Las pensiones en su encrucijada

ENTRE MAGNITUDES

Contamos con una de las mayores esperanzas de vida de la Unión Europea, con una edad promedio de 84 años.

Las pensiones en su encrucijada

El sudoku de las pensiones en España reclama soluciones imaginativas a largo plazo. Un tema de vital importancia para todos los ciudadanos que deberá ser abordado desde el necesario consenso político.
FERNANDO GEIJO

En España la tasa de natalidad se situó en mínimos del 6,61% en 2023, según datos del Instituto Nacional de Estadística (INE), sin olvidar que en 2023 hubo más personas que accedieron a una pensión que bebés nacidos. Asimismo, contamos con una de las mayores esperanzas de vida de la Unión Europea, con una edad promedio de 84 años. A todo ello hay que sumar que una generación, la del baby boom nacida entre 1958 y 1975, compuesta por unos cuatro millones de personas, está a las puertas de la jubilación. De hecho, sus primeras cohortes ya disfrutan de su merecido descanso.

Pero, además de algunos efectos positivos de las reformas acometidas en 2011, 2021 y 2023, se aprecian otros signos de esperanza. Por ejemplo, que se ha alcanzado una población que acaba de superar por primera vez los 49 millones de habitantes, gracias a la inmigración desde Colombia, Venezuela y Marruecos, principalmente, a lo que hay que unir el incremento del número de ocupados, cifrado en un récord de 21,86 millones de trabajadores a finales de 2024. Esto ha elevado la ratio de dependencia, número de cotizantes por jubilado, al 2,32.

Por último, se observa también una cierta tendencia a la demora en el acceso a la jubilación, lo que en 2024 situó la tasa real de retiro en 65,2 años, cada vez más cercana a la edad legal establecida para 2025 en 66 años y 8 meses (salvo que se haya cotizado 38 años y 3 meses, o más). Esto es debido al endurecimiento de las condiciones para acogerse a la prejubilación, con penalizaciones para poder cobrar el 100% de la pensión, y a las ventajas inherentes si se opta por el retraso voluntario de la misma.

 


AL CIERRE DE 2024 EL COSTE DE PAGAR LAS
PENSIONES SE SITUÓ EN EL ENTORNO DE LOS 200.000 MILLONES DE EUROS


 

Magro ahorro, máximo gasto

En este contexto, la Organización para la Cooperación y Desarrollo Económico (OCDE), organismo intergubernamental que agrupa a los 38 Estados más prósperos del mundo, ha presentado recientemente el informe Pension Markets in Focus 2024. En el mismo se pone en evidencia, entre otras cuestiones, la escasez del Fondo de Reserva de las pensiones en España frente a la situación financiera que presentan sus homólogos internacionales, salvo México que comparte dato.

 


LA SITUACIÓN FINANCIERA DE LA SEGURIDAD SOCIAL EVIDENCIA LA NECESIDAD DE SEGUIR ADOPTANDO MEDIDAS CORRECTORAS QUE APUNTALEN EL FUTURO DE LAS PENSIONES


 

La conocida popularmente como ‘hucha de las pensiones’ sólo representa en nuestro país un escaso 0,4% del PIB, unos 6.000 millones de dólares (5.672 millones de euros), cifra que nos coloca a la cola de la clasificación de la OCDE no sólo frente a los países de nuestro entorno -Luxemburgo (33,1%), Finlandia (32,2%), Suecia (31,4%), Portugal (11,2%), Francia (7%) y Noruega (6,9%)-, sino incluso con aquellos más alejados como Corea del Sur (46,3%) y Japón (38,3%).

Sin embargo, aún hay espacio para el optimismo, dado que, desde el Ministerio de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones, avanzan que este fondo alcanzará en 2024 cerca de 9.300 millones de euros. Y esto será posible gracias, en parte, a la implantación de componentes correctores como el Mecanismo de Equidad Intergeneracional (MEI); la previsible subida en 2025 de un 4% de la base máxima de cotización, hasta rozar los 5.000 euros mensuales (60.000 euros al año), y al abono de la cuota de solidaridad que afecta ya a las nóminas situadas por encima de los 59.000 euros brutos al año.

A pesar de ello, no hay que olvidar que, a día de hoy, la ‘hucha’ no llegaría ni siquiera a cubrir un mes de gasto en pensiones, puesto que en enero pasado superó por primera vez los 13.000 millones de euros, alcanzando 13.432,4 millones, un 6,17% más que el año anterior. De hecho, al cierre de 2024 el coste de pagar las pensiones se situó en el entorno de los 200.000 millones de euros, con un ritmo de aumento que supera el 7% interanual.

La situación financiera de la Seguridad Social evidencia la necesidad de seguir adoptando medidas correctoras que apuntalen el futuro de las pensiones en España.

En este sentido, la OCDE recomienda en su informe adoptar nuevas iniciativas para estrechar la brecha de cobertura y respaldar las pensiones con activos más innovadores e inclusivos. Entre ellos destaca la mutualización de riesgos y la posibilidad de disponer del valor de la vivienda propia, con un porcentaje de propietarios en España que en 2023 aún suponía más del 75%. Además, recomienda utilizar fórmulas recurrentes y menos populares como elevar la edad legal de jubilación por encima de los 67 años, para ajustarla a la esperanza de vida, y recortar la generosidad de las pensiones, por medio de una reducción de la tasa de reemplazo de la pensión, situada en torno al 80% del último salario.

“Pensiones: una bomba de relojería con mecanismo retardado”, por José García Montalvo

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JOSÉ GARCÍA MONTALVO,

catedrático de Economía de la Universitat Pompeu Fabra

“Las soluciones adoptadas en los últimos años para intentar reducir este déficit se han basado en incrementar los ingresos mientras se sigue expandiendo el gasto”

Pensiones: una bomba de relojería con mecanismo retardado

“Es difícil hacer predicciones, sobre todo respecto al futuro”. Esta vieja broma entre economistas refleja con bastante exactitud la enorme complejidad de evaluar la sostenibilidad de los sistemas de pensiones de reparto. No obstante, en España los datos actuales son claros. El gasto total de pensiones en España fue de 13.455,61 millones de euros en febrero de 2025, lo que supone un aumento del 6,22% anual. El déficit contributivo, la forma más adecuada de calcular el déficit que generan las pensiones en las cuentas públicas, se sitúa en casi 30.000 millones de euros impulsado por el crecimiento de los gastos por el reciente brote de inflación y la indexación de las pensiones a la inflación.

Las soluciones adoptadas en los últimos años para intentar reducir este déficit se han basado en incrementar los ingresos mientras se sigue expandiendo el gasto. Vayamos por partes. En primer lugar, esta aproximación no parece la más adecuada teniendo en cuenta que la previsión de gastos es más sencilla que la previsión de ingresos, lo que genera un riesgo significativo de insuficiencia. Los gastos, asociada con la jubilación masiva de los “baby boomers” y la evolución de sus salarios, son más previsibles que los ingresos contributivos, que dependen de la evolución de la economía fundamentalmente asociada a la evolución futura de la productividad y la variación en la tasa de afiliación, ligada en gran parte a la inmigración. Baste recordar que el 42,3% de los 501.551 nuevos afiliados a la Seguridad Social en 2024 eran extranjeros. Las previsiones de variaciones vegetativas, basadas en tasas de fecundidad y mortalidad, son mucho más sencillas que las previsiones de migrantes o evolución futura de la productividad. De hecho, los jubilados de aquí a 30 años ya han nacido mientras que es muy difícil prever cuantos inmigrantes nuevos habrá en 30 años. Un ejemplo de esta dificultad se puede encontrar en las estimaciones de la AIReF, sin duda los cálculos más fundamentados sobre la sostenibilidad de las pensiones en España. La AIReF calcula una entrada de 235.000 inmigrantes cada año entre 2020 y 2050 y unos 339.000 entre 2051 y 2070. Sin embargo, en 2022 llegaron a España 727.005 inmigrantes, mientras en 2023 sumaron 642.296 persona.

Un segundo elemento que define el énfasis en los ingresos en lugar de los gastos es el mecanismo de garantía de la sostenibilidad. Mientras el factor de sostenibilidad, que debía entrar en vigor en 2023 y fue derogado, proponía disminuir la cuantía de la pensión de jubilación a medida que aumentaba la expectativa de vida de cada jubilado, el nuevo mecanismo de equidad intergeneracional intenta que los jóvenes no vean reducidas sus pensiones a partir de “repartir de forma equilibrada el esfuerzo entre generaciones” con una cotización adicional finalista que se destinaría a cubrir las desviaciones del nivel de gasto.

