficios, reducciones del IVA, reducciones del coste de seguros o incentivos fiscales para donaciones privadas. En otros países, como Francia, se usan sistemas de certificación o distinciones para facilitar el acceso de ciertas entidades a políticas o tratamientos específicos, por ejemplo. De hecho, en 2018 el Parlamento Europeo propuso crear una etiqueta de economía social para aplicar a todas las compañías del sector, pero no se ha llegado a materializar.

Para todo ello, Bruselas prevé lanzar un estudio comparativo de las diferentes prácticas fiscales en los distintos países de la Unión, que sirva de guía o incluso de propuesta. Las autoridades comunitarias son conscientes que no existe unidad europea en la regulación o legislación de este sector y a pesar de que se intenta des de finales de los 80, por ejemplo, con las cooperativas. Sin embargo, el plan de acción presentado el año pasado tampoco va tan lejos y centra más el foco en el acceso a la inversión. Concretamente, contempla la presentación de varias guías de asesoramiento a los gobiernos, pero no implica propuestas vinculantes para unificar la legislación o las medidas de incentivos a nivel comunitario.

Acceso a la financiación

A efectos prácticos buena parte de las iniciativas europeas buscan facilitar el acceso a la financiación dentro del período 2021-2017 que abarca el presupuesto europeo. Entre 2014 y 2020 la Comisión estima que se movilizaron 2.500 millones de euros del presupuesto comunitario para apoyar a la economía social. Hasta ahora, por ejemplo, los proyectos relacionados con la economía social eran prioritarios en los fondos estructurales, incluyendo los fondos de Desarrollo Regional (FEDER) o los de Desarrollo Rural, entre muchos otros instrumentos. El objetivo es incrementarlo a través de otros programas y de la creación de nuevos instrumentos financieros que presentarán este 2022 con esquemas de crédito barato, por ejemplo, redes de microfinanciación y programas de emprendimiento social.

En un plano todavía más concreto -un punto que la organización Social Economy Europe destacó en su primera valoración del plan de la Comisión- es que la Economía Social se haya identificado entre los 14 ecosistemas de la Estrategia Industrial de la UE, es decir aquellos sectores prioritarios para incentivar su desarrollo industrial. La Comisión intenta así adoptar un enfoque más transversal que no solo use la tradicional vía de la canalización de fondos europeos, sino que impulse el sector privado también a nivel estratégico.


ALGUNOS PAÍSES EUROPEOS HAN DESARROLLADO UN MARCO FISCAL ESPECÍFICO PARA ESTE SECTOR, CON EXENCIONES EN LOS BENEFICIOS, REDUCCIONES DEL IVA, ETC.

Aunque antes de empezar la casa por el tejado, Bruselas es consciente que parte del problema es que no siempre queda claro qué es la economía social. En España el concepto está bien delimitado y es conocido, pero el mismo servicio de estudios del Parlamento Europeo señala que en otros Estados europeos está más verde. De hecho, el gobierno de Pedro Sánchez ha liderado el impulso europeo al sector en el contexto de recuperación de la pandemia con la vicepresidenta Yolanda Díaz como cara visible. A finales del 2020 el gobierno organizó la Cumbre Internacional de la Economía Social para una Recuperación Inclusiva, Sostenible y Justa, que culminó en la Declaración de Toledo. Participaron y firmaron la declaración Estados miembros como Austria, Irlanda, Alemania, Luxemburgo o Francia entre otros, y acordaron dar más visibilidad e impulso a la economía social.

Spanish economy contributed with 8.4% of EU’s GDP in 2020, according to Eurostat. Now that the European authorities are focused on rebuilding the economy after the shock of the pandemic, the European Commission has promoted an action plan so that the social economy finds a more fertile path to grow and thus plays a key role in a more inclusive and fair recovery.

The opportunity

The social economy is made up of all those entities and organization prioritize social and environmental good before economic benefit (the People and planet first philosophy). Most of them reinvest their profits in their own organization or their social cause and they normally organize themselves in a more participatory or ‘democratic’ way than traditional companies. Some sectors where we typically find these entities are healthcare, social services, renewable energies, circular economy, and also the cultural and creative sector or agriculture.

With the economic slowdown caused by the coronavirus lockdown, European authorities designed an unprecedented recovery plan of up to 800,000 million euros. Reconstruction needs to be fair and more inclusive according to Brussels aims and promises. People, climate and digitalization are the three pillars of the Recovery and Resilliance fund and that is way Social Economy has an important role to play.

«The Recovery and Resilience Fund offers member states significant opportunities to implement reforms and investments through social and inclusive entrepreneurship,» says the Commission’s Plan document verbatim. “An economy that works for the people” is in fact the motto that brings together these initiatives and the symbolic name of the powerful economic portfolio of Vice President Valdis Dombrovskis.

However, the Brussels executive itself admits that all the potentialities associated with these social economy models are far from being fully exploited. «Many consumers want to buy responsibly, but they do not necessarily know how to do it,» says the Commission, which also admits that the necessary capital for projects is not always available. Public authorities often don’t provide them with enough investment, public procurement or projects opportunities.


EUROPEAN COMMISSION LAUNCHED AN ACTION PLAN TO BOOST A SECTOR THAT ALREADY CONTRIBUTES TO 8% OF EU’S GDP

In conclusion, Brussels is aware that more action from policy makers is needed for the social economy to find the optimal conditions to grow. For example, the fiscal framework is important. As the Brussels executive recalls, some European countries have developed a specific tax framework for the sector, with exemptions on profits, VAT reductions, reductions in the cost of insurance or tax incentives for private donations. In other countries, such as France, certification systems or distinctions are used to facilitate the access of certain entities to specific policies or treatments, for example. In fact, in 2018 the European Parliament proposed to create a social economy label to apply to all companies in the sector, but it has not materialized.

Taking all this into account, under the action plan Brussels will launch a comparative study of the different tax practices in the different countries of the Union, which will serve as a guide or even a proposal. EU authorities are aware that there is no European unity in the regulation or legislation of this sector. Attempts have been made since the end of the 1980s, for example with cooperatives, but it has never become a further legislative project. However, the action plan presented last year does not go that far either and focuses more on access to investment. Specifically, it contemplates the presentation of various guides, of advice to governments, but does not imply binding proposals to unify legislation or implement measures at the community level.

Access to finance

On a more practical level, Brussels is also looking for ways to boost financing and increase economic resources for this sector within the 2021-2017 period covered by the EU budget. Between 2014 and 2020, the Commission estimates that 2,5 billion euros were mobilized from the European budget to support the social economy. Until now, for example, projects related to the social economy were a priority in the structural funds, including the Regional Development Funds (ERDF) or the Rural Development Funds, among many other instruments. The objective is to increase it through other programs and the creation of new financial instruments that will be presented in 2022 with cheap credit schemes, for example, micro-financing networks and social entrepreneurship programs.

For example, as the Social Economy Europe organization highlighted in its first assessment of the commission’s plan, Social Economy has been identified among the 14 ecosystems of the EU’s Industrial Strategy. So Brussels has highlighted it as one of those priority sectors to encourage their industrial development. The Commission is thus trying to adopt a more transversal approach that not only uses the traditional route of channeling European funds, but also promotes the private sector at a strategic level.


SOME MEMBER STATES IMPLEMENTED A SPECIFIC FISCAL FRAMEWORK THAT PROVIDES THIS SECTOR WITH TAX REDUCTIONS, VAT REDUCTIONS OR OTHER EXEMPTIONS

At the same time, Brussels is aware that part of the problem is that it is not always clear what Social Economy is and therefore it needs to be well defined across Europe. In Spain, the concept is well-known and commonly understood, but the same Research Service of the European Parliament points out that in other European states it is still far from being mature. In fact, the government of Pedro Sánchez has led the European push for the sector in the context of the pandemic recovery, with Vice President Yolanda Díaz as the visible face. At the end of 2020, the government organized the International Social Economy Summit for an Inclusive, Sustainable and Fair Recovery that culminated in the Toledo Declaration. Member states such as Austria, Ireland, Germany, Luxembourg or France, among others, participated and signed the declaration, and agreed to give more visibility and boost to the social economy.

