Turismo cultural en 360 grados

AL ENCUENTRO

Turismo cultural en 360 grados

Las pantallas como vínculo con los museos

La palabra es «emociones». Cuando nos dejamos llevar por las calles de una ciudad o una pequeña población, llenas de historia o rincones que animan al sosiego; cuando vagamos por las salas de un museo y nos paramos a saborear, con tiempo, esa pieza que activa recuerdos o deseos; cuando un espacio natural nos envuelve con sonidos y silencios, quizás abriéndose al final de un sendero para dejarnos sentir la perspectiva de un ave, o cuando una celebración nos rodea con el ambiente popular y colorido de las tradiciones, ancestrales muchas veces, lo que nos hace apreciar más esas cosas, desear repetir la experiencia, compartirlo… son las emociones. Y probablemente no hay nada comparable a sentir, ver, oler, escuchar, tocar o degustar «en vivo y en directo». Si no es posible así, ¿tenemos alternativas?

JESÚS ORTIZ

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@JesOrtizAl
Facebook: Jesús Ortiz
Fotos: capturas de los recorridos virtuales.

La respuesta más propia a la pregunta que cierra la entradilla es «no, pero sí». Si por algo nos colman los viajes, sobre todo los culturales, es porque, normalmente, se convierten en experiencias multisensoriales. Seguramente todos hemos llegado a la conclusión, aunque no lo tengamos muy en cuenta de manera consciente, de que percibimos lo que nos rodea con todos los sentidos disponibles. Si no los podemos poner al servicio de lo que hacemos, la cosa no nos entusiasma tanto. Y este es el «no» de la respuesta. Pero entre el «nada» y el «algo», cuando las circunstancias impiden la inmersión total, está lo que pueden aportar las tecnologías de la comunicación, los formatos digitales, lo que nos llega -como multitud de cosas más en estos días- a través de una pantalla de entre doce y varias decenas de centímetros de diagonal. Y este es el «sí»: el de poblaciones, museos, espacios naturales y tradiciones que se han subido al carro de la digitalización y nos permiten mantener el placer de seguir saliendo, de vez en cuando, del círculo invariable de nuestra cotidianeidad.


Cada «viaje» requiere un poco de preparación y algo de exploración en las
procelosas aguas de la red

Muchas organizaciones e instituciones, tanto públicas como privadas, ofrecen visitas no presenciales interesantes y atractivas, aunque con variedad de formatos, lo que hace que cada «viaje» requiera un poco de preparación y algo de exploración en las procelosas aguas de la red, cosa, en fin, que añade interés al proceso y activa un tanto nuestra mente para adaptarnos al camino de ratón y teclado o de dedos sobre pantallas táctiles. Los formatos son básicamente cuatro: los videográficos, que son una especie de reportaje de imagen real o de animación en los que el sonido juega un importante papel; las visitas estáticas, que permiten acceder a un expositor de fotos fijas en las que, pinchando la imagen, se obtiene ésta a mayor tamaño y algo de información; las fotos 360 grados, las más utilizadas por los espacios abiertos, en las que el observador se mueve por una visión semiesférica de todo lo que le rodea, y las visitas interactivas, quizás lo más parecido a la visita presencial, en las que el visitante navega por fotos de 360 grados en las que hay puntos y señales que indican acceso a información, paso a otras perspectivas del mismo espacio y a otras zonas del conjunto o enlace a toda la variedad de recursos que aporta el mundo digital y han sido diseñados para animar la visita.

Museos. No solo los grandes museos, sino también algunos de los que no están en nuestras previsiones cuando hacemos un viaje, por desconocidos, ofrecen recorridos virtuales por algunas de sus salas u obras. Del grupo de los primeros y más reconocidos, si de pinacotecas hablamos, está la sección Mi Prado, en el Museo del Prado, partes del Reina Sofía, básicamente un interactivo dedicado al Guernica de Pablo Picasso, el Thyssen-Bornemisza, que admite interactividad incluso con gafas de realidad virtual, los vídeos del Guggenheim, las detalladas explicaciones del Museo Nacional de Arte de Cataluña y los un poco más complicados de ver vía online como el Instituto Valenciano de Arte Moderno, el Picasso de Málaga o el Museo de Bellas Artes de Sevilla.


