Carrera mundial para acabar
con la Covid-19
Poner fin a la pandemia iniciada en 2020 por el coronavirus SARSCoV-2, que ha causado millones de contagios y fallecidos en todo el mundo, se ha convertido en un objetivo común en los cinco continentes. Frenar el avance de la COVID-19, según los expertos y científicos, pasa inevitablemente por vacunar a la población mundial. Esta carrera por lograr una vacuna ha producido una situación hasta ahora desconocida: la reducción en el periodo de elaboración de vacunas y de su aprobación por las autoridades sanitarias.
La empresa estadounidense Pfizer y su socio alemán BioNTec fueron los primeros en anunciar una vacuna contra la COVID-19 en diciembre de 2020 y ya está en el mercado, con una eficacia, según dicen, del 95%. Desde febrero han salido otras que se están distribuyendo. Es el caso de la estadounidense Moderna, con una efectividad, asegura, de algo más del 94%. Al igual que la de Pfizer, su principio activo es ARNm, lo que permite codificar la proteína de spícula del SARS CoV-2.
La británica AstraZeneca, al cierre de esta información, atravesaba momentos difíciles, ante el fiasco por los constantes incumplimientos de las entregas comprometidas y la alerta social por algunos episodios trombóticos y su posible o no relación con la vacuna. La vacuna rusa Sputnik 5, pese a las reticencias expresadas en un primer momento, es una de las más eficaces (el 91,6%), afirma el Gobierno de Vladimir Putin. Basada en «adenovirales humanos» y no en el principio activo ARNm, ya ha sido registrada en más de 30 países.
La OMS dispone de un sistema de control y seguimiento de todas las vacunas que están en el mercado y las que están en proceso de aprobación, entre las que se incluyen las chinas Zhifei Longcom e IMBCAMS, sin fecha conocida de salida; la también china Sinopharm/BIBP, a punto de salir en marzo, y otra china, Sinovac, que está en el mercado desde febrero. Están también la vacuna Janssen de Johnson & Johnson, que se espera para primeros de mayo o junio; la franco-británica Sanofi-GSK, que dispone de uno de los principales laboratorios en España; la belga Janssen Pharmaceutica NV; la alemana CureVac, que se ha asociado a Bayer para elaborar la vacuna, y Novavax, de Estados Unidos, que tiene como socio al grupo gallego Zendal, por citar sólo las más adelanta-das. ¿Cuál es mejor? No está claro. Los expertos y las autoridades sanitarias de los países mandan mensajes de tranquilidad a los ciudadanos y aseguran que todas las vacunas que se están administrando cumplen con los requisitos necesarios de calidad, seguridad y eficacia.
Ningún país sin vacunar
«No estaremos a salvo si hay países que vacunan a sus ciudadanos y hay otros países que no lo hacen». Así de contundente se expresó en enero en Davos el presidente de Sudáfrica, Cyril Ramaphosa, poniendo de manifiesto su preocupación por una vacunación desigual entre países ricos y pobres. En su declaración manifestó también la necesidad de «colaborar» entre todos para que las vacunas lleguen a todos los rincones del planeta, porque – y en esto coincide con los virólogos – sólo una inmunidad de rebaño es capaz de frenar al SARS CoV-2.
A finales de febrero, los cinco países con un mayor número de dosis de vacunas contra el coronavirus administradas por cada 100 habitantes, según la plataforma estatista.com eran, Israel, seguido de Emiratos Árabes Unidos, Reino Unido, Estados Unidos, Bahréin y Serbia. A la cola estaban países como Indonesia, India, Bangladesh, Rusia, China y Brasil. España se encontraba en el medio junto a Alemania, Italia, Francia o Canadá. En todo caso, se trata de un ranking que varía a diario en función de la llegada de nuevas dosis y de la capacidad material y humana de cada país para administrarlas.
En España, la primera etapa de vacunaciones se inició entre diciembre y febrero con la llegada de las primeras dosis destinadas a residentes y personal en centros de mayores y de atención a grandes dependientes, personal sanitario y sociosanitario de primera línea, oro personal sanitario y sociosanitario, y grandes dependientes no institucionalizados. La etapa 2 está en proceso desde febrero y, según el Gobierno durará hasta junio.
