«Consumo: importancia económica y retos», por David Cano Martínez

PROTECCIÓN AL CONSUMIDOR

 
DAVID CANO MARTÍNEZ

socio de Analistas Financieros Internacionales

Consumo: importancia económica y retos

@david_cano_m

El componente con más peso en el PIB es, con diferencia, el consumo. Su ponderación oscila entre el 60% y el 90%, en función, por ejemplo, de la capacidad exportadora de cada economía. Así, en países con una mayor apertura al exterior, el peso es menor, pero no por debajo del 55%, como es el caso de China. En Corea y Suiza es el 65% y en Alemania es el 72%[1]. Se entiende así la importancia relativa que tiene para los economistas entender y anticipar las dinámicas del consumo, en especial el de las familias[2].

No en vano, las decisiones de política monetaria (subir o bajar los tipos de interés) y fiscal (hacer lo propio con los impuestos) buscan condicionar, a la baja o al alza, las decisiones de consumo. Cuando la economía está deprimida es necesario estimular el gasto, mientras que en fases de bonanza se hace recomendable frenarlo para evitar uno de los principales desequilibrios macroeconómicos: la inflación. Sin embargo, a pesar de los avances econométricos en la modelización del consumo, todavía no se ha conseguido entender con exactitud las decisiones de gasto (o, de su inversa, el ahorro) ante variaciones de la renta o de las condiciones financieras. Ni siquiera con los avances del big data y de los modelos de seguimiento en tiempo real somos capaces de anticipar con exactitud qué sucede con las pautas de consumo. La mente humana se rebela contra los modelos matemáticos y el lado emocional de nuestro cerebro se impone al racional en la toma de decisiones de consumo. Áreas del conocimiento que hasta hace unos años sólo importaban a los psicólogos y, posteriormente, a los expertos en marketing, ahora son cruciales para los economistas[3]. Nos referimos a la “Economía conductual” (o “economía del comportamiento”), que apunta a que no somos ese homo economicus que supone la teoría económica neoclásica y que tan útil es para diseñar elegantes modelos de consumo. Elegantes, sí, pero incorrectos o, al menos, incompletos. No somos racionales a la hora de consumir y gastar. No somos libres, sino que nos condicionan[4]. Tenemos una racionalidad limitada (Herbert Simon[5]).

Pero existen otros condicionantes a la hora de comprender la dificultad en la anticipación de las decisiones de consumo. Si compartimos la idea de que un mayor o menos gasto está influido por un mayor o menor nivel de riqueza (además, lógicamente, de renta), la forma en la que esta se materializa también ejerce un efecto condicionante. Y esto se acentuará cuanto mayor sea el peso que supongan los activos financieros (acciones, bonos, fondos de inversión y de pensiones). Porque su revalorización genera un efecto riqueza que pude incrementar la propensión marginal a consumir de nuestra renta o a la venta parcial de esos activos para destinar las ganancias al consumo. En sentido contrario, sin que la renta experimente variaciones, nuestro gasto puede reducirse ante la caída del valor de mercado de nuestras inversiones. Una reacción similar puede activarse a partir del precio de la vivienda, si bien no tanto de forma directa (seguramente no gastemos más o menos porque el precio de la casa en la que vivimos hay subido o caído), pero sí de forma indirecta. Aunque sea menos común en España, en otros países, en especial en EEUU, se produce la denominada Home Equity Extraction, que consiste en volver a tasar la vivienda si el valor ha subido, con el fin de ampliar el importe de la hipoteca para destinarlo al consumo.

Otro de los cambios en las pautas de consumo tiene que ver con la longevidad. Una mayor esperanza de vida implica una mayor predisposición a ahorrar, así como un menor consumo en las últimas fases de nuestra vida, porque una población envejecida consume menos. Las teorías del ciclo de vida propuestas inicialmente por F. Modigliani[6] tiene que ser revisadas, sobre todo si, como sucede en algunos países europeos, se cuenta con un estado del bienestar que asegura una parte importante de la capacidad adquisitiva vía ingresos y menos necesidades de gasto gracias a la prestación de servicios públicos gratuitos y de calidad. Diversas megatendencias nos obligan a revisar nuestros modelos de previsión del consumo. Porque también el desarrollo tecnológico tiene su impacto. No caigamos en el error de considerar que el consumo se ha hundido porque han cerrado muchas tiendas en nuestro barrio. El gasto se mantiene, pero ahora a través de los canales online.

Me gustaría cerrar este artículo mencionando otra transformación que se intensificará con el tiempo: cada vez compramos menos el bien para “comprar” más su uso y disfrute. Ya no tiene sentido adquirir un disco: lo que hacemos es escuchar música. Sirva como ejemplo de la transformación que se avecina y que se denomina “Economía de las plataformas” y “Economía de la suscripción”. Menos compras, pero más uso y disfrute que, además, sirve para hacer un consumo más responsable y sostenible. Y para reconfigurar las ciudades. Piense en el caso del coche, sobre todo, para su uso urbano: en lugar de comprarnos un coche, los alquilaremos. Todos estos cambios en las pautas de consumo son un gran reto para los economistas.

[1]En España el consumo supone el 76,3% del PIB y en EE.UU. el 82,3%.
[2]En este componente del PIB también se incluye el consumo de las Administraciones Públicas.
[3]Como Thaler, premio Nobel de economía 2017 que profundizó en los trabajos pioneros de Kahneman, también Nobel, en 2002.
[4]Ver, por ejemplo “Quiero decidir yo”. A. Vásquez. LID Editorial.
[5]También laureado con el Nobel de economía, en 1978. [06] Nobel de economía de 1985.

La España vaciada, del mito literario a destino apetecible

ESFERA CULTURAL

La España vaciada, de mito literario a destino apetecible

La pandemia ha hecho que muchos urbanitas sueñen con un cambio que la literatura de los últimos años ha revestido de una especial mística.
JULIÁN DÍEZ

[email protected]

La comarca de La Alcarama, en la zona limítrofe de la provincia de Soria con La Rioja, es el lugar más vacío de Europa por debajo del Círculo Polar Ártico. Simplemente, porque no vive nadie. Entre Poyales, pueblo riojano de diez habitantes, y Las Fuentes de San Pedro, localidad soriana con cinco censados, hay una franja de treinta kilómetros por veinte de ancho en la que, oficialmente, no hay ningún residente.

Los pueblos que existían allí (Tañine –hasta hace poco con un habitante– Bumanco, Vea, Valdemoro de San Pedro Manrique…), no recibieron electricidad en los años sesenta para que fueran abandonados y crear un enorme pinar que ha crecido virgen hasta hoy. Esos seiscientos kilómetros cuadrados coinciden con la extensión del término municipal de Madrid, donde viven casi tres millones y medio de personas; son una extensión seis veces mayor que la del término municipal de Barcelona, con 1,6 millones de habitantes.

Esta es la realidad más extrema de la España Vaciada, del territorio con menor densidad de población conjunta de Europa. La Alcarama y los Montes Universales, entre Cuenca y Teruel, son los lugares más despoblados de un gran espacio despoblado, puesto que en España el 90% de la población (42 millones de personas) viven en el 30% del territorio (las costas y la ciudad de Madrid). El resto, cuatro millones de habitantes, se reparten en 350.000 kilómetros cuadrados que vienen a equivaler a la extensión de Japón o Alemania, y superan de largo la de Italia o Gran Bretaña.

Este territorio enorme, increíblemente desconocido por buena parte de la propia población de las capitales, ve ahora con sorpresa cómo el mayor desastre social del último medio siglo abre la puerta a su recuperación. Pueblos de Ávila, la serranía de Málaga o el interior de Galicia, que año tras año veían caer su número de habitantes, se han encontrado con incrementos de empadronados de un 7% a un 10% en apenas un par de meses. Numéricamente son pocos (diez, quince, cincuenta personas), pero el impacto en comunidades de menos de 300 habitantes (y bajando hasta ahora) es fácil de imaginar. Por el momento, en casi todos los casos, se trata de propietarios de segundas residencias que han cambiado su domicilio fijo para poder pasar nuevas cuarentenas en una casa muchas veces más amplia que su residencia urbana, con acceso a naturaleza por la que pasear y servicios públicos más básicos, pero también menos masificados.

