Los suplementos y complementos alimenticios son uno de los grandes negocios de nuestro tiempo. Con la promesa de un cuerpo perfecto y una vida casi eterna, los estantes de farmacias, gimnasios, supermercados y herbolarios se llenan de píldoras, polvos, ampollas, batidos y cremas para solucionar todos nuestros males. Un enorme menú compuesto por vitaminas y minerales, pero también por un sinfín de productos elaborados con más de 400 sustancias desconocidas por el consumidor de a pie. Los expertos advierten de las consecuencias de un consumo sin control y, sobre todo, de su ineficacia en la mayoría de los casos.