Si de pinacotecas hablamos, tenemos la sección Mi Prado y partes del Reina
Sofía, con un interactivo del Guernica

También espléndidos museos, pero con menor o nula dedicación a la pintura, podemos visitar desde nuestro sillón favorito el Museo Arqueológico Nacional, el Museo de Artes Decorativas, el Museo del Traje, que ofrece la posibilidad de que la visita virtual sea estática o dinámica, el emeritense Museo Nacional de Arte Romano, muy enfocado en aplicaciones móviles, el Museo Dalí de Figueras o el Museo Nacional de Ciencia y Tecnología en sus sedes de La Coruña y Alcobendas. Y entre los menos conocidos, pero con actividad digital y, en este caso, didáctica, podemos fijarnos en el Museo Lunar de Fresnedillas de la Oliva (Madrid), en el entorno de la estación de seguimiento del Apolo XI en el histórico primer viaje a la luna.

Destacar alguno de estos ejemplos, y por aquello de que «sobre gustos no hay nada escrito», es un puro ejercicio de diversión, de dejarnos llevar por lo que nos provoca más curiosidad cuando entramos y vemos lo primero que se nos presenta. Por aquí hemos apuntado al Museo Dalí de Figueras, situado físicamente en una casa fortificada medieval del siglo XI, que ganó importancia con la baronía de Pùbol en pleno Renacimiento y que, muy deteriorada y tras mucho tiempo de abandono, fue adquirida por Salvador Dalí en 1969. Hoy es el Castillo Gala Dalí de Pùbol, que se estrenó como museo en 1996 y que supone toda una eclosión de creatividad por parte del genio, cuyo padre, notario -por cierto-, hubiera preferido que se dedicase a las leyes, pero que acabó aceptando que se instalase en la madrileña Residencia de Estudiantes, ahí es nada, para estudiar en la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando, espacio este que también dispone hoy de un recorrido virtual, pero hecho con Adobe Flash Player, programa que el fabricante dejará de distribuir el último día de 2020 y que, además tiene demasiadas complicaciones de uso.


La estructura de la página de visita virtual al Museo Dalí es la de fotos 360 con entradas interactivas

La estructura de la página de visita virtual al Museo Dalí es la de fotos 360 con entradas interactivas. Uno de sus recursos inmersivos es la posibilidad de uso de gafas de realidad aumentada. El símbolo del ratón, que nos permite caminar por los espacios, adentrarnos en las salas o descubrir lo distintos elementos, forma un círculo blanco. Si se hace coincidir con otros del mismo color que están en el suelo, estaremos una especie de «visita guiada» por espacios y obras singulares. Pero si el visitante apunta con él a cualquier sitio, puede ir, digámoslo así, por libre, mover las fotos base a su antojo e ir de planta en planta en busca de cosas concretas.

Los círculos, como el que acabamos de citar, protagonizan esta visita en modo online a la casa-museo. En el paseo los encontrará de colores mostaza, rojo y azul verdoso. Se trata, también, de hacer coincidir el blanco con alguno de los otros. En los amarillentos hay descripciones y documentos de la sala o zona en la que se encuentra el visitante. Los rojos parten de preguntas que se responden inmediatamente o incitan a descubrir detalles. Y los azulados aportan información algo más detallada, enlaces a distintos tipos de recursos o hasta la posibilidad de penetrar en alguna de las instalaciones, como es el caso del «Taxi lluvioso» que ocupa el centro de la Sala 2 o «El Patio».


Entre el «nada» y el «algo», cuando las circunstancias impiden la inmersión
total, está lo que pueden aportar las TIC

Desde luego, es todo un lujo como recurso didáctico. Cualquier profesor, con un poco de paciencia e ingenio, puede «meter» a sus alumnos en la visita del mismo modo que se realiza la clásica excursión de una mañana para patear las losas del museo. Y es tremendamente entretenido para cualquiera de nosotros que quiera pasar un rato agradable inmerso en ese monumento al surrealismo que creó Salvador Dalí.