Experiencias “neorrurales”. Al fenómeno ha contribuido posiblemente un creciente imaginario positivo de la vida rural, opuesto al tremendismo de Gutiérrez Solana en la pintura, algunas obras de Camilo José Cela en la literatura o El crimen de Cuenca y Los santos inocentes en el cine. Un fenómeno ya latente en el noventayochismo, con los libros de viajes de Miguel de Unamuno o los paisajismos preciosistas de Azorín, y que tuvo su continuidad en Miguel Delibes. Sin embargo, cuando la literatura se acercó de manera resonante al tema de la desertificación fue con La lluvia amarilla, una novela breve de Julio Llamazares publicada originalmente en 1988.

La lluvia amarilla ha alcanzado el doble estatus de clásico (existe una edición académica en Cátedra) y obra de culto. Se trata de un monólogo de un pastor, último habitante de la localidad pirenaica de Ainielle, que asiste al progresivo derrumbamiento de su entorno y el apagar de su propia vida con resignada nobleza. Es un libro oscuro y muy emotivo, que pese a merecer algunas críticas (por ejemplo, el narrador se expresa en un castellano extraordinario, improbable en un pastor sin formación), lanzó definitivamente la carrera de Llamazares y ha convertido Ainielle en un lugar de peregrinaje cada verano para caminantes de distintos lugares de España.

Coincidiendo con el impacto de esta novela, las experiencias que se dieron en llamar “neorrurales” comenzaron a proliferar por distintos lugares de la España vaciada a lo largo de los años noventa. En épocas previas, esos asentamientos eran sobre todo comunas inspiradas en los movimientos de los años setenta, de las cuales las más longevas y pobladas hasta hoy son Beneficio, en Las Alpujarras granadinas, y Matavenero, en las montañas de León.

La España vacía

La idea de la Laponia española
consiguió popularizarse a raíz
del libro ‘La España vacía’

En los noventa arrancan proyectos más ligados a la sociedad convencional: es el caso por ejemplo de Urueña, un pueblo vallisoletano situado sobre una colina amurallada, en el que con el impulso del folklorista castellano Joaquín Díaz, comenzaron a instalarse librerías y algunos restaurantes para incentivar las visitas.

En buena parte de los casos, las experiencias neorrurales se saldaron con decepción. La mayor parte de los pueblos realmente abandonados, más allá de su aura romántica, carecen de comodidades tan básicas como los saneamientos y el agua corriente, sin mencionar los problemas para acceder a cualquier producto de consumo.

Quienes se mantienen en pueblos pequeños fueron viendo con creciente escepticismo el fenómeno neorrural cuando no venía acompañado de la creación de un negocio que sustentara a los recién llegados. Además, su número era muy reducido: de hecho, los pueblos siguieron bajando el número de habitantes en esas décadas, y muchos ayuntamientos buscaron medidas desesperadas. En Teruel surgió el movimiento Teruel Existe, luego convertido en partido político, y que fue imitado sobre todo en Soria y en Zamora.

Tres profesores universitarios de Zaragoza, encabezados por Francisco Burillo‐Mozota, lanzaron en 2013 un concepto geográfico nuevo, el de Serranía Celtibérica o Laponia Española: un territorio de 65.800 kilómetros cuadrados, un 13% de la extensión de España y dos veces la de Bélgica, que comprende partes de las provincias de Teruel, Guadalajara, Cuenca, Soria, Zaragoza, Burgos, La Rioja, Segovia, Castellón y Valencia. El periodista valenciano Paco Cerdá recorrió localidades emblemáticas de cada una de esas provincias que luego reflejó en Los últimos, seguramente el mejor texto publicado sobre el tema.

Un organismo creado por esos mismos académicos, el Instituto de Desarrollo Rural Serranía Celtibérica, señaló este año la existencia de otra área en situación similar: la llamada Franja de Portugal, que comprende territorios fronterizos de Ourense, Zamora, Salamanca y Cáceres.

La Laponia Española. La idea de la Laponia Española consiguió popularizarse a raíz de un libro que colocó en el panorama de las letras españolas al aragonés Sergio del Molino, La España Vacía. En él se centra, sobre todo, en los mitos y mistificaciones ejercidas de forma a veces un tanto hipócrita por parte del mundo cultural sobre este tema, y no tanto en conocer los lugares en sí.

Justo antes del confinamiento, el éxito totalmente inesperado de una divertida novela publicada sin promoción alguna, Los asquerosos, de Santiago Lorenzo, confirmó que el tema seguía importando mucho. A ello contribuyó además la propia figura de Lorenzo, un ex cineasta que se retiró hace años a vivir a un pueblo de Segovia que no ha querido identificar.

Y en esto llegó la pandemia, y buen número de urbanitas añoraron las ventajas de vivir en casas más grandes y entornos en los que el paseo pueda darse en la naturaleza. Todavía no hay cifras oficiales sobre cuál ha sido el impacto salvo en algunos pueblos (100 habitantes más para Sotillo de la Adrada, en Ávila, pueblos sevillanos y malagueños con crecimientos del 10% de empadronados), pero en varios de muy pequeño tamaño se ha conseguido reabrir la escuela. Los alojamientos rurales tuvieron tasas de ocupación récord y los contratistas no dieron abasto para responder a las peticiones de reformas en segundas residencias o viejas casas familiares semiolvidadas pocos meses atrás.

Dos películas fundamentales

Aunque tuvieron una notable acogida crítica en su momento, las dos mejores películas (documentales, en rigor) rodadas en España sobre la despoblación no son hoy tan recordadas como merecería su calidad. El cielo gira (2004) tiene la particularidad además de que su directora, Mercedes Álvarez, es la última persona que nació (en 1966) en el pueblo soriano de Aldealseñor, donde se desarrolla la acción. La cinta obtuvo numerosos premios y tuvo la curiosa consecuencia de haber hecho crecer, siquiera modestamente, la población del lugar, que cuando se rodó era de catorce personas y hoy llega a los treinta. Por su parte, Aguaviva (2005) es uno de los varios documentales (hay otros rodados por cineastas japoneses, argentinos, alemanes y belgas) sobre la iniciativa de ese municipio turolense de atraer emigrantes, aunque el retrato de la iniciativa es más esperanzador de lo que fueron a la postre sus resultados.

Justo antes del confinamiento,
el éxito del libro ‘Los asquerosos’ confirmó que el tema
seguía importando mucho

Otras fuentes

Las ofertas para hacerse cargo de negocios en pueblos con pocos habitantes siguen apareciendo con regularidad, como esta en un pueblo de Salamanca del pasado mes de octubre.

Un estudio del Instituto de Desarrollo Rural Serranía Celtibérica señala que el 50% del territorio español está por debajo del dato que se considera «desierto demográfico».

Entrevista a Carmen Linares, cantaora

ESFERA CULTURAL

Carmen Linares, cantaora

«Al flamenco le he dado mi vida y sigo dándosela»

En 2021, cuando se cumple una década del reconocimiento al flamenco como Patrimonio Inmaterial de la Humanidad, Carmen Linares continúa con su gira por los cuarenta años de su carrera en solitario. Sin olvidar los veinte desde que fue distinguida con el Premio Nacional de Música, convirtiéndose en la única cantaora reconocida con el galardón. Elevada a categoría de leyenda, con su Antología de la mujer en el cante, los más eruditos vieron en ella la heredera por derecho de la mítica Niña de los Peines.

JUAN ANTONIO LLORENTE

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Fotos: @carmenlinares

–Frente a quienes defienden el marchamo de dinastía, usted, sin ser gitana, surge por generación espontánea. ¿Le costó ser aceptada?
–Aunque siempre he tenido mucha afición, y eso es importantísimo para este trabajo, al principio chocaba un poco esa joven, con aspecto de niña moderna. Pero cuando vieron que me gustaba el flamenco y lo tomaba en serio, metida de lleno porque lo sentía, no tuve problemas. Y haciendo mi camino poco a poco, despacito; como se hacían antes las cosas, cuando te das cuenta, estás ya metida en ese círculo.