La Comisión Europea ha impulsado un plan de acción para que la economía social encuentre un camino más fértil para crecer.
The European Commission promoted an action plan for the social economy to find a more fertile path to grow.

La economía social al centro de la recuperación

LA Economía Social se ha ganado un lugar prioritario en la estrategia europea de reconstrucción económica después del parón provocado por la pandemia de coronavirus. Es uno de los pilares del Fondo de Recuperación y de los planes de reformas de los distintos gobiernos. Después de que la desigualdad se disparara hasta récords históricos con la crisis financiera y las medidas de austeridad adoptadas posteriormente, las autoridades nacionales y comunitarias han tomado consciencia de la necesidad de no dejar a nadie atrás esta vez.

Social economy at the center of economic recovery

AFTER the crisis caused by the pandemic, Social Economy became a priority for the European economic reconstruction strategy. It is one of the pillars of the Recovery Fund and also of the member states’ reform plans. Inequality reached historical record levels after the financial and after austerity measures being adopted, now national and European authorities have become aware of the need to leave no one behind. Social Economy is key in this awareness.

La voz española de la economía social en Bruselas

ESPAÑA es uno de los referentes europeos en Economía Social. No solo lidera la apuesta europea por las entidades y empresas sociales durante la recuperación, después de celebrar la Cumbre Internacional de la Economía Social en Toledo, sino que sus voces tienen un peso especial en el lobby bruselense del sector. La patronal europea del sector, Social Economy Europe, está liderada por dos españoles: Juan Antonio Pedreño, como presidente, que proviene de la patronal española de la Economía Social (Cepes) y Víctor Meseguer, como director.

The Spanish voice of Social Economy in Brussels

SPAIN is at the forefront of Europe in promoting Social Economy. Toledo held the International Social Economy Summit in 2020 to push the sector in the context of covid economic recovery. But there are also important Spanish voices in the social economy Brussels lobby. One of its main organisations, Social Economy Europe, is led by two Spaniards: Juan Antonio Pedreño, as president, who comes from the Spanish trade association of the Social Economy (Cepes) and Víctor Meseguer, as director.

La necesidad de incentivos fiscales e inversión

LA Comisión Europea reconoce que es necesario un marco legal adecuado y con más facilidades para impulsar la Economía Social, a través de incentivos fiscales o nuevos canales de financiación pública o privada, pero por ahora no propone una unificación de criterios o medidas vinculantes. Bruselas se limita en su plan de acción a promover varias guías para los gobiernos, recogiendo buenas prácticas, por ejemplo en el ámbito fiscal o en la certificación de las actividades del sector y a través de la apertura de más canales de financiación comunitaria más allá del presupuesto europeo.

The need for fiscal incentives and investment

THE European Commission admits that an adequate legal framework is necessary to let Social Economy grow. It can be done through fiscal incentives or new channels of public or private financing. However, for now the Commission does not propose a unification of criteria or any binding measures. In its Action Plan, Brussels is mainly promoting various guides for governments and a collection of good practices around the continent, for example, in the fiscal framework or providing official certifications to social economy activities. Brussels also aims to open more finance channels beyond the European budget.

EUROPA OPINA

EUROPE THINKS

Posicionamiento del Comité Económico y Social Europeo sobre el rol de la
Economía Social en la creación de empleo y la implementación del Pilar Social Europeo.

European Economic and Social Committe assessment about the role of social economy in the creation of jobs and in the implementation of the European Pillar of Social Rights.

Acogida y análisis del plan de acción para la Economía Social de la Unión Europea del Fondo Europeo de Desarrollo Regional.

European Regional and Development Fund analysis of the Social Economy Action Plan after being first published by the European Commission.

Contribución de la Patronal Business Europe y de la patronal de las pequeñas y
medianas empresas, SME United.

Contribution after the hearing on Social Economy Action Plan by the European Commission. It also takes into account the Small and Medium Enterprises European Trade organisation opinion.

El Incremento del Valor de los Terrenos de Naturaleza Urbana o plusvalía

DEBATE PARLAMENTARIO

EL INCREMENTO DEL VALOR DE LOS TERRENOS DE NATURALEZA URBANA O PLUSVALÍA

La nueva normativa recoge también que no tributarán aquellas operaciones en las que no se haya generado ninguna ganancia desde la adquisición hasta la transmisión del terreno

Si el contribuyente demuestra que la plusvalía real es inferior a la resultante del método de cálculo objetivo, podrá aplicar la real.
Las sentencias del Tribunal Constitucional sobre el Impuesto sobre el Incremento del Valor de los Terrenos de Naturaleza Urbana, más conocido como plusvalía, han llevado a realizar una serie de cambios normativos aprobados mediante un real decreto ley vigente desde el 8 de noviembre. Esta norma ahora se tramita en el Parlamento como proyecto de ley. Como novedad, se incluyen dos métodos de cálculo de la base imponible para que contribuyente elija el importe más bajo. También se especifica que han dejado de tributar las operaciones en las que no haya ganancia.

El Parlamento ha iniciado la tramitación por el procedimiento de urgencia del Proyecto de Ley por la que se adapta el texto refundido de la Ley Reguladora de las Haciendas Locales aprobado por el Real Decreto Legislativo 2/2004, de 5 de marzo, a la reciente jurisprudencia del Tribunal Constitucional respecto del Impuesto sobre el Incremento de Valor de los Terrenos de Naturaleza Urbana – IIVTNU (procedente del Real Decreto-ley 26/2021, de 8 de noviembre).

Con esta reforma se ha subsanado el vacío normativo que generó la última sentencia del Tribunal Constitucional (del 26 octubre de 2021), sobre la determinación de la base imponible del IIVTNU o plusvalía. Concretamente, se admitía como válido el método objetivo de cálculo de la base imponible, siempre que no fuera obligatorio y reflejara la realidad del mercado inmobiliario. Además, se ha integrado la doctrina contenida en dos sentencias previas del mismo tribunal, de 2017 y 2019, sobre dicho tributo.

 

Modificaciones.

En consecuencia, la nueva legislación incorpora varios cambios sobre el impuesto de plusvalía. Uno de los más relevantes es que se han introducido dos nuevos métodos para calcular la base imponible del impuesto: un sistema objetivo y la plusvalía real. El contribuyente podrá acogerse al que le resulte más beneficioso.

 


EL IMPUESTO DE PLUSVALÍA ESTÁ OPERATIVO EN MENOS DE 4.000 MUNICIPIOS DE LOS 8.000 QUE TIENE ESPAÑA, INFORMA EL MINISTERIO DE HACIENDA

 

Por un lado, para calcular la base imponible según el sistema objetivo, se sustituyen los porcentajes aplicables sobre el valor del terreno por unos coeficientes máximos fijados en función del número de años transcurridos entre la adquisición y la transmisión. Estos coeficientes se actualizarán anualmente con norma de rango legal –por ejemplo, en la Ley de Presupuestos Generales del Estado–teniendo en cuenta la evolución del mercado inmobiliario.

Además, las entidades locales tendrán competencia para rebajar el valor catastral (hasta un máximo del 15%) o los coeficientes, lo que contribuirá a que el impuesto muestre la realidad inmobiliaria concreta de cada zona o municipio.

Por otro lado, se da la opción de que el contribuyente pueda tributar por la plusvalía real obtenida en el momento de la transmisión del bien, que será el resultado de restar el valor de transmisión del suelo y el de adquisición. Si el contribuyente demuestra que la plusvalía real es inferior a la resultante del método objetivo, podrá aplicar la real.

En las transmisiones de un inmueble en los que haya suelo y construcción, la plusvalía real del terreno equivaldrá a la diferencia entre el precio de venta y el de adquisición tras aplicarle la proporción que representa el valor catastral del suelo sobre el total.

Todos estos cálculos podrán ser objeto de comprobación por parte de los ayuntamientos.