Llegados a este punto, habrá quienes se pregunten si no vamos a hablar también de visitas virtuales a ciudades, espacios naturales o tradiciones populares como apuntábamos al principio. La verdad es que, puestos a buscar, tenemos una lista tan enorme, y constantemente creciente, de lugares, que necesitamos alguna página más. Así que permítannos invitarles a que compartan con nosotros una segunda parte de «Turismo cultural en 360 grados». Veremos ciudades desde perspectivas a veces inimaginables, como Salamanca, Barcelona o Valencia; monumentos y espacios como parques urbanos, algunos todo un libro de historia, desfiladeros y acantilados, o descripción de tradiciones que son ya todo un icono de la sociedad en la que se llevan a cabo.


Un paseo en coche de caballos por la Feria de Abril sevillana, mirando en
todo nuestro entorno y recibiendo el sonido de lo que miramos

¿Qué no se imaginan lo de las tradiciones? Bueno, va: guárdennos el secreto quienes lo conozcan… ¿se imaginan un paseo en coche de caballos por la Feria de Abril sevillana, mirando en todo nuestro entorno y recibiendo el sonido de lo que miramos? ¿O entrar una caseta y marcarse unas sevillanas? Solo faltaría el rebujito o el tubo de cerveza, pero nada impide que se lo prepara en su casa, lo acompañe de una de jamón con sus correspondientes picos o regañás y disfrute del espectáculo. Pues eso: que nos vemos en el número que viene.

Para no perderse

Museo del Prado

Museo Reina Sofía

Museo Thyssen-Bornemisza

Museo Guggenheim

Museo Nacional de Arte de Cataluña

Instituto Valenciano de Arte Moderno

Museo Picasso de Málaga

Museo de Bellas Artes de Sevilla

Museo Arqueológico Nacional

Museo de Artes Decorativas

Museo del Traje

Museo Nacional de Arte Romano

Museo Dalí

Museo Nacional de Ciencia y Tecnología

Museo Lunar

La magia de los bosques. Cultura otoñal

AL ENCUENTRO

La magia de los bosques

Cultura otoñal

Es fácil que todos nos pongamos de acuerdo en que es imprescindible cuidar la naturaleza; aunque el ‘todos’ es un decir, porque casi a diario tenemos que lamentar el vandalismo de quien tira plásticos al mar, quema una superficie arbolada o mata gratuitamente animales salvajes. Pero no es menos cierto que ese ‘todos’ crece al mismo ritmo que las personas observan la belleza de los mares, el encanto estimulante de la vida salvaje o el halo mágico de los bosques centenarios. Nada más culto, pues, que plantarse en mitad de esa naturaleza para conocerla, dejarse llevar por sus encantos y hacérselo ver a quienes piensan que la vida solo existe en las ciudades. El otoño, en fin, es un momento ideal para una inmersión en sensaciones cromáticas, sonoras y olfativas de algunas masas boscosas españolas.

JESÚS ORTIZ

Fotos cedidas por los respectivos departamentos de turismo o de información.

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Facebook: Jesús Ortiz

Tendremos que confesar, para empezar con buen pie, que seguir pensando en actividades culturales por los pueblos de España, como hemos hecho cada dos meses en los últimos 20 años, es harto difícil durante la situación socio sanitaria que vivimos. Nuestro empeño de contarlo con antelación, como sugerencia para interesados en dichas actividades y, de paso, en el turismo cultural que hacen posible todos y cada uno de los rincones donde tienen lugar, choca con la cruda realidad: no sabemos si las medidas sanitarias permitirán la celebración de los actos y, además, siempre está el riesgo de que una aglomeración provoque más problemas que satisfacciones.

Pero hay obras de arte que siempre están ahí, cambiantes, efímeras, multisensoriales, que se muestran sin complejos y suficientemente alejadas de las grandes concentraciones humanas como para que podamos sumergirnos en ellas sin restricciones inasumibles, que son ricas en enseñanzas como enormes bibliotecas con el saber acumulado de siglos. Sí: nos referimos a los bosques y su magia otoñal. Y decir «magia» no es hablar de seres fantásticos como hadas, nomos, unicornios o ninfas lacustres y fluviales… O sí, quién sabe.

Fraguas do Eume (Galicia)

La ardilla que, supuestamente, podía ir desde Cádiz a los Pirineos sin necesidad de tocar el suelo, probablemente es tan imaginaria como los seres que antes citábamos. O tuvo que vivir mucho antes de que los romanos llegasen a esta parte del mundo, porque las referencias que tenemos de principios del siglo I (Estrabón y Plinio el Viejo) dan datos poco claros, cuando no contradictorios. Pero parece que tan empeñados estamos en que el simpático roedor vuelva a cruzar Hispania de árbol en árbol, que los cuidados de unos y otros nos han convertido en el segundo país de Europa con mayor masa forestal, justo por detrás de Suecia.

