AL ENCUENTRO

EL BURGO DE OSMA

De piedra y cerdo

Textos y fotos: JESÚS ORTÍZ

Muralla (s. XV) y puerta de San Miguel
Piense el lector que no conozca El Burgo de Osma en esas pequeñas cajitas donde alguien ha ido guardando sus mejores recuerdos, en esa sensación de íntima y grata complacencia cuando cada cosa que saca de ellas abre un mundo de historias, de vivencias, de relatos que se pueden ver y tocar. Algo así sucede con la localidad soriana, que puede presumir de diminuta caja llena de enormes sorpresas, desde su bien documentado origen arévaco y romano hasta su ilustrada universidad. O desde la fértil vega del Ucero hasta lo que han definido, no sin razón, como “la cerdo experiencia”.

Es verdad que las crónicas romanas no cuentan mucho de ese importante núcleo urbano que fue Uxama (también pudiera ser Úxama), quizás porque los arévacos que la fundaron y habitaron pusieron freno a los conquistadores del otro lado del mediterráneo durante mucho tiempo, y ya se sabe que quien acaba venciendo escribe el relato. Hay datos que apuntan a que, desde el Cerro Castro, donde se ubicaba el poblado, se suministraban víveres a los sitiados numantinos sorteando el cerco de Escipión, lo que ayudaría que Numancia y sus 4.000 habitantes aguantasen el asedio de unos 60.000 soldados durante 15 meses y después de llevar casi 20 años rechazando al, en ese momento, mejor ejército del mundo. Es más: parece que los oxomenses celtíberos no dejaron de hostigar a los romanos durante más de ochenta años tras la caída de Numancia, aliándose incluso con algún bando durante sus guerras civiles, y hasta que fueron definitivamente sometidos en el año 72 a. de C.

Uxama Argaela fue el resultado de la romanización y la creación de un núcleo de cuya importancia habla el actual yacimiento, en el que se identifican el foro, señoriales casas, edificios públicos, acueductos o un amplio sistema de cisternas. Es recomendable iniciar la visita a la zona en el pequeño centro de interpretación que hay a la entrada, donde se puede apreciar la grandeza de lo que hubo y, digámoslo así, la importancia de lo que aún hay por excavar. Es posible, ya en el terreno, que se perciba una cierta falta de interés institucional por sacar a la luz el caudal de riqueza patrimonial que puede obtenerse en Uxama; sí y no: todo lo que rodea a la cuenca del Duero aporta tal cantidad de vestigios del paso de los distintos pobladores de la Península Ibérica que hace casi imposible la tarea de encontrar recursos para aflorarlos y restaurarlos.

 


EN EL YACIMIENTO DE UXAMA SE IDENTIFICAN EL FORO, SEÑORIALES CASAS, EDIFICIOS PÚBLICOS, ACUEDUCTOS O UN AMPLIO SISTEMA DE CISTERNAS


 

La edificación más reciente que puede verse en el Cerro Castro es una atalaya de vigilancia islámica, del siglo X, que se superpone a una estructura romana anterior. Es una de las muchas que se construyeron en ese tiempo para controlar la frontera del Duero. A sus pies, el río Ucero llegando a Osma, el castillo (s. X, modificado en el s. XV) al otro lado y el puente medieval de origen romano (s. I a. de C, reconstruido en el s. X) que los une cruzando el cauce fluvial. Castillo y puente, como la propia atalaya y otras construcciones posteriores burgenses, son casos constatables de reutilización de bloques de piedra, de factura romana, procedentes de Uxama Argaela. De hecho, la primera edificación del castillo utilizó algunos de estos bloques, que se ensamblaron sin argamasa y que pudieron ser desmontados fácilmente por ello, en el s. XVIII, para reedificar la torre de la catedral de la Asunción.

Osma y El Burgo de Osma, que hoy son un mismo municipio, tienen un recorrido de, digamos, precedencia histórica. De la Uxama celtíbera y romana se pasó a la Oxoma visigoda y a la Waxsima árabe, hasta que el caballero Gonzalo Téllez se hizo con la zona, estableció el núcleo en el promontorio donde está el castillo y la localidad empezó a llamarse Osma. Tras conquistas y reconquistas, la cosa se estabiliza y la población empezó a crecer en el llano, al otro lado del Ucero y un poco más abajo de donde el Albión le cede sus aguas.