¿Funcionará la reciente reforma para garantizar la sostenibilidad de las pensiones? Según la AIReF el impacto de las reformas del sistema público de pensiones aprobadas desde 2021 a 2023 supondrá un incremento del gasto en 2050 de 2,4 puntos porcentuales del PIB (por revaloración de las pensiones con el PIB, eliminación del factor de sostenibilidad, jubilación anticipada, incentivos a la jubilación tardía, cómputo de años de cálculo de la pensión inicial y evolución de pensión máxima frente a las bases máximas de cotización), mientras los ingresos (por el Mecanismo de Equidad Generacional, reforma de cotizaciones de autónomos, evolución bases máximas de cotización y tasa de solidaridad) solo incrementarán 1,3 puntos del PIB. Por tanto, la estimación de déficit generado por estas medidas es de un incremento de 1,1 puntos del PIB. A partir de un escenario base macroeconómico y demográfico, la AIREF calcula que el gasto en pensiones alcanzará un máximo del 14,8% del PIB en 2049 para las pensiones del Sistema de Seguridad Social y del 16,3% incluyendo las pensiones no contributivas y las clases pasivas.

Esta situación es particularmente preocupante teniendo en cuenta los niveles de deuda alcanzados por el sector público español y la aprobación del nuevo marco fiscal europeo que pretende garantizar la sostenibilidad de la deuda pública. Sin tener en cuenta la aplicación de las reglas fiscales, la AIREF estima un déficit público creciente desde 2026 hasta un máximo del 8,1% en 2055, y una deuda en 2070 que alcanzaría el 186% del PIB en el escenario base.

Es evidente la influencia de la economía política de este problema. La Seguridad Social abona pensiones a 9,3 millones de votantes, lo que convierte a este grupo en un colectivo de especial interés para los partidos políticos. Esto significa que las reformas normalmente consisten en pegar una patada adelante para no ahuyentar al electorado. Esta situación genera un claro agravio intergeneracional. Mientras se sigue acumulando deuda para pagar las pensiones actuales, que tendrán que pagar los jóvenes, los cálculos del Banco de España indican que un pensionista actual recibe un 74% más de lo que ha contribuido y FEDEA estima que los pensionistas actuales cobran durante una media de 21 años cuando las aportaciones permiten financiar solo 16 años. Mientras se realizan transferencias de recursos públicos para cubrir el pago de las pensiones no se invierten suficientes recursos públicos para políticas de innovación y aumento de la productividad que podrían aumentar los salarios de los jóvenes, o ayudas sociales para un colectivo que tiene enormes problemas para pagar una vivienda en alquiler. En estas circunstancias no extraña que la tasa de riesgo de pobreza de los mayores de 65 años haya caído 8,6 puntos porcentuales entre 2008 y 2024 mientras que la tasa entre los jóvenes de 16 a 29 años ha aumentado en 3,6 puntos, y ya está 3,8 puntos por encima de la tasa de riesgo de pobreza de los mayores de 65 años. España no es país para jóvenes.

“Los fondos de pensiones como dinamizadores del crecimiento”, por David Cano Martínez

ENTRE MAGNITUDES
DAVID CANO MARTÍNEZ,

socio de Analistas Financieros Internacionales

“Los fondos de pensiones son el vehículo idóneo para impulsar desde el lado de la demanda este necesario cambio estructural de la economía europea”

Los fondos de pensiones como dinamizadores del crecimiento

Creo que existe consenso a la hora de defender que queremos un crecimiento de la economía, entendido este como un avance del PIB que genere riqueza. A partir de ahí, el debate se centra en cómo repartir entre clases sociales y edades ese mayor PIB y cómo debe actuar la política fiscal en consecuencia, tanto en la tributación de las rentas del capital y del trabajo, como en la del patrimonio y en eventos como donaciones y herencias. Otro debate adicional es el papel que debe jugar el Estado, bien como dinamizador de la economía, bien como un agente más que invierte y consume, bien como el encargado de regular y vigilar al resto de agentes. Podemos completar este análisis simplificado del sistema económico con otra pieza: la política monetaria. Responsabilidad del banco central, juega un rol relevante mediante la modificación del tipo de interés a corto plazo y de la base monetaria. Pero no solo; su papel como regulador y supervisor del sistema crediticio es también central a la hora dinamizar el crecimiento del PIB y, lo que puede ser más importante, conseguir que este sea sostenible. Porque de nada sirve tratar de maximizar el avance del PIB a corto plazo si la forma de lograrlo genera desequilibrios (inflación, déficit en la balanza de pagos, exceso de endeudamiento, burbujas de valoración en activos inmobiliarios, financieros y digitales, etc.) que tarde o temprano provocarán una crisis, con efectos dispares entre los agentes. ¡Claro que necesitamos un sistema crediticio solvente, rentable y prudente! Solo así se puede garantizar que los ahorradores tengan un “puerto seguro” en el que contratar depósitos y “dormir tranquilos” (aunque ello implique pérdidas de poder adquisitivo derivado de un tipo de remuneración menor que la inflación). Solo así se puede garantizar que un agente que tenga necesidades de financiación para acometer un proyecto de inversión o un gasto pueda satisfacerlas mediante un crédito bancario. Si queremos que el PIB crezca necesitamos un sistema crediticio rentable y solvente.

Pero quiero avanzar y reivindicar el papel de otro agente en el desarrollo de una economía. Me refiero a los fondos de pensiones. Permítame que los homologue al sistema crediticio: usted tiene un ahorro que puede materializar, en lugar de en un depósito bancario, en un fondo de pensiones. A efectos de lo que quiero defender en este artículo, me es indiferente que sea un fondo de pensiones de empleo o un fondo de pensiones individual y, en este caso, me es indiferente que esté gestionado por una gestora de un banco, de una aseguradora o una independiente. Lo que quiero defender es que necesitamos ahorradores a largo plazo, es decir, aquellos cuyo horizonte de inversión es superior a los 5 años (como es lógico, en un plan de pensiones algunos partícipes pueden llegar a tener un horizonte de 30 años). Porque un plazo largo de inversión permite asumir riesgo de mercado, de crédito y de liquidez. Porque para financiar esa expansión de la economía con la que he empezado el artículo, hace falta mucho más que crédito bancario, cuya característica diferencial debe ser que tenga poco riesgo (si no, es muy difícil garantizar la solvencia del sistema crediticio, condición necesaria para garantizar la devolución de los depósitos bancarios). Necesitamos agentes que estén dispuestos a financiar proyectos que tienen riesgo y cuyo plazo de maduración es largo. Necesitamos inversores (y no solo ahorradores). Esta es una de las características diferenciales del PIB actual respecto al de hace una, dos o cinco décadas: cada vez pesan más los intangibles, cada vez hay que financiar más innovaciones tecnológicas sobre las que, a priori, es difícil hacer estimaciones de su rentabilidad futura. Hacen falta agentes que estén dispuestos a asumir esos riesgos, de manera diversificada y por una parte de su cartera. Hace falta desarrollar los fondos de pensiones.

En diferentes foros y de forma reiterada he defendido la necesidad de dinamizar el mercado de capitales como fuente de financiación complementaria (que no necesariamente alternativa) al canal bancario para fomentar una economía más competitiva. La ratio entre parámetros como la capitalización bursátil o el saldo vivo de bonos dividido entre el PIB está correlacionada de forma positiva con la capacidad de crecimiento de una economía (EE.UU. es aquí el paradigma).

Pues ahora quiero reivindicar a los fondos de pensiones, que son el vehículo idóneo para impulsar desde el lado de la demanda este necesario cambio estructural de la economía europea, precisamente por su horizonte de inversión a largo plazo que permite la asunción de riesgos. Efectivamente, la ratio entre el valor de mercado de estos vehículos de inversión colectiva y el PIB es otro indicador de la capacidad competitiva y del potencial de crecimiento de una economía. Debería incentivarse y favorecer su operativa si queremos conseguir una economía con mayor y más sostenible potencial de crecimiento.

Pero porque, además, su desarrollo consigue dos efectos colaterales. Por un lado, garantizar la existencia de un patrimonio en el momento de la jubilación que se habrá revalorizado a una mayor tasa que la inflación, precisamente por la mayor asunción de riesgo que habrá hecho. Solo con un mayor patrimonio rentabilizado se puede aligerar la pesada carga que para los Estados supone la creciente longevidad y envejecimiento.

El otro efecto colateral es que la transformación de ahorrador en inversor mediante el uso de fondos de pensiones implica un aumento de la cultura financiera de los habitantes de un país que también redundará en un mayor crecimiento futuro del PIB.

“Los Caminos de Santiago en Europa», por Jorge Martínez-Cava

ESFERA CULTURAL

JORGE MARTÍNEZ-CAVA,
presidente de la Federación Española de Asociaciones de Amigos del Camino de Santiago

“Los notarios han sido testigos privilegiados de la experiencia de los peregrinos a Santiago. Gracias a su labor, disponemos de una valiosa fuente documental”

Los Caminos de Santiago en Europa

Cuando hablamos del Camino de Santiago siempre pensamos en el denominado Camino Francés, que transcurre entre Roncesvalles o Somport hasta Santiago de Compostela; no puede ser de otro modo. Es el Camino que describe el Codex Calixtinus, y que vienen recorriendo millones de peregrinos desde el siglo IX.

Es el gran camino, histórico, referencia absoluta de la peregrinación y con todos los reconocimientos posibles.

Pero los Caminos de Santiago no acaban en el Camino Francés.