Tejo de dos mil años en la Sierra de Cazorla (Andalucía)

En grandes cifras, hablamos de unos 7.500 millones de árboles, de una lista casi interminable de especies, repartidos en 27,6 millones de hectáreas (últimos datos de EUROSTAT). Es algo más de la mitad de nuestra superficie total (50,6 millones de hectáreas). Las sucesivas campañas de reforestación y las normativas protectoras de todas las Administraciones han logrado que, en los últimos años, esa masa forestal haya aumentado más de un 30 %. Es probable que este incremento no sea tan buena noticia, porque el paulatino abandono de los entornos da bosques más poblados y extensos, cierto, aunque menos saludables y con mayor riesgo de incendio. Pero no nos pongamos pesimistas: pensemos hoy en disfrutar algo de lo mucho y bueno que tenemos, que el otoño está a la vuelta de la esquina.

La Selva de Irati, en Navarra, es ‘medalla de plata’ entre los hayedos mejor conservados y más extensos de Europa, solo por detrás de la Selva Negra alemana. Sus 17.000 hectáreas están en los Pirineos, en la cabecera de los valles de Aezkoa y Salazar. Tiene tanto por descubrir quien no conozca Irati -ríos, embalses, bosques casi vírgenes, senderos tapizados de hojas, cuevas, monumentos megalíticos…-, que necesitará varias jornadas, incluso varios viajes, para empaparse de un terreno con un carácter fuerte, pero acogedor, como lo es su propio paisanaje.

Parque Nacinoal de Garajonay, Bosque del Cedro (Canarias)
Son obras de arte que siempre están ahí, cambiantes, efímeras, multisensoriales, que se muestran sin complejos

Eso sí: si el visitante se cruza con Basajaun, el señor del bosque, tranquilidad. Quienes han estado frente a él lo describen como un ser cubierto de pelo, muy alto y fuerte, pero también muy ágil; y dicen que lo más prudente es no huir y obedecer sus instrucciones, porque igual que ayuda a los pastores y sus rebaños durante las tempestades, será un buen guía y protector del caminante. Más cuidado debe tenerse con el espíritu de Juana de Albret, Juana III de Navarra, probablemente envenenada en París y que de vez en cuando se pasea por la selva con su corte de hadas poco amigables… ¡pueden hacer desaparecer a quienes se encuentren en su camino!

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Hayedos del Saja (Cantabria).

El Bosque de Muniellos, en Asturias, se considera una reserva natural integral y fue declarada en el 2000, por la UNESCO, Reserva de la Biosfera. Es el mayor robledal de España y está entre los mejor conservados de Europa, quizás porque es propiedad del Principado de Asturias y carece de cualquier tipo de actividad económica, al estar prohibida la explotación de sus recursos, que bastante madera salió de este rincón de la península cuando hubo que organizar la denominada «Armada Invencible». Es hábitat natural de corzos, rebecos, nutrias o gatos monteses, entre una variadísima cantidad de especies, de las que destacan algunas emblemáticas de la fauna de la montaña asturiana como el oso y el urogallo cantábricos. De hecho, un animal, la comadreja (muniella en bable), puede ser el origen del nombre.

Bosque de Muniellos. Fuentes del Narcea (Asturias)
Bosque de Muniellos. Fuentes del Narcea (Asturias)

No son difíciles de ver los cortines o peculiares cercados para proteger las colmenas de la voracidad de los osos. Pero lo que seguramente se encontrará el visitante son las «barbas del capuchino»: un liquen que cuelga de los troncos de los árboles y es muestra de la excelencia del medio ambiente, porque este organismo crece en ecosistemas limpios y sin contaminación. Los trasgos, que pueden salir al paso del senderista en cualquier momento, se divierten muchísimo con la atmósfera misteriosa que producen las «barbas» en los días de orbayu. Ojo con las bellísimas xanas, que hacen estragos entre los jóvenes casaderos (claro, que a quien le guste irse a vivir a un lago o fuente…), y atentos al Busgosu, que será de gran ayuda cuando haya dificultades, pero se mostrará inflexible y severo con quien no cuide el bosque.