Sin ganancia no se tributa. La normativa recoge también el mandato del Tribunal Constitucional de no someter a tributación aquellas situaciones en las que no haya aumentado el valor de los terrenos, una circunstancia que deberá acreditar el contribuyente.

Otra novedad es que tributarán las plusvalías generadas cuando haya pasado menos de un año entre la fecha de adquisición y de transmisión, ya que pueden tener un carácter más especulativo. Esta opción ya se está aplicando en algunas ciudades.
Adaptaciones. Según el Ministerio de Hacienda, el impuesto de plusvalía está operativo en menos de 4.000 municipios de los 8.000 que tiene España, y en más del 75% de estos la recaudación por este tributo representa menos del 3% de los ingresos fiscales totales.

Los ayuntamientos que tengan establecido este impuesto tienen seis meses desde la aprobación del real decreto ley para adaptar lo dispuesto la nueva normativa. Mientras, se aplicará lo dispuesto en el real decreto ley, de manera que, para la determinación de la base imponible del impuesto, se tomarán como referencia los coeficientes máximos marcados en este.

Para alcanzar las metas fijadas, España necesita multiplicar por diez el ritmo de rehabilitaciones energéticas, hasta alcanzar unas 300.000 al año.

Qué es el Impuesto sobre el Incremento de Valor de los Terrenos de Naturaleza Urbana (IIVTNU) o plusvalía
  • Es un impuesto local cuya recaudación corresponde a los ayuntamientos.
  • Grava el incremento de valor de los terrenos de naturaleza urbana cuando se transmiten por compraventa o donación.
  • Cuando se origina por compraventa, lo paga el vendedor. Cuando es el resultado de una donación, debe liquidarlo la persona que recibe el inmueble.
  • El impuesto grava la trasmisión de los terrenos, haya o no edificación en ellos.
Ejemplo de cómo tributa la plusvalía en una operación con minusvalía
Un inmueble es adquirido en 2007 por 300.000 € y se vende en 2021 por 290.000 €. El valor catastral del suelo en la fecha de venta asciende 25.000 €.

Tarifa anterior

Base imponible (BI) = Valor catastral del suelo x Porcentaje x Nº años = 25.000 € x 3,2% x 14 = 11.200 €

Cuota (BI x Tipo de gravamen = 11.200 x 30%*) = 3.360 €
*Tipo máximo legal.

Tarifa nueva

Como se ha registrado una pérdida, con la nueva normativa la operación no tributa.

Fuente: Ministerio de Hacienda. Gobierno de España.
Qué ha dicho el Tribunal Constitucional sobre el impuesto de plusvalía

Sentencia

Aspectos declarados inconstitucionales

Cambio recogido en la nueva legislación

Sentencia 59/2017 11 de mayo de 2017

La tributación en los casos de inexistencia de incrementos de valor.

Las operaciones donde no haya aumento de valor no estarán sujetas a tributación.

126/2019 30 de octubre de 2019

182/2021 26 de octubre de 2021

Imposibilidad de que la cuota a satisfacer sea superior al incremento patrimonial realmente obtenido por el contribuyente.

El actual sistema objetivo y obligatorio de determinación de la base imponible, por ser ajeno a la realidad del mercado inmobiliario y a la crisis económica y, porque vulnera el principio de capacidad económica como criterio de imposición.

Se introduce una regla de salvaguarda para evitar que la tributación resulte contraria al principio de capacidad económica, permitiendo acomodar la carga tributaria al incremento de valor efectivamente obtenido. Se mejora técnicamente la determinación de la base imponible para que refleje la realidad del mercado inmobiliario.

Ejemplo en el que la plusvalía real es superior a la objetiva

Una vivienda es adquirida en 2017 por 310.000 € y se vende en 2021 por 350.000 €. En la fecha de venta el valor catastral total es 100.000 €, de los que 60.000 € representan el valor catastral del suelo y 40.000 € el valor catastral de la construcción.

El incremento del valor que se le imputará al contribuyente será el 60% de 40.000 €: 24.000 € (plusvalía real).

Base imponible (BI) = Valor catastral del suelo x Coeficiente = 60.000 € x 0,17 = 10.200 € (Es inferior al incremento del valor de 24.000 €)

Cuota = 10.200 x 30%* = 3.060 €
*Tipo máximo legal.

Se grava la plusvalía objetiva.

Fuente: Ministerio de Hacienda. Gobierno de España.

Los partidos opinan
Patricia Blanquer
Grupo Parlamentario Socialista Diputada y portavoz socialista de la Comisión de Hacienda Twitter: @Patri_Blanquer
“Seguridad jurídica para el contribuyente” 
La reforma aprobada constituye la mejor solución para conseguir un triple objetivo. En primer lugar, garantizar la constitucionalidad del tributo creado en 2004 y cuestionado por varias sentencias del Tribunal Constitucional. En segundo lugar, dar seguridad jurídica al contribuyente mejorando el cálculo de la base imponible del impuesto. Se asegura que si no hay plusvalía no hay sujeción y, si la hay, se garantiza que la contribución no sea mayor a la plusvalía, pudiendo elegir la opción más favorable para el contribuyente entre dos métodos de cálculo. Y, en tercer lugar, dar certidumbre a los ayuntamientos en cuanto a los recursos disponibles. Se les asegura el mantenimiento y la gestión del impuesto evitando un perjuicio en la financiación de los servicios públicos en el ámbito local. Y se les da competencia para que adapten el impuesto a la realidad del mercado inmobiliario.
Cuca Gamarra Diputada y portavoz del GPP en el Congreso Twitter: @cucagamarra
“Perpetúa cargas fiscales que ralentizan la recuperación y la competitividad”
El Real Decreto ley aprobado por el Gobierno para modificar la plusvalía municipal, tras la sentencia que declara inconstitucional esta figura tributaria, vulnera el principio de reserva de ley en materia tributaria constitucionalmente reconocido. Además, perpetúa cargas fiscales que ralentizan la recuperación y la competitividad, y lo ha aprobado sin consultar con las corporaciones locales. Por ello, el GPP hemos recurrido ante el Tribunal Constitucional este Real Decreto ley y hemos presentado una Proposición de Ley que avanza en la eliminación de este impuesto, cuestionado por la doble imposición que supone, garantizando, al mismo tiempo, la suficiencia financiera y la autonomía municipal.

La Seguridad Nacional no es ficción, por Noé de la Rubia

EN ESTE PAÍS

NOÉ DE LA RUBIA,

inspector de Policía Nacional, oficial de enlace en Interpol

 

 

Estoy convencido de que habría que aprovechar cualquier reforma legislativa para introducir un nuevo modelo de gestión de situaciones crisis

La Seguridad Nacional no es ficción

Casualidades de la vida, la amable dirección de la revista me propuso esta nueva singladura periodística, al tiempo que se popularizaba la película No mires arriba (Don´t look up) protagonizada por Leonardo di Caprio. Enésima entrega del género cinematográfico basado en el relato de inminentes catástrofes naturales que amenazan con asolar el Planeta Tierra y que acaban resolviéndose sobre la campana desde el otro lado del Atlántico, en un alarde de ingenio más que por sus “precarios” recursos.

Prometo que no la hubiera dando la menor tregua de no recibir tan generosa invitación, aunque también, por qué negarlo, en un intento por amenizar la lectura a aquellos que hubieran tenido oportunidad de verla, ya que básicamente, la película se construye sobre un supuesto de hecho perfectamente contemplado en la Ley.

Con este ardid literario, espero no dar la impresión de estar banalizando la cuestión de fondo, puesto que huelga decirlo, la Seguridad Nacional debe estar entre las prioridades de cualquier país y por ende, regir la actuación de sus gobernantes en todo momento, incluso diría yo, desde antes de llegar a serlo (en la oposición).

