Entrevista a Meritxell Batet, presidenta del Congreso de los Diputados

CON SELLO PERSONAL

Meritxell Batet,

presidenta del Congreso de los Diputados

«Mi principal objetivo desde que se declaró la pandemia ha sido evitar que pudiera afectar a la representatividad de la Cámara»

Ante una de las legislaturas más complicadas de nuestra democracia, preguntamos a la actual presidenta del Congreso de los Diputados sobre esta circunstancia y sobre alguna de las facetas más relevantes de su labor.
ALFREDO GARCÍA REYES
[email protected] • @Alfredo García Reyes • Linkedin: alfredogreyes

–Diputada en siete legislaturas, ministra de Política Territorial y Función Pública y ahora presidenta del Congreso de los Diputados. ¿Ha roto su techo de cristal?

–Tras 40 años de avance del principio de igualdad en España, tras muchos años de políticas para la igualdad efectiva y de mejora de los servicios públicos, gracias al esfuerzo de muchas mujeres pioneras, y tras la aprobación de reformas normativas valientes y efectivas, los techos de cristal van disminuyendo en ámbitos cada vez más amplios de la proyección profesional. En la política, las mujeres de mi generación hemos tenido más fácil el desarrollo de nuestras carreras; nuestra conquista ha sido la normalidad y, en especial, la posibilidad de formar familias sin renunciar a nuestra proyección.

La igualdad entre mujeres y hombres es hoy una lucha que se plantea con especial crudeza cuando se vincula a otras discriminaciones, como las derivadas de la pobreza, la inmigración o la exclusión social. Quedan muchos techos, de cristal y de acero, que romper mediante normas y políticas ambiciosas. Y es también una exigencia en ámbitos mucho más sutiles y relevantes, en los que a veces temo que estemos retrocediendo, como la educación y las aspiraciones de nuestros jóvenes, mujeres y hombres.

–Es conocido su activismo en pro de la igualdad entre géneros. Sin embargo, en la cámara que usted preside hay una amplia mayoría masculina, con casi 200 diputados.

–En la legislatura actual, las mujeres somos 154 de los 350 diputados, un 44%. Es el segundo número más alto tras las 166 de la corta legislatura pasada, manteniendo un porcentaje por encima del 40% gracias a la aprobación de la Ley para la Igualdad Efectiva de Mujeres y Hombres.

La igualdad en el Congreso pone de manifiesto la efectividad de normas antidiscriminatorias, así como la posibilidad de avanzar en igualdad efectiva en un contexto marcado por lo público y con servicios públicos desarrollados y buenos salarios. En ese marco, las barreras son fundamentalmente mentales y educativas y se van superando en el acceso a los cargos directivos de la Cámara y los grupos y, sobre todo, en la posibilidad de conciliar la carrera política con la vida personal y familiar.

Como en el caso de carreras profesionales similares en el ámbito de la Administración o la Justicia, las mejoras deben concentrarse en el acceso a las condiciones necesarias de educación y formación y en el mantenimiento e impulso de los servicios públicos que hacen posible la conciliación.

Con ese objetivo, en el ámbito de las Cortes Generales hemos aprobado el primer Plan de Igualdad, con medidas dirigidas a avanzar en la igualdad de trato y de oportunidades y a eliminar la discriminación. Pero no debemos olvidar que muchas mujeres se enfrentan cada a día a entornos laborales en los que las discriminaciones por razón de sexo son habituales. Es imprescindible que los poderes públicos sigan tomando decisiones y dictando leyes para que la sociedad avance en la igualdad de mujeres y hombres.

–¿Por qué una licenciada en Derecho y profesora de Derecho Constitucional decidió meterse en política?

–Fui representante estudiantil, miembro del claustro en mi universidad y constituí una asociación en defensa de los derechos de los estudiantes. Mi dedicación a la política, más que el resultado de una decisión, ha sido la evolución natural de una vocación muy temprana por el ejercicio de la representación en la búsqueda del interés general.

Por otro lado, el interés por el Derecho lleva casi naturalmente al debate político sobre el contenido y configuración de las normas. Y la cercanía del Derecho Constitucional al sistema político es obvia. Para mí, la Constitución es también un instrumento fundamental de transformación social que fija valores y objetivos que necesitan de desarrollo y concreción mediante la política.