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Paseo del Agua en Sierra Espuña (Murcia)

El Monumento Natural las Secuoyas se encuentra en Cabezón de la Sal, Cantabria. Los árboles son, digámoslo así, «emigrantes con papeles» procedentes de California (EE. UU.), que se plantaron en 1940 para obtener recursos madereros y cuya explotación nunca llegó a producirse. Hoy, estas cupresáceas, que pueden llegar a ser milenarias y crecer por encima de los 100 metros de altura, están perfectamente aclimatadas al ambiente cántabro del monte de Las Navas y forman una familia de casi 850 ejemplares. El espectáculo es su altura, unos 40 metros de media, su diámetro en torno a los dos metros (imprescindible la foto de tres personas como mínimo abrazando uno) y el microclima que crean.

Monumento Natural de las Secuoyas (Cantabria).
Monumento Natural de las Secuoyas (Cantabria)

Con toda seguridad, una vez este singular bosque se tiene como propio de la zona, alguna anjana, que como todo el mundo sabe es un hada buena protectora de la buena gente, los enamorados y de todo aquel que se extravíe en los bosques y caminos, habrá hecho su hogar de este singular espacio que es Monumento Natural desde 2003.

El norte de España, parece que anima a pensar en masas boscosas, aunque son muchas más de las tres que hemos tomado como ejemplo. Pásense y paséense por la Fragas do Eume o el Bosque de los Ancares en Galicia; la milenaria Tejera del Sueve, en el oriente asturiano; los tres bosques de los Collados del Asón, Llusías y los de los montes Busturejo y Helguera, en Cantabria; los distintos hayedos de los Parques Naturales de Gorbea y de Aralar, en el País Vasco; el hayedo de Quinto Real, en Navarra, en cuyo interior, en el Valle de Baztán, siguen inquietando la brujas de Zugarramurdi; los sabinares de Albarracín, en Aragón; el hayedo del Rajao y los de la sierra de Cebollera, en La Rioja; el hayedo de Fageda d´en Jordà o los encinares de la Garrotxa, ambos en el Parque Natural de los Volcanes de la Garrotxa, en Cataluña; la tejeda de Tosande, el castañar de El Tiemblo o el pinar de Covaleda, en Castilla y León.

Salto de Goluri en el Parque Natural del Gorbea - CC BY-3.0-ES 2012/EJ-GV/Irekia-Gobierno Vasco/Pedro Odriozola

Pero también tendrá, quien se interese por estos centros de cultura de la naturaleza, maravillosos sitios más al sur y en territorio insular, y no son más que ejemplos también los que citaremos. Como en Madrid el hayedo de Montejo o el abedular de Somosierra; el hayedo de la Tejera Negra o los bosques del Alto Tajo, en Castilla-La Mancha; el castañar de Hervás o el Parque Nacional de Monfragüe, en Extremadura; el Bosquet de Moixent, el sabinar casi milenario de Las Blancas o el Carrascal de la Font Roja, en la Comunidad Valenciana; en Murcia, la Sierra de Espuña y su gran variedad de especies vegetales; los Pinsapares de Grazalema y la Sierra de las Nieves, el Parque Natural de los Alcornocales y la Sierra del Aljibe, la Sierra del Segura o la Sierra Morena, en Andalucía; en Baleares, además de los pinares de las Pitiusas, que tienen siete milenios de existencia documentada, está la singularidad del bosque subacuático de posidonia; y en Canarias, en fin, está el bosque de Los Tilos en La Palma o el Bosque de Laurisilva en Garajonay.

¿Exhaustivo? Para nada, palabra. Seguro que cada lector puede aportar más ejemplos y experiencias de nuestro excelente patrimonio vegetal, porque esto son solo ejemplos que pretenden no dejar fuera ninguna de nuestras comunidades ni entrar en atosigantes listados de «los mejores». Así que ármense de buen calzado y cámara de fotos (bueno, sí: vale el móvil), déjense llevar a donde sople el viento y pongan en su buscador, cuando decidan parar, algo tan simple como «bosque próximo». Que lo disfruten.