En el siglo XII, el monje cluniacense, y posterior obispo de Osma, Pedro de Bourges restaura la diócesis, construye la primitiva catedral románica en las afueras y empieza a lograr que el arrabal que allí se forma crezca en importancia. Un caso más de pugna entre iglesia y nobleza. Alfonso VIII, a finales del s. XII, otorga privilegio al burgo de Osma para que se convierta en villa. Tenemos así, pues, dos poblaciones que se mantuvieron diferenciadas hasta que en 1967 se crea el municipio de El Burgo de Osma-ciudad de Osma, que supone la fusión de ocho poblaciones, incluidas las dos a ambas orillas del río.

 


AL PIE DEL CERRO, EL UCERO LLEGANDO A OSMA, EL CASTILLO AL OTRO LADO Y EL PUENTE MEDIEVAL DE ORIGEN ROMANO QUE LOS UNE CRUZANDO EL RÍO


 

La Catedral, por tanto, como imagen del poder eclesial, puede considerarse el símbolo de lo que hoy significa el partido judicial de El Burgo de Osma. La edificación que podemos admirar, del siglo XIII, es una pieza gótica con algún añadido neoclásico de finales del XVIII, que sustituyó a la románica. Una muestra de esta última es la sala capitular que está en un lateral del claustro. El templo merece una visita tranquila, pero también vale la pena sentarse en la plaza al atardecer, frente a la puerta principal, y dejarse llevar por el sosiego vespertino y el encanto del juego de luces crepusculares en las arquivoltas.

 


OSMA Y EL BURGO DE OSMA FUERON POBLACIONES DIFERENTES DESDE FINALES DEL S. XII HASTA SU FUSIÓN, CON OTROS SEIS MUNICIPIOS, EN 1967


 

El Burgo de Osma, pequeña caja de sorpresas, decíamos al principio, se pasea fácil por la Calle Mayor. Frente al ayuntamiento, el antiguo Hospital de San Agustín (s. XVII), que hoy alberga la oficina de turismo. Algo más adelante, el Palacio Episcopal (s. XVI), encajonado en la angustura de la calle, pero que aun así deja ver una bonita portada. Entre casas de estructura tradicional castellana, y una vez cruzada la Plaza de la Catedral, una breve inmersión medieval lleva hasta la única puerta de las murallas (s. XV) que permanece abierta y que permite salir hacia la senda del Ucero para contemplar la bien conservada fortificación.

La Universidad de Santa Catalina, antigua universidad, cabe añadir, fue un empeño del obispo de turno (mediados de siglo XVI) cuya actividad cesó definitivamente tres siglos más tarde. Nos dejó un magnífico edificio renacentista, hoy reconvertido en hotel termal, y la constatación de que en 1676 ya había pintadas universitarias (“Doctorem Almansam contra communem asserimus” escrito en grandes letras sobre el collarino de las columnas del patio la noche antes de que, en efecto y en contra de la opinión general, fuera elegido rector el Doctor Almansa. El ilustrado Melchor Gaspar de Jovellanos, por añadir algún dato más, obtuvo ahí el bachiller en Cánones antes de licenciarse poco más tarde en Ávila en la misma materia.

 


LA CATEDRAL QUE HOY PODEMOS ADMIRAR, DEL SIGLO XIII, ES UNA PIEZA GÓTICA CON ALGÚN AÑADIDO NEOCLÁSICO DE FINALES DEL XVIII, QUE SUSTITUYÓ A LA ROMÁNICA


 

En el paseo burgense, claro, es imprescindible cruzar el puente romano y llegar al castillo, aunque solo sea para ser conscientes de la importancia de las saeteras (estrechas aberturas por las que los defensores disparaban con ballesta) que se situaban en la parte baja del muro exterior para proteger el pie del cerro y que mandó hacer Ramiro II de León. No se tiene constancia de que hubiera algo parecido en otras fortalezas peninsulares o europeas, ni cristianas ni islámicas, y solo se encuentra algo similar en los castillos de los cruzados en Tierra Santa un par de siglos más tarde. Parece que los castellanos de Osma enseñaron a las tropas del Sacro Imperio Romano Germánico lo que era defender la base de un castillo por si fallaban las almenas.