El 10 de febrero, UNICEF y la OMS, en una declaración conjunta, informaron de que «de los 128 millones de dosis de vacunas administradas hasta la fecha, más de tres cuartas partes se han aplicado en tan solo 10 países, que representan el 60% del PIB mundial». Y añadieron: «casi 130 países, con 2.500 millones de habitantes, todavía no han administrado ni una sola dosis». Aparte de que esta forma de actuar supone costes en vidas, «da-rá al virus nuevas oportunidades para mutar y evadir las vacunas y socavará la recuperación económica mundial». Por eso, ambos organismos instaron a todos los gobernantes a mirar «más allá de sus fronteras» y a llevar a cabo una estrategia de vacunación generalizada que pueda «efectivamente acabar con la pandemia y frenar las variantes» que se están produciendo en algunos países. «La COVID-19 ha demostrado que nuestros destinos están inextricablemente unidos. Ya sea una victoria o una derrota, será de todos», concluyeron.
En este sentido destaca el Mecanismo COVAX, una colaboración mundial destinada a agilizar el desarrollo, la producción y el acceso equitativo a las pruebas, los tratamientos y las vacunas contra la COVID-19, en el que la UE participa desde septiembre. Reúne a gobiernos, científicos, empresas, sociedad civil, filántropos y organizaciones sanitarias mundiales. El 19 de enero de 2021, la Comisión Europa anunció la creación de un mecanismo para el reparto de vacunas compartidas por los Estados miembros y los países socios «a través de un enfoque de Equipo Europa, prestando especial atención a los Balcanes Occidentales, a nuestros vecinos orientales y meridionales y a África».
Fases de las vacunas.
La OMS propone que, mientras los recursos sigan siendo escasos, los programas de vacunación deben dar prioridad a ciertos grupos demográficos en detrimento de otros, antes de ampliar progresivamente la distribución de dosis para abarcar a toda la población. Se trata de «reducir la incidencia de los tipos graves de la enfermedad, las defunciones y proteger los sistemas de salud». Considera fundamental que se vacune primero a los llamados «grupos demográficos prioritarios», determinados por los datos científicos y que tienen en cuenta también las diferencias entre los diversos entornos geográficos y socia-les. Según acordó el Grupo de Expertos de la OMS en Asesoramiento Estratégico sobre Inmunización, esos grupos prioritarios son: trabajadores sanitarios y de asistencia social que están en primera línea; mayores de 65 años y menores de 65 con otras patologías a los que el coronavirus pueda causarles un mayor riesgo de perder la vida.
En una primera fase, los países que participan en el Mecanismo COVAX ya han empezado a recibir de manera simultánea vacunas suficientes para inmunizar a los grupos demográficos prioritarios de su población, «hasta lograr una cobertura de aproximadamente el 20% de la población en todos los países». En la mayoría de los países, el primer grupo al que se le da prioridad es a los trabajadores de primera línea en el ámbito sanitario y de la asistencia social, lo que representa en torno al 3% o menos de la población. Según vayan saliendo más vacunas y aumente el número de dosis, la OMS espera llegar a ese 20% de población vacunada por país en los próximos meses. En la fase 2, la OMS indica que, en el caso de que siga habiendo limitaciones considerables de existencias de vacunas, las nuevas dosis se distribuirán en función del riesgo y las graves repercusiones que la COVID-19 genere en el conjunto de un país, en países con sistemas de salud vulnerables, y en países cuyas poblaciones sean vulnerables.
Entrevista a la primera enfermera vacunada e inmunizada de España después de recibir las dos dosis, quien aprovecha para animar a la población a vacunarse.
La analista Elena Sanz habla con la viróloga española Margarita del Val, para quien sólo un reparto equitativo de las vacunas «nos dará paz y salud».
Interesante comparativa de las vacunas contra la COVID-19 e información sobre cómo se están llevando a cabo las campañas de vacunación en Reino Unido y el resto del mundo.
El Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) trabaja en tres vacunas, de las cuales, una está más adelantada. El proyecto, dirigido por los virólogos Mariano Esteban y Juan García Arriaza, que ha sido destacado en la revista Journal of Virology, se deno-mina MVA-CoV-2-S y ha sido probado con eficacia en animales, por lo que está listo para seguir avanzando hacia las pruebas clínicas.
“Hemos observado que el candidato vacunal MVA-CoV-2-S genera una respuesta inmu-nitaria robusta con producción de anticuerpos neutralizantes y activación de linfocitos T en ratones”, explica Mariano Esteban, que dirige el laboratorio de poxvirus y vacunas del Centro Nacional de Biotecnología (CNB-CSIC), en declaraciones publicadas en la pági-na web del CSIC. “Hemos descrito que la vacuna confiere una protección del 100% con-tra el SARS-CoV-2 en un modelo de ratón humanizado susceptible a la infección por SARS-CoV-2, lo cual es muy importante”, subraya Juan García Arriaza.
El CSIC colabora con la empresa biotecnológica española Biofabri, perteneciente al gru-po Zendal, para producir la vacuna en condiciones de uso en seres humanos.
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