Como digo, el film resulta interesante tomarlo como telón de fondo, principalmente por el giro inesperado que da, tras la detección e inmediata comunicación de la amenaza a las autoridades, que mantienen la incertidumbre del espectador desde entonces hasta el mismo final. Ese punto de inflexión se propicia a partir de un truculento incidente en el que se ve envuelto un importante cargo político y que paradójicamente, no solo desvía la atención del Gobierno hacia ese asunto menor, sino que también, arrastra la de los medios de comunicación y de la propia ciudadanía, hasta el punto de convertir unos inicios ciertamente apocalípticos en una suerte de comedia.

No obstante, aunque director y guionistas se hayan afanado en querernos sorprender y en ocasiones llegar a entretener, también han podido alentarnos los temores a que la realidad pueda superar a la ficción al paso que vamos. De hecho, no creo que se exagere al equiparar, al menos en lo que al hecho desencadenante se refiere, la crisis epidemiológica que padecemos con cualquier guion cinematográfico de este género, aunque todavía estemos muy lejos en todo lo demás.

Por ese motivo, estoy convencido de que habría que aprovechar cualquier reforma legislativa para introducir un nuevo modelo de gestión de situaciones crisis, en el que se preponderara el conocimiento de los expertos en la toma de decisiones, por encima de los que no lo sean con independencia del puesto que ocupen y la legitimidad que las urnas les hayan otorgado.

Por suerte, al menos en nuestro país, gozamos de un contingente funcionarial extraordinariamente competente, perfectamente capaz de hacerlo con las debidas garantías de neutralidad y persecución del interés general, que deben presidir la actuación de la Administración en general, pero más aún en los momentos críticos.

De poco servirá, que en la nueva redacción se hayan incluido “las aportaciones de expertos independientes, personas de reconocido prestigio, con conocimientos y experiencia en el campo de la seguridad”; o que llegado el momento, gracias al Sistema de Seguridad Nacional que se pretende implantar, desde esos futuribles observatorios, centros y plataformas que lo integrarían, sobre la base de “la información proporcionada por unos datos objetivos de determinación de impactos y la evidencia
científica” se identifique un peligro para la seguridad nacional que active una alerta temprana y se comunique por los canales “especiales” que la Ley prevé hasta llegar al mismo Gobierno o en este caso, al Consejo de Seguridad Nacional como“ órgano responsable de la dirección y la coordinación de las actuaciones para la gestión de situaciones de crisis”, si entre medias, como ocurre en el celuloide, otros factores o incidentes (truculentos o no), la silencian o tergiversan, impidiendo la ejecución de medidas de respuesta y conducción en tiempo oportuno.

Por último, como epílogo a esta ingenua aspiración, me gustaría resaltar otra, en este caso no mía sino del Gobierno, en lo relativo a las implicaciones en el sector privado que se derivan del plan que se pretende implantar, como la de salvaguardar la base industrial que garantice el suministro de aquellos bienes y servicios que sean considerados como de primera necesidad y carácter estratégico, así como la mejora de las capacidades militares mediante “una política activa de colaboración público-privada que apoye firmemente al sector industrial y tecnológico de la seguridad y la defensa en España”, lo que nuevamente me recuerda la película y la entrada en escena de un gigante tecnológico que convence al Gobierno para seguir su plan de rescate (por intereses comerciales) desbaratando el propuesto por los expertos. En esta cuestión, difiero totalmente del curso cinematográfico de los hechos puesto que soy un firme defensor de la colaboración público-privada y no tanto de la tendencia legislativa actualmente imperante que la traba e impide el aprovechamiento óptimo de todas posibilidades que presenta.

Concretamente en lo que a mi área de trabajo se refiere, en la que confluyen en perfecta simbiosis, cibercrimen y blanqueo de capitales, se padece especialmente. De nada sirven los denodados esfuerzos de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad ni la buena voluntad y disposición a colaborar de las entidades privadas (entre sí y con nosotros) cuando nos enfrentamos a este tipo de delincuencia en el marco legal actual. Ejemplos como la Ley USA Patriot deberían marcar el camino a futuras reformas legislativas que pretendan dar una respuesta eficaz con medidas concretas para luchar contra esta otra (si me lo permiten) pandemia silenciosa, pero de alcance igualmente planetario y crecimiento exponencial, que arruina impunemente la vida de miles de personas y empresas cada año.

La nueva Estrategia de Seguridad Nacional

EN ESTE PAÍS

Una de los principales problemas del modelo energético de algunos países es su alta dependencia externa

LA NUEVA ESTRATEGIA DE SEGURIDAD NACIONAL

El pasado 28 de diciembre el Gobierno aprobó la nueva Estrategia de Seguridad Nacional 2021 (ESN21), que sustituye a la que estaba en vigor del año 2017 (ESN17). La irrupción de la pandemia de Covid-19 y el escenario internacional marcado por esta ha llevado al Ejecutivo a aprobar esta actualización con unos meses de adelanto, ya que habitualmente se realiza cada
cinco años.

La aprobación del Gobierno, de acuerdo con la Ley 36/2015, de Seguridad Nacional, estuvo precedida del informe favorable del Consejo de Seguridad Nacional reunido el 18 de noviembre de 2021.

Aunque expresa su continuidad con las tres Estrategias de Seguridad Nacional anteriores, una importante novedad respecto a la anterior ha sido la participación de la Comunidades y Ciudades Autónomas, a través de la Conferencia Sectorial para Asuntos de Seguridad Nacional.

El documento está estructurado en cinco capítulos, el primero de los cuales se refiere a las amenazas que suponen la tensión estratégica y regional y a su posible derivada en un conflicto bélico.

 

La desinformación

En líneas generales, el texto recoge los mismos peligros que se fijaban en el texto anterior, aunque se han introducido destacables novedades. Por ejemplo. se ha elevado a nivel de amenaza las «campañas de desinformación» o la posibilidad de otra pandemia. Además, esta nueva ley recoge la necesidad de crear un Plan Integral de Seguridad para Ceuta y Melilla, previsión en la que seguramente ha tenido que ver la crisis migratoria sufrida por las dos ciudades autónomas en la primavera de 2021 y que erosionó gravemente las relaciones diplomáticas con el Reino de Marruecos.

La Estrategia de Seguridad Nacional 2021 recoge por primera vez «las campañas de desinformación» como uno de los dieciséis riesgos y amenazas a la Seguridad Nacional. Además, plantea «iniciativas necesarias, como, por ejemplo, la creación de una reserva estratégica basada en capacidades nacionales de producción industrial.

Aunque ningún país en concreto está mencionado en el documento, si se intuye en el apartado referido a la «Tensión estratégica y regional» que la tensión militar Marruecos y Argelia, en la que siempre está presente el ‘statu quo’ del Sáhara Occidental, cuya potencia administradora sigue siendo España, y que después de casi 50 años de la salida de la antigua colonia no parece que su situación tenga fácil solución.

Como novedad de esta nueva Estrategia de Seguridad Nacional se agrupan riesgos y amenazas en el mismo apartado, estableciendo un nuevo modelo.

El documento constata los efectos que en el contexto internacional ha tenido la pandemia, señalando una «una etapa de transición», y considera que el Covid-19 entraña un factor de aceleración de las principales dinámicas globales que afectan a la seguridad.

También, por primera vez, una Estrategia de Seguridad Nacional no hace referencia a la banda terrorista ETA. Aunque la organización criminal anunció el cese definitivo de su actividad armada en 2011, el anterior documento de Seguridad Nacional de 2017 sí hacía mención a la banda considerando que, a pesar de no ser ya una amenaza relevante, era necesaria la defensa la memoria de las víctimas y las investigaciones hasta las últimas consecuencias de todos los actos criminales de ETA. Estas consideraciones no figuran en el documento de 2021.

 


LA ESTRATEGIA DE SEGURIDAD NACIONAL 2021 INCLUYE POR PRIMERA VEZ ‘LAS CAMPAÑAS DE DESINFORMACIÓN’ COMO UNO DE LOS DIECISÉIS RIESGOS Y AMENAZAS

 

Las referencias al terrorismo se centran ahora en el yihadismo y sus posibles amenazas a los intereses españoles, individuales o colectivos, que puedan provenir especialmente del Sahel o de individuos radicalizados nacidos o criados en España u otros países occidentales. En este sentido la Estrategia de Seguridad Nacional pone el foco en el riesgo de radicalización que puede producirse entre internos de las prisiones españolas.