Si entre paseos y reseñas históricas, en fin, el visitante se apunta a un refrigerio, no siendo vegetariano o abstencionista de las viandas porcinas, no debe salir de El Burgo de Osma sin haber probado un torrezno, que, si los de toda Soria tienen fama, los de la antigua Uxama están siempre en el cuadro de honor. Y para el que sea más de legumbres, que no se pierda las alubias pintas del Burgo, también llamadas de la Vega del Ucero: un lujo simplemente estofadas.

INFORMACIÓN

ALOJAMIENTO

RESTAURANTES Y TAPEO

  • Virrey Palafox
    Universidad, 7
    Tel.: 975 341 311
    www.virreypalafox.com
  • Mesón Círculo
    Mayor, 46
    Tel.: 975 341 007
  • El Lobo
    Mayor, 38
    Tel.: 975 246 371
  • Bar Arévacos
    Mayor, 49
    Tel.: 685 744 172
Interior gótico de la catedral (s. XVI).
Catedral de la Asunción (s. XII-XVIII).
Muralla (s. XVI) en la senda del Ucero.
Universidad de Santa Catalina (s. XVI).
Atalaya (s. X).
Antigua sala capitular románica (catedral, s. XII).
Yacimiento de Uxama Agraela.
Puerta lateral de la Catedral.

PARA NO PERDERSE

El castillo de Osma. Una visita a fondo.
Ricardo Sanz Aguilera.
Kochise, 2022.

Visitas y reformas en el Colegio-Universidad de Santa Catalina en El Burgo de Osma, 1550-1840.
Bernabé Bartolomé Martínez (U. Complutense de Madrid)
USAL Revistas. Historia de la Educación, 1984.

50ª. edición de las Jornadas Ritogastronómicas de la Matanza

De enero a abril de 2025

Comitiva matancera. FOTOS WEB JORNADAS DE LA MATANZA
Rito de la matanza.

Lo que comenzó siendo una iniciativa hostelera basada en un concurso de cocina, en 1974, se fue transformando en un acontecimiento anual que ya es Fiesta de Interés Turístico Regional y Premio Alimentos de España concedido por el Ministerio de Agricultura. Su creador, el hostelero burgense Gil Martínez Soto, tiene la Medalla de Oro al Mérito en el Trabajo y sí: es un festival, que aúna las costumbres populares de la zona con la degustación de los productos derivados del cerdo, organizado por el restaurante Virrey Palafox.

Todos los fines de semana, desde mediados de enero a mediados de abril, El Burgo de Osma se convierte en un escenario en el que se reproduce en público el rito de la matanza, lógicamente con el cerdo ya sacrificado (que esto no se hace en directo, vaya). El resto de los pasos, como el chamuscado en lecho de paja o la evisceración, configuran la liturgia que puede observar todo aquel que lo desee los sábados a las 12:30 del mediodía y que va comentando un matancero, explicando las razones por las que se siguen tradicionalmente los distintos pasos. Una interesante actividad, para quien no quiera presenciar el proceso, es visitar el Museo del Cerdo y la importancia de la ganadería porcina en todo el mundo.

La jornada se completa en el restaurante con la degustación de nada menos que veintidós platos cuyo protagonista es, por supuesto, ese animal del que se aprovechan hasta los andares.

INFORMACIÓN

Jornadas de la Matanza Virrey
Calle Mayor, 2
Tel.: 975 341 311
[email protected]
www.jornadasdelamatanza.com

#notariosrurales (2)

El Burgo de Osma protagoniza el segundo capítulo del programa #notariosrurales que desarrolla el Consejo General del Notariado, con el fin de mostrar la realidad de estas localidades y la labor que en ellas realizan los notarios. Pequeños vídeos con entrevistas a personajes relevantes como su alcalde, vecinos emprendedores, y usuarios de la notaría que comparten aficiones con el notario Álvaro la Chica: “Yo era urbanita total, pero desde que llegué a este pueblo no puedo estar más contento”, explica.

El notario de El Burgo de Osma, Álvaro José la Chica (a la izda.), conversa con el alcalde, Antonio Pardo, a la puerta del ayuntamiento burgense.