En 1987, el Consejo de Europa, presidido por Marcelino Oreja Aguirre, declaró al Camino de Santiago como Primer Itinerario Cultural Europeo. En su resolución dejaba claro que se refería a todos los caminos que se dirigen a Santiago en Europa y que son rutas de peregrinación vivas en la actualidad. Se trataba, en definitiva, de promover la recuperación de las rutas de peregrinación a Santiago y necesitaban un impulso para su revitalización.

Definía cuatro criterios para que una ruta fuese Camino de Santiago: que tuviese restos históricos jacobeos; que estuviese debidamente señalizada; que hubiese lugares de hospitalidad, y que pasasen peregrinos en la actualidad.

A partir de ahí, un movimiento imparable de asociaciones jacobeas en toda Europa se puso en marcha para recuperar los viejos caminos de peregrinación que atraviesa el continente. Ha sido, y es, un movimiento civil de voluntarios sin precedentes y apenas ayudas oficiales, que han buceado en archivos, señalizado y desbrozado caminos, creado albergues y casas de acogida. Ha sido, y es, un movimiento que ha logrado poner en pie más de 300 caminos de Santiago, con 80.000 km. señalizados, 2.000 lugares de hospitalidad que unen toda Europa en una red de solidaridad y cultura común, con valores que hacen al Camino de Santiago la red de peregrinación más grande del mundo y con una vitalidad creciente.

Desde ese año, 1987, el movimiento asociativo jacobeo tuvo claro que debía organizarse a nivel internacional, sobre todo en Europa, porque los Caminos de Santiago se explican desde Europa por su historia, su geografía y, por encima de todo, sus valores, basados en la solidaridad, hospitalidad, encuentro entre culturas y sentimiento común espiritual.

No ha sido sencillo lograr este objetivo. Hemos tardado más de treinta años en lograrlo.

Pero el pasado mes de julio, más de 150 asociaciones de amigos del Camino de Santiago, con 40.000 asociados de 18 países, hemos creado la federación de asociaciones Camino Europa Compostela para dar la máxima visibilidad a los Caminos de Santiago y atención a los peregrinos que atraviesan Europa, desde Ucrania, Noruega, Finlandia y todos los rincones de la península ibérica, que caminan para unirse al río común que entra en Galicia y llega a Santiago de Compostela y, a veces, sigue hasta el fin del mundo, Finisterre.

Los Caminos de Santiago explican la historia de Europa de los últimos siglos y unen los pueblos del viejo continente sin que las fronteras o las múltiples lenguas nos separen y es un orgullo participar en esta hermosa tarea de voluntarios por dar vida a estos caminos de peregrinación.

Por otro lado, la declaración como Primer Itinerario Cultural Europeo ha permitido profundizar en otros elementos que son fundamentales en el devenir de los Caminos de Santiago. En la última resolución del Comité de Caminos del Consejo de Europa se hace hincapié en recuperar el patrimonio material, inmaterial y natural jacobeos que nacen alrededor de los caminos, pero que se expande mucho más allá.

La resolución nos invita, nos insta, a trabajar en este sentido.
No hay duda de que el arte románico o el gótico se explican en gran medida por el Camino de Santiago y el catálogo de monumentos alrededor de los Caminos de Santiago es inmenso.

Pero toca identificar todas las historias, milagros y leyendas que se plasman en un rico acerbo de sagas, canciones, milagros y cuentos que refuerzan el sentido de la peregrinación.

Un ejemplo es la leyenda del ahorcado que transcurre por primera vez en Santo Domingo de la Calzada. Un joven es ahorcado por la falsa denuncia de una posadera y permanece vivo hasta la vuelta de la peregrinación de Santiago de sus padres, que acuden al alcalde para pedirle que lo descuelguen, quien responde que el ahorcado está tan vivo como la gallina asada que se está comiendo, y la gallina se pone a cantar en ese momento.

Este milagro se repite a lo largo de toda Europa y es un símbolo de la tradición común de la cultura de la peregrinación.
Deseamos recuperar todos los elementos del patrimonio inmaterial que giran alrededor del Camino de Santiago.

Por esta razón pensamos que en algún momento habrá que bucear en los archivos de las notarías para buscar los escritos que hacen referencia a los actos jurídicos, como donaciones, testamentos, compra y venta de propiedades, matrimonios y demás documentos legales que se han ido depositando por los peregrinos en los despachos de las notarías a lo largo de los siglos porque, estamos convencidos, encontraremos un auténtico filón de la historia de la peregrinación.

Los notarios han sido testigos privilegiados de la experiencia de los peregrinos a Santiago. Gracias a su labor, disponemos de una valiosa fuente documental que nos tiene que permitir reconstruir la historia de los Caminos de Santiago y comprender mejor la vida de quienes la recorrieron: los peregrinos.

Titularidad real: el gran desafío en la lucha contra el blanqueo

ENTRE MAGNITUDES

Titularidad real: el gran desafío en la lucha contra el blanqueo

Los titulares reales de las empresas se esconden utilizando sociedades pantalla.
Conocer a los titulares reales tras las empresas y sociedades es uno de los mayores retos en la lucha contra el blanqueo de capitales. Para poder hacerle frente, los expertos abogan por seguir trabajando en cuatro aspectos fundamentales: integrar las distintas bases de datos existentes en un único registro central, implementar herramientas tecnológicas que permitan el filtrado y análisis del big data, ampliar la información disponible de los sujetos obligados y desarrollar un trabajo de campo que apoye la labor de investigación.
ALEJANDRO MOYA BLAY

Así lo constataron representantes de las administraciones públicas, miembros de organismos de control y prevención, autoridades de la Policía Judicial y la Guardia Civil, el Notariado, los registros y otros sujetos obligados, que se dieron cita para debatir sobre los retos presentes y futuros en la transparencia de la titularidad real en el seminario organizado por el Consejo General del Notariado, Transparencia Internacional España y la Fundación Ortega-Marañón.

En su discurso inaugural, José Ángel Martínez Sanchiz, entonces presidente del Consejo General del Notariado, destacó que “desde el año 2005, el Notariado contribuye activamente en la lucha contra el blanqueo de capitales y la financiación del terrorismo a través de su Órgano Centralizado de Prevención (OCP). Hace más de doce años pusimos en marcha nuestra Base de Datos de Titularidad Real (BDTR), pionera en Europa, para ayudar a las autoridades competentes a la identificación de los titulares reales”. Y subrayó que “estas prácticas son una lacra del mundo moderno: no es delincuencia de cuello blanco, sino que detrás se encuentran las realidades más desagradables”.

Sin huecos a la opacidad

También en la apertura, David Martínez García, director ejecutivo de Transparencia Internacional España, destacó que, en los últimos años, “la comunidad internacional ha avanzado en este terreno, aunque todavía quedan cuestiones en las que trabajar para conformar un sistema donde no dejemos huecos a la opacidad y a la utilización de sociedades pantalla”. “Filtraciones como los Papeles de Panamá y Pandora acentúan la necesidad de actuar con firmeza para garantizar que la información sobre los verdaderos propietarios de las personas jurídicas sea precisa y accesible”, afirmó.


JOSÉ ÁNGEL MARTÍNEZ SANCHIZ: “HACE MÁS DE DOCE AÑOS PUSIMOS EN MARCHA NUESTRA BASE DE DATOS DE TITULARIDAD REAL (BDTR), PIONERA EN EUROPA”


La jornada se articuló en torno a dos mesas de debate en las que los panelistas enfatizaron la importancia de la cooperación entre organismos públicos y privados y la colaboración entre instituciones y sujetos obligados. En la primera mesa se abordaron los desafíos relacionados con la calidad y el acceso a los datos de los registros públicos y los retos tecnológicos y legales en la implementación del nuevo Registro Central de Titularidades Reales (RCTIR).

En este sentido, Antonio Fuentes, subdirector general del Notariado y de los Registros -del Ministerio de la Presidencia, Justicia y Relaciones con las Cortes-, señaló que “los desafíos que vienen son mucho mayores que los actuales. Tenemos más de 100 bases de datos a integrar en el RCTIR, con información de todas las personas jurídicas españolas, algo sumamente complejo. Estamos inmersos en el volcado de todos esos datos de manera paulatina y homogénea, bajo una estructura común”.

Asimismo, Sergio Tresguerres, del Tesoro Público, reflexionó sobre el cambio de paradigma que implica el nuevo paquete normativo sobre la titularidad real en Europa, “que pasa de ser algo complementario a esencial en la lucha contra el crimen financiero”; Francisco Córcoles, representante del Servicio Ejecutivo de la Comisión de Prevención del Blanqueo de Capitales e Infracciones Monetarias (SEPBLAC), recordó que “el objetivo de las políticas que aplicamos no es prevenir el blanqueo, sino -a través de esto- evitar la actividades delictivas”; y Carlos Balmisa, del Colegio de Registradores de España, destacó la necesidad de avanzar en blockchain, alertas automatizadas e inteligencia económica.