Tejeda de Tosande (Castilla y León)
Hablamos de unos 7.500 millones de árboles, de una lista casi interminable de especies, repartidos en 27,6 millones de hectáreas

Para no perderse

La Unión Europea y los bosques – François Nègre. Parlamento Europeo (febrero, 2020).

• Mapa forestal de España – Banco de datos de la naturaleza. Ministerio para la transición ecológica y el reto demográfico (2006)

• Los bosques españoles (vídeo, 13 capítulos) – Guión: José Mª Palá y Fernando Rodríguez. Dirección y realización: José Mª Palá. Cinenciatk. Consejo Superior de Investigaciones Científicas, CSIC (1992).

Naturaleza e historia (II). 21 rutas de la España despoblada

AL ENCUENTRO

Naturaleza e historia (II)

Las Médulas desde el mirador de Orellán

21 rutas de la España despoblada

NUESTRA propuesta en dos números consecutivos fue encontrarnos con “caminos con mucho que contar, alejados de las aglomeraciones propias de los lugares más reconocibles”. Y hemos querido fijarnos en la España con menor densidad de población, en las 21 provincias que están por debajo de los 50 habitantes por kilómetro cuadrado. En esta segunda entrega van las once restantes. En ellas, igualmente, “si en el camino necesita un notario sepa que los hay, y a su disposición, también en los pueblos y ciudades de esta España casi despoblada”.

 

JESÚS ORTIZ

Fotos Jesús Ortiz y oficinas y departamentos de Turismo de las distintas provincias.

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Facebook: Jesús Ortiz

CIUDAD REAL

Castillo de Peñarroya.

(24,94 hab./km2)
37 notarios
Ruta del castillo de Peñarroya (21 km)


El Castillo de Peñarroya, ya en Argamasilla de Alba, acogió a la Orden de San Juan y a sus finanzas

CIUDAD REAL. Estamos en pleno Parque Natural de las Lagunas de Ruidera, y eso son palabras mayores. La ruta parte de Ruidera, desde su cementerio, y bordea las lagunas de Cueva Morenilla, Coladilla y la del Cenagal: son “las bajas” desde que el hundimiento de 1545 provocó un desnivel entre estas y “las altas”. A la vista, algún puente y compuerta del Canal de Villanueva (1781), que buscaba regular el cauce del Guadiana: justo lo que desde 1959 hace el embalse de Peñarroya. Su castillo, ya en Argamasilla de Alba, acogió a la Orden de San Juan y a sus finanzas. Por cierto: Argamasilla pudo ser ese “lugar de La Mancha…”.

Más información
Tel. Parque: 926 528 116.

ALBACETE

Albacete.
Alcalá del Júcar.

(26,1 hab./km2)
25 notarios
Sendero el Morrón (15,5 km)


En Alcalá del Júcar, tanto atractivo tiene el castillo fortaleza, como el coso excavado en la piedra

ALBACETE. Partida y llegada en la espectacular Alcalá del Júcar, donde tanto atractivo tiene el castillo fortaleza almohade (s. XII), como el coso excavado en la piedra o las casas superpuestas en la ladera de la hoz, horadada de siglos, historia y leyendas. Se trata de llegar hasta la pedanía de Tolosa por una orilla del Júcar y volver por la otra. La sugerencia es salir en dirección a Las Eras, y tener ya ahí el primer “pelotazo” de paisaje. El borde del cañón permite llegar a destino, quizás con una pequeña desviación antes y sentir la naturaleza en el vértice geodésico el Morrón, para cruzar después el río y regresar por el otro margen fluvial.

https://www.alcaladeljucar.es
Tel. Ayuntamiento: 967 473 001.

BURGOS

Burgos
Monasterio de Santo Domingo de Silos (s. XII).

(25,34 hab./km2)
26 notarios
Santo Domingo de Silos a la Yecla (2,5 km)

BURGOS. Detrás del Monasterio de Santo Domingo de Silos, siguiendo el cauce del río Mataviejas (nombre con leyenda sobre una escaramuza de El Cid), sale el camino que lleva hasta el desfiladero de La Yecla. Estamos en las peñas de Cervera, en el Espacio Natural de la Yecla y los Sabinares del Arlanza. El recorrido del desfiladero, epatante, son unos 600 metros de puentes y pasarelas que pasan sobre pozas y cascadas. Añadamos un entorno donde al singular claustro del Monasterio de Silos se puede sumar la villa de Covarrubias, con su arquitectura popular, su historia y su adaptación en 1966, hoy atractivo turístico, para rodar El bueno, el feo y el malo.

http://www.santodomingodesilos.es
Tel. Oficina de Turismo: 947 390 070.

