EDITORIAL
PREMIO «FIDES» GRANDES VALORES
RAIMUNDO FORTUÑY MARQUÉS,
DIRECTOR GENERAL DE LA FUNDACIÓN NOTARIADO

“El Rey transmite una sensación de seguridad, de solidez y de conocimiento de la realidad que no deja indiferente a su interlocutor”

Raimundo Fortuñy Marqués, patrono y director general de la Fundación Notariado fue testigo privilegiado en la entrega del ‘Premio Fides Grandes Valores al Rey Felipe VI el pasado 10 de octubre en el Palacio de la Zarzuela. Raimundo Fortuñy es notario desde 1987 y ejerció como decano del Colegio Notarial de las Islas Baleares durante tres mandatos, amén de haber sido vicepresidente del Consejo General del Notariado entre 2020 y 2024, cargo que le convirtió igualmente en vicepresidente y patrono nato de la Fundación Notariado durante ese periodo. En esta entrevista nos habla del Premio, de lo vivido alrededor de ese día y de sus objetivos para la fundación, de la que encomia la labor de sus dos predecesores.

Francis Ochoa
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El Consejo General del Notariado, a través de la Fundación Notariado, ha creado el Premio Fides Grandes Valores y se lo ha concedido al Rey Felipe VI en su primera edición. ¿Puede decirse que se ha cumplido con creces un objetivo de la fundación?

Obviamente sí. El hecho de que Su Majestad el Rey Felipe VI haya aceptado el premio en nuestra primera edición constituye un gran reto, y para el Notariado, además, es un honor inmenso que haya querido aceptarlo, no podíamos imaginar otro candidato mejor. Nuestro Rey aúna todos los valores que el Notariado quería premiar y que son inherentes a nuestra función: la verdad, la autenticidad, la legalidad, la justicia o la libertad. La trayectoria de Felipe VI es inigualable en la defensa de los derechos y libertades, siempre dentro del marco constitucional y con pleno respeto a las opiniones discrepantes. Su talante, siempre moderado y conciliador, constituye un ejemplo para las generaciones futuras.

¿Cómo fue el acto de entrega del premio? ¿Cómo lo vivió usted?

Dentro de las formalidades que supone una visita a la residencia oficial de nuestro Jefe del Estado, todos los que acudimos nos sentimos muy bien recibidos. Para empezar, el Jefe de la Casa Real, Camilo Villarino, un hombre totalmente entregado a su función, nos informó sobre la jornada del Rey y de su dedicación abnegada como servidor público. En el ámbito personal, él nos recordó que era hijo de notario, por lo que conocía muy bien nuestra función y los valores que representa. A continuación, uno a uno saludamos a su Majestad el Rey, se procedió a tomar la foto oficial y a la recepción propiamente dicha. Nuestra presidenta, Concepción Pilar Barrio Del Olmo, hizo un discurso memorable, tanto en lo institucional, reconociendo los altísimos valores que el Rey encarna, como en lo personal, agradeciendo en términos entrañables su empatía para con el cuerpo notarial. El Rey, por su parte, agradeció el premio con palabras muy cercanas para el Notariado y a continuación departió con todos nosotros interesándose por las actividades que desarrollamos y poniendo de manifiesto un exacto conocimiento de la realidad de nuestra labor. En suma, fue un acto solemne en lo institucional y muy cercano en lo personal.

 


“NUESTRO REY AÚNA TODOS LOS VALORES QUE EL NOTARIADO QUERÍA PREMIAR Y QUE SON INHERENTES A NUESTRA FUNCIÓN”


 

¿Cómo vio al Rey en las distancias cortas? ¿Qué sensación le transmitió?

El Rey transmite una sensación de seguridad, de solidez y de conocimiento de la realidad que no deja indiferente a su interlocutor. Si a lo largo de la conversación tiene alguna duda o precisa de algún matiz, interviene cuantas veces sean precisas hasta resolverlo. Por otro lado, en la distancia corta tiene un encanto personal, una empatía que permite al interlocutor sentirse muy cómodo en su presencia y no dejarse llevar por la solemnidad del momento.

El premio se configuró hace tiempo. Usted participó en su gestación como vicepresidente del Consejo General del Notariado y, por tanto, de la Fundación Notariado.

La gestación del premio ha sido larga. Durante mi mandato como vicepresidente se planteó la idea de crear un premio que realzara los valores de los que el Notariado es depositario, tales como la veracidad, la libertad, la justicia o la igualdad. La idea fue germinando lentamente, aunque es cierto que desde el principio no constituyó una necesidad urgente y prioritaria, por lo que los decanos del Consejo General y los patronos de la Fundación fuimos desarrollándola, recogiendo y contrastando propuestas. Antes de pasar a redactar las reglas del premio, consideramos la necesidad de realizar un concurso para elegir el galardón a entregar a los premiados, y con posterioridad debatimos sobre la periodicidad del premio, y, sobre todo, sobre cuál era su objetivo, esto es, premiar a la persona o institución que a lo largo de una trayectoria consolidada fuera un referente en la defensa de aquellos valores.  Desde el inicio consideramos que el Rey Felipe VI era el principal acreedor, aunque éramos conscientes de la dificultad de su aceptación, dada su agenda y la multiplicidad de actos de homenaje y reconocimiento.