DAVID MARTÍNEZ GARCÍA: “QUEDAN CUESTIONES
EN LAS QUE TRABAJAR PARA CONFORMAR UN SISTEMA DONDE NO DEJEMOS HUECOS A LA OPACIDAD Y A LA UTILIZACIÓN DE SOCIEDADES PANTALLA”


Por su parte, Mariano García Fresno, jefe de la Unidad de Análisis y Comunicación del Órgano Centralizado de Prevención (OCP), incidió en la relevancia de la Base de Datos de Titular Real del Notariado, “que cuenta con información de más de tres millones de personas jurídicas”. “Los notarios autorizan nueve millones de operaciones al año y, de ellas, cerca de 1.000 operaciones diarias pueden afectar a la titularidad real. Nuestro reto es tener el mayor volumen posible de informacion acreditada, útil y veraz de aquellas sociedades que cumplen con sus obligaciones legales para dedicar nuestros esfuerzos a ese porcentaje mínimo de empresas que crean con el objeto de cometer un delito”, aseveró.

La base del Notariado

En la segunda mesa redonda, autoridades y sujetos obligados reafirmaron la utilidad de la BDTR del Notariado en las investigaciones, cuyos datos se complementan con la actividad operativa de las unidades, “que nos da información que no se encuentra en ninguna de las bases”, sostuvo Fernando Palomo, subteniente de la Guardia Civil.

Por su parte, Silvia Orna, inspectora jefe de la Policía Judicial, señaló que resulta clave conocer no solo la titularidad “de derecho” sino también la “de hecho” y apuntó: “Nuestro mayor reto es el big data; tener instrumentos para tratar la gran cantidad de datos que recibimos. En la Policía hemos creado una nueva división de Transformación Digital para abordar estas cuestiones”. En esta línea, Alberto Thiery, representante de la Agencia Tributaria, explicó cómo el empleo de herramientas de inteligencia artificial, como su sistema “ZUJAR”, permite identificar patrones y generar un informe sobre la titularidad real en segundos.

María de la Luz Gómez Rabasco, directora de Cumplimiento Normativo del banco CBNK, remarcó la importancia de la investigación, que permite en muchas ocasiones descubrir “que el titular real que teníamos identificado no es la persona que realmente controla el entramado”. Mientras que Francisco Martín Casares, responsable del área de prevención en Anticipa Real Estate, manifestó que “los sujetos obligados nos encontramos en una situación paradójica y compleja porque no podemos cumplir con la normativa”, que exige un seguimiento completo de las relaciones comerciales en los últimos diez años. “Tenemos los medios que tenemos -continuó- y, en lo local, nos manejamos razonablemente bien, pero hay terceros con los que es mucho más complicado comunicarse”.

Al cierre de la sesión, David Martínez García recordó que “las autoridades nacionales no deberían ser las únicas con acceso a los registros”, sino que organismos internacionales, entidades obligadas, inversores, periodistas y organizaciones de la sociedad civil “necesitan acceder a estos datos para descubrir los flujos financieros ilícitos y localizar posibles transacciones sospechosas en todo el mundo”.

Diligencia debida de los sujetos obligados

Mariano García Fresno, jefe de la Unidad de Análisis y Comunicación del Órgano Centralizado de Prevención (OCP), ofreció una charla-taller sobre la diligencia debida de los sujetos obligados, en la que explicó el funcionamiento de la base de datos del Notariado y puso en valor los avances tecnológicos logrados. «Los notarios tienen la obligación de preguntar y conocer quién es el titular real de la sociedad sobre la que se realiza un acto jurídico. El notario consulta la Base de Datos de Titularidad Real, verifica la información y, en función de que la operación tenga mayor riesgo o los datos no sean coherentes, le solicita al cliente la documentación que considere oportuna”, apuntó.

“En el año 2010 -prosiguió- empezamos a guardar el gran volumen de información que nos remitían los notarios españoles. No era complicado almacenarla porque todas las operaciones que autorizan se graban de manera centralizada y electrónica mediante el Índice Único Informatizado Notarial. Además del desafío tecnológico, nuestro reto entonces era conocer la titularidad real de manera eficiente y rápida. Hoy, nuestro sistema es capaz de calcular al momento quién es el titular real de una persona jurídica».

De izda. a dcha.: Francisco Córcoles, Antonio Fuentes, Carlos Balmisa, Sergio Tresguerres, Mariano García Fresno y Ailén Rubio (TI-España).
De izda. a dcha.: Alberto Thiery, Silvia Orna, Fernando Palomo, María de la Luz Gómez, y Francisco Martín y Camila Cella (TI-España).

Objetivo final: las personas físicas

Además de monitorizar los movimientos de las personas jurídicas, los expertos coincidieron en la importancia de no dejar al margen a las personas físicas. Francisco Martín Casares, responsable del área de prevención en Anticipa Real Estate, reivindicó que “nos encontramos con muchas operativas indiciarias donde el problema de la titularidad real no es una persona jurídica sino una persona física”.

En este mismo sentido, Alberto Thiery, representante de la Agencia Tributaria, declaró que desde esta agencia se realizan planes anuales de investigación: “Buscamos la titularidad real de las personas jurídicas porque estamos tras la persona física: ese es nuestro objetivo final. Son personas físicas quienes utilizan todos esos entramados societarios”.

OJO AL DATO

En junio de 2024 se constituyó la Autoridad Europea de Lucha contra el Blanqueo y la Financiación del Terrorismo, que recientemente ha lanzado su página web, que incluye información actualizada sobre la nueva normativa europea en materia de prevención.

El Ministerio de Justicia está ultimando la total disponibilidad del Registro Central de Titularidades Reales (RCTIR), creado en septiembre de 2023. Un registro único para todo el territorio nacional que pretende integrar las diferentes bases de datos existentes.

«¿Cómo lucha el Notariado contra el blanqueo de capitales?», por Pedro Galindo

ENTRE MAGNITUDES

PEDRO GALINDO,

director del Órgano Centralizado de Prevención de Blanqueo de Capitales del Notariado

“El sistema de información de titularidad real del Notariado español es un faro a nivel internacional”

¿Cómo lucha el Notariado contra el blanqueo de capitales?

En la crónica de tribunales de cualquier medio nacional o internacional todos los días alguien es imputado o condenado por blanqueo de capitales. Esas noticias se acompañan casi siempre de gráficos que muestran cómo se ha intentado disimular el origen ilícito de los bienes utilizando sociedades nacionales u off shore, criptoactivos, dinero en efectivo, licencias de VTC, etc. Pocas veces aparece algún artículo que aborda el complejo problema de la financiación del terrorismo y aún menos de las consecuencias de la exportación de material de doble uso a países sancionados. También la guerra en Ucrania nos ha recordado que existen personas físicas y jurídicas con sanciones financieras internacionales cuyos activos deben ser inmovilizados o ‘congelados’.

Casi todas las actividades descritas tienen patrones similares. Siempre existe una organización criminal que genera activos en la que no solo se integra quien materialmente comete el delito precedente, sea tráfico de drogas, de personas, armas o cualesquiera otras actividades ilegales, sino que también encontramos en organizaciones criminales estructuras jurídicas y económicas diseñadas a través de las que se blanquean ingentes sumas de dinero. No solo lava dinero quien comete el delito precedente o subyacente, sino quien desde un despacho colabora en que ese dinero vuelva a la actividad económica disimulando su oscuro origen. Si de financiación del terrorismo se trata, la actividad es parcialmente distinta ya que, a diferencia del blanqueo de capitales, donde se lava lo que es sucio en origen, en financiación se oscurece lo que suele tener un origen legal, por ejemplo, una donación a una fundación de ayuda a viudas de guerra en Oriente Medio.

En estas actividades ilícitas siempre hay un elemento común: la utilización de múltiples sociedades o personas jurídicas no societarias, nacionales o extranjeras, para dificultar el rastro hasta el origen y, de ese modo, alejar al delincuente del beneficio económico obtenido.

La presencia de múltiples sociedades ha planteado el arduo problema de conocer quién es el beneficiario último -titular real- de esos vehículos societarios o personas jurídicas no societarias, lo que es enormemente complejo, máxime en un delito de componente transnacional, al emplear sociedades de diversas jurisdicciones.

Además, tal conocimiento es difícil no solo por la disparidad de regímenes legales en materia de prevención de blanqueo, sino por la laxitud regulatoria en la creación de esos vehículos societarios. No es infrecuente leer en periódicos e incluso en artículos especializados que se deben eliminar o simplificar las barreras de entrada en la creación de esas sociedades. Restricciones que se identifican con la presencia de funcionarios públicos que intervienen, precisamente, en el momento más importante: cuando la sociedad se crea, y es preciso conocer la identidad de los socios, administradores y controlar el objeto social.

En 2019, en el ámbito de la Unión Europea, se aprobó una Directiva que dejaba a decisión de los Estados miembros la posibilidad de que en la denominada constitución en línea o sin presencialidad, se mantuvieran instrumentos que permitieran conocer de manera indubitada quién era el titular real al tiempo de la constitución de una sociedad. España optó por mantener en dicho momento al notario como elemento central. Tal elección no fue casual.