–¿Cómo afronta su responsabilidad ante uno de los periodos más complejos del parlamentarismo español, teniendo en cuenta la fragmentación resultante de las últimas elecciones generales?
–Lo que define al Parlamento es el pluralismo. La expresión de ese pluralismo es esencial para poder integrar posiciones, para expresar alternativas y críticas y para conseguir que la gran mayoría de los ciudadanos vean reflejadas sus inquietudes y sus ideas en el debate público. En el Parlamento deben oírse todas las voces presentes en la sociedad, aunque nos incomoden, y quizás especialmente cuando nos incomodan. Garantizar ese pluralismo es mi función fundamental. Y la segunda, que esa expresión sea compatible con el respeto a los demás diputados y a toda la ciudadanía, algo que siempre es posible –aún en el caso de las más duras críticas–, pero que no siempre sucede.

Son los grupos y los diputados quienes deciden el contenido y el tono de sus intervenciones y quienes asumen su responsabilidad. La Presidencia puede poco más que, como decía Azaña, sonrojarse en lugar del diputado y en defensa del propio Parlamento, poner de manifiesto la necesidad de mantener el respeto y contribuir a recuperar ámbitos de acuerdo y de consenso entre los grupos.

–Respecto a la situación actual provocada por la pandemia, ¿cómo está afectando esto a la representatividad y funciones de los diputados?
–Mi principal objetivo desde que se declaró la pandemia ha sido evitar que la situación pudiera afectar a la representatividad de la Cámara y alterar sustancialmente el cumplimiento de sus funciones. Creo que lo hemos conseguido: el Congreso se ha reunido para ejercer sus funciones legislativas y de control parlamentario durante toda la crisis. Ha debatido y votado todas las normas de rango legal que se han aprobado y las prórrogas de las declaraciones de alarma; las comparecencias han sido constantes, mayores en número que en situación ordinaria, como también lo ha sido la tramitación de preguntas e interpelaciones al Gobierno, y actualmente se desarrollan sin excepción todas las funciones de las Cortes, tanto en Pleno como en Comisión.

El acuerdo sobre reducción de asistencia a los Plenos entre los grupos parlamentarios ha hecho posible el mantenimiento de las sesiones y, con ellas, de las funciones parlamentarias. Se ha generalizado la votación telemática en el Pleno, lo que mantiene totalmente la representatividad de la Cámara.

Pero el trabajo parlamentario necesita el máximo posible de contacto y diálogo, dentro y fuera de las sesiones, y el trato personal entre los miembros de la Cámara facilita el desarrollo de la actividad parlamentaria y un mejor resultado de la misma, por lo que espero recuperar la plena asistencia de diputados y diputadas en cuanto sea posible.

-¿Qué se puede hacer para acercar esa actividad parlamentaria a los ciudadanos? Muchas veces solo trascienden un momento de tensión o una anécdota…
–Fundamentalmente hacerla bien, útil y efectiva para cumplir sus funciones, que son la exposición de alternativas y la discusión de acuerdos, tanto a nivel legislativo como de control del Gobierno. Aunque algunos medios pueden destacar los momentos de tensión y desacuerdo, los ciudadanos pueden seguir la actividad parlamentaria y obtener una imagen real de la misma: toda la actividad de Pleno y Comisión es pública y está disponible en la página web del Congreso. Los medios, más allá del titular, informan de los debates y los resultados del trabajo parlamentario, que arroja siempre espacios de enfrentamiento, pero también espacios de acuerdo.

Creo que la gran mayoría de las cuestiones relevantes en nuestra sociedad encuentran expresión y debate en el Congreso, y para ello trabajan también todos los grupos parlamentarios.

–No obstante, también ha descendido la actividad legislativa. ¿Tiene prevista la Mesa de la Cámara la adopción de alguna medida para recuperar esta labor?
–Los años 80 y 90 fueron años de gran actividad legislativa, pues había que construir un sistema democrático y adoptar numerosas reformas. Hoy ese trabajo fundamental está hecho. Contamos con una base normativa estable, sin perjuicio de las necesarias adaptaciones y actualizaciones, lo que debería llevar a una reducción natural del número de normas tramitadas y a concentrarse en ámbitos nuevos o que exigen reformas importantes.