–Sin haberse medido en concursos, ahí está, una leyenda del flamenco. ¿A qué suena ese piropo en vida?
–Todos los adjetivos buenos que te adjudiquen con respeto y cariño, reconociendo tu lucha, se agradecen muchísimo. Si sucede estando viva, lo vas a disfrutar más, aunque es cierto que me da quizá un poco de vértigo. Pero es la consecuencia de muchos años tomándote en serio tu labor. Intentando sumar, aportando, para llevar a lo más alto el flamenco, una de las mejores músicas que hay en el mundo. Si tienes la suerte de llevarlo dentro, es fácil imaginar lo que sientes cuando con tu voz haces felices a los demás: un sueño que tengo el privilegio de haber hecho realidad, viviendo de mi profesión y sabiendo que reconocen mi trabajo. Doblemente contenta por haber brindado la oportunidad, y muy agradecida a la vida.

–Que le ha dado tanto…
–… que me ha dado tanto: la luz, los ojos, el sonido, las palabras… como en esa hermosísima canción de Violeta Parra, que incluyo en mis programas tantas veces. Según voy cumpliendo años, fijándome en lo que dice, desde que me levanto la veo como un himno.

–A la hora de comunicar al público, usted va más allá si nos atenemos a las palabras del crítico de The New York Times al destacar su “extraordinario poder expresivo”. ¿Cómo llega a captarlo alguien que no es español?
–Hay músicas y cantantes que, sin saber qué están diciendo, producen una emoción inmensa, al ser capaces de llegar a tu corazón; a tu alma. No digo nada, si además entiendes la letra. Cantas en un teatro de Nueva York donde el público va dispuesto a escuchar lo que le ofreces, y con la belleza del flamenco y su capacidad de expresión, le llega a cualquiera que sea sensible. Lo importante es tener sensibilidad, seas del país que seas. La música es universal y allí donde vayas, si cantas dando lo que llevas dentro, habrá quien no lo capte, pero la mayoría si. Al final, se ponen de pie y te aplauden, porque han sentido algo que les ha conmovido. Porque el corazón lo tenemos todos en el mismo sitio.

–Vamos, que el título de Patrimonio Inmaterial de la Humanidad no fue un regalo.
–Claro que no. Era muy justo que se lo otorgaran. Estaba cantao (risas).

–Felix Grande alababa su capacidad para unir técnica, inteligencia, ternura y genio. ¿Serían las cualidades básicas de una cantaora?
–Lo definió mucho mejor de lo que yo podría hacerlo. Básicamente, junto a unas condiciones de voz que te da la naturaleza, se precisan cabeza, inteligencia y corazón. Si a esas tres condiciones que mencionaba Félix le sumas ternura para comunicar, mejor que mejor. Luego, tienes que aprender y lógicamente, forjar una profesión viajando por el mundo, actuando, en contacto con el público, y sumando tus vivencias como ser humano. Todo influye en el arte, no solo en el flamenco. El artista debe comunicar y hacer sentir; provocar un sentimiento. Por eso, la música y la cultura en general son tan necesarias para hacerte sentir bien.

–Más, en momentos como el que estamos viviendo…
–En momentos como este, son la medicina. Se ha podido comprobar que, con todos en casa, las redes sociales, la música y la comunicación nos han salvado de muchos problemas de ansiedad y aislamiento.

–Usted picó mucha piedra cantando en esos tablaos que la pandemia ha obligado a cerrar.
–Ha sido demoledor. Están prácticamente todos cerrados y con graves problemas. Alguno tal vez no vuelva a abrir. Estoy convencida de que todo va a pasar, pero hasta que eso ocurra, lo están pasando muy mal. Espero que se recuperen porque son muy importantes para la supervivencia de los artistas del flamenco, al margen de teatros, giras y todo lo que se haga. Como medio de difusión, son espacios fundamentales, donde tienes contacto con el público, aprendes y te haces como artista.

–¿Qué relación de complicidad establece con la guitarra?
–Es mi media naranja (risa). Siempre intento tener a mi lado una guitarra buena que me comprende, trabajar con guitarristas que me iluminan, porque aman el flamenco. Se establece una estrecha relación entre el cante y el instrumento. Cuando te inspira tienes mucho ganado, porque al salir al público, ya estás transmitiendo. Los tonos, de acuerdo con esas técnicas que nosotros conocemos, los tienes que manejar tú, que sabes cómo te encuentras y en función de tu momento le dices: bájame medio tono. O, súbelo un poquito, que hoy me encuentro muy bien y voy a dar más.

–Pura química, para proceder a esa ceremonia, que es el concierto.
–Todo un rito. El flamenco es algo muy profundo. Una música que, ante todo, tienes que sentirla tú. Y es fundamental alguien al lado, que cuando toca está contigo y a tu favor, inspirándonos mutuamente.

–Su mítica grabación reivindicando el papel de la mujer en el cante, evidenciaba el flamenco como un mundo esencialmente masculino.
–Porque, como es sabido, se dedicaban más hombres al arte que mujeres. La vida ha cambiado y muchas mujeres nos encontramos en el panorama del flamenco, pero en los tiempos de Pastora Imperio y otras cantaoras era más difícil, porque no estaba bien visto que fueran artistas. Algunas cantaban muy bien, pero en sus casas, su padre, su hermano o el novio, si lo tenía, no veían bien que se dedicasen al cante como profesionales. Yo no tuve ese problema. Mi padre era un gran aficionado y, aunque tenía su profesión, tocaba muy bien la guitarra y le encantaba el flamenco. Empecé cantando con él, y tuve siempre ese apoyo familiar tan necesario para empezar y seguir avanzando. En la Antología recogí los cantes creados, o recreados, por mujeres que los habían hecho conocidos. Cuando empezamos a reunirlos, parecía que no habían hecho nada, pero encontramos muchísimos testimonios. Aquel precioso trabajo, que me dio tantas satisfacciones, que se vio como un homenaje a la mujer cantaora, a la que había puesto en su sitio, marcó un antes y un después en mi carrera, que me consolidó como cantaora.

–¿Con qué palo se identifica más?
–Depende de mi estado de ánimo. Me gusta muchísimo la soleá, pero de repente me pongo a hacer una taranta, un cante de mi tierra, más profundo, y me siento muy bien. Hay que disfrutar de todos los estilos del flamenco, porque cada uno tiene su carácter. Y su leyenda. El flamenco es muy hermoso todo. Todo.

–Escribe Manuel Machado: “A todos nos han cantado en una noche de juerga coplas que nos han matado”. ¿Alguna letra le ha dolido hasta el punto de no poder cantarla?
–Alguna vez me ha pasado. Más que por la copla, por mi estado de ánimo. Una semana después de fallecer mi madre, en una actuación muy importante en el Maestranza de Sevilla, al hacer un cante por siguiriyas, pensando en ella me resultó muy complicado sacarlo adelante por el nudo que me venía a la garganta.

–En 2001 recibió el Premio Nacional de la Música, por sus “aportaciones a un flamenco de alto contenido y calidad”. ¿Qué le aporta usted al género?
–Mi experiencia y mi sentir. Al flamenco le he dado mi vida, y sigo dándosela. No puedo vivir sin esa música. No concibo mi vida y mi profesión sin el flamenco, que me ha recompensado con creces. Por haberse cruzado en mi camino y haberlo seguido sin perder el contacto, me doy por satisfecha.

¿Dónde encontrarla?

Compartiendo cartel y escenario durante la temporada 2020/2021 con artistas tan importantes como Miguel Poveda, Luz Casal, Pitingo, Estrella Morente, José Mercé, Silvia Pérez Cruz, Rocío Marquez y José Antonio Rodríguez, entre otros.

Imágenes de la otra Edad Media

ESFERA CULTURAL

LEER CUADROS

CONVENIO EL PRADO-FUNDACIÓN NOTARIADO

Imágenes de la otra Edad Media

La Fundación Notariado ha patrocinado el seminario Imágenes de la otra Edad Media, organizado por la Escuela del Museo del Prado, en el que se inscribieron 5.000 personas.
REDACCIÓN

La actividad, de carácter gratuito, tuvo lugar entre noviembre y diciembre y estuvo dirigida por Joan Molina, jefe del departamento de Pintura Gótica Española de la pinacoteca madrileña.