En España, desde el año 2012, existe una Base de Datos de Titularidad Real extraída de la información obrante en las escrituras públicas de constitución, transmisión de capital, sea a título oneroso o gratuito, reducción o ampliación de capital y disolución y extinción, que permite indubitadamente conocer quién es el titular real. Ese dato es auténtico, en el sentido de que proviene de un concreto documento público y preconstituye prueba ya que, quien no esté de acuerdo, ha de demostrar lo contrario. Ese sistema denominado de titularidad real acreditativa está basado en la intervención de un funcionario público, el notario, y en un documento público, por lo que la calidad del dato está verificada en origen.

Frente a tal sistema, están los meramente declarativos, esto es, aquellos basados en la declaración, muchas veces online, y siempre sin control alguno, que hace el administrador o el secretario del consejo de administración a un registro, sea mercantil, o específico de titularidad real. Este tipo de registros carecen de la calidad de la Base de Datos de Titularidad Real, pues no hay nadie que en un registro mercantil verifique si la manifestación es correcta. Desgraciadamente, este sistema se incorporó a nuestro ordenamiento jurídico exigiendo que se declarara la titularidad real cuando se depositan cuentas, lo que tiene escaso valor, pues al registrador le es imposible verificar la veracidad de tal declaración.

El reciente paquete legislativo anti blanqueo aprobado este año en la Unión Europea se asienta en un esquema mixto. Ordena a las personas jurídicas, sean sociedades o de otro tipo, que mantengan actualizada la información de titularidad real y que, en su caso, actualicen los Registros Centrales de Titularidad Real. Tal esquema, basado en la honestidad de los integrantes de la persona jurídica, es un sistema mínimo de eficacia muy limitada, pues recuerda lo que sucede con el libro registro de socios, esto es, que muchas veces no existe y, si se lleva, se actualiza cuando, por ejemplo, Hacienda pide información.

Por ello, a nivel internacional el sistema de información de titularidad real del Notariado español es un faro y guía que seguir, pues no existe una manifestación, ni se hace horas antes de que sea preciso declarar quién sea titular real. Lejos de ello, se basa en la información de documentos públicos que permiten en todo momento seguir quién era el titular real de una participación y a quién se la vendió, como si de un inmueble se tratara, lo que es imposible en sistemas declarativos como, desgraciadamente, se efectúa en España ante el Registro Mercantil.

Desde esta perspectiva, resulta sorprendente la reciente Sentencia del Tribunal Supremo (TS) de 10 de octubre de 2024, ya que confunde los efectos de una manifestación al tiempo del depósito de cuentas acerca de quién sea el titular real, con la información veraz derivada del tracto sucesivo obrante en documentos públicos notariales. Olvida el TS que una manifestación efectuada en un depósito de cuentas en modo alguno es verificable por el registrador mercantil, al contrario de lo que, por ejemplo, sucede con una escritura pública de compraventa de participaciones, pues quien vende, dona o hereda ha de acreditar que quien transmite o a quien sucede era propietario.

España volverá a ser evaluada por el Grupo de Acción Financiera Internacional en 2027. Esperemos que para esa fecha los efectos derivados de la inclusión de una mera manifestación al tiempo de depositar cuentas se hayan subsanado, pues en otro caso España, que era un ejemplo a seguir, puede convertirse en el paradigma de un problema, al coexistir información sobre una misma sociedad proveniente de diversas fuentes, información que, sin embargo, es evidente que no tiene idéntica calidad, pues una manifestación en documento mercantil -depósito de cuentas- no tiene el carácter auténtico de la que se deriva de un conjunto de documentos públicos notariales.

Desde China con inversión

ENTRE MAGNITUDES

DESDE CHINA CON INVERSIÓN

La perentoria necesidad de equilibrar los intercambios comerciales entre España y China se ha tornado en objetivo estratégico del Gobierno. La receta para atenuar el déficit con el gigante asiático se centra en el fomento de la inversión mutua y en la eliminación de barreras a las empresas.
FERNANDO GEIJO
El turismo es un sector clave para tratar de reequilibrar el comercio con China.

Seda, pólvora y porcelana por oro y plata. El germen del intenso comercio entre España y China se remonta nada menos que a mediados del siglo XVI. Por aquel entonces, el denominado Galeón de Manila transportaba de forma regular las mercaderías del ya boyante imperio oriental desde ese puerto filipino hasta, principalmente, el de Acapulco. A posteriori, y después de atravesar por tierra el actual México, una parte de las mismas se embarcaban de nuevo en Veracruz en las naves de la Flota de Indias para alcanzar las costas españolas.

Este ingente trasiego fue en aquella época un eje vertebrador del comercio mundial gracias al desarrollo de este continuo corredor comercial, el más extenso del mundo. El epicentro de un rico y abundante intercambio en una suerte de ruta de la seda marítima que supuso la génesis de la primera globalización económica.

Reajuste a la vista. La relación de la Monarquía Hispánica con el Gran Ming llegó incluso a derivar en serios planes para invadir el vasto territorio gobernado por esta dinastía de etnia Han. Pero los tiempos cambiaron y el juego del poder sufrió un drástico vuelco. De hecho, las relaciones comerciales modernas entre España y China no se establecen, formalmente, hasta mediados del siglo XIX, mientras que las diplomáticas apenas han conmemorado su 50º aniversario en 2023.

 


ESPAÑA Y CHINA PACTAN ELIMINAR TRABAS EMPRESARIALES Y FOMENTAR LA INVERSIÓN


 

En el presente escenario, el comercio hispano-chino ha vivido un decidido impulso. Conscientes de la necesidad de reequilibrar una balanza económica fuertemente escorada hacia el Este, en junio pasado tuvo lugar un encuentro de alto nivel en Madrid entre el titular de Economía, Comercio y Empresa, Carlos Cuerpo, y su homólogo chino, Wang Wentao. En el mismo participó también el ministro de Industria y Turismo, Jordi Hereu, además de representantes de la CEOE, Cámara de Comercio y de empresas españolas con intereses en el país: Alsa, Cosmen, Osborne, Técnicas Reunidas, Mondragón, Gestamp, Viscofán, Meliá, BBVA o Banco Santander, entre otras.

La reunión, en el ámbito de la vigesimonovena Comisión Mixta Económica e Industrial Hispano-China, serviría, a la postre, de preparación para la celebración en septiembre en Pekín, entre otros encuentros bilaterales, del 9º Foro España-China en el marco del viaje oficial emprendido por el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez.

Lluvia de alianzas. La agenda de la visita incluyó una amplia variedad de actividades enfocadas a ensanchar las relaciones entre ambos estados. Como consecuencia de ello, se firmaron un total de ocho acuerdos de cooperación en diferentes ámbitos, abarcando asuntos más allá de las finanzas y la inversión, como el comercio de servicios, la economía digital, la ciencia, la cultura o la educación, rubricados tanto con entidades públicas como privadas.

 


CHINA ES EL CUARTO PROVEEDOR MUNDIAL DE ESPAÑA, EL PRIMERO SI SE EXCLUYEN LOS PAÍSES DE LA UNIÓN EUROPEA


 

La finalidad de todas estas iniciativas no es otra que facilitar la construcción de una relación económica más equilibrada. Un anhelo que, en el caso español, se torna necesidad en vista de las crudas cifras que evidencian un galopante déficit, de nada menos que 36.665 millones de euros en 2023 sólo con China, que amenaza con descontrolar el saldo de nuestra balanza comercial exterior. No en vano, el año pasado España tenía una tasa de cobertura -porcentaje de importaciones que cubren las exportaciones- del 89,98%, lo que suma un agujero de 43.500 millones de euros, un 2,9% del PIB, frente al pico de la serie que se registró en 2020 con un 94,52% y el 1,39% del PIB, respectivamente.

Déficit crónico. China es el cuarto proveedor mundial de España, el primero si se excluye a los países de la Unión Europea -que en su conjunto aglutinan el 62,7% del total de los intercambios exteriores-, el primer destino asiático de las exportaciones españolas y nuestro duodécimo cliente exterior. Para valorar su importancia, cabe recordar que, en la actualidad, España es el quinto país de la UE en términos de flujos comerciales con el país de la Gran Muralla, sin olvidar que más de 14.500 empresas españolas exportan a ese mercado.

En este contexto, y como ocurre con el resto de países de Europa, el comercio bilateral chino-español adolece del mencionado desequilibrio histórico. De hecho, en 2023 España importó bienes del gigante asiático por más de 44.000 millones de euros, frente a unas exiguas ventas que apenas superaron los 7.500, según datos del ICEX. Unas cifras que dejan nuestra tasa de cobertura con China en un pírrico porcentaje de alrededor del 17%.

Trabas fuera. Para corregir o, al menos, mitigar este voluminoso agujero financiero, las autoridades comunitarias y españolas tratan de conseguir una cierta reciprocidad en el trato que reciben las empresas occidentales en el país asiático a la hora de acceder a su inmenso mercado doméstico, integrado por más de 1.400 millones de personas.