Existen muchos premios dentro y fuera del ámbito jurídico que resaltan valores. Los valores están siempre presentes como termómetros de toda vida pública y privada, ¿qué valor diferencial puede aportar este premio?

Es verdad que en el ámbito jurídico existen multiplicidad de premios que tratan de realzar los valores que han conformado el mundo occidental, pero también es cierto que muchos de ellos se otorgan desde un prisma un tanto local o circunscrito a la visión concreta o relacionada con el ámbito de quien lo otorga. En nuestro caso, el premio tiene mayor vocación universal. El Notariado tiene enraizados desde siglos los valores que presiden su función y bajo los cuales todos nosotros desarrollamos la actividad diaria en nuestros despachos. Nuesto lema Nihil prius fide, tomado del poeta romano Propercio, se traduce como “nada antes o más allá de la fe, de la confianza”.  Esa confianza de los ciudadanos que acuden a nuestras oficinas, y que se basa en que nuestra labor está presidida por la autenticidad, por la verdad de nuestros protocolos, por la igualdad y equilibrio entre las partes, por la justicia y por la libertad. Muchos de ellos son los valores que queremos incorporar al premio.

¿Cuál es la periodicidad del premio?

Inicialmente pensamos que la periodicidad del premio tiene que abarcar un periodo de dos años, pues no estamos tan interesados en la promoción del mismo para indirectamente promocionar la labor de quien lo otorga, sino antes al contrario, espaciar su concesión para poder seleccionar la persona o institución adecuada y darle el protagonismo y el reconocimiento merecido en la defensa de los valores que el premio representa.

Hace menos de un año que usted ha sido nombrado director general de la Fundación Notariado, ¿qué opinión le merece la actividad desarrollada?

La Fundación Notariado nace en el seno del Notariado en el año 1995 bajo la denominación de la Fundación Cultural del Notariado, si bien en 2019 cambia su denominación por la actual de Fundación Notariado al tiempo que amplía sus fines fundacionales. Remontándome exclusivamente a esta segunda etapa, valoro muy positivamente el trabajo realizado por mis dos inmediatos antecesores, los notarios Pedro Martínez Pertusa e Ignacio Gomá Lanzón.

Si tuviera que elegir un único proyecto de la Fundación Notariado, ¿cuál elegiría?

Me resulta difícil elegir un único proyecto. Tal vez en el ámbito interno le diría que tengo especial preferencia por las sesiones de Práctica Notarial que mensualmente dirigimos a los empleados de nuestras notarías. Creo que es una experiencia que redunda en un beneficio común, al tiempo que supone un reconocimiento del Notariado para con sus empleados, un colectivo fiel y siempre al día en todas las numerosas novedades jurídicas, cuyo alto nivel repercute en una mejor coordinación con el notario y, sobre, todo un beneficio para el ciudadano que nos visita.

 


“EL REY AGRADECIÓ EL PREMIO CON PALABRAS MUY CERCANAS PARA EL NOTARIADO PONIENDO DE MANIFIESTO UN EXACTO CONOCIMIENTO DE LA REALIDAD DE NUESTRA LABOR”


 

Pero no puedo dejar de comentar que en el ámbito externo me enorgullece el premio Cerca de los que están cerca, que, aunque discurre paralelo a la actividad de nuestra fundación hermana “Aequitas”, supone el reconocimiento y acercamiento al sector de nuestros mayores y a las instituciones que tratan de hacerles la vida mejor y más llevadera cuando las fuerzas menguan o ciertas habilidades se resienten.

 


“DE LOS PROYECTOS DE LA FUNDACIÓN DESTACARÍA LAS SESIONES DE PRÁCTICA NOTARIAL PARA LOS EMPLEADOS DE NUESTRAS NOTARÍAS: UNA EXPERIENCIA QUE REDUNDA EN UN BENEFICIO COMÚN”


 

Y ahora que está a punto de comenzar un nuevo año, ¿qué objetivos se ha marcado para 2026 y su mandato?

Debo confesar que tomé posesión de mi cargo tan solo hace unos meses. Estoy aún revisando las actividades que viene desarrollando la fundación, si bien ya en disposición de presentar un plan de actuación al patronato a finales de este año.  Mis objetivos están en las coordenadas que lleva ya años desarrollando, si bien incidiendo o profundizando en ciertas líneas maestras donde creo que su actividad pueda contribuir al mejor desarrollo de sus fines. Bajando a detalle, creo que debe incidirse en el ámbito de la cátedra, actividad que debe interconexionarse con la editorial, y donde la interrelación con el Notariado puede producir resultados interesantes. En el ámbito interno, la fundación podría colaborar en la formación de nuestros notarios recién aprobados, ofreciendo, a través de diferentes cursos sobre materias concretas, una vertiente práctica de la profesión, que facilite el tránsito del opositor al nuevo notario en su primera plaza. Me planteo igualmente la posibilidad de organizar cursos especiales para empleados de notaría, complementando la labor que los colegios notariales vienen desarrollando. En el ámbito editorial, creo que hay que potenciar estudios de derecho antes foral, hoy especial o autonómico, desde el rigor y la consideración de su desarrollo actual e implantación en una parte importante del territorio nacional. En fin, tengo numerosas ideas que trataré de implementar en el plan de actuación para este año y los venideros, obviamente siempre bajo la aprobación de su patronato y del Consejo General del Notariado, a los que me debo.