 

Nuevas amenazas

Una, y en cierta medida polémica, inserción en la Estrategia de Seguridad Nacional 2021 son las llamadas “fake news” o bulos. Para el Gobierno son preocupantes las llamadas campañas de desinformación por su capacidad de “generar confusión y socavar la cohesión social” lo que puede suponer una grave amenaza para los procesos electorales o la posible influencia en ellos de otras naciones o agentes internacionales.

Las redes 5G también son para la ESN2021 un riesgo en cuanto a la vulnerabilidad y el peligro de ciberataques que afecten a las llamadas redes inteligentes.

Otra novedad es la alerta sobre la generalización del uso de drones que para los expertos pueden poner en riesgo la seguridad aérea e incluso provocar la inutilización de infraestructuras críticas como los aeropuertos o centrales energéticas.

La Estrategia de Seguridad Nacional 2021 da un especial valor a la “alerta temprana” que permita a las autoridades tomar medidas eficientes y para ello también recomienda incluir un término al que nos hemos acostumbrado durante esta larga y cambiante pandemia: cogobernanza. En este sentido se da paso a la participación de las Comunidades Autónomas en asuntos que son de su competencia, como es la sanidad.

 


CONSIDERA QUE EL COVID-19 ENTRAÑA UN FACTOR DE ACELERACIÓN DE LAS PRINCIPALES DINÁMICAS GLOBALES QUE AFECTAN A LA SEGURIDAD

 

La Estrategia de Seguridad Nacional 2021 contiene como novedad una carta a modo de introducción del presidente del Gobierno. En esta Pedro Sánchez señala como ejes del documento continuidad y cambio.

Dice el presidente del Ejecutivo que es de continuidad, “por el compromiso que significa la cuarta estrategia de esta naturaleza en la historia democrática de España. La seguridad de España y su ciudadanía es una de las más altas responsabilidades del Gobierno. La presente Estrategia recoge la herencia de sus antecesoras y hace suya la visión integral de la Seguridad Nacional, entendida como la acción del Estado dirigida a proteger la libertad, los derechos y bienestar de los ciudadanos, a garantizar la defensa de España y sus principios y valores constitucionales, así como a contribuir junto a nuestros socios y aliados a la seguridad internacional en el cumplimiento de los compromisos asumidos”.

También se refiere al cambio, identificando la situación actual y el insoslayable golpe de la pandemia como” una ventana de oportunidad”, considerando que la transformación en un contexto de incertidumbre requiere de una visión estratégica, “donde la seguridad se concibe como una condición necesaria para la recuperación económica y la cohesión social”. Para el presidente del Gobierno la Estrategia de Seguridad Nacional tiene en cuenta el camino a “la innovación tecnológica y la transición ecológica; hacia una España moderna con visión de futuro, llena de oportunidades de progreso”.

Capacidad creíble y efectiva

El Departamento de Seguridad Nacional dirigido por el general Miguel Ángel Ballesteros ha sido el encargado de elaborar este documento de 75 páginas, que describe 16 riesgos y amenazas. En él se mantiene que España requiere de una capacidad de disuasión creíble y efectiva y una capacidad de defensa autónoma, frente a diferentes formas de agresión: desde las estrategias híbridas hasta el conflicto convencional.

Fragilidad en la cadena de suministros

La experiencia acumulada por la pandemia del Covid-19 ha tenido reflejo en el documento estratégico, que reconoce el riesgo de la fragilidad de la cadena de suministros, así como la falta de capacidad decisora de organismos y autoridades internacionales, que resultaron incapaces de organizar un sistema efectivo para la producción y distribución de material sanitario.

Para saber más

a Estrategia de Seguridad Nacional 2021 puede descargarse aquí
Se pueden encontrar todas las anteriores estrategias, así como referencias al Departamento de Seguridad Nacional aquí
El Departamento de Seguridad Nacional tiene un sitio web al que se puede acceder aquí

Los servicios electrónicos de confianza y la seguridad jurídica

EN ESTE PAÍS

De izquierda a derecha: acto inaugural a cargo del director de la Cátedra, el notario Manuel González-Meneses, y del vicedecano de Ia Facultad de Derecho ICADE, José Luis Rey.

SERVICIOS ELECTRÓNICOS DE CONFIANZA Y SEGURIDAD JURÍDICA

La sala de conferencias de ICADE-Comillas en Madrid acogió en febrero unas jornadas organizadas por la Cátedra ICADE-Fundación Notariado con el título Los servicios electrónicos de confianza y la seguridad jurídica. Del Reglamento eIDAS y la Ley 6/2020 a la propuesta de eIDAS2.

TRAS LA APERTURA por José Luis Rey, vicedecano de Investigación de Ia Facultad de Derecho ICADE, el director de la Cátedra, el notario Manuel González- Meneses, llamó la atención sobre la evolución que ha llevado desde la aparición de los prestadores de servicios de certificación en relación con firmas electrónicas basadas en criptografía de doble clave en el Real Decreto-ley y en la Directiva de firma electrónica del año 1999, a una paulatina ampliación del catálogo de servicios electrónicos de confianza objeto de reconocimiento y regulación, así como a un fortalecimiento de sus efectos jurídicos, en particular en su modalidad de servicios «cualificados», en especial con la última redacción que el artículo 326 de la LEC ha recibido por la Ley 6/2020.

A continuación, Ignacio Alamillo, director General de Astrea, habló del estatuto jurídico general de los prestadores de servicios de confianza, resaltando el esfuerzo de armonización de la regulación llevado a cabo por el legislador europeo con la pretensión de conseguir la unidad del mercado interior. También señalo cómo algunos de estos servicios de confianza dan lugar a productos de carácter específico, que no tienen equivalente jurídico en el mundo no electrónico; y advirtió de los límites de la seguridad aportada por sí sola por la tecnología.

Garantizar la seguridad jurídica. A continuación, se celebró una mesa redonda sobre el mercado de los servicios electrónicos de confianza, en la que participaron Diego Hernández, director de sistemas de información de FNM; Alfonso Carcasona, CEO de AC Camerfirma; María Dolores Pescador, presidenta ejecutiva de Logalty; Alfonso Fernández, director de identidad digital y firma de SIA (Indra); Santiago Casas, CEO de Validated ID, y Segismundo Álvarez, notario (moderador).

Una idea recurrente fue la pretensión de garantizar la seguridad jurídica y el cumplimiento normativo frente a los modelos más laxos propios del ámbito anglosajón, así como la evolución de un simple servicio de certificación a la oferta de soluciones integradas para la contratación electrónica.

En una segunda mesa redonda, sobre El significado y valor jurídico de los servicios electrónicos de confianza (en la que participaron Antonio Merchán, profesor de Derecho internacional privado; los abogados Alonso Hurtado y France Vidal, Manuel González-Meneses, y Miguel Martínez, profesor de Derecho Mercantil de ICADE, como moderador) se analizaron cuestiones relacionadas con el valor jurídico, en especial procesal y probatorio, de estos servicios.

Cuestiones como las dudas sobre la constitucionalidad de la norma de inversión de la carga de la prueba sobre la parte que impugna la autenticidad, integridad o fecha de un documento electrónico respecto del cual se ha prestado un servicios de confianza por un prestador incluido en la lista de prestadores cualificados (lo que fue calificado como la imposición de una probatio diabolica), en especial tratándose de consumidores (al respecto, Hurtado alertó sobre la posibilidad de reclamaciones masivas); así como el problema de las personas con capacidad disminuida por la edad o la enfermedad como posibles titulares de certificados y dispositivos de firma electrónica. Merchán habló de «capacidad digital» y González-Meneses de la carga de «autotutela criptográfica» que imponen sobre sus usuarios estos instrumentos de
firma basados en criptografía.