Es cierto que, más allá de la actual crisis sanitaria, en los últimos diez años se ha producido una creciente sustitución de la ley por el decreto-ley. Es también cierto que esa deriva podría afectar a estándares de pluralismo y calidad legislativa y creo que sería bueno revisar esa tendencia. Pero soy consciente de que para ello debemos esforzarnos también en conseguir un procedimiento legislativo que permita afrontar cambios legislativos de una forma más ágil.

–En diciembre de 2018 celebramos el 40 aniversario de la Carta Magna… Desde su conocimiento del Derecho Constitucional, ¿goza nuestra Constitución de buena salud?
–La salud de la Constitución es la de todos. Hemos gozado de buena salud en la España democrática gracias a la buena salud de nuestra Constitución y su efectividad en estos más de 40 años.

Mantener esa buena salud es una tarea fundamental para todos; la salud de las constituciones se mide en su capacidad de integración, en que la gran mayoría de los ciudadanos vea reflejada en ella sus valores, sus prioridades y sus inquietudes, y globalmente se reconozca en sus normas y objetivos.

Que la Constitución no haya necesitado de reformas relevantes es mérito de quienes la redactaron. Para estar a su altura a nosotros nos toca detectar las fisuras que se generen sobre sus consensos fundamentales o las demandas de alcanzar nuevos acuerdos propios de nuestro tiempo, cuando estas existen. Ciertamente, me preocupa que en nuestro país, como en muchos otros de nuestro entorno, cada vez parezca reducirse la amplitud e intensidad de esos consensos sociales y políticos, hasta el punto de producirse intentos de patrimonialización partidista de la Constitución.

Pero no cabe duda de que ya en su redacción actual encontramos esa eficacia integradora capaz de incluir y cohesionar a la sociedad en torno a unas garantías, a un sistema de derechos y libertades y, en definitiva, a un proyecto de convivencia.

–Nuestra Constitución reconoce como uno de los valores superiores la seguridad jurídica. Los notarios tienen atribuida la función de evitar, con carácter preventivo, que tal valor se vea conculcado. Usted, que es jurista, ¿cómo valora su función?
–La seguridad jurídica, sobre todo en el tráfico privado, ha sido una característica de nuestro ordenamiento que los notarios en especial, han hecho efectiva. Mantener esa seguridad resulta más difícil cuando las normas son menos estables y pretenden también introducir nuevos valores y consideraciones en las relaciones entre particulares. Esa nueva generación de normas nos plantea un reto tanto al legislador como a quien debe aplicarlas, y en especial al notario en su función de garantía: todos debemos esforzarnos para adaptarnos a esa nueva realidad, pues combinar la fuerza transformadora del Derecho y la seguridad jurídica exige un compromiso personal y responsable de cada uno: del legislador, para conseguir normas claras a la vez que matizadas; y de los operadores jurídicos, para tomar en consideración, en su aplicación, las variables que prevé la propia Ley. Los notarios acreditan cada día su capacidad para ello. Los legisladores debemos ser también capaces de hacerlo.

«La seguridad jurídica, sobre todo en el tráfico privado, ha sido una característica de nuestro ordenamiento que los notarios en especial han hecho efectiva»
Huella digital

LA presidenta del Congreso de los Diputados de España, Meritxell Batet, tiene sus propios perfiles oficiales en las redes sociales Facebook (facebook.com/BatetMeritxell) y Twitter (@meritxell_batet), donde publica temas relacionados tanto con su propia agenda como con la actividad parlamentaria. Sobre la programación y actividad de esa Cámara se puede seguir la cuenta oficial en Twitter (@Congreso_Es) y consultar su página web.