En la sesión inaugural, Javier Arnaldo, jefe de la Escuela del Prado, tras explicar la metodología y presentar a los ponentes, resaltó el apoyo recibido de la Fundación Notariado que “ha hecho posible la celebración de este seminario”.

A continuación, tomó la palabra el presidente de esta fundación, José Ángel Martínez Sanchiz, para señalar el discurrir paralelo de ciertos aspectos del arte y de la labor notarial: “Es un período en el que el arte enlaza con la escritura. La pintura ofrecía la posibilidad de explicar el contenido de la verdad a quienes no sabían leer y los monjes ejercían funciones notariales al escribir por quienes no sabían. Con el transcurso de los siglos, los notarios fueron adquiriendo una singularidad propia: se separan del ámbito monacal y protegen la verdad a través de un juramento. El artista Giotto, por ejemplo, representaba a la verdad y la fe en una imagen en la que sostiene una cruz en una mano y en la otra un pergamino. Esa obra pone de manifiesto que la pluma se encontraba al servicio de la verdad; algo que se refleja también en los signos que los notarios seguimos utilizando para firmar los documentos, en los que se suele incluir una cruz. Esa ‘otra’ edad media no fue una era de tinieblas –en mi opinión– sino el despertar de la modernidad y de la individualidad tanto en el arte como, con el paso del tiempo, en los documentos notariales”.

Tras estas palabras, en su intervención –titulada Imaginar el mundo desde un monasterio– Joan Molina destacó que “la Edad Media fue una época de grandes viajes. Muchos viajaron con la mente a otros lugares con la inestimable ayuda de las catedrales góticas que se levantaron por toda Europa para establecer el contacto con los fieles; o con pinturas evocadoras, como las de los triunfos ante los musulmanes en la guerra santa, que estimulaban viajes remotos. El espacio para la liturgia se convertía así en un viaje virtual. La Edad Media supuso el desarrollo de un universo visual sin fronteras, construido mediante la interacción de elementos arquitectónicos y decorativos”.

Tras ellos, Justin Kroesen, de la Universidad de Bergen (Noruega), quien abordó el Arte medieval europeo: de la unidad a la diversidad y Michele Bacci, de la Universidad de Friburgo (Suiza), con una ponencia sobre los Cuerpos ficticios y relicarios icónicos en la Edad Media cristiana y budista.

5.000 inscripciones. Este primer seminario se cerró con un total de 5.000 inscripciones procedentes de más de un millar de residentes fuera de España, en gran parte de Iberoamérica (Argentina, Venezuela, México, Ecuador, Colombia, Costa Rica, Chile, El Salvador, Brasil, Bolivia…), pero también de Estados Unidos, Francia, Gran Bretaña, Alemania o Italia, entre otros.

Cada sesión, de una hora aproximada de duración, se pudo seguir a través de la herramienta Zoom. Un claustro de especialistas –historiadores, conservadores, restauradores o técnicos de museos– españoles y extranjeros aportaron sus conocimientos teóricos, técnicos y metodológicos para ofrecer una visión amplia y articulada de los temas propuestos, que tuvieron como hilo conductor algunas de las obras del Museo.

Lo que piensan los ciudadanos de los notarios

EN SOCIEDAD

Lo que piensan los ciudadanos de los notarios

Social Lógica –empresa de investigación demoscópica, análisis de mercado y estudios de opinión– y la consultora de comunicación BCW realizaron durante el mes de septiembre (del 1 al 11 de ese período) un estudio de percepción sobre la profesión notarial.

REDACCIÓN

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@Notarios_es

LA ENCUESTA se realizó entre 1.141 mayores de 18 años, con una distribución proporcional por comunidad autónoma y tamaño de población, con selección de entrevistados conforme a cuotas de sexo y edad, directamente proporcionales a la distribución de la población en España. El margen de error para este trabajo de campo es de un (más/menos 3%) y el nivel de confianza, de un 96%.

Experiencia con la notaría. El 65% de los ciudadanos ha ido a una notaría en alguna ocasión, frente al 34% que dice no haber acudido nunca. Entre los usuarios, el 23% fue por última vez este último año, el 32% entre dos y cinco años antes y el 46% hace más de cinco años.

Satisfacción con el servicio. El 77% de los usuarios valora bien o muy bien el servicio en su conjunto. Respecto a 2016, mejoran sistemática y significativamente (6,9 puntos porcentuales) los porcentajes de satisfacción en todos los aspectos considerados. Los ítems mejor valorados, calificados favorablemente por entre el 79% y el 85%, son la atención ofrecida, la capacidad de hacer al cliente sentirse cómodo y el asesoramiento prestado. El precio es calificado con un bien o muy bien por el 51% y mejora significativamente (9,1 puntos) en comparación con los datos de hace cuatro años.

Conocimiento de los servicios. Se observan diferencias en el nivel de conocimiento en el amplio abanico de servicios prestados en las oficinas notariales.

Los servicios con mayor notoriedad, atribuidos a los notarios por más de siete de cada diez individuos, son testamentos y herencias (87%), compraventa de viviendas (80%) y poderes y actas (77%).

Con un conocimiento medio se encuentran la participación de los notarios en préstamos hipotecarios y personales (59%) –con un incremento significativo de 6,2 puntos respecto a 2016– y creación de empresas (57%) –con un ligero aumento (2 puntos)–. Algo menos conocidos (uno de cada dos encuestados) son los relacionados con donaciones (49%) y bodas y divorcios (48%). Los servicios de mediación y conciliación son los menos conocidos, con un 36%.

Características del trabajo. Más de siete de cada diez entrevistados asocia el trabajo de los notarios con un gran esfuerzo de preparación (73%) y de cualificación (72%). También les atribuyen un buen sueldo (72%). La alta valoración sobre el esfuerzo y su cualificación se corresponde con el acuerdo que suscita la confianza que les inspira su conocimiento profesional y de las leyes (72%).


El 77% de los usuarios valora bien o muy bien
el servicio en su conjunto. Respecto a 2016,
mejoran en 6,9 puntos los porcentajes de satisfacción

Sigue siendo menor el nivel de acuerdo, aunque con mejora sustancial con respecto a 2016, en otros aspectos como que es moderno y adaptado a los tiempos (42%) o que es una figura que produce cercanía (29%). Se incrementa significativamente (7,3 puntos porcentuales) la percepción de su utilidad social en relación con 2016.

Siete de cada diez ciudadanos (70%) se declaran conocedores del derecho a la libre elección de notario (2,2 puntos más que en 2016).

Los encuestados se encuentran más divididos a la hora de valorar la claridad de información disponible en las notarías sobre sus servicios (47%). Mejora significativamente el conocimiento de dos aspectos: el papel del notario en la prevención y lucha contra el fraude fiscal y el blanqueo de capitales.

Aunque sólo uno de cada cuatro ciudadanos (26%) conoce el derecho a reunirse a solas con el notario diez días antes de la firma de la escritura hipotecaria (promovido con la reciente Ley de crédito inmobiliario), el 97% se muestra favorable. Los usuarios más recientes, que han visitado una notaría en el último año (44%), son los que mayor conocimiento tenían sobre este punto.

Estado de alarma. La gran mayoría de los ciudadanos (97%) aprueba que los notarios continuaran prestando servicios para casos urgentes durante el estado de alarma (entre el 14 de marzo y el 21 de junio de 2020).

Por último, ocho de cada diez ciudadanos valoran bien o muy bien la posibilidad de poder contactar con un notario por videoconferencia para realizar algunos servicios como testamentos en caso de pandemia o poderes, con plenas garantías y seguridad jurídica en la Sede Electrónica Notarial (se muestran significativamente favorables quienes tienen entre 25 y 44 años).

Análisis cualitativo

Mayoritariamente, los ciudadanos valoran la función notarial: sobre todo, la asesoría y el trato que reciben en las notarías. Asimismo, crece la percepción de que su figura es útil para la sociedad.