 


LA AGROALIMENTACIÓN, EL TURISMO O LA TECNOLOGÍA INDUSTRIAL SON SECTORES CLAVE PARA TRATAR DE REEQUILIBRAR EL COMERCIO CON CHINA


 

Pero la implantación en el territorio del primer exportador mundial, coloquialmente conocido como la ‘fábrica del mundo’, no es un asunto baladí. Fruto de lo anterior, las autoridades de los dos países se han comprometido a crear un Mecanismo permanente de Cooperación y Diálogo de cara a facilitar el derribo de barreras y eliminar escollos burocráticos proteccionistas. Además, está previsto que se facilite la identificación de nuevas oportunidades de negocio al objeto de incrementar la base de empresas españolas exportadoras con destino a China.

Gigante comercial. El esfuerzo exportador va a ir de la mano también del incremento de las inversiones recíprocas. El interés radica aquí en trasladar la experiencia acumulada por las empresas españolas en sectores donde ejercen un cierto liderazgo internacional como, por ejemplo, la industria agroalimentaria, la farmaquímica, la tecnología industrial o el turismo. La idea es permitir que nuestras compañías puedan participar en la cadena de valor de sus contrapartes chinas.

Pese a la pujanza comercial, más de un lado que del otro, el asunto de las inversiones bilaterales sigue siendo una asignatura pendiente común para ambas naciones. Así, la inversión de España en China apenas sumó en 2023 un total de 91 millones de euros, mientras que China sólo invirtió 131 millones de euros en España, según DataInvex. En cualquier caso, la inversión directa española acumulada en las últimas décadas asciende a más de 4.700 millones de euros.

El inminente aterrizaje de grandes inversiones industriales implicará el relanzamiento de la inversión directa china en nuestro país. Un desembarco empresarial que incluiría proyectos relacionados con la expansión internacional de las marcas de automóviles eléctricos, y que tiene como protagonistas a la anunciada alianza de Chery (fabricante de los vehículos Omoda) con la catalana Ebro para ocupar las antiguas instalaciones de Nissan en la Zona Franca de Barcelona; o Desay, Coronet y HCR en Linares (Jaén) para hacer lo propio en la antigua fábrica de Santana Motor. Y todo ello sin omitir las previstas en otros sectores, como la de Envision, con una planta de baterías de litio en Cáceres; Gotion que, junto a Coxabengoa, prevé producir baterías en Sevilla o Hygreen, para construir en Málaga una planta de electrolizadores para hidrógeno verde.

Es evidente que los lazos que unen desde hace siglos las relaciones de España y China se han visto reforzados en las últimas décadas por la inusitada intensificación del comercio entre ambas naciones. El milagro económico del gigante asiático hasta convertir al ‘dragón dormido’, en feliz expresión de Napoleón Bonaparte, en la segunda potencia del mundo, amenazando la tradicional supremacía estadounidense, es una oportunidad para que España acometa una revisión en profundidad de sus relaciones en pos de alcanzar un reequilibrio que deje de lastrar nuestra balanza exterior.

Presencia española

Desde la llegada a China, a principios de los años 80, de las empresas consideradas pioneras, entre las que se encontraban Alsa, Agrolimen o Nutrexpa, la implantación de compañías españolas ha sido una constante. En la actualidad existe un clúster empresarial tecnológico, situado en Kunshán, provincia de Jiangsu, que aglutina la apuesta española por esa nación y el continente. Este parque industrial acoge plantas de Fagor Arrasate, Gestamp o Mondragón Internacional, por citar algunas, entre las más de 600 compañías nacionales que operan en el país asiático en diversos sectores como infraestructuras, servicios financieros, tecnología o agroalimentario.

El aterrizaje de inversiones industriales implicará el relanzamiento de inversión directa china en nuestro país, lo que incluiría proyectos relacionados con la expansión de marcas de automóviles eléctricos.

Toma y daca

Según el ICEX, las exportaciones de España a China por categoría de bienes y valor de 7.579 millones de euros se basan en:

  • Productos químicos.
  • Materias primas: menas y minerales.
  •  Alimentación (productos cárnicos), bebidas y tabaco.
  • Bienes de equipo.
  • Componentes del automóvil.

Importaciones españolas desde China, por una cuantía de 44.244 millones de euros:

  • Bienes de equipo, maquinaria y material de oficina.
  • Manufacturas de consumo: textiles y confección, calzado y juguetes.
  • Semimanufacturas: productos químicos, hierro y acero.
  • Bienes de consumo duradero: muebles y electrodomésticos.
  • Automóviles y motocicletas.

OJO AL DATO

Informe País sobre China, ICEX (España, Exportación e Inversión). Ministerio de Economía, Comercio y Empresa.

Inversión extranjera en España e inversión española en el exterior. DataInvex, Secretaría de Estado de Comercio, Ministerio de Economía, Comercio y Empresa.

España y China en cifras. Una visualización de las relaciones en números. Fundación Consejo España-China.

«China vista por un economista», por David Cano Martínez

ENTRE MAGNITUDES

DAVID CANO MARTÍNEZ,

socio de Analistas Financieros Internacionales

“La política de hijo único, vigente hasta 2015, está provocando una caída de la población que implica una pérdida de capacidad de crecimiento”

China vista por un economista

“Esta vez será diferente” es una de las frases que más debate genera entre los economistas. Y en mi caso, a medida que voy acumulando experiencia profesional, voy cambiando de opinión. Hace unos años la consideraba falsa. Tal vez porque pensaba que la economía tenía un componente de ciencia que permitía modelizar su comportamiento a partir de lo que había sucedido en otras fases expansivas o de crisis. Puede que fuera por el sesgo que traía de la universidad en la que había estudiado modelos, muy elegantes y certeros, a la hora de explicar el pasado. Pero en los últimos años mi fe en ellos se ha ido desvaneciendo a medida que se han acumulado acontecimientos inesperados, novedosos y de alto impacto, así como importantes cambios en la estructura de la economía mundial.

Tras esta confesión sobre mi transformación, reconozco que ahora soy de la escuela “estavezserádiferente”. Y por muchos motivos. Por un lado, porque nunca antes habíamos tenido una intensidad tecnológica como la actual. Por el otro, porque nunca antes se había acumulado un volumen tan elevado de deuda pública en un contexto de longevidad y envejecimiento poblacional como el actual. Y, aunque hay muchos más factores, déjenme que me adentre en el tema de este artículo: porque nunca antes habíamos tenido la emergencia de una segunda potencia del tamaño de la que ahora ocupa esa posición: China. Sí, es verdad que esta economía ya ha sido líder en diferentes fases de la historia (lea el libro de Ray Dalio, Nuevo orden mundial), pero el reto que tenemos en el presente como economistas es analizar si es posible que desbanque a EE. UU. de la primera posición y cómo va a conseguirlo.

Y es aquí donde empieza otro debate. Tras una primera fase de fuerte expansión, iniciada con el cambio político introducido por Deng Xiaoping en los setenta y acelerada con la incorporación de China en la Organización Mundial del Comercio (2001), que permitió el fuerte crecimiento del PIB vía inversión empresarial y exportaciones, ese modelo parece agotado. Debe ser la demanda interna (el consumo de las familias chinas) la que tome el relevo al consumo de las familias del resto de mundo a la hora de comprar productos made in China. Y eso no está pasando, ni tiene visos de suceder en el corto plazo. Las autoridades del país lo saben y han optado por activar otra palanca del crecimiento: la alta tecnología (‘Tecno-socialismo’, como lo denomina el profesor Claudio Feijoó). Si uno de los errores del siglo XIX, que derivó en el ‘siglo de la humillación’, fue el rechazo a la innovación tecnológica del momento (el tren), ahora ha preferido situarse a la cabeza, superando incluso a EE. UU. en ámbitos como internet de las cosas, cloud computing, computación cuántica, ciberseguridad o inteligencia artificial (ver al respecto el Informe Draghi publicado a principio de septiembre). Esta parece una apuesta ganadora, salvo por el reconocimiento de que sufren un cierto cuello de botella en una pieza básica: diseño y producción de chips. Es por ello por lo que muchos expertos en geoestrategia apuntan al deseo de China de recuperar Taiwán (recomiendo La guerra de los chips, de Chris Miller).

El otro eje de crecimiento y ventaja competitiva futura tiene que ver con las energías renovables. En esto, a diferencia de la alta tecnología, Europa comparte liderazgo tecnológico, en cierto modo porque, como China, sufrimos la ausencia de combustibles fósiles en nuestro subsuelo. Pero China, a diferencia de Europa, cuenta con las materias primas necesarias para la generación de energía renovable, bien de forma directa (en minas en su territorio), bien de forma indirecta (por el posicionamiento en África, en una suerte de neocoloniaslimo que, al menos de momento, este continente parece aceptar).

Con estos mimbres, además de una elevada población (1.300 millones de personas), podría pensarse que nada va a impedir que el PIB de China supere al de EE. UU., incluso antes de la fecha marcada. Esta es 2049, es decir, en el centenario de la actual República Popular China.

Pero el camino cuenta con sus particulares obstáculos. Uno es la denominada “trampa de la renta media”, según la cual, muchas economías son incapaces de superar en su proceso de desarrollo la cota de los 15.000 USD de PIB per cápita. Como hemos comentado, las autoridades chinas parece que apuestan por las nuevas tecnologías para conseguir la velocidad de escape necesaria.