«Creo que la gran mayoría de las cuestiones relevantes en nuestra sociedad
encuentran expresión y debate en el Congreso»

Entrevista a Isabel Celaá, ministra de Educación y Formación Profesional

CON SELLO PERSONAL

Isabel Celaá

ministra de Educación y Formación Profesional

«La educación debería dejarse al margen de la confrontación política»

Al principio de un curso escolar atípico y en puertas de la tramitación parlamentaria de una nueva ley educativa, sondeamos la visión de Isabel Celaá sobre algunos de los asuntos más candentes a los que se enfrenta su ministerio.
ALFREDO GARCÍA REYES

[email protected] • @Alfredo García Reyes

Linkedin: alfredogreyes

Durante tres años fue usted consejera de Educación del Gobierno Vasco. ¿Qué supuso a nivel político esa experiencia y en qué medida le está ayudando en esta etapa al frente del Ministerio de Educación y Formación Profesional?

Para una persona que cree firmemente en la educación como motor de cambio personal social y económico como yo, asumir la responsabilidad de la consejería fue sin duda un gran honor porque me permitió impulsar la reforma de la educación pública en el País Vasco, apostando por el trilingüismo y las tecnologías y también por la Formación Profesional. Fue una etapa difícil políticamente, porque he de recordar que ETA aún existía y todo el Gobierno de Patxi López estaba amenazado. Mis dos predecesores socialistas en la Consejería de Educación en anteriores gobiernos sufrieron el terrorismo directamente, José Ramón Recalde fue gravemente herido y Fernando Buesa, asesinado. Yo fui la tercera consejera de Educación socialista y en gran parte puse en marcha todo lo que habíamos compartido en las etapas en las que trabajé con ellos. Esta experiencia, personal y profesional, sin duda, es un importante bagaje para mi tarea como ministra, aunque es muy diferente porque, como sabe, la gestión directa de la educación depende de las comunidades autónomas. 

¿Es tan deficitario el nivel educativo en España como suele indicar el Informe PISA? Sobre todo en comparación con los países de nuestro entorno.

Tenemos un buen sistema educativo que padece, sin embargo, algunos males diagnosticados hace tiempo y en los que coincidimos, no solo los informes de organismos internacionales, sino también todos los actores educativos. La pandemia ha puesto de manifiesto la urgencia de acometer esa transformación que veníamos pidiendo y que se recoge en el proyecto de ley de Educación que actualmente se está tramitando en el Congreso. El alto número de repetidores, el abandono escolar temprano, el currículum enciclopédico y anticuado, la digitalización, la atención personalizada, la carrera docente… Son algunas de las cuestiones que debemos abordar ya.

Este nuevo proyecto de ley educativa apuesta por una educación más personalizada para garantizar una mayor calidad. ¿Cómo pretenden reducir la ratio de alumnos por clase para llegar a este objetivo?

No hay calidad sin equidad y sin excelencia. Un sistema educativo de calidad es aquel que busca la excelencia y la excelencia significa promocionar todos los talentos, porque necesitamos todos los talentos. Eso no significa esperar a los más rezagados, sino permitir que cada alumno avance a su ritmo, dotándole de las herramientas necesarias para ello. Al esfuerzo del alumno debe sumarse el esfuerzo del sistema.

Y ese sistema necesita una urgente transformación, cuya piedra angular es el Proyecto de Ley de Educación que actualmente se está tramitando en el Parlamento.

Respecto a esta futura Ley, se trataría de la sexta aprobada en España desde 1980. ¿Por qué es tan difícil llegar a un acuerdo entre las fuerzas políticas mayoritarias del país y los principales actores del sector de la enseñanza?

Lo importante no es el número de leyes, sino la calidad de las mismas. Eso lo saben muy bien quienes trabajan en el ámbito jurídico. Lo importante es si la ley responde a las necesidades sociales presentes y futuras y es evidente que la Ley Educativa en vigor no responde a esas necesidades. Como le decía, todos los actores educativos coincidimos en el diagnóstico, en la necesidad de cambio, pero también es cierto que muy a menudo la educación se utiliza como arma política y eso es lo que no permite avanzar. La educación debería dejarse al margen de la confrontación política.

Hay quien considera que la Formación Profesional continúa siendo el patito feo de nuestro sistema educativo. ¿Cuáles son los planes de su Gobierno en este ámbito?

