EN PLENO DEBATE

CARLOS REINOSO,

portavoz de la Alianza por la Competitividad de la Industria Española.

“El Anteproyecto de Ley de Industria debe ganar en ambición y concreción para que no se quede en buenas intenciones”

Las claves para una industria más competitiva

Ser competitivo hoy en día es un must. Sobre todo, en el plano económico y empresarial. Porque una empresa, un sector, un país necesita ser competitivo, no solo para sobresalir, sino que es requisito para mantenerse e, incluso, para sobrevivir. Y también requiere de ese marco y ese apoyo necesarios para desarrollar todo su potencial.

Europa es consciente de ello. Tras las recientes elecciones europeas, se están sentando las bases para crear ese necesario marco que permita a la Unión Europea lograr una industria, con medidas que potencien su competitividad industrial en el contexto global. El escenario creado para ello es el Clean Industry Deal, presentado por Ursula von der Leyen tras su reelección, y orientado a descarbonizar y reindustrializar la economía europea.

Para articularlo, se propone un nuevo Fondo Europeo de Competitividad, basado en un modelo de financiación permanente que supere el actual esquema de ayudas. Porque, como venimos advirtiendo diferentes voces, ayudas como los Fondos Next Generation, aun siendo positivas, tienen un efecto limitado, yendo en detrimento de países con menor capacidad fiscal y de financiación para poder desplegarlas. Esto afecta negativamente a su capacidad para competir en igualdad de condiciones, y, en consecuencia, lastra la competitividad industrial y económica de la UE.

Desde la Alianza por la Competitividad de la Industria Española venimos promoviendo desde hace tiempo un escenario en esta línea para la industria.

Y es que impulsar la mejora continua de la competitividad industrial en nuestro país permitiría desarrollar un tejido empresarial de alta productividad y valor añadido, con una potente capacidad exportadora y de inversión en I+D+i y tecnologías avanzadas.

Además, atraería el establecimiento de grandes proyectos industriales en territorio nacional, lo que tendría un destacado impacto en el aumento del tejido industrial, pilar para establecer un modelo económico sólido y generador de empleo de calidad, estable y cualificado.

En estos momentos, el Ministerio de Industria y Turismo se encuentra diseñando un nuevo escenario para impulsar la industria española conforme a lo establecido por el Clean Industry Deal europeo. El primer paso para definir el nuevo escenario ha sido la presentación a comienzos de julio del Anteproyecto de Ley de Industria y Autonomía Estratégica.

Tras el análisis de ese primer esbozo del proyecto, desde la Alianza consideramos positivo el marco que propone. ¿El ‘pero’ que le vemos? Que debe ganar en ambición y concreción para que no se quede en buenas intenciones. Sin el debido aterrizaje y sin los recursos humanos y financieros necesarios, las intenciones que muestra el Gobierno de atraer y establecer grandes proyectos industriales en España no serán factibles.

En esta línea, el compromiso de recursos financieros resulta imprescindible para poder financiar los proyectos y programas que plantea. De no ser así, dependerían de una eventual dotación presupuestaria si las circunstancias lo permiten.

Desde el plano de los recursos humanos, si contáramos solo con los actuales equipos, sería imposible hacer todo lo que la nueva ley plantea. Es fundamental que la ley sea coherente con lo que propone, dimensionando los recursos humanos necesarios para el desarrollo de la política industrial estatal.

También es esencial, para esa necesaria concreción, fijar plazos concretos. Nos preocupa que queden demasiado abiertos. Aparentemente, muchas cuestiones quedarían sujetas a posteriores desarrollos reglamentarios.

Otro punto importante que el nuevo marco legislativo debería contemplar, a nuestro juicio, es garantizar seguridad jurídica para las empresas industriales. Solo así será posible impulsar una verdadera reindustrialización de España. ¿Qué pasaría si en mitad del partido nos cambiasen las reglas del juego? Eso sería algo totalmente contraproducente y daría al traste con todo el trabajo y el esfuerzo previos invertidos.

De igual modo, el nuevo marco legislativo debería contemplar la simplificación de la burocracia administrativa, y por supuesto, evitar que la nueva ley introduzca más cargas en este sentido.

La reindustrialización en nuestro país depende del impulso a la competitividad de las empresas industriales y, para ello, desde la Alianza consideramos básico que la ley incluya medidas más ambiciosas y concretas en ámbitos estratégicos como el energético, la logística y el transporte y la innovación.

En materia de energía, las industrias que conformamos la Alianza -ANFAC (automoción), AOP (refino), ASPAPEL (papel), FEIQUE (química y farmacia), FIAB (alimentación y bebidas), OFICEMEN (cemento), PRIMIGEA (materias primas minerales), SERNAUTO (componentes de automoción) y UNESID (siderurgia)-, coincidimos en que son necesarias medidas concretas que aseguren un coste energético competitivo para nuestra industria en el contexto internacional.

Sin duda, España sufre el lastre del precio energético. Ahora, de manera coyuntural, la situación es un poco mejor, pero el diferencial respecto a Estados Unidos o China, e incluso de toda Europa, es muy significativo.

En otro ámbito, como la logística y el transporte, consideramos esencial la ampliación de los pesos y medidas del transporte por carretera, una variación que nos sitúe al mismo nivel que en muchos países de nuestro entorno. Nuestras carreteras e infraestructuras no son peores que en otros países de la UE, por lo que no es comprensible por qué aquí los pesos y medidas del transporte por carretera son mucho más bajos. ¿Qué conlleva todo ello? El incremento de los costes logísticos y de transporte, así como el aumento de las emisiones asociadas, ya que resultan más camiones en circulación.

Quizá debiéramos entender la industria como una competición que engloba muchas disciplinas. Porque la política industrial es transversal e implica a muchos ámbitos del Gobierno: carteras tales como Energía, Transporte, Logística, Fiscalidad, Laboral, etcétera.

En esta línea, creemos necesario establecer en el seno del Gobierno una Comisión Delegada para Asuntos Industriales, semejante a la Comisión Delegada del Gobierno para Asuntos Económicos.

También planteamos una vicepresidencia de Gobierno específica de Industria, para asegurar la coherencia y coordinación de todas las carteras del Ejecutivo en política industrial, así como la obligatoriedad de realizar análisis del impacto de cualquier propuesta de futuras normativas en la competitividad de la industria.

Con todo ello, las industrias enmarcadas en la Alianza, y que representamos el 60% del Producto Industrial Bruto en España, aspiramos a que las cuestiones aquí planteadas sienten las bases para trabajar enmiendas específicas durante la tramitación parlamentaria. Porque una falta de ambición en el nuevo marco legislativo conllevaría perder la oportunidad de una verdadera reindustrialización de España.