 


UNA IDEA RECURRENTE FUE GARANTIZAR LA SEGURIDAD JURÍDICA Y EL CUMPLIMIENTO NORMATIVO FRENTE A LOS MODELOS MÁS LAXOS PROPIOS DEL ÁMBITO ANGLOSAJÓN

 

En el bloque dedicado a los nuevos planteamientos en materia de firma, Antonio Merchán; Rubén Morales, director técnico de identidad digital y firma de SIA (Indra); Miguel Ángel Bernal, profesor de Derecho administrativo; Segismundo Álvarez, notario; Enric Hernández; responsable del área de certificación y seguridad de Ancert, y José Carmelo Llopis, notario (moderador) trataron sobre los problemas de usabilidad propios de los sistemas de firma por medio de tarjetas físicas y su superación mediante el modelo de firma centralizada o en la nube y con el teléfono móvil, así como de la nueva posibilidad de identificación en remoto de los solicitantes de certificados. También se aludió a los nuevos sellos electrónicos de personas jurídicas, susceptibles de aplicación no personal y automatizada; así como a las dificultades para compatibilizar el régimen de los poderes de representación jurídica con el instrumento de la firma electrónica. Al problema que suscita la parametrización de las facultades de representación se refirieron Carmelo Llopis y Segismundo Álvarez.

En la sesión dedicada a la identidad digital, Llaneza hizo alusión a las incertidumbres a las que se enfrentan los expertos que participan en la elaboración de las normas técnicas de desarrollo de eIDAS2 en cuanto a las posibles fuentes de acreditación de los atributos que podrán gestionarse mediante los futuros wallets de identidad digital.

A continuación, en una mesa sobre proyectos de identidad digital, María Parga, presidenta de honor de Alastria; Carlos Pastor, líder de identidad digital de Alastria; Iván Basart, CTO de Validated ID; Carmine Auletta, CIO de Inforcert SpA, y González-Meneses, como moderador, expusieron varios proyectos relacionados con el concepto de identidad digital autosoberana.

Tras las intervenciones de ingenieros y tecnólogos, el notario Javier González y el catedrático de filosofía del Derecho Rafael de Asís disertaron sobre el concepto de identidad y la problemática de su traslación al ámbito digital, a lo que siguió un coloquio en el que llegaron a suscitarse cuestiones relacionadas con el respeto de los derechos de la personalidad en el metaverso.

En el último bloque, el dedicado a otros servicios de confianza, participaron José María Anguiano; José Carmelo Llopis; Igor Marcolongo Chief business Compliance Officer de Inforcert SpA; Alfredo Muñoz, y Pedro Garrido, notario
(moderador).

Llopis se ocupó del archivo duradero de documentos electrónicos, con una referencia a los problemas que planteará la conservación del futuro protocolo electrónico; Marcolongo aludió a la necesidad de adaptación a las distintas culturas jurídicas locales; Anguiano criticó la pretensión de monopolio de la notificación certificada por parte de la Sociedad Estatal de Correos y aludió a la problemática suscitada por la dirección electrónica habilitada; y por último, Muñoz hizo referencia al nuevo servicio de ledgers electrónicos y a posibles aplicaciones de la tecnología blockchain en el ámbito del derecho societario.

En el cierre de las jornadas el director de la Cátedra recordó que los notarios nacieron de la sociedad, por las necesidades de seguridad del mercado y porque dominaban esa tecnología de la información disruptiva en su tiempo como era la escritura en tinta sobre papel. Hoy, en el medio digital, la seguridad jurídica debe apoyarse necesariamente en unos medios de seguridad electrónicos que aportan precisamente las empresas tecnológicas, y tiene sentido que estos medios, por razones de seguridad del tráfico, vean reconocidos unos específicos efectos jurídicos. No obstante,  concluyó– el reconocimiento de estos efectos jurídicos no debería chocar con valores y principios básicos de nuestro sistema jurídico –como la tutela judicial efectiva–, ni llevar a prescindir de esa seguridad más completa que para aquellos ámbitos más delicados del tráfico jurídico ha aportado y  debe seguir aportando el documento notarial. |EP|

Contra el circo del odio, por Esther Paniagua

LA @

ESTHER PANIAGUA, periodista y autora especializada en tecnología

 

En muchos casos, el linchamiento público viene de grupos organizados de usuarios que actúan como trols

Contra el circo del odio

«Cómete un murciélago y muere, perra». Es uno de los mensajes de odio que la viróloga Danielle Anderson recibió tras escribir una crítica de un artículo que sugería que el SARS-CoV -2 podría haber salido de un laboratorio en China. No es, ni mucho menos, la única: alrededor de un 70% de investigadores que durante la pandemia han aparecido en medios de comunicación o en redes sociales ha experimentado consecuencias negativas: acoso online, amenazas de muerte e incluso ataques físicos. Es la conclusión de una encuesta de la revista Nature.

La historia no acaba ahí: muchas reacciones de odio tienen efectos psicológicos como angustia emocional o psicológica. El impacto llega hasta el punto de llevarles a rechazar nuevas intervenciones en medios o de abandonar las redes sociales. Autocensura o, directamente, abandono del debate público cuando más se les necesita. Es algo que no podemos permitirnos.

La exposición pública siempre conlleva, mal que nos pese, cierto riesgo de ataque, que ha aumentado en la era conectada. En un momento en el que la ciencia ha tomado más protagonismo en el debate público, sus representantes tienen más visibilidad en los medios y, por tanto, están más expuestos. También sienten la responsabilidad de comunicar y de colaborar con los periodistas en la verificación de hechos para refutar bulos y contrarrestar la otra pandemia: la de la desinformación.

Es una labor imprescindible y menospreciada. También se politiza, y se usa como arma de guerra entre bandos. En redes sociales, son víctimas del etiquetado rápido y el escarnio. En muchos casos, el linchamiento público viene de grupos organizados de usuarios que actúan como trols: antivacunas, conspiracionistas o partidarios de uno u otro líder o partido político. Les bombardean con amenazas e intentan desacreditarles, difamarles o amedrentarles.

La bilis sale en las redes y parece que no hay nada ni nadie que la pare. Ni siquiera quienes tienen el mando. Varios científicos consultados por Nature enviaron ejemplos a Twitter de los tuits abusivos que estaban recibiendo (incluidas imágenes de cadáveres ahorcados) y la plataforma respondió que estos no violaban sus términos de servicio. Si bien Twitter ha facilitado cierto control a cada persona sobre quién responde a sus mensajes, y cuenta con tecnologías para detectar el lenguaje abusivo, es claramente insuficiente. Además, sus sistemas automatizados son fáciles de evadir.

De Facebook (Meta) ya ni hablamos: la empresa reconoce que «solo puede actuar en menos del 5% de los casos de odio y menos de un 1% de los casos de violencia e incitación a la violencia» que se dan en la plataforma, según documentos internos filtrados por la confidente Francis Haugen. En ellos se advierte: «La desinformación, la toxicidad, y el contenido violento son extraordinariamente prevalentes entre los contenidos que se vuelven a compartir” (los ‘reshares’).

El impacto va mucho más allá del mundo académico. “Tenemos evidencia proveniente de múltiples fuentes de que el discurso de odio, el discurso político divisivo y la desinformación en todas las aplicaciones de Facebook están afectando a sociedades de todo el mundo», dice otro de los documentos filtrados. En efecto, el diseño de estas plataformas amplifica el discurso de odio. Están pensadas para enganchar y recompensan lo viral, pero además permiten el anonimato: el cóctel perfecto. Mucha gente se refugia en esa anonimidad online para decir y hacer cosas que normalmente no haría sin tener que rendir cuentas por ello. Ello se asocia a una proliferación online del comportamiento antisocial y de la violencia gratuita.