La ley educativa vigente, la LOMCE, la considera un camino de segunda y eso es algo que estamos revirtiendo ya porque no lo compartimos en absoluto. El Ministerio que ostento se llama de Educación y Formación Profesional porque desde el primer momento quisimos darle la importancia que tiene. Recientemente hemos aprobado un Plan de Modernización de la Formación Profesional con una dotación de 1.500 millones de euros en cuatro años, que prevé crear más de 200.000 nuevas plazas; acreditar las competencias profesionales de más de tres millones de personas y crear nuevas titulaciones ligadas a la industria 4.0. Todo ello para responder a las demandas que nos exige Europa y para facilitar el acceso al mercado laboral de nuestros jóvenes, además de permitirles un mayor crecimiento personal.

Tanto este curso como el anterior se están viendo condicionados por la lucha contra la pandemia de Covid-19. ¿Cree que esto va a suponer una rémora importante en la formación y el desarrollo profesional de nuestros niños y jóvenes? 

He de decirle que, a diferencia de otros países, en España decidimos continuar el curso y lo culminamos con éxito, a pesar de que las escuelas cerraron de un día para otro. Permítame que haga un reconocimiento expreso a todos los docentes que hicieron un enorme esfuerzo para que la educación continuara. Sin duda esta pandemia dejará una huella profunda en todos nosotros, también en nuestros estudiantes, que estoy segura habrán madurado mucho con esta experiencia. La educación presencial es esencial para reducir las desigualdades y su ausencia afecta más al alumnado más vulnerable. Por eso todas las administraciones educativas debemos hacer un esfuerzo por compensar esas carencias. El Gobierno de España ya lo ha hecho, con una importante inversión de fondos adicionales para educación en diferentes partidas: fondo Covid, becas, programas de refuerzo educativo, programas de refuerzo en digitalización, entre otros. En total, son casi 3.000 millones de euros adicionales para Educación.

Una de las promesas de su partido en las últimas elecciones fue la gratuidad para todos los niños de Infantil (hasta los tres años) y de los libros para aquellas familias con una especial vulnerabilidad económica. Teniendo en cuenta la situación económica, ¿podrá ser una realidad para el nuevo curso?

España está haciendo un gran esfuerzo en la escolarización de niños de cero a tres años. De hecho, la tasa de escolarización se ha incrementado más de diez puntos en la última década, hasta el 38,2%, por encima de la media de los países de la OCDE (25,5%) y de la Unión Europea (23,6%). Vamos a seguir avanzando en la gratuidad progresiva de esta enseñanza y de los libros de texto pero, sobre todo, de material digital. En este sentido quiero recordar que hemos puesto en marcha el Plan Educa en Digital, junto con el Ministerio de Asuntos Económicos y Transformación Digital, con una dotación inicial de 260 millones de euros para que los alumnos más vulnerables puedan tener herramientas digitales. También hemos incrementado el presupuesto para becas un 22% este curso, el mayor de la última década, hasta llegar a 1.900 millones de euros. Además del programa de refuerzo educativo y prevención del abandono escolar temprano PROA+, que tiene una dotación de 40 millones de euros para este año 2020. Para que avance la educación no sirve dar más a quien más tiene.

Los conciertos con la Iglesia y resto de instituciones implicadas en el sector educativo están sometidos a habituales controversias. ¿Cuál es la postura de su Gobierno en este sentido?

El Gobierno respeta y cumple todos los acuerdos Iglesia-Estado. Respecto a la enseñanza de la religión, le diré que en el Proyecto de Ley de Educación, la LOMLOE, se mantiene el cumplimiento estricto de los acuerdos Iglesia-Estado.

Como madre que ha pasado por todas las fases del proceso, ¿qué consejo les daría a los padres a la hora de afrontar la educación de sus hijos y su integración en la enseñanza oficial de nuestro país?

Las madres y padres siempre queremos lo mejor para nuestros hijos y por eso sabemos que lo mejor para su desarrollo personal es la educación. Una formación que les prepare para el futuro, pero también para vivir con plenitud el presente. Que les permita aprender a aprender, fomentar el espíritu crítico para poder adoptar sus propias decisiones, que les facilite desarrollar al máximo sus talentos. Sabemos también, lo hemos visto durante el confinamiento, que la educación presencial es insustituible e indispensable en ese proceso formativo. Los beneficios de la escuela son superiores a los riesgos eventuales que puedan acontecer.