Los notarios siguen ostentando altos niveles de reconocimiento profesional tanto por el esfuerzo inicial en su preparación como por su calidad profesional y la seguridad jurídica que proporcionan.

Sobresale el conocimiento de servicios notariales más habituales, pero se observa que paulatinamente van creciendo otros como su papel en la prevención y lucha contra el blanqueo de capitales.

Por último, cabe destacar que la práctica totalidad de los ciudadanos, tanto los usuarios como los no usuarios, han calificado satisfactoriamente que los notarios hayan estado disponibles durante el estado de alarma y verían con muy buenos ojos poder contactar con los notarios por videoconferencia.

 

Durante todo el estado de alarma, los notarios, como funcionarios públicos y profesión esencial, han mantenido sus notarías abiertas para realizar servicios de urgencia. ¿Le ha parecido bien esta medida?

¿Me podría indicar si ha acudido usted al notario en alguna ocasión?

Soy joven y también necesito un notario

EN SOCIEDAD

Soy joven y también necesito un notario

Los jóvenes recién incorporados al mercado laboral o en busca de empleo son uno de los grupos sociales más necesitados de atención en estos tiempos de serio impacto económico y social por la crisis de la Covid‐19.

REDACCIÓN

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@Notarios_es

CON MOTIVO de la conmemoración el 25 de octubre del Día Europeo de la Justicia Civil, el Notariado español quiso recordar al colectivo de jóvenes que, como funcionarios públicos del Estado, los más de 2.800 notarios españoles están a su disposición para colaborar con ellos y prestarles asesoría imparcial y gratuita en los distintos acuerdos o contratos del ámbito personal, empresarial o patrimonial que emprendan y para los que sea necesario y conveniente un documento notarial.

Y es que, aunque en menor número que otros segmentos de edad, los jóvenes españoles también acuden al notario. Entre 2019 y el primer semestre de 2020 lo han hecho más de 300.000 jóvenes de entre 18 a 30 años. Un 76% de ellos tenía entre 26 y 30 años, y un 24%, entre 18 y 25 años.

Entre los servicios más demandados destacan los que tienen que ver con la compraventa de inmuebles y los préstamos hipotecarios. Muy importantes son también los relacionados con la constitución de sociedades, las donaciones y herencias, la autorización de poderes y asuntos relativos a la pareja, especialmente las uniones de hecho, en mayor número que los matrimonios.

Lo más requerido. Del conjunto de actos en los que los jóvenes acuden a la notaría, los relacionados con la compraventa de inmuebles y préstamos hipotecarios son los más frecuentes. De hecho, más de 4 de cada 10 jóvenes va al notario por este motivo, especialmente los mayores de 26 años. En este mismo ámbito se incluyen las actas de transparencia, un acta notarial de carácter gratuito realizada en la fase precontractual, según se recoge en la Ley de Crédito Inmobiliario. Se trata de que los ciudadanos, en este caso los jóvenes, vean aumentada su seguridad jurídica y la transparencia en el proceso. El notario verifica que la entidad financiera les ha entregado toda la documentación exigible con la antelación legal, les explica los aspectos más importantes y relevantes del préstamo y redacta acta notarial, en la que deja constancia de los hechos comprobados, las explicaciones dadas a los jóvenes, de las preguntas recibidas y de sus correspondientes respuestas.

Tras los asuntos relacionados con la compraventa, siguen los empresariales, en concreto la constitución de sociedades y la realización de nombramientos del órgano de administración. Dentro de la creación de empresas, la sociedad limitada, cuya ventaja principal es que los socios sólo responden con el patrimonio de la sociedad y no con el propio, es el tipo de sociedad preferida por los jóvenes (de los que lo hacen, 7 de cada 10 son mayores de 26 años). “La asesoría en cuestiones empresariales es uno de los servicios menos conocidos por los jóvenes, y siempre, pero especialmente en estos momentos, los notarios podemos ayudarles a elegir el tipo de sociedad que más les conviene y asesorarles sobre posibles cláusulas que incorporar a los estatutos y sobre otros aspectos que pueden influir en la vida de su empresa”, explica José Ángel Martínez Sanchiz, presidente del Consejo General del Notariado.

Otorgar poderes. Un poder es un documento público autorizado por un notario que permite a una persona física o jurídica designar a otra como su representante de modo que pueda actuar en su nombre en determinados actos jurídicos. A diferencia de lo que pueda parecer, pueden darse muchas situaciones por las que los jóvenes necesiten otorgar un poder notarial para que un representante atienda sus asuntos personales, entre otras, si se marchan durante una temporada al extranjero. A tenor de los datos, los tres poderes más habituales son los generales, los poderes para pleitos y, especialmente, los encuadrados bajo la denominación “otro tipo de apoderamientos”, que abarcan desde cambiar el operador del teléfono, hasta solicitar el expediente académico, obtener una nueva tarjeta de crédito en caso de pérdida o robo, realizar gestiones en su nombre o resolver otro problema que requiera su presencia y que no puedan atender personalmente.

Los jóvenes también van al notario para otorgar escrituras públicas de herencias y donaciones. La donación es una transmisión de bienes y derechos inter vivos, es decir, en vida de los interesados, mientras que las herencias son transmisiones mortis causa, esto es, a causa del fallecimiento de una persona. Con una herencia se pueden heredar deudas. La asesoría notarial es imprescindible para tomar una decisión informada tanto para aceptar o rechazar la herencia, como para saber qué derechos y limitaciones implica una donación, los impuestos a los que podría estar sujeta, etc.

Casarse o divorciarse ante notario, formalizar una unión como pareja de hecho o finalizarla, y cambiar de régimen económico haciendo capitulaciones matrimoniales son las cuestiones de pareja para los que los jóvenes también van al notario. Más del doble de jóvenes que acuden a las notarías prefieren hacerse pareja de hecho a casarse. En ambos casos, los realizan mayoritariamente los jóvenes de más de 26 años (80% en el caso de los matrimonios), aunque cuando optan por ser parejas de hecho, el porcentaje de jóvenes mayores de 26 años baja al 68%, es decir, que el porcentaje de jóvenes entre 18 y 25 es mayor, y llega al 32%.

Convertirse en pareja de hecho ante notario supone garantizar su validez en todo el Estado, puesto que actualmente no existe una normativa nacional que regule las parejas de hecho, y existen importantes diferencias entre las 13 comunidades donde sí tienen regulaciones específicas. El notario, al redactar la escritura pública de convivencia, le explicará las posibilidades existentes para regular su economía y les asesorará sobre cuestiones relacionadas con su descendencia y su sucesión, entre otros aspectos.

¿El notario es solo cosa de mis padres?

¿Un poder español vale en el extranjero? ¿Sabías que también puedes alquilar un piso ante notario? ¿Tiene mucho papeleo constituir una sociedad? ¿Matrimonio o pareja de hecho? O… La herencia digital ¿pero eso existe? Son preguntas que los jóvenes se plantean a menudo. Para informarles, el CGN ha editado la infografía ‘¿El notario es solo cosa de mis padres?’ que muestra situaciones habituales en las que consultar a un notario puede ser de gran ayuda. El material informativo plantea, de una forma cercana y directa, cinco epígrafes en los que se presentan distintas preguntas sobre temas para los que consultar al notario sería conveniente:

Te vas de España una temporada, se indica en el primer apartado, y para ello es importante saber que existen los poderes, unos documentos públicos que permiten nombrar representantes para que realicen los trámites en nombre de los que están fuera del país.

¿Compro o alquilo? El notario también puede ayudar y aportar mayor seguridad jurídica tanto en la compraventa como en el alquiler.

Me lo monto por mi cuenta. Soy un emprendedor. Cuando alguien decide crear una empresa es porque ya tiene lo más importante: una idea y ganas de trabajar. Sin embargo, hay que planificarse y contar con una hoja de ruta.

¿Vais a vivir juntos? ¿Matrimonio o pareja de hecho? El epígrafe destinado a las parejas señala la importancia de conocer las diferencias legales entre el matrimonio y la unión de hecho porque afectan a la seguridad jurídica de los miembros de la pareja.

