[vc_row fullwidth=»has-fullwidth-column»][vc_column][vc_column_text]Vivir de alquiler es una opción a la que cada vez recurre más gente en España. Según datos de la oficina de estadística de la Unión Europea (Eurostat), el 21,8% de nuestra población vivía de alquiler en 2014, un porcentaje superior al 19,4% registrado en 2007. Uno de los colectivos que más claramente se posiciona del lado de la demanda es el de los jóvenes, para quienes siempre será más fácil acceder a una vivienda en régimen de alquiler que de compra. Una opción poco conocida para los que prefieren ser inquilinos, más que propietarios, es acudir a un notario para recoger en escritura pública el contrato de alquiler de una vivienda. Una de las principales ventajas de recurrir a un notario es que da seguridad a ambas partes, dado que su asesoramiento es imparcial y mira tanto por los intereses del inquilino como por los del arrendador.