Como sabe, los notarios, que son licenciados en Derecho, que acceden a esta función pública tras aprobar una dura oposición, son una profesión puntera en el ámbito digital. ¿Preparación y modernización siguen, en su opinión, caminando de la mano? 

Efectivamente. Para avanzar hay que actualizarse, por eso es tan importante que la educación se adapte a las necesidades que requiere una sociedad cambiante y compleja. La digitalización no puede ser un fin en sí misma, sino un medio y una palanca más del proceso de cambio curricular, pedagógico y organizativo. Va más allá de dotar de acceso, conectividad e infraestructura a los centros educativos. Las tecnologías digitales no son factor de cambio “per se” sin un proyecto de cambio de paradigma educativo que sepa cómo y para qué utilizarlas.

Los notarios, una profesión centenaria, han hecho un gran esfuerzo de modernización adaptando su trabajo al ámbito digital porque deben responder a las demandas de los ciudadanos, y la digitalización está cada vez más presente en nuestra vida cotidiana. Avanzar en digitalización no significa, sin embargo, abandonar el trato personal y directo. Al contrario, ambos mundos son y deben ser perfectamente complementarios. Igual que la enseñanza presencial es insustituible, el trato personal también lo es. La digitalización permite avanzar y, en el ámbito educativo, facilita el aprendizaje de los alumnos, permite que cada uno aprenda a su ritmo. Es una gran herramienta para la formación de todos.

“Los notarios, una profesión centenaria, han hecho un gran esfuerzo de modernización adaptando su trabajo al ámbito digital”
Huella digital

La ministra Isabel Celaá es bastante activa en redes sociales, sobre todo en Twitter, donde tiene su propia cuenta (@CelaaIsabel) y donde comparte numerosos contenidos relacionados tanto con la educación como con el resto de labores del Gobierno.

Por su parte, se puede acceder de primera mano a las principales comunicaciones del Ministerio de Educación y Formación Profesional a través de sus canales en esa misma red social (@educaciongob), Facebook (@educacionyfp.gob) y su propia página web (www.educacionyfp.gob.es).

“Vamos a seguir avanzando en la gratuidad progresiva de la enseñanza de cero a tres años y de los libros de texto pero, sobre todo, de material digital”

Entrevista a Reyes Maroto, ministra de Industria, Comercio y Turismo

CON SELLO PERSONAL

Reyes Maroto,

ministra de Industria, Comercio y Turismo

«Será un año difícil, pero confío en la fortaleza de España»

Reyes Maroto está a la cabeza de un ministerio con competencias sobre la mayor parte del tejido productivo del país. Por eso, más que nunca, interesa su opinión sobre los retos a los que se enfrenta nuestra industria y los planes más inmediatos para relanzar el turismo y el comercio.


ALFREDO GARCÍA REYES

[email protected]@Alfredo García Reyes

Linkedin: alfredogreyes


Forma parte del Consejo de Ministros desde el primer Gobierno de Pedro Sánchez. ¿Qué supuso para usted el paso a la política nacional?
– Significó un gran honor y a la vez un enorme reto. Ser ministra del Gobierno de España es una alta responsabilidad que obliga a una a estar dedicada por entero a la tarea de trabajar para el conjunto de la ciudadanía. En mi caso, además, asumí el desafío de recuperar el Ministerio de Industria, que no existía en el Gobierno anterior. En cuanto al salto a la política, ha sido también una experiencia enriquecedora. Defiendo la política útil, la necesidad de dialogar, buscar consensos en beneficio del interés general. Aunque a veces el Parlamento traslade un clima de crispación, creo que es importante reivindicar la lealtad y la unidad, más aún tras la pandemia, que nos obliga a una tarea de reconstrucción liderada por el Gobierno en la que han de estar todas las fuerzas políticas y los agentes económicos y sociales.

Buena parte de su carrera profesional ha sido en el ámbito académico, en la Universidad Carlos III de Madrid. ¿Qué le llevó a mundo de la política?
–Siempre he tenido una vocación de servicio público y mi experiencia en la universidad ha sido muy enriquecedora. Allí conocí a personas que colaboraban con el PSOE en grupos de discusión multidisciplinares y me pareció una oportunidad poder contribuir con mi experiencia tanto académica como profesional. La decisión de dar el paso a la política fue difícil, pero estoy satisfecha y orgullosa de poder contribuir a mejorar mi país, porque España es el mejor país para vivir, trabajar e invertir.