La herencia digital. Pero eso… ¿existe? En este apartado se explica que el uso de internet, las redes sociales, las aplicaciones y los soportes digitales, ha creado una “identidad digital”, que habría que sumar a la física y, cuando la hay, también a la jurídica.

Asesoramiento notarial a los jóvenes

EL NOTARIADO HA EDITADO tres microvídeos que muestran situaciones habituales en la vida de los jóvenes en las que consultar a un notario puede serles de gran ayuda. Y es que los notarios ofrecen asesoramiento imparcial y gratuito a los jóvenes sobre temas como la creación de un startup, otorgar un poder a un familiar, o recibir una donación. Con la difusión de estos minivídeos, el Consejo General del Notariado quiere, por un lado, romper con la idea de que para los jóvenes no es necesario acudir al notario y, por otro, acercar la función notarial a la sociedad.

Los tres videos, que se pueden visualizar por separado o en conjunto, muestran, a través de situaciones de la vida cotidiana de los jóvenes, la importancia de la función del notario. Les invita a acercarse a las notarías e informarse de forma imparcial y gratuita, con independencia de que finalmente decidan o no seguir adelante con el acto o el acuerdo pensado y formalizarlo ante notario. Los tres microvídeos están disponibles en el canal de Youtube del CGN y en su página www.notariado.org.

«Cada vez más jóvenes acuden al notario», por Ubaldo Nieto Carol

EN SOCIEDAD

 
UBALDO NIETO CAROL

notario, profesor de Derecho Mercantil de la Universidad Católica de Valencia

@UbaldoNietoCaro

Cada vez más jóvenes acuden al notario

 

HASTA NO HACE mucho tiempo, el primer contacto de los jóvenes con el notario solía ser en el otorgamiento de capitulaciones previas al matrimonio y, tras cierto tiempo, la compraventa de la vivienda, casi siempre acompañada de un préstamo hipotecario. Hoy, como es sabido, las capitulaciones pueden ir seguidas de la escritura de celebración de matrimonio, por lo que un acto de gran trascendencia para la vida de cualquier persona pasa también por la intervención notarial. Y como alternativa al matrimonio, está la constitución de una unión de hecho que para su inscripción en un registro administrativo exige escritura pública.

Luego, si las cosas salen mal, vienen las separaciones o divorcios de mutuo acuerdo, también autorizados por notario siempre que no haya menores no emancipados ni hijos con la capacidad modificada judicialmente que dependan de sus progenitores; o las disoluciones de las uniones de hecho. Y al igual que comparecieron para la compraventa, lo hacen para la extinción del proindiviso.

Pero las circunstancias sociales hacen que ese primer contacto se vaya produciendo a una menor edad. Vamos a obviar la presencia de los hijos en el otorgamiento del testamento por sus padres, cada vez más frecuente, especialmente en aquellos supuestos de conflicto familiar como es el caso del testamento del separado o divorciado en el que se excluye de la administración de la herencia del testador al otro progenitor del menor. Y lo hace con el propio menor presente.

En la adolescencia, hay otras comparecencias ante notario que si bien no son frecuentes tampoco empiezan a ser tan excepcionales. La primera, junto con sus padres, para aceptar la emancipación a los 16 años, lo que le permite regirse como un mayor de edad aunque con alguna restricción. También para consentir que sus padres vendan bienes inmuebles del menor cuando es mayor de 16 años (así no hay que recabar autorización judicial). Otra es el testamento del propio menor con al menos 14 años por tener un cierto patrimonio, generalmente adquirido por herencia, y especialmente en situaciones de crisis familiar (separación o divorcio de los padres o abandono del hogar por alguno de ellos). Y tampoco hay que olvidar en estos testamentos lo que podríamos llamar “activos digitales”, mucho más comunes entre los adolescentes y jóvenes que entre los adultos (archivos en la nube con todo tipo de información, fotografías, colecciones de música y listas de reproducción, cuentas en redes sociales y de correo electrónico). De ahí la importancia de designar a este respecto un “albacea digital” para ocuparse de esta “huella digital” (eliminar, convertir, descargar y administrar cuentas y perfiles).

Con la mayoría de edad y al comenzar los estudios universitarios (o posteriormente los de máster) son cada vez más frecuentes los préstamos bancarios para financiarlos (es bueno que los hijos sepan lo que cuestan las cosas). Y si los estudios se realizan fuera de su domicilio habitual y se requiere arrendar una vivienda, no es infrecuente que vengan a firmar un contrato de contragarantía por el aval bancario prestado al arrendador; en uno y otro caso, como es lógico, los contratos incluyen el afianzamiento de sus padres. Y cuando salen de España para estudiar en otro país vienen a la notaría para el otorgamiento de un poder general a favor de sus padres.

Fruto de la cada vez más pronta incorporación de los jóvenes a la vida empresarial, es muy frecuente la presencia de jóvenes en la constitución de sociedades mercantiles (habitualmente sociedades limitadas). Luego, iniciado este camino, cuando la empresa crece, ya llega el resto de operaciones societarias como es el cambio de domicilio o la ampliación del objeto social, las ampliaciones de capital, el cese y nombramiento de administradores y la financiación bancaria a través de préstamos, aperturas de crédito, líneas de descuento…

En fin, esta mayor presencia de jóvenes en las notarías coincide con su “maduración personal” y su más pronta incorporación a la vida social y económica.

«Bodas de pandemia y mascarilla», por Esther Esteban

 
ESTHER ESTEBAN,
periodista

[email protected]
@estherestebanh

Bodas de pandemia y mascarilla

EL AÑO 2020 iba a ser para mi familia uno de esos repletos de bodas o eso parecía antes de que llegase la pandemia. Teníamos programadas desde mucho tiempo antes al menos dos: una en Extremadura, de la hija de una amiga mía de la universidad y otra en Houston, en Estados Unidos, de la mejor amiga de mi hija. Eran dos celebraciones especialmente importantes y un tema de conversación recurrente en mi casa porque implicaban no solo una organización muy planificada, incluido “cruzar el charco”, sino una ilusión enorme para todos. Ambas eran a final de año, en otoño, y apuntaban ser multitudinarias. Cuando en marzo compareció el presidente del Gobierno Pedro Sánchez a decirnos que debíamos quedarnos en casa para luchar contra el coronavirus y empezamos a familiarizarnos con palabras como estado de alarma, confinamiento, cierres perimetrales etc., estas celebraciones fueron de las primeras cosas que me vinieron a la cabeza. Por aquel entonces, claro, pensamos que sería algo breve de pocos meses, jamás imaginamos la que se nos venía encima.

Segun pasaban las semanas y se acercaba la primavera, miles de parejas casaderas se preguntaban qué iban a hacer. Las cancelaciones se acumulaban una tras otra, y las restricciones cada vez hacían más difícil mantener la esperanza. Con cifras de fallecidos que superaban los tres ceros cada día, meter a doscientas o trescientas personas juntas, en un establecimiento, era poco realista y, además, daba pánico. Poco tiempo después, en junio, llegaron las explicaciones de cómo podían ser este tipo de eventos en la nueva normalidad. Mascarillas obligatorias, aforos reducidos, cócteles sentados y terminantemente prohibido el baile. Con estas medidas, ya en firme, tocaba tomar una decisión definitiva. Aplazar o seguir adelante.

La tendencia en ese momento fue posponer, pensando que el año siguiente sería mejor y las bodas podrían ser como las de antaño. Sin embargo, los meses siguieron pasando y cuanta más información se tenía sobre el virus y la vacuna, se veía más claro que 2021 tampoco sería un año al uso y los novios empezaron a adaptarse a esta nueva realidad que incluía menos invitados, una celebración diferente y una luna de miel en territorio nacional. Según el informe Global sobre el impacto de la covid‐19 en las bodas, que recoge las respuestas de cerca de 10.000 parejas de 15 países con bodas programa‐das de septiembre 2020 a enero 2021, cada vez son menos las parejas que optan por aplazar la fecha de la boda y más las que deciden celebrarla adaptándola a las medidas recomendadas.