Como bien dijo Haugen, los gigantes de internet “están pagando sus ganancias con nuestra seguridad”, anteponiéndolas al bienestar de las personas. Ello es inadmisible, y requiere de una respuesta contundente. El «yo lo paro y no paso» es necesario pero no suficiente. La solución no puede ser, como hasta ahora, poner toda la carga en el lado de los usuarios: desde tratar de ignorar el acoso hasta filtrar y bloquear a los trols o denunciarlos. Es un trabajo inasumible si cada día recibes decenas de amenazas de muerte.

¿Qué hacer? En primer lugar, hay que cambiar los incentivos y forzar al cambio del modelo de negocio de las grandes tecnológicas. Una forma de hacerlo es prohibir la publicidad personalizada y el comercio de datos personales. Es algo que exigen voces como Shoshana Zuboff o Carissa Véliz, y yo misma en Error 404. Un modelo económico legítimo no puede sustentarse en la violación de derechos humanos. En el pasado, economías enteras se basaban en el tráfico de esclavos y eso no fue una razón para no abolir la esclavitud.

También es vital penalizar el diseño adictivo de las aplicaciones. Lo anterior ayudaría, pero no es suficiente, porque incluso si el modelo de negocio cambia pueden seguir teniendo interés en mantener en ellas a las personas la mayor cantidad de tiempo posible, a toda costa.

Hay otras acciones prioritarias, como permitir de forma efectiva y sencilla la portabilidad de datos, contenido y contactos de una plataforma a otra; o como obligar a las grandes empresas digitales a contar con un número suficiente de humanos para responder de forma efectiva a las denuncias de abuso y centralizar dichas denuncias.

Todo esto no será posible desde un solo país. Requiere de una institución supranacional que lo gobierne. Pero además necesitamos poner a la educación en su sitio, especialmente en civismo, ruptura de estereotipos y alfabetización digital. No podemos obviar que buena parte del problema reside en sus deficiencias. Abordarlas fortalecerá cualquier sociedad, no solo en lo digital. Como dijo Confucio: «La educación genera confianza. La confianza genera esperanza. La esperanza genera paz».

Científicos amenazados

LA @

Científicos amenazados

Los tiempos en que se castigaba con la hoguera a la gente de ciencia pasaron, pero siglos después, aún reviven rescoldos de esa ignorancia tan nociva. Lo hacen en uno de los mayores avances tecnológicos: internet. Científicos que han ayudado a entender la pandemia han sido atacados por grupos de conspiranoicos hasta el punto que han tenido que suprimir o reducir sus apariciones públicas. ¿Quién se esconde detrás de ellos?
GABRIEL CRUZ

@Gabrielcruztv

“El sueño de la razón produce monstruos” nos advertía Goya en uno de sus grabados sobre el peligro de la ignorancia. Dos siglos después la seguimos sufriendo. Los conspiranoicos han encontrado en el covid-19 su particular peste medieval y en internet el espacio donde propagar los ataques. Si no, ¿cómo explicar las amenazas de muerte a Christian Drosten, virólogo alemán que asesoraba a la canciller Merkel contra la pandemia , algo así como el Fernando Simón alemán? Mientras en Bélgica, Jürgen Conings, un exmilitar, aseguraba que mataría a Marc Van Ranst, virólogo de referencia en su país que tuvo que estar escondido junto a familia durante tres semanas . ¿Era una fanfarronada? No, Conings era instructor militar de tiro y estuvo fugado con un lanzador de cohetes y una ametralladora. Un mes después le localizaron en un bosque: se había suicidado.

No son casos excepcionales. Un artículo de la revista Nature realizó una encuesta a 321 científicos que habían hablado públicamente sobre la covid-19. Señaló que el 60 % recibió algún tipo de amenaza de las que un 15% eran de muerte y un 22% de agresiones físicas o sexuales. El resultado era de esperar: dos terceras partes de los que las sufrieron redujeron sus apariciones públicas.

Españoles amenazados

Los investigadores del estudio de “Nature” eran de Australia, Reino Unido, Alemania, Canadá, Taiwán y Nueva Zelanda. De científicos españoles no se recogieron datos. Por eso contactamos con uno de los que más ha aparecido en los medios durante la pandemia: José Antonio López, virólogo, investigador y profesor de la Universidad Autónoma de Madrid. Confiesa que ha recibido “multitud de insultos de negacionistas y antivacunas pero últimamente también de algún pseudoexperto catastrofista”. “JAL” como se le conoce en todos los medios en los que hace difusión científica, se queja de que “mientras los que te atacan utilizan apodos nosotros, los que divulgamos, vamos a cara descubierta. Saben donde trabajamos, donde vivimos, etc.” Le percibo hastiado pero aguanta: “Por el momento, no pienso dejarlo seguiré humildemente trabajando como virólogo y como divulgador científico, labor en la que llevo desde hace más de treinta años”.

 


JOSÉ ANTONIO LÓPEZ, VIRÓLOGO, INVESTIGADOR Y PROFESOR DE LA UNIVERSIDAD AUTÓNOMA DE MADRID, CONFIESA QUE HA RECIBIDO MULTITUD DE INSULTOS EN LA RED

 

Hay muchos más casos. Por ejemplo Alfredo Corell, inmunólogo y catedrático de universidad, asegura “me han amenazado con matarme, que si era un mataviejas… incluso han modificado mi entrada en Wikipedia escribiendo que he sido juzgado por pedofilia”. En el caso de Amos García Rojas, presidente de la Asociación Española de Vacunología, además de los ataques por la red le increparon en la calle al grito de “asesino”, incluso se encontró con una pintada que decía: «AMOS TU ERES EL COBI». A lo que él respondió con este tuit irónico: “(…) Por la ortografía no se si me asocian a la enfermedad de la Covid-19 o me mimetizan con la mascota de los Juegos Olímpicos de Barcelona”. Al doctor César Carballo, del Hospital Ramón y Cajal de Madrid, le dijeron “vigile su espalda» o “probáis veneno en la gente». Lo que más le preocupó fue descubrir que las búsquedas en Google más numerosas sobre él fueran “César Carballo mujer” y “César Carballo hijos”, entonces fue cuando decidió denunciar las amenazas judicialmente.

Tras los ataques

Para saberlo hay que sumergirse a gran profundidad en redes sociales. Mari Luz Congosto es ingeniera informática, pero, para nuestro caso, es una “buceadora de datos”, profesora honorífica en la Universidad Carlos III y de visualización de datos en la Universidad de Madrid U-TAD.

 


A ALFREDO CORELL, INMUNÓLOGO Y CATEDRÁTICO DE UNIVERSIDAD, HAN AMENAZADO CON MATARLE Y AL DOCTOR CÉSAR CARBALLO LE DIJERON ‘VIGILE SU ESPALDA’

 

Rápidamente nos da dos claves: “Todo lo que veamos acompañados de la palabra “por la verdad” suele ser bastante mentira y en redes sociales suele haber más ruido que realidad”. Respecto a lo primero, nos encontramos movimientos conspiranoicos como “médicos por la verdad”, “psicólogos por la verdad” entre otros muchos. Ella tampoco se ha librado de los insultos en redes. Tras analizar unos 6.000 perfiles en Twitter señala que “están muy bien organizados internacionalmente, con conexiones en Perú, Argentina, España y sobre todo en Alemania”. Desvela que algunos de sus miembros son médicos que consideran que no existe una pandemia. “Son muy agresivos porque para ellos sus ideas, aunque no lo admitan, son como una religión. Por tanto, no hay cabida al razonamiento, señala.

Respecto a cuanta gente puede estar detrás de estos movimientos, Congosto afirma que “hay grupos con canales de Telegram con hasta cien mil seguidores. Detrás de los cuales puede haber desde individuos conspiranoicos a grupos de presión a favor de la homeopatía”.