«Hay que enorgullecerse de nuestra industria, que ha tenido un comportamiento ejemplar durante la pandemia»


– El área de actuación de su ministerio son tres sectores (industrial, comercial y turístico), que suman algo más del 40 por ciento del PIB nacional. Es de suponer que esto represente un reto importante para usted y su equipo. ¿Cómo lo afrontan?

– Formamos un equipo compacto, con personas de gran experiencia en la Administración General del Estado. También en las administraciones autonómica y municipal. Somos servidores públicos que trabajamos con el compromiso al que nos obliga la solución de lo urgente, pero también con capacidad de previsión, para anticipar posibles escenarios y adoptar las medidas oportunas. La crisis sanitaria del Covid-19 nos ha puesto a prueba, realmente ha tensado al máximo la capacidad de un Estado para proteger la salud y la economía de un país, y creo que hay que poner en valor el trabajo de este Ministerio y del conjunto del Gobierno.

LOS NOTARIOS

han sido definidos por el Gobierno durante el estado de alarma como un servicio público esencial. Como sabe, prestan diferentes servicios en el ámbito empresarial. ¿Cree que el desarrollo tecnológico que han alcanzado podría ser de utilidad para este sector?

–La crisis sanitaria ha modificado nuestras vidas y nos ha obligado a buscar soluciones tecnológicas en to-dos los ámbitos, incluido el del Notariado. Está claro que la pandemia también ha de suponer un punto de inflexión para la digitalización de vuestra actividad. Conozco iniciativas telemáticas para la posibilidad de formalizar las moratorias de las hipotecas o autorizar pólizas del ICO de forma ágil y segura, y creo que tenemos que seguir avanzando porque, como he co-mentado, la transformación digital es clave en la modernización del tejido productivo español, especial-mente de las pymes y de los autónomos, en un mundo globalizado que estaba sufriendo grandes cambios disruptivos y que quizá en los próximos años acelere aún más la digitalización. La digitalización de documentos, trámites y actos notariales es un gran reto de país, y sé que el Ministerio de Justicia está trabajando en ello.

Reyes Maroto, ministra de Industria, Comercio y Turismo.

«La Estrategia de Turismo Sostenible 2030 pretende cambiar el modelo con tres palancas clave: digitalización, sostenibilidad e internacionalización»

Reyes Maroto, ministra de Industria, Comercio y Turismo.

«Es imprescindible generar estabilidad y confianza para poder recuperar el clima de negocio»

Huella digital

REYES Maroto (@marotoreyes) es una ministra muy activa tanto en Twitter como en Instagram. En ambos perfiles ha experimentado un notable crecimiento en número de seguidores durante la pandemia. Suele comentar sus intervenciones parlamentarias y las entrevistas que realiza en prensa, radio y televisión.

El equipo de la Dirección de Comunicación del Ministerio ofrece en los perfiles institucionales de ambas redes sociales (@mincoturgob) información diaria de su actividad en forma de notas de prensa, audios, videos y fotografías, que se complementa en el portal: www.mincotur.gob.es.

En este sentido, y al margen del Covid-19, ¿cuáles son las líneas maestras de su Ministerio durante esta legislatura?

– Están definidas en el programa electoral y en el acuerdo de coalición de Gobierno, pero son continuación de la hoja de ruta que iniciamos hace ahora dos años, concretada en la Agenda del Cambio. Nuestra Estrategia de la España Industrial aspira a aumentar el peso de la industria en el PIB, una nueva Ley de Industria y un Pacto de Estado. Con el Plan de Modernización del Comercio queremos dar un salto cualitativo, acompañando al sector en un momento de grandes cambios. La Estrategia de Turismo Sostenible 2030 pretende cambiar el modelo de gobernanza turística. Con tres palancas clave: digitalización, sostenibilidad e internacionalización. Tres sectores clave que conocen y reconocen el compromiso del Ministerio, expresado claramente durante el Covid-19 mediante un plan de choque con medidas que han creado una red de seguridad para trabajadores y empresas. Ahora toca la reactivación y el relanzamiento, y ahí están los planes de impulso a la cadena de valor del sector de automoción y de impulso al sector turístico, con un compromiso presupuestario que suma 8.000 millones de euros.