Así ha ocurrido con las dos que yo tenía programadas. La primera, la de la hija de Nani, mi amiga de la universidad, se terminó celebrando con todo lo que eso conllevaba. Los novios se habían mantenido firmes en la decisión de su fecha, querían casarse contra viento y marea, pero ¡cómo no iban a querer, con la ilusión y preparación que llevaban a cuestas! Lejos de la alegría que suele vivirse en las semanas previas de la celebración, las bodas covid tienen un tinte más amargo y un sabor agridulce. Preocupación por los cierres perimetrales, confirmaciones y bajas a última hora, nada de preboda, abrazos a distancia y brindis, en muchas ocasiones a través de una pantalla de ordenador. El miedo al contagio, sobre todo a una edad que ya supone un riesgo real, me hizo formar parte de esos invitados que, vestidos con nuestras mejores galas, vimos la ceremonia a distancia.

¡Bendito internet que tanto nos está ayudando en estos tiempos revueltos!

Mi hija Itziar joven y una de las buenas amigas de Laura la novia, sí que acudió de forma presencial, en representación de la familia. Dice que ha sido una de las bodas más bonitas a las que ha ido en la vida. Íntima, emotiva, especial y sobre todo diferente. Tal vez por eso de que ahora valoramos mucho más las pequeñas cosas, los momentos cercanos y sencillos que tanto nos han faltado durante el confinamiento. La novia estaba guapísima, pletórica y no deja de afirmar, una y otra vez, que no cambiaría ese día, ni esa celebración, por nada del mundo. Dice que fue el mejor día de su vida, con la gente importante cerca, personal o virtualmente. Allí eran 45 personas, en su mayo‐ría veinteañeros y familia íntima, a través del streaming llegamos a estar conectados 200. ¡Quién iba a imaginar esto hace tan solo un año cuando tuvo lugar la pedida de mano!

La otra boda que teníamos, la que se iba a celebrar en Houston, también ha sido muy distinta a lo esperado. En este caso, llegado el mes de junio, los novios decidieron cancelarla. Los números de contagiados y fallecidos en Estados Unidos eran dramáticos, la mascarilla no era obligatoria y Trump insistía irresponsablemente en negar la evidencia del problema que tenía delante de sus propios ojos. Se trataba de una celebración muy internacional: la novia tiene familia mexicana y el novio es coreano. En ese momento lo que sí parecía evidente es que viajar internacionalmente no era una opción. Pospusieron iglesia y banquete a octubre del próximo año, sin embargo, cuando llegó septiembre, cambiaron de opinión.

La incertidumbre sobre si 2021 les permitiría una boda al uso, les llevó a querer celebrarla cuanto antes, solo con sus padres y hermanos. La ceremonia tuvo lugar en México, dentro de una hacienda particular y el número de invitados se redujo a cuatro. Una semana después hicieron una cena con sus amigos íntimos en Houston, y la fiesta, si el maldito bicho lo permite, será el 16 de octubre del año que viene. Desde luego no era lo que ellos habían imaginado, pero con esa positividad que solo da la juventud, Scarlett, la novia en cuestión, dice que ha cumplido el sueño de cualquiera: tener tres celebraciones con el amor de su vida. Así que yo solo puedo decir: ¡Que vivan los novios!

Construir futuro pensando en el senior

ESPACIO ÆQUITAS

Construir futuro pensando en el senior

La plataforma ’60 y mucho +’ organizó a finales de noviembre su primer Congreso Online, bajo el lema ‘Construir futuro pensando en el senior’. El foro –que contó con la colaboración del Consejo General del Notariado– fue inaugurado por el ministro de Justicia, Juan Carlos Campo, quien expuso las líneas maestras del Plan de Justicia 20‐30 en relación con el colectivo de mayores.

JOSÉ MARTÍNEZ CARRASCOSA

[email protected]

@JMCarrascosa

EL NOTARIO MAYOR del Reino hacía hincapié en que el colectivo de las personas mayores necesita en estos momentos de una especial protección debido a la pandemia del COVID: “Ahora es preciso desarrollar políticas públicas para garantizar su calidad de vida. Urge que revisemos nuestros sistemas de dependencia para lograr alcanzar un envejecimiento activo. En la actualidad llegamos a la vejez con los relojes evolutivos intactos pero las desigualdades muchas veces se ensanchan tras la jubilación: soledad, dependencia, vulnerabilidad, pensiones reducidas…”.

Juan Carlos Campo, ministro de Justicia

El titular de Justicia reveló las importantes sinergias entre las competencias de su ministerio y el colectivo senior: “Hemos puesto en marcha un plan 20‐30 que adapte la justicia a la sociedad para hacerla más accesible, aprovechando las posibilidades de las nuevas tecnologías”. Campo puso como ejemplo un proyecto para hacer llegar la Justicia a la España rural, un lugar con un acusado índice de población de elevada edad: “Queremos convertir los 7.600 juzgados de paz en oficinas de Justicia municipales. Debidamente digitalizados se readaptarán para evitar a los ciudadanos tener que desplazarse para realizar gestiones procesales. Queremos hacer una justicia accesible para todos, sobre todo para las personas mayores, superando la brecha digital, ya que son culturalmente ‘analógicas’: más del 20% de la población tiene más de 65 años”.

Protección jurídica. La mesa redonda inaugural, moderada por el abogado Javier Laorden, contó con las intervenciones de Mª José Segarra, fiscal de sala del Tribunal Supremo para la protección y defensa de las personas mayores, y Almudena Castro‐Girona, notaria y directora de la Fundación Aequitas.

María José Segarra, fiscal de Sala del Tribunal Supremo

Segarra resaltó “la contribución del Notariado y de su Fundación Aequitas para hacer llegar la justicia a los colectivos en situación de vulnerabilidad”. La fiscal señaló que “existe una percepción estereotipada del ministerio fiscal; se sigue pensando en el fiscal ‘de las películas’ centrado en los procesos penales, pero realizamos numerosas funciones comprometidas con los más vulnerables y que salvaguardan el principio de igualdad ante la Ley de todos los ciudadanos”.

Antes de dar paso a Castro‐Girona, el moderador Javier Laorden alabó el carácter práctico de las publicaciones de la Fundación Aequitas, como la recientemente editada 100 preguntas sobre derechos después de los cincuenta años (disponible en www.aequitas.org).

Almudena Castro-Girona, notaria y directora de la Fundación Aequitas

“Una de las principales preocupaciones de los notarios –resaltaba la directora de Aequitas– son las personas mayores. Somos como confesores en pueblos repartidos por toda la geografía española y tenemos una función niveladora con los más necesitados de protección jurídica. En la pandemia nos hemos dado cuenta que nuestra vida puede cambiar en poco tiempo; por eso muchas personas han acudido al notario para dotarse de mecanismos de protección –como la autocuratela o los poderes preventivos– donde les hemos hecho ‘trajes a medida’ para asegurar jurídicamente su futuro”.

La notaria respondió a cuestiones concretas planteadas por los asistentes al seminario sobre testamentos, donaciones o poderes preventivos: “Mi recomendación es que hay que acudir al notario para asesorarse, no puedo aconsejar un modelo sucesorio, existen desde usufructos a sustituciones fideicomisarias: hay tantos testamentos como personas. En cuanto a los poderes preventivos, es fundamental realizarlos cuando uno se encuentre bien y tenga plenas capacidades. Sobre las donaciones, depende de la situación económica de la familia; no hay que autoimponerse sacrificios innecesarios, no hay obligación de dejar nada, la legítima no existe hasta que uno se muere. Es necesaria una reforma del actual sistema de legítimas, es algo que venimos demandando desde hace años en el sector de la discapacidad”.

Juan Carlos Campo destacó la necesidad de hacer una justicia más accesible para todos, especialmente, las personas mayores

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Día mundial de la infancia

Coincidiendo con la celebración del Día Mundial de la Infancia el 20 de noviembre, la Fundación Aequitas –en colaboración con la Asociación Española de Fundaciones, la Fundación del Consejo General de la Abogacía Española y la Fundación Montessori sin Fronteras– organizó un foro online para conmemorar el 31 aniversario de la Convención de Naciones Unidas sobre los Derechos del Niño.