Otro de los retos es digerir una elevada deuda asociada a la fuerte expansión de la inversión residencial. China sufre una burbuja inmobiliaria que necesitará varios años para purgarse, así como medidas contundentes (y dinero) por parte de las autoridades.

En tercer lugar, se debe advertir del ‘invierno demográfico’ en el que está entrando. La política de hijo único, vigente entre 1982 y 2015, está provocando una caída de la población que, combinado con la longevidad, implica una clara pérdida de capacidad de crecimiento futuro. Es verdad que esta característica es común al resto de países del mundo (con la excepción de África) pero condiciona mucho la capacidad de crecimiento diferencial del PIB que necesita China para cumplir su objetivo.

En cuarto lugar, los sociólogos tampoco se ponen de acuerdo en la sostenibilidad del actual régimen político. ¿Presionará el ciudadano para conseguir una democracia o preferirá mantener la actual autocracia si considera que, ante sus características diferenciales, es más eficaz para conseguir el objetivo de crecimiento del PIB?

Al ayuntamiento lo que es del César

ENTRE MAGNITUDES

Al ayuntamiento lo que es del César

La disciplina fiscal es una práctica de obligado cumplimiento en la que se han afanado los ayuntamientos españoles en los últimos años. Eso es lo que toca si quieren cuadrar unas cuentas donde ingresos menguantes y gastos crecientes se repelen en sus balances como polos opuestos.
FERNANDO GEIJO
Los municipios más pequeños, con menos de 500 habitantes, suelen ser los más saneados.

Las obligaciones con las que cargan los consistorios no han hecho más que crecer en las últimas décadas. Y todo ello sin olvidar la pérdida de ingresos que supuso la sentencia del Tribunal Constitucional en relación con el impuesto de plusvalías y los ‘atracones’ de turistas y retornados que cada verano catapultan los censos de cientos de municipios a lo largo y ancho del litoral.

En los últimos cuatro años un tercio de los ayuntamientos españoles han conseguido rebajar su deuda; los municipios con más de 100.000 habitantes suelen ser los más hipotecados. Entre ellos destacan los de Jaén, Jerez y Marbella, en Andalucía; Parla, en la Comunidad de Madrid; así como la capital de Cataluña. Tanto Barcelona como el resto de ciudades mencionadas arrastran problemas para honrar sus compromisos financieros desde hace lustros.

Por su parte, entre las que mejoran se encuentran ejemplos como Madrid, que acumulaba un déficit de 588 millones de euros a 31 de diciembre de 2023, cifra cercana a los 573 millones de euros de Murcia, y superada por los 719 millones de euros de Granada o los 883 millones de euros de Zaragoza.

 


LOS AYUNTAMIENTOS ESPAÑOLES AFRONTAN LA GESTIÓN DE MÚLTIPLES SERVICIOS CON INGRESOS AJUSTADOS, LO QUE ENTRAÑA UN GIGANTESCO RETO


 

Reformas a la vista

La razón que explica en parte estos abultados endeudamientos, al igual que ocurre con otros más magros repartidos entre miles de municipios situados por toda España, sería la creciente asunción de un mayor número de competencias sin que ello conlleve un aumento de la correspondiente dotación presupuestaria.

De hecho, para la Federación Española de Municipios y Provincias (FEMP) abordar el reajuste de la financiación local es una reivindicación histórica. Un aspecto que consideran urgente plantear al Ministerio de Política Territorial y Memoria Democrática en el seno de la Comisión Nacional de Administración Local, órgano permanente de colaboración entre el Estado y los ayuntamientos, de cara a abordar la reforma de la ley de bases de régimen local y como paso previo de los trámites para elaborar los presupuestos generales del Estado de 2025. Un proceso que se producirá en paralelo a la revisión de la financiación autonómica -que se antoja inminente tras el reciente pacto de gobierno PSC-ERC en Cataluña-.

En este sentido, la clave estaría en reinterpretar el techo de gasto para aliviar la presión sobre los municipios, derivada, también, de la merma de ingresos relativa al cercenado impuesto de plusvalías, una de las principales fuentes de recursos de la que se nutrían las arcas de los consistorios, junto con el de circulación, el famoso ‘numerito’, o el de bienes inmuebles (IBI).

El asunto no es baladí, dado que la prórroga de los presupuestos para 2024 lastra acometer la reforma de la financiación por la que claman las entidades locales desde hace tiempo. Una vieja reivindicación, ajena a la disputa política partidista, que aglutina el consenso de ayuntamientos de distinto signo político y a la que se une la solicitud de una mayor transparencia sobre las reglas fiscales a aplicar o la revisión de las condiciones de los préstamos a los consistorios con problemas de liquidez, entre otros asuntos.

Agujero económico

Desde Hacienda están de acuerdo en la necesidad de reformar el sistema de financiación local, máxime desde que en octubre de 2021 el Tribunal Constitucional tumbase algunos aspectos del denominado impuesto de plusvalía municipal, al declarar inconstitucional el sistema de cálculo de su base imponible que establecía que siempre había habido un incremento patrimonial del valor de los terrenos urbanos, independientemente de que hubiese sido así y de su cuantía real, con su evidente reflejo en su valor catastral y en el pago de los impuestos relacionados. No en vano, a posteriori se determinó que era posible reclamar la devolución de la plusvalía si la venta se había producido a pérdida.

El varapalo judicial, sin efectos retroactivos, aunque con afectación en litigios aún vivos, tuvo un claro reflejo en las cuentas municipales, cifrado en su día en un porcentaje de entre el 2,5% y el 15% del presupuesto, en función de la actividad inmobiliaria de cada municipio en cuestión.

Los consistorios denunciaron en su día inseguridad jurídica y la puesta en marcha de un fondo de compensación hasta que se aclarase la situación jurídica para compensar los ingresos esperados que se quedaron en el limbo.
Sin embargo, el Gobierno aseguraba a finales del pasado año que las entidades locales nunca habían estado mejor dotadas para cumplir con sus obligaciones, puesto que sus recursos habrían crecido de forma sostenida en los últimos años, hasta recibir en 2024 alrededor de 28.500 millones de euros, un 22,6% más en comparación con 2023, mientras que las entregas a cuenta está previsto que sumen 23.774 millones de euros, un 5,1% más que en el pasado ejercicio.

 


BARCELONA, JAÉN, JEREZ, MARBELLA Y PARLA SON LOS AYUNTAMIENTOS MÁS ENDEUDADOS DE ESPAÑA


 

Urbi et orbi

El incumplimiento reiterado de las obligaciones financieras municipales no parece responder a un patrón geográfico claro. Así, a lo largo y ancho del país encontramos por doquier municipios tiznados tanto del rojo del déficit como del ansiado azul del superávit. Y esto se produce tanto al norte como al sur de la imaginaria línea horizontal que traza la capital del España en el centro de la llamada ‘piel de toro’.

A pesar de que, por regla general, el sur suele ser el hogar de los ayuntamientos más deudores, como en las provincias de Cádiz y Jaén al contar con una media per cápita por habitante superior a los 1.000 euros, también es cierto que el carácter meridional de otras como Huelva y Murcia no evita que brillen con niveles de pasivo por habitante inferiores a los 100 euros, al menos entre los municipios con entre 500 y 1.000 vecinos.

La gestión de cada municipio tiene su propio intríngulis, plagado de singularidades y vicisitudes, aunque parece que se suele cumplir la norma de lo pequeño como sinónimo de eficiente. En este caleidoscopio de más de 8.000 municipios que tejen la realidad local española encontramos, según los datos de Hacienda, desde casas consistoriales que han logrado reducir de forma significativa la deuda neta por habitante, un 33% del total, hasta otras que la han empeorado de forma manifiesta o moderada, un 14,5% del censo, mientras que el resto, que suman 4.245, o lo que es lo mismo el 52%, se han mantenido más o menos igual que en 2019.

En cualquier caso, el análisis de las cifras del fisco muestra una serie de tendencias recurrentes: los municipios más pequeños, con menos de 500 habitantes, suelen ser los más saneados, los que ya tenían la deuda más alta han incrementado su agujero fiscal y, entre ellos, los más poblados, con 100.000 ciudadanos para arriba, cumplen con la estadística de mayor endeudamiento y aumento del mismo.

Si trasladamos el foco a las mayores urbes del país, a pesar de contar con un destacado nivel de déficit fiscal en función de la masa poblacional a la que prestan servicios, la verdad es que solo A Coruña y Bilbao, con un menor montante negativo, y Córdoba, Gijón y Valladolid, han aumentado sus respectivos déficits fiscales. Mención aparte merece la Ciudad Condal, ya que aumentó en el período de referencia su volumen de fondos en rojo nada menos que en un 70%, hasta superar los 800 millones de euros.

De la necesidad, virtud

Las competencias municipales en España tienen un amplio espectro y varían, léase se amplían, en función de la población residente. Esto ha supuesto a menudo la transferencia de una serie de servicios a la población si contar con la correspondiente dotación presupuestaria pero que, aún así, han sido aceptadas por un cierto sentido altruista.