«Recuperar el turismo es cosa de todos, también de las comunidades autónomas, que tienen competencia en la materia»


Pero, tal y como reflejan los datos oficiales, el sector industrial está perdiendo importancia en nuestro país. ¿Se puede revertir esta tendencia?

– Como he señalado, se puede y se debe. Quiero decir dos cosas: por un lado, que hay que enorgullecerse de nuestra industria, que ha tenido un comportamiento ejemplar durante la pandemia y ha demostrado una notable resiliencia. Hay sectores que han sido esenciales durante la crisis sanitaria, y el Gobierno les apoya y acompaña. Por otro lado, es imprescindible generar estabilidad y confianza para poder recuperar el clima de negocio y, por tanto, apelo una vez más a las fuerzas políticas a que abandonen la crispación y se sumen a la tarea de reconstrucción económica y social del país.

¿En qué consiste el plan de impulso del turismo que han acordado con las organizaciones empresariales del sector y con las comunidades autónomas?
– Es un plan ambicioso con una dotación de 4.262 millones de euros, que se suma a los paquetes de medidas
– algunas, específicas para el sector– aprobadas desde el 14 de marzo. Es legítimo pensar que el esfuerzo del Gobierno siempre es insuficiente, pero buena parte del sector es consciente de que, desde lo público, hemos hecho todo lo posible para proteger lo privado. Recuperar el turismo es cosa de todos, también, como señala, de las comunidades autónomas, que tienen competencias en la materia.

¿Hay sobre la mesa medidas concretas para aumentar la promoción turística de España entre nuestros principales mercados?

– Parte del plan se dedica a acciones de promoción internacional, que se iniciaron en plena pandemia con la campaña España te espera y ha continuado, en una segunda fase, de cara al verano. España Global también ha difundido el video Spain for sure, en el que participan algunos de los compatriotas más destacados y conocidos a nivel mundial. Efectivamente, vamos a volcarnos en los principales mercados emisores (Alemania, Francia y Reino Unido). Las primeras señales, tras la recuperación de la movilidad y la apertura de fronteras, son esperanzadoras, aunque hay que mantener la alerta, porque el virus continúa entre nosotros. Será un año difícil, pero confío en la fortaleza de España, el país más competitivo del mundo en términos turísticos.

Una de las grandes apuestas de este Gobierno es la sostenibilidad y la lucha contra la contaminación. Según su punto de vista, ¿cómo se puede conjugar esto con el desarrollo industrial y turístico de nuestro país?

–Es una de las prioridades, concretada en el Plan Nacional Integrado de Energía y Clima y en un amplio paquete legislativo de carácter muy transversal. También así respondemos de manera clara a una demanda de la ciudadanía, y no solo en España; en todo el planeta. En el ámbito de mi ministerio pue-do decir que la industria ha hecho sus deberes. En la COP-25 (Cumbre Mundial del Clima) pudimos comprobar el compromiso de las grandes empresas en la lucha contra el cambio climático. Podría citar numero-sos ejemplos, en los sectores de la automoción, la celulosa y el papel o la química.

¿Conoce la labor del Notariado respecto a la prevención y lucha contra el blanqueo de capitales y el fraude fiscal? ¿Hay algún aspecto en que podría intensificarse?

– La conozco. De hecho, en el último número de ESCRITURA PÚBLICA (número 123) tuve la oportunidad de leer la entrevista al presidente del Consejo de Notariados de la Unión Europea, Georgios Rouskas, en la que ponía en valor la experiencia del Notariado español en la lucha contra delitos económicos como el blanqueo de capitales. Desempeñáis un papel relevante en el contexto comunitario y, como ocurre en los ámbitos de competencia de mi ministerio, para prestar un mejor servicio a la ciudadanía es esencial la cooperación europea e internacional, en el marco de la defensa y promoción de los valores y derechos europeos.