SALAMANCA

Salamanca
Los dos Arapiles al fondo

(26,8 hab./km2)
23 notarios
Vía Verde de La Plata (14 km)


Un paisaje de campos de Castilla, todo llanuras y contraste de colores, salpicado de dehesa charra

SALAMANCA. Proponemos solo el tramo Arapiles-Alba de Tormes, que la Vía Verde nace en la propia capital salmantina. Hablamos de un paisaje de campos de Castilla, todo llanuras y contraste de colores, salpicado de dehesa charra donde es frecuente ver reses bravas. Y hablamos también de historia: la de la Batalla de los Arapiles (1812), donde las tropas aliadas marcaron el camino de vuelta a los napoleónicos –genial el diorama del aula de interpretación–, y la de Alba de Tormes, Conjunto Histórico, que sabe mucho de duques, duquesas y santas. Bueno: y de crecidas del Tormes, que casi la dejan en solar, o de pillería de los napoleónicos.

http://www.salamancaemocion.es
http://albadetormes.com
https://www.terranostrum.es
Tel. turismo Arapiles: 923 288 779.
Tel. turismo Alba de Tormes: 618 746 513.

LEÓN

León
Las Médulas desde la Cuevona.

(29,5 hab./km2)
31 notarios
Sendero del oro de Las Médulas (12,3 km)


Paradita en la Cuevona y en la Encantada, para subir luego al Mirador de Orellán

LEÓN. Los ingenieros de hoy aún se maravillan de lo que sus colegas romanos de hace más de veinte siglos armaron para llevarse el oro de El Bierzo y Los Ancares. La ruta sale del pueblo de Las Médulas y se adentra por el laberinto de esculturas rojizas que fue dejando el agua que se canalizaba para arrancar el metal de la tierra. Paradita en la Cuevona y en la Encantada, para subir al Mirador de Orellán, extasiarse un poco más y bajar luego hacia Carucedo y su lago creado al cerrase el valle por los sedimentos. Antes de llegar de nuevo a Las Médulas, otro lago, el de El Somido, originado por uno de los canales de lavado del oro.

https://www.terranostrum.es
https://carucedo.es
Tel.: recepción Las Médulas: 987 420 708.

BADAJOZ

Badajoz
Mina la Jayona.

(30,8 hab./km2)
45 notarios
Ruta de la Jayona (10,2 km)


Es la Ruta del Rey Jayón, su leyenda y los testimonios históricos, en forma de alcazaba o de teatro romano

BADAJOZ. Salida y llegada en el pueblo de Fuente del Arco. El camino es una variante de la mucho más contundente Ruta del Rey Jayón, su leyenda y los testimonios históricos, en forma de alcazaba (Reina) o de teatro romano (Regina Turdulorum). Pero la propuesta pasa por dos de las joyas de la zona: la mina La Jayona y la ermita de Nuestra Señora del Ara. La primera, cansada de dar mineral de hierro, convertida en monumento natural, visitable en cuatro de sus once niveles desde 1997. La segunda, rebautizada como la ‘Capilla Sixtina de Extremadura’, con sus frescos realizados en el siglo XVIII e inimaginables en plena Sierra Morena.

http://fuentedelarco.org
Tel. Ayuntamiento: 924 878 001.

LUGO

El Sil en la Ruta da Cubela

(33,3 hab./km2)
25 notarios
Ruta da Cubela (13,2 km)


La joya prerrománica de San Martiño de Pazó, elementos etnográficos y el ecosistema fluvial de O Briñal

LUGO. La propuesta es perderse por uno de los primeros tramos del Cañón del Sil. Al caminante le espera el paisaje, claro, mucha historia, por supuesto, y alguno de los famosos y empinadísimos viñedos de la Ribeira Sacra. Partimos de Castro de Abaixo, a donde también volvemos, hacia Torbeo, donde podemos ver un claro ejemplo del románico rural gallego (iglesia de Santa María, s. XII). Dirección A Covela luego, para llenar los ojos del imponente meandro del Sil y regresar bordeando el río. Ya que estamos cerca, merece la pena visitar Quiroga y su Museo Geológico (2011), que sabe también de paleontología y minería.

https://turismo.ribeirasacra.org
Tel. turismo Ribeira Sacra: 638 823 592.