Para tratar de paliar esta situación, la ministra de Hacienda, María Jesús Montero, anunció a finales de 2023 la decisión del Gobierno de flexibilizar la senda de estabilidad para este subsector. De esta manera, en 2024 las entidades locales pasarían a tener un objetivo de equilibrio presupuestario, frente al anterior que preveía en el Programa de Estabilidad un superávit del 0,2%, y que ahora asumirá la Administración General del Estado.

Como ocurre con los hombres orquesta, acostumbrados a tocar varios instrumentos a la vez utilizando para ello en ocasiones manos y pies, los ayuntamientos españoles afrontan la gestión de múltiples servicios con ingresos ajustados, lo que entraña un gigantesco reto a la hora de armonizar generosas expectativas con limitados recursos en el marco del auténtico sudoku que supone la gestión municipal moderna.

Servicios municipales

El marco competencial de los municipios en España está regido por la Ley 7/1985 Reguladora de Bases del Régimen Local, modificada por la Ley 27/2013 de racionalización y sostenibilidad de la Administración Local, en la que se establecen los servicios a prestar en el ámbito local, que se dividen en:

  • Para todos los municipios:
    • Abastecimiento domiciliario de agua potable
    • Acceso a núcleos de población
    • Alcantarillado y alumbrado público
    • Cementerio
    • Limpieza viaria y recogida de residuos
    • Pavimentación de vías públicas
  • De más de 5.000 habitantes, además de lo anterior:
    • Biblioteca pública
    • Mercado
    • Parques públicos
    • Tratamiento de residuos
  • De más de 20.000 habitantes, además de todo lo anterior:
    • Instalaciones deportivas
    • Prevención y extinción de incendios
    • Protección civil
    • Servicios sociales
  • De más de 50.000 habitantes, además de todo lo anterior:
    • Medio ambiente urbano
    • Transporte municipal de pasajeros
Limpieza viaria y recogida de residuos.

‘Liberté, Égalité’ pero ‘Payer’

La posesión de propiedades inmobiliarias en Francia está regulada principalmente por dos gravámenes: el impuesto sobre bienes inmuebles (denominado taxe foncière) y el impuesto municipal (taxe d´habitation), que se corresponde con el IBI español. La particularidad del sistema galo reside en que, si bien el dueño es siempre el responsable de satisfacer el primero, en caso de alquiler de la propiedad es el inquilino quien abona los impuestos locales, mientras que el propietario lo hará sólo en los períodos en que no está arrendada.

Este tipo de impuestos son gestionados por el municipio, commune en francés, mínima unidad administrativa de la administración gala, y se basan en el valor catastral, actualizado en 2018.

OJO AL DATO

Informe Deuda viva de las entidades locales a 31/12/2023. Secretaría General de Financiación Autonómica y local, Secretaría de Estado de Hacienda. Ministerio de Hacienda.

Propuestas de reforma del sistema de financiación local. Revisión de la literatura. Fundación Democracia y Gobierno Local y Diputación de Barcelona. Paula Salinas, Maite Vilalta y Pere A. Taberner. Diciembre de 2021.

Informe de Fiscalización del Sector Público Local, ejercicio 2022. Tribunal de Cuentas.

«Déficit, deuda y gasto público», por Antonio Durán-Sindreu

ENTRE MAGNITUDES

ANTONIO DURÁN-SINDREU
profesor Asociado UPF, Doctor en Derecho y Socio-director de Durán-Sindreu Asesores Legales y Tributarios.

“Gestionar de forma eficiente significa evitar las duplicidades, eliminar lo superfluo, obviar el gasto “político”, y promover la colaboración público-privada”

Déficit, deuda y gasto público

Tras un largo periodo de tiempo de continuo saneamiento financiero, los municipios españoles han empezado a invertir su positiva tendencia.

El motivo no es otro que la aparición de nuevo de situaciones de déficit e irremediablemente de aumento del importe de la deuda pública.

Personalmente, nunca he entendido que los presupuestos públicos arrojen déficit, esto es, que el importe de los gastos pueda superar al de los ingresos.

Cuando esto sucede, el “agujero” que en las cuentas públicas se produce se traduce en endeudamiento, es decir, en deuda pública, o, para entendernos, en dinero prestado que hay que devolver.

Por su parte, esa deuda solo es posible sanearla con futuros superávits, esto es, y salvo milagros, con mayores impuestos.

Claro que la “bola” siempre se puede hacer más grande. Pero ello limitará el margen de maniobra de la Administración de que se trate.

La deuda pública es, por tanto, el importe que una Administración Pública ha tenido que solicitar a un tercero para poder pagar todos sus gastos.

¿Quiénes son estos terceros? Pues no hay otros que los bancos, y/o los inversores privados (empresas o familias).

El problema es que la deuda conlleva el pago de intereses que, inevitablemente exige mayores ingresos, normalmente, mayores tributos (o mayor deuda).

Es posible, eso sí, que en circunstancias extraordinarias, como el Covid, la Administración tenga inevitablemente que asumir pagos imprevistos, por ejemplo, el de ayudas directas, que impacten negativamente en las cuentas públicas. Pero se trata de circunstancias extraordinarias o, mejor, difícilmente previsibles.

Es posible, también, que determinadas inversiones públicas se tengan que financiar con deuda, por ejemplo, la inversión en las instalaciones necesarias para celebrar un determinado acontecimiento extraordinario, como la Expo, o las Olimpiadas.

Pero en tales casos, es necesario el correspondiente plan de inversiones, y su viabilidad financiera.

Fuera de tales casos, el objetivo de cualquier Administración Pública es el equilibrio presupuestario.

Aunque parezca una obviedad, esto es lo que el art. 135.1 de la Constitución señala: todas las Administraciones Públicas adecuarán sus actuaciones al principio de estabilidad presupuestaria.

Por si hubiera alguna duda, el art. 3.2 de la Ley Orgánica de Estabilidad Presupuestaria y Sostenibilidad Financiera (en adelante, LOEPSF), señala que se entiende por estabilidad presupuestaria la situación de equilibrio o superávit estructural.

En definitiva, salvo en los casos de reformas estructurales con efectos presupuestarios a largo plazo, o de acuerdo con normativa europea, ninguna Administración Pública puede incurrir en déficit estructural (art. 11 LOEPSF).

Desgraciadamente, tengo la impresión de que la mayoría de nuestros responsables políticos ignoran la claridad y rigidez de tales normas.

Pero sigamos. Una Administración diligente ha de procurar además tener siempre el “colchón” suficiente para afrontar los avatares de años con viento desfavorable.

El objetivo, en definitiva, no es ni gastar más, ni endeudarse más, sino gestionar de forma eficiente.

Gestionar de forma eficiente significa evitar las duplicidades, eliminar lo superfluo, obviar el gasto “político”, y promover la colaboración público-privada.

Conviene recordar, también, que la naturaleza pública de un determinado servicio, por ejemplo, el transporte municipal, no obliga a que su gestión sea pública. Esta se puede encomendar a un tercero. Lo importante, pues, no es su gestión, sino la regulación y control de los estándares de calidad del servicio. Se trata, por tanto, de un equilibrio entre eficiencia económica y calidad del servicio.

No en vano, el art. 7.2 de la LOEPSF establece que la gestión de los recursos públicos estará orientada por la eficacia, la eficiencia, la economía y la calidad, a cuyo fin se aplicarán políticas de racionalización del gasto y de mejora de la gestión del sector público.

Insisto de nuevo en que el objetivo de cualquier Administración no es gastar, sino prestar servicios públicos de calidad.

Si la eficiencia en el gasto es importante, también lo es la eficacia, esto es, si las políticas de gasto que se han aprobado están dando los resultados esperados. De ahí la importancia de valorar su eficacia adoptando, en su caso, las medidas correctoras que sean necesarias. Valoración que necesariamente ha de ser pública, esto es, accesible a los ciudadanos.

Sea como fuere, la queja mayoritaria del ciudadano no es por los impuestos en sí mismos, sino por su falta de correlación con la percepción de servicios de calidad, y por la enorme burocratización de nuestras vidas.

Sería, pues, necesario que el debate público no se centrara en la mera presión fiscal, sino en la existencia de dicha correlación. En el grado de eficiencia, eficacia, y calidad de los servicios.

En este contexto, sería deseable consensuar una lista cerrada de servicios básicos obligatorios; lista que exige recordar que la Administración no ha de cubrir todas las necesidades de sus ciudadanos, sino aquellas que sean imprescindibles para garantizar una vida digna, en especial, en los casos de vulnerabilidad social.

En definitiva, lo relevante no es tanto el superávit o déficit presupuestario, sino el grado de satisfacción de los ciudadanos con relación a los servicios que la Administración les presta.

Por pedir, sería también necesario regular supuestos de responsabilidad patrimonial personal de nuestros responsables políticos en los casos de gestión irresponsable de los recursos públicos.

Sin ejemplaridad pública, se pierde la confianza en el Estado. En definitiva, quien exige cumplir está obligado también a cumplir.