Una de sus investigaciones era saber si existían conexiones entre conspiranoicos y grupos políticos porque entonces –señala- “tendríamos un grave problema. El caso es que no detecté grandes relaciones. Sí que descubrí algún miembro de extrema derecha con simpatías hacia posturas antivacunas pero precisamente también encontré coincidencias en posturas independentistas. Es decir, los extremos conectan muy bien, porque ambos no quieren estabilidad”. Entre los casos que investigó se encontraba el perfil de Twitter del denominado “doctor Papaya”, que aseguraba falsamente ser parasitólogo. Se trataba de un negacionista de la pandemia con nueve mil seguidores. Finalmente fue detenido en 2020 Zaragoza por incitar al odio y violencia contra los políticos y sanitarios en redes sociales. “Cuando conté las conexiones de este negacionista me atacaron muchísimo. La cuestión es que siempre ha habido conspiranoicos en las redes sociales, pero a raíz del covid-19 ha sido su oportunidad de hablar sobre el mismo tema y por eso se han hecho tan visibles”, señala Congosto. No como antes que cada uno tenía su propia conspiración y el efecto quedaba disperso entre todas. Era un “cada loco con su tema” pero como advierte Casar Carballo: “a John Lennon lo mató un hombre desequilibrado mentalmente».

A quien seguir

Mariluz Congosto @congosto
Experta en redes. Sigue los hilos que le sugieren los propios internautas y que ella indaga.

@SoyMmadrigal
Marcelino Madrigal, experto informático en análisis de redes sociales, lucha contra la desinformación y conspiranoicos de todo tipo.

@cescept
Círculo Escéptico Asociación, sin ánimo de lucro, para la promoción del pensamiento racional y crítico.

Ni es sólo covid ni es sólo de ahora
Los ataques a divulgadores científicos han existido desde hace años. Lo sabe bien Miguel Mulet, catedrático en Biotecnología de la Universidad Politécnica de Valencia. Desmonta con argumentos científicos falsos mitos relacionados con la comida sana. Así en 2015 tuvo que suspender una charla en la Universidad de Córdoba (Argentina) por defender que los alimentos transgénicos no son perjudiciales para la salud. “Al comprobarse que las amenazas eran plausibles pues eran de personas totalmente identificables. Me decían que “me hacía falta plomo en la cabeza” así que me pusieron dos guardaespaldas”, nos señala Miguel. “Ahora son los antivacunas los que me insultan. Lo que hago es bloquear sus mensajes y listo. No me caliento la cabeza. Es el problema de las redes. La gente puede decir lo que quiera porque no hay filtros. Pero yo tengo un trabajo que me gusta y procuro no dedicarle a esto mucho tiempo”.
Estudio de Nature
Con el titular Ojalá te mueras (I hope you die). El estudio de la revista científica publicado en octubre de 2021 dio luz al acoso que en silencio sufrían algunos científicos por hablar sobre el covid-19.

Mayores offline

LA @

Mayores ‘OFFLINE’

Internet se ha convertido en la llave más rápida para las gestiones del día a día: hacer una inscripción, pedir una cita, consultar el saldo de la cuenta bancaria o presentar la declaración de la renta. El mundo aplaude la comodidad de no hacer colas y poder solucionar los trámites desde el salón de casa. Pero hay un sector que asiste, impotente, al proceso. Los mayores se quedan fuera de juego.

GABRIEL CRUZ

@Gabrielcruztv

Soy mayor, pero no idiota. La frase se ha convertido en un grito de guerra. Lo lanza Carlos San Juan, médico jubilado de 78 años. Asegura haber llegado a sentirse humillado al pedir ayuda en un banco y que le hablaran como si fuera idiota por no saber completar una operación. Lanzó su queja en la plataforma change.org y en apenas un par de semanas había conseguido más de 500.000 firmas respaldándole. Conscientes de las dificultades de algunas personas con la digitalización, los bancos están poniendo medidas encima de la mesa para facilitar su adaptación progresiva a las nuevas posibilidades que ofrece la diversidad de canales bancarios. Estas se suman a las múltiples iniciativas que ya están en marcha para facilitar la accesibilidad de los mayores a los servicios bancarios tanto en la red de oficinas como vía online. Y es que solo el 6,5% de los mayores de 65 años cuenta con habilidades avanzadas a la hora de utilizar internet, según datos de Eurostat. Leonor, con 72 años y ajena a redes sociales y procedimientos tecnológicos, entiende muy bien a Carlos: «me han llegado a cobrar seis euros al mes por pagar la comunidad del edificio en el que vivo en ventanilla. Me insistían en que tenía que domiciliarlo yo a través de la web, pero era incapaz. Hasta que no lo ha hecho mi hija por mí, no me ha quedado más remedio que pagar. También necesito su ayuda para hacer transferencias o coger cita para algunos trámites». Y es que los bancos son solo a punta del iceberg

 


ACTUALMENTE LA MAYOR PARTE DE LA BUROCRACIA ADMINISTRATIVA SE SOLUCIONA A TRAVÉS DE INTERNET

 

Comunicando. Actualmente la mayor parte de la burocracia administrativa se soluciona a través de internet. La pandemia ha venido a reducir la presencialidad y las pocas cosas que se pueden hacer en persona también necesitan que la cita se solicite online. Trámites obligatorios, como presentar la declaración de Hacienda, se convierten en un auténtico suplicio para los más mayores. «Soy viuda y no tengo hijos», apunta Toñi López, 79 años, «en mi casa no hay ordenadores así que el año pasado fui varias veces a pedir cita para hacer mi declaración a una de las oficinas. Cada vez que iba me insistían en que tenía que hacerlo online. ¡Pero si yo no tengo ordenador! Les decía, pero ni caso. ¿Por teléfono? pero es que no lo cogen nunca.» La solución vino de la mano de uno de sus sobrinos, pero a ella no le parece justo que tenga que depender de nadie. Estos mayores tampoco se benefician del ahorro de tiempo y la comodidad que supone poder hacer las cosas desde casa: pedir cita en el médico, hacer la compra o sacar las entradas del cine. «Entiendo que todos estos avances son imparables, pero yo no puedo seguirlos. ¿No podrían explicarnos fácilmente cómo hacerlo? Pero una persona, no una máquina, que es lo que encuentro habitualmente», dice Josefa García, 80 años. Los mayores de 65 años ya eran el 20% de la población de España en enero de 2021, según el Instituto Nacional de Estadística. La cifra seguirá creciendo y la brecha, también.

Mayores rurales. El pequeño pueblo de Tamajón, en Guadalajara, lucha por mantener vivo su cajero. Se estropeó el pasado diciembre y la entidad bancaria que lo sostiene no planea repararlo. A partir de ahora su centenar de habitantes tendrán que desplazarse al menos 20 km, simplemente, para sacar dinero. Muchos de sus mayores ya no conducen y no tienen a nadie cerca que les pueda llevar. El problema se extiende por toda España. Según datos publicados por la Asociación de Usuarios Financieros (Asufin), desde el año 2008 hasta 2021 ha descendido un 54,2% el número de oficinas bancarias y han desaparecido un 22,1% de los cajeros automáticos. La sociedad más comunicada de la historia deja aislados a los que no siguen el ritmo. ¿Cómo integrar a los mayores de 65 años en la revolución digital? «A mí tratan de enseñarme mis nietos», dice Leonor. Mientras tanto exigen que haya otras alternativas. Y su grito cada vez es más fuerte. |EP|

Notarios de ‘pueblo’

En la mayoría de los pueblos de España hay una notaría. Y en caso de no haberla en el suyo seguro que tendrá una muy cerca, porque hay casi 3.000 notarios repartidos por toda la geografía española. Lo habitual es que sean los interesados los que se desplacen al despacho notarial para hacer consultas o para la elaboración y firma de los documentos, pero, si es necesario, el notario también puede acercarse hasta el domicilio de los más mayores cuando hay problemas de movilidad o desplazamiento. En la época virtual, la cercanía también marca la diferencia en el servicio. Si quiere localizar al notario más cercano, tiene un buscador en www.notariado.org.

Notarios de ‘pueblo’

@EdadyVida es la fundación para la mejora y promoción de la calidad de vida de las personas mayores.

@65ymuchomas es el primer diario online para mayores. Cuenta con el asesoramiento de sus asociaciones más representativas.

@Jubilares es la asociación que promueve una mejora del entorno físico y social para el envejecimiento activo y con autonomía.