Francisco Fonseca, director de la representación de la Comisión Europea en España, inauguraba el streaming de esta jornada que contó con las intervenciones de, entre otros, Juan Bolás (patrono y creador de Aequitas) quien expuso la labor de la ONG del Notariado en materia de infancia y discapacidad; o Antonio López-Istúriz (patrono de Aequitas y europarlamentario popular), que abundó en las políticas relacionadas con la infancia puestas en marcha desde las instituciones comunitarias.

El dilema de casarse en plena pandemia

El dilema de casarse en plena pandemia

EN PLENO DEBATE

De entre los muchos sectores afectados por la pandemia, el de las bodas es uno de los más perjudicados. Los confinamientos han obligado a muchas parejas a suspender sus enlaces, planeados desde hacía meses. La denominada “nueva normalidad”, que nos permite salir de casa y mantener reuniones con limitaciones, presenta para muchas parejas todo un dilema: seguir adelante con sus planes de boda o esperar tiempos mejores.

MARTA RUIZ-CASTILLO
[email protected]

EN ESTOS MESES, la sociedad se ha ido adaptado a la nueva situación, y en el caso de los organizadores de bodas, esa adaptación se ha convertido en todo un reto. Las celebraciones con más de 200 invitados, los besos y abrazos, los bailes, los aperitivos de pie, la barra libre, las orquestas, la luna de miel y viajar a lugares lejanos y exóticos, en definitiva, todo lo que hasta 2019 se veía con naturalidad, en 2020 ha dejado de ser “normal”.

De la noche a la mañana, la distancia física se ha impuesto en nuestras vidas, como también las mascarillas y los geles hidroalcohólicos; y viajar sólo se puede por motivos de emergencia sanitaria. En el caso de España, aunque cada comunidad autónoma tiene sus propias normas, en general las bodas han quedado bastante deslucidas ya que el número de invita‐dos está limitado a un máximo de 100 personas en espacios abiertos y 50 en espacios cerrados, con un máximo de seis comensales por mesa, y se han prohibido el picoteo de pie, los bailes y la barra libre.

Bodas ante notario

CON LOS CONFINAMIENTOS y el cierre de los registros civiles, una alternativa para casarse han sido los notarios. Una vez acordados día y hora con el notario elegido -normalmente sin listas de espera- y aprobado el expediente en el Registro Civil, podremos organizar con él detalles como el número de personas que nos pueden acompañar, los textos a leer y los documentos que hay que firmar.

Sin duda, es una ventaja para quienes no quieren esperar porque se trata de un servicio público que se celebra de lunes a viernes y tiene, en consecuencia, mayor disponibilidad de fechas. Además, en España hay casi 3.000 notarios repartidos por todo el territorio, incluso en pueblos pequeños.

Impacto del Covid-19. ¿Cómo han afectado todas estas restricciones a las parejas? ¿Cuántas bodas se han aplazado a 2021 o incluso a 2022? La respuesta a estas y otras preguntas se recogen en un informe global realizado por TheKnot, Weddinquire, bodas.com y Hitched en 15 países, incluido España, con entrevistas a casi 10.000 parejas que tenían previsto casarse entre septiembre de 2020 y enero de 2021, y las compara con los datos obtenidos en los estudios periódicos realizados a algo más de 14.000 parejas desde marzo de este año, cuando empezó la pandemia.

Las principales conclusiones del informe Bodas durante la COVID‐19 son tres. Por un lado, “cada vez más parejas se animan a cumplir con la fecha de su boda en vez de posponerla”, sobre todo en Europa Occidental y EE.UU.; en segundo lugar, las parejas se están adaptando a la nueva “normalidad” incorporando medidas de seguridad sanitarias para garantizar la salud de los invitados, y en tercer lugar, “las tasas de cancelación siguen siendo bajas, con una media global del 9%”.

Entre las parejas que prefieren no casarse en 2020, la principal razón que alegan es su preocupación por la duración de la COVID‐19 y, ante la incertidumbre y ausencia de informaciones fiables, la mayoría se plantea casarse en 2021 y solo un 3% dice que esperará a 2022.

Además, el estudio indica que hay parejas que mantienen la fecha de boda pero optan por casarse legalmente acompañadas por un reducido número de familiares y allegados, aplazando la gran celebración para cuando se pueda. Es el caso del 27% de las parejas en España. En Estados Unidos, los novios que se decantan por lo que llaman “minimonia” asciende al 83%.


El número de invitados está limitado a un máximo de 100 personas
en espacios abiertos y 50 en espacios cerrado


La opinión del sector. La Asociación de Profesionales de Bodas de España (APBE) engloba a todo el sector nupcial de España. La pandemia y la crisis originada fue el detonante que llevó a un grupo de profesionales encabezados por Isaac Amselem a crear esta asociación en mayo, con el objetivo prioritario de encontrar soluciones rápidas y eficaces para resolver la situación actual generada por el COVID19 lo más pronto posible.

Agobiados por las numerosas restricciones impuestas por las instituciones públicas que afectan al ámbito nupcial, los miembros de la entidad quieren que las instituciones públicas y los diferentes organismos gubernamentales les escuchen y les tengan en cuenta “como voz experta a la hora de evaluar y tomar decisiones que afecten directamente a las diferentes empresas y profesionales de nuestro sector”. Sólo así, añade Amselem en su carta de presentación, publicada en la web de APBE, “podremos dar una respuesta efectiva en la búsqueda de soluciones a este problema actual que nos atañe a todos. Sólo yendo de la mano, podremos conseguir que el Gobierno nos facilite un plan claro y unos protocolos de actuación específicos para nuestro sector, sobre los que poder ponernos a trabajar cuanto antes”.

Para APBE, el sector nupcial “no puede permanecer parado durante un año” y por eso, pide que se tomen decisiones “que aseguren la supervivencia de todos, y entre esas decisiones, consideramos imprescindible la adopción de medidas económicas que palien la situación de extrema vulnerabilidad que afrontan nuestras empresas y profesionales actualmente”.


Es evidente que no sabemos cuándo podremos reanudar la vida que llevábamos
hasta marzo de 2020. La esperanza está en las vacunas


¿Volver a la normalidad? Es evidente que no sabemos cuándo podremos reanudar la vida que llevábamos hasta marzo de 2020, retomar las bodas multitudinarias con bailes y barra libre hasta el amanecer, y realizar viajes de novios inolvidables. La esperanza está en las vacunas, eso sí que parece claro. Como dato curioso, The New York Times ha realizado una encuesta a 700 epidemiólogos sobre sus hábitos de vida post‐covid. La mitad dice que no cambiará su forma de actuar al menos hasta que el 70% de la población esté vacunada. El 30% dice que hará algunos cambios en su rutina una vez que ellos mismos se hayan vacunado. Todos se muestran cautos a la hora de establecer cuándo volveremos a vivir como antes de la pandemia y creen que pasará por lo menos un año o más hasta retomar muchas de las actividades de forma segura.

OTROS ENFOQUES

El País: ¿Casarse en pandemia?, así se realizan las bodas en estos tiempos.

Vogue: Bodas post-coronavirus: así serán las celebraciones en España después de la pandemia.

Bodas.net: Bodas y coronavirus: ¿Podemos casarnos? ¿A cuánta gente podemos invitar?

¿Se están celebrando bodas en el Registro Civil?

ANTE EL ESTADO de alarma decretado por el Gobierno el 13 de marzo, se suspendieron la mayoría de las actividades de los registros civiles, entre ellas, la celebración de matrimonios con la excepción de los supuestos incluidos en el artículo 52 del Código Civil referido “al que se halle en peligro de muerte”. A partir de mayo llegó la desescalada y los registros civiles fueron retomando su actividad según la fase en la que se encontraba cada territorio, y se reanudó la celebración de matrimonios. En todos los casos se establecieron, desde el primero momento de la “vuelta a la nueva normalidad”, limitaciones en cuanto al número de invitados a las bodas civiles en los edificios, la aplicación de estrictas medidas de seguridad sanitarias, así como mantener la distancia de seguridad entre las personas asistentes.