LÉRIDA

Lérida
Congost del Mont-rebei y el Noguera ibagorçana.

(35,5 hab./km2)
28 notarios
Ruta del Congost del Mont-rebei (7,3 km)


En la senda, paredes verticales hundidas en aguas turquesa, puentes colgantes y veredas de roca

LÉRIDA. Aunque la ruta marca el límite entre Aragón y Cataluña, el punto de partida y llegada es San Esteban de la Sarga. En la Masieta, gestionado por la Fundació Catalunya-La Pedrera, ofrecen información e indican el camino. Primera parada, el Mirador de las Nutrias, donde además de observar estos mustélidos tendremos a la vista la Noguera Ribagorçana, la Ermita de la Virgen del Congost y el Castillo de Xiriveta. Podemos hacer la ida por el camino de las Tarteres y volver por el embalse. En la senda, paredes verticales hundidas en aguas turquesa, puentes colgantes y veredas de roca; de remate, las pasarelas de Montfalcó.

http://www.santesteve.cat
https://www.fundaciocatalunya-lapedrera.com/es
Tel. Ayuntamiento: 973 653 377.

OURENSE

Orense
Puente de Vilanova en Allariz (s. XV).

(42,2 hab./km2)
17 notarios
Reserva de la Biosfera de Allariz (17,5 km)

OURENSE. Ya el comienzo (y final) de la ruta tiene el encanto de la historia y la Galicia mágica, porque se parte del Convento de Santa Clara (s. XIII) fundado por la esposa de Alfonso X el Sabio. Lo primero que sale al paso es el frondoso bosque de O Canelar, para seguir con leyendas, románico y pueblos deshabitados, aunque cuidados. Subidita hasta la zona de Penamá, para descender hacia el río Arnoia, auténtico protagonista de la ruta, y más aldeas –esta vez muy vivas–, la joya prerrománica de San Martiño de Pazó, elementos etnográficos y el ecosistema fluvial de O Briñal, para regresar a Allariz sin perder pie al río.

https://www.allariz.gal/turismo
Tel. of. turismo: 988 442 008.

JAÉN

Jaén
Mirador al campo de batalla desde el Museo Navas de Tolosa.

(46,7 hab./km2)
46 notarios
Arroyo de los Castaños y Cerro Quiñones (12 km)


El camino de vuelta bordea el Río de la Campana y permite pisar lo que fue vía romana hacia La Aliseda

JAÉN. Fijamos punto de salida y llegada en el Museo de la Batalla de las Navas de Tolosa, en Santa Elena, así que estamos en uno de los escenarios bélicos más impresionantes de la Edad Media (1212) y en pleno Despeñaperros. Parte del camino, de hecho, está en el borde que delimita el área de este Parque Natural: justo el que seguimos en paralelo al Arroyo de los Castaños. El camino de vuelta va por la vereda del Río de la Campana y permite pisar lo que fue vía romana hacia La Aliseda; lugar, por cierto, que algunos historiadores identifican con La Fresneda en la que murió (1157) Alfonso VII cuando regresaba de sitiar Almería.

https://www.dipujaen.es
Tel. Ayuntamiento: 953 664 010. l

TOLEDO

Castillo de Barcience (s. XIV).

(45,2 hab./km2)
41 notarios
Sendero de las Tres Villas (16 km)


En Barcience destaca su castillo (s. XIV) y el enorme león en la torre del homenaje

TOLEDO. Se trata de trazar un triángulo entre Rielves, Huecas y Barcience. Tal figura geométrica indica que es indiferente qué villa seleccionemos como punto de partida y llegada. Pongamos que empezamos en Rielves y seguimos hacia Huecas. En ambos casos nos sale al paso la historia de asentamientos romanos y visigodos; también musulmanes, hasta el punto de que la segunda debe su nombre al Waqqas con que estos la conocían. En Barcience destaca su castillo (s. XIV) y el enorme león en la torre del homenaje, emblema de la familia Silva. Un recorrido amable entre cultivos, con mucho olivo y